VIVEN!
Con motivo del reciente
estreno de “La Sociedad de la Nieve” de Bayona, y tras verla, me he revisionado
como ejercicio comparativo esta de hace veinte años atrás de Frank Marshall
(antiguo productor de Spielberg), la de ahora como conmemoración del 50 Aniversario
de la épica aventura, y la que voy a disertar se hizo por el vigésimo. No
siendo esta la primera versión ficcionada de los hechos, pues en 1976, solo
tres años después se hizo una película mexicana. Esta que me ocupa se basa en
el libro “Viven!” (1974), de Piers Paul Read, a su vez está basado en las
entrevistas realizadas a los supervivientes uruguayos del accidente del vuelo
571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ocurrido en 1972. Un primer guion de “Viven!”
comenzó a circular en Hollywood en 1981, diferentes factores —principalmente lo
sensible del tema de la antropofagia y la adaptación mexicana (Supervivientes
de los Andes)— evitaron la película fuera realizada sino hasta una década más
tarde. Uno de los supervivientes, Fernando Parrado (Ethan Hawke en la película),
trabajó como asesor técnico. El reparto se complementa con Bruce Ramsay,
interpreta al superviviente Carlitos Páez, y John Malkovich como Carlitos Páez
adulto y narrador al comienzo y final de la película.
El 13 de octubre de
1972, miembros del Old Christians Rugby Football Club de Montevideo, Uruguay,
alquilaron un vuelo a través de las montañas de los Andes para un partido de
exhibición en Chile. El avión se estrelló contra los picos de las altas montañas,
matando inicialmente a 16 personas y dejando a 29 varados entre los escombros.
Su desgarradora historia de supervivencia fue contada en la novela más vendida
de Piers Paul Read, “Alive: The Story of the Andes Survivors”. La película solo
usa los nombres reales de los 16 sobrevivientes, mientras que los de los
fallecidos fueron cambiados, con la excepción de Eugenia y Susana Parrado y
Liliana Methol. Además, incluye algunos incidentes de ficción para añadirle
acción a la historia. Según el sobreviviente real Fernando Parrado, el hecho
«exactamente como pasó hubiera sido imposible de filmar y hubiera sido
imposible de ver» debido a la crudeza de los sucesos que tuvieron lugar durante
y tras el accidente.
Una aventura Homérica de
magnitud mayestática, da el mayor de los dilemas morales, sobre hasta donde
estarías dispuesto a llegar para sobrevivir, que línea moral estarías dispuesto
a cruzar para vivir un día más (espero no verme nunca en esa tesitura), aquí
al otro lado de esta raya está la antropofagia, aquí tratado con elegancia, sin
morbo, ahondando en diferentes posturas, pero sobre todo incidiendo en el lado
místico del dilema, “En su muerte está nuestra vida”, espeta uno de los
supervivientes, señalando los cadáveres congelados. Comenta si estaban más
cerca del cielo en esas cumbres andinas y por ello Dios les ponía a prueba,
este lado católico se toca en varias ocasiones en la historia, algo muy creíble
teniendo en cuenta la mayoría pertenecía a un colegio católico, incluso llegan
a tomarse la primera vez que cortan carne humana para comer como una
eucaristía, todos reunidos alrededor del cuerpo a rajar, proyectando en su
desarrollo ser una Experiencia Religiosa de enorme Fe en el Espíritu Humano. Esto
atomizado por una escena cumbre (y nunca mejor dicho) en que Nando comenta desde
la cima de una a la montaña al ver que están en el centro de la Cordillera y
habla de que es feliz porque nunca ha estado más cerca de Dios, especie de
éxtasis metafísico. Ello muy diferente a la cinta de Bayona, que lo hacen tres
de ellos a escondidas del resto para que no supieran de quien era la carne que
comerían. Incluso, incidiendo en este aspecto me choca la diferencia con la
peli de 2023 con clara vertiente atea, sobre todo en un monólogo de uno de los
supervivientes diciendo que ya no cree en Dios, si no en los compañeros que le
ayudan a sobrevivir (¿?). También Bayona aporta mucho más buenismo entre los
supervivientes, exponiendo menos discusiones entre ellos.
A ensalzar la hermosa
fotografía de Peter James (“Paseando a Miss Daisy” o “Manto Negro”), hace
sobrecogernos ante la inmensidad de los Imperiales Montes, que hace la experiencia algo elevado, donde los
humanos son hormigas en medio de la inmensidad de las montañas nevadas, lo que
hace más ‘Imposible’ pensar puedan escapar de las fauces de la Kolossal
Naturaleza. Aunque, y esto me hace torcer el gesto, se rodó en las montañas
Purcell de la Columbia Británica (Canadá), y me disgusta porque no sé si era
mejor o peor la situación para los accidentados, un hecho real debe filmarse in
situ.
La película comienza y
termina con un primer plano de John Malkovich, no acreditado, quien,
interpretando a uno de los supervivientes, reflexiona sobre la terrible
experiencia y cómo ha afectado su vida desde entonces. Malkovich, aunque
aparece en pantalla sólo brevemente, efectivamente prepara el escenario para lo
que está por venir.
Maravillosa la
recreación del accidente del del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya (a
diferencia del film español, que tiene un prólogo en Montevideo, aquí empieza
ya en el avión) espectacular en el horror que transmite por mor de ILM
(Industrial Light and Magic). El libro de Read comienza con los planes para el
viaje. Marshall comienza pocos
minutos antes del accidente. Vemos a los pasajeros haciendo bromas, lanzando un
balón de rugby, cuando en la cabina intuimos ya la cosa no va bien, la aeronave
ha entrado en una bolsa de aire, y uno de los pasajeros aterrado hace la
pregunta clave: "Se supone que debemos volar tan cerca de las
montañas?". Y llega el impacto cuando las alas se rompen por los golpes
contra las cumbres y el fuselaje se parte en dos, saliendo disparados varios
pasajeros con la cola, la parte delantera termina deslizándose montaña abajo,
acaban chocando violentamente contra un banco de nieve, haciendo que los
asientos se compriman unos contra otros, con los pasajeros en ellos. Y llegamos
a este purgatorio que fue el valle de las Lágrimas para estos supervivientes.
Marshall consigue emitir
parte del terror y desazón que pasaron estos héroes. Emite las luchas por la
jerarquía, el hambre, las esperanzas, el frío, las desesperanzas, las disputas,
las ilusiones puestas en elementos que termina por colapsar uno tras otro,
desde la esperanza que los rescaten, ese avión que creen les ha hecho una señal
de que los ha visto, el encontrar la radio, la radio que por la que oyen que
dejan de buscarlos, el encontrar la cola del avión con la batería y no saber
conectarla. Compone un desarrollo entendible sobre las luchas de poder por el
liderazgo del grupo, las rencillas entre unos y otros, la solidaridad, todo
fluido en como expone el darwinismo que termina imperando. Hasta el tramo
climático de la gran decisión sobre si comer lo único que pueden, carne humana
de los muertos, el debate moral colapsa ante el espíritu humano de
supervivencia, unos antes y otros reticentes después. Todo llevado sin morbo,
sin planos crudos, vemos cortar de medio lado los cuerpos, vemos el pavor de su
acción en los rostros, pero no hay otra. Siendo particularmente perturbadora
una secuencia donde vemos a Nando ir a hablar con Roberto por en medio de
huesos a medio devorar, escalofriante por como se exhibe la banalidad con que
se terminaron comiendo cadáveres.
Y como las desgracias no
viene solas tras el accidente, 18 días después, una noche con todos los
supervivientes refugiados dentro del fuselaje sufren una avalancha brutal que
entra como una apisonadora en el interior, sepultándolos. Emergiendo unos pocos
(el primero Roy) que ayudan a sacar con la luz de un mechero a los enterrados
como pueden en medio del terror, pero ocho de ellos mueren bajo la nieve.
Teniendo que permanecer días enterrados en el sarcófago del fuselaje hasta que
la tormenta exterior amainara.
Problema que tiene la
cinta en su desarrollo es que al tener tantos personajes a los que dar carácter
la cinta termina por dar preponderancia a unos pocos en detrimentos de unos
pocos a los que se les da luz de líderes, siendo estos Nando Parrado al que da vida Ethan Hawke, en una actuación
un tanto de sobrado, cumple bien, pero me resulta algo arrogante, tiene dos
grandes momentos, uno es cuando se entera que por la radio que dejan de
buscarlos y se encarga de decírselo a los supervivientes como si fuera algo
bueno, el otro es el mencionado mísitco en la cumbre de la montaña; Antonio
Balbi encarnado por Vincent Spano, el
capitán del equipo ejerce de líder con fuerza, organizándolo todo, bueno sin
alardes; y Roberto Cannessa embestido por Josh Hamilton, como el gran amigo de
Nando, entre los dos hay chispeantes choques, con Roberto más reflexivo y Nando
más impulsivo, buena su química, aunque descompensada por como la balanza se
decanta por Nando (no por nada fue consultor del film); aunque varios más tiene
sus momentos de gloria, como lo es el actor (perdón, pero no se su nombre) que
da vida al que más fe religiosa tiene que habla siempre con esperanza católica,
como zenit el sueño que les cuenta a los tres expedicionarios, también el actor
que da vida al herido en el pie (tampoco se su nombre), que remarca que se
salvará en varios momentos.
Entre los defectos está
uno de raíz, y es que al querer ser comercial, los productores se decantaron
por un reparto norteamericano, sin intérpretes no ya uruguayos, ni tan siquiera
hispanohablantes, por lo que la cinta es en inglés, incluso cuando a Nando lo
vemos escribir en un cristal lo hace en este idioma, y esto me es estridente;
Otra tara es que la demacración física del hostilidad ambiental y el hambre
masacrando los cuerpos no se percibe en los actores, lucen impolutos, con
dentaduras limpias, sin apariencia de que adelgazaran, cuando lo hicieron por decenas
de kg; Como no es de recibo, sabiendo que no sucedió, las dos escenas caídas
durante dos salidas de varios, una cayendo un abismo cubierto de nieve y otra
con un resbalón que uno de ellos queda en el quicio de una acantilado, como si
lo que sucedió no fuera bastante; Nos meten de rondón una especie de villano
loco en la figura de un mecánico que parece demente, del que luego se olvida el
guion, innecesario; Estos fallos son subsanados por Bayona en su film, aunque
el barcelonés tampoco da el realce que se merece a la aventura de 10 días por
la nieve de Canessa y Parrado, que da por sí solo para una película.
Spoiler:
Un film que iba bien se
estropea en su parte final de forma grimante. Vemos a Nando convencer a Canesa
para seguir hasta su meta de llegar a la civilización a por rescate, este le
dice que probablemente mueran, Nando asiente ‘… Pero al menos lo haremos caminando.
Entonces se supone empieza lo duro, Y tras ello apenas unos segundos después
están en un valle sin nieve y con una cascada de agua, llegan a un lago y ya
está. Saltamos en elipsis a como llegan dos helicópteros a rescatar a los
supervivientes con Nando y Canesa. Hurtándonos del calvario que sufrieron estos
dos en su odisea, su encuentro con unas vacas, y peor aún, anulando la
importancia a del arriero Sergio Catalán, su salvador al otro lado del río Azufre.
Nada vemos del reencuentro con sus familias, o el jolgorio de la multitud
mediática que les esperaba
Y lo más curioso del
tema, Parrado y Cannesa caminaron más de 8 días e hicieron más de 100
kilometros, cuando tenían la salvación a 3 días por otro camino y a tan solo 8
kms de distancia del avión, había un hotel que tenía almacenada gran cantidad
de alimentos en conserva.
‘Los padres de los
desaparecidos movieron tierra y cielo para llegar a sus hijos. Hablaron con los
dirigentes de tres países, Chile, Argentina y Uruguay. Contrataron a pilotos,
aviones, helicópteros, andinistas. Visitaron a videntes de Europa. Sin embargo,
no se hace ni una referencia en toda la peli.’
Cuando vemos cortar las
primeras ‘lonchas’ de carne, es la parte exterior (nalgas parece), y ya no
vemos que corten más, aunque si vemos comerla en varios momentos en trozos sin
definir de dónde. En el libro dice que comieron carne, músculos, órganos,
lengua, testículos, grasa, sesos, hígado y corazón. Haber expuesto esto me
hubiera sido sensacionalismo rayando en la pornografía gráfica e innecesario.
Vemos la rápida
extracción de un trozo del avión que atravesaba el abdomen de Enrique Platero.
Marshall muestra el eje metálico saliendo más o menos limpio, en realidad,
Gustavo Zerbino (David Kriegel) extrajo la metralla junto con quince
centímetros de intestinos de Rafael. Con la esperanza de salvar a la mayor
cantidad posible, simplemente empujaron la mayor cantidad posible del órgano
dentro de la herida, lo vendaron con una camisa y regresaron al rescate. Otra
anécdota inquietante involucra a Carlos Valeta, quien sobrevivió ileso al
accidente, pero intentando llegar al fuselaje guiado desde este por los
supervivientes este desapareció entre la tormenta de nieve. Nadie más volvió a verlo hasta Canessa, Parrado y
Tintín lo encontraron en su ruta de expedición final que condujo al milagro. Y
eso fue un 14 de diciembre, dos meses y un día después del accidente.
Un documental afiche a
este film, titulado “Alive: 20 Years Later (Viven! 20 años después)” fue escrito, producido y dirigido por Jill
Fullerton-Smith y narrado por Martin Sheen.
Un mensaje final dice:
"Esta película está dedicada a las 29 personas que murieron en la montaña
y a las 16 que sobrevivieron".
Nando: "Me siento
orgulloso de ser un hombre en un día como hoy. Vivo! Que he vivido para verlo.
Y verlo en un sitio tan increíble. Absorberlo. Te quiero amigo (a Canessa).
Mira… Es magnífico. Es Dios. Y nos llevará por encima de todo, te lo
juro…"
Canessa: "Sabes que
moriremos."
Nando: "Puede ser.
Pero si morimos, moriremos andando."
‘El libro de Read ofrece
una descripción franca y algo inquietante de esta fuente de alimento, desde el
corte de los cuerpos hasta el sabor de diferentes órganos. Pero ni el libro ni
la película identifican a ninguna persona específica cuyo cuerpo sea consumido.
Esto es algo que los propios niños han prometido nunca hacer, creyendo que sólo
sería molesto para las familias de sus amigos caídos. Marshall se asegura de no
sensacionalizar los elementos de canibalismo de la historia y presenta la
terrible tarea sólo como último recurso. La escena en la que Canessa hace el
primer corte es más desgarradora que aterradora. Uno por uno, el resto sigue su
ejemplo y se vuelven aún más decididos a sobrevivir con su nueva fuente de
fuerza.’.
El libro narra las
diversas misiones de rescate organizadas por las familias de los que estaban a
bordo, el director aquí se centra única y exclusivamente en los accidentados.
Un film inspirador, de
los que cala por su fuerza dramática aposentada en saber que lo que vemos
sucedió, e incluso, según dicen, los acontecimientos están suavizados. En su
contra los lastres comentados. Gloria Ucrania!!!
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