SAHARA. (1943)
Vibrante e infravalorado
film bélico, rodado en plena contienda de la WWII, estrenado cuando faltaban
aun dos años para el final de la guerra, por ello se nota mucho de cine de propaganda
en favor de los aliados y contra sobre todo los alemanes. Y es que hay un italiano
al que se trata con comprensión y cariño, esto hay que entenderlo en el
contexto en que se estrenó, pues los aliados ya habían ganado en el Norte de África,
habían desembarcado en Italia y se había firmado el armisticio con el país
transalpino, por lo que los alemanes ocuparon la nación, por lo que era bueno
dejar a los ‘espaguetis’ (así los llama el protagonista en el film) en buen
lugar. Dirige el magiar Zoltán Korda, adaptando el guion propio escrito junto a
John Howard Lawson (más tarde miembro de los Diez de Hollywood, incluidos en la
lista negra), sobre una historia está basada en la novela Patrol de Philip
MacDonald, y en un incidente representado en la película soviética de 1936,
“Trinadtsat” (Los Trece) del director ruso, Mikhail Romm, ambientada en un
páramo asiático, el libreto traslada la historia al norte de África, y la llevó
hasta el año 1942, durante la IIGM. El propósito de abogar por la más plena
unión de los países aliados se preserva. Protagonizada por Humphrey Bogart como
un comandante de tanque estadounidense en Libia, que sin ser de sus mejores
papeles, borda su rol de tipo duro con corazón, es el carisma con ojos,
sensacional su liderazgo, como su discurso por el sacrificio; junto con un
puñado de soldados aliados (intentando mostrar la unión de los aliados, con
además de los USA, con ingleses, un francés y hasta representación de las
colonias con un negro, y el mencionado italiano), intenta defender un pozo aislado
con un suministro limitado de agua de un batallón libio del Afrika Korps
durante la Campaña del Desierto Occidental de la Segunda Guerra Mundial.
En 1942, la tripulación
del Lulubelle, un tanque M3 Lee del Ejército de los Estados Unidos, asignado al
Octavo Ejército británico y comandado por el Sargento Mayor Joe Gunn (Bogart),
se separó de su unidad durante una retirada general de las fuerzas alemanas
tras la caída de Tobruk. Obligados a dirigirse al sur a través del desierto de
Libia, Gunn y su tripulación, Doyle (cumplidor Dan Duryea) y "Waco" (cumplidor
Bruce Bennett), se toparon con un hospital de campaña bombardeado, donde
recogieron al oficial médico del Ejército británico, el Capitán Halliday (notable
Richard Aherne), a cuatro soldados de la Commonwealth (Lloyd Bridges como Fred
Clarkson; Carl Harbord como Marty Williams; Patrick O'Moore como Osmond
"Ozzie" Bates; Guy Kingsford como Peter Stegman) y al cabo Leroux (Louis
Mercier) de la Francia Libre. Halliday, el único oficial, cedió el mando al más
experimentado Gunn. A bordo del tanque, el grupo se encuentra con el Sargento
Mayor Tambul (buen Rex Ingram) de la Fuerza de Defensa de Sudán y su prisionero
italiano, Giuseppe (J. Carrol Naish). Tambul se ofrece voluntario para guiarlos
a un pozo en Hassan Barani. Gunn insiste en que dejen atrás al italiano, pero
pronto cede y permite que Giuseppe se una a ellos. En ruta, el tanque es
ametrallado por el piloto de la Luftwaffe, el capitán von Schletow (buen Kurt
Kreuger), hiriendo gravemente a Clarkson, uno de los soldados de la
Commonwealth. Von Schletow es derribado y capturado. Al llegar a Hassan Barani,
el grupo descubre que el pozo está seco y Clarkson sucumbe a sus heridas.
Una producción de altura
en la gran ambientación que despliega, rodándose en el desierto californiano, transpirándose
inmersión en el adusto y hostil lugar, esto atomizado por la fenomenal cinematografía
del cracoviano Rudolph Maté (“Ser o no
ser” o “Gilda”), transpirando al espectador el estado de ánimo agreste, haciéndonos
sentir el sudor, el polvo, el calor, la sed, ello surtiendo de tomas generales
en que el desierto se muestra omnipresente calando al espectador, potenciado
por los primeros planos de los rostros demacrados de los protagonistas; esto
gracias al sobresaliente trabajo en maquillaje de Henry Pringle (solo tiene este crédito en cine) que
hace verosímil sintamos el sopor y hastío de la sed y los estragos del sol en
la piel; Y esto adornado por la música del maestro húngaro Miklos Rozsa (“Julio
Cesar” o “Ben-Hur”) con melodías de
claro signo épico.
Relato que aúna el
heroísmo romántico por una causa mayor, la acción, la tensión, la intriga,
diálogos y situaciones tensas. Todo ello con un argumento sencillo y directo,
un canto a la solidaridad, al sacrificio. Un ágil y muy fluido entretenimiento,
en su primer aparte una road movie odisea-éxodo cruzando el desierto en busca de
la Tierra Prometida de un pozo de agua. Historia con mucho de la exitosa
fordiana “La patrulla perdida” (1934). Esto es su primera parte, una aventura
de supervivencia en medio de la nada, donde este Moisés en que se convierte el
rol de Bogart va recogiendo gente por el camino en su tanque. Mientras vamos
conociendo a los diferentes personajes, a los que el guión inteligentemente da
espacio para mostrar alma. Destacando el francés, un notable Louis Mercier que
impregna de jovialidad y alegría a su rol; el sudanés encarnado por Rex Ingram por
su estoicismo y mordacidad al decir que irá con el tanque por los cigarrillos.
Pero sobre todo destaca J.
Carrol Naish como el conmovedor Giusseppe (fue nominado al Oscar por
secundario, perdió ante el Charles Coburn de “El amor llama dos veces”),
primero por el tramo formidable de como el sargento regidor del acorazado
decide ‘condenar a muerte’ al soldado italiano al querer abandonarlo en el
desierto, como el italiano se muestra humano, frágil, comentando que tiene
familia en Pittsburgh, como muestra sollozando la foto de su familia, como implora
no lo dejen allí, la imagen del tanque alejándose mientras el italiano recoge
las fotos del suelo y luego aterrerado intenta seguir al vehículo por las
arenas, se te corta el aliento queriendo paren y lo recojan, tramo coronado con
ese billete por una apuesta que se dan uno a otro los americanos. Asimismo el
actor tendrá otros fenomenales momentos de frescura. También habrá un episodio
con un caza alemán que termina cayendo (no quiero spoilear demasiado) y deben
recoger al polito germano; Hasta que el escenario se posiciona en un
pseudo-oásis, con un pozo de agua casi seco, allí la historia toma otro cariz,
pues el sargento decide que allí deben frenar a parte de las tropas teutonas
para que no sean parte del contingente para llegar a Alejandría. Una defensa
numantina con 9 hombres frente a cientos. Allí seguiremos conociendo a estos
militares con sus sueños, inquietudes y esperanzas. Incluso con notas de humor como
la que se da entre Tambul y un estadounidense en su charla sobre las mujeres
que pueden tener los musulmanes. Todo hasta desembocar en la cruenta batalla
final. Fallándome la conclusión que resta lo que podría haber sido mucho más
(*spoiler).
La propaganda agita
conciencias llega a través de varios elementos, diálogos y discursos. Mostrando
al oficial piloto alemán como un racista que no se deja registrar por el soldado
negro, a lo que el protagonista Joe reitera que sea él (esto es cuando menos
paradójico, pues presumir de igualdad en USA cuando en los estados del sur regían
las Leyes Jim Crow que leyes propugnaban la segregación racial); Cuando Joe da
un enardecido discurso a su grupo sobre el sacrifico a hacer por todos los que
en diferentes lugares del teatro de la WWII pelean contra el nazismo; Pero
sobre todo me ha gustado el de Giusseppe, el soldado italiano espetando al
piloto germano un enfervorecido alegato por la dignidad, en contra del
totalitarismo hitleriano ("solo el cuerpo viste el uniforme, no el
alma", le dice Giusseppe); también la propaganda se apuntala con la visión
que se da de los teutones como traicioneros capaces de disparar a alguien por
la espalda durante una tregua; En este sentido propagandístico es interesante
la charla que tiene Joe con Giusseppe sobre por que siguen los italianos a Mussolini,
justificando la ‘inocencia’ del pueblo transalpino.
Spoiler:
Rush final: Los alemanes
comienzan lo que parece un asalto final, pero se convierte en una rendición
rotunda. Dejan caer las armas y avanzan a gatas por la arena hacia el pozo.
Para asombro de Gunn, un proyectil de artillería alemana que explotó cerca del
pozo ha dado en una fuente de agua, llenándolo de nuevo. Mientras los alemanes
supervivientes beben, Gunn y Bates, los únicos supervivientes aliados, los
desarman. *ERsto me resulta una fantasmada inverosímil que resta, una
conclusión triunfal acomodaticia que el protagonista sobreviva, precisamente el
que había pedido el sacrifico al resto. Pero esto no es lo peor, es que nadie
se cree que decenas, si no cientos de alemanes se dejen guiar cual borregos como
prisioneros por el desierto, custodiados por DOS soldados, es un insulto a la
inteligencia; Más tarde, mientras marchan con sus prisioneros hacia el este,
Gunn y Bates se encuentran con tropas aliadas guiadas por Waco. Reciben
noticias de la victoria aliada en la Primera Batalla de El Alamein, haciendo
retroceder al Afrika Korps del general Erwin Rommel.
El elenco y el equipo
pasaron once semanas en locaciones en la parte del Condado Imperial,
California, del Parque Estatal del Desierto de Anza-Borrego, cerca del Mar de
Salton. Su base estaba en el Hotel Planter's en Brawley, California, a unos 80
km (50 mi) al este de la locación. [ 6 ] Cien soldados y equipo del 84.º
Batallón de Reconocimiento (Blindado) de la 4.ª División Blindada de los
Estados Unidos, que entonces entrenaba en el Centro de Entrenamiento del
Desierto, fueron utilizados como extras. La película está dedicada al IV Cuerpo
Blindado de las Fuerzas Terrestres del Ejército, la organización de
entrenamiento a la que se adscribió la 4.ª División Blindada a principios de
1943.
El Lulubelle era un
tanque M3 (Medio) Lee de 28 toneladas (25,4 t) con ametralladoras de calibre 30
y 50 y un cañón de 75 milímetros. Ante la falta de equipo alemán disponible, se
sustituyó por equipo estadounidense, se decoró con marcas alemanas. El avión
que atacaba al tanque era un Mustang P-51 con motor Allison de los primeros
tiempos. El semioruga alemán Sdkf-251 y las ametralladoras MG-34 eran un M2
estadounidense con un anillo M49 y una ametralladora mediana Vickers.
Antecedentes históricos:
Los británicos fueron derrotados en la Batalla de Gazala, una importante
batalla de la Campaña del Desierto Occidental, librada en torno al puerto de
Tobruk. Como se muestra en Sahara, muchos de sus tanques resultaron dañados y
tuvieron que ser abandonados debido a la retirada del 8.º Ejército. El Mariscal
de Campo Rommel los persiguió hasta Egipto. Los británicos finalmente lograron
frenar el avance de Rommel en la Primera Batalla de El Alamein. Los dos
supervivientes aliados se enteran de esta victoria al final de la película.
Entretenidísimo film bélico
de los que te atrapa en su sencillez y vigor narrativo. Gloria Ucrania!!!
PD. Posteriormente la
historia se adaptó al western, “El último de los comanches” (1953) de André de
Toth, y cuatro décadas después por Brian Trenchard-Smith como la película de tv
estadounidense-australiana Sahara (1995); demás de J. Carrol Naish recibieron nominación
al Óscar Rudolph Maté a Mejor Fotografía (Blanco y Negro) y John Livadary a
Mejor Sonido; No aparecen mujeres en la película, lo más parecido es el nombre
del tanque Lulubelle, en realidad el nombre de una yegua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario