lunes, 26 de mayo de 2025

 


REVENGE. (2017)

 

Divertido pulp francés que fue el debut en un largometraje de la directora y guionista Coralie Fargeat. Film que he visto por explorar el pasado de la realizadora de la multi nominada al Oscar “La sustancia”, ambas cintas con muchos elementos en común que denotan una cineasta singular con pretensiones estéticas, sensoriales y de historias que provoquen al espectador y no lo dejen indiferente. Ambas con protagonistas femeninas, con historias de marcado tono feminista, ambas con una visualidad incisiva, ambas con presencia neurálgica de música moderna, y ambas con mucho gore. Thriller perteneciente al sub género de violación y venganza, cine de exploitation, donde se mezcla el cine de contenido sexual, una violación, y un juego del gato y el ratón donde la sangre mana a ríos de las enormes heridas de los protagonistas. Hay una inversión de roles de claros tintes feministas en querer exponer el empoderamiento femenino donde el habitual rol de vengador justiciero es de un hombre (aunque el mejor vengador de este SXXI es una mujer, La Novia de “Kill Bill”), aquí es una pin-up una ‘Lolita’ contra tres fortachones cazadores en medio del desierto.

 

La trama sigue a una joven que es violada y abandonada en el desierto por tres hombres, donde se recupera y busca vengarse de ellos. Coralie Fargeat se inspiró del Mad Max o Rambo, «con personajes fuertes en un viaje fantasmagórico». Inspiración también fue la película de Steven Spielberg, “Duel”, porque logra generar tensión usando «tan pocos elementos: un auto, un camión y eso es todo». Una amena propuesta que no aspira más que a hacerte pasar un rato entretenido en su loco desarrollo hiperrealista cercano al comic, una fantasía donde la protagonista Jen es un Ángel de Venganza (de ahí el nada sutil tatoo que le aparece tras su particular cura) de tintes sobrenaturales, ataviada por una sexy braguita y armada con un gran rifle persiguiendo a sus agresores descalza por el desierto, qué más da que el mínimo realismo es algo tan ausente del film como la vegetación.  No puedes perder el tiempo pensando en lo absurdo de cómo se recuperan de las escandalosas heridas unos y otros, es un Comic Pulp pasarratos.

 

Un trepidante entretenimiento, atmosféricamente atractivo, con una vigorosa fotografía de Robrecht Heyvaert (“Bad Boys for Life”) marca su estilo telúrico con esa toma inicial del agreste desierto (nunca se dice dónde estamos, pero se rodó en Marruecos) y luego gira para revelar que es la vista es a través de las gafas de sol de piloto de helicóptero Richard (Kevin Janssens). Para luego meternos en situación al aterrizar frente a una gran mansión vanguardista en medio del mencionado desierto, además de Richard baja del aparato una sensual jovencita, Jen (Matilda Lutz), con un trajecito diminuto que deja poco a la imaginación, y encima chupa una piruleta lascivamente esta preciosa Barbie. La residencia es una virguería por mor del diseñador de producción Fred M. Ortiz (“Tenet”), con esa cristalera con doseles de color azul y rojo que crean imágenes cuasi oníricas, con esos sofás que piden a gritos empantanarse de sangre, con esos pasillos sinuosos, con la alfombra, con esa piscina llena de agua en el centro de la nada. Vemos como la cámara se deleita en contrapicado con el cuerpazo de esta ‘virginal’ rubia, en su trasero su rostro, sus curvas, su vientre, pero también fetichiza a Richard al que vemos desnudo en todo su ‘esplendor’, incluso por delante; Esto adornado por otro de los elementos que cuida para crear clima la directora, como es la música, en este caso techno.

 

Tras un comienzo cargado de erotismo sin más, pasamos a confrontar a estos cuerpos esculpidos en gimnasio, frente a los dos cazadores que llegan cargados de armas, dos tipos comunes, fofos (uno más que otro), claramente reprimiendo sus ansias sexuales ante la sexy jovencita, que no se priva de cosificarse ante uno de ellos bailando lujuriosamente, sin darse cuenta de que despierta al macho salvaje que se cree con derecho de pernada sobre la mujer. Tras ello viene el quiebre, hay que suspender la credibilidad en que Richard deje solos a sus dos ‘amigos’ mientras va a un ‘mandado’. La violación, que se produce de forma lenta, pero con dramatismo. Entonces tras ser ‘usada’ la joven ya no les vale y la tiran. Entonces la dulce y delicada Jen renace de sus cenizas (nada sutil como escapa de su empalamiento, aparte de zero verosímil). La actriz milanesa Matilda Lutz está notable como el dual carácter de este bombón en principio cosificada como mujer objeto y luego como despiadada ‘revengeadora’, pero sexy.

 

Entonces comienza la cacería, donde el gato y el ratón se confunden. Con enfrentamientos uno por uno contra los tres hombres, con el primero en un estanque nocturno (con Jen aun con un trozo de rama en su costado ¿?); el segundo en una carretera de tierra de montaña; y el tercero con epicentro en la residencia de lujo. El duelo final, donde el hombre es ahora el que está desnudo frente a la cazadora, la casa se baña de sangre (como le encanta a la directora la sangre en charcos y las personas resbalando en ella, me refiero a que también lo reitera en “La sustancia”), donde otra vez hay que suspender la realidad para divertirse con el enfrentamiento, corriendo por el pasillo uno contra otro en un jocoso juego de pillar al otro por detrás, que más da que uno de ellos tenga en agujero por donde podría salir su clon más joven (referencia a “La sustancia”), como si el problema fuera que la sangre salga a chorros y no el daño interior, la hemorragia se solapa de forma desternillante (*spoiler). Para acabar todo en un clímax bien llevado, aunque sobrándome una frasecita ridícula que remarca el mensaje feminista de forma chusca (**spoiler). Acabando en un muy estético y alegórico epílogo (***spoiler).

 

Entre medias una noche en una cueva donde la joven se realizará una ‘ramboniana’ cauterización de herida (qué más da que los órganos por dentro debieran estar destrozados), con ‘anestesia’ en modo peyote (le crea un despertar explota-cabezas). Cauterización que le deja un desternillante tatuaje (si no está en relieve el dibujo de la lata de cerveza, como puede dejarle ese épico tatuaje?); La odisea de Jean salvaje, atávica, brutal, sangrienta, nada te puedes tomar en serio, como no se lo toma la directora.

 

Los tres hombres son tres clichés de visiones tóxicas desde el feminismo. Richard es el Macho Alpha, un adúltero con hijos que disfruta con su Lolita particular, un maltratador que no respeta a su amante, que ante un problema la deshecha vilmente. Kevin Janssens da boen como este machirulo psicópata; Stan el violador que no duda en aprovecharse de una tierna joven para saciar sus reprimidos deseos sexuales, no acepta un no, no acepta no gustarle y la toma por la fuerza. Vincent Colombe le da vida con vigor en como demuestra sutilmente al tipo reprimido a punto de estallar sexualmente como depredador; Dimitri es el tipo gordo, con gula (vemos comerse una chocolatina en primer plano, algo que emparenta el film con la mencionada “La Sustancia!”, por como vemos en primer plano una boca devorando langostinos), feo, que ante la violación de la chica decide pasar del tema y subir el volumen de la tv, el ejemplo de complicidad por omisión del deber. Guillaume Bouchède da bien sin más como el tipo con menso cancha en su rol.

 

Fargeat gusta de crear simbolismos diáfanos que impacten y nos pongan en guardia sobre lo que veremos, me refiero por ejemplo, a las hormigas (los hombres) sobre la manzana (la fruta de la tentación, ósea, la mujer) mordisqueada, o ese plano asqueroso de la chocolatina devorada en primer plano (el dulce es la mujer y el hombre como depredador de ella).

 

La protagonista es Matilda Lutz, una hermosa jovencita, que gusta de lucir sus encantos con aparente inocencia, de ahí la forma de presentarse en braguita ante los amigos de Richard, y de ahí como danza restregándose con Stan, ella como un elemento fetichista paras el disfrute masculino en esta parte. Hasta que renace como una heroína con trazas de Wolverine Rambo en cómo se cura las heridas y Lara Croft + Tte. Ripley en sus impresionantes habilidades de cacería (de donde le han venido a esta muñequita?).

 

Spoiler:

 

Richard y Stan encuentran el cuerpo de Dimitri en el agua. Stan toma la camioneta para continuar la búsqueda, mientras llena el tanque de gasolina, Jen le tiende una emboscada. Se produce un tiroteo sangriento, y Stan muere a tiros por culpa de Jen al intentar atropellarla; Tras no poder contactar a Stan por radio, Richard regresa a casa a toda velocidad y pide un helicóptero para que lo recoja. Mientras se ducha, oye un ruido. Jen lo sorprende y consigue dispararle en el estómago. Ambos se persiguen por la casa con escopetas mientras la sangre de Richard cubre piso y pared, hasta que este se *tapa la hemorragia envolviéndose en plástico film de cocina. A pesar de la pérdida de sangre, Richard logra atrapar a Jen y comienza a estrangularla, y le suelta: **‘Por qué las mujeres siempre tenéis que resistiros?’. Pero Jen le mete la mano en el estómago, lo que le permite recuperar el arma y, finalmente, matar a Richard. Jen, ***ensangrentada pero triunfante, sale de la casa al oír acercarse el helicóptero.

 

Por supuesto que no soporta un mínimo análisis como superan los cuerpos las heridas letales que tienen. Ya he mencionado la de Richard. Pero la primera es Jen, que cae empujada por un tajo de unos 30 metros de altura, quedando empalada en una rama, el golpe sin necesidad de la rama atravesándola sería más que suficiente para matarla, su cuerpo se habría partido por la columna en dos. Todo lo que sigue es solo admisible dan la licencia que es una peli-fábula moral. Consigue escaparse (con los miembros internos destrozados) cogiendo un mechero que desde el empalamiento retorcida prende fuego y con el se rompe el tronco donde está y con él ensartada huye del lugar, y aun atravesada es capaz de acabar con el primero de sus objetivos en la laguna; Está la situación de como Stan se clava el cristal del catalejo de Jen y este se le introduce varios centímetros en el pie y la directora nos hace ver cómo se lo saca él mismo en primer plano gore; Aparte queda como Stan puede levantar su arma y disparar con el  hombro destrozado por el disparo de Jen (¿?).

 

Venganza se filmó en una locación marroquí, elegida por el aspecto anodino y aislado de su desierto. Un pequeño pueblo al fondo de la villa no se filmó «para crear la sensación de que los personajes de la película están completamente solos».

 

En conjunto me queda un jocoso pasatiempo, muy tarantinesco. Por supuesto pretender buscar un mensaje de hondura feminista me resulta ridículo. Gloria Ucrania!!!

 

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