El TESTIGO.
Notable Sátira Destroyer contra el régimen comunista
dictatorial húngaro, valientemente realizado en plena autocracia, y que por
ello fue censurada durante 10 años. Todo un descubrimiento este refrescante
film magiar, todo un acto de valentía ir contra el régimen del poder con una mordaz
historia que desnuda a la Tiranía. Dirigido por Péter Bacsó en 1968-1969,
estuvo archivado durante una década debido a su prohibición, se proyectó
oficialmente en 1979, siendo una película de culto en su tierra de origen. Su
repercusión también se dio en el extranjero cuando finalmente fue lanzada fuera
de Hungría, incluso con su amplia aceptación durante el Festival de Cannes de
1981. “El testigo” ocurre durante la era de Rákosi, cuando el comunismo magiar
tomaba como modelo cercano al régimen de Stalin. Una corrosiva obra que pone
contra el paredón un régimen nauseabundo, y lo hace desde la comedia más jocosa
caricaturizando con gags incisivos al comunismo, sabiendo exponer sus
contradicciones, navega entre la fina línea entre lo jocoso y lo surrealista,
habiendo por el camino mucho de absurdo. Exhibiendo a unos mandatarios
pomposos, opresores, sanguinarios, psicópatas, cainitas, déspotas, sátrapas.
Siendo lo ´más sangrante de todo es que esta supuesta exageración de este régimen
no estaba tan lejos de la realidad, pues todas las situaciones están sacadas de
la vida real en Hungría durante esta época oscura.
La película sigue la vida del encargado ordinario de
un dique, József Pelikán, quien es procesado por matar ilegalmente su cerdo (en
ese tiempo, las políticas de racionalización y colectivización de los recursos,
exigían la denuncia y control sobre los alimentos). Llevado a la cárcel por su
delito, y en medio de absurdas idas y venidas burocráticas, Pelikán pasa por
diversos cargos de relativa importancia, reservados generalmente para los
miembros destacados del partido. Pelikán no termina de asimilar su cambio de
suerte, por no mencionar sus nuevos trabajos. Incluso su benefactor, el
misterioso camarada Virág, es renuente a revelar la verdadera razón en el trato
preferencial a Pelikán. Así, comienza para el personaje la divertida aventura
dentro de la burocracia comunista. Un error después de otro, llevan a Pelikán
cada vez más alto en los cargos dentro de la estructura, mientras él no
entiende nada el motivo de sus continuas promociones. Hasta un día, cuando él
es llamado para devolver el "favor", atestiguando en falso contra un
amigo y sacando a la luz el absurdo de las relaciones y la promoción de los
cargos en un sistema autoritario.
Ferenc Kállai protagoniza con gran sentido dramático, transmite
ser un pobre hombre movido por las circunstancias, un pelle ejemplo de cómo los
tiranos manipulaban los buenos sentimientos de las buenas personas en pos de
sus espurios fines, siempre de rostro y expresividad estoica, solo se altera
durante el juicio, el resto del tiempo acepta su destino resignado a saberse
arrollado por esta tiranía; Lajos Öze como el sibilino camarada Virág da una
buena actuación.
Estamos en 1950. József Pelikán (Ferenc Kállai), es
guardia de la barrera del Danubio, cría solo a sus hijos desde que su esposa se
escapó con un timonel de una barcaza rumana. Pelikán no puede conseguir carne
en la tienda para alimentar a sus hijos, vemos que las cartillas de
racionamiento no dan ni para eso, en lo que es un dardo acerado contra este
sistema injusto que hizo florecer el estraperlo. Pelikán anuncia en casa:
"Dezsó debe morir", deben sacrificar en secreto a su cerdo criado en
el sótano, era ilegal en ese momento. El plan se lleva a cabo: en el sótano, el
padre mata y trocea a Dezsó, mientras los hijos, para que no se oigan los
gritos del cerdo afuera, canta a coro el patriótico ‘Ej-haj, száll az anek...’.
Una patrulla policial irrumpe en la casa por que alguien los ha delatado por
haber matado a un animal, pero los polis no encuentran nada, no saben del
sótano. Esto deja ver como la simple denuncia ciudadana era motivo para allanar
una casa la policía. Esto nos lleva posteriormente a un gag ácido cuando
Pelikán que ha atendido en su hogar a un antiguo amigo, ahora ministro, Zoltán
Dániel (Zoltán Fábri), que ante los guardias registradores que han vuelto da un
discurso de porque József no puede ir contra la ley
que acaba de modo impactantemente risible. Acabando esto con: "La ley se
aplica a los comunistas diez veces o cien veces más!".
La cinta es bastante episódica a partir de que Pelikán
es detenido y encarcelado, nada menos que con su torturador Gulyás en tiempos
nazis, él que le destrozó la dentadura. También junto a ellos es encerrado un obispo
católico (haciendo patente la persecución religiosa de esta dictadura). Allí en
prisión recibe la visita József de su hija que le tranquiliza sobre la pena que
le pueden imponer puede recibir un castigo leve, por su pasado de héroe
nacional, a menos que quieran hacer de él un ejemplo, porque "Ley
socialista y todo". Siendo llamativo cuando la hija le habla de su abogado
defensor, que puede pida la pena más dura, riéndose con esto de la manipulación
de la justicia del régimen.
Pero de buenas a primeras es conducido por un gran
coche negro (se repetirá varias veces) a visitar al misterioso camarada Virág, le
informa que "la situación internacional se está intensificando" ,
"la lucha de clases se intensifica" y "la vida no es un
bizcocho". Le cuenta a Pelikán que la lucha entre comunismo y capitalismo
se está volviendo dura, por lo que hay una enorme necesidad de viejos
comunistas fiables en tantas posiciones sociales como sea posible, porque
"donde no estamos, está el enemigo". Por eso le encarga ser director
de la piscina cubierta y le dice que "un día te pediremos algo..."
Pelikán dice inútilmente "no estoy lo suficientemente cualificado
ideológicamente". Riéndose con esto de la demagogia comunista que llegan a
ver peligros capitalistas en la gestión de una piscina. Produciéndose con ello
la exposición de como funcionaba el nepotismo en la dictadura (muy divertido
como los guardaespaldas de un al togerifalte comunista saltan a la piscina envestidos
para salvar de la marabunta a su jefe). Y vuelta a prisión de Pelikán.
Y vuelta a recogerle el coche negro para visitar a Virág.
Allí este, en una situación grotescamente chistosa regaña a su a su anciana
secretaria por llevar la falda corta: "Dejemos la sexualidad al opio del
Occidente en decadencia". Tras lo que encarga una nueva misión a Pelikán,
ahora será director del Parque Inglés. "Pero por qué Angolpark? Por qué no
un parque de atracciones? O el Parque Broma? (Pregunta Pelikan). Virág le
responde: “Agarró la pregunta por el cuello… Parque Inglés! Para que el imperio
mundial imperialista inglés se ría de él? Un fenómeno! Parque de atracciones! Esto
es lo que necesitan los trabajadores!". Pero Pelikán sigue no creyéndose capacitado,
pero debe hacerlo.
Pelikan reorganiza el parque de atracciones. Ya no
existe el FERROCARRIL FANTASMA, sino el FERROCARRIL FANTASMA SOCIALISTA, con
proletarios rompiendo sus esposas en lugar de esqueletos bailando y retratos de
líderes estatales y del partido en lugar de monstruos. El alto gerifalte camarada
Bástya es el primero en viajar por el ideologizado ferrocarril fantasma. Pero
la realidad es demasiado fuerte para el corazón del camarada. Maraqvillosa metáfora
de como la realidad no es apta para los hipócritas.
Y vuelta a prisión y vuelta a ser recogido por el
coche negro para visitar, otra vez l camarada Virág. Su nuevo trabajo será la
dirección del Instituto de Investigación de la Naranja, que tiene el cometido
de crear la primera naranja conde ¡nominación de origen de Hungría. Solo
consiguen una naranja que van a presentar en una celebración del ‘éxito’ donde
por supuesto acudirá el camarada Bástya. Los hijos de Pelikán, hambrientos se
comen la fruta prohibida, siendo sustituida por orden de Virág por un limón. Lo
que sigue es demencial: Pregunta Bástya: Qué es esto?", Pelikán responde: "Una naranja ... la nueva naranja
húngara. Un poco más amarilla, un poco más ácida, pero es nuestra". Muy significativo
por su realismo de como los comunistas no dejaban que la realidad estropease
una buena noticia, siendo capaces de decir que el día es la noche, lo blanco es
negro o que un limón es una naranja.
Hasta que nos enteramos del porque de estos encargos,
dando sentido al título del film, pues a Pelikán se le pide sea testigo contra
el ministro Zoltán Dániel (Zoltán Fábri), acusado de espionaje. "Dániel lo
confesó todo", dice Virág. Preparándole de modo muy teatral al testigo, lo
someten a examen médico, se le dan clases de oratoria, se le viste para la ocasión,
se le hace repetir una y otra vez lo que debe decir, “un espía, un traidor, un
informante de la policía fascista”. Hasta que llegamos al clímax del akelarre
del juicio, allí debe emerger la verdadera personalidad de Pelikán, sobre todo
cuando se enfrenta a la verdad y a quienes le acompañan en dar testimonio.
Entre medias vemos como el afán de persecución política
es más fuerte que dar buenos servicios a los ciudadanos, ello reflejado en como
no reemplazan al vigilante de la presa que era Pelikán, y esta termina
desbordada, inundándolo todo, los hijos de Pelikán acaban viviendo en las ramas
de un árbol junto a la inundada vivienda.
Spoiler:
Rush final: Como Gulyás también es un testigo
importante en el juicio, Pelikán queda confundido, en su indignación olvida el
texto memorizado, para sorpresa del juez, no da declaración incriminatoria
contra Dániel, pero se enfrenta a Gulyás. Gulyás modifica su testimonio sin
pestañear y llama también espía a Pelikán, entonces nuestro héroe acusa a todos
de traidores, y vemos a los presentes y a los espías que escuchan aterrados,
emos a Daniel que lo exculpa en un arranque de dignidad.
Pelikán vuelve tras las rejas, esta vez bajo pena de
muerte. Que se lo toma de modo muy flemático. Cuando llega el día de la
ejecución, ni el verdugo ni su adjunto aparecen en la horca, a pesar de que el guardia
y Pelikán lo esperan. Juntos gritan al verdugo estatal en el patio de la
prisión: "Doctor Kotász! Doctor Kotász! Esto despierta de su sueño al
director de la prisión, baja en pijama, mira sus documentos y anuncia la buena
noticia: "Enhorabuena, quedarás rehabilitado". A lo que el decidido
Pelikan, que no conoce esta palabra: "Será mejor que me cuelgues!",
luego ante la mayor furia del guardia: "Devoró la comida de lujo de última
cena, se bebió el vino, no se la terminó, también se metió tabaco...!". Una
vez fuera, años más tarde, en el abarrotado tranvía del bulevar, Pelikán se
reencuentra con el camarada Virág, arrugado, abandonado y gruñón, declara con
resignación: "Está bien... Está bien, volverán a llorar por mí!". A
lo que Pelikan responde: "Bueno, no me atrevería a jurar eso". La
cita final de la película: "y LA HISTORIA SIGUE Por qué la historia va por este camino? Para
que la humanidad pueda separarse tranquilamente de su mult"–Groutcho Marx
Versión original sin censura: La última escena, en la
que el camarada Pelikán y Virág se encuentran en el tranvía, fue completamente
eliminada (porque tuvo que ser insertada más tarde, por razones ideológicas,
para un final positivo). Por tanto, la película termina con Pelican deambulando
inseguro por la gran ciudad. Se detiene junto a un joven que lee un periódico y
le pregunta qué día es y luego qué mes. Se lo cuenta, pero Pelikán incluso
pregunta por la posición de Duna, y el joven le pregunta si Pelikán también
debería ser su esposa. En esta versión, la cita de Marx está al comienzo de la
película entre la lista de actores y la cita de József Attila .
Hay mucho más de realidad en esta película de lo que
parece. Muchos de los personajes, motivos e historias están basados en la
realidad. La trama principal: el juicio conceptual del ministro Daniel y su
grupo trata sobre el juicio conceptual del líder comunista y ministro Rajk. Era
un ideólogo comunista y decían que podría ser el próximo líder de Hungría
después de Rakosi, quien fue el líder estalinista de Hungría entre 1949 y 1956.
Rajk tenía ideas diferentes a las de Rakosi en muchas cuestiones. Fue detenido
en 1949. Tuvo un juicio público donde todo estaba arreglado de antemano. Las
acusaciones falsas y los testimonios de los testigos fueron escritos por la
administración de Rákosi y por Moscú. Los testigos fueron preparados y
entrenados por la ÁVH (KGB húngara). Muchos intelectuales realmente creían en
el comunismo, pero después del juicio a Rajk y la desaparición mística de
personas a gran escala mostraron a todos el verdadero rostro del régimen de
Rákosi.
Había un importante miembro del partido y general del
ejército que era el modelo del camarada Bástya. El camarada Virág se basó en el
muy temido líder de la ÁVH, Péter Gábor. ÁVH sacó a mucha gente de sus casas en
mitad de la noche en coches con cortinas negras. Intentaron convencer y
quebrantar a la gente siendo a la vez brutales y amables.
Los trabajos de Pelikán.
Piscina: Había un miembro importante del partido que
solía vaciar una de las piscinas más importantes de Budapest cuando quería
nadar. Este camarada mantuvo esta costumbre incluso en los años setenta/ Parque
temático: El nombre original del parque temático húngaro era en realidad Parque
Inglés que ha cambiado en algún momento durante el régimen de Rákosi. Además,
el ferrocarril panorámico realmente tenía una versión comunista donde mostraban
cómo evolucionó la sociedad (según la teoría de Engels)/ Naranja húngara: Es
cierto que los húngaros querían cultivar naranjas en Hungría. El proyecto fue
iniciado por el propio Rákosi.
Una vez finalizado, aunque se trata del sistema
Rákosi, fue inmediatamente prohibido tras la muerte de István Szirmai en
septiembre de 1969. György Aczél asumió el cargo. Estuvo en una caja durante
diez años, y en 1979 sólo se mostró porque se estaban preparando para el
Festival de Películas Prohibidas en el extranjero. En 1981, el XXIV. también se
proyectó en el Festival de Cannes, pero no como película en competición, sino
en la sección Una cierta mirada, con tal éxito que fue adquirida inmediatamente
por treinta y dos países. Con el paso de los años, El testigo se ha convertido
en una película de culto. Una de las primeras proyecciones legales en Hungría
tuvo lugar en el marco de la reseña de comedia Bacsó de 1977, en el cine
Bányász de József körút 63. Desde el 6 de junio de 1979 se proyectó en Tinódi
en Nagymező utca durante muchas semanas y meses. En 2019, se encontró la
versión original sin censura de la película, que fue restaurada digitalmente y
presentada en el festival de Cannes de 2019, tras lo cual se proyectó en cines
nacionales a partir de junio. Bacsó preparó su secuela en 1994 bajo el título “Megint
tanú”, pero no logró el éxito de la primera parte.
Estupenda muestra de cine combativo a través de la
comedia, y es que las cosas que se dicen en broma son las más serias. Gloria
Ucrania!!!
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