El Gigante de Hierro
Notable muestra de cine para todos
los públicos, en el mejor de los sentidos, pues disfrutarán los más peques con
la vistosa animación en 2D, con su humor blanco, con personajes entrañables, y
los mayores serán recompensados con una historia con mucho mensaje antibélico
bien urdido, haciéndote reflexionar sobre las paranoias, sobre los prejuicios,
o las falsas apariencias, que por supuesto también puede calar subliminalmente
en los niños. Film que he (re)visto con motivo del cuarto de siglo de su
estreno en el Teatro Chino de Mann en Los Ángeles el 31 de julio de 1999,
encontrándome una cinta que no ha perdido ápice de su poder de emocionar. Película
animada de ciencia ficción dirigida por Brad Bird en su debut como director,
basada en la novela de 1968 “The Iron Man” del poeta Ted Hughes, escribió la
novela para sus hijos para consolarlos tras el suicidio de su madre Sylvia
Plath. Guionizado por Tim McCanlies (“El secreto de los McCann”) a partir de un
tratamiento de la historia de Bird. Ello con una estética marcadamente vintage,
con inspiración en cómics de los años 50 y a las portadas de revistas pulp de
ciencia ficción, así como con referencias a Superman de Dave Fleischer y otras
caricaturas de los años 40 y 50, ello en (el ya mencionado) 2D, con añadidos de
imágenes generadas por computadora para animar al Gigante de Hierro y otros
efectos. También será un canto a la amistad entre diferentes. No la elevo más
porque me resulta que es una especie de revisión de “King Kong” mezclado con el
‘spielbergiano’ “ET”, toma mucho de estas pelis y resta originalidad (pero si
hasta el chico protagonista no tiene padre, solo la madre), aunque eso solo lo menciono
para justificar no aupar más mi puntuación, pues Bird tiene la capacidad de
involucrarme tanto en la historia que casi se lo perdono, consigue emocionarme
y empatizar con la pareja protagónica del niño y el titular.
Entre 1953 y 1962, el mundo padecía la llamada Guerra
Fría, enfrentamiento entre el bloque occidental-capitalista (en cabeza USA) y
el bloque del este-comunista (liderado por la URSS). Esta rivalidad involucraba
las contradicciones ideológicas, conceptos de sociedad, criterios políticos,
armamentismo y hasta la moral. De ahí que veamos una versión de dibujos
animados de la alarmante película educativa "Agáchate y cúbrete", en
la que se aconsejaba a los niños que buscaran refugio de las bombas H
escondiéndose debajo de sus escritorios.
Impactante inicio donde el titular llega en una bola
de fuego Kolossal desde el espacio, atravesando la atmósfera para estrellarse
de modo espectacular contra el mar en la costa de Maine (USA). Ambientada
durante la Guerra Fría en 1957, la película se centra en un niño llamado
Hogarth Hughes, que descubre y se hace amigo del Gigante robot alienígena. Con
la ayuda de un artista beatnik llamado Dean McCoppin, Hogarth intenta evitar
que el ejército estadounidense y Kent Mansley, agente federal paranoico,
encuentren y destruyan al Gigante.
Cinta que hace referencia a la paranoia existente en
los años 50, en plena vorágine de la Guerra Fría, jugando con el meta cine de
hacer guiños evidentes al de moda entonces cine de monstruos invasores que en
realidad no eran más que alter egos del amenazante invasor comunista de la
URSS. Todo ello tratado con mucho humor meta referencial, también mucho
slapstick (el ‘paseo’ de la mano del gigante por la granja), mucho juego de la
hipocresía reinante, juegos de trampantojos (como ocultan el robot del ejército),
humor de lo aparatoso (el rastro que deja el Gigante por el bosque), humor
rimbombante (los juegos de Hogarth con el gigante en la chatarrería)resumida en
que el mundo explote para salvar al mundo (¿?). Todo lo malo resumido en el
caricaturesco villano Kent.
Hay un claro mensaje antibelicista que tiene su
complejidad y aristas en el rol del Gigante de Hierro, ‘ser’ bonachón, ingenuo,
empático, pero que cual Hulk esconde un interior (y nunca mejor dicho) que
emerge de modo virulento cuando es acosado violentamente, solo responde a la
violencia para defenderse, un poderoso gigante al que Hogarth da unas
‘coordenadas’ morales: “Tú eres lo que eliges ser”, y que da como resultado la
conmovedora frase: “Yo no soy un arma”. Es en esta relación dónde el film nos
gana, en como entre Hogarth y el gigante primero comienzan a comunicarse, luego
aprenden a superar sus traumas de miedos uno y el otro tomará conciencia (un
robot) sobre la amistad, la solidaridad, la vida (el ciervo muerto y como
afecta al gigante) y sobre todo el valor para poder sacrificarse por un bien
mayor.
Todo para desembocar en un rush final apabullante en
lo impresionante, con un tramo de acción arrollador, con un visualidad
formidable, cuando se da la batalla entre el Gigante y el ejército, dónde el
robot saca a relucir el rasgo de instinto básico tan humano como la venganza y
el ejército se mueve por el afán belicoso de demostrar su poderío utilizando
como excusa la defensa d ellos civiles, cuando en realidad pone en peligro su
seguridad. Acabando en un clímax trémulo, d ellos que te pone el vello de punta
por las emociones que te traslada, que permanece tiempo después de terminado el
film.
También sirve el film para homenajear al mundo comic
tan popular en USA, ello mediante la pasión del joven niño por los de
superhéroes, sobre todo a Superman, al que Hogarth pretende imite su nuevo
amigo.
Lo peor del film es lo desequilibrado en los
personajes que es el agente Kent Mansley, demasiado guiñolesco, esto resta
hondura a su estrafalario comportamiento nada sutil, como si estuviera en otro
tipoi de película más aniñada, me es estridente; Tampoco el personaje de Dean McCippin
me ha resultado sólido, metido con calzador, aporta poco.
La cinta posee un encanto espléndido en su visualidad
añeja, que potencia con buen gusto del tiempo y lugar por cómo se inspira el
diseñador de producción Mark Whiting (“Ready Player One”) con su animación en
el arte de los pintores USA Norman Rockwell, Edward Hopper y NC Wyeth, para la
población rural en la que nos movemos.
Whiting utiliza colores evocan el período de tiempo. Joe Johnston
(además de animador, supervisor de efectos visuales en films como “En busca del
Arca perdida” o “El retorno del jedi”, y posterior director de films como “The
Rocketer” u “Océanos de fuego”) , aquí diseñador original del Gigante de
Hierro, se basó en el popular personaje de Popeye (solo hay que ver su
mandíbula) para crear determinados aspectos de la anatomía del gigante como sus
antebrazos y piernas; Michael Kamen compuso la bonita banda sonora de la
película, que fue interpretada por la Filarmónica Checa.
‘Joe Jonhston optó por dar a los animadores de la
película partes para animar por completo, en lugar del proceso estándar de
animar un personaje, en un retroceso a la forma en que se crearon las primeras
películas de Disney. La excepción fueron los responsables de crear al propio
Gigante, creado utilizando imágenes generadas por computadora debido a la
dificultad de crear un objeto de metal "de manera fluida". Tuvieron
problemas adicionales con el uso del modelo de computadora para expresar
emociones. El Gigante consta de 7000 partes (el Gigante de batalla 10 000
partes), y fue diseñado por el cineasta Joe Johnston y refinado por el
diseñador de producción Mark Whiting y Steve Markowski, animador principal del
Gigante. Usando software, el equipo animaría al Gigante "de dos en
dos" (cada dos fotogramas, o doce fotogramas por segundo) cuando
interactuaba con otros personajes, para que fuera menos obvio que era un modelo
de computadora.’
Cuando comenzó a trabajar en la película, Bird estaba
en medio de la muerte de su hermana, Susan, quien fue asesinada a tiros por su
ex marido. Al investigar el material original, se enteró de que Hughes escribió
“The Iron Man” como un medio para consolar a sus hijos después de que su
esposa, Sylvia Plath, muriera por suicidio, específicamente a través de la
metáfora de que el personaje principal es capaz de reensamblarse después de ser
dañado. Estas experiencias formaron la base de la propuesta de Bird a Warner
Bros., que se basó en la idea "¿Qué pasaría si un arma tuviera alma y no
quisiera ser un arma?"; la película completa también estuvo dedicada a
Hughes y Susan.
Spoiler:
Rush final: Hogarth es interrogado por Mansley cuando
descubre evidencia del Gigante después de encontrar una foto de él junto a
Hogarth y convoca a un contingente del Ejército de los EE. UU. liderado por el
general Shannon Rogard al depósito de chatarra para probar la existencia del
Gigante, pero Dean (habiendo sido advertido por Hogarth anteriormente) los
engaña fingiendo que el Gigante es una de sus obras de arte. Más tarde,
mientras juega con una pistola de juguete, Hogarth activa inadvertidamente el
sistema defensivo del Gigante, disparando un rayo láser en el proceso. Dean le
grita por casi matar a Hogarth, y el Gigante entristecido huye con Hogarth
persiguiéndolo. Dean se da cuenta de que el Gigante solo estaba actuando en
defensa propia y alcanza a Hogarth mientras siguen al Gigante. El Gigante
rescata a dos niños que caen de un techo cuando llega, conquistando a la gente
del pueblo. Mansley ve al Gigante en el pueblo mientras sale de Rockwell y hace
que el Ejército ataque al Gigante después de que haya recogido a Hogarth,
obligando a los dos a huir. Inicialmente evaden a los militares utilizando el
sistema de vuelo del Gigante, pero el Gigante es derribado y se estrella contra
el suelo. Hogarth queda inconsciente, pero el Gigante asume que Hogarth está
muerto, y en un ataque de ira y dolor se transforma en una máquina de guerra y
regresa a Rockwell. Mansley convence a Rogard de preparar un lanzamiento de
misil nuclear desde el USS Nautilus , ya que las armas convencionales resultan
ineficaces. Hogarth despierta y regresa a tiempo para calmar al Gigante
mientras Dean le aclara la situación a Rogard. Rogard está listo para retirarse
y ordenar al Nautilus que desactive su arma nuclear preparada, pero un Mansley
en pánico le arrebata la radio a Rogard y ordena el lanzamiento del misil. El
misil está dirigido a golpear Rockwell, donde destruirá la ciudad al impactar
en la detonación nuclear resultante. Mansley intenta escapar, pero el Gigante
interviene y Rogard hace arrestar a Mansley. Para salvar la ciudad, el Gigante
se despide de Hogarth y vuela para interceptar el misil. Mientras se eleva en
la trayectoria del misil, el Gigante recuerda las palabras de Hogarth,
"Eres quien eliges ser", sonríe contento y se declara
"Superman" mientras choca con el arma. El misil explota en la
atmósfera, salvando a Rockwell, su población y las fuerzas militares cercanas,
mientras que el Gigante es presumiblemente destruido, dejando a Hogarth, Dean,
Annie y Rogard devastados. Meses después, Dean y Annie, ahora una pareja, conversan
en un monumento al Gigante hecho por Dean, que se encuentra en Rockwell.
Hogarth recibe un paquete de Rogard que contiene un tornillo del Gigante, que
es el único resto encontrado. Esa noche, Hogarth encuentra el tornillo tratando
de moverse por sí solo y, recordando la capacidad del Gigante para
autorepararse, felizmente permite que el tornillo se vaya. El tornillo une
muchas otras partes a medida que convergen en la cabeza del Gigante en el
glaciar Langjökull en Islandia , y el Gigante sonríe mientras comienza a
reensamblarse.
Momentos recordables (algunos ya mencionados): Cuando
los protagonistas se conocen, el viaje en la mano del gigante por los cielos
indicándole Hogarth que coloque los puños como Superman; Cuando el Gigante
intenta reanimar al ciervo muerto; El juego de pistoleros entre el gigante y
Hogarth que acaba con el primero sacando un
gran arma para dispararle de modo pantagruélico; el divertido tramo del
Gigante intentando colocar bien la vía del tren rota; Y por supuesto cuando el
gigante decide sacrificarse por los humanos y sale al espacio en busca de la
bomba al grito de ‘Superman!!!’.
El nombre del muchacho (Hogarth Hughes) es un guiño a
Edward James Hughes (1930-1998), escritor inglés autor de la obra ‘The Iron
Man’ en la que se basa esta película de Brad Bird.
Ted Hughes, el autor de la historia original, murió
antes del estreno de la película. Su hija, Frieda Hughes, vio la película
terminada en su nombre y le encantó.
Estupenda muestra de cine familiar con calado
emocional. Gloria Ucrania!!!
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