INFIELMENTE TUYO.
Notable
y muy atrevida comedia negra dirigida y guionizada por un muy inspirado Preston
Sturges, paradójicamente fue un fracaso comercial y de crítica en su tiempo, lo
cual demuestra que fue una peli adelantada a su tiempo. Una ácida reflexión
sobre los celos patológicos, sobre el amor posesivo, sobre el poder de la duda,
teniendo como gran escaparate la espléndida e hilarante actuación del inglés
Rex Harrison (al parecer parodiando al director de orquesta inglés Thomas
Beecham, también riéndose del director musical Leopold Stokowski) que dirigía
con las manos, y sin batuta), sensacional dando vida al ególatra músico, elegante,
sofisticado, impulsivo, temperamental, con una labia proverbial exquisita,
teniendo un tramo epicúreo cuando se transforma en un actor mudo en una cadena
de situaciones rimbombantes que acaban destrozando su apartamento de modo
aparatoso (aparte de que dirige realmente a músicos reales), y como partenaire
a la hermosa y dulce Linda Darnell.
El protagonista es el mundialmente
famoso director de orquesta Sir Alfred de Carter (Rex Harrison), quien llega a
casa desde Inglaterra con un cálido saludo de su bella y mucho más joven
esposa, Daphne (Linda Darnell). Pero su cuñado August (Rudy Vallee) tiene
noticias preocupantes. August malinterpretó las órdenes de Sir Alfred de cuidar
a su esposa y, a su vez, contrató a un investigador privado para vigilar a
Daphne mientras Sir Alfred no estaba. Sir Alfred, que tiene prejuicios contra
los detectives privados, se indigna ante la idea de que sigan a su amada
esposa. Pero pronto se entera de que Daphne hizo un viaje nocturno a la
habitación del hotel del asistente de Sir Alfred, Tony (Kurt Kreuger), un
hombre apuesto de su misma edad; En esta primera parte destaca el ímpetu del
protagonista por ser digno y no querer saber nada del informe que el detective ha
hecho sobre su amor, para ello tenemos un chancesco enfrentamiento con su
cuñado, al que en sus impulsos llega a romperle la americana. Pero el
expediente parece tener vida inmortal, pues lo rompe y vuelve a través del
detective del hotel que lo encuentra y lo recompone, llegando entonces Alfred a
quemarlo, lo que provoca una descojonante secuencia de incendios. Aun así sigue
habiendo un expediente original que no ha salido de la oficina del detective
privado, y como era previsible, Alfred acaba enterándose de lo que pone en el
informe.
Tiene un desarrollo
trepidante, plagado de diálogos punzantes, divertidos, jocosos, rebosantes de
situaciones mordaces, con réplicas y contrarréplicas chispeantes, con mucho de
humor oscuro, con mucha imaginación en pos de sorprender al espectador, con
esos geniales tramos de los pensamientos del protagonista, adornados
genialmente por diferentes músicas clásicas cada tramo, dando una lección
magistral de cómo utilizar la música como impulsora orgánica de escenas, con el
contraste posterior de lo que es la realidad, con ese tramo final deudor del
mejor slapstick del cine silente de Chaplin o Keaton, con personajes
secundarios sustanciosos como lo es ese desternillante Rudy Vallee, con un rol
que ya aparecía en “Un marido rico”, el pomposo ricachón August Henshler, que
aunque no se llamen igual es el mismo carácter e imagen con esas gafitas sin
patillas. Es una farsa punzante.
Esto nos lleva a la zona
intermedia del film, lo que es el grueso de la trama durante un concierto
dirigido por un poseído por los celos Alfred (*spoiler). Donde ayudado por un
excelente efecto visual de cámara dirigida por el DP Victor MIlner
(“Cleopatra”), el objetivo hace un incisivo zoom en el iris de Alfred, cual efecto
freudiano muy al estilo Hitchcock, abro aquí conexión Sturges-Hitchcock, esto
mencionado lo utilizó en “Recuerda” y “Psycho”; hay más, como un tiro en la cabeza se superpone el agujero de
bala con un remolino, anticipando la famosa yuxtaposición de ojos y desagüe de
la ducha en “Psycho”; de hecho el protagonista aquí es un rol muy propio del
orondo director londinense, un caballero, elegante y sofisticado que esconde un
faceta vengativa asesina y sádica, cierro acotación. Con el efecto de entrada
en la mente nos introducimos en los pensamientos excitados y paranoicos del
músico, y con ello veamos las tres fantasías con las que quiere afrontar la ‘infidelidad’
de su amada, cada segmento adornado de modo fascinante por un tema musical que
da brío y emoción a la acción, creando estados de ánimo, con la “Obertura de
Semiramide” de Rossini, el “Coro de peregrinos” de “Tannhäuser” de Wagner y
“Francesca da Rimini” de Tchaikovsky. En estos engañosos tramos pasa la mayor
parte del metraje, mostrando primero a un tipo maquiavélico y sádico, con un
plan retorcido donde tiene importancia una máquina grabadora de discos que
Alfred maneja con enorme pericia, y una navaja de afeitar; luego como un tipo
cariñoso y comprensivo, donde es elemento fundamental para expresar su
aceptación un talón; y finalmente amenazante y autodestructivo, siendo elemento
crucial un revólver y una bala.
Y tenemos el rush final,
donde toda la teoría fantasiosa expuesta por la mente de Alfred se desplegará
en toda su crudeza, donde teoría y realidad chocarán de modo estrafalario, para
desembocar en un final que te deja con una placentera sonrisa en la boca, donde
brillará con luz propia una frase que Alfred le dedica a su Amor (**spoiler)
Spoiler:
*Durante el concierto
que dirige Alfred su mente le transporta a tres situaciones en las que
enfrentar el ‘adulterio’ de su esposa con su secretario: En el primer bloque se
imagina a sí mismo grabando y manipulando su voz para que suene como una mujer
que grita pidiendo ayuda con un tocadiscos-grabador. Luego propone a Daphne
llamar a Tony para llevarla a bailar, solo es para atraer a Tony a su
habitación. Su fantasía continúa cuando Sir Alfred con una navaja afilada de
afeitar degüella a Daphne, fuera de plano, aunque vemos su mano como pasa a
inerte (señaal de muerte). Una vez Tony llega para recoger a Daphne, el maestro
lo arregla para que Tony coja la navaja y deje sus huellas, tras ello continua
su plan, que acaba con Tony condenado a muerte por asesinato, Sir Alfred se ve
riéndose como loco en la sala del tribunal; La siguiente fantasía llega después
de una pausa en el concierto, cuando dirige una selección de Tannhäuser de
Wagner, donde se muestra ve humilde y magnánimo, aceptando de forma sacrificada
que ella lo deje por alguien de su edad. Incluso le firma un cheque a Daphne y
admite desinteresadamente: "La juventud pertenece a la juventud";
Para su última actuación, Sir Alfred dirige Francesca da Rimini de Tchaikovsky,
al mismo tiempo, se ve obligando a Daphne y Tony a jugar a la ruleta rusa con
un revólver y una bala, cuyo primer tiro entra trágicamente en la cabeza de Sir
Alfred.
Una vez completa su
concierto, Alfred corre a casa para preparar la muerte de Daphne y Tony, pero ya
sin la música que lo guíe, se equivoca en cada uno de sus tres planes
concebidos. Intenta encontrar su "unidad de grabación casera" de
vinilo para grabar la voz gritando que alertará a las autoridades, pero en el
proceso, casi destroza toda su habitación buscándola, en lo que es un Homérico
homenaje al slapstick. Luego no es capaz de grabar lo que quería, siendo bufonescas
las instrucciones, ‘Tan simple que hasta un niño la maneja’. Antes de que pueda
terminar, Daphne llega, desconcertada por el comportamiento de su esposo
durante toda la noche. Alfred intenta convencer a Daphne de ir a bailar con
Tony, pero ella no está interesada, comenta que es un pésimo bailarín. Alfred trata
de llevar a cabo su segunda fantasía, se comporta con nobleza y le escribe un
cheque, pero acaba derramando la tinta por todo el talonario. Finalmente, no
puede encontrar balas para su arma, lo que significa que tampoco jugará a la ruleta
rusa. Por fin, Daphne (de forma casual y distendida) explica el malentendido (el
que había en el informe del detective privado), en realidad la infiel es su
hermana Barbara Henshler (Barbara Lawrence), y solo estuvo 38 minutos en la
habitación porque vio le seguía el detective, estando sola allí. El velo de
celos cae y Alfred se siente regocijado, alborozado en su felicidad y le regalo
una sublime frase lírica a su Amor: ** ‘Mil poetas soñaron mil noches y
entonces naciste tú’.
Sturges concibió la idea
por primera vez en 1932 mientras escribía en Universal Studios. Tenía una
escena para El poder y la gloria completamente esbozado en su cabeza; pero
cuando lo escribió a máquina, la escena se desarrolló de manera muy diferente a
como la imaginaba. “Me senté pensando qué diablos había pasado, luego me di
cuenta de que alguien había dejado la radio encendida en la habitación de al
lado y me di cuenta de que había estado escuchando una transmisión sinfónica de
Nueva York y que esto, sumado a mis pensamientos, había cambiado el
total." Sturges desarrolló este concepto en un guión, originalmente
llamado "El concierto", con la intención de explorar cómo la música
puede moldear involuntariamente los sentimientos y percepciones de alguien. Su
guión se centró en un director cuyo concierto influye en su forma de pensar
mientras dirige. Los pensamientos internos del personaje representarían casi
todo el cuerpo de la imagen. Como escribió Sturges, el contenido específico de
los pensamientos del director se convirtió con el tiempo en secuencias
oscuramente divertidas y espantosas que reflejaban las propias preocupaciones,
celos y obsesiones de Sturges, sentimientos que atribuía a un ensimismamiento a
veces común experimentado por artistas particularmente expresivos. Presentó su
idea a Paramount Pictures y Twentieth Century Fox bajo el título de
"Sinfonía inacabada", pero los estudios se resistieron a lo que
creían que era una idea no comercializable. Parte del problema fue el tono en
sí, específicamente el título. "Relaciones impropias",
"Amante-en-ley" y "La historia sinfónica" fueron todas las
demás opciones. El jefe de Fox, Darryl F. Zanuck, finalmente retomó el guión de
Sturges en 1947 con la condición de que la palabra "sinfonía" no
apareciera en el título. y obsesiones, sentimientos que atribuyó a un
ensimismamiento a veces común experimentado por artistas particularmente
expresivos. Cuando Sturges finalmente se decidió por Unfaithfully Yours como el
título de su "farsa de dormitorio" no producida de 1932, su carrera
había sufrido una recesión impactante.
El productor Zanuck
creía que el producto final era demasiado largo y caro. Se quejó de que a
Sturges se le permitió demasiado tiempo para editar la imagen; después de todo,
debido a la reputación de Sturges, el tiempo asignado al guionista y director
en la sala de edición fue tres veces más largo que el de otros directores de
Fox. Y tal vez Sturges hubiera tenido su corte original de 126 minutos si unos
noventa miembros de la audiencia preliminar inicial no se hubieran ido durante
el espectáculo. La película recibió la peor recepción posible que cualquier
película puede recibir de una proyección previa: el público estaba polarizado
entre el amor y el odio. En respuesta, Zanuck exigió que Sturges redujera la
duración de la película a no más de 105 minutos, que es exactamente lo que
marca la película. La película terminada estaba lista para su estreno el 4 de
julio de 1948. pero luego la tragedia golpeó y retrasó el debut. La amante de
Harrison en ese momento, Carol Landis, murió de una sobredosis de Seconal. La
prensa acosó al afligido actor con preguntas sobre el escándalo, aunque se negó
a hacer declaraciones, al igual que el equipo de publicidad de Fox en su
nombre. “El estudio podría haberme dado algún apoyo”, escribió años después en
su autobiografía. Mientras tanto, Harrison tenía dos películas listas para su
estreno,Unfaithfully Yours y Joseph L. Mankiewicz's Escape , pero Fox retrasó
ambos por la pérdida de Harrison. Cuando Unfaithfully Yours finalmente se
inauguró el 6 de noviembre de 1948, se reservó en el Roxy Theatre de la ciudad
de Nueva York, un lugar enorme con 6200 asientos. Los ingresos de la película
fueron algunos de los peores reportados en la historia de Roxy. Entre críticas
favorables, algunos condenaron la película, incluida la evaluación general. La
reputación de Sturges había llegado a un punto bajo irrecuperable. Se apresuró
a volver a la cima, pero a su siguiente película, The Beautiful Blonde from
Bashful Bend, le fue aún peor. El director nunca logró otro éxito.
‘Debido a que Sir Alfred
nunca lleva a cabo el asesinato de Daphne, y Daphne nunca se entera de lo cerca
que estuvo del olvido, Infielmente tuyo tiene cierto parecido con La sospecha
de Hitchcock.’
Twentieth Century-Fox
rehizo la película en 1984 con el mismo título, con Dudley Moore, Nastassja
Kinski, Armand Assante y Albert Brooks y dirigida por Howard Zieff. La nueva
versión eliminó el tema de tres piezas musicales diferentes que inspiraron tres
escenarios diferentes de respuesta o venganza.
Infravalorada comedia,
todo un dardo afilado contra esa lacra de los celos. Gloria Ucrania!!!
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