Carga Maldita.
Fallido thriller que
pretende mucho más de lo que consigue, es entretenido, pero nunca alcanza a las
expectativas. Revisioné hace poco la maravillosa “El salario del miedo” (1953)
y leyendo sobre ella supe de este remake o versión nueva de la novela francesa
de 1950 de Georges Arnaud, “Le Salaire de la peur”. Me interesé por ella al
saber que estaba tras ella en la dirección William Friedkin, venía de dos
exitazos como “French Connection” y “El exorcista”, la adaptación era del
guionista Wallon Green, responsable del Apoteósico libreto de “Grupo
Salvaje”, que era una superproducción,
con lo que podrían quizás ser impactante visualmente, pero el realizador al
querer innovar hierra, como naufraga en la construcción de caracteres, donde el
film de Henri-Clouzot (murió a principio del año del estreno, y se le dedica
esta película) otorgaba profundidad, aquí los personajes resultan acartonados,
no hay química alguna entre ellos, no transmite emociones, pues los personajes
son más liso que el encefalograma de Napoleón. Sigue el patrón del libro,
siguiendo a cuatro marginados de diversos orígenes que se reúnen en una aldea
de América del Sur, desesperados por salir de allí, aceptan un peligroso
trabajo por mucha plata, deben transportar un cargamento de dinamita vieja y
mal conservada que es tan inestable que está "sudando" su peligroso
ingrediente básico, la nitroglicerina.
Los protagonistas son un
entonces pujante Roy Scheider como Jackie, venía del mega éxito ‘spielbergiano’
“Jaws, es el conductor ladrón de New Jersey, sin más; Bruno Cremer como como
Víctor Manzón/Serrano, un estafador banquero francés, y… pues eso, sin más;
Amidou como Kassem/ Martinez, un experto en explosivos, terrorista árabe;
Francisco Rabal como Nilo, papel debut en Hollywood. Nilo es un enigmático
asesino profesional mexicano. No se sabe porque va a parar a Porvenir, pues
nada le ha hecho huir. A pesar de
tener la oportunidad de protagonizar una película de Hollywood, que era el
sueño del actor, Rabal quedó un poco decepcionado con el alcance internacional
de la película y dijo: "[Toda] mi vida quise hacer una película de
'Hollywood' [y] cuando Finalmente lo hice, se filmó en París, Israel, México y
República Dominicana!"; Los cuatro hacen trabajos ramplones sin
personalidad alguna.
La sombra del film
francés original es una losa muy grande cuasi-imposible de soportar, y más si
en contraposición a esta comete errores, de inicio haciéndonos ver las causas
del porque estos cuatro tipos han acabado en el culo del mundo. Friedkin gasta
un gran presupuesto en hacernos recorrer varios países, componiendo
espectaculares secuencias de acción, con una gran carrera de coche por calles
de New Jersey, acaba en aparatoso accidente, y otra una elaborada secuencia de
un ataque terrorista en Jerusalén con posterior acoso a los responsables,
escenas inconexas con la película, aunque atractivas, que demuestran el buen
pulso del director paras escenas de acción. Punto y aparte es no creerme que un
terrorista islamista no tenga otra salida que huir a Centroamérica tras ser
perseguido (ridículo).
Henri-Clouzot comenzaba
ya con los proscritos en esta tierra sin Dios, dejando al espectador que
pensara los motivos de este destierro de estos ‘exiliados’, no perdía el tiempo
en esto, era innecesario, el tiempo lo dedicaba en este pueblo a componer las
relaciones entre los que serán los camioneros malditos. Aquí se pierde tiempo
en situaciones forzadas que no llevan a lo importante, trazar vínculos entre
ellos para que en su travesía endemoniada nos importe lo que les pase. Aquí
importa poco lo que le pase a uno u otro, son seres sin fondo alguno, esto no
aporta sustancia.
Toda la parte en el
pueblo Porvenir (claramente nombre paradójico) desolado transcurre de forma
torpe, sin crear chispa alguna entre los protagonistas, todos apenas esbozos. Y
se hace esperar por lánguido de esta parte a más de la hora llega lo crucial
del viaje; Tenemos las tres pantallas a superar, la de la curva maldita que hay
que hacer sobre un saliente vertiginoso, que transcurre con buen ritmo de
tensión dramática; la del puente colgante sobre un rio de aguas bravas. Costó
nada menso que 3 millones de dólares filmarla, con múltiples problemas, y a la
postre me ha sido aparatosa, nadie con dos dedos de luces se cree un camión
mastodóntico pase por aquí, es ridículo, se han pasado tres pueblos. Mientras
que en la gala era pasar por un charco de petróleo que no se sabía el fondo que
tenía, totalmente verosímil, aquí se quiere rizar el rizo superan cualquier
verosimilitud con esta escena, me hace torcer el gesto, aunque es espectacular
el vigor puesto en ella; y la del tronco enorme en medio de la vía, un calco de
la de la gabacha, cambiando el troco por una gran roca. Con una tensa
planificación de un entramado de cuerdas y bolsas de arena para reventar la
robusta madera, muy bien filmado; Lo malo es que el suspense es escaso, no ya
por envejecida de la propuesta de acción, sino porque son seres sin chispa
alguna, desprovistos de carisma. Aparte de que al solo ver de su personalidad
lo que han hecho en el pasado me resulta imposible empatizar con un terrorista
que pone bombas para matar inocentes, con un ladrón que roba en una Iglesia,
con un estafador de la alta sociedad, o con un sicario, y al no habernos dado
más fondo que este son figuras a desechar.
Por supuesto que está
presente la idea del colonialismo industrial de las grandes corporaciones como
actúan en los países del tercer mundo, esto en lo macro. En lo micro este
capitalismo actúa sobre las gentes que las somete por un poco de palta para arriesgar
sus vidas.
Incidiendo en los
cambios, el guion falla queriendo ser original, como en la primera uno de los
personajes se nos presenta como un cobarde, tenemos una base por lo fanfarrón
que lo hemos visto anteriormente, con otro de los protagonistas que lo
idolatraba, con lo que su choque resulta electrizante, aquí todo esto está sin
contar, por lo que cuando tiene un arranque de miedo no hay conexión emocional
alguna con el espectador. También cuando uno de los personajes (no quiero
spoilear) resulta malherido en el tramo final tiene un sentido orgánico con la
historia, aquí hay malherido, pero de un modo fuera de lugar. Como lo es la
parte final en que un camión aparece de la nada de la selva en el desierto. Lo
dicho, un queso gruyere de agujeros. Todas estas taras inciden en hacer lenta
la cinta, eso es un pecado habiendo el material que hay. Ah, también reinventan
el epílogo, siendo esto gratamente apreciable (spoiler).
Destaca en la puesta en
escena la vibrante fotografía de Dik Bush (“Yanquis” o “Víctor o Victoría”),
reemplazado por John M. Stephens (“Huída a medianoche” o
“Seis días y siete noches”), no se sabe que es de uno y que de otro, pero son
portentosas las tomas de la jungla, impregnado de sudor al espectador; Por lo grimante
sobresale la partitura sintetizada del grupo teutón Tangerine Dream (“Ladrón” y
“Legend”), me recuerda al estilo Giorgio Moroder, melodía que me saca de la
acción, mala mezcla con lo que se ve en la pantalla. “Sorcerer” fue la primera
banda sonora de Hollywood para la banda electrónica de krautrock Tangerine
Dream. William Friedkin, durante su visita a Alemania, asistió a su concierto
en una iglesia abandonada en la Selva Negra. La banda le parecía "a la
vanguardia del sonido de sintetizador electrónico" que pronto se
convertiría en un elemento básico de la cultura dominante. Evaluó su música
como una mezcla de música clásica interpretada con sintetizadores y "el
nuevo sonido pop", y describió la experiencia como "fascinante"
(¿?).
Un huracán arrasó el set
del poblado, se usaron más de una decena de camiones, Roy Scheider fue el único
que aceptó irse tres meses (en realidad fueron once) a la selva para embarrarse
hasta las rodillas, siendo uno de los pocos que conocía a Friedkin y no siendo
despedido: “Creo que fue a mí al único que no despidió. No podía hacerlo porque
era el protagonista. Despidió a su director de fotografía, a todo el equipo de
cámaras, a la encargada de exteriores, al ayudante de dirección, al productor
asociado, al jefe de los camioneros, a todos los camioneros,… Le dije, Billy
tienes que dejar de despedir gente. Estoy harto de ir al aeropuerto a desearles
buen viaje”. Cuando los dirigentes vieron el film acabado, no podían creérselo,
aquello era invendible. ‘Carga maldita’ era la podredumbre en celuloide. Nada
quedaba de la cinta de aventuras que ellos pensaban que se había rodado.
Exigieron cambios. Friedkin decía que si a todos, pero rodar cualquier plano
extra conllevaría volver a la selva, un mes más de filmación, reunir al
equipo,… Cuando empezó a enumerar sus demandas los productores no sabían dónde
meterse. No podían gastar más en aquella película que no iba a ver nadie. La
cuenta iba por 22 millones y medio de dólares de los 3 que se habían acordado.
Estaban con la soga al cuello y Friedkin era el juez de la horca, pero ignoraba
que él sería el siguiente. Quizá lo que más le dolió es que ‘Carga maldita’
fracasó a pesar de que él había cedido (en parte) al estudio. A pesar de su
fama de rebelde y anti-sistema, Friedkin acabó insertando los planos extras
demandados (incluidos unos del cuenta-kilómetros que el estudio le “sugirió”
para saber cuánta distancia debían recorrer y cuánta les quedaba). Además,
querían que Paco Rabal hablara en inglés durante todo el film, o se redoblara
en la sala en la post-producción (Rabal, al final, acabó recitando la gran
mayoría de sus diálogos en español). También le pidieron rostros conocidos y
para compensar introdujo a un casi irreconocible Joe Spinell (Spider) y a uno
de sus actores fetiches, Randy Jurgensen (Vinnie) para paliar la falta de
intérpretes americanos… El fracaso en USA, con sólo 9 millones de dólares de
recaudación, condenó al film en unos años en donde sólo se valoraban las
películas por lo recaudado en EEUU.
A diferencia de The
Wages of Fear, en el que los personajes principales recibieron dos camiones en
perfecto estado de la compañía petrolera, sus homólogos representados en
Sorcerer tuvieron que ser ensamblados por los propios protagonistas, utilizando
piezas recuperadas de camiones abandonados, otra situación inverosímil. Como
que en vez de llevar cientos de botellas de nitroglicerina, lo que lleva cada
camión son tres cajas de dinamita, esos Gigantes de acero para esa pequeña
carga?
Friedkin dijo que la
escena más importante de la película fue "la secuencia del cruce del
puente, en la que los dos camiones tienen que cruzar por separado un viejo
puente colgante de madera que parece completamente inestable". También la
consideró la escena más ardua que jamás haya filmado. El puente fue diseñado
por John Box utilizando componentes hidráulicos cuidadosamente ocultos que
permiten controlar los movimientos del puente y de los camiones por igual. Su
primera versión se construyó en la República Dominicana durante un período de
tres meses y requirió 1 millón de dólares para completarse. Sin embargo, tan
pronto como estuvo terminado, la tripulación de Friedkin se enfrentó al
problema de unas precipitaciones anormalmente bajas. Durante el proceso de
construcción, el nivel del agua del río disminuyó dramáticamente, y cuando se
montó el puente, el río se había secado completamente, a pesar de la seguridad
de los ingenieros locales de que no se habían registrado fluctuaciones en el
nivel del agua durante la estación seca. Los ejecutivos del estudio sugirieron
que Friedkin ideara una escena menos sofisticada, pero él continuó haciendo
realidad su visión en diferentes lugares. Así, John Box fue a explorar
localizaciones en México y descubrió que el río Papaloapan poseía
características similares. El puente construido anteriormente tuvo que ser
desmontado y vuelto a anclar. Al final, este río también se vio afectado por la
sequía, lo que obligó a aplicar algunos efectos prácticos para completar la
escena. Para crear lluvia artificial, Friedkin empleó bombas de aguas
residuales que drenaban el agua del río y la desviaban a un sistema de
aspersores. Sólo esta escena, que dura 12 minutos, tardó varios meses en
completarse y costó aproximadamente tres millones de dólares.
La única secuencia que
quedaba por filmar era el último tramo del viaje del camión superviviente, el
Lázaro, y quería que fuera diferente de las otras localizaciones... y John Box
la encontró en un lugar llamado Bisti Badlands en el noroeste de Nuevo México.
A 35 millas al sur del pueblo llamado Farmington … Fue el paisaje que elegimos
para el final del viaje, en el que Scanlon abraza la locura, abandona su camión
y carga la dinamita dos millas hasta el campo petrolífero en llamas.
"Sourcerer"
es el título original, que traducido del inglés es “Hechicero”, palabra pintada
en uno de los dos camiones conducidos por los personajes principales, el
segundo camión se llama "Lázaro".
Rush final: Aquí
incluyen de cosecha propia el asalto al camión que queda, por parte de tres
bandido. Que termina matando a dos Nilo, y al otro Jackie, pero Nilo queda
letalmente herido. En la original llegaba el cadáver y Jackie a su meta. Aquí
cambian, y a Jackie se le queda sin
combustible a dos millas de su objetivo, Por lo que lleva a peso la caja de
dinamita, llegando exhausto a la mina.
Epílogo: En el bar de
Porvenir, Jackie recibe un pasaporte colombiano y un pago por el trabajo de la
compañía petrolera, así como una oferta de otro trabajo. Antes de irse, invita
a bailar a una fregona. Mientras los dos bailan, los secuaces de Carlo Ricci,
junto con el viejo amigo de Jackie, Vinnie, salen de un taxi y entran al bar.
Débilmente, se escucha el sonido de un solo disparo o de un neumático
reventado, lo que deja desconocido el destino de Jackie. Esto es cosecha del
guion y no del libro, el único cambio apreciable, por como nel destino siempre
sabotea nuestros sueños.
El costo de Sorcerer se
asignó a $15 millones, aumentando a $22 millones luego de una producción
problemática con varios lugares de rodaje, principalmente en la República
Dominicana, y conflictos entre Friedkin y su equipo. Los crecientes gastos
requirieron la participación de dos grandes estudios cinematográficos,
Universal Pictures y Paramount Pictures, ambos estudios compartieron la
distribución en Estados Unidos y Cinema International Corporation fue
responsable del estreno internacional.
Sus ingresos brutos nacionales (incluidos alquileres) y mundiales de 5,9
millones de dólares y 9 millones de dólares respectivamente no recuperaron sus
costos. Un número considerable de críticos, así como el propio Friedkin,
atribuyeron el fracaso comercial de la película a su estreno aproximadamente al
mismo tiempo que Star Wars, que instantáneamente se convirtió en un fenómeno de
la cultura pop.
Obra como he dicho que
no puede competir con la original, pero al menos es amena en su parte de la
travesía, con una ambientación sobresaliente. Gloria Ucrania!!!
PD. Aquí no han incluido
el electrizante tramo de la carretera con ondulaciones (¿?).
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