HORIZONTES
PERDIDOS.



Hacía años que no veía este
film de Frank Capra que en mi juventud me dejó un gran sabor, y me he dado
cuenta que entonces mi mentalidad debía ser muy ingenua, pues ahora lo que he
visto es una historia muy inocentona que peca de un buenismo y unas lagunas
argumentales que la hacen agrietarse por todos lados, su idealización de un
mundo “superior” no aguanta el menor análisis, su mensaje antibelicista roza el
infantilismo. Y es que paradójicamente la cinta resulta más atractiva y
cautivadora en todo lo previo a la llegada a Shangri-La, que en su bucólica
estancia allí, donde el ritmo se hace letárgico y redundante en una especie de
embelesamiento onanista con un supuesto Paraíso utópico en el que las licencias
que hay que darle para aceptarlo son demasiadas. El cándido guión de Robert
Riskin (“Sucedió una noche” o “Vive como quieras”) se basa en la novelas
homónima de 1933 del escritor británico James Hilton, inspirándose en la vida real alpinista George Leigh Mallory, perdido durante un ascenso fatal del Monte
Everest en 1924 (no encontrado su cuerpo hasta 1999), describía un utópico paraíso tibetano denominado "Shangri
La", sus habitantes vivían en un cuasi-Edén, un vehículo ideal para
el universo del realizador ítalo-americano Frank Capra, una especie de grito
esperanzador en un tiempo en que se cernía sobre el mundo la peste de la
Guerra, con los afanes expansionistas de Alemania, la URSS, Italia o Japón,
contienda que empezaría dos años después. La película superó su presupuesto original en más
de $ 776.000, y tardó cinco años para recuperar su costo, creando una grave
crisis financiera en la Columbia Pictures dañando la asociación entre
Capra y el jefe del estudio, Harry Cohn. película costosa y ambiciosa, debido a sus conjuntos elaborados de
Shangri-La (en Burbank rancho de Columbia) y el plan de rodaje prolongado,
recibió un disparo en un presupuesto extravagante de $ 2,5 millones, cuenta con el decorado más grande que se había construido en Hollywood
hasta la fecha, anunciándose en su momento
como “La Más Grande de Todas las Películas”. Estos problemas hicieron que se
hicieran revisiones al montaje para intentar ser más comercial, sesgándole
minutos para ello, haciendo ininteligibles algunos comportamientos. En 1973, la AFI lanzó una exhaustiva búsqueda para encontrar el
material que faltaba, toda la grabación de audio fue descubierta y todo menos 7
minutos de la película 132 minutos. Laversión restaurada utiliza
fotografías fijas para reemplazar a las pocas escenas breves que nunca fueron
encontradas. El legendario lugar descrito por Hilton, se inspira en Sambhala, la mítica
ciudad del Tíbet que se considera escondida en las montañas del Himalaya, y la
cual muchos imaginan como la morada del Creador, un lugar donde se vive y se
manifiesta la voluntad de Dios, el paraíso en el mundo
terrenal, donde reina la paz, la armonía, el silencio interior por sobre los
elementos más mundanos como son las cosas materiales que rigen al mundo
civilizado. Nominada a siete Oscar, ganando dos para decoración Interior y
montaje, sus otras nominaciones a película, actor de reparto (HB Warner),
sonido, Director Adjunto (CC Coleman, Jr., categoría que se suspendió después
de este año), y mejor banda sonora (Dimitri Tiomkin ). Película fue rehecha como un musical colorido, “Lost Horizon” (1973) , con Charles Boyer como Gran Lama, Peter Finch como Robert Conway,
John Gielgud como Chang, Olivia Hussey como María, y Michael York como George
Conway, con música de Burt Bacharach y Hal David.
Arranca en la ciudad convulsa
china de Baskul, lugar donde se cierne una violenta revolución, Robert Conway
(Ronald Colman), militar y diplomático con aspiraciones políticas controla la evacuación
de ciudadanos europeos, en el último avión Robert huye en compañía de su
hermano George (John Howard), Henry (Thomas Mitchel), industrial buscado por la
policía, Alexander (Edward Everet Horton), paleontólogo británico y una mujer
desahuciada por los médicos, Gloria (Isabel Jewel). El avión no les lleva a
Shanghai sino al Tibet, después de un aterrizaje de emergencia, son rescatados
por un grupo de personas al frente de las cuales va un tal Chang (H. B.
Warner), les conduce al valle de Shangri-La, monasterio aislado entre las
montañas del Himalaya, cuyos habitantes viven existencia apacible diferente al
resto del mundo. Tendrá importancia en el relato un lama belga (Sam Jaffe),
Sondra (Jane Wyatt), y Gloria (Isabel Jewell), dos habitantes occidentales de
Shagri-la.
Una historia que mezcla la
aventura, el drama, el romance, la fantasía, el misterio, y todo en un marco en
el que no se sabe si el mundo utópico idealizado que nos describen es real o
no, error que al final la certeza se haga patente, pues habría dado una mayor
dimensión dejar la duda existencial. Un relato de los que te hace reflexionar
sobre nuestro mundo, sobre el sentido de la vida, sobre el egoísmo y la codicia
inherente a la raza humana. Y Capra nos cuenta esta fábula con un sentido
lírico visual, mostrándonos un idealizado microcosmos de una sociedad que vive
en armonía, altruista, donde no existe el delito, pues no la mentalidad que lo
produzca, no hay rastro del Mal. Todo esto el realizador lo compara con el
mundo caótico y cruento del inicio, frente a lo bucólico y puro de este edénico
valle. Todo ello envuelto en un mensaje muy apreciable, por sus sentidos
valores humanistas de tolerancia y comprensión, una oda a la esperanza en que
la solución está en la vida sencilla, en no ambicionar demasiado.
Pero todo esto que sobre el
papel resulta muy bienintencionado queda bastante naif expresado en este film,
cuando llega el momento de exponer este quimérico submundo todo se reblandece
en una sucesión de sinsentidos donde se contradice una y otra vez; Prima la
visión occidental y condescendiente hacia el resto de la humanidad, en lo que
puede ser tildado de racismo, pues los que mandan son blancos que viven en su
palacio de la colina, no se les conoce oficio ni beneficio, y los servidores
son los asiáticos que trabajan valle abajo para surtir a la raza superior,
igual en su tiempo no era visto así, ahora esto chirría; Se nos quiere hacer
ver que el hombre puede ser una oveja mansa que al tenerlo todo en el Paraíso
no tenga maldad alguna y no aspire a más que a dejar pasar los días paseando,
menuda estulticia, primero habría que tener una mina de oro inagotable como
tienen ellos y poder “corromper” al resto de la humanidad para que nos traiga
lo que nos haga falta, luego está el componente inherente a la raza humana, que
es siempre querer tener un poquito más que ayer, vivir un poquito mejor que
ayer, tener una comodidad más, y si es posible mejor que la del vecino, esto se
llama competitividad y es lo que ha hecho avanzar a l mundo desde que es mundo,
el resto es bazofia envuelta en filosofía barata. Que nos quiere decir esta
historia? Que el ser humano podría ser feliz viviendo en una jaula de oro que
le proporcionen de todo? Menuda sandez! Hay más “perlas” que expongo en
spoiler.

Tampoco es que su ritmo sea
fluido, pues en Shangri-la todo se siente letárgico, pues uno se siente en un
bucle en slow, nos lo quiere dar todo tan remasticado que se pasa dándonos una
papilla de filosofía del todo a cien, un libro de autoayuda de mercadillo chino
ya muy rancio en su impostado buenismo. Para hacernos más digerible el producto
introducen dosis de humor por parte de los actores Thomas Mitchell y Edward
Everett Horton, pero esta no consigue elevar el interés.

La puesta en escena resulta irregular, todo lo previo a
la entrada en Shangri-la es de enorme belleza, la recreación del aeropuerto de
Baskul, el caos imperante con decenas de extras, el vuelo en el avión, la
llegada a repostar en un campamento nómada, el accidente en el Himalaya, y
también todas las escenas del tramo final en la vasta cordillera, estas
secuencias incluyen material de archivo del Himalaya seleccionadas de Andrew
Marton “Demonio del Himalaya” (1935) y de Arnold Franck “Tormenta
sobre el Mont Blanc” (1930),
muchos exteriores se filmaron en Palm Springs, Valle
Lucerne, el valle de Ojai, desierto de Mojave, montañas
de Sierra Nevada, o Westlake
Village, con rodaje dentro de una cámara frigorífica para cuando
el avión está accidentado en medio de una tormenta de nieve, pero justo en lo
que debía ser el fuerte de la cinta, Shangri-la todo huele a artificioso y poco
creíble, me refiero al diseño del palacio y aledaños (jardín y
terrazas-mirador), diseñado por Stephen Goosson (“Juan Nadie” o “Gilda”),
construido adyacente a Hollywood Way, vía muy transitada por día, hizo
necesaria filmación por noche y añade gastos extras, el más grande construido en Hollywood
hasta entonces, en dos meses, 150 obreros trabajaron para construir la
lamasería de 1.000 pies de largo, 500 pies de ancho, con profundos tramos de
escaleras de mármol y un enorme patio, terrazas amplias, jardines ricos (con
similitudes al de “Metrópolis” de 1927), y edificio principal influencia de Frank
Lloyd Wright, y sobre todo a la corriente arquitectónica de los 30, Streamline Moderne o Art Moderne , tipo tardío del diseño Art Deco que surgió en la década de 1930, que hacía hincapié
en formas curvas, largas líneas horizontales y elementos náuticos veces. Pues
bien, todo resulta más falso que un billete de euro y medio, nada creíble, no
pega con el lugar, se nota forzado (por mucho que obtuviera el Oscar a los
decorados), estridente, demasiado operístico. La fotografía en b/n es obra de Joseph Walker (“Luna Nueva” o “Que bello es
vivir”), sabe hacer manar el lirismo visual, trasladando la sensación edénica del
valle, también excelente en los momentos de acción en el Himalaya, cinta que
Capra quería hubiera sido en color para ensalzar Shangri-la, pero los altos
costes que esto hubiera supuesto lo hicieron imposible. La música del ucranio Dimitri
Tiomkin (“Que bello es vivir” o “Solo ante el peligro”), aportando sonidos
dulces y épicos.
Ronald Colman cumple con su habitual carisma y
magnetismo. John Howard realiza un agrio
rol al que no sabe matizar y queda antipático y sin solidez, siempre con cara de
estreñido. Thomas Mitchel
deja constancia de su Don natural para encarnar con frescura a todo tipo de
personajes. Edward Everett Horton queda un poco sobreactuado. Jane Wyatt deja
destellos de enorme encanto sin más. H. B. Warner da
bien con el “recepcionista” de Shangri-la, aportando dulzura, y mucha calma.
Sam Jaffe en un papel un tanto desdibujado, originalmente tenía 40 minutos en
pantalla recortados al mínimo de 12, haciendo trufar su regio y majestuosos
momentos, un tanto saboteados por un maquillaje muy anticuado (por lo de penoso).
Resulta que los muy
pacifistas gerifaltes de Shangri-la deciden secuestrar a la fuerza un avión de
pasajeros, muy racional el plan, todo porque a uno de los habitantes del “Edén”
es aficionada a los libros de uno de los mismos, el resto son daños
colaterales, que se aguanten y no haber viajado con la potencial víctima de un
rapto; Siento curiosidad por saber cómo desde Shangri-la pudieron planificar el
secuestro del avión, a miles de millas, con que malhechores trataron? Luego me
queda la duda de saber como tenían pensado que aterrizará el avión raptado,
pues si el modo era en forma de accidente, son unos genios, se podrían haber
matado todos!; Lo del recurso romántico de Sondra para que Robert tuviera más
motivos para quedarse cruje, de hecho es inventado, pues en el libro no aparece,
es un recurso barato, pues encima queda penoso cuando Robert decide huir con el
hermano y no se despide de ella, si tanto la quería; Por cierto, al hermano le
colocan el interés amoroso a una mujer de octogenaria y al protagonista Robert
una joven, nada que decir señoría (ja, ja...); Luego está lo de los porteadores
sherpas, hay que creerse que unos tipos experimentados como ellos hagan
disparos en lugares proclives a las avalanchas, nada que decir, se dice todo;
Robert queda solo en medio del inhóspito Himalaya y hay que creerse que es
capaz de dar con la civilización (y sin comida que veamos), todo muy creíble
(ataque de ironía).
Hubiera quedado mucho mejor
que al espectador le hubieran dejado con la incertidumbre de si este lugar era
real o no, o solo era un lugar mental, un estado del nirvana donde los sueños
se pueden realizar. Podrían haber jugado con ello, mezclándolo con que Robert
era el único superviviente del accidente de avión, y que Shangri-la no fue más
que un sueño de un delirante herido o que todo fue real, esto habría añadido
capas de complejidad, pero este componente queda anulado en pos de darnos
certezas y regalarnos una conclusión acomodaticia.
Robert Conway cuestionando al
Gran Lama: -Qué religión profesan aquí?
El Gran Lama: -Yo diría que nuestra creencia común se basa en la moderación.
Predicamos la virtud que reside en evitar los excesos de cualquier tipo,
incluso el exceso de virtud misma. (...) Gobernamos con una severidad moderada
y a cambio nos corresponden con una moderada obediencia; como resultado nuestro
pueblo es moderadamente honesto, moderadamente puro y moderadamente
feliz."
Preciosa y quizás la mejor
escena del film es la magistral procesión de antorchas durante el funeral del
Gran Lama.
Aunque en primer montaje
duraba más de 6 horas. La productora, asustada, decidió suprimir la mitad del
metraje dejándola en 3 horas. Sin embargo, todavía era demasiado larga,
volviendo a suprimir varios flash-backs (la forma original en que se contaba la
historia) hasta dejarla en la versión estrenada que fue de 132 minutos, por lo
que algunas de las tramas de sus protagonistas, así como el papel de Sam Jaffe
(el padre Perrault o Gran Lama), con un importante peso, quedaron casi
ininteligibles. Posteriores versiones la siguieron cortando otros 10, 20, 30
minutos... 30 años después ya no quedaba ninguna copia con esos 132 minutos.
Por suerte en 1973 el Instituto Americano de Cinematografía encontró un
"sound track" que contenía los 132 minutos originales y en un
exhaustivo trabajo de restauración reconstruyeron todo el metraje con las
mejores copias de las partes que iban encontrando solventado la falta de 7
minutos con fotogramas congelados y fotografías de producción del film.
Al final me queda una cinta demasiado
inocentona en su pueril y superficial filosofía
barata. Fuerza y honor!!!
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