martes, 27 de mayo de 2025



SAHARA. (1943)

 

Vibrante e infravalorado film bélico, rodado en plena contienda de la WWII, estrenado cuando faltaban aun dos años para el final de la guerra, por ello se nota mucho de cine de propaganda en favor de los aliados y contra sobre todo los alemanes. Y es que hay un italiano al que se trata con comprensión y cariño, esto hay que entenderlo en el contexto en que se estrenó, pues los aliados ya habían ganado en el Norte de África, habían desembarcado en Italia y se había firmado el armisticio con el país transalpino, por lo que los alemanes ocuparon la nación, por lo que era bueno dejar a los ‘espaguetis’ (así los llama el protagonista en el film) en buen lugar. Dirige el magiar Zoltán Korda, adaptando el guion propio escrito junto a John Howard Lawson (más tarde miembro de los Diez de Hollywood, incluidos en la lista negra), sobre una historia está basada en la novela Patrol de Philip MacDonald, y en un incidente representado en la película soviética de 1936, “Trinadtsat” (Los Trece) del director ruso, Mikhail Romm, ambientada en un páramo asiático, el libreto traslada la historia al norte de África, y la llevó hasta el año 1942, durante la IIGM. El propósito de abogar por la más plena unión de los países aliados se preserva. Protagonizada por Humphrey Bogart como un comandante de tanque estadounidense en Libia, que sin ser de sus mejores papeles, borda su rol de tipo duro con corazón, es el carisma con ojos, sensacional su liderazgo, como su discurso por el sacrificio; junto con un puñado de soldados aliados (intentando mostrar la unión de los aliados, con además de los USA, con ingleses, un francés y hasta representación de las colonias con un negro, y el mencionado italiano), intenta defender un pozo aislado con un suministro limitado de agua de un batallón libio del Afrika Korps durante la Campaña del Desierto Occidental de la Segunda Guerra Mundial.

 

En 1942, la tripulación del Lulubelle, un tanque M3 Lee del Ejército de los Estados Unidos, asignado al Octavo Ejército británico y comandado por el Sargento Mayor Joe Gunn (Bogart), se separó de su unidad durante una retirada general de las fuerzas alemanas tras la caída de Tobruk. Obligados a dirigirse al sur a través del desierto de Libia, Gunn y su tripulación, Doyle (cumplidor Dan Duryea) y "Waco" (cumplidor Bruce Bennett), se toparon con un hospital de campaña bombardeado, donde recogieron al oficial médico del Ejército británico, el Capitán Halliday (notable Richard Aherne), a cuatro soldados de la Commonwealth (Lloyd Bridges como Fred Clarkson; Carl Harbord como Marty Williams; Patrick O'Moore como Osmond "Ozzie" Bates; Guy Kingsford como Peter Stegman) y al cabo Leroux (Louis Mercier) de la Francia Libre. Halliday, el único oficial, cedió el mando al más experimentado Gunn. A bordo del tanque, el grupo se encuentra con el Sargento Mayor Tambul (buen Rex Ingram) de la Fuerza de Defensa de Sudán y su prisionero italiano, Giuseppe (J. Carrol Naish). Tambul se ofrece voluntario para guiarlos a un pozo en Hassan Barani. Gunn insiste en que dejen atrás al italiano, pero pronto cede y permite que Giuseppe se una a ellos. En ruta, el tanque es ametrallado por el piloto de la Luftwaffe, el capitán von Schletow (buen Kurt Kreuger), hiriendo gravemente a Clarkson, uno de los soldados de la Commonwealth. Von Schletow es derribado y capturado. Al llegar a Hassan Barani, el grupo descubre que el pozo está seco y Clarkson sucumbe a sus heridas.

 

Una producción de altura en la gran ambientación que despliega, rodándose en el desierto californiano, transpirándose inmersión en el adusto y hostil lugar, esto atomizado por la fenomenal cinematografía del cracoviano  Rudolph Maté (“Ser o no ser” o “Gilda”), transpirando al espectador el estado de ánimo agreste, haciéndonos sentir el sudor, el polvo, el calor, la sed, ello surtiendo de tomas generales en que el desierto se muestra omnipresente calando al espectador, potenciado por los primeros planos de los rostros demacrados de los protagonistas; esto gracias al sobresaliente trabajo en maquillaje de Henry Pringle (solo tiene este crédito en cine) que hace verosímil sintamos el sopor y hastío de la sed y los estragos del sol en la piel; Y esto adornado por la música del maestro húngaro Miklos Rozsa (“Julio Cesar” o “Ben-Hur”)  con melodías de claro signo épico.

 

Relato que aúna el heroísmo romántico por una causa mayor, la acción, la tensión, la intriga, diálogos y situaciones tensas. Todo ello con un argumento sencillo y directo, un canto a la solidaridad, al sacrificio. Un ágil y muy fluido entretenimiento, en su primer aparte una road movie odisea-éxodo cruzando el desierto en busca de la Tierra Prometida de un pozo de agua. Historia con mucho de la exitosa fordiana “La patrulla perdida” (1934). Esto es su primera parte, una aventura de supervivencia en medio de la nada, donde este Moisés en que se convierte el rol de Bogart va recogiendo gente por el camino en su tanque. Mientras vamos conociendo a los diferentes personajes, a los que el guión inteligentemente da espacio para mostrar alma. Destacando el francés, un notable Louis Mercier que impregna de jovialidad y alegría a su rol; el sudanés encarnado por Rex Ingram por su estoicismo y mordacidad al decir que irá con el tanque por los cigarrillos.

 

Pero sobre todo destaca J. Carrol Naish como el conmovedor Giusseppe (fue nominado al Oscar por secundario, perdió ante el Charles Coburn de “El amor llama dos veces”), primero por el tramo formidable de como el sargento regidor del acorazado decide ‘condenar a muerte’ al soldado italiano al querer abandonarlo en el desierto, como el italiano se muestra humano, frágil, comentando que tiene familia en Pittsburgh, como muestra sollozando la foto de su familia, como implora no lo dejen allí, la imagen del tanque alejándose mientras el italiano recoge las fotos del suelo y luego aterrerado intenta seguir al vehículo por las arenas, se te corta el aliento queriendo paren y lo recojan, tramo coronado con ese billete por una apuesta que se dan uno a otro los americanos. Asimismo el actor tendrá otros fenomenales momentos de frescura. También habrá un episodio con un caza alemán que termina cayendo (no quiero spoilear demasiado) y deben recoger al polito germano; Hasta que el escenario se posiciona en un pseudo-oásis, con un pozo de agua casi seco, allí la historia toma otro cariz, pues el sargento decide que allí deben frenar a parte de las tropas teutonas para que no sean parte del contingente para llegar a Alejandría. Una defensa numantina con 9 hombres frente a cientos. Allí seguiremos conociendo a estos militares con sus sueños, inquietudes y esperanzas. Incluso con notas de humor como la que se da entre Tambul y un estadounidense en su charla sobre las mujeres que pueden tener los musulmanes. Todo hasta desembocar en la cruenta batalla final. Fallándome la conclusión que resta lo que podría haber sido mucho más (*spoiler).

 

La propaganda agita conciencias llega a través de varios elementos, diálogos y discursos. Mostrando al oficial piloto alemán como un racista que no se deja registrar por el soldado negro, a lo que el protagonista Joe reitera que sea él (esto es cuando menos paradójico, pues presumir de igualdad en USA cuando en los estados del sur regían las Leyes Jim Crow que leyes propugnaban la segregación racial); Cuando Joe da un enardecido discurso a su grupo sobre el sacrifico a hacer por todos los que en diferentes lugares del teatro de la WWII pelean contra el nazismo; Pero sobre todo me ha gustado el de Giusseppe, el soldado italiano espetando al piloto germano un enfervorecido alegato por la dignidad, en contra del totalitarismo hitleriano ("solo el cuerpo viste el uniforme, no el alma", le dice Giusseppe); también la propaganda se apuntala con la visión que se da de los teutones como traicioneros capaces de disparar a alguien por la espalda durante una tregua; En este sentido propagandístico es interesante la charla que tiene Joe con Giusseppe sobre por que siguen los italianos a Mussolini, justificando la ‘inocencia’ del pueblo transalpino.

 

Spoiler:

 

Rush final: Los alemanes comienzan lo que parece un asalto final, pero se convierte en una rendición rotunda. Dejan caer las armas y avanzan a gatas por la arena hacia el pozo. Para asombro de Gunn, un proyectil de artillería alemana que explotó cerca del pozo ha dado en una fuente de agua, llenándolo de nuevo. Mientras los alemanes supervivientes beben, Gunn y Bates, los únicos supervivientes aliados, los desarman. *ERsto me resulta una fantasmada inverosímil que resta, una conclusión triunfal acomodaticia que el protagonista sobreviva, precisamente el que había pedido el sacrifico al resto. Pero esto no es lo peor, es que nadie se cree que decenas, si no cientos de alemanes se dejen guiar cual borregos como prisioneros por el desierto, custodiados por DOS soldados, es un insulto a la inteligencia; Más tarde, mientras marchan con sus prisioneros hacia el este, Gunn y Bates se encuentran con tropas aliadas guiadas por Waco. Reciben noticias de la victoria aliada en la Primera Batalla de El Alamein, haciendo retroceder al Afrika Korps del general Erwin Rommel.

 

El elenco y el equipo pasaron once semanas en locaciones en la parte del Condado Imperial, California, del Parque Estatal del Desierto de Anza-Borrego, cerca del Mar de Salton. Su base estaba en el Hotel Planter's en Brawley, California, a unos 80 km (50 mi) al este de la locación. [ 6 ] Cien soldados y equipo del 84.º Batallón de Reconocimiento (Blindado) de la 4.ª División Blindada de los Estados Unidos, que entonces entrenaba en el Centro de Entrenamiento del Desierto, fueron utilizados como extras. La película está dedicada al IV Cuerpo Blindado de las Fuerzas Terrestres del Ejército, la organización de entrenamiento a la que se adscribió la 4.ª División Blindada a principios de 1943.

 

El Lulubelle era un tanque M3 (Medio) Lee de 28 toneladas (25,4 t) con ametralladoras de calibre 30 y 50 y un cañón de 75 milímetros. Ante la falta de equipo alemán disponible, se sustituyó por equipo estadounidense, se decoró con marcas alemanas. El avión que atacaba al tanque era un Mustang P-51 con motor Allison de los primeros tiempos. El semioruga alemán Sdkf-251 y las ametralladoras MG-34 eran un M2 estadounidense con un anillo M49 y una ametralladora mediana Vickers.

 

Antecedentes históricos: Los británicos fueron derrotados en la Batalla de Gazala, una importante batalla de la Campaña del Desierto Occidental, librada en torno al puerto de Tobruk. Como se muestra en Sahara, muchos de sus tanques resultaron dañados y tuvieron que ser abandonados debido a la retirada del 8.º Ejército. El Mariscal de Campo Rommel los persiguió hasta Egipto. Los británicos finalmente lograron frenar el avance de Rommel en la Primera Batalla de El Alamein. Los dos supervivientes aliados se enteran de esta victoria al final de la película.

 

Entretenidísimo film bélico de los que te atrapa en su sencillez y vigor narrativo. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Posteriormente la historia se adaptó al western, “El último de los comanches” (1953) de André de Toth, y cuatro décadas después por Brian Trenchard-Smith como la película de tv estadounidense-australiana Sahara (1995); demás de J. Carrol Naish recibieron nominación al Óscar Rudolph Maté a Mejor Fotografía (Blanco y Negro) y John Livadary a Mejor Sonido; No aparecen mujeres en la película, lo más parecido es el nombre del tanque Lulubelle, en realidad el nombre de una yegua.

lunes, 26 de mayo de 2025

 


EL COLECCIONISTA.

 

Obra Maestra del maestro William Wyler. Thriller de terror psicológico. Lo he revisto con motivo de que se cumplen 60 años de su estreno (20/05/1965 en el Festival de Cine Internacional de Cannes), y me ha gustado aun más que la última vez que lo vi, como los buenos vinos, gana con el tiempo. El guion de Stanley Mann (“Matar o no matar, este es el problema”) y John Kohn (“El ojo de la aguja”), con la aportación no acreditada de Terry Southern (“Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb”), adaptando la novela homónima de 1963 de John Fowles (“La mujer del teniente francés”), narrando como un joven inglés acecha a una bella estudiante de arte antes de secuestrarla y mantenerla cautiva en el sótano de su casa rural estilo tudor. Siendo casi una obra teatral que recuerda a la posterior “La Huella” (1972), un fascinante tour de forcé en el que nos embarca Wyler de la mano de los formidables Terence Stamp y Samantha Eggar.

 

Estudio de personajes de hondura dramática sensacional en el enfrentamiento de caracteres, con un tipo acomplejado, un reprimido sexual latente, de apariencia educada, pero en realidad un psicópata (lo que hoy se llamaría un Incel), frente a una joven hermosa de mundo, culta, e inteligente. Esta diferencia se da también en la vestimenta, él vistiendo traje clásico negro triste, y ella vestidos de colores alegres. Una radiografía sobre el machismo más febril, ese que tiene como fantasía el poder someter cual esclava sexual a la mujer que desee, encerrándola para disponer de ella a su antojo, las ansias de posesión, la obsesión por el dominio, el ego de creerse con derecho de pernada sobre cualquier mujer. Con ello se da el duelo entre los mecanismos de manipulación de uno y otro, cada uno con sus diferentes objetivos, él poder enamorarla y ella escapar, enmarcado en un claustrofóbico entorno, donde Wyler demuestra mano maestra para edificar una atmósfera cerrada y opresiva, con epicentro en una cripta gótica claramente inspirada en pelis de horror. Surtiendo el libreto de diálogos afilados, sustanciosos, con disputas cargadas de fuerza emocional, como los que se dan por la cultura (la pintura de Picasso, o el libro de JD Salinger ‘El guardián entre el centeno’)

 

Freddie (Stamp) es un joven solitario y socialmente torpe que compra una granja del siglo XVII con las ganancias que ha ganado en las quinielas de fútbol. Entomólogo aficionado, se dedica a capturar mariposas, de las que posee una gran colección. Frederick empieza a acechar a Miranda Grey, una estudiante de arte londinense de clase media. Un día, Frederick sigue a Miranda a un pub en Hampstead antes de secuestrarla en la calle, incapacitándola con cloroformo. Miranda despierta en el cavernoso sótano de piedra sin ventanas de la granja de Freddie, que él ha adornado con una cama, muebles, ropa, herramientas de pintura y una estufa eléctrica. Ella asume que la han secuestrado para pedir un rescate o para usarla como esclava sexual e insiste a Freddie en que su padre no es rico. Freddie explica que no busca sexo ni rescate; explica que él y Miranda solían viajar en el mismo autobús años antes en Reading y que él continuó siguiéndola a Londres después de que ella se matriculara en la escuela de arte. Cuando él le declara su amor, ella finge una apendicitis como estrategia para escapar, pero es atrapada. Freddie acepta liberar a Miranda después de cuatro semanas, un período que cree que le permitirá "conocerlo".

 

Se inicia con la neurálgica música de Maurice Jarre, vemos un joven corriendo por la campiña inglesa, lleva un cazamariposas, persigue una mariposa hasta atraparla, con cuidado la encierra en un tarro de cristal. Tras lo que el joven descubre una mansión Tudor, y está a la venta. Ve que tiene sótanos de arquitectura antigua. Entonces oímos primeras palabras, en voz en off (volverá circularmente en el final del film la voz en off): "Supongo que fue la soledad y el sentirme lejos de todo, lo que me impulsó a comprar la casa. Y después de haberla comprado, me dije que no llevaría a cabo el plan, aunque había hecho todos los preparativos y sabía dónde estaba ella a cada minuto del día...". Tras lo que vemos al joven seguir con su furgoneta a la bella Miranda, haciendo claramente un símil de que la chica es ahora la mariposa para el joven, sobre todo cuando la atrapa y mete en el particular bote de cristal que será la ‘mazmorra’-cripta. Esta alegoría se atomizada cuando él le muestra su necrófila colección de mariposas exóticas pinchadas con alfiler, siendo en este sentido brillante el plano en que Miranda se ve reflejada en un tarro de mariposas.

  

Es choque de personalidades, donde ella intentará con sus armas escapar en escenas construidas con una tensión hitchcockiana maravillosa, como es cuando finge ella estar enferma, pero sobre todo en el formidable tramo en que Freddie la deja ir a bañarse a la casa (él ha tapiado la ventana para que no pueda huir por la habitación) y aparece un curioso tipo,  el coronel Whitcombe (Maurice Dallimore), cuando ella oye al tipo quiere gritar y Freddie se lo impide (primero hundiéndole la cabeza en el agua de la bañera) amordazándola y amarrándola a una tubería, para luego atender al pesado del vecino, viene a saludarlo, mientras el tipo está allí, Miranda abre con su pie el grifo del agua, creando Wyler una intriga fascinante cuando vemos en el montaje como el coronel habla de cosas triviales con Freddie, y por otro lado corta al agua que inunda el baño, sale por la puerta al pasillo y termina saltando a la entrada, donde el Coronel se percata, brillante, y muy bueno como se resuelve; También se crea tensión cuando Freddie le permite escribir una carta a su madre y en un descuido de él, ella introduce una nota en el sobre; Y está el último dramático enfrentamiento bajo al lluvia frente a la puerta d ela cripta (no quiero spoilear).

 

Luego están las formas en que Miranda intenta complacer a Freddie para este le de cuerda, y al final Freddie se siente inferior y colisiona con ella una y otra vez. Él le habla de los novios de ella, y ella intenta rehuir el asunto sabiendo de los celos de él. Hay disputas sobre el arte y cultura, como son las que se dan por el pintor malagueño Pablo Picasso, como el cubismo no lo aprecia Freddie, mientras ella intenta explicarle lo que significa, pero esto enfurece a él, sintiéndose inculto ante ella. También colisionan por el famoso libro de JD Salinger “El guardián entre el centeno”, ella aprecia el mensaje del escritor en su libro, mientras Freddie lo detesta, el paternalismo de ella hace que él se encolerice. Por más que ella intenta crear puentes, él nota condescendencia y se irrita. Siendo el punto álgido cuando ella se le ofrece sexualmente.

 

Toda esta batalla de voluntades tiene su zenit en su escalofriante rush final, tramo cargado de dramatismo, a la par que de mordacidad y de un humor negro en su epílogo que retuerce, maravillosa y muy valiente coda, sorprendente, imprevisible, Antológico (al parecer fiel al del libro).

 

Terence Stamp borda su rol de tipo introvertido, con un dominio excepcional del lenguaje físico, sus andares encorvados, con la cabeza de lado, con su mirada extraña, da maravillosamente con el carácter de un perturbado, amable, educado, gentil con la chica, pero a la vez a esta la tiene presa. Un psicópata complejo, neurótico, inquietantes sus arranques de furia descontrolada, sensacional; Samantha Eggar está radiante como la rea del ‘loco’, con esos seductores ojos verdes que encandilan, muestra con una autenticidad que rasga toda una gama de emociones a flor de piel, desde el temor, la rabia, la indignación, la esperanza, la nostalgia, la desesperación, el pesimismo, y ello mientras intenta dominar su ira para poder manipular al ‘tarado’ Freddie, actuación prodigiosa. Interpretación desbordante de intensidad. Fue nominada al Oscar (ganó el galardón Julie Christie por “Darling”); Entre ambos intérpretes hay una extraordinaria química en sus contrastes.

 

La puesta en escena es espléndida en su función de proyectar un estado de ánimo. Desde la gran dirección artística del oscarizado John Stoll (por “Lawrence de Arabia”) ese escenario de la vivienda Tudor con esa cripta gótica que se emparenta con un calabozo, creando claustrofobia; Esto atomizado por la fenomenal cinematografía de los oscarizados Robert, Krasker en exteriores (fue premiado por nada menos que “El tercer Hombre”), y Surtees en platós (tres estatuillas: “Las minas del rey Salomón”, “Cautivos del mal”, y “Ben-Hur”), impregnando los fotogramas de angustia vital Amenazante, con picados y contrapicados dramáticos, acentuando la prisión que es la mansión, y sobre todo la cripta, con toques de planos subjetivos para hacernos sentir en primera persona, con ingeniosas alegorías simbólicas con las mariposas y la secuestrada, con reflejos de vidrios (el ya mencionado de Mirando en un bote), con mucha toma de líneas verticales para expresar la cárcel en la que estamos, son sinuosos travellings, con nerviosa cámara en mano en secuencias de tensión incipiente; Todo esto adornado por al neurálgica música del galo tri-oscarizado (las tres con David lean: “Lawrence de Arabia”, “Doctor Zhivago” y “Pasaje a la India”) Maurice Jarre, creando melodías ominosas, cortantes, secas, adustas, con leitmotiv que emula a un corazón palpitante nervioso.

 

Spoiler:

 

Momento recordables (aparte d ellos ya mencionados): Ella al inicio del secuestro le espeta: "Toda Inglaterra debe estar buscándome. Antes o después acabarán por encontrarme”, y él de modo frío le suelta: “Nunca nos encontraran, porque si, te están buscando a ti; pero nadie me está buscando a mí."; La supuesta última cena entre ambos. Él le pide el matrimonio regalándole una alianza, ella tras el desconcierto inicial, se da cuenta de que Freddie jamás la soltará, con lo que intentará juga con él siguiéndole la corriente, y le dice que sí. Y entonces él, tras ella haber dudado un poca entra en cólera, acabando en una batalla pro al casa; Cuando ya desesperada, Miranda intenta seducir a Freddie, se le ofrece sexualmente, desnudándose, besándolo, acariciándolo, dejando en el aire si es real o intento de manipulación de ella. Él termina rechazándola por creerla una ‘mujerzuela’, dejando entrever su frigidez o impotencia sexual. Entonces ella sabe que no tiene salida alguna ante este ‘demente’;

 

Rush final: Finalmente ella muere de neumonía cuando él tiene que ir a curarse la herida que ella le ha provocado en la cabeza al golpearle con una pala. Y cuando descubre su cadáver no lamenta su muerte porque queda desencantado de ella en el momento en que la joven trata de seducirle. Entonces en el sótano, la cámara abandona al secuestrador,  con movimiento ascendente, primera panorámica a la izquierda, encuadra el muro en que la víctima pintaba en colores fulgentes, los días de su reclusión y, seguidamente, hay movimiento descendente hasta el cuerpo sin vida de la joven en el camastro). Tras ello hay una elipsis, la voz en off de Frddie nos habla de donde la enterrado. Tras ello, decide raptar a una chica más de su condición (“alguien común, que me respete más, alguien a quien la pueda enseñar”, dice sobre su objetivo), una enfermera que vive en los alrededores.

 

Los productores no estuvieran satisfechos con el final más oscuro del libro; querían que Miranda escapara. Wyler rechazó el final "más feliz" de de terry Southern.

 

El papel secundario de la tía Annie fue interpretado por Mona Washbourne, mientras que Kenneth More interpretó a George Paston, o "GP", un hombre de la novela original a quien Miranda escribe extensamente y a quien admira. Las escenas de More fueron finalmente eliminadas del montaje final de la película. Fue la única película que More rodó en Hollywood.

 

Tres semanas después de los ensayos, Wyler despidió a Eggar porque no estaba satisfecho con su actuación, lo que provocó el cierre de la producción. Después de que la directora de la segunda unidad de la película completara una lectura completa del guion con Eggar, fue recontratada con la condición de que Kathleen Freeman, actriz de personajes, fuera su coach en el set. Fuera de cámara, a Eggar solo se le permitió hablar con Freeman.

 

La producción se trasladó a Inglaterra para filmar las escenas exteriores, que incluyeron rodajes en exteriores en Mount Vernon, Hampstead, Londres y Forest Row East Sussex. Los exteriores de la casa de Freddie se filmaron en una granja de 400 años de antigüedad en la zona rural de Kent. Después de completar los rodajes en exteriores en Inglaterra, la producción regresó a Los Ángeles, donde se llevó a cabo el resto del rodajeo.

 

El corte original de El Coleccionista duró tres horas. Debido a la presión de sus productores, Wyler se vio obligado a cortar la película en gran medida, eliminando 35 minutos del prólogo protagonizado por Kenneth More. Wyler dijo: «Algunas de las mejores secuencias que he filmado terminaron en la sala de montaje, incluyendo el papel de Kenneth».

 

Brillante film melodrama psycho-sexual, de los que cala y deja huella. Gloria Ucrania!!!

 

PD. El Coleccionista se estrenó en el Festival de Cine de Cannes en mayo de 1965, donde Stamp y Eggar ganaron los premios a Mejor Actor y Mejor Actriz, respectivamente.  Eggar ganó un Globo de Oro a Mejor Actriz en una Película Dramática por su actuación y también fue nominada al Óscar a Mejor Actriz, mientras que Wyler recibió una nominación a Mejor Director. Fue la última de las 12 nominaciones a los Óscar a Mejor Director, un récord para Wyler.

 


 


REVENGE. (2017)

 

Divertido pulp francés que fue el debut en un largometraje de la directora y guionista Coralie Fargeat. Film que he visto por explorar el pasado de la realizadora de la multi nominada al Oscar “La sustancia”, ambas cintas con muchos elementos en común que denotan una cineasta singular con pretensiones estéticas, sensoriales y de historias que provoquen al espectador y no lo dejen indiferente. Ambas con protagonistas femeninas, con historias de marcado tono feminista, ambas con una visualidad incisiva, ambas con presencia neurálgica de música moderna, y ambas con mucho gore. Thriller perteneciente al sub género de violación y venganza, cine de exploitation, donde se mezcla el cine de contenido sexual, una violación, y un juego del gato y el ratón donde la sangre mana a ríos de las enormes heridas de los protagonistas. Hay una inversión de roles de claros tintes feministas en querer exponer el empoderamiento femenino donde el habitual rol de vengador justiciero es de un hombre (aunque el mejor vengador de este SXXI es una mujer, La Novia de “Kill Bill”), aquí es una pin-up una ‘Lolita’ contra tres fortachones cazadores en medio del desierto.

 

La trama sigue a una joven que es violada y abandonada en el desierto por tres hombres, donde se recupera y busca vengarse de ellos. Coralie Fargeat se inspiró del Mad Max o Rambo, «con personajes fuertes en un viaje fantasmagórico». Inspiración también fue la película de Steven Spielberg, “Duel”, porque logra generar tensión usando «tan pocos elementos: un auto, un camión y eso es todo». Una amena propuesta que no aspira más que a hacerte pasar un rato entretenido en su loco desarrollo hiperrealista cercano al comic, una fantasía donde la protagonista Jen es un Ángel de Venganza (de ahí el nada sutil tatoo que le aparece tras su particular cura) de tintes sobrenaturales, ataviada por una sexy braguita y armada con un gran rifle persiguiendo a sus agresores descalza por el desierto, qué más da que el mínimo realismo es algo tan ausente del film como la vegetación.  No puedes perder el tiempo pensando en lo absurdo de cómo se recuperan de las escandalosas heridas unos y otros, es un Comic Pulp pasarratos.

 

Un trepidante entretenimiento, atmosféricamente atractivo, con una vigorosa fotografía de Robrecht Heyvaert (“Bad Boys for Life”) marca su estilo telúrico con esa toma inicial del agreste desierto (nunca se dice dónde estamos, pero se rodó en Marruecos) y luego gira para revelar que es la vista es a través de las gafas de sol de piloto de helicóptero Richard (Kevin Janssens). Para luego meternos en situación al aterrizar frente a una gran mansión vanguardista en medio del mencionado desierto, además de Richard baja del aparato una sensual jovencita, Jen (Matilda Lutz), con un trajecito diminuto que deja poco a la imaginación, y encima chupa una piruleta lascivamente esta preciosa Barbie. La residencia es una virguería por mor del diseñador de producción Fred M. Ortiz (“Tenet”), con esa cristalera con doseles de color azul y rojo que crean imágenes cuasi oníricas, con esos sofás que piden a gritos empantanarse de sangre, con esos pasillos sinuosos, con la alfombra, con esa piscina llena de agua en el centro de la nada. Vemos como la cámara se deleita en contrapicado con el cuerpazo de esta ‘virginal’ rubia, en su trasero su rostro, sus curvas, su vientre, pero también fetichiza a Richard al que vemos desnudo en todo su ‘esplendor’, incluso por delante; Esto adornado por otro de los elementos que cuida para crear clima la directora, como es la música, en este caso techno.

 

Tras un comienzo cargado de erotismo sin más, pasamos a confrontar a estos cuerpos esculpidos en gimnasio, frente a los dos cazadores que llegan cargados de armas, dos tipos comunes, fofos (uno más que otro), claramente reprimiendo sus ansias sexuales ante la sexy jovencita, que no se priva de cosificarse ante uno de ellos bailando lujuriosamente, sin darse cuenta de que despierta al macho salvaje que se cree con derecho de pernada sobre la mujer. Tras ello viene el quiebre, hay que suspender la credibilidad en que Richard deje solos a sus dos ‘amigos’ mientras va a un ‘mandado’. La violación, que se produce de forma lenta, pero con dramatismo. Entonces tras ser ‘usada’ la joven ya no les vale y la tiran. Entonces la dulce y delicada Jen renace de sus cenizas (nada sutil como escapa de su empalamiento, aparte de zero verosímil). La actriz milanesa Matilda Lutz está notable como el dual carácter de este bombón en principio cosificada como mujer objeto y luego como despiadada ‘revengeadora’, pero sexy.

 

Entonces comienza la cacería, donde el gato y el ratón se confunden. Con enfrentamientos uno por uno contra los tres hombres, con el primero en un estanque nocturno (con Jen aun con un trozo de rama en su costado ¿?); el segundo en una carretera de tierra de montaña; y el tercero con epicentro en la residencia de lujo. El duelo final, donde el hombre es ahora el que está desnudo frente a la cazadora, la casa se baña de sangre (como le encanta a la directora la sangre en charcos y las personas resbalando en ella, me refiero a que también lo reitera en “La sustancia”), donde otra vez hay que suspender la realidad para divertirse con el enfrentamiento, corriendo por el pasillo uno contra otro en un jocoso juego de pillar al otro por detrás, que más da que uno de ellos tenga en agujero por donde podría salir su clon más joven (referencia a “La sustancia”), como si el problema fuera que la sangre salga a chorros y no el daño interior, la hemorragia se solapa de forma desternillante (*spoiler). Para acabar todo en un clímax bien llevado, aunque sobrándome una frasecita ridícula que remarca el mensaje feminista de forma chusca (**spoiler). Acabando en un muy estético y alegórico epílogo (***spoiler).

 

Entre medias una noche en una cueva donde la joven se realizará una ‘ramboniana’ cauterización de herida (qué más da que los órganos por dentro debieran estar destrozados), con ‘anestesia’ en modo peyote (le crea un despertar explota-cabezas). Cauterización que le deja un desternillante tatuaje (si no está en relieve el dibujo de la lata de cerveza, como puede dejarle ese épico tatuaje?); La odisea de Jean salvaje, atávica, brutal, sangrienta, nada te puedes tomar en serio, como no se lo toma la directora.

 

Los tres hombres son tres clichés de visiones tóxicas desde el feminismo. Richard es el Macho Alpha, un adúltero con hijos que disfruta con su Lolita particular, un maltratador que no respeta a su amante, que ante un problema la deshecha vilmente. Kevin Janssens da boen como este machirulo psicópata; Stan el violador que no duda en aprovecharse de una tierna joven para saciar sus reprimidos deseos sexuales, no acepta un no, no acepta no gustarle y la toma por la fuerza. Vincent Colombe le da vida con vigor en como demuestra sutilmente al tipo reprimido a punto de estallar sexualmente como depredador; Dimitri es el tipo gordo, con gula (vemos comerse una chocolatina en primer plano, algo que emparenta el film con la mencionada “La Sustancia!”, por como vemos en primer plano una boca devorando langostinos), feo, que ante la violación de la chica decide pasar del tema y subir el volumen de la tv, el ejemplo de complicidad por omisión del deber. Guillaume Bouchède da bien sin más como el tipo con menso cancha en su rol.

 

Fargeat gusta de crear simbolismos diáfanos que impacten y nos pongan en guardia sobre lo que veremos, me refiero por ejemplo, a las hormigas (los hombres) sobre la manzana (la fruta de la tentación, ósea, la mujer) mordisqueada, o ese plano asqueroso de la chocolatina devorada en primer plano (el dulce es la mujer y el hombre como depredador de ella).

 

La protagonista es Matilda Lutz, una hermosa jovencita, que gusta de lucir sus encantos con aparente inocencia, de ahí la forma de presentarse en braguita ante los amigos de Richard, y de ahí como danza restregándose con Stan, ella como un elemento fetichista paras el disfrute masculino en esta parte. Hasta que renace como una heroína con trazas de Wolverine Rambo en cómo se cura las heridas y Lara Croft + Tte. Ripley en sus impresionantes habilidades de cacería (de donde le han venido a esta muñequita?).

 

Spoiler:

 

Richard y Stan encuentran el cuerpo de Dimitri en el agua. Stan toma la camioneta para continuar la búsqueda, mientras llena el tanque de gasolina, Jen le tiende una emboscada. Se produce un tiroteo sangriento, y Stan muere a tiros por culpa de Jen al intentar atropellarla; Tras no poder contactar a Stan por radio, Richard regresa a casa a toda velocidad y pide un helicóptero para que lo recoja. Mientras se ducha, oye un ruido. Jen lo sorprende y consigue dispararle en el estómago. Ambos se persiguen por la casa con escopetas mientras la sangre de Richard cubre piso y pared, hasta que este se *tapa la hemorragia envolviéndose en plástico film de cocina. A pesar de la pérdida de sangre, Richard logra atrapar a Jen y comienza a estrangularla, y le suelta: **‘Por qué las mujeres siempre tenéis que resistiros?’. Pero Jen le mete la mano en el estómago, lo que le permite recuperar el arma y, finalmente, matar a Richard. Jen, ***ensangrentada pero triunfante, sale de la casa al oír acercarse el helicóptero.

 

Por supuesto que no soporta un mínimo análisis como superan los cuerpos las heridas letales que tienen. Ya he mencionado la de Richard. Pero la primera es Jen, que cae empujada por un tajo de unos 30 metros de altura, quedando empalada en una rama, el golpe sin necesidad de la rama atravesándola sería más que suficiente para matarla, su cuerpo se habría partido por la columna en dos. Todo lo que sigue es solo admisible dan la licencia que es una peli-fábula moral. Consigue escaparse (con los miembros internos destrozados) cogiendo un mechero que desde el empalamiento retorcida prende fuego y con el se rompe el tronco donde está y con él ensartada huye del lugar, y aun atravesada es capaz de acabar con el primero de sus objetivos en la laguna; Está la situación de como Stan se clava el cristal del catalejo de Jen y este se le introduce varios centímetros en el pie y la directora nos hace ver cómo se lo saca él mismo en primer plano gore; Aparte queda como Stan puede levantar su arma y disparar con el  hombro destrozado por el disparo de Jen (¿?).

 

Venganza se filmó en una locación marroquí, elegida por el aspecto anodino y aislado de su desierto. Un pequeño pueblo al fondo de la villa no se filmó «para crear la sensación de que los personajes de la película están completamente solos».

 

En conjunto me queda un jocoso pasatiempo, muy tarantinesco. Por supuesto pretender buscar un mensaje de hondura feminista me resulta ridículo. Gloria Ucrania!!!

 

 


DON JUAN. (1926)

 

Muy entretenido film de aventuras de capa y espada con genuinas dosis de romanticismo. Obra parteaguas en la historia del cine, ya que fue el primer largometraje que utiliza el sistema de sonido Vitaphone con banda sonora sincronizada y efectos de sonido (aunque sin diálogos, estos, como hasta entonces se expresan mediante intertítulos), aunque no incluye diálogos hablados, siendo el antecedente de “El cantor de jazz” al año siguiente (1927), considerado la primera película hablada de la historia del cine, ambas dirigidas por Alan Crossland. La banda sonora fue interpretada por la Filarmónica de Nueva York, George Groves, encargado por The Vitaphone Corporation, fue el encargado de grabarla, ideó una innovadora técnica multimicrófono y realizó una mezcla en vivo de la orquesta de 107 músicos, convirtiéndose en el primer mezclador musical de la historia del cine, estos avances impulsados por Warner Bros en la producción.

 

Para su primer largometraje con Vitaphone, los hermanos Warner buscaban una película de primera que atrajera al público. Para el protagonista, seleccionaron a John Barrymore, saltó a la fama por sus interpretaciones de Ricardo III y Hamlet en Broadway. Recientemente habían fichado al actor y habían pagado un precio extra para tenerlo en su repertorio. Barrymore estaba furioso porque el proceso de Vitaphone aparecía en la facturación (y con una fuente más grande) a nombre de él. Para el acompañamiento musical, contrataron a la Orquesta Filarmónica de Nueva York, compuesta por 107 músicos, para grabar la partitura. El ingeniero de audio de Vitaphone, George Groves, insistió en usar seis micrófonos, cifra inaudita, para grabar la interpretación y luego mezcló señales en directo.

 

El film en sí, inspirado en el poema épico homónimo de Lord Byron de 1821, con guion escrito por Bess Meredyth (“Lirio entre espinas” o “El signo del zorro”) con intertítulos de Maude Fulton y Walter Anthony. Siendo claramente un vehículo de lucimiento para su estrella John Barrymore, que pretendía emular la estela del icónico Douglas Fairbanks, el gran exitoso aventurero de los años 20, con sus épicas Tres Mosqueteros (1921), Robin Hood (1922), El Ladrón de Bagdad (1924), y Don Q, Hijo del Zorro (1925). Barrymore (con 44 vitalistas años) se muestra como el mencionado, vivaraz, seductor, enérgico, acróbata (al parecer tenía un doble), gran espadachín, atlético, carismático, y sexy embutido en la malla de rayas blancas y negras (me lo parece a mí solo que cuando Lucrecia lo mira por vez primera lo hace a sus genitales?). Siendo brillante en sus ágiles ascensos a los balcones y ventanas de los palacios, asó como espectacular en el homérico duelo a espada frente a Donati (Montagu Love), ello en el palacio, demostrando una fisicidad intrépida, sensacional el salto que da en plano sostenido desde gran altura sobre su oponente, con una coreografía cargada de vitalidad. Asimismo, interpreta también otro rol en el prólogo del film, como el padre flemático y despechado de Juan. Como estupendo cuando debe disfrazarse del pérfido Nehri (interpretado brevemente por Gustav Von Seyffertitz), con una expresión facial que lo transforman de modo impresionante, traído esto de su anterior film “Dr. Jekyll y Mr. Hyde” (1920). Por cierto, Barrymore como Don Juan ostenta el récord de más besos en una película, besa a Astor y a la actriz Estelle Taylor 127 veces.

 

Enmarcando el relato en un colorido universo pérfido regido por el clan maléfico italiano de los Borgia (en realidad familia de origen aragonés, su apellido real era Borja), donde reinan los amores, infidelidades de mujeres insatisfechas, traiciones, celos, envenenamientos, torturas, asesinatos, solo me ha faltado la presencia del Papa Alejandro VI (nombre antes de ser papado era Rodrigo de Borja), jerarca católico siniestro, seguramente no incluido para no tener problemas con la censura. Ello también sabiendo el film de su carácter lúdico, añadiendo dosis de humor refrescante, como ese tramo inicial en Roma de Juan cual sinuoso vodevil teniendo que lidiar con tres mujeres a la vez cada una en una habitación sin que sepan de ellas y al final apareciendo el esposo de una de ellas, todo coronado por la ‘explicación’ del porque de la situación al marido; También chispeante el rol de Pedrillo, criado fiel de Don Juan, tenido buenos momentos en su graciosa amanerada expresividad, o como ‘cubre’ a su amo cuando lo ‘sustituye’ en uno de sus episodios mujeriegos.

 

Siendo una notable simbiosis entre géneros, desde el drama seco y adusto rallando el terror con el comienzo. El padre de Don Juan, Don José (John Barrymore), es avisado por su criado de la infidelidad de la mujer, Isabel (Jane Winton), la pilla cuasi in fraganti en el dormitorio, el amante se esconde tras una pared a medio tapiar, Don José juega con la esposa como gato con su ratón, sabedor del escondite del amante ordena terminar de tapiar el agujero, su esposa observa tensa y claramente aterrorizada, hasta que ella estalla queriendo salvar a su querido. Don José impasible hace su gente acabe de colocar los bloques mientras al otro lado grita de horror el amante. Tras lo que Don José expulsa del castillo a su mujer, desterrándola y dejándola sin el hijo Juan. Tremendo inicio.

 

Una superproducción para su tiempo, que luce esplendorosa en sus fastuosos decorados de Ben Carré (“El último mohicano” o “Una noche en la ópera”), su precioso vestuario creado por Sophie Wachner (“El que recibe el bofetón” o “Siempre alerta”), y esto potenciado por la magistral cinematografía de Byron Haskin (también creador de efectos especiales, posteriormente pasaría a la dirección en films como “La Guerra de los Mundos” o “Su majestad de los mares del sur”), en una inmersión grácil en el tiempo y lugar, sobresaliendo también en el vibrante manejo de la cámara, con espectaculares subjetivos, incluso a caballo para sumergirnos y hacernos sentir la tensión, tengamos en cuenta estamos hace 99 años.

 

Tras el mencionado primer acto de terror macabro moralista. Don José se convierte en un mujeriego misógino, ello expuesto en sus fiestas en las que disfruta del placer de varias féminas, esto le lleva a que una de ellas, por celos lo asesine, en sus ultimas palabras Don José destila a su hijo Juan toda la bilis posible contra las mujeres, según él  «Este es mi legado: ten cuidado con dar tu amor a las mujeres... sal al mundo y acepta su amor cuando te plazca, sonríe y olvida», para el padre las mujeres sólo traen tres cosas: vida, desilusión y muerte, vamos para él es disfrutar de ellas sin importarle ninguna. De adulto, Juan (John Barrymore también) está establecido en Roma, allí se divierte seduciendo a cuantas más mujeres mejor, siguiendo el consejo de su progenitor. Descacharrante en este sentido el intertítulo que remarca mordazmente: «El hogar de Don Juan, donde la inocencia puede entrar, pero nunca salir».

 

La Ciudad Eterna está gobernada por la retorcida familia Borgia, Lucrecia (Estelle Taylor) y su hermano César (Warner Orland). Pero Juan acaba prendado de la única mujer que se le resiste, Doña Adriana (Mary Astor). Ella y él sufrirán la ira de Lucrecia, despechada por ser ignorada por Don Juan, y es que ella hace una apuesta con sus socios: puede seducir y retener al promiscuo español con su belleza y encanto. Por lo que Lucrezia planea casarla con el conde Giano Donati (Montagu Love), uno de los secuaces de los Borgia, y envenenar al duque.

 

El director es hábil mostrando la decadencia de esta Roma borgiana, exhibiendo bacanales cargadas de alcohol y sobre todo sexo con muchas mujeres danzantes vestidas únicamente con velos ondulantes, todo el caldo de cultivo para bacanales hedonistas. Un universo depravado con porteadores negros ataviados teatralmente con piel de leopardo, como también resulta curioso como el criado fiel de Don José (el padre de Don juan) es un enano.

 

La película con escasa acción desemboca en un tramo final endiablado desde que Adriana es chantajeada para que se case con Donati. Tenemos la fiesta con varias mujeres en casa de Don Juan y como este está alterado hasta explotar con el tañir de campanas, esto aprovechando también el novedoso (ya mencionado) Vitaphone, entrelazado a la edición que yuxtapone los aspavientos turbados de Juan con las campanas tañendo en las iglesias. Lo cual nos lleva al trepidante rush donde la acción se desborda con escenas traídas de otros films clásicos, desde la pelea paladina a lo Robin Hood, el tramo en prisión a lo “El Conde de Monte Cristo”, o el tramo de la cámara de torturas 

 

Spoiler:

 

Tras una serie de sensacionales enfrentamientos contra numerosos enemigos, derrota a sus perseguidores y se une a Adriana. Y en un encantador plano final cabalgan juntos haca una entrañable (por lo artificiosa) puesta de sol.

 

El cine sonoro se hizo historia el 5 de agosto de 1926 en el Teatro Warner de Nueva York, con el estreno de "Don Juan". Varios cortos sonoros precedieron a la atracción principal, "Don Juan". Quienes asistieron por primera vez al estreno, pagando la astronómica suma de 10 dólares por entrada, se sorprendieron de que no hubiera músicos en la entrada. La música de la película se escuchaba a través de los altavoces del cine, provocando el delirio del público. Tras el estreno, Warner cobró 3 dólares por una entrada regular durante toda la función, tan popular fue "Don Juan" y su nueva tecnología. Sam cumplió con los deseos de Harry con la pionera banda sonora de la película, que contenía solo música y breves sonidos de un golpe a la puerta y espadas chocando en una escena de capa y espada. "Don Juan" se convirtió en la película más taquillera de los hermanos Warner hasta la fecha, recaudando más de 1,5 millones de dólares. Pero los gastos de equipar sus salas con un sistema de sonido, así como el alto costo de la producción de "Don Juan", hicieron que la película terminara en números rojos. Estas pérdidas limitaron el entusiasmo de Harry por seguir adelante con el sistema de sonido. Pero Sam dijo que abandonaría la colaboración con los hermanos si no podía producir futuras películas con sonido. Y se salió con la suya.

 

Algo curioso sobre la producción de Don Juan. Warner Brothers, entonces un estudio emergente, acababa de firmar un contrato de tres películas con Barrymore y quería iniciar la producción de Don Juan lo antes posible tras el gran éxito de Barrymore en Beau Brummel (1924). Sin embargo, Barrymore, quien por aquel entonces tenía una gran influencia, quería filmar lo que se convertiría en una versión desvirtuada, aunque pintoresca, de Moby Dick, titulada La Bestia Marina (1926). Por lo tanto, el calendario de producción de Don Juan se retrasó para que La Bestia Marina se estrenara primero. Afortunadamente para la historia del cine sonoro y para Don Juan, esto dio a los cuatro Warner Brothers tiempo suficiente para experimentar y aumentar su interés en Vitaphone. Surgió entonces la idea de estrenar una de las nuevas películas con banda sonora orquestal en el nuevo proceso de Vitaphone. Don Juan se completó y estuvo listo para su estreno a mediados de 1926, y fue elegido para Vitaphone.

 

Willard Louis, interpretó a Pedrillo, fiel asistente de Don Juan, murió durante el rodaje (a los 44 años de edad, a causa de una fiebre tifoidea y de una neumonía), razón por la cual desapareció de la segunda parte de la película; Hedda Hopper aparece brevemente, la que en los años treinta se convertiría en famosa columnista de Hollywood. En esta ocupación tuvo una contienda notoria con Louella Parsons, periodista de larga trayectoria en la especialidad. Hopper y Parsons rivalizaron por el título de "Reina de Hollywood", aunque quienes las conocieron afirmaban que Hopper era más sádica. Siendo una ferviente defensora de la hedionda ‘Lista Negra de Hollywood’ que impulsó el pérfido senador McCarthy; También aparece Myrna Loy en uno de sus primeros papeles como la sirvienta de Lucrecia.

 

En conjunto, un infravalorado film de aventuras. Gloria Ucrania!!!

jueves, 22 de mayo de 2025

 

KARATE KID.

 

Entretenido, aunque envejecido film muy marcadamente ochentero, esa década de éxitos teenagers atomizados por el videoclub. Lo he visto con motivo de la finalización de la última temporada de la serie spin-off Cobra Kai. Esta es una de esas pelis ancladas en el imaginario adolescente como un hito, pero que con ya adultos sabemos de sus muchas debilidades, y nos resistimos a revisarlas para no romper el encanto, y cuando lo he hecho me he topado con la tozuda realidad, y es que resulta un argumento muy manido, previsible, una copia blandita para jóvenes de “Rocky”, no en vano el director es el mismo el de ambas, ambas con protagonista italoamericano, de clase baja trabajadora, siguiendo la misma estructura de superación personal, en un mundo de gente con mejores condiciones, en la pretérita era el boxeo y aquí es el kárate, en ambas hay un entrenador que funciona como una relación paterno-filial que es la brújula moral para el prota, y al igual que la protagonizada por Sly aquí hay un duelo final culminante. Dirige John G. Avildsen (1935-2017), famoso por las dos sagas que inició, esta y la mencionada de Rocky (de esta dirigió la primera, por la que4 ganó el Oscar a Dirección, y la quinta), fuera de estas cintas de acción de luchas fue la nada. El guion es de Robert Mark Kamen (especialista en sus libretos de crear éxitos que crean franquicias, lo hizo con esta y con las que colaboró con Luc Beson en Transporter y Taken), añadiendo buenos toques de humor a este drama. Esta fue una producción independiente que se benefició de la popularidad del género de la escuela secundaria de los años 80 cruzado con una película de deportes inspirada en (la mencionada) Rocky. Relato cargado de inocencia, de elementos sobados sobre el pez fuera del agua (el chico de clase media de la costa este USA que ‘desembarca’ en el insti de la costa oeste USA con mucho joven pijo abusones), donde los tonos son claramente binarios, los buenos son muy buenos y los malos malísimos, pero ello en niveles de maldad baja. Teniendo momentos icónicos de la historia del cine, como es el clásico "encerar/desencerar", y el movimiento de cultura popular tan copiado por todos nosotros de la posición de la grulla. Ello mientras toca temas como la amistad, las relaciones disfuncionales paterno-filiales, el amor contra las barreras de clase, y la superación personal. Hay que darle la licencia de tener que creer que un tirillas como Macchio pueda ser oponente para el musculoso Zabka.

 

Columbia Pictures contactó a Kamen para componer una película similar al éxito previo de Avildsen, Rocky (1976), después de que Columbia contratara al director. Karate Kid es una historia semiautobiográfica basada en la vida de su guionista, Robert Mark Kamen. A los 17 años, tras la Feria Mundial de Nueva York de 1964, Kamen fue golpeado por una banda de matones. Por ello, comenzó a estudiar artes marciales para defenderse. Kamen no estaba contento con su primer maestro, quien enseñaba artes marciales como una herramienta de violencia y venganza. Así que decidió estudiar karate Gōjū-ryū de Okinawa con un maestro japonés que no hablaba inglés, pero que había sido alumno de Chōjun Miyagi. Como guionista de Hollywood, Kamen tuvo como mentor a Frank Price, quien le contó que el productor Jerry Weintraub había adquirido los derechos de un reportaje sobre un estudiante de ocho años de Tum Pai en Hawái al escribir la película, hijo de una madre soltera que había obtenido un cinturón negro para defenderse de los abusadores del vecindario. Kamen combinó su propia historia de vida con el reportaje y utilizó ambos para crear el guion de Karate Kid. Habiendo de protagonistas a Ralph Macchio (segundo papel importante de Macchio, después de Rebeldes de 1983), Pat Morita, Elisabeth Shue y William Zabka, todos tocaron los picos de sus carreras en estos roles, y excepto un poquito Shue, el resto no aprovecharon el tirón mediático.

 

 Sigue la historia de Daniel LaRusso (Macchio), adolescente italoamericano de Nueva Jersey que se muda con su madre viuda Lucille (Randee Heller), al vecindario de Reseda en Los Ángeles. Allí, LaRusso se enfrenta al acoso de sus nuevos acosadores, uno de los cuales es el ancho Alpha Johnny Lawrence (Zabka), el exnovio del interés amoroso de LaRusso, Ali Mills (Shue). Sigue la doctrina de su maestro, el exmarine John Kreese (palno en su caricatura del mal Martin Kove), prioriza la venganza, la dominación y la violencia. LaRusso recibe clases de karate de un manitas y veterano de guerra llamado Sr. Miyagi (Morita) para ayudar a LaRusso a defenderse y competir en un torneo de karate contra sus acosadores.

 

La película tras la presentación de personajes y de situación, ya muy vista, tiene su corazón en la enternecedora relación nuclear profesor-alumno. El Sr. Miyagi, tipo solitario, introvertido, lacónico, mordaz, carismático al que da vida con majestuosidad Pat Morita (actor con mucha trayectoria, interpretó a Arnold en la popular serie en USA "Happy Days"), especie de Yoda (claramente inspirado en él) actuación sensacional proyectando sabiduría, la voz de la experiencia cada vez que abre la boca, brillante. Fue nominado al Oscar por Secundario (lo perdió ante otro actor de origen asiático, Haing S. Ngor por “The Killing fields”). Mantiene una química entrañable con Macchio, con el que se erige en figura paterna, guiándolo con su filosofía oriental vital; Ralph Macchio resulta notable con una naturalidad con la que todos los adolescentes nos hemos sentido identificados, sus inseguridades, su valentía, sus miedos, sus picores sexuales, desprende simpatía, desparpajo y arrojo. Lástima que el actor no aprovechara este trampolín y quedara encasillado en este papel, tanto que cuatro décadas después siguió encarnando al personaje en el spin-off; Tiene momentos los dos de gran emoción, impregnan de cariño sus secuencias, con chispazos como el ya archiconocido de las tareas en el hogar (lustrando coches, pintando vallas [muy ingenioso como van aumentando los metros a pintar cuando ya parece imposible haya más] y fregando el fondo de piscinas) y como Daniel cree una cosa y termina dándose cuenta de como está aprendiendo sin darse cuenta, las escenas en la playa (donde vemos a Miyagi sobre un tronco haciendo la grulla, que luego copiará Daniel), las secuencias de la barca; pero sobre todo el tramo en que Daniel lo encuentra en su casa vestido de oficial militar (con sus medallas al valor) ebrio, y el muchacho lo acuesta en su cama. Tras lo que descubre el porqué de la situación. Y es que se cumplen 40 años del fallecimiento de su esposa dan do a luz en un campo de internamiento (Manzanar, lugar estadounidense donde se recluyeron a descendientes de japoneses por miedo a ser una quinta columna), mientras Miyagi luchaba en Europa contra los alemanes por un país que vejaba a su familia (¿?). Lo cual en cierta forma emparenta a ambos protagonistas, los dos en tierra ajena maltratados, intentan sobrevivir y sobreponerse a la adversidad con sus armas.  

 

Falla en la almibarada relación de Danuiel con Ali (empalagosa Elizabeth Sue, por supuesto es cheerleader), sucede por imperativo del guion, a trompicones, con una sobada lucha de clases de por medio. Con un sonrojante tramo de humor sal gorda en el restaurant. Sue no ayuda con un papel de chica florero; También hierra en el resto de secundarios, meros clichés con patas y ojos, como la madre parche, o él bufonesco villano del sensei del Cobra Kai.

 

Todo para culminar en el campeonato del valle de kárate (con buenos toques de humor en como hacen que la Ali este presente en la tarima como ‘traductora’), donde como es de esperar el protagonista va pasando rondas y en el tramo final surge las mayores dificultades. Chocando de bruces la nobleza de Daniel y su sensei Miyagi, contra la fullería retorcida del Cobra Kai regido por el pérfido Kreese (*spoiler me ha resultado fuera de lugar). Hasta desembocar todo en la imagen icónica de la grulla de Daniel frente a su antagonista Johnny.

 

 

Se puede encontrar una sub lectura en el argumento sobre la lucha de lo disfuncional contra lo preestablecido por norma. Los protagonistas forman una familia desestructurada, el chico un italoamericano huérfano de padre, que encuentra su referente moral y paterno en un asiático (no quiere le llamen japonés). Sus oponentes son unos jóvenes rubios de ojos azules pertenecientes a las clases altas (de las colinas remarcan), cual, si fueran la raza aria, que son liderados por la némesis de Miyagi, el sensei John Kreese, también (como Miyagi) veterano de guerra en este caso una menos honorifica (la WWII) como fue la de Vietnam, que precisamente era contra asiáticos (¿?); Y está la visión de la historia de Barney Stinson (Como conocí a vuestra madre). Barney cree que fue Johnny Lawrence, no Daniel LaRusso, quien "merecía" el título de Karate Kid y que la victoria de Daniel fue injusta, primero fue el ‘intruso’ que llegó a su pequeño reino a usurpar todo lo que el tenía, empezando por su hermosa novia, para acabar arrebatándole el título de kárate con una patada ilegal (¿?).

 

Spoiler:

 

En el torneo, Daniel sorprende al público y a los competidores al llegar a las semifinales. Johnny avanza a la final tras anotar tres puntos sin respuesta contra Darryl Vidal. Kreese le ordena a su segundo mejor alumno, Bobby Brown, uno de sus alumnos más compasivos y el menos cruel de los torturadores de Daniel, que lo incapacite con un ataque ilegal a la rodilla. Bobby lo hace a regañadientes, hiriendo gravemente a Daniel y siendo descalificado en el proceso. Daniel es llevado al vestuario, donde el médico determina que no puede continuar. Sin embargo, Daniel cree que, si se rinde, sus torturadores lo habrán vencido. Como resultado, Daniel convence a Miyagi de usar una técnica de supresión del dolor para ayudarlo a continuar. Cuando Johnny está a punto de ser declarado ganador por incomparecencia, Daniel regresa a la lucha. El combate es una batalla de vaivenes, sin que ninguno pueda romper la defensa del otro. El combate se detiene cuando Daniel usa una tijera para derribar a Johnny, asestándole un golpe en la nuca y provocándole una hemorragia nasal. Kreese le ordena a Johnny que barra la pierna lesionada de Daniel, una maniobra poco ética. Johnny parece horrorizado por la orden, pero acepta a regañadientes. Al reanudarse el combate y con el marcador empatado 2-2, Johnny agarra la pierna de Daniel y le propina un codazo brutal, causándole aún más daño. Daniel, de pie con dificultad, adopta la postura de la "Grulla", una técnica que observó al Sr. Miyagi realizar en la playa. Johnny se lanza hacia Daniel, quien salta y le lanza una patada frontal a la cara, anotando el punto ganador del torneo y convirtiéndose en el nuevo campeón. Johnny, tras ganarse el respeto de su némesis, le entrega el trofeo personalmente a Daniel, mientras este es llevado en brazos por una multitud entusiasta ante la mirada orgullosa de Miyagi.

 

El coreógrafo de lucha de la película para las escenas de combate fue Pat E. Johnson, cinturón negro de karate Tang Soo Do, quien previamente había participado en la película de artes marciales estadounidense-hongkonesa de Bruce Lee, Enter the Dragon (1973), y había trabajado con Chuck Norris en escuelas estadounidenses de artes marciales Tang Soo Do. Johnson aparece como árbitro en Karate Kid. El doble de acción de Pat Morita para el Sr. Miyagi, Fumio Demura, cinturón negro de karate, trabajó previamente con Bruce Lee.

 

El estudio originalmente quería que el papel del Sr. Miyagi fuera interpretado por Toshiro Mifune, quien había aparecido en las películas de Akira Kurosawa Rashomon (1950), Seven Samurai (1954) y The Hidden Fortress (1958), pero el actor no hablaba inglés. Pat Morita luego audicionó para el papel, pero fue rechazado debido a su estrecha asociación con la comedia stand-up y con su personaje Arnold en la comedia Happy Days. Después, Morita se dejó crecer la barba y adaptó su acento a su tío, lo que lo llevó a ser elegido para el papel.

 

Cuando fue elegido, Zabka era un luchador sin entrenamiento previo en karate. Zabka recordó más tarde su audición, diciendo que le pidieron representara una escena del guion, con una diadema puesta. Se acercó a John Avildsen, lo agarró y le dijo: "Cuidado con lo que dices, idiota!". Salió de la sala, volvió, se quitó la diadema y dijo que era Johnny, no Billy. Avildsen le preguntó sobre su edad y su altura en comparación con Karate Kid. Zabka respondió: " Bruce Lee era más bajo que Kareem Abdul Jabbar, pero lo venció", en referencia a Juego de la Muerte, a lo que Avildsen lo confirmó. Entonces convencieron a Avildsen para que eligiera a Zabka para el papel.


Helen Hunt y Demi Moore también fueron consideradas para el papel de Ali, pero la elección de Elisabeth Shue se basó en parte en un anuncio de Burger King que se popularizó a principios de los 80. La película marca el debut de Zabka y Shue.


En conjunto, uno de esos recuerdos nostálgicos que no aguantan el paso del tiempo de los 80 a hoy día. Gloria Ucrania!!!

 

Fue un gran éxito comercial, recaudando más de 130 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras de 1984 y el mayor éxito inesperado de Hollywood del año.

 

El éxito de Karate Kid dio lugar a tres películas más, incluidas dos secuelas directas, comenzando con Karate Kid II en 1986. Karate Kid III le siguió en 1989. Otra secuela, The Next Karate Kid (1994), fue la primera de la serie en no incluir a Macchio, Morita regresó como Miyagi. Sigue a Hilary Swank como uno de sus nuevos estudiantes. En 2010 se estrenó una nueva versión de la película original, también titulada The Karate Kid. Ambientada en Pekín, fue protagonizada por Jackie Chan y Jaden Smith; Además de la serie de películas, una serie animada basada en la película, también llamada The Karate Kid, se emitió en NBC en el otoño de 1989; Una secuela de la serie de televisión de acción real, Cobra Kai, se estrenó en 2018. Creada por Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg, protagonizada por Macchio y Zabka, repiten sus papeles como LaRusso y Lawrence, respectivamente. Ambientada 34 años después, Cobra Kai reexamina la narrativa del "Verso Miyagi" desde la perspectiva de Johnny, su decisión de reabrir el dojo Cobra Kai y el resurgimiento de su antigua rivalidad con Daniel. La serie se inspira en todas las secuelas, así como en la película original.


sábado, 3 de mayo de 2025

 

ASESINO IMPLACABLE.


Brutal thriller de acción, neo noir seco, adusto, cortante, que ha ganado con el tiempo, 54 años después de su estreno transpira modernidad y autenticidad. Film británico escrito y dirigido por Mike Hodges en su debut como director, dio eso que se da de vez en cuando, que es que un realizador novel de su mejor trabajo en su primera película (salvando las distancias Orson Welles lo hizo en “Ciudadano Kane”). Adapta la novela de Ted Lewis de 1970 “Jack's Return Home”, sigue al homónimo Jack Carter, gánster londinense que regresa a su ciudad natal en el noreste de Inglaterra después de la muerte de su hermano, sospechando un juego sucio y con venganza en su mente, investiga e interroga, recuperando una sensación por la ciudad y su elemento criminal endurecido, siendo protagonizado por un estelar Michael Caine (ejerce como productor no acreditado). Hodges, Klinger (productor impulsor del film) y Caine pretendían crear una representación más realista de la violencia y el comportamiento criminal que la que se había visto previamente en las películas británicas, Hodges realizó una investigación sobre el submundo criminal de Newcastle, en particular el asesinato de la máquina tragamonedas.

 

El gánster nacido en Newcastle, Jack Carter, lleva años viviendo en Londres al servicio de los jefes del crimen organizado Gerald y Sid Fletcher. Jack mantiene una aventura con Anna, la novia de Gerald, y planea escapar con ella a Sudamérica, pero primero debe regresar a Newcastle y Gateshead para asistir al funeral de su hermano Frank, fallecido en un supuesto accidente por conducir bajo los efectos del alcohol. Sus jefes le advierten que no provoque problemas, ya que son amigos de la mafia de Newcastle. Insatisfecho con la explicación oficial, Jack investiga por su cuenta. En el funeral, conoce a su sobrina adolescente, Doreen, y a Margaret, la evasiva amante de Frank. Jack va al hipódromo de Newcastle en busca de su viejo conocido, Albert Swift, para obtener información sobre la muerte de su hermano, pero Swift lo evade. Jack se encuentra con otro viejo socio, Eric Paice, quien se niega a revelarle a Jack quién lo contrata como chófer. Seguir a Eric lo lleva a la casa de campo del jefe mafioso Cyril Kinnear. Jack confronta a Kinnear, pero aprende poco de él; también conoce a una glamurosa mujer borracha, Glenda. Al marcharse, Eric le advierte que no dañe las relaciones entre Kinnear y los Fletcher. De vuelta en el pueblo, Jack es amenazado por secuaces que quieren que se vaya, pero él los rechaza, capturando e interrogando a uno para averiguar quién quiere que se vaya. Le dicen que se llama "Brumby".

 

El director de fotografía Wolfgang Suschitzky trabajó con Hodges para dar a las escenas sensación naturalista, basándose en gran medida en sus antecedentes en películas documentales. Uso de objetivos de larga distancia focal (como los que había usado previamente en Hodges en Rumour) en muchas escenas para crear una sensación de documental naturalista, especialmente en las escenas con multitudes. La película se rodó en Metrocolor, nombre comercial de MGM para las películas procesadas en su laboratorio Eastmancolor.

 

Una radiografía de la maldad intrínseca humana devastadora, un escenario donde todos demuestran ser entre malos y malísimos. En el cosmos reinante deprimente, enmarcado en lugares desabridos de vida, una urbe gris, hija de la revolución industrial, lares hormigonados, donde no hay sol, aparcamientos, pensiones de mala muerte, hipódromos, canteras, pubs mugrientos cargados de humo, mujeres más pintadas que puertas, ferris asquerosos, playas donde cae carbón de vagonetas. Ello en medio de un desarrollo con muchos personajes, cada uno con sus aristas del lumpen, dándose lo mejor de la corrupción, como la mafia, máquinas tragaperras, prostitución, pornografía, sicarios, y más ralea.

 

El protagonista es un tipo violento, machista, misógino, nihilista, psicópata, narcisista, tipo que tortura, mata, de todas las formas posibles (envenena, acuchilla, tirotea, provoca saltos base sin paracaídas, etc). Crea un icono de imagen de gentleman british, rubio con cabello rizado con patillas largas, moviéndose por Newcastle con su gabardina negra (y hasta desnudo empuñando su chachaguata con flema inglesa), en su escaparate hombre simpático, culto, frio, apenas se altera por nada. Un crudo anti-héroe, busca su particular justicia (venganza), sabedor de su propia villanía se autodefine como una mala persona, pero en él su carácter no es binario, se reconoce salvaje, pero también y por ello quiere que su hermano, que dice si era buena persona tenga justicia. Se sitúa en lo gris, tiene sus matices, en el cariño que profesa a su sobrina, o cuando lo vemos derrumbarse al ver un escabroso video y llora antes de rehacerse. No tiene compasión de nadie, despiadado, cínico, sin ataduras morales, todo esto lo encarna con estoicismo maravilloso dejando entrever sutilmente sus emociones un Caine amenazantemente brillante.

 

Hodges imprime un ritmo endiablado a su crudo thriller, una narración alambicada (quizás demasiado), propia de Dashiell Hammett o Raymond Chandler (de hecho, hay un guiño a este escritor de novela negra: Al principio, durante los títulos de crédito, Carter toma el tren a Newcastle y lee una edición de bolsillo de "Adiós, mi amor" de Chandler), ejerciendo de singular detective este Jack Carter, en unas indagaciones que no tiene compasión, pero si teniendo momentos de relax sexuales. A lo que el director añade geniales dosis de humor, un reguero de situaciones mordaces. Con una casera metomentodo, un Carter escopeta en mano y desnudo saliendo a la calle sin complejos ante las miradas d ellos vecinos, ese caricaturesco ‘gafillas’ enviado por uno de los malos. Pero sobre todo la tremebunda secuencia en que Jack telefonea a su ‘novia’, la espectacular sueca Britt Ekland, la casera está sentada en una mecedora en la habitación mientras Jack habla, la vemos en primer plano con Carter al fondo hablando, Jack perversamente pide a su ‘novia’ (está en sexy ripa interior tumbada en la cama) que se acaricie y se masturbe, la casera lo escucha turbada sin decir nada, a Jack se le nota disfrutando por un lado en un y teléfono erótico y por otro escandalizando a la casera, y en estas aparece la pareja oficial de la ‘novia’ en el dormitorio, desternillante.

 

Todo fluyendo de modo afilado hacia un final nada acomodaticio, valiente, coronando para dejarte impactado del modo áspero y penetrante en que acaba.

 

Destaca la puesta en escena también por como Hodges disfruta con los fuera de campo, ello mostrando el horror de las miradas ante la muerte sobre ellos, como ese acuchillamiento en que no vemos el puñal y si el terror en la víctima. O la genialidad de ese mercenario del que solo vemos su anillo con la inicial ‘R’; Pero sobre todo queda la neurálgica música jazzística del pianista de Roy Budd, con esos cortante primeros acordes que suenan a espagueti western, y luego viran a ritmo de club cargado de humo, hipnótico sonido que te atrapa. Además de su banda sonora, Budd también compuso tres canciones: "Looking For Someone", "Love Is A Four Letter Word" (con letra de Jack Fishman) y "Hallucinations". El tema (conocido como "Carter Takes a Train"), la pieza más conocida de la película, interpretado por Budd y los otros miembros de su trío de jazz, Jeff Clyne (contrabajo) y Chris Karan (percusión).

 

Entre los secundarios el dramaturgo John Osborne, interpreta al jefe del sindicato de la pornografía; Ian Hendry es el villano que trabaja para Osborne, en un rol punzante; Geraldine Moffatt está notable como la atractiva actriz porno, sensual, radiante, seductora; Así como maravillosa Rosamarie Dunham como la zafia casera (caricaturescamente maquillada), se nota reprimida sexualmente, delirante sus ojos y cara durante la llamada de teléfono de Jack a su ‘novia’;

 

Spoiler:

 

 

Britt Ekland como Anna. Ekland fue elegida como la protagonista femenina de la película, ya que era un prominente símbolo sexual de la época y ya habría sido familiar para el público estadounidense por su trabajo en " La noche en que asaltaron Minsky's" y "Stiletto" . Por consiguiente, su papel secundario en la película fue sobrevalorado en la publicidad. Se mostró reacia a aceptar el papel, ya que no quería desnudarse; sin embargo, tenía problemas financieros en ese momento debido a las malas decisiones de inversión de su contable. Más tarde se alegró de haber participado en el proyecto.

 

Rosemarie Dunham como Edna Garfoot, la casera de Carter. Aunque ya había aparecido en Los Vengadores y Una Familia en Guerra en televisión, este fue su debut cinematográfico, nacido en Escocia.

 

El personaje del asesino interpretado por Carl Howard, "J", solo se identifica por la inicial de su anillo en su único papel cinematográfico, y un misterio apropiado rodea su verdadera identidad. Su nombre no aparece en los créditos de algunas copias. Mike Hodges explicó que Howard fue un extra en su telefilme Rumour, y el director le dio una línea para decirlo, pero otro extra fue acreditado erróneamente. Hodges prometió compensarlo y lo incluyó en Carter, pero su nombre omitió en algunas copias originales. Si se observa con atención, el asesino también aparece brevemente en el mismo compartimento del tren mientras Jack se acerca a Newcastle. Cuando se publicaron los créditos de la película en Radio Times y TV Times, Howard también fue recortado.


Rush final: Jack localiza a Albert, confiesa haberle dicho a Brumby que Doreen era hija de Frank. Brumby le mostró la película a Frank para incitarlo a llamar a la policía de Kinnear, así que Eric y dos de sus hombres organizaron la muerte de Frank. Tras obtener esta información, Jack apuñala mortalmente a Albert. Jack es atacado por los gánsteres londinenses y Eric, quien le había informado a Fletcher del romance entre Jack y Anna. En el tiroteo subsiguiente, Jack mata a Peter. Mientras Eric y Con escapan, empujan el deportivo al río, sin saber que Glenda está en el maletero. Al regresar al aparcamiento, Jack encuentra a Brumby y lo golpea antes de lanzarlo a la muerte. Luego envía la película a la brigada antivicio de Scotland Yard. Jack secuestra a Margaret. Llama por teléfono a Kinnear (quien está en medio de una fiesta desenfrenada en su casa), diciéndole que tiene la película, y le ofrece a Kinnear que le entregue a Eric a cambio de su silencio. Kinnear acepta y envía a Eric a un lugar acordado; sin embargo, posteriormente llama a un socio. Jack lleva a Margaret a los terrenos de la finca de Kinnear, la mata con una inyección letal y abandona allí su cuerpo. Luego llama a la policía para que registre la fiesta de Kinnear. Jack persigue a Eric por la playa. Lo obliga a beber una botella de whisky, como le había hecho a Frank, y luego lo mata a golpes con su escopeta. Tras vengar a Frank y a Doreen, Jack camina por la orilla, donde el cómplice de Kinnear lo mata a tiros a distancia.

 

La importancia de la escopeta de dos cañones como arma elegida por Carter (que en la novela simboliza los lazos familiares y los recuerdos de Carter de tiempos más inocentes cazando con su hermano) se perdió en la adaptación cinematográfica; Por una extraña coincidencia, el doble de Caine en la película fue un hombre llamado Jack Carter.

 

La decisión de Hodges de matar a Carter fue inicialmente protestada por los ejecutivos de MGM, ya que querían que el personaje sobreviviera en caso de que la película resultara lo suficientemente exitosa como para justificar una secuela.

 

Una de las primeras localizaciones que atrajo la atención de Hodges en Newcastle fue el aparcamiento de varias plantas de Trinity Square, que dominaba el centro de Gateshead. Para Hodges, el aparcamiento y los puentes de hierro fundido sobre el Tyne parecían capturar la naturaleza del propio Jack Carter. El aparcamiento encarna uno de los temas más sutiles de la película: la destrucción de un antiguo paisaje urbano y su reconstrucción en consonancia con el brutalismo moderno.

 

La ubicación de la escena final de la película, Blackhall Beach, cerca de Hartlepool. Base de los estanques de carbón de North Side, North Blyth, Northumberland. Cerca del final de la película, Carter persigue a Paice por estos. La parte superior de los estanques, tal como aparecen en la película, ha sido demolida; solo se conserva la base de la estructura.

 

En 1999, Get Carter ocupó el puesto 16 en el BFI Top 100 British films of the 20 century; cinco años más tarde, una encuesta de críticos de cine británicos en la revista Total Film la eligió como la mejor película británica de todos los tiempos; Hay un remake homónimo estrenado en 2000, con Sylvester Stallone interpretando a Jack Carter y Caine en un papel secundario.

 

Notable muestra de cine neo noir potente directo a la mandíbula. Gloria Ucrania!!!