miércoles, 24 de mayo de 2023

 

Hannibal

 

Decepcionante thriller, frustrante secuela de la fascinante Obra Maestra de 1991 “El Silencio de los corderos”  (una de las pocas películas de la historia del cine oscarizada por los cinco grandes: Película, Director, Guion, Actriz y Actor), lo que en la pretérita era sutilidad, ingenio, brillo, sugerencias, expresionismo, intensidad, tensión dramática, aquí torna en algo aparatoso, que ante la falta de ideas atractivas que hagan un relato tan apasionante como la primera parte, se echa en brazos del trazo grueso, del gore más escabroso y gratuito. Quizás el primera sospecha es que no está al frente el director Jonathan Demme, y es que a este no el atrajo el guion y reusó, uy el todopoderoso productor dueño de los derechos del personaje titular Dino De Laurentiis contrató a Ridley Scott, recién salido de la exitosa “Gladiator”, lo cual en principio auguraba buenas expectativas con el cineasta creador de “Los Duelistas”, “Alien” o “Blade Runner”, tampoco adaptado Ted Tally (el oscarizado escritor de la primera, que encontró la novela demasiado espeluznante), pero los sustitutos no eran Don Nadies, nada menos que Steven Zaillian  (“La Lista de Schindler”) y David Mamet (“Los Intocables”), basándose en el libro epónimo de Thomas Harris de 1999 (best-seller que vendió en su tirada inicial 1,6 millones), secuela de su “The Silence of the lambs”, tampoco estaba la gran Jodie Foster como la némesis de Hannibal, aunque la sustituyó la siempre de notable para arriba Julianne Moore, pero mi gozo en un pozo en un relato atropellado, sin gancho, echando por tierra la mística de los personajes que nos maravillaron en el 91. La sombra de la primera parte es demasiado alargada, no esperaba la igualara, pero tampoco que siendo una superproducción con gente muy reputada en el proyecto al menos fuera digna continuación, y lo que me encuentro es un afiche sin más que vive del recuerdo constantemente, sin este no se puede entender la relación deux machine del relato, como es la de Hannibal-Clarice, pues aquí resulta aturullada sin la magia de la creada en la primigenia.

 

El cuento de hadas que originalmente es con reminiscencias a La Bella y La Bestia (hay una imagen que da fe de ello con Hannibal llevando en brazos a una malherida Clarice) queda aquí muy manoseada, se ha perdido la esencia que fluía entre la núbil Clarice de la Foster y Hannibal tras el cristal, ni rastro de sus diálogos maravillosos, todo es subrayado, cual si fuera creada la historia por una mente que despojara del encanto gótico de la dirigida por Demme. Quizás es por aquello de Menos a veces es Más, me refiero a que cuando el Totémico Hannibal Lecter aparece aterrador apenas 15 minutos, pero se exprimen sus escenas con mordacidad se consigue una atracción poderosa, pero tal vez cuando se da rienda suelta al Icónico psicópata caníbal se le anula el misterio, y queda como un simple asesino que tantas veces hemos visto, se mueve en libertad de modo altivo, siempre por delante de los demás, eso desgraciadamente se nota demasiado, con lo que esto cercena la posibilidad del suspense. Amén de ir acabando con gente que no nos importa, y que encima no son trigo limpio los que mata

 

Al final todo queda restringido a que veamos que nueva forma grotesca sádica nos mostrará ahora la película, se echa en brazos del sensacionalismo, y se olvida de crear el halo magnético de la primera. Aquí nos colocan para dar algo de vidilla a la trama a un antagonista perverso encarnado de una forma (maquillaje mediante) irreconocible aterradora por Gary Oldman como Mason Verger, pero este arco de trama me es muy poco trabajado, al parecer en el libro estaba mucho más desarrollado, aquí es una simple y sin gracia venganza de un muchimillonario.

 

Resulta que en la primera parte del film Hannibal reside en la monumental Florencia italiana, allí vemos a un hedonista protagonista en su salsa, en opíparas comidas, epicúreos vinos, entre estatuas, pinturas, lienzos, palacios, música clásica. Y tendrá el problemilla de que un agente policial (Giancarlo Gianni en un rol plano) lo reconoce y decide puentear su cargo para hacerse con una recompensa, en lo que es otra sub trama muy torpe, coronada por un acto de sanguinolento espectacular, pero sin capacidad para provocarte algo más que asco. En esta parte primera Clarice es prácticamente una convidada de piedra (las charlas por teléfono de ella con Hannibal son muy pobres), la ausencia de momentos álgidos con Hannibal repercuten en que su química es impostada y solo emanada de la primera parte, con lo qué volvemos a la dependencia absoluta del genio de la del 91, esto es aún más sangrante por ser otra la actriz, con lo que es saboteada de la posibilidad de establecer una intimidad propia y no subsidiada. Tiene una sub trama low cost sobre un asalto policial que salió mal, combinado con muchas escenas de ella mirando el monitor y olfateando (que de modo inverosímil dan con la pista), más otra sub trama de vergüenza ajena con un superior encarnado por Ray Liotta, mal expuesto, una caricatura (supongo estaría mejor descrito en el libro, pues peor es imposible). Para en la segunda mitad ya con todo centrado en USA la casquería se adueña de la pantalla. Aunque antes tenemos el mejor tramo de la peli, el único donde se da cita la sutilidad el juego del gato y el ratón entre Hannibal y Clarice en el centro comercial, con el ‘doctor’ comunicándose con ella a través de un móvil y ella con auriculares, divertido juego, aunque roto este por una situación que sabotea lo visto hasta entonces (*spoiler). Con la subtrama del vengador desfigurado resuelta de forma ridícula, tomando protagonismo el criado (encarnado por un liso Zeliko Ivanek) del vengador Mason, en un acto que es un insulto a la inteligencia (**spoiler). La acción lejos de buscar cautivarte, cae en ser un producto de golpes impactantes que al no estar conectados con los personajes que los sufren adolecen de cualquier remanente emoción, tan de crearte un shock como superficial dramáticamente. Ejemplo de lo podredumbre con respecto a su referente del 91, es la forma fría en que volvemos a verlos juntos a Clarice y Hannibal, ni atisbo de calor entre ellos, y para colmo socaban el carácter de Hannibal de modo que me han dado más arcadas que con la cena de este (***spoiler), lo peor es que esto estaba en el libro y aun más atomizado. No digamos ya el modo chusco de resolverse un entuerto (****spoiler).

 

Orgánicamente la película es un caos narrativo, con personajes endebles (siendo benévolos), entran en escena y salen y no nos importa lo que les pase, donde lo que prima es ocultar sus carencias en medio de sangre, vísceras colgando, rostros comidos por cerdos, y cerebros de menú. Aquí ni está ni se le espera el mimo por el detalle de la anterior. Todo esto para desembocar en un clímax que solo tiene su punto en sobrepasar lo gore nauseabundo, escena que ves con grima, nada de la intensidad agobiante de Clarice en la guarida subterránea de ‘Búfalo Bill’, aquí se torna el zenit en situaciones forzadas que dan dentera por lo absurdo de los comportamientos (spoiler), lo peor es que el final del libro es aún peor.

 

Anthony Hopkins parece tan cómodo como Hannibal que ya está haciendo la parodia del mismo, sin la simpatía que atesoraba tras el cristal, ahora un simple psycho-killer, con atisbos de super poderes por como es capaz de ir por delante siempre, pero desgraciadamente ha abandonado el aura que le hacía resplandecer en el 91, ahora es alguien imitándose a sí mismo.

 

Tema aparte merece la manía de poner en miscelánea crímenes atroces con el cristianismo (el suicidio de Judas), aquí con la invocación de muertes de la Biblia, con imágenes que conectan asesinatos con la liturgia católica, con incluso referencias beatas de Mason Verger, o como incluso Hannibal es llevado ante Verger en posición (nada sutil) de crucificado.

 

Spoiler:

 

* Ridículo que Hannibal, que siempre se las huele todos, cuando tu vas el ha venido tres veces, pues le atrapan dos tarugos en una furgoneta por la calle de modo risible, es que ha tocado Kriptonita y no nos han avisado Hannibal?

**Ridículo cuando Hannibal con Calrice en brazos, huyendo del lugar de su encerrona le dice al criado de Mason que lo tire a los cerdos, que le echaran la culpa a él. Y este lo lanza a los cerdos para que se lo coman. O sea, que un tipo normal se convierte de un segundo a otro, sin motivo aparente alguno en un asesino por poderes.

Para el recuerdo queda la escena en que Hannibal tiene de invitados a cenar a Paul Krendler (Ray Liotta) y Clarice, siendo el plato estrella sesos de Krendler, este drogado, Hannibal le saca el cuero cabelludo cual taón de bote4lla y le sesga partes del cerebro detallando a Clarice la parte que es, ello mientras Paul parece infantilizado por las drogas, Hannibal incluso le da de comer de su propio cerebro.

*** Ridículo que el amanerado y afeminado Hannibal termine dándole un beso de amor a Clarice me ha resultado un tiro en el pie de la relación platónica que había entre ambos, surge de la nada, queriendo sorprender lo que hacen es arrollar la personalidad del protagonista en un acto anti natural para él.

**** Que Clarice sea capaz de esposar a Hannibal es de aurora boreal, pero ya en el colmo de la falta de respeto al espectador Hannibal solo sea capaz de cortarse su propia mano para escapar me ha sido de idiotez no, lo siguiente. Porque no probó cortar la cadena con el cuchillo de carnicero? Un hedonista individualista como él nunca se habría mutilado, una estupidez burda.

 

En el final del libro (es peor incluso que el del film) Hannibal se escapa y la agente Starling se salva, terminan juntos, hasta se comen a la limón los sesos de Paul.

 

La escena que Julianne Moore describe cómo Lecter mató a uno de los componentes de una filarmónica que no daba la talla y sirvió sus mollejas a sus colegas en una cena. Curiosa porque en realidad esa es la escena que sirve de prólogo a la posterior precuela (paradojas del destino) "El dragón rojo". A raíz de ese incidente el detective que interpreta Edward Norton pondrá a Lecter entre rejas. Detrás de un cristal, mejor dicho.

 

Hannibal se estrenó el 9 de febrero de 2001, diez años después de El silencio de los inocentes. Fue muy esperado y rompió récords de taquilla en los Estados Unidos, Australia, Canadá y el Reino Unido, y recaudó $ 351,6 millones durante su presentación en cines. Le siguió una precuela, Red Dragon, en 2002, con Hopkins retomando su papel de Lecter.

 

De Laurentiis visitó a Ridley Scott en el set de Gladiator y le sugirió que dirigiera Hannibal. Scott, que estaba realizando la fotografía principal de Gladiador, pensó que De Laurentiis estaba hablando sobre el general cartaginés y respondió: "Dino, estoy haciendo una epopeya romana en este momento. No quiero hacer elefantes viniendo sobre los Alpes la próxima vez".

 

David Mamet fue el primer guionista en producir un borrador que, según Scott y los productores, necesitaba revisiones importantes. La reescritura de Zaillian, Scott elogió a Mamet por su rapidez y eficiencia, pero dijo que rechazó su borrador porque necesitaba trabajo y temía que Mamet, que pronto dirigiría su propia película, estaría demasiado ocupado para volver a redactarlo. Zaillian inicialmente se negó a escribir Hannibal, diciendo estaba ocupado y que "casi nunca puedes ganar cuando haces una secuela". Cambió de opinión, ya que "es difícil decirle que no a Dino una vez y es casi imposible decirle que no dos veces".

 

La portavoz de Foster dijo que se negó porque Claire Danes estaba disponible para la película Flora Plum de Foster. Cuando quedó claro que Foster se saltaría a Hannibal, el equipo de producción consideró a varias actrices diferentes, incluidas Cate Blanchett , Angelina Jolie, Gillian Anderson, Hilary Swank, Ashley Judd, Helen Hunt y Julianne Moore. Hopkins le preguntó a su agente si tenía algún "poder" sobre el casting. Informó a De Laurentiis que conocía a Moore, con quien había trabajado en Surviving Picasso, y la consideraba una "excelente actriz".

 

Se esperaba que Hopkins repitiera su papel ganador del Premio de la Academia. Hopkins dijo en junio de 1999 que solo estaría interesado si el guión era "realmente bueno". Hopkins dijo que no podía decidirse a comprometerse: "Me sorprendió un poco este libro, Hannibal. Pensé que era realmente exagerado y muy extraño. Así que no pude". No me decido, sobre todo. Algunas cosas me parecieron intrigantes, otras me inquietaron un poco". Cuando los productores confirmaron que iban a filmar la novela de Harris, Hopkins les dijo que sí, pero agregó: "Necesita algo de condensación".

 

El papel de Mason Verger, una de las dos víctimas sobrevivientes de Lecter, se le ofreció originalmente a Christopher Reeve en base a su trabajo como oficial de policía que usa una silla de ruedas en Above Suspicion (1995). Al no haber leído la novela, Reeve mostró interés inicial en el papel, pero finalmente se negó al darse cuenta de que Verger era un violador de niños tetrapléjico y con el rostro desfigurado. El papel fue aceptado más tarde por la opción secundaria Gary Oldman.

 

Frankie Faison repitió su papel como el camillero Barney Matthews, siendo el único actor que interpretó un papel en todas las películas de Lecter (hasta Hannibal Rising en 2007), incluido Manhunter.

 

En el libro, Mason Verger dirige un orfanato, desde el cual llama a los niños para abusar verbalmente en lugar de que ya no pueda abusar de ellos. También tiene una hermana, Margot, a la que había violado cuando eran niños y que es lesbiana. Cuando reveló su orientación sexual a su familia, su padre la repudió. Como ella es estéril debido al abuso de esteroides, Verger ejerce cierto control sobre ella prometiéndole una muestra de semen para embarazar a su amante, quien luego podría heredarla fortuna Verger. Al final del libro, Margot y Starling ayudan a escapar a Lecter durante un tiroteo entre los guardias de Starling y Verger. Margot, siguiendo el consejo de Lecter, estimula a su hermano a eyacular con una picana para ganado insertada en el recto y luego lo mata metiéndole la morena por la garganta; El controvertido final del libro tiene a Lecter presentándole a Starling los huesos exhumados de su padre, a los que "da vida" al hipnotizar a Starling, lo que le permite despedirse. Esto forja una extraña alianza entre Starling y Lecter, culmina cuando se vuelven amantes y escapan a Argentina. Al final de la novela, Barney los ve en el Teatro Colón de Buenos Aires; Desaparecieron de la película los flashbacks de la infancia de Lecter, en los que ve a su hermana menor, Mischa, devorada por desertores alemanes en 1944. Estos flashbacks formaron la base de la película de 2007 Hannibal Rising (escrita al mismo tiempo que la novela de 2006 del mismo nombre) que retrata a Lecter como un hombre joven.

 

Película que en el mejor de los casos solo se puede tener en cuenta como un afiche a la Magna “El silencio de los corderos”. Gloria Ucrania!!!

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