REVENGE. (2017)
Divertido
pulp francés que fue el debut en un largometraje de la directora y guionista
Coralie Fargeat. Film que he visto por explorar el pasado de la realizadora de
la multi nominada al Oscar “La sustancia”, ambas cintas con muchos elementos en
común que denotan una cineasta singular con pretensiones estéticas, sensoriales
y de historias que provoquen al espectador y no lo dejen indiferente. Ambas con
protagonistas femeninas, con historias de marcado tono feminista, ambas con una
visualidad incisiva, ambas con presencia neurálgica de música moderna, y ambas
con mucho gore. Thriller perteneciente al sub género de violación y venganza, cine
de exploitation, donde se mezcla el cine de contenido sexual, una violación, y
un juego del gato y el ratón donde la sangre mana a ríos de las enormes heridas
de los protagonistas. Hay una inversión de roles de claros tintes feministas en
querer exponer el empoderamiento femenino donde el habitual rol de vengador
justiciero es de un hombre (aunque el mejor vengador de este SXXI es una mujer,
La Novia de “Kill Bill”), aquí es una pin-up una ‘Lolita’ contra tres
fortachones cazadores en medio del desierto.
La trama sigue a una
joven que es violada y abandonada en el desierto por tres hombres, donde se
recupera y busca vengarse de ellos. Coralie
Fargeat se inspiró del Mad Max o Rambo, «con personajes fuertes en un viaje
fantasmagórico». Inspiración también fue la película de Steven Spielberg, “Duel”,
porque logra generar tensión usando «tan pocos elementos: un auto, un camión y
eso es todo». Una amena propuesta que no aspira más que a hacerte pasar un rato
entretenido en su loco desarrollo hiperrealista cercano al comic, una fantasía
donde la protagonista Jen es un Ángel de Venganza (de ahí el nada sutil tatoo
que le aparece tras su particular cura) de tintes sobrenaturales, ataviada por
una sexy braguita y armada con un gran rifle persiguiendo a sus agresores
descalza por el desierto, qué más da que el mínimo realismo es algo tan ausente
del film como la vegetación. No puedes
perder el tiempo pensando en lo absurdo de cómo se recuperan de las
escandalosas heridas unos y otros, es un Comic Pulp pasarratos.
Un trepidante
entretenimiento, atmosféricamente atractivo, con una vigorosa fotografía de
Robrecht Heyvaert (“Bad Boys for Life”) marca su estilo telúrico con esa toma
inicial del agreste desierto (nunca se dice dónde estamos, pero se rodó en
Marruecos) y luego gira para revelar que es la vista es a través de las gafas
de sol de piloto de helicóptero Richard (Kevin Janssens). Para luego meternos
en situación al aterrizar frente a una gran mansión vanguardista en medio del
mencionado desierto, además de Richard baja del aparato una sensual jovencita,
Jen (Matilda Lutz), con un trajecito diminuto que deja poco a la imaginación, y
encima chupa una piruleta lascivamente esta preciosa Barbie. La residencia es
una virguería por mor del diseñador de producción Fred M. Ortiz (“Tenet”), con
esa cristalera con doseles de color azul y rojo que crean imágenes cuasi
oníricas, con esos sofás que piden a gritos empantanarse de sangre, con esos
pasillos sinuosos, con la alfombra, con esa piscina llena de agua en el centro
de la nada. Vemos como la cámara se deleita en contrapicado con el cuerpazo de
esta ‘virginal’ rubia, en su trasero su rostro, sus curvas, su vientre, pero
también fetichiza a Richard al que vemos desnudo en todo su ‘esplendor’,
incluso por delante; Esto adornado por otro de los elementos que cuida para
crear clima la directora, como es la música, en este caso techno.
Tras un comienzo cargado
de erotismo sin más, pasamos a confrontar a estos cuerpos esculpidos en
gimnasio, frente a los dos cazadores que llegan cargados de armas, dos tipos
comunes, fofos (uno más que otro), claramente reprimiendo sus ansias sexuales
ante la sexy jovencita, que no se priva de cosificarse ante uno de ellos
bailando lujuriosamente, sin darse cuenta de que despierta al macho salvaje que
se cree con derecho de pernada sobre la mujer. Tras ello viene el quiebre, hay
que suspender la credibilidad en que Richard deje solos a sus dos ‘amigos’
mientras va a un ‘mandado’. La violación, que se produce de forma lenta, pero
con dramatismo. Entonces tras ser ‘usada’ la joven ya no les vale y la tiran.
Entonces la dulce y delicada Jen renace de sus cenizas (nada sutil como escapa
de su empalamiento, aparte de zero verosímil). La actriz milanesa Matilda Lutz está
notable como el dual carácter de este bombón en principio cosificada como mujer
objeto y luego como despiadada ‘revengeadora’, pero sexy.
Entonces comienza la
cacería, donde el gato y el ratón se confunden. Con enfrentamientos uno por uno
contra los tres hombres, con el primero en un estanque nocturno (con Jen aun
con un trozo de rama en su costado ¿?); el segundo en una carretera de tierra
de montaña; y el tercero con epicentro en la residencia de lujo. El duelo
final, donde el hombre es ahora el que está desnudo frente a la cazadora, la
casa se baña de sangre (como le encanta a la directora la sangre en charcos y
las personas resbalando en ella, me refiero a que también lo reitera en “La
sustancia”), donde otra vez hay que suspender la realidad para divertirse con
el enfrentamiento, corriendo por el pasillo uno contra otro en un jocoso juego
de pillar al otro por detrás, que más da que uno de ellos tenga en agujero por donde
podría salir su clon más joven (referencia a “La sustancia”), como si el problema
fuera que la sangre salga a chorros y no el daño interior, la hemorragia se
solapa de forma desternillante (*spoiler). Para acabar todo en un clímax bien
llevado, aunque sobrándome una frasecita ridícula que remarca el mensaje feminista
de forma chusca (**spoiler). Acabando en un muy estético y alegórico epílogo
(***spoiler).
Entre medias una noche
en una cueva donde la joven se realizará una ‘ramboniana’ cauterización de
herida (qué más da que los órganos por dentro debieran estar destrozados), con
‘anestesia’ en modo peyote (le crea un despertar explota-cabezas). Cauterización
que le deja un desternillante tatuaje (si no está en relieve el dibujo de la
lata de cerveza, como puede dejarle ese épico tatuaje?); La odisea de Jean
salvaje, atávica, brutal, sangrienta, nada te puedes tomar en serio, como no se
lo toma la directora.
Los tres hombres son
tres clichés de visiones tóxicas desde el feminismo. Richard es el Macho Alpha,
un adúltero con hijos que disfruta con su Lolita particular, un maltratador que
no respeta a su amante, que ante un problema la deshecha vilmente. Kevin
Janssens da boen como este machirulo psicópata; Stan el violador que no duda en
aprovecharse de una tierna joven para saciar sus reprimidos deseos sexuales, no
acepta un no, no acepta no gustarle y la toma por la fuerza. Vincent Colombe le da vida con vigor en como demuestra
sutilmente al tipo reprimido a punto de estallar sexualmente como depredador; Dimitri
es el tipo gordo, con gula (vemos comerse una chocolatina en primer plano, algo
que emparenta el film con la mencionada “La Sustancia!”, por como vemos en
primer plano una boca devorando langostinos), feo, que ante la violación de la
chica decide pasar del tema y subir el volumen de la tv, el ejemplo de
complicidad por omisión del deber. Guillaume Bouchède da bien sin más como el
tipo con menso cancha en su rol.
Fargeat gusta de crear
simbolismos diáfanos que impacten y nos pongan en guardia sobre lo que veremos,
me refiero por ejemplo, a las hormigas (los hombres) sobre la manzana (la fruta
de la tentación, ósea, la mujer) mordisqueada, o ese plano asqueroso de la chocolatina
devorada en primer plano (el dulce es la mujer y el hombre como depredador de ella).
La protagonista es
Matilda Lutz, una hermosa jovencita, que gusta de lucir sus encantos con
aparente inocencia, de ahí la forma de presentarse en braguita ante los amigos
de Richard, y de ahí como danza restregándose con Stan, ella como un elemento
fetichista paras el disfrute masculino en esta parte. Hasta que renace como una
heroína con trazas de Wolverine Rambo en cómo se cura las heridas y Lara Croft
+ Tte. Ripley en sus impresionantes habilidades de cacería (de donde le han
venido a esta muñequita?).
Spoiler:
Richard y Stan
encuentran el cuerpo de Dimitri en el agua. Stan toma la camioneta para
continuar la búsqueda, mientras llena el tanque de gasolina, Jen le tiende una
emboscada. Se produce un tiroteo sangriento, y Stan muere a tiros por culpa de
Jen al intentar atropellarla; Tras no poder contactar a Stan por radio, Richard
regresa a casa a toda velocidad y pide un helicóptero para que lo recoja.
Mientras se ducha, oye un ruido. Jen lo sorprende y consigue dispararle en el
estómago. Ambos se persiguen por la casa con escopetas mientras la sangre de
Richard cubre piso y pared, hasta que este se *tapa la hemorragia envolviéndose
en plástico film de cocina. A pesar de la pérdida de sangre, Richard logra
atrapar a Jen y comienza a estrangularla, y le suelta: **‘Por qué las mujeres
siempre tenéis que resistiros?’. Pero Jen le mete la mano en el estómago, lo
que le permite recuperar el arma y, finalmente, matar a Richard. Jen, ***ensangrentada
pero triunfante, sale de la casa al oír acercarse el helicóptero.
Por supuesto que no
soporta un mínimo análisis como superan los cuerpos las heridas letales que
tienen. Ya he mencionado la de Richard. Pero la primera es Jen, que cae
empujada por un tajo de unos 30 metros de altura, quedando empalada en una rama,
el golpe sin necesidad de la rama atravesándola sería más que suficiente para
matarla, su cuerpo se habría partido por la columna en dos. Todo lo que sigue
es solo admisible dan la licencia que es una peli-fábula moral. Consigue
escaparse (con los miembros internos destrozados) cogiendo un mechero que desde
el empalamiento retorcida prende fuego y con el se rompe el tronco donde está y
con él ensartada huye del lugar, y aun atravesada es capaz de acabar con el primero
de sus objetivos en la laguna; Está la situación de como Stan se clava el
cristal del catalejo de Jen y este se le introduce varios centímetros en el pie
y la directora nos hace ver cómo se lo saca él mismo en primer plano gore; Aparte
queda como Stan puede levantar su arma y disparar con el hombro destrozado por el disparo de Jen (¿?).
Venganza se filmó en una
locación marroquí, elegida por el aspecto anodino y aislado de su desierto. Un
pequeño pueblo al fondo de la villa no se filmó «para crear la sensación de que
los personajes de la película están completamente solos».
En conjunto me queda un
jocoso pasatiempo, muy tarantinesco. Por supuesto pretender buscar un mensaje
de hondura feminista me resulta ridículo. Gloria Ucrania!!!
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