jueves, 15 de agosto de 2024

 


PRESUNTO INOCENTE.

 

Con motivo de haber visto la (decepcionante) serie “Presunto Inocente” (2024) de Apple TV+ (renovada para una segunda temporada) me he decidido a volver a ver la película que se hizo por el epónimo libro de Scott Turrow de 1987, y con igual título en 1990, tan parecidas las historias, pero con muchos puntos diferentes, siendo superior esta dirigida por Alan J. Pakula. Film de sub género de juicios guionizado por el propio Pakula junto al acreditado Frank Pierson (“La leyenda del indomable” o “Tarde de perros”), adornado por el suspense de nos saberse si el acusado es culpable o no, se juega con la ambigüedad hasta el final, involucrando con ello al espectador que hace sus cábalas sobre lo que sucedió realmente, mientras pruebas en uno u otro sentido van apareciendo. Teniendo entre sus alicientes un sabroso elenco interpretativo encabezado por un desconcertante (por lo extraño de Indiana Jones en este tipo de roles) Harrison Ford, más Brian Dennehy, Raúl Juliá, Bonnie Bedelia, Paul Winfield y Greta Scacchi. La historia sigue a Rusty Sabich (Ford), un fiscal que es acusado del asesinato de su colega y amante Carolyn Polhemus (Scacchi).

 

Ello desarrollado con firmeza, dejando poso en su devenir, con ritmo pétreo, marcando los caracteres, tocando temas como la infidelidad, el engaño, el arribismo, el sexo como modo de trepar, la corrupción (policial y judicial), el abuso infantil, o las fallas en el sistema judicial. Pero sobre todo es fruto de una tendencia de sermonear sobre los peligros de las ‘aventuras’ extra maritales, como se pueden volver contra el que lo comete, en una tendencia moralista que tuvo otro de sus epítomes en “Atracción fatal” (1987). El film peca en lo referente a varias sub tramas que se abren que desvían la atención de lo neurálgico, que pueden provocar cierta confusión, somo por ejemplo todo lo que tiene que ver con las rencillas políticas. Un entretenido thriller que sabe mantenerte atrapado en querer saber quién fue el asesino, se desvela, aunque con una laguna (*spoiler).

 

Arranca con un prólogo en una sala de juicios vacía, con la cámara enfocando a las sillas del jurado, todo en tonos macilentos sombríos marrones, sobre la imagen un monólogo del protagonista Rusty Sabich (Harrison Ford) comentando su labor como fiscal, en una disertación ambigua sobre lo que puede ser realmente la justicia, donde no se trata tanto de encontrar la verdad, sino, simplemente de ganar y no perder. Tras ello comenzamos y al poco ya tenemos el asesinato, con ello un tramo en que el protagonista fiscal juega de modo extraño a sembrar las dudas en el espectador. Lo vemos en una relación familiar supuestamente feliz con su hijito y esposa cariñosa. Hasta que todo se destapa y se sabrá le fue infiel a su esposa con la fallecida, y con ello él será el principal sospechoso. Siendo acusado del crimen llegaremos al juicio, y con ello el tópico carrusel de testimonios, interrogatorios, conflictos entre abogados, con el juez de por medio, las mentiras, medias verdades, secretos que salen a flote, jugando hábilmente con el espectador en un tira y afloja entre parecer inocente y parecer culpable a cada paso que damos. Las pruebas le acusan (huellas dactilares, muestras de esperma, fibras de alfombras); Para en la segunda parte entrar en la parte de la acusación y juicio, donde verdades, mentiras a medias se cruzarán en un juego de testimonios algo dirigidos por inquinas pasadas, donde lo importante no es encontrar al culpable, es vencer, y con ello queda malparado el sistema judicial, para desembocar en rush final impactante.

 

Entre medias asistiremos a como la justicia se puede retorcer, en medio de manipulaciones, corruptelas, sexo furtivo, ello con el trasfondo de las ambiciones políticas, donde la más lista y con menos escrúpulos resulta ser la fallecida. Carolyn es una mujer empoderada, fuerte de carácter sabe lo que quiere y no duda en utilizar sus armas de sexy y hermosa joven para ir ascendiendo, lo cual, en un rasgo machista, es visto por hombres (celosos) y mujeres (envidiosas de su atractivo) como un peligro, pero esto es legítimo? SI! Además la fotografía del Maestro de las Tinieblas, como era conocido en el mundillo del cine el DP Gordon Willis (“El Padrino” o “Manhattan”) la ilumina de modo fascinante para traspasarnos la lujuria que transmite: Sobre todo esto en la escena en que Pakula debe traspasarnos la obsesión sexual que Rusty tiene en Carolyn, en una escena de sexo en el despacho, donde los dos se enzarzan en sexo sudoroso de alto voltaje sobre la mesa, donde la cámara coge el rostro libidinoso de ella haciéndonos partícipes de la carnalidad que supura, sexo atávico (hay otro?), salvaje, ello adornado por una punzante música del gran John Willianms (“Star Wars” o “Indiana Jones”), que enfatiza in crescendo el tórrido tramo con acordes punzantes piano y cuerdas, todo en subida de temperatura que desemboca en el orgasmo climático reflejado en el plano final del sumun del rostro de Carolyn. Ella ve las debilidades del hombre para aprovecharse. La milanesa Greta Scacchi encarna a esta seductora femme fatale en los flash backs con una beldad fría que consigue derretirnos en la (mencionada) escena de sexo con Rusty, dota en su poco tiempo en pantalla a su rol de inteligencia y agudeza en saber manipular.

 

Harrison Ford da una actuación sorprendente por como juega con la ambigüedad en su rostro, con ese corte de pelo neutro extraño, siempre con cara de sorprendido, dubitativo, bueno en este sentido; Bonnie Bedelia como la esposa del acusado, da bien con el rol de amante esposa a pesar de la infidelidad del marido, también emitiendo dudas en su comportamiento; Raul Julia como abogado defensor aporta carisma proyectando inteligencia; Brian Dennehy aporta su gran carácter fuerte como sibilino superior de Rusty; Joe Grifasi como el fiscal Molto es algo caricaturesco; Paul Winfield como el juez, dota de personalidad al ‘árbitro’, ello con algún secretillo de por medio (aunque muy grimante, *spoiler).

 

Spoiler:

 

Rush final: La defensa de Stern se basa en que Della Guardia y Molto han incriminado a Rusty. Durante el interrogatorio del forense, se revela que Carolyn se sometió a una ligadura de trompas, por lo que no tenía motivos para usar el anticonceptivo espermicida que se encontró en ella. Stern afirma que la única explicación de esta discrepancia es que la muestra de líquido en realidad no se tomó del cuerpo de Carolyn. Es que Carolyn no pudo habérselo puesto para evitar enfermedades venéreas? Esto se obvia!; Basándose en la desaparición del vaso de cerveza, la falta de motivo y el hecho de que la muestra de líquido no tuviera sentido, el juez Lyttle desestima los cargos. Rusty se enfrenta a Stern por sacar a relucir el expediente de soborno en el caso. Stern revela que Lyttle tuvo un breve encuentro sexual con Carolyn. *Esto me resulta un quíntuple salto mortal, o más, pues nótese que Carolyn se había acostado, con el ayudante del fiscal (Rusty), el fiscal (Raymond), y ya en el no va más también en su ascenso lo hace con un juez mucho mayor que ella, la ponen a la muerta como a una ninfómana del poder; Stern l y Raymond sabían que Lyttle aceptaba sobornos, y aunque Lyttle había ofrecido su dimisión, Raymond sentía que era un juez brillante y merecía otra oportunidad. Dejando al duda de si sobresee el caso por justicia o por temor al chantaje; Lipranzer (John Spencer) se reúne con Rusty y le regal sobre el vaso de cerveza que falta, explica que nunca lo devolvió como prueba cuando la investigación pasó a manos de Della Guardia y Molto.  Rusty lo arroja a un río. Dejando al espectador pensando que Rusty es culpable; Poco después, en casa, Rusty descubre un hacha pequeña con sangre y pelo. Y aparece Barbara, que le cuenta a Rusty que asesinó a Carolyn por culpa de la aventura. Expresa que había dejado pruebas suficientes para que Rusty supiera que había cometido el crimen, pero no esperaba que lo acusaran. Esto del hacha con sangre y cabello de Carolyn es un ‘goof’ del relato, pues la policía estuvo en la casa registrándola buscando pruebas, y el hacha no estaba precisamente buen escondida, se supone debieron buscar en el garaje, ERROR! Y porque dejó allí la esposa el hacha? Porque no deshizo de ella? Porque ni siquiera lo limpió?; En una voz en off, Rusty explica que el asesinato de Carolyn sigue sin resolverse, ya que juzgar a dos personas por el mismo delito es "una imposibilidad práctica" y que nunca podría separar a la madre de su hijo, incluso si fuera posible procesarla. Rusty afirma que hay un culpable y un castigo en este caso, lo que significa que se siente culpable porque sus acciones llevaron a la muerte de Carolyn.

 

El film ha sido tildado de machista-misógino por como refleja a las mujeres, bien como trepas amorales que utilizan el sexo para medrar en el trabajo, o bien como celosas asesinas; racista por la visión que se da de los negros, hasta el juez es un negro corrupto; y hasta homófobo, pro la visión tóxica que se da de ellos.  

 

Final en el libro de Turrow; El tiempo pasa y la relación de Rusty con Barbara empeora, después de que el juicio aparentemente la había reparado. Cuando ella anuncia su intención de dejarlo y llevarse a su hijo, Rusty explica su deducción de que ella mató a Carolyn, como venganza por la mujer que casi destruyó a su familia; ella admite que él tiene razón. Durante una visita a la casa de Rusty, Lipranzer revela que tiene el vaso de bar perdido, que se produjo debido a la mala gestión descuidada de Molto y al propio desinterés de Lip en ayudar a la fiscalía. Rusty le habla a Lip sobre cómo y por qué Barbara cometió el asesinato mientras limpiaba a fondo el vaso, destruyendo la única evidencia real en su contra. Especulan si Barbara dejó el vaso en la escena porque quería que Rusty supiera lo que había hecho, o porque quería que lo condenaran. Rusty decide que no importa, ya que no puede privar a su hijo de una madre y, a excepción de Lip, nunca admitirá la verdad ante nadie. Della Guardia, cuya reputación quedó destruida por el juicio, pierde una elección revocatoria y Rusty es designado para terminar su mandato, aunque sus perspectivas profesionales más allá de eso son inciertas. La novela termina con Rusty reflexionando sobre el asesinato de Carolyn, que sigue sin resolverse oficialmente casi un año después. Se pregunta qué lo llevó a involucrarse en la aventura que, en última instancia, causó todo lo que sucedió, y concluye que fue un intento de escapar de la crisis existencial que lo ha atormentado durante la mayor parte de su vida adulta, incluso si lo que ella le ofreció nunca fue más que una fantasía.

 

Me queda un film entretenido, que te engancha, pero algo arrugado por el tiempo, aún así buen thriller. Gloria Ucrania!!!

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