domingo, 21 de abril de 2024

 

Sansón y Dalila

 

Con motivo de la reciente pasada Semana Santa me (re) vi este film alusivo bíblico, una espectacular producción del megalómano Cecil B. DeMille, que produce y dirige, un especialista en el sub género religioso, con el que ya había creado con éxito “Rey de Reyes” (1927) y “El Signo de la Cruz” (1932), y aún estaba por ofrecer su mastodóntica última realización en uno de los mayores éxitos taquilleros de la Historia, “Los Diez Mandamientos” (1956). Aquí recrea libremente la historia bíblica de Sansón, hombre con fuerza sobrehumana, cuyo secreto reside en su cabello sin cortar, y su relación de amor-odio por Dalila, donde ella se debate entre los celos mortales, el deseo, el amor, la envidia, el sentimiento de culpa, el egoísmo y el arrepentimiento, en lo que es un claro emulo de las femme fatales del cine negro, frente a ella la pureza del Koloso Sansón, hombre cegado por el amor por una mujer que no le ama, y descubre el verdadero amor quizás demasiado tarde, y que en su devenir termina convirtiéndose en una especie de Robin Hood para su gente, los danitas (seguidores de Dan, en realidad eufemismo de judíos, pero en la era de la Caza de Brujas del senador McCarthy este palabro podía tener problemas), pues se esconde de las autoridades para robar (ya había demostrado sus dotes para el latrocinio en el divertido tramo de la ‘sustracción’ de capas) a los ricos para dárselo a los pobres oprimidos por los altos impuestos, para cual gran film nos regala un final Homérico que recordaras por siempre.

 

Desplegando los fastos de una enorme superproducción en sus formidables decorados y escenarios grandiosos, donde destaca sobre el set del templo filisteo, y con ello su Épica destrucción, todo esto ensalzado por una brillante cinematografía en Technicolor de George Barnes (“Rebeca” o “El Mayor Espectáculo del Mundo”), un espectáculo visual apabullante, con picos estupendos (la pelea de sansón contra un león; la boda de sangre; la batalla de Sansón contra un ejército, él armado con una quijada de asno; el bucólico tramo en la jaima entre Sansón y Dalila”; y por supuesto todo el Kolossal tramo del Templo filisteo). Punteado por una historia bien trenzada, con un crescendo dramático cargado de intensidad. Con guión de Jesse L. Lasky Jr. (“Land of Liberty” o “Los Diez Mandamientos”) y Fredric M. Frank (“El Mayor Espectáculo del mundo” o “El Cid”), basado en el Libro bíblico de los Jueces, concretamente de los capítulos 13 al 16, aunque con licencias para adornar la historia, la obra de De Mille es bastante fiel al relato del Antiguo Testamento. Es adaptación de un tratamiento original cinematográfico de Harold Lamb, también basado en la novela “Samson the Nazarite” de Vladimir Jabotinsky de 1927, de los que DeMille compró los derechos (publicada en Estados Unidos como Juez y tonto), que retrataba a Dalila como la hermana menor de la esposa filistea de Sansón.

 

Siendo protagonizada por Victor Mature (el original era el gran Burt Lancaster, pero una inoportuna lesión de espalda le privó de ser el mítico rol) y la hermosa Hedy Lamarr (DeMille la eligió a Hedy Lamarr [era de ascendencia judía, al igual que el propio DeMille por parte de su madre] después de ver el film “The Strange Woman” de 1946), de secundarios destacan un sensacional George Sanders como un sibilino cínico Saran, Angela Lansbury (la eterna Jessica Fletcher de “Se ha escrito un crimen”) como Semadar, el objeto del deseo primero de Sanson, y Henry Wilcoxon como el Príncipe Ahtur.

 

Como era costumbre en el cine Bíblico la historia se inicia con una voz en off que nos pone en contexto. Para después sumirnos en el relato, donde Sanson está enamorado de la fría filistea Semadar, también pretendida por el filisteo príncipe Ahtur. Tras Sansón acabar con sus desnudas manos con un león, el padre de ella la da en matrimonio al fortachón. Ello mientras la sensual Dalila, hermana de Semadar conspira para que Sansón la repudie y se quede con ella que lo desea con pasión. Durante la previa a la boda Sansón propone una apuesta costosa sobre un acertijo a los filisteos invitados (a esta boda no estaban invitados la parte familiar de Sansón? Me chirría!). Dalila manipula a Semadar para que sonsaque la solución a Sansón. Tras ello Sansón se enfada y parece desdeñar a Semadar, tras lo que hay un jocoso montaje en que Sansón fuera de plano roba varias capas a acomodados transeúntes, a lo que sigue como vuelve a la casa de la celebración y entrega las capas del pago de la apuesta. Tras lo que reclama a Semadar para casarse con ella, pero … (no quiero spoilear). Todo acaba en una trifulca salvaje con varios muertos.

 

El marco bíblico sobre el que se asienta el relato es que los filisteos son ocupantes de la tierra de Gaza (hoy en día tan en boga por la guerra en el territorio), sometiendo con opresión mediante abusivos impuestos (esto como en Robin Hood) a los danitas (judíos). Y sin pretenderlo, Sansón se convierte en líder para su gente al ser perseguido por los filisteos, y este dañarles con sus robos. En este contexto bíblico hay tres oraciones fruto del anhelo, con resonancias al Libro de los Salmos, dos de Sansón y una de Dalila, esto cosecha del guion original, pues no está en la narración del Antiguo Testamento.

 

Entramos en un amor con reminiscencias sadomasoquistas ("Te usaré como cebo para leones", le dice Sansón a Dalila), ello con sibilinas insinuaciones, con elipsis punzantes, la lujuria remanente de la Biblia dejando pinceladas entre esta ‘Bella y la Bestia’. Ello con epicentro en el evocador tramo de la jaima junto al estanque en el valle de Sorek, donde no se llega a saber si Dalila ha sido presa de la Codicia o del Amor. Hasta que todo deriva en una especie de antecedente del Beso de Judas y entramos en la caída de Sansón, fruto de haber sucumbido a la tentación de la mujer fatal, donde también cual Jesús sufre su flagelación (*spoiler), para también, en los paralelismos con el Mesías, tener un rush final de sacrificio por su pueblo en el magno lar del Templo filisteo.

 

Victor Mature da una lección de lo que es carecer de expresividad, era presencia sin alma, no parece sentir, ni padecer, nulo en lo que a química romántica se refiere con la Lamarr, esto es una doliente tara, pues es el motor del film. Tampoco ayuda lo abrupto de sus sentimientos por Dalila, no hay gradualidad, es por Imperativo del guion. Al menos lo que si tiene el de Louisville es una apariencia física portentosa, te crees su fuerza heroica; La que si está sensacional es Hedy Lamarr, radiante de sex appel, derrochando sensualidad, esa que te crees que destroce a hombres, tanta que no entiendes Sansón la rechazara por su hermana. Ella si posee carisma con su rol de mujer fatal vengativa, con un arco de desarrollo cargado de complejidad, una seductora con magnetismo.

 

De Mille es un maestro del cine, ya sabe regar de humor desengrasante el desarrollo del film, con toques chistosos en los diálogos, con toques irónicos, o con la sensacional actuación de George Sanders como Saran, en una interpretación fina en como parece ir oliéndose lo que va a ocurrir y se lo toma con agudo humor, un malo malísimo sutil, que despliega personalidad en sus maneras socarronas, excelente; No se puede decir lo mismo del resto de secundarios, una Angela Lansbury meliflua; un Henry Wilcoxon plano en su caricatura del malo; Olive Deering como una irritante sermoneadora; El joven Russ Tamblyn como un pastor amigo de Sansón que no tiene chispa.

 

Para la posterioridad quedan algunas impresionantes escenas: Como la lucha a muerte entre Sansón y el león, con el hombre a manos descubiertas enzarzándose con el felino. Aunque vista hoy las costuras del truco en su montaje se nota demasiado; Queda la batalla de Sansón matando a 1000 soldados filisteos. Arranca cuando el Titán está atrapado y es llevado a Gaza por el desierto, allí tras herido por las burlas, Sansón rompe las cadenas y cuerdas, tras lo que vuelca el carro de Ahtur, tras lo que armado con una quijada de asno se parapeta contra un saliente de la montaña y desde allí derriba uno tras otro a los militares filisteos. Sin terminar de ver el enfrentamiento desigual, saltamos a la narración de un herido a Saran, con lo que sentimos el terror a través de las palabras de quienes han sufrido la ira de Sansón, muy bueno; Y sobre todo para la Historia queda el tramo del Templo de Dagón.

 

‘Los efectos especiales supervisados ​​por Gordon Jennings (“El Mayor Espectáculo del Mundo” o “La Guerra de los Mundos”). El efecto especial más espectacular de la película es el derribo del templo de Dagón, el dios de los filisteos, costó 150.000 dólares y tardó un año en rodarse. La parte inferior del templo se construyó a escala real. Se construyó un modelo separado de 37 pies de alto con una estatua de Dagón de 17 pies de alto para los efectos fotográficos. El modelo fue destruido tres veces para fotografiarlo desde diferentes ángulos de cámara. Las imágenes del set a escala real se fusionaron con imágenes del modelo a escala utilizando un "sistema repetidor de movimiento" fabricado por Paramount, permitió repetición exacta de los movimientos de la cámara.’

 

Antes de los albores de la historia, desde que el primer hombre descubrió su alma, este ha luchado contra las fuerzas que pretendían esclavizarlo. Vio el terrible poder de la naturaleza enfurecerse contra él. El mal de ojo del relámpago... La aterradora voz del trueno... Los chillidos, la oscuridad llena de viento esclavizando su mente con grilletes de miedo. El miedo engendró la superstición, cegando su razón. Se encontraba así montado por una hueste de dioses del diablo. La dignidad humana pereció en el altar de la idolatría. Y surgió la tiranía, aplastando el espíritu humano bajo el talón del conquistador. Pero en lo profundo del corazón del hombre aún ardía la inextinguible voluntad de libertad. Cuando esta chispa divina arde en el alma de algún mortal, ya sea sacerdote o soldado, artista o patriota, amante o estadista, sus hazañas cambiaron el curso de los acontecimientos humanos y su nombre sobrevivió a los siglos. En la aldea de Zora, en la tierra de Dan, mil años antes del nacimiento de Cristo, vivía un hombre así. En él, los elementos habían fusionado grandeza y debilidad, fuerza y ​​locura. Pero junto a estos, tenía un sueño audaz... la libertad para su nación. El nombre de este hombre era Sansón...

 

Sansón: "El truco más antiguo del mundo. Trampa de seda, con el cebo de una mujer".

Dalila: "¿Conoces un cebo mejor, Sansón? Los hombres siempre responden".

 

Dalila: Nunca podrá volver a verme".

SdG: "Ninguna espada ha tocado su piel. No se derramó ni una gota de su sangre".

D: [sollozando] "Tú... tú jugaste con las palabras para robarle los ojos".

SdG: "Fuiste tú quien lo traicionó, no yo".

D: "Estaba cautivo, encadenado, pero... el señor de las Cinco Ciudades no pudo mostrarle misericordia?"

SdG: "Le mostraste tú misericordia, Dalila? Querías venganza. Ya la tienes".

 

Sansón: “Tus brazos fueron arenas movedizas, tus besos mortales. El nombre de Dalila se maldecirá por siempre en labios del hombre”.

 

*Lo ciegan sin tocar su piel con un hierro al rojo vivo.

 

Rush final: Dalila ha estado enamorada de Sansón desde su compromiso con Semadar, y su ceguera y tortura la hacen sentir un profundo remordimiento por su traición. Inicialmente ella lo había traicionado porque quería vengar la muerte de su padre y su hermana, pensaba que fueron causadas "por culpa de Sansón". Más tarde, en el Templo de Dagón, Dalila asiste a la tortura pública de Sansón empuñando un látigo, que utiliza para guiarlo hasta los principales pilares de soporte del templo. Una vez que se interpone entre ellos, le dice a Dalila que huya, ella permanece, sin que él la vea, mientras él separa los pilares. Las columnas ceden y el templo se derrumba, enterrando a Sansón, Dalila y todos los filisteos, incluido el atrio. Al final, el templo queda reducido a escombros, y Saúl y Miriam, sus dos amigos hebreos danitas más cercanos, lloran la muerte de Sansón.

 

A pesar del renombre de esta icónica historia bíblica que describe su batalla contra los filisteos, el pueblo oprimido representado por Sansón nunca es llamado "israelitas", "hebreos" o "judíos". Se les conoce únicamente como danitas, miembros de la tribu de Dan. Esta omisión –o evasión– ocurrió en los primeros días de la caza de brujas contra la influencia comunista –a menudo judía–, cuando los jefes de los estudios de Hollywood eran muy sensibles al hecho de que en general se consideraba que la industria cinematográfica estaba dirigida por judíos.

 

El estatus legendario de DeMille lo llevó a interpretarse a sí mismo en el cine negro de Billy Wilder Sunset Boulevard (1950). La película trata sobre una estrella del cine mudo ficticia llamada Norma Desmond (interpretada por Gloria Swanson) que, ya no activa, trabajó una vez como actriz para DeMille. Para la escena en la que Desmond visita a DeMille en Paramount, se reconstruyó un escenario real de Samson y Delilah para mostrar al director en el trabajo. El primer día programado para rodar la escena fue el 23 de mayo de 1949, meses después de que terminara el rodaje de Sansón y Dalila. Después de que se filmó la escena en un total de cuatro días, Wilder le dio una palmada en la espalda a DeMille y le dijo con humor: "Muy bien, muchacho. Deja tu nombre con mi secretaria. Puede que tenga un pequeño papel para ti en mi siguiente película." Wilder dijo más tarde que DeMille "tomó la dirección estupendamente. Le encantó. La entendió. Fue muy sutil".

 

Después de ver la película, se dice que Groucho Marx bromeó, en un lenguaje que pudo haber sido desinfectado para su publicación: "Ninguna imagen puede captar mi interés cuando el busto del protagonista es más grande que el de la protagonista".

 

Sansón y Dalila tuvo un enorme éxito, ganando 9 millones de dólares en alquileres teatrales en su estreno inicial, lo que la convirtió en la película más taquillera de 1950. En el momento de su estreno, era la tercera película más taquillera de la historia, detrás de Lo que el viento se llevó (1939) y Los mejores años de nuestras vidas (1946).

 

En los Oscar ganó por Mejor dirección artística en color (los directores de arte Hans Dreier y Walter H. Tyler y los decoradores Samuel M. Comer y Ray Moyer) y Mejor diseño de vestuario en color (Edith Head, Dorothy Jeakins, Elois Jenssen, Gile Steele y Gwen Wakeling). También fue nominada a 3 premios más: Mejor fotografía en color (George Barnes), Mejor banda sonora de una película dramática o de comedia (Victor Young) y Mejores efectos especiales (Cecil B. DeMille Productions).

 

Libro bíblico de los Jueces, concretamente de los capítulos 13 al 16: En él se nos cuenta la historia de Sansón, quien ejerció el cargo político-militar de Juez en el pueblo de Israel durante veinte años. Tras un nacimiento prodigioso que recuerda el de Isaac o Juan el Bautista, es consagrado a Dios, comprometiéndose sus padres a que a cambio de que la fuerza de Dios esté con él se abstendrá durante su vida de beber vino y cortarse el pelo.

 

Tal y como viene en el libro de los Jueces, Dalila es descrita como una mujer, no como una cortesana, contratada para seducir a Sansón y quitarle su fuerza. Por supuesto, no se dice que lo amase, pero tampoco que estuviera en el templo cuando la destrucción, a propósito, terrible matanza que ya desde niño me resultó inquietante y que me hizo mirar con simpatía a los filisteos. O sea, que Dalila en la realidad se salva.

 

Cuarenta años llevaban los israelitas bajo el dominio de los filisteos cuando, una mujer de la tribu de Dan, fue avisada por un ángel de que iba a tener un hijo a quien no debía cortarle el cabello porque estaría consagrado a Dios desde su nacimiento hasta su muerte. Al nacer, el niño fue bautizado Sansón (Šīmšwn > hombre del sol), creció teniendo una profunda fe en Dios y dando pruebas de que poseía una fuerza descomunal e inigualable. Cuando era ya un hombre, Sansón se enamoró de la filistea Semadar que, aunque no era del agrado de sus padres, él estaba dispuesto a casarse con ella.

 

Me queda un notable film épico bíblico, un espectáculo de los que cala, aun con sus referidas carencias. Gloria Ucrania!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario