miércoles, 7 de agosto de 2024

 


El Gigante de Hierro


Notable muestra de cine para todos los públicos, en el mejor de los sentidos, pues disfrutarán los más peques con la vistosa animación en 2D, con su humor blanco, con personajes entrañables, y los mayores serán recompensados con una historia con mucho mensaje antibélico bien urdido, haciéndote reflexionar sobre las paranoias, sobre los prejuicios, o las falsas apariencias, que por supuesto también puede calar subliminalmente en los niños. Film que he (re)visto con motivo del cuarto de siglo de su estreno en el Teatro Chino de Mann en Los Ángeles el 31 de julio de 1999, encontrándome una cinta que no ha perdido ápice de su poder de emocionar. Película animada de ciencia ficción dirigida por Brad Bird en su debut como director, basada en la novela de 1968 “The Iron Man” del poeta Ted Hughes, escribió la novela para sus hijos para consolarlos tras el suicidio de su madre Sylvia Plath. Guionizado por Tim McCanlies (“El secreto de los McCann”) a partir de un tratamiento de la historia de Bird. Ello con una estética marcadamente vintage, con inspiración en cómics de los años 50 y a las portadas de revistas pulp de ciencia ficción, así como con referencias a Superman de Dave Fleischer y otras caricaturas de los años 40 y 50, ello en (el ya mencionado) 2D, con añadidos de imágenes generadas por computadora para animar al Gigante de Hierro y otros efectos. También será un canto a la amistad entre diferentes. No la elevo más porque me resulta que es una especie de revisión de “King Kong” mezclado con el ‘spielbergiano’ “ET”, toma mucho de estas pelis y resta originalidad (pero si hasta el chico protagonista no tiene padre, solo la madre), aunque eso solo lo menciono para justificar no aupar más mi puntuación, pues Bird tiene la capacidad de involucrarme tanto en la historia que casi se lo perdono, consigue emocionarme y empatizar con la pareja protagónica del niño y el titular.

 

Entre 1953 y 1962, el mundo padecía la llamada Guerra Fría, enfrentamiento entre el bloque occidental-capitalista (en cabeza USA) y el bloque del este-comunista (liderado por la URSS). Esta rivalidad involucraba las contradicciones ideológicas, conceptos de sociedad, criterios políticos, armamentismo y hasta la moral. De ahí que veamos una versión de dibujos animados de la alarmante película educativa "Agáchate y cúbrete", en la que se aconsejaba a los niños que buscaran refugio de las bombas H escondiéndose debajo de sus escritorios.

 

Impactante inicio donde el titular llega en una bola de fuego Kolossal desde el espacio, atravesando la atmósfera para estrellarse de modo espectacular contra el mar en la costa de Maine (USA). Ambientada durante la Guerra Fría en 1957, la película se centra en un niño llamado Hogarth Hughes, que descubre y se hace amigo del Gigante robot alienígena. Con la ayuda de un artista beatnik llamado Dean McCoppin, Hogarth intenta evitar que el ejército estadounidense y Kent Mansley, agente federal paranoico, encuentren y destruyan al Gigante.

 

Cinta que hace referencia a la paranoia existente en los años 50, en plena vorágine de la Guerra Fría, jugando con el meta cine de hacer guiños evidentes al de moda entonces cine de monstruos invasores que en realidad no eran más que alter egos del amenazante invasor comunista de la URSS. Todo ello tratado con mucho humor meta referencial, también mucho slapstick (el ‘paseo’ de la mano del gigante por la granja), mucho juego de la hipocresía reinante, juegos de trampantojos (como ocultan el robot del ejército), humor de lo aparatoso (el rastro que deja el Gigante por el bosque), humor rimbombante (los juegos de Hogarth con el gigante en la chatarrería)resumida en que el mundo explote para salvar al mundo (¿?). Todo lo malo resumido en el caricaturesco villano Kent.

 

Hay un claro mensaje antibelicista que tiene su complejidad y aristas en el rol del Gigante de Hierro, ‘ser’ bonachón, ingenuo, empático, pero que cual Hulk esconde un interior (y nunca mejor dicho) que emerge de modo virulento cuando es acosado violentamente, solo responde a la violencia para defenderse, un poderoso gigante al que Hogarth da unas ‘coordenadas’ morales: “Tú eres lo que eliges ser”, y que da como resultado la conmovedora frase: “Yo no soy un arma”. Es en esta relación dónde el film nos gana, en como entre Hogarth y el gigante primero comienzan a comunicarse, luego aprenden a superar sus traumas de miedos uno y el otro tomará conciencia (un robot) sobre la amistad, la solidaridad, la vida (el ciervo muerto y como afecta al gigante) y sobre todo el valor para poder sacrificarse por un bien mayor.

 

Todo para desembocar en un rush final apabullante en lo impresionante, con un tramo de acción arrollador, con un visualidad formidable, cuando se da la batalla entre el Gigante y el ejército, dónde el robot saca a relucir el rasgo de instinto básico tan humano como la venganza y el ejército se mueve por el afán belicoso de demostrar su poderío utilizando como excusa la defensa d ellos civiles, cuando en realidad pone en peligro su seguridad. Acabando en un clímax trémulo, d ellos que te pone el vello de punta por las emociones que te traslada, que permanece tiempo después de terminado el film.

 

También sirve el film para homenajear al mundo comic tan popular en USA, ello mediante la pasión del joven niño por los de superhéroes, sobre todo a Superman, al que Hogarth pretende imite su nuevo amigo.

 

Lo peor del film es lo desequilibrado en los personajes que es el agente Kent Mansley, demasiado guiñolesco, esto resta hondura a su estrafalario comportamiento nada sutil, como si estuviera en otro tipoi de película más aniñada, me es estridente; Tampoco el personaje de Dean McCippin me ha resultado sólido, metido con calzador, aporta poco.

 

La cinta posee un encanto espléndido en su visualidad añeja, que potencia con buen gusto del tiempo y lugar por cómo se inspira el diseñador de producción Mark Whiting (“Ready Player One”) con su animación en el arte de los pintores USA Norman Rockwell, Edward Hopper y NC Wyeth, para la población rural en la que nos movemos.  Whiting utiliza colores evocan el período de tiempo. Joe Johnston (además de animador, supervisor de efectos visuales en films como “En busca del Arca perdida” o “El retorno del jedi”, y posterior director de films como “The Rocketer” u “Océanos de fuego”) , aquí diseñador original del Gigante de Hierro, se basó en el popular personaje de Popeye (solo hay que ver su mandíbula) para crear determinados aspectos de la anatomía del gigante como sus antebrazos y piernas; Michael Kamen compuso la bonita banda sonora de la película, que fue interpretada por la Filarmónica Checa.

 

‘Joe Jonhston optó por dar a los animadores de la película partes para animar por completo, en lugar del proceso estándar de animar un personaje, en un retroceso a la forma en que se crearon las primeras películas de Disney. La ​​excepción fueron los responsables de crear al propio Gigante, creado utilizando imágenes generadas por computadora debido a la dificultad de crear un objeto de metal "de manera fluida". Tuvieron problemas adicionales con el uso del modelo de computadora para expresar emociones. El Gigante consta de 7000 partes (el Gigante de batalla 10 000 partes), y fue diseñado por el cineasta Joe Johnston y refinado por el diseñador de producción Mark Whiting y Steve Markowski, animador principal del Gigante. Usando software, el equipo animaría al Gigante "de dos en dos" (cada dos fotogramas, o doce fotogramas por segundo) cuando interactuaba con otros personajes, para que fuera menos obvio que era un modelo de computadora.’

 

Cuando comenzó a trabajar en la película, Bird estaba en medio de la muerte de su hermana, Susan, quien fue asesinada a tiros por su ex marido. Al investigar el material original, se enteró de que Hughes escribió “The Iron Man” como un medio para consolar a sus hijos después de que su esposa, Sylvia Plath, muriera por suicidio, específicamente a través de la metáfora de que el personaje principal es capaz de reensamblarse después de ser dañado. Estas experiencias formaron la base de la propuesta de Bird a Warner Bros., que se basó en la idea "¿Qué pasaría si un arma tuviera alma y no quisiera ser un arma?"; la película completa también estuvo dedicada a Hughes y Susan.

 

Spoiler:

 

Rush final: Hogarth es interrogado por Mansley cuando descubre evidencia del Gigante después de encontrar una foto de él junto a Hogarth y convoca a un contingente del Ejército de los EE. UU. liderado por el general Shannon Rogard al depósito de chatarra para probar la existencia del Gigante, pero Dean (habiendo sido advertido por Hogarth anteriormente) los engaña fingiendo que el Gigante es una de sus obras de arte. Más tarde, mientras juega con una pistola de juguete, Hogarth activa inadvertidamente el sistema defensivo del Gigante, disparando un rayo láser en el proceso. Dean le grita por casi matar a Hogarth, y el Gigante entristecido huye con Hogarth persiguiéndolo. Dean se da cuenta de que el Gigante solo estaba actuando en defensa propia y alcanza a Hogarth mientras siguen al Gigante. El Gigante rescata a dos niños que caen de un techo cuando llega, conquistando a la gente del pueblo. Mansley ve al Gigante en el pueblo mientras sale de Rockwell y hace que el Ejército ataque al Gigante después de que haya recogido a Hogarth, obligando a los dos a huir. Inicialmente evaden a los militares utilizando el sistema de vuelo del Gigante, pero el Gigante es derribado y se estrella contra el suelo. Hogarth queda inconsciente, pero el Gigante asume que Hogarth está muerto, y en un ataque de ira y dolor se transforma en una máquina de guerra y regresa a Rockwell. Mansley convence a Rogard de preparar un lanzamiento de misil nuclear desde el USS Nautilus , ya que las armas convencionales resultan ineficaces. Hogarth despierta y regresa a tiempo para calmar al Gigante mientras Dean le aclara la situación a Rogard. Rogard está listo para retirarse y ordenar al Nautilus que desactive su arma nuclear preparada, pero un Mansley en pánico le arrebata la radio a Rogard y ordena el lanzamiento del misil. El misil está dirigido a golpear Rockwell, donde destruirá la ciudad al impactar en la detonación nuclear resultante. Mansley intenta escapar, pero el Gigante interviene y Rogard hace arrestar a Mansley. Para salvar la ciudad, el Gigante se despide de Hogarth y vuela para interceptar el misil. Mientras se eleva en la trayectoria del misil, el Gigante recuerda las palabras de Hogarth, "Eres quien eliges ser", sonríe contento y se declara "Superman" mientras choca con el arma. El misil explota en la atmósfera, salvando a Rockwell, su población y las fuerzas militares cercanas, mientras que el Gigante es presumiblemente destruido, dejando a Hogarth, Dean, Annie y Rogard devastados. Meses después, Dean y Annie, ahora una pareja, conversan en un monumento al Gigante hecho por Dean, que se encuentra en Rockwell. Hogarth recibe un paquete de Rogard que contiene un tornillo del Gigante, que es el único resto encontrado. Esa noche, Hogarth encuentra el tornillo tratando de moverse por sí solo y, recordando la capacidad del Gigante para autorepararse, felizmente permite que el tornillo se vaya. El tornillo une muchas otras partes a medida que convergen en la cabeza del Gigante en el glaciar Langjökull en Islandia , y el Gigante sonríe mientras comienza a reensamblarse.

 

Momentos recordables (algunos ya mencionados): Cuando los protagonistas se conocen, el viaje en la mano del gigante por los cielos indicándole Hogarth que coloque los puños como Superman; Cuando el Gigante intenta reanimar al ciervo muerto; El juego de pistoleros entre el gigante y Hogarth que acaba con el primero sacando un   gran arma para dispararle de modo pantagruélico; el divertido tramo del Gigante intentando colocar bien la vía del tren rota; Y por supuesto cuando el gigante decide sacrificarse por los humanos y sale al espacio en busca de la bomba al grito de ‘Superman!!!’.

 

El nombre del muchacho (Hogarth Hughes) es un guiño a Edward James Hughes (1930-1998), escritor inglés autor de la obra ‘The Iron Man’ en la que se basa esta película de Brad Bird.

 

Ted Hughes, el autor de la historia original, murió antes del estreno de la película. Su hija, Frieda Hughes, vio la película terminada en su nombre y le encantó.

 

Estupenda muestra de cine familiar con calado emocional. Gloria Ucrania!!!

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