sábado, 6 de mayo de 2023

 


REBELDES.

 

Irregular drama dirigido por el gran Francis Ford Coppola, pretende mucho más de lo que consigue. Lo he visto con motivo del 40 aniversario de su estreno (22/03/1983, estrenado en Tulsa-Oklahoma, localidad donde se rodó), el guion de Kathleen Rowell adapta fielmente la novela homónima (en el título original) de 1967 de SE Hinton (este mismo año Coppola estrenaría otro film adaptación de otro libro de la novelista, “Rumble Fish”, que acontece también en Tulsa, de donde era la escritora) sobre un relato sobre el despertar de la inocencia en un microcosmos partido en clases y donde (extrañamente) no parecen existir los adultos. Jo Ellen Misakian, bibliotecaria de la escuela primaria Lone Star en Fresno, California, y sus alumnos fueron los responsables de inspirar a Coppola para hacer la película, y el cineasta italo americano se lo agradece en la dedicatoria al final del film. La cinta sobre todo ha pasado a la historia por su elenco actoral de jóvenes que hicieron una gran carrera en Hollywood, C. Thomas Howell (quien obtuvo un Premio Artista Joven), Patrick Swayze, Ralph Macchio, Diane Lane, Rob Lowe, en su debut cinematográfico, Emilio Estévez, Matt Dillon, Leif Garret, y Tom Cruise (el que tiene el papel más pequeño y paradójicamente el que más alto ha llegado), ayudando a despertar el género Brat Pack de la década de 1980. Es un retrato de una juventud sin referentes mortales, perdida, ese tiempo en que no sabes hacia donde ir, que será de ti, esos complicados años, pero en este caso azuzado por estar en medio de una guerra clasista, pareciéndome en esto un cruce entre “Rebeldes sin causa” y el musical “Grease”, con unas pizcas de “West Side Story”.  Aunque el mantra del film es “Lo que el viento se llevó”, tanto por su novela que llevan y leen los protagonistas, y por la inspiración para tomas como la Icónica a contra luz de la puesta de sol en Tara de la mítica película (hasta el título al principio está inspirado en el de la peli de 1939).

 

He visto la versión restaurada “The Outsiders: The Complete Novel”, con 22 minutos de escenas añadidas en la película y elimina algunas otras escenas. La muerte de su padre, Carmine Coppola, supuso reelaborar la banda sonora. Coppola agrega a Elvis Presley y otras canciones de los años 60, además de una partitura de rock and roll de época a la banda sonora.

 

Los padres de los hermanos Curtis están muertos, por lo que el hermano mayor Darrel "Darry" (Patrick Swayze) se queda para criar y mantener a sus dos hermanos menores, Ponyboy (C. Thomas Howell) y Sodapop "Soda"(Rob Lowe), en 1965 Tulsa, Oklahoma. Algunos adolescentes socialmente acomodados (los dandys) acosan y atacan a Ponyboy hasta que algunos de sus compañeros (los grasientos) los ahuyentan. Una noche Ponyboy, Johnny (Ralph Maccio) y Dallas (Matt Dillon) ven una película en el autocine local, donde Dallas coquetea sin éxito con "Soc" Cherry Valance (Diane Lane) y luego se va. Sin embargo, Cherry invita a Ponyboy y Johnny a sentarse con ella y su amiga. Más tarde, mientras acompañan a las dos adolescentes a casa, sus novios, Socs Bob y Randy, se ofenden por esto.

 

La historia tiene un mensaje muy loable, pero desarrollado con demasiadas ínfulas, demasiado melodramático desde el inicio, situaciones que me resultan algo forzadas, y con unos diálogos chirriantes por lo culto puestos en boca de estos jóvenes núbiles, no me los creo hablando la mayor parte del tiempo. Te lo dan todo masticado desde el comienzo, carece de sutilidad, con una lucha entre ("grasientos" y "dandys") pobres y ricos muy rancia, sin matices, no me vale esa ridícula charla entre el rol de C. Thomas Howell y Leif Garret en el coche, acartonada en su inverosimilitud, no me resulta fresca, carece de la emitir espontaneidad, los actores parecen estar leyendo en todo momento sus diálogos siempre lapidarios y por supuesto fuera de lugar para ellos, no es creíble a estos jovenzuelos recitar al poeta Robert Frost, se me tuerce el ceño al oírlos. Muy sentimentaloide, quiere conmover a empellones, tiene material, pero no da cimientos para ello, y de buenas a primeras te empuja. Y no es que carezca buenos elementos y algunos buenos momentos, pero son en un tono híper solemne, ansía profundidad, pero queda en lo cuasi liso, los personajes apenas tienen evolución alguna, son lo mismo al principio que al final. No es que sea aburrida, se ve bien, se sigue con interés, pero me siento en muchos casos zarandeado por el deseo simplista de que tengo que estar emocionado por situaciones metidas con fórceps.

 

No ayuda a sumar el afán hacer casi un film de arte y ensayo que llega a transmitir Coppola con tanto encuadre y toma singular, donde los personajes llegan parecer figurantes de la película, llega a desconcertar tanto vaivén estético.  Quiere ser poética, y lo consigue a tramos, en otros resulta artificiosa. Tiene éxito el film al reflejar la camaradería entre estos jóvenes desheredados, y aun así llega pasarse de rosca en algún momento que (si fuera queriendo no pasaba nada, pero es que no es así) roza el homoerotismo, como cuando Johnny se queda dormido sobre el regazo de Ponyboy, sus abrazos me son poco naturales, es excederse en el bromance. Muestra con encanto las relaciones entre los chicos, con sus rutinas, sus choques con los rivales, sus frustraciones, sus sueños, sus picores sexuales en sus avances con chicas.

 

Está el catárquico tramo en que los dos protagonistas Ponyboy y Johnny huyen a una Iglesia abandonada, allí (a pesar de la grimante escena homo erótica) trasciende en su potente reflejo del aislamiento y soledad que sufren, con una fotografía de Stephen H. Burum (rodó en Panavisión para poder aprovechar la pantalla más ancha), donde los anhelos de estos chicos con todo el futuro por delante frente a la hermosa puesta de sol (“Lo que el viento se llevó”),  mientras Ponyboy cita el poema de Robert Frost sobre cómo nada de oro (refiriéndose a la juventud) nunca dura. Luego entramos en la última fase del film y las cosas se precipitan de forma apresurada, las pasiones se desatan, el dolor pretende desbordarse y como válvula de escape la rebeldía. Mostrando lo complicado que es el salto a la adultez, mostrando la adolescencia en familias disfuncionales y como trastoca a los más jóvenes. Desarrollado por Coppola en un ritmo no del todo fluido, para desembocar en un final ………….

 

Aunque haya un elenco de intérpretes extenso y que se han hecho muy conocidos, no es una peli coral, los protagonistas claros son C. Thomas Howell y Ralph Maccio, el primero dando muy con su rol de chico profundo, de gustos cultos sobre sus aspiraciones de escritor, aunque sus cuitas con su hermano mayor me resultan chirriantes; Maccio hace probablemente el mejor papel de su carrera, sensacional emitiendo patetismo, entrañable su desorientación, sus ganas de vivir, maravilloso; en un segundo escalón Matt Dillon y Diane Lane, el primero como siempre, muy bueno, es el rebelde de la película, arrollador en su nihilismo, en su egotismo, te llega su ira contra el mundo; Lane con 18 refrescantes años encandila con su beldad, amén de saber proyectar dulzura; Patrick Swayze nunca fue un gran actor, pero su presencia y carisma son innegables; y los que tienen menos peso son Emilio Estevez y Tom Cruise, son recordados por que luego fueron alguien, el primero una estrella fugaz realmente, el segundo un mito que seguramente sea el más famoso actor del SXXI.

 

Stevie Wonder al principio de la película canta la balada 'Stay Gold', orquestada en el poema de Frost 'Nothing Gold Can Stay' y encuentra su expresión más conmovedora en el mandato del moribundo Johnny a Ponyboy: Quédate oro!”, el oro como alegoría de la Juventud.

 

La película se rodó en locaciones de Tulsa, Oklahoma.

 

“Cuando salí a la brillante luz del sol desde la oscuridad de la sala de cine, solo tenía dos cosas en mente: Paul Newman y un viaje a casa”. Ponyboy Curtis (C.Thomas Howell)

 

Dillon también protagonizaría dos películas más basadas en las novelas de Hinton: Tex (1982) con Estévez y Coppola's Rumble Fish (1983) con Lane. Estévez escribió y protagonizó la adaptación de Hinton That Was Then... This Is Now(1985).

 

Sofia Coppola (acreditada como Domino), hija del director de la película, interpreta a la niña que pide 15 centavos a los engrasadores, y SE Hinton interpreta a la enfermera de Dally. Breves apariciones no acreditadas incluyen a Melanie Griffith y Heather Langenkamp.

 

Francis Ford Coppola no tenía la intención de hacer una película sobre la angustia adolescente hasta que Jo Ellen Misakian, una bibliotecaria escolar de la escuela primaria Lone Star en Fresno, California, le escribió en nombre de sus estudiantes de séptimo y octavo grado sobre la adaptación de The Outsiders. "Todos estamos tan impresionados con el libro, The Outsiders de SE Hinton, que ha circulado una petición pidiendo que se convierta en una película. Los hemos elegido a ustedes para enviárselo". Se adjuntaron a la carta aproximadamente 15 páginas de firmas de niños escritas en diferentes colores. Conmovido por la carta, Coppola leyó el libro y quedó impresionado por las relaciones entre los niños engrasadores. Le trajo recuerdos de cuando era un consejero de teatro que trabajaba con niños en un campamento de verano en su juventud.

 

El proceso de casting condujo al debut o a las actuaciones estelares de actores que serían denominados colectivamente a lo largo de los años 80 como Brat Pack: C. Thomas Howell, Matt Dillon, Patrick Swayze, Ralph Macchio, Rob Lowe, Emilio Estevez y Tom Cruise. Mickey Rourke, Scott Baio y Dennis Quaid también audicionaron para los papeles, pero no fueron elegidos. El productor Fred Roo , colaborador frecuente de Coppola, fue parcialmente responsable del casting de la película. En particular, buscó a Patrick Swayze en base a su actuación en la película de patinaje sobre ruedas Skatetown, EE. UU. (1979). Val Kilmer se le acercó para interpretar a Ponyboy, pero lo rechazó mientras preparaba una obra de Broadway, Slab Boys.

 

La duración original de la película era de dos horas y 13 minutos. Warner Bros. sintió que la película era un error y era demasiado larga. Como resultado, Coppola lo redujo a 91 minutos para el estreno en cines.

 

Me queda un film interesante, pero menos de lo que quiere ser. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Como bien he leído, la moraleja de la película podría ser que puedes hacer el bien o hacer el mal, pero mueres (¿?).

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