Hannibal
Decepcionante thriller,
frustrante secuela de la fascinante Obra Maestra de 1991 “El Silencio de los
corderos” (una de las pocas películas de
la historia del cine oscarizada por los cinco grandes: Película, Director,
Guion, Actriz y Actor), lo que en la pretérita era sutilidad, ingenio, brillo, sugerencias,
expresionismo, intensidad, tensión dramática, aquí torna en algo aparatoso, que
ante la falta de ideas atractivas que hagan un relato tan apasionante como la
primera parte, se echa en brazos del trazo grueso, del gore más escabroso y
gratuito. Quizás el primera sospecha es que no está al frente el director Jonathan
Demme, y es que a este no el atrajo el guion y reusó, uy el todopoderoso
productor dueño de los derechos del personaje titular Dino De Laurentiis
contrató a Ridley Scott, recién salido de la exitosa “Gladiator”, lo cual en
principio auguraba buenas expectativas con el cineasta creador de “Los
Duelistas”, “Alien” o “Blade Runner”, tampoco adaptado Ted Tally (el oscarizado
escritor de la primera, que encontró la novela demasiado espeluznante), pero los
sustitutos no eran Don Nadies, nada menos que Steven Zaillian (“La Lista de Schindler”) y David Mamet (“Los
Intocables”), basándose en el libro epónimo de Thomas Harris de 1999
(best-seller que vendió en su tirada inicial 1,6 millones), secuela de su “The
Silence of the lambs”, tampoco estaba la gran Jodie Foster como la némesis de
Hannibal, aunque la sustituyó la siempre de notable para arriba Julianne Moore,
pero mi gozo en un pozo en un relato atropellado, sin gancho, echando por
tierra la mística de los personajes que nos maravillaron en el 91. La sombra de
la primera parte es demasiado alargada, no esperaba la igualara, pero tampoco
que siendo una superproducción con gente muy reputada en el proyecto al menos
fuera digna continuación, y lo que me encuentro es un afiche sin más que vive
del recuerdo constantemente, sin este no se puede entender la relación deux
machine del relato, como es la de Hannibal-Clarice, pues aquí resulta
aturullada sin la magia de la creada en la primigenia.
El cuento de hadas que originalmente
es con reminiscencias a La Bella y La Bestia (hay una imagen que da fe de ello
con Hannibal llevando en brazos a una malherida Clarice) queda aquí muy
manoseada, se ha perdido la esencia que fluía entre la núbil Clarice de la
Foster y Hannibal tras el cristal, ni rastro de sus diálogos maravillosos, todo
es subrayado, cual si fuera creada la historia por una mente que despojara del
encanto gótico de la dirigida por Demme. Quizás es por aquello de Menos a veces
es Más, me refiero a que cuando el Totémico Hannibal Lecter aparece aterrador
apenas 15 minutos, pero se exprimen sus escenas con mordacidad se consigue una
atracción poderosa, pero tal vez cuando se da rienda suelta al Icónico
psicópata caníbal se le anula el misterio, y queda como un simple asesino que
tantas veces hemos visto, se mueve en libertad de modo altivo, siempre por
delante de los demás, eso desgraciadamente se nota demasiado, con lo que esto
cercena la posibilidad del suspense. Amén de ir acabando con gente que no nos
importa, y que encima no son trigo limpio los que mata
Al final todo queda
restringido a que veamos que nueva forma grotesca sádica nos mostrará ahora la
película, se echa en brazos del sensacionalismo, y se olvida de crear el halo
magnético de la primera. Aquí nos colocan para dar algo de vidilla a la trama a
un antagonista perverso encarnado de una forma (maquillaje mediante)
irreconocible aterradora por Gary Oldman como Mason Verger, pero este arco de trama me es muy poco trabajado, al
parecer en el libro estaba mucho más desarrollado, aquí es una simple y sin
gracia venganza de un muchimillonario.
Resulta que en la
primera parte del film Hannibal reside en la monumental Florencia italiana,
allí vemos a un hedonista protagonista en su salsa, en opíparas comidas,
epicúreos vinos, entre estatuas, pinturas, lienzos, palacios, música clásica. Y
tendrá el problemilla de que un agente policial (Giancarlo Gianni en un rol
plano) lo reconoce y decide puentear su cargo para hacerse con una recompensa,
en lo que es otra sub trama muy torpe, coronada por un acto de sanguinolento
espectacular, pero sin capacidad para provocarte algo más que asco. En esta
parte primera Clarice es prácticamente una convidada de piedra (las charlas por
teléfono de ella con Hannibal son muy pobres), la ausencia de momentos álgidos
con Hannibal repercuten en que su química es impostada y solo emanada de la
primera parte, con lo qué volvemos a la dependencia absoluta del genio de la
del 91, esto es aún más sangrante por ser otra la actriz, con lo que es
saboteada de la posibilidad de establecer una intimidad propia y no subsidiada.
Tiene una sub trama low cost sobre un asalto policial que salió mal, combinado
con muchas escenas de ella mirando el monitor y olfateando (que de modo
inverosímil dan con la pista), más otra sub trama de vergüenza ajena con un
superior encarnado por Ray Liotta, mal expuesto, una caricatura (supongo
estaría mejor descrito en el libro, pues peor es imposible). Para en la segunda
mitad ya con todo centrado en USA la casquería se adueña de la pantalla. Aunque
antes tenemos el mejor tramo de la peli, el único donde se da cita la sutilidad
el juego del gato y el ratón entre Hannibal y Clarice en el centro comercial,
con el ‘doctor’ comunicándose con ella a través de un móvil y ella con
auriculares, divertido juego, aunque roto este por una situación que sabotea lo
visto hasta entonces (*spoiler). Con la subtrama del vengador desfigurado
resuelta de forma ridícula, tomando protagonismo el criado (encarnado por un
liso Zeliko Ivanek) del vengador Mason, en un acto que es un insulto a la inteligencia
(**spoiler). La acción lejos de buscar cautivarte, cae en ser un producto de
golpes impactantes que al no estar conectados con los personajes que los sufren
adolecen de cualquier remanente emoción, tan de crearte un shock como
superficial dramáticamente. Ejemplo de lo podredumbre con respecto a su
referente del 91, es la forma fría en que volvemos a verlos juntos a Clarice y
Hannibal, ni atisbo de calor entre ellos, y para colmo socaban el carácter de
Hannibal de modo que me han dado más arcadas que con la cena de este
(***spoiler), lo peor es que esto estaba en el libro y aun más atomizado. No
digamos ya el modo chusco de resolverse un entuerto (****spoiler).
Orgánicamente la
película es un caos narrativo, con personajes endebles (siendo benévolos),
entran en escena y salen y no nos importa lo que les pase, donde lo que prima
es ocultar sus carencias en medio de sangre, vísceras colgando, rostros comidos
por cerdos, y cerebros de menú. Aquí ni está ni se le espera el mimo por el
detalle de la anterior. Todo esto para desembocar en un clímax que solo tiene
su punto en sobrepasar lo gore nauseabundo, escena que ves con grima, nada de
la intensidad agobiante de Clarice en la guarida subterránea de ‘Búfalo Bill’,
aquí se torna el zenit en situaciones forzadas que dan dentera por lo absurdo
de los comportamientos (spoiler), lo peor es que el final del libro es aún
peor.
Anthony Hopkins parece
tan cómodo como Hannibal que ya está haciendo la parodia del mismo, sin la
simpatía que atesoraba tras el cristal, ahora un simple psycho-killer, con
atisbos de super poderes por como es capaz de ir por delante siempre, pero
desgraciadamente ha abandonado el aura que le hacía resplandecer en el 91,
ahora es alguien imitándose a sí mismo.
Tema aparte merece la
manía de poner en miscelánea crímenes atroces con el cristianismo (el suicidio
de Judas), aquí con la invocación de muertes de la Biblia, con imágenes que
conectan asesinatos con la liturgia católica, con incluso referencias beatas de
Mason Verger, o como incluso Hannibal es llevado ante Verger en posición (nada
sutil) de crucificado.
Spoiler:
* Ridículo que Hannibal,
que siempre se las huele todos, cuando tu vas el ha venido tres veces, pues le
atrapan dos tarugos en una furgoneta por la calle de modo risible, es que ha
tocado Kriptonita y no nos han avisado Hannibal?
**Ridículo cuando
Hannibal con Calrice en brazos, huyendo del lugar de su encerrona le dice al
criado de Mason que lo tire a los cerdos, que le echaran la culpa a él. Y este
lo lanza a los cerdos para que se lo coman. O sea, que un tipo normal se
convierte de un segundo a otro, sin motivo aparente alguno en un asesino por
poderes.
Para el recuerdo queda
la escena en que Hannibal tiene de invitados a cenar a Paul Krendler (Ray
Liotta) y Clarice, siendo el plato estrella sesos de Krendler, este drogado,
Hannibal le saca el cuero cabelludo cual taón de bote4lla y le sesga partes del
cerebro detallando a Clarice la parte que es, ello mientras Paul parece
infantilizado por las drogas, Hannibal incluso le da de comer de su propio
cerebro.
*** Ridículo que el
amanerado y afeminado Hannibal termine dándole un beso de amor a Clarice me ha
resultado un tiro en el pie de la relación platónica que había entre ambos,
surge de la nada, queriendo sorprender lo que hacen es arrollar la personalidad
del protagonista en un acto anti natural para él.
**** Que Clarice sea
capaz de esposar a Hannibal es de aurora boreal, pero ya en el colmo de la
falta de respeto al espectador Hannibal solo sea capaz de cortarse su propia
mano para escapar me ha sido de idiotez no, lo siguiente. Porque no probó
cortar la cadena con el cuchillo de carnicero? Un hedonista individualista como
él nunca se habría mutilado, una estupidez burda.
En el final del libro
(es peor incluso que el del film) Hannibal se escapa y la agente Starling se
salva, terminan juntos, hasta se comen a la limón los sesos de Paul.
La escena que Julianne
Moore describe cómo Lecter mató a uno de los componentes de una filarmónica que
no daba la talla y sirvió sus mollejas a sus colegas en una cena. Curiosa
porque en realidad esa es la escena que sirve de prólogo a la posterior
precuela (paradojas del destino) "El dragón rojo". A raíz de ese
incidente el detective que interpreta Edward Norton pondrá a Lecter entre
rejas. Detrás de un cristal, mejor dicho.
Hannibal se estrenó el 9
de febrero de 2001, diez años después de El silencio de los inocentes. Fue muy
esperado y rompió récords de taquilla en los Estados Unidos, Australia, Canadá
y el Reino Unido, y recaudó $ 351,6 millones durante su presentación en cines.
Le siguió una precuela, Red Dragon, en 2002, con Hopkins retomando su papel de
Lecter.
De Laurentiis visitó a
Ridley Scott en el set de Gladiator y le sugirió que dirigiera Hannibal. Scott,
que estaba realizando la fotografía principal de Gladiador, pensó que De
Laurentiis estaba hablando sobre el general cartaginés y respondió: "Dino,
estoy haciendo una epopeya romana en este momento. No quiero hacer elefantes
viniendo sobre los Alpes la próxima vez".
David Mamet fue el
primer guionista en producir un borrador que, según Scott y los productores,
necesitaba revisiones importantes. La reescritura de Zaillian, Scott elogió a
Mamet por su rapidez y eficiencia, pero dijo que rechazó su borrador porque
necesitaba trabajo y temía que Mamet, que pronto dirigiría su propia película,
estaría demasiado ocupado para volver a redactarlo. Zaillian inicialmente se
negó a escribir Hannibal, diciendo estaba ocupado y que "casi nunca puedes
ganar cuando haces una secuela". Cambió de opinión, ya que "es
difícil decirle que no a Dino una vez y es casi imposible decirle que no dos
veces".
La portavoz de Foster
dijo que se negó porque Claire Danes estaba disponible para la película Flora
Plum de Foster. Cuando quedó claro que Foster se saltaría a Hannibal, el equipo
de producción consideró a varias actrices diferentes, incluidas Cate Blanchett
, Angelina Jolie, Gillian Anderson, Hilary Swank, Ashley Judd, Helen Hunt y
Julianne Moore. Hopkins le preguntó a su agente si tenía algún
"poder" sobre el casting. Informó a De Laurentiis que conocía a
Moore, con quien había trabajado en Surviving Picasso, y la consideraba una
"excelente actriz".
Se esperaba que Hopkins
repitiera su papel ganador del Premio de la Academia. Hopkins dijo en junio de
1999 que solo estaría interesado si el guión era "realmente bueno".
Hopkins dijo que no podía decidirse a comprometerse: "Me sorprendió un
poco este libro, Hannibal. Pensé que era realmente exagerado y muy extraño. Así
que no pude". No me decido, sobre todo. Algunas cosas me parecieron
intrigantes, otras me inquietaron un poco". Cuando los productores
confirmaron que iban a filmar la novela de Harris, Hopkins les dijo que sí,
pero agregó: "Necesita algo de condensación".
El papel de Mason
Verger, una de las dos víctimas sobrevivientes de Lecter, se le ofreció
originalmente a Christopher Reeve en base a su trabajo como oficial de policía
que usa una silla de ruedas en Above Suspicion (1995). Al no haber leído la
novela, Reeve mostró interés inicial en el papel, pero finalmente se negó al
darse cuenta de que Verger era un violador de niños tetrapléjico y con el
rostro desfigurado. El papel fue aceptado más tarde por la opción secundaria
Gary Oldman.
Frankie Faison repitió su
papel como el camillero Barney Matthews, siendo el único actor que interpretó
un papel en todas las películas de Lecter (hasta Hannibal Rising en 2007),
incluido Manhunter.
En el libro, Mason
Verger dirige un orfanato, desde el cual llama a los niños para abusar
verbalmente en lugar de que ya no pueda abusar de ellos. También tiene una
hermana, Margot, a la que había violado cuando eran niños y que es lesbiana.
Cuando reveló su orientación sexual a su familia, su padre la repudió. Como
ella es estéril debido al abuso de esteroides, Verger ejerce cierto control
sobre ella prometiéndole una muestra de semen para embarazar a su amante, quien
luego podría heredarla fortuna Verger. Al final del libro, Margot y Starling
ayudan a escapar a Lecter durante un tiroteo entre los guardias de Starling y
Verger. Margot, siguiendo el consejo de Lecter, estimula a su hermano a
eyacular con una picana para ganado insertada en el recto y luego lo mata
metiéndole la morena por la garganta; El controvertido final del libro tiene a
Lecter presentándole a Starling los huesos exhumados de su padre, a los que
"da vida" al hipnotizar a Starling, lo que le permite despedirse.
Esto forja una extraña alianza entre Starling y Lecter, culmina cuando se
vuelven amantes y escapan a Argentina. Al final de la novela, Barney los ve en
el Teatro Colón de Buenos Aires; Desaparecieron de la película los flashbacks
de la infancia de Lecter, en los que ve a su hermana menor, Mischa, devorada
por desertores alemanes en 1944. Estos flashbacks formaron la base de la
película de 2007 Hannibal Rising (escrita al mismo tiempo que la novela de 2006
del mismo nombre) que retrata a Lecter como un hombre joven.
Película que en el mejor
de los casos solo se puede tener en cuenta como un afiche a la Magna “El
silencio de los corderos”. Gloria Ucrania!!!
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