PRESUNTO INOCENTE.
Con motivo de haber
visto la (decepcionante) serie “Presunto Inocente” (2024) de Apple TV+
(renovada para una segunda temporada) me he decidido a volver a ver la película
que se hizo por el epónimo libro de Scott Turrow de 1987, y con igual título en
1990, tan parecidas las historias, pero con muchos puntos diferentes, siendo
superior esta dirigida por Alan J. Pakula. Film de sub género de juicios
guionizado por el propio Pakula junto al acreditado Frank Pierson (“La leyenda
del indomable” o “Tarde de perros”), adornado por el suspense de nos saberse si
el acusado es culpable o no, se juega con la ambigüedad hasta el final,
involucrando con ello al espectador que hace sus cábalas sobre lo que sucedió
realmente, mientras pruebas en uno u otro sentido van apareciendo. Teniendo
entre sus alicientes un sabroso elenco interpretativo encabezado por un
desconcertante (por lo extraño de Indiana Jones en este tipo de roles) Harrison
Ford, más Brian Dennehy, Raúl Juliá, Bonnie Bedelia, Paul Winfield y Greta
Scacchi. La historia sigue a Rusty Sabich (Ford), un fiscal que es acusado del
asesinato de su colega y amante Carolyn Polhemus (Scacchi).
Ello desarrollado con
firmeza, dejando poso en su devenir, con ritmo pétreo, marcando los caracteres,
tocando temas como la infidelidad, el engaño, el arribismo, el sexo como modo
de trepar, la corrupción (policial y judicial), el abuso infantil, o las fallas
en el sistema judicial. Pero sobre todo es fruto de una tendencia de sermonear
sobre los peligros de las ‘aventuras’ extra maritales, como se pueden volver
contra el que lo comete, en una tendencia moralista que tuvo otro de sus
epítomes en “Atracción fatal” (1987). El film peca en lo referente a varias sub
tramas que se abren que desvían la atención de lo neurálgico, que pueden
provocar cierta confusión, somo por ejemplo todo lo que tiene que ver con las
rencillas políticas. Un entretenido thriller que sabe mantenerte atrapado en
querer saber quién fue el asesino, se desvela, aunque con una laguna
(*spoiler).
Arranca con un prólogo
en una sala de juicios vacía, con la cámara enfocando a las sillas del jurado,
todo en tonos macilentos sombríos marrones, sobre la imagen un monólogo del
protagonista Rusty Sabich (Harrison Ford) comentando su labor como fiscal, en
una disertación ambigua sobre lo que puede ser realmente la justicia, donde no
se trata tanto de encontrar la verdad, sino, simplemente de ganar y no perder. Tras
ello comenzamos y al poco ya tenemos el asesinato, con ello un tramo en que el
protagonista fiscal juega de modo extraño a sembrar las dudas en el espectador.
Lo vemos en una relación familiar supuestamente feliz con su hijito y esposa
cariñosa. Hasta que todo se destapa y se sabrá le fue infiel a su esposa con la
fallecida, y con ello él será el principal sospechoso. Siendo acusado del
crimen llegaremos al juicio, y con ello el tópico carrusel de testimonios,
interrogatorios, conflictos entre abogados, con el juez de por medio, las
mentiras, medias verdades, secretos que salen a flote, jugando hábilmente con
el espectador en un tira y afloja entre parecer inocente y parecer culpable a
cada paso que damos. Las pruebas le acusan (huellas dactilares, muestras de
esperma, fibras de alfombras); Para en la segunda parte entrar en la parte de
la acusación y juicio, donde verdades, mentiras a medias se cruzarán en un
juego de testimonios algo dirigidos por inquinas pasadas, donde lo importante no
es encontrar al culpable, es vencer, y con ello queda malparado el sistema
judicial, para desembocar en rush final impactante.
Entre medias asistiremos
a como la justicia se puede retorcer, en medio de manipulaciones, corruptelas,
sexo furtivo, ello con el trasfondo de las ambiciones políticas, donde la más
lista y con menos escrúpulos resulta ser la fallecida. Carolyn es una mujer
empoderada, fuerte de carácter sabe lo que quiere y no duda en utilizar sus
armas de sexy y hermosa joven para ir ascendiendo, lo cual, en un rasgo
machista, es visto por hombres (celosos) y mujeres (envidiosas de su atractivo)
como un peligro, pero esto es legítimo? SI! Además la fotografía del Maestro de
las Tinieblas, como era conocido en el mundillo del cine el DP Gordon Willis
(“El Padrino” o “Manhattan”) la ilumina de modo fascinante para traspasarnos la
lujuria que transmite: Sobre todo esto en la escena en que Pakula debe
traspasarnos la obsesión sexual que Rusty tiene en Carolyn, en una escena de
sexo en el despacho, donde los dos se enzarzan en sexo sudoroso de alto voltaje
sobre la mesa, donde la cámara coge el rostro libidinoso de ella haciéndonos
partícipes de la carnalidad que supura, sexo atávico (hay otro?), salvaje, ello
adornado por una punzante música del gran John Willianms (“Star Wars” o
“Indiana Jones”), que enfatiza in crescendo el tórrido tramo con acordes punzantes
piano y cuerdas, todo en subida de temperatura que desemboca en el orgasmo
climático reflejado en el plano final del sumun del rostro de Carolyn. Ella ve
las debilidades del hombre para aprovecharse. La milanesa Greta Scacchi encarna
a esta seductora femme fatale en los flash backs con una beldad fría que
consigue derretirnos en la (mencionada) escena de sexo con Rusty, dota en su
poco tiempo en pantalla a su rol de inteligencia y agudeza en saber manipular.
Harrison Ford da una actuación
sorprendente por como juega con la ambigüedad en su rostro, con ese corte de
pelo neutro extraño, siempre con cara de sorprendido, dubitativo, bueno en este
sentido; Bonnie Bedelia como la esposa del acusado, da bien con el rol de
amante esposa a pesar de la infidelidad del marido, también emitiendo dudas en
su comportamiento; Raul Julia como abogado defensor aporta carisma proyectando inteligencia;
Brian Dennehy aporta su gran carácter fuerte como sibilino superior de Rusty; Joe
Grifasi como el fiscal Molto es algo caricaturesco; Paul Winfield como el juez,
dota de personalidad al ‘árbitro’, ello con algún secretillo de por medio
(aunque muy grimante, *spoiler).
Spoiler:
Rush final: La defensa
de Stern se basa en que Della Guardia y Molto han incriminado a Rusty. Durante
el interrogatorio del forense, se revela que Carolyn se sometió a una ligadura
de trompas, por lo que no tenía motivos para usar el anticonceptivo espermicida
que se encontró en ella. Stern afirma que la única explicación de esta
discrepancia es que la muestra de líquido en realidad no se tomó del cuerpo de
Carolyn. Es que Carolyn no pudo habérselo puesto para evitar enfermedades
venéreas? Esto se obvia!; Basándose en la desaparición del vaso de cerveza, la
falta de motivo y el hecho de que la muestra de líquido no tuviera sentido, el
juez Lyttle desestima los cargos. Rusty se enfrenta a Stern por sacar a relucir
el expediente de soborno en el caso. Stern revela que Lyttle tuvo un breve
encuentro sexual con Carolyn. *Esto me resulta un quíntuple salto mortal, o
más, pues nótese que Carolyn se había acostado, con el ayudante del fiscal
(Rusty), el fiscal (Raymond), y ya en el no va más también en su ascenso lo
hace con un juez mucho mayor que ella, la ponen a la muerta como a una ninfómana
del poder; Stern l y Raymond sabían que Lyttle aceptaba sobornos, y aunque
Lyttle había ofrecido su dimisión, Raymond sentía que era un juez brillante y
merecía otra oportunidad. Dejando al duda de si sobresee el caso por justicia o
por temor al chantaje; Lipranzer (John Spencer) se reúne con Rusty y le regal sobre
el vaso de cerveza que falta, explica que nunca lo devolvió como prueba cuando
la investigación pasó a manos de Della Guardia y Molto. Rusty lo arroja a un río. Dejando al
espectador pensando que Rusty es culpable; Poco después, en casa, Rusty
descubre un hacha pequeña con sangre y pelo. Y aparece Barbara, que le cuenta a
Rusty que asesinó a Carolyn por culpa de la aventura. Expresa que había dejado
pruebas suficientes para que Rusty supiera que había cometido el crimen, pero
no esperaba que lo acusaran. Esto del hacha con sangre y cabello de Carolyn es
un ‘goof’ del relato, pues la policía estuvo en la casa registrándola buscando
pruebas, y el hacha no estaba precisamente buen escondida, se supone debieron
buscar en el garaje, ERROR! Y porque dejó allí la esposa el hacha? Porque no
deshizo de ella? Porque ni siquiera lo limpió?; En una voz en off, Rusty
explica que el asesinato de Carolyn sigue sin resolverse, ya que juzgar a dos
personas por el mismo delito es "una imposibilidad práctica" y que
nunca podría separar a la madre de su hijo, incluso si fuera posible procesarla.
Rusty afirma que hay un culpable y un castigo en este caso, lo que significa
que se siente culpable porque sus acciones llevaron a la muerte de Carolyn.
El film ha sido tildado
de machista-misógino por como refleja a las mujeres, bien como trepas amorales
que utilizan el sexo para medrar en el trabajo, o bien como celosas asesinas;
racista por la visión que se da de los negros, hasta el juez es un negro
corrupto; y hasta homófobo, pro la visión tóxica que se da de ellos.
Final en el libro de
Turrow; El tiempo pasa y la relación de Rusty con Barbara empeora, después de
que el juicio aparentemente la había reparado. Cuando ella anuncia su intención
de dejarlo y llevarse a su hijo, Rusty explica su deducción de que ella mató a
Carolyn, como venganza por la mujer que casi destruyó a su familia; ella admite
que él tiene razón. Durante una visita a la casa de Rusty, Lipranzer revela que
tiene el vaso de bar perdido, que se produjo debido a la mala gestión
descuidada de Molto y al propio desinterés de Lip en ayudar a la fiscalía.
Rusty le habla a Lip sobre cómo y por qué Barbara cometió el asesinato mientras
limpiaba a fondo el vaso, destruyendo la única evidencia real en su contra.
Especulan si Barbara dejó el vaso en la escena porque quería que Rusty supiera
lo que había hecho, o porque quería que lo condenaran. Rusty decide que no
importa, ya que no puede privar a su hijo de una madre y, a excepción de Lip,
nunca admitirá la verdad ante nadie. Della Guardia, cuya reputación quedó
destruida por el juicio, pierde una elección revocatoria y Rusty es designado
para terminar su mandato, aunque sus perspectivas profesionales más allá de eso
son inciertas. La novela termina con Rusty reflexionando sobre el asesinato de
Carolyn, que sigue sin resolverse oficialmente casi un año después. Se pregunta
qué lo llevó a involucrarse en la aventura que, en última instancia, causó todo
lo que sucedió, y concluye que fue un intento de escapar de la crisis
existencial que lo ha atormentado durante la mayor parte de su vida adulta,
incluso si lo que ella le ofreció nunca fue más que una fantasía.
Me queda un film entretenido,
que te engancha, pero algo arrugado por el tiempo, aún así buen thriller. Gloria
Ucrania!!!
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