martes, 6 de agosto de 2024

 


PASQUALINO SIETE BELLEZAS


Extraño film italiano dirigido y escrito por Lina Wertmüller, que mezcla de un modo un tanto desequilibrado el humor y el más amargo drama. Historia que comienza con un italiano que deserta del ejército durante la WWII, capturado por los alemanes y enviado a un campo de prisioneros, donde hace todo lo posible para sobrevivir. A través de flashbacks, conocemos a sus siete hermanas poco atractivas (de ahí el apodo de “Settebellezze”), el asesinato accidental de la amante de una de ellas, su encarcelamiento en un manicomio y su ofrecimiento como voluntario para ser soldado para escapar del confinamiento, protagonizada por un gran Giancarlo Giannini. Película singular y turbadora ya desde su original arranque con un malsano montaje con imágenes b/n de archivo de los dictadores Hitler y Mussolini, ‘adornado’ por los estragos de la guerra, con música de fondo de jazz, y sobre todo punteado por un discurso agrio sexteado por un ácido latiguillo, ‘Oh yeah!’.


Para luego introducirnos en un relato dual donde se quieren hacer paralelismos entre la vida italiana, con la situación en plena guerra, de como el pasotismo general en la retaguardia civil hizo posible la barbarie, reflejado en el protagonista con corazón en la charla de este con un preso político, Pasqualino dice no preocuparse de la política, no tiene ideales, es un egoísta teniendo simpatía por el dictador fascio Mussolini por considerar que ha limpiado las calles y ha devuelto orgullo al pueblo italiano, pero su el otro le espeta le responde que en realidad la placidez y supuesta bonhomía económica no es así, como siendo la voz de la propia directora exponiendo que todo era una gran mentira.  

 

Introducen punzantes notas de humor (grotesco, negro, sórdido) cortante en la trama, satirizando los códigos de honor en la parte de Nápoles y riéndose del machismo. En el epicentro el protagonista, un superviviente que en la vida civil es un supuesto macho alfa que defiende el humor familiar a su modo, pero que puesto contra la espada y su vida hace lo (más bajo) necesario para intentar vivir.

 

Pasqualino (Giannini), un dandy y matón de poca monta en Nápoles, en la Italia fascista y de la WWII. Para defender el honor de su familia, Pasqualino mata a un proxeneta que había convertido a su hermana en prostituta. Para deshacerse del cuerpo de la víctima, lo desmiembra y coloca las partes en maletas. Atrapado por la policía, confiesa el asesinato, pero alega locura y es sentenciado a 12 años en un pabellón psiquiátrico. Desesperado por salir, se presenta voluntario en el ejército italiano. Con un camarada italiano, finalmente deserta del ejército, pero son capturados y enviados a un campo de concentración alemán.

 

Se entremezcla el pasado en flash backs y el presente en el campo de prisioneros, ello la realizadora lo separa visualmente de forma contrastada gracias a la fenomenal cinematografía del maestro en la materia Tonino Delli Colli (habitual de Pier Paolo Pasolini, Fellini, Leone, además de en films como “El verdugo”, “El nombre de la rosa” o “La vida es bella”), con la luminosidad fulgente de Nápoles, adornadnos con tomas de su arquitectura urbana antigua cargada de tonos entre blanquecinos y macilentos; contraponiéndolo a ese cuasi purgatorio que expone en la parte del presidio, lugar reflejado como lóbrego, semioscuro, donde no entra la luz del sol, lar en penumbra cual antesala del Averno; Todo esto dramáticamente potenciado por la edición Franco Fraticelli (“Guardias y Ladrones” o “Suspiria”), que juega con yuxtaposiciones de situaciones enfrentadas, haciendo chocar el esperpento de las ‘aventuras’ napolitanas con lo crudo-dantesco. No siempre acertadamente, pues cruje chirría bastante cuando vemos montañas de cuerpos asesinados por los nazis y se corta a Pasqualino (flash-back) que intenta cómicamente deshacerse del cuerpo hinchado del tipo que ha matado, esto cruje; Wertmüller muestra con crudeza los horrores de este campo de prisioneros, un lugar tétrico, con cadáveres por todas partes, con prisioneros colgados cual adornos infernales, o muertos amontonados desnudos cual deshechos, la escenificación del Horror apocalíptico. 

 

El humor se muestra como reflejo delo patetismo del protagonista. Muestra su altanería y supuesta defensa de su honor cuando se enfrenta al proxeneta pareja de su hermana, y esta le hace acabar ‘atropellado’ por este chulo. Lo que le lleva a querer matarlo, le dispara cuando está solo durmiendo en su cama, lo más anti climático posible, incluso el cadáver mientras lo manipula se lanza ventosidades. Pasqualino acaba en un psiquiátrico, y allí, aunque la directora pretende que nos importe lo que le pase al prota, hay una escena en que pierdo cualquier empatía con él, y es que verle violar a una mujer atada a la cama, sin posibilidad siquiera de defenderse, ya nada será igual, esto me hace repeler el personaje le deseo lo peor, es como si la directora se hubiera pasado de frenada en su afán de mostrárnoslo con muchos defectos, un violador es un ser execrable, un despojo humano. Sigo viendo la película, pero ya con el ceño fruncido.

 

Todo hasta llegar a la escena más punzante y para recordar del film por su carga de mensaje ácido, ello con resonancias fellinianas por el protagonismo que tiene la oronda Shirley Stoler (imposible no acordarse de la mujer de una mujer similar en “Amarcord”), comandante del campo de prisioneros. Pasqualino recuerda el consejo de su madre, que hasta la mujer más áspera puede ser tocada a través de su corazón, por lo que comienza un perturbador cortejo mediante acicalarse de modo grotesco e ir insinuándose a ella mediante miradas de corderito. Tiene sus frutos, pues la brutal comandante, sabe que es una treta del prisionero, pero se deja seducir para humillarlo, ello en una escena tremebunda de sexo, de esas que te hacen remover el labio por el asco que da, el anti-erotismo más bajo, el ‘playboy’ siendo vejado por esta brutal Femme Fatale, el ‘Don Juan’ como objeto sexual ultrajado como carne el aquí sexo fuerte, lo que se a por sobrevivir con privilegios. Escena fotografiada por Dellli Colli en extraños tonos verdosos, que confieren un aspecto irreal, con la cámara tomando en contrapicado a la obesa fémina para que parezca aun más grande y poderosa frente al ‘hombrecillo’; Esto nos lleva al tramo donde con su nuevo mejor status de kapo de barracón, también conlleva la responsabilidad de tener que decidir quien muere y quien no. Con el final mi sensación es de si, pero no*.

 

Giancarlo Giannini borda su patético personaje, proyectando a un ser mezquino, arrogante, miserable, machista, narcisista, obsesionado con el honor familiar, un antihéroe que expone su masculinidad tóxica, ejemplo máximo la violación mencionada, pero que cuando es puesto al filo del abismo se convierte en un pelele, muy bueno el actor. Giannini protagonizó otras tres películas que Wertmüller realizó durante este período: La seducción de Mimi (1972), Amor y anarquía (1973) y Barridos por la marea (1974); Shirley Stoler como la Comandante del Campo, en sus pocas escenas desbordas carisma, carácter, dominio de la situación, es el poder absoluto más sádico personificado y la cámara la realza de modo mayestático; También está entre el reparto Fernando Rey, da vida a excéntrico anarquista español, el gran actor coruñés resulta muy desaprovechado, aunque deja buenas aseveraciones sobre el nazismo y el futuro.

 

Spoiler:

 

Rush final: Pasqualino intenta sobrevivir al campo ofreciendo favores sexuales a la comandante. Su plan tiene éxito, pero la comandante pone a Pasqualino a cargo de su cuartel como kapo. Le dicen que debe seleccionar a seis hombres de su cuartel para que sean asesinados y así evitar que todos sean asesinados. Pasqualino termina ejecutando a su antiguo compañero del ejército y es responsable de la muerte de otro compañero de prisión, un anarquista español. Al terminar la guerra, a su regreso a Nápoles, Pasqualino descubre que sus siete hermanas, su prometida e incluso su madre han sobrevivido prostituyéndose. Sin inmutarse, insiste en casarse con su prometida lo antes posible; Está bien lo de que no solo es su hermana ahora la que se prostituye, ahora son todas, hasta su madre, pero el final de Pasqualino me resulta poca cosa.   

 

Por su trabajo en la película, Wertmüller se convirtió en la primera mujer nominada al premio Óscar a la mejor dirección. La película recibió otras tres nominaciones al premio Óscar, incluida una a la mejor película en lengua extranjera. También recibió una nominación al Globo de Oro a la mejor película extranjera.

 

El tema de la película está inspirado en una historia real. Durante el rodaje de Mimì, la metalúrgica herida en su honor, Lina Wertmüller tuvo la oportunidad de hablar con uno de los extras, quien le contó su historia y cómo, tras estar en un campo de concentración se encontró como extra en Cinecittà . Impresionado, el director empezó a trabajar en el guión de la película.

 

La película se rodó en parte en Yugoslavia y en parte en Italia. En particular, las escenas de la huida de Pasqualino y Francesco al bosque se rodaron en Yugoslavia. Por sugerencia del escenógrafo Enrico Job, los planos interiores del campo de concentración nazi se rodaron en Tívoli, en una antigua fábrica de papel construida sobre los restos de un templo griego. Luego se rodaron otras escenas en Aversa.

 

La película tiene la curiosidad, de haber sido la primera película en que una mujer es nominada al Oscar en la categoría de Mejor Dirección (se lo llevó John G. avildsen por “Rocky”), hazaña no coincidió de nuevo hasta 1993, cuando la cineasta neozelandesa, Jane Campion, fue nominada por “The Piano”, a las que siguieron Sofia Coppola por “Lost in Translation” (2003) y Kathryn Bigelow por “The Hurt Locker” (2008), única de las 4 que ha ganado el premio; El film así también recibió nominaciones al Oscar como Mejor película extranjera (ganó la francesa “La victoria en Chantant”), actor Giancarlo Giannini(se lo llevó Peter Finch por “Network”), y guión original (ganado por “Network).

 

El diseño de producción y el diseño de vestuario es del marido de Wertmüller, Enrico Job.

 

Buen film, de los que cala, aunque hay algunos elementos que la contrapesan. Gloria Ucrania!!!

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