miércoles, 21 de agosto de 2024

 


HORIZON. AN AMERICAN SAGA. CAPÍTULO 1

 

Decepción mayúscula este western creado por Kevin Costner. Lo esperaba con ilusión, un proyecto de una vida para Costner, ya dándole vueltas desde 1988 que le presentó la idea la Disney, y ahora, varias décadas después ha empeñado su fortuna, dejando tirada a la popular serie de Taylor Sheridan “Yellowstone”, con su rol carismático de John Dutton para producir, dirigir, guionizar (junto a John Baird en su primer libreto para cine), y protagonizar esta fallida epopeya de la colonización del oeste estadounidense. Esta primera parte estrenada el 28 de junio en USA (tuvo la premier en el Festival de Cannes el 19 de mayo) seguido del Capítulo 2 en agosto (se rodaron las dos partes juntas). se habla de un Capítulo 3 y un Capítulo 4 que aún están por venir. Mi esperanza fundada en que Costner ha estado invilucrado en varios westerns de categoría como Silverado de Lawrence Kasdan, la exitosa propia Bailando con lobos, Open Range de él mismo, Wyatt Earp también de Kasdan, la serie tv Hatfields & Mccoys, o su glorioso paso por el neo western tv de Sheridan “Yellowstone”, pero mi gozo en un pozo. Esta errada epopeya tiene epicentro en el ficticio valle Horizon. Tres horas desordenadas, caóticas, sin ritmo, sin historias que enganchen, sin escenas a recordar, sin personajes atractivos, todo situaciones sobadas que se deslizan de modo cansino entre un maremágnum de historias que van saltando por la pantalla sin chispa alguna.

 

Tiene un arranque sugestivo con la música de John Debney (“La Pasión de Cristo” o “El Libro de la Selva”) sobre el título de apertura. Comienza en el valle de San Pedro de Arizona en 1859, tres topógrafos, uno de ellos niño, clavan estacas en el suelo para marcar una parcela de tierra junto al río. Dos niños indígenas observan desde colinas rocosas se preguntan qué hacen los blancos y por qué han venido. Los dos hermanos nativos adultos que aparecen poco después, Pionsenay (Owen Crow Shoe) y Taklishim (Tatanka Means), no sienten tanta curiosidad como están hirviendo de rabia. Unos días después, un viajero solitario encuentra los cadáveres de los topógrafos, con plumas colocadas junto a sus cadáveres como advertencia. Esas estacas se convierten en cruces sobre sus tumbas. La acción luego salta al territorio de Montana, donde Lucy (Jena Malone) dispara con un rifle a James Sykes (Charles Halford), un hombre que la ha perjudicado, y luego se va con su hijo pequeño. La dura matriarca de la familia del hombre muerto (Dale Dickey) envía a sus dos hijos, Caleb (Jamie Campbell Bower) y Junior (Job Beavers), para que se venguen y traigan de vuelta a su nieto. Uno es un idiota impulsivo, el otro es más inteligente y más controlado, además de que puede lucir una estola plateada de lobo. Mientras tanto, de vuelta al río, el nuevo municipio de Horizon, anunciado en folletos distribuidos ampliamente, ha surgido justo enfrente de esas tres tumbas. Pero cualquier sensación de seguridad se borra instantáneamente cuando Pionsenay y Taklishim lideran una emboscada mortal nocturna. Actuando en contra del consejo de su padre (Gregory Cruz), anciano de la tribu apache de las Montañas Blancas advierte del inevitable ciclo de violencia, matan a todos los colonos que no pueden ponerse a salvo e incendian estructuras que acaban de ser erigidas. Teniendo su mayor clímax la pieza cuando los indios se acercan a la casa de la familia Kittredge. Junto con un puñado de miembros de la comunidad que han ido allí en busca de refugio, el padre, James (Tim Guinee), y el hijo adolescente Nate (hijo del director, Hayes Costner) intentan contener a los atacantes mientras la madre Frances (Sienna Miller) y la hija Lizzie (Georgia MacPhail) se esconden en una trampilla debajo de las tablas del suelo. Una representación de enorme crudeza de esta masacre.

 

Tendremos un ataque indio salvaje, una madre y su hijo perseguidos por una peligrosa familia, un vaquero y una prostituta, una caravana de colonos surcando la pradera, donde el mayor problema es que hay un par de mirones, hay una cuadrilla que busca matar indios y sus cabelleras, hay unos nativos mal presentados por alguien que les hizo un gran homenaje en “Bailando con lobos”, aquí primero los presenta como salvajes sanguinarios que matan a gente por la espalda así como a niños, da igual que mucho más tarde quiera justificarlos, ya nadie puede empatizar con estos sádicos, por mucho que luego nos metan una superficial discusión entre gente mayor aborigen abogando por la no violencia ante la ocupación’ de ‘sus’ tierras, y los jóvenes pidiendo sangre, como todo el film es muy esquemático, llegando a parecer con su ‘penoso’ final el tráiler más largo jamás filmado para anunciar la segunda parte, sintiéndome estafado por esta conclusión anticlimática. Va saltando de un lado a otro sin sentido dramático alguno, el personaje de Costner tarda más de una hora en parecer, y la caravana de colonos muchos más, todo parecen aportaciones improvisadas sobre la marcha por lo nefastamente que se entrelazan a la trama lisa. Pretencioso film que ansía mucho más (pero infinitamente más) de lo que alcanza.

 

La historia se desarrolla en subtramas dispares que se desarrollan muy espaciadas, cada una con un elenco colosal que hace todo lo posible para mantener el interés mientras nunca se acercan a encontrarse. Un resumen breve: En Wyoming, un pacífico pueblo improvisado de familias cristianas blancas, un asentamiento llamado Horizon, vendido a sus residentes como una nueva tierra prometida, es atacado por una despiadada tribu apache y su joven líder fanático, Pionsenay (Owen Crow Shoe). En otro lugar, en un gélido pueblo minero de Montana, los intrigantes hermanos Sykes, Caleb (Jamie Campbell Bower) y Junior (Jon Beavers), están en una misión para rastrear a la amante de su padre, Ellen (Jena Malone), y recuperar a su medio hermano bebé. Costner hace su aparición en pantalla, como el pistolero solitario Hayes Ellison. Como un reloj, la marca de dos horas revela una tercera historia y un tercer grupo de personajes en forma de una caravana que se dirige a Horizon y está encabezada por el pionero Matthew Van Weyden (Luke Wilson). En este punto, comienza a parecer que este material era más adecuado para un drama televisivo de una hora de duración.

 

Anhela ser la Nueva La Conquista del Oeste (1962), que ya de por sí está sobrevalorada, pero esta al menos podía presumir de un plantel glorioso de intérpretes embarcados en su proyecto (James Stewart, Gregory Peck, Karl Malden, Walter Brennan, John Wayne, Henry Fonda, Lee J. Cobb, Eli Wallach, Debbie Reynolds, Thelma Ritter, y Richard Widmark), pero aquí ni eso, pues su plantilla es bastante escasita, no hay nombres que reluzcan ni sobre el cartel (solo el propio Costner, resto sin poder de reclamo con Sienna Miller, Danny Huston, Michael Rooker, Sam Worthington o Luke Wilson entre su elenco), y mucho menos sobre sus actuaciones pedestres. Entiendo es una carta de amor al género, pero Costner no tiene nombres para hacer el cesto que el cree, pues ni mucho menos está cerca de ser la obra definitiva sobre el Western, abarca mucho y aprieta precariamente. Una estructura narrativa pomposa de varias historias cruzadas que no tiene punch alguno en su ritmo cansino, donde nunca hay crescendo dramático, todo discurre de modo plano, con puntuales momentos que se eleva la acción, pero de esca entidad. Teniendo una coda alargadísima de un avance sobre la segunda parte de este insípido mamotreto, sintiéndome han colado tres horas del prólogo de lo que a lo mejor es mejor film (aunque por lo visto las esperanzas son bajísimas).

 

Se ha puesto de moda partir películas filmadas de una vez, ya lo hizo Tarantino en Kill Bill, y más recientemente Villeneuve en Dune: Part One o Spider-Man: Across the Spider-Verse o Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1, pero estas tenían entidad propia de espectáculo sin necesidad de su continuación, cosa que aquí da la sensación de tener que partir por la mitad sin más.

 

Este es un cuasi anti western por lo mucho que hablan diciendo poco, y a pesar del alargadísimo metraje las pocas cosas que pasan. Hay una introducción letárgica de personajes, estos muy muchos y con nula garra dramática. Tiene varias sub tramas y ninguna es sugerente, si acaso la de Costner con la prostituta Marigold (Abbey Lee), pero solo porque las otras son muy inanes. Aunque en esta hay que tragar secuencias tan grimantes en que literalmente lo viola (acaso es impotente su personaje, pues que hombre en el salvaje oeste se podría resistir al bellezon de mujer) cuando intenta dormir, ello en una tienda de campaña donde está un bebe, muy incómoda la secuencia.

 

Costner aparece como Hayes Ellison, especie de alter ego de los papeles lacónicos de Clint Eastwood en el género, pero no puede rellenar ese traje, y es que no leayuda un arco de trama que no se entiende bien su comportamiento (ojo, que he dicho que es la más ‘interesante’ de las viñetas), aquí solo parece un esbozo a medio hacer, igual en la segunda parte tiene la chicha que aquí adolece; Danny Huston como el coronel Houghton, en un papel que parece desposeído de ganas, quizás que no se cree a su rol, pues este reflexiona sobre la ‘invasión’ a la tierra de los nativos, ello con ,mentalidad propia del SXXI y no de alguien al que han mandado a ‘pacificar’ las nuevas tierras; Sienna Miller resulta chirriante con un papel desconcertante por su forma de actuar, la conocemos siendo atacada salvajemente su familia, donde muere su hijo y esposo, pero tras la llegada de los soldados USA parece esto para ella no hubiera pasado y sin más que el imperativo del guion de por medio se enamora de un teniente más soso que una pechuga de pollo de hospital (puaj!); El teniente encarnado por Sam Worthington, demostrando una vez más que no sabe mostrar expresividad alguna este rostro sin fondo; Tenemos a Michael Rooker como el sargento mayor Riordan, desaprovechado no, lo siguiente; Por hay anda Luke Wilson desubicado y más perdido que un daltónico haciendo el cubo de Rubik, ridículo en su papel de líder la caravana, parece estar preguntando como se sale de la película; Hay decenas más de personajes, pero por su bien mejor no comentarlos.  

 

Tampoco es que la puesta en escena aproveche las posibilidades épicas del entorno, cosa que si hacía Costner en ”Bailando con lobos”. La fotografía de J. Michael Muro (responsable DP de un gran trabajo en el western anterior de Costner, “Open Range”), pero aquí parece encorsetado, casi en plan de parquedad televisiva, poquitas tomas rellena la pantalla a lo algo de su pronunciado metraje, piquitas tomas panorámicas captan la grandeza de los lares, hay acantilados rojos, valles verdes y llanuras abiertas (Utah representan varias partes del suroeste y Montana), pero no me hace tilín en como debiera y esperaría. Seguramente porque la cámara digital reduce costos, pero en perjuicio de proyectar la magnificencia de las praderas infinitas del medio oeste, me faltan atardeceres mágicos que me hipnoticen, grimante que con 35 años Costner tuviera mejor ojo para filmar que con 69, es como si la experiencia de los años lo hubieran amodorrado en su sentido Homérico. Tal vez pensando que el poder de su historia en modo trableaux rellenara esta carencia, pues va servido el bueno de Kevin; Tampoco es que el funcional diseño de producción, o la música sean algo que quede.

 

Spoiler:


Rush final; El grupo de Elias y Russell se encuentra con un indígena en un puesto comercial y trata de intimidarlo, pero Janney y el comerciante evitan que la situación se convierta en un baño de sangre. Debido a la falta de resultados en la búsqueda de la banda de Pionsenay, el grupo decide perseguir a los indios donde sea que puedan encontrarlos. Dejando constancia del racismo del hombre Blanco. Se enteran de una aldea apache cercana y esperan a que la partida de caza de la aldea se vaya antes de masacrar y arrancar el cuero cabelludo a las mujeres, los niños y los ancianos de la tribu para horror de Russell. El grupo se aleja, yéndose antes de que los cazadores puedan regresar para vengarse. Tras lo que hay un pesaroso montaje que cierra la primera parte con fragmentos llenos de la siguiente entrega.

 

Costner se ha creído mucho más de lo que da, pero mucho. Gloria Ucrania!!!

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