FORT APACHE.
Buen
arranque para la fordiana
"trilogía de la caballería", seguida por “La legión
invencible” (1949) y “Rio Grande” (1950), todas protagonizadas por John Wayne, siendo un
cálido homenaje al ejército estadounidense que hizo posible construir esta
enorme nación, además esta marcial institución en los tiempos de la postguerra
civil sirvió para cicatrizar heridas entre los sudistas y los unionistas, que
trabajaron juntos en pos de solidificar el país. El guión de Frank S. Nugent (“Fort Apache”, “El hombre tranquilo” o “Centauros del
desierto”) es inspirado por el cuento "Masacre"
(1947) de James Warner
Bellah, influenciado claramente
este por la figura de George
Armstrong Custer y
la batalla de
Little Big Horn. Un realto en el que parece
un borrador de la idea que plasmó años más tarde en “El hombre que mató Liberty
Valance” (1962), sobre lo de que las leyendas son buenas para fortalecer un
país, aunque estas sean mentira. Este es un film que respira por todos los
poros el estilo del maestro John Ford, hay camaradería, aventura, drama,
comedia, acción, valentía, honor, cargas de caballería a toque de corneta,
combates contra indios, y ello enmarcado en parte en el Monument Valley, todo
conjugado con espléndida sensibilidad del realizador plasmada en su excelso
gusto para retratar sentimientos en silencio, y todo comandado por un
maravilloso Henry Fonda en un rol de antihéroe antipático, y su antagonista un
notable John Wayne como brújula moral del relato.
Estamos en la post-guerra
civil USA, el escenario es un Fuerte, Fort Apache, en la frontera con México,
el veterano capitán Kirby York (John Wayne), espera se le dé el mando del
regimiento, pero se lo dan a un Tte. Col., Owen Thursday (Henry Fonda), un
dogmatico que llega de fuera, sin experiencia en relacionarse con los indios,
llega resentido por no creer que el lugar es apto para granjearse gloria. Sus rígidos
métodos chocaran con el modus vivendi del Fuerte. Tendrá importancia en la
historia el sargento mayor Michael O'Rourke (Ward Bond), su hijo Michael Shannon O'Rourke (John Agar), recién llegado de West Point como subteniente, la joven hija de
Thursday, Filadelfia (Shirley
Temple), un noble jefe apache, el
sargento Festus Mulcahy (Victor McLaglen), Cochise (Miguel Inclán), un capitán que tuvo problemas en el pasado con
Thursday, Sam Collingwood (George O´Brien), el corrupto agente del gobierno
Silas Meacham (Grant Withers ).
Un argumento que tiene su
fuerte en dos modos de entender la vida castrense, el enfrentamiento entre un
Tte. Col. y el capitán, el primero está a disgusto en el lugar, es un resentido
en busca de gloria, trae una mentalidad rígida, egoísta, autoritaria, arrogante,
sectaria, inflexible, intransigente, racista, clasista, el segundo está a gusto
en el cuartel, disfruta de su trabajo, manda a base de comprender el entorno,
de saber y respetar cómo piensan las tribus indias, se ser flexible y escuchar
a los demás, estos dos caracteres chocan indefectiblemente, entre los dos
tendrán duelos en los que brotaran chispas, siendo la “víctima” los soldados.
Ford recrea con mimo y mucho
cariño la vida cuartelaría en la frontera, con su compañerismo, la complicada
vida familiar, el entreno de los reclutas, los primeros amores, los cortejos,
sus bailes, el clasismo, existente, los miedos de las mujeres al marchar los
maridos, esto expuesto con gran fluidez narrativa, con gusto por el detalle,
entrelazado con fenomenal equilibrio, con enorme dominio de las actuaciones
para transmitir sobre todo a través de miradas y gestos que hablan más que las
palabras, provocando una tremendo caudal de expresividad. Una narración
salpicada de humor fresco que acentúa la humanidad de unos personajes
delineados de modo fascinante. El director hace una miscelánea de calado entre
la épica, el romanticismo y la elegía, poniendo en valor además el papel de la
mujer como eje vertebrador de la familia, con féminas de fuerte carácter que no
son manipuladas, tiene su arraigada personalidad.
Film que tras su fachada
patriotera queda una dura crítica a los gerifaltes que mangonean a su antojo a
sus subalternos, al egoísmo de los mandamases que manipulan a inocentes por su
“gloria” personal, arremete Ford contra el racismo, contra la testarudez,
contra el despotismo, contra la corrupción moral, contra la soberbia, loa el
compañerismo, el razonamiento, el sentido del deber, el sacrificio por el
compañero. Asimismo es reseñable la visión noble hacia las tribus indias, algo
novedoso, pues hasta entonces en el cine eran visto como simples malos
malísimos, hace un retrato digno de los indios, alaba su sentido del honor, sus
ansias de libertad y de no ser vejados, les da motivaciones razonables para su
comportamiento, contraponiéndolo a la sin razón del teniente Coronel. Se además
un análisis envenenado sobre los héroes de leyenda, muchas veces tergiversadas
sus historias por intereses espúreos, donde esta especie de General Custer que
es el Tte. Coronel Thursday es elevado por mor del bien del país a niveles de
mártir es muy similar a lo que Ford hizo en “El hombre que mató a Liberty
Valance”, manipular la verdad para crear mitos al gusto de la masa.
Pero el film no resulta
redondo por un tramo final que mezcla grandes aciertos con incoherencias
dolientes, queda clara la personalidad narcisista y ególatra de Thursday y la
opuesta y razonada de Kirby, pero es escenificada de modo torpe (spoiler),
tanto que deriva en un caótico montaje sin pies ni cabeza (spoiler). Tampoco
aporta mucho la subtrama romántica, desplegada en cuatro brochazos
superficiales.
La puesta en escena resulta
brillante en su recreación de este micromundo cuartelario fronterizo, con una
notable dirección artística de James Basevi (“Al este del Edén” o “Centauros
del desierto”), rodándose en escenarios
naturales de Monument Valley (Utah), el Fuerte y el puesto comercial es el
Rancho Corriganville , en el parque regional en Valle Simi del sur de California, interiores en los platós de Selznick
Internacional Studios (Culver City, CA), esto engrandecido por la estupenda
fotografía Archie Scout (“La legión invencible” o “Escrito en el cielo”),
conjugando de modo vibrante lo épico de los espacios abiertos, de las bellas
llanuras de Monument Valley salpicadas de las esbeltas montañas, con las tomas
interiores, rebosantes de profundidad, con gran manejo de angular, como ejemplo
la hermosa escena del baile de salón, preciosa, con ingenioso uso de acciones
en segundo plano, espectacular en las escenas de acción, sutil en los
estremecedores primeros planos que sonsacan lo mejor de los intérpretes, sus
gestos, sus expresivos ojos, dejando traslucir el alma de los personajes. El
score es fruto de Richard Hageman (“La diligencia” o “El fugitivo”), que
encauza emociones de modo intenso, amoldándose a la acción maravillosamente,
añadiéndose canciones tradicionales alusivas a su tiempo como “The Girl I Left
Behin Me”, o “Sweet Genevieve”, o militares marchas como “She Wore a Yellow
Ribbon” y “St. Patrick’s Day”, o el tema del baile, “Golden Slippers”.
Henry Fonda está tremendo en
su rol de antipático ególatra, emite acritud, arrogancia, despotismo,
prepotencia, acidez, aspereza, derrocha carisma y flema, y a la vez angustia
interior, magnífico en su temple. John Wayne realiza una buena actuación, es la
brújula moral del relato, la comprensión, excelente en sus enfrentamientos con
Fonda, aunque le falta algo de fondo, queda algo plano en su bonhomía. Ward
Bond borda su digno sargento mayor, emite sentimientos, sobre todo con su hijo.
John Agar en su debut en cine cumple con corrección, actor impuesto por su
esposa, Shirley Temple, que demostró en el film que ya crecidita no tenía el
encanto que de niña. Victor McLaglen como en la mayoría de films de secundario
con Ford aporta su refrescante vis cómica, un borrachín encantador.
Spoiler:
El tramo del clímax final
resulta muy mal planificado, recreada de modo caótico, inverosímil, con un
montaje nefasto, no se sabe contra quien está cargando la caballería, contra
rocas? Se meten en una emboscada sin sentido alguno. Saben que los indios están
escondidos y sin embargo se ponen a tiro de modo demente. Luego está lo mal
escenificado que está, Kirby está en la retaguardia retirado del lugar de la
batalla, parapetado tras carros de provisiones, pero desde allí parece ver toda
la carnicería, de cómo caen todos en hoyo que parece abierto por un meteorito,
esta visión del capitán es físicamente imposible, por lo que vemos que están
los de la carga en un desfiladero, aún así Kirby ve malherido al Tte. Col.,
coge su caballo y va en su rescate, no se sabe cómo, no se nos muestra, Kirby
ha sorteado los disparos de los indios del cañón, llega en un plis-plas a
Thursday, Kirby le deja su caballo para que este se inmole con sus soldados en
el hoyo, llegando sin ser herido entre la marejada de disparos, se hace el
silencio y de pronto una carga salvaje a caballo de los indios contra los del
hoyo, y al plano siguiente Kirby ya está otra vez en la retaguardia, sin
rasguño, no nos habían contado que era “Flash”. Porque los del hoyo no intentan
llegar a la retaguardia? Porque no intentan montar a alguno de los caballos que
están sueltos? Un estropicio de edición de tramo, quedando una carga que parece
ideada por el hermano tonto de Forrest Gump.




Momentos recordables: La
preciosa imagen (muy fordiana) desde el interior de la casa
de los O’Rourke abren para recibir al hijo Michael, todo enmarcado a contraluz
con el luminoso exterior; Cuando Michael O´Rourke va a entregar su
tarjeta a la vivienda del Tte. Col. y le recibe Filadelfia, provocando un
malentendido; La bella escena del baile en el salón, una lección de coreografía
y de gran angular para dar enorme sensación de profundidad; La discusión entre
Thursday y Kirby, cuando el primero le dice que va a traicionar la palabra dada
por el segundo al jefe indio Cochise, muy visceral sobre el pensamiento de cada
uno; Me gusta mucho cuando Cochise observa cómo se acerca la caballería y se
agacha a coger tierra, algo de muy guerrero y que le otorga nobleza; El epílogo que
da un extraordinario sentido complejo a todo lo visto en el clímax, dos años
después de la trágica batalla, Kirby está ya al mando de Fort Apache, está
reunido con un grupo de periodistas, vemos que en la pared hay un cuadro con el
rostro de Thursday, uno de ellos elogia al Tte.
Col. muerto "El héroe de todos los escolares en Estados Unidos y un gran
hombre" York asiente y remarca "Ningún hombre murió más galante y
ganó más honor para su regimiento", le dicen que es una lástima que solo
se acuerden de Thursday con todos los fallecidos con él, York no está de
acuerdo con el reportero y afirma que Thursday Fonda es recordado, pero sus
hombres no han sido olvidados ... van a seguir viviendo por siempre y viven en
el regimiento... sus caras pueden cambiar, los nombres, pero ellos están aquí,
el ejército regular" (mientras Kirby ve por la ventana sobreimpresionado
desfilar al regimiento masacrado), y termina poniéndose una gorra con un
pañuelo por la nuca, como iba
Thursday, en claro homenaje a él.
Tte. Col: - ¿Qué hay en esas
cajas?
Sgto: - Biblias, coronel. (Las
abren y aparece whisky)
Tte. Col: Sargento, escancie
unos versículos!
Notable film
del maestro John Ford, con defectos notorios en clímax, pero la idea permanece
y cala. Fuerza y honor!!!
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