MANHATTAN SUR.
Aparatosa
e irregular cinta del director maldito (desde su anterior obra “La puerta del
cielo”, 1980) Michael Cimino, una épica sustentada en un guión (no sé si por lo
mucho que hubo de recortar en la mesa de montaje) desequilibrado, incoherente en
muchos puntos, con un desarrollo orgánicamente desproporcionado en sus maneras,
con personajes demasiado al límite, y lo peor sin darles más fondo que sus
maneras histéricas. El guión es del propio director junto a otro enfant
terrible, Oliver Stone (“Platón”), basándose libremente en la novela homónima
(en inglés “The year of dragon”, 1981), relato que tiene su núcleo en las
batallas por el poder de las triadas en Manhattan, y como las combate la policía.
Cimino construye un thriller con una ambientación sugestiva, con momentos vitriólicos
en su ardor de violencia desatada, con escenas de incisiva potencia estética, pero
en su debe está una evolución un tanto caótica, dándome la sensación que falta
metraje que haga más comprensible algunos comportamientos erráticos de los protagonistas.
Es un film que levantó grandes contradicciones en la crítica, valga de ejemplo
que fue nominado a cinco Premios Razzie (los anti-oscar),
incluyendo peor guión, peor película , peor director, peor actriz y peor nueva estrella (ambos
para el Ariane), y a la vez fue candidata a mejor película extranjera, Premio César
en Francia, obtuvo dos nominaciones a los Globos de Oro, a secundario a John Lone,
y David Mansfield a banda sonora. En su
momento levantó polvareda polémica al ser acusada de racismo contra los chinos,
los guionistas conscientes de que su guión pudiera ofender a la comunidad asiática,
incluyen resortes en su favor, como el personaje chino, el agente que se
infiltra en la triada, o las referencias culturales-históricas de estos a la
sociedad estadounidense como la construcción del ferrocarril que vertebró y unió
a la nación.
Stanley White (Rourke) es un
capitán de la policía condecorado y veterano
de la guerra de Vietnam asignado al distrito de Chinatown en Nueva York, donde su misión será
acabar con las triadas que operan en el sector. Entre medias estalla una guerra
por el poder en las triadas, el joven ambicioso Joey Tai (John Lone) intentará
hacerse con el control del crimen organizado en el barrio por la violencia y el
asesinato. Tendrá importancia en la historia Connie White (Caroline Kava),
esposa de Stan, Tracy Tzu (Ariane), reportera televisiva muy bien informada, Louis
Bukowski (Raymond J. Barry), amigo policía de Stan, y un líder local de la
mafia italiana, Teddy Tedesco (Paul Scaglione).
Tiene el acierto Cimino de paralelizar a los dos
antagonistas, el policía Stan White y el malo malísimo Joey Tai, los caras de
una misma moneda, el poli viste de modo descuidado, el villano es elegante y de
porte sofisticado,
los dos nadan
contracorriente con sus “superiores”, los dos aspiran a imponer sus ideas por
la fuerza, los dos son acosados por el stablishment, los dos egoístas,
individualistas, esclavos de sus ambiciones, dos personajes trágicos
enfrentados, que al final terminan entendiéndose y dignificándose (spoiler).



Tiene sus puntos fuertes en su
creación de un clima tenso, con una atmósfera cargada, ayudado por esa
sensación de escenarios repletos de gente, trasladándonos un clima opresivo, posee
unas escenas de acción atractivas y muy bien rodadas, a pesar de ser tildada de
racista, se hace una loa histórica a la contribución de los inmigrantes chinos al
crecimiento de los Estados Unidos. Tiene un sugerente arranque, con un
asesinato y el posterior funeral en las bulliciosas calles de Chinatown. Tiene
a un protagonista bien perfilado en su fachada, un policía que estuvo en la Guerra
de Vietnam y para el que parece que combatir a los chinos en Manhattan es una
especie de prolongación de la contienda perdida, una prórroga que el destino le
ha regalado para intentar ganar tras la derrota, esto es aportación al guión de
Oliver Stone. Pero donde naufraga es cuando el relato debe desarrollarse; la
subtrama íntima-romántica del protagonista en su triángulo amoroso (adicto a
los triángulos amorosos Cimino), queda muy mal gestionada, en base a escenas donde
se nos quiere forzar artificiosamente un melodrama impostado, donde no hay
fluidez, ni naturalidad, ni credibilidad, ya en la primera aparición de la
esposa con Stan, como no hay poso alguno queda su discusión a gritos metida con
calzador, con el rancio tema de cómo el policía es preso de su sentido del
deber en detrimento de su vida matrimonial, ejemplo de los mal expuesta que
está esta relación es que en un momento dado se ve a la esposa tirarle la ropa
por la ventana en señal de echarlo del hogar y en su siguiente encuentro parece
que esto no haya ocurrido; Tampoco la relación de Stan con la reportera de
ascendencia china resulta verosímil, todo muy atrompicado, no ayuda que la
actriz Ariane solo demuestra ser bella y tener un hermoso cuerpo, cosa de la
que Cimino explota (cuasi-pornográficamente), tan embarullada es esta relación,
que se habla de un tal Roger pareja de Ariane y de pronto deja de hablarse, sin
aparecer; En el apartado de la trama policial parece todo cogido por los pelos,
todo embrollado, confuso, no sabiendo bien que persigue Stan, maximizado por lo
que parece un canto a tomarse la justicia por su mano, saltándose la ley, donde
los sinsentidos se suceden, aderezados por un protagonista que parece moverse
en base a impulsos, sin inteligencia, ejemplo que le dé una paliza al líder de
la triada y no espere lo denuncien y enchironen; Todo esto repercute en que no
empatices con ningún personaje, que no te emocione lo que les pase, que te da
igual si viven, mueren o les pica el culo.
Cimino tiene el problema de
ser un realizador megalómano, pero sin estar apoyado en ser un buen guionista y
sin tener mesura alguna con el metraje, queriendo siempre contar mucho, y no teniendo
el director la capacidad de síntesis (en este caso provocó que se tuviera que
recortar en exceso, repercutiendo esto en la incomprensión de algunos hechos), su
ambición y pretenciosidad le puede, su ego firma cheques que su calidad artística
no cubre. La grandilocuencia epopéyica de Cimino se ve en una tramo fuera de lugar
que chirría con el resto del metraje, me refiero a lo que acontece en con Joey Tai en Tailandia, es muy bonito visualmente (con la ayuda del ejército
tailandés), con la llegada al campamento paramilitar de Tai, con la negociación
con el gerifalte de allí, con la impactante a aparición de una cabeza, pero
resulta chirriante, pues todo acontece en Nueva York, y sacarte de aquí para
contarte algo que no aporta algo nuevo, y sirve para alargar torpemente el
film. Reseñable es su penoso final, impropio de un realizador que se considere
con prestigio (spoiler), una memez tan estridente como el Titanic partiéndose.
Mickey Rourke realiza una
actuación demasiado histriónica, sobrexcitado, no tiene matices, siempre
iracundo y encolerizado, no ayudado por un carácter demasiado superficial,
apenas delineado, siempre en el extremo, nada creíble que alguien así tuviera
poder en la policía, no suma el triángulo amoroso que se monta, sin sensación
de calor emocional. John Lone si está notable en su rol de némesis del
protagonista, demostrando carisma, contención y mucha mesura, irradiando temor
con su flema, excelente interpretación. Ariane hace su
debut en cine, con este papel carente de expresividad, un rostro y cuerpo
bonito que lucir palmito (desnudos gratuitos inclusivos). Caroline Kava como la
esposa de Stan expone enormes dotes actorales en el poco tiempo en pantalla,
lástima de lo atrofiado de su rol. Raymond
J. Barry cumple en el papel de amigo y consejero del
protagonista. Me ha gustado mucho Paul Scaglione en
el rol del padrino mafioso Teddy Tedesco, muy inquietante con esa voz electrónica
por el cáncer de garganta, un toque disfuncional ingenioso.
La puesta en escena es propia
del buen gusto sensorial de Cimino, con un formidable diseño de producción de
Wolf Kroeger (“Enemigo a las puertas” o “Prince of Persia”), recreando en su
mayoría en estudios un Manhattan superpoblado (de chinos), trasladándonos la
sensación de agobio, de asfixia, con locales con gran ocupación, calles abarrotadas,
el tramo en Tailandia fue rodado en situ, asimismo gran diseño del apartamento modernista
de la reportera, muy imaginativo, todo potenciado por la fotografía de Alex
Thompson (“Alien 3” o “Máximo riesgo”), sabiendo amoldarse de modo vibrante a
la acción, con una cámara en mano nerviosa y enérgica, jugando con las luces de
neón, emitiendo la opresión atmosférica. Se añade el score de David Mansfield (“La
puerta del cielo” o “El siciliano”), con efluvios de la “Cavatina” de “El
cazador”, asimismo experimentando con melodías
de sintetizadores de influencias orientales, siendo llamativa la que se oye con
la llegada de Joei Tay al campamento militar tailandés.
Spoiler:
La
escena final es de un ridículo de vergüenza ajena, en medio del funeral de Joey Tai, Stan
White no se sabe con qué intención, en medio del gentío se dirige encolerizado
hacia el nuevo líder de la triada, pero no se sabe para qué, sus amigos polis
lo contienen, un puñado de chinos se le echan encima, consigue zafarse con
ayuda de Tracy que se lo lleva de allí dejando una penosa frase y un aún más
patético beso conclusivo, en lo que pretende ser un “happy end”, muy chusca
conclusión, con lo sugestivo que fue el clímax-duelo en la vía del tren Joey vs
Stan.
Al final de la película, la
última línea de White dirigida a la reportera de ascendencia asiática Tracy es “Tenías razón, lo siento. Yo estaba equivocado. Me
encantaría ser un buen tipo, lo que pasa es que no sé cómo serlo”. De acuerdo con Cimino, la última línea de White era "Bueno,
supongo que si se lucha en una guerra el tiempo suficiente, te terminas casando
con el enemigo". El estudio vetó la línea
original, escrita por Stone, el estudio o los productores pensaron que la línea
original era políticamente
incorrecta.

Momentos
recordables: El tiroteo en el restaurante chino, de una coreografía impresionante,
con una cámara muy ágil, con los disparos que parecen rozarnos, y con el
acuario explotando de modo espectacular; Cuando Stan va a hablar con su esposa,
y se produce la ruptura entre ellos de modo dramático, entre las lágrimas de ella,
y de improvisto llegan unos sicarios chinos e irrumpen en la casa atacando a Connie y a Stan, a ella el cortan
el cuello, él consigue zafarse, a uno de ellos lo mata a tiros, corre tras él
que huye en coche, le dispara ala uto y este termina estrellándose contra un
muro, explotando el motor e incendiándose el automóvil (se pasan de vueltas con
el fuego), y poseido Stan se interna en el incendio para sacar al sicario del
coche; Stan de un modo poco coherente entra a una discoteca y lleva a Joey Tai
a los baños a darle una paliza, entonces llegan dos chicas punk chinas armadas
y le disparan hiriéndole en el cuello, y salen huyendo, entonces Stan sale tras
de ellas (debe ser de hierro sangrando), en una trepidante persecución por
locales y calles nocturnas, hasta terminar cuando una de ellas es atropellada
cual peonza tras un disparo; Otra incoherencia es que Stan solo, y después de
ser retirado de su cargo, por su cuenta y riesgo se tire a por Joey, lo bueno
es el duelo sobre el puente de la vía del tren, de noche a contra luz los dos
enemigos, se lanzan como posesos uno contra el otro cual enfrentamiento
western, Stan hiere gravemente a Joey, acercándose el policía hasta el chino,
este le pide el arma, se supone que para pegarse un tiro, Stan en señal de
respeto dignifica a los dos y le cede su pistola, suicidándose ante la resignada
mirada de Stan.
En conjunto
queda un aceptable thriller, con estimables momentos de acción, pero irregular
en su desarrollo, y es que tengo la impresión de que Cimino no es ni la mitad
de lo bueno de lo que se cree. Fuerza y honor!!!