lunes, 9 de enero de 2023

 


Top Gun: Maverick


Atractiva secuela de la sobrevalorada original de 1986 dirigida por el artesano de la acción Tony Scott, un enorme éxito comercial (fue la más taquillera de ese año), pero que a nivel de calado emocional dejaba mucho que desear. Fue la película que catapultó a la fama a Tom Cruise con sus relucientes 24 años se erigió en una de las mayores estrellas hollywoodienses, y en estos 36 transcurridos desde entonces ha sabido mantenerse en el top del firmamento del cine, tanto como para ser productor de sus films, y este no es una excepción, uniéndose al de la primera, uno de los reyes del blockbuster como es Jerry Bruckheimer.  Con esta continuación tardía (de la que se llevaba hablando mucho tiempo) consiguen algo tan poco dado en el cine como es que una segunda parte sea mejor que su original. Dirige Joseph Kosinski el guion de Ehren Kruger, Eric Warren Singer y Christopher McQuarrie a partir de una historia de Peter Craig y Justin Marks. Tom Cruise repite su papel protagónico como el aviador naval Maverick. Se basó en los personajes de la película original creada por Jim Cash y Jack Epps Jr. también protagonizada por Val Kilmer, Miles Teller (rol de hijo del fallecido Goose, en un papel muy rígido de tipo duro sin aristas), Jennifer Connelly (mujer trofeo), Jon Hamm (típico-tópico mando refunfuñón), y Ed Harris (otro rol, aunque más corto, de oficial cascarrabias). En la película, Maverick se enfrenta a su pasado mientras entrena a un grupo de jóvenes graduados de Top Gun, incluido el hijo de su difunto mejor amigo, para una peligrosa misión en un país hostil indeterminado.

 

Es una historia mil veces vista, la sempiterna aventura cuasi-suicida que solo pueden llevar a cabo unos pocos elegidos, pero que la realización sabe darle un toque atractivo en su desarrollo, con una expresividad notable en su mirada y lenguaje corporal, en como emite el peso del pasado sutilmente, pero ello siempre desde su altar de Mito de la Aventura Macho Alfa: Con un protagonista que respira carisma por todos lados, dándole un razonamiento verosímil a que aun sea piloto de cazas; la enternecedora inclusión de Val Kilmer en un rol de cuasi meta-ficción incorporando su enfermedad real, ahora Almirante Tom ‘Iceman’ Kazansky, en una sola secuencia conmueve (quedaron lejos las rencillas con Maverick de la primera parte), transpirando un realismo crudo, con una gran chispa con Cruise; con escenas de acción excelentes; con un aceptable (aunque prescindible) romance del prota con la hermosa Jennifer Connelly (a la que siempre es un placer verla en pantalla, teniendo buena química con Cruise, aunque en un papel plano; sustituta de una desaparecida desde hace décadas Kelly McGillis); con un bien llevado conflicto cuasi paterno-filial remanente orgánicamente de la original; y con un rush final de 40 minutos espectacular, muy superior al de la original (era bastante bluff) sabiendo aunar espectacularidad en los impresionantes combates aéreos, y emoción, evolucionadas ingeniosamente de como si una cuenta atrás fuera, aunque eso sí, algo acomodaticio, con mucha adrenalina.

 

Abordando como en la primera el sentido del deber, las ansias de ir más allá de los techos de cristal que nos autoimponemos, loando el sentido de la camaradería, el espíritu del sacrifico por un bien mayor, versando también sobre las segundas oportunidades. Teniendo por supuesto constantes guiños autorreferentes a la primigenia en multitud de detalles, desde la moto, las gafas de sol Ray Ban, la competición motera contra un caza, rebeldía ante los mandos, mandos que riñen con el prota pero saben es de corazón noble, la música techno de Harold Faltermeyer, y por supuesto la escena de competición deportiva (en la otra era volley-playa y aquí es Rugby) en la arena (en este caso en la playa), donde los machos (ya lo sé, también hay una mujer, pero se nota metida con calzador) puedan lucir torso desnudo (incluso Cruise). Cambia el contexto de la Guerra Fría, por aquello de estar en la era de lo políticamente correcto, ahora es un enemigo sin nombre, sin rostro, sin que oigamos (un ente indefinido maligno) por aquello de no humanizar al que vas a matar, tenemos cazas mucho más rápidos, tecnología más avanzada, tanta que los Drones amenazan con dejar en tierra a los pilotos, pero aun quedan ‘dinosaurios’ como Maverick.

 

Es un entretenimiento ágil, aunque demasiado alargado en el metraje, con puntos a su favor, pero para mí lejos de ser lo que la crítica extendida ensalza. Es un tipo de película que exige poco del espectador, carece de profundidad, sus personajes son arquetípicos, solo Maverick tiene alma, el resto son seres colindantes que se expresan en modo cliché, ni la Connely tiene un personaje con carácter definido, ni el de Rooster tienen dimensión humana (aparte de su hostilidad con Maverick, tiene un pique con un piloto, Hangman [inane Glen Powell] bastante penoso en lo estereotipado de quien es el mejor, que quiere emular el de Cruise y Kilmer de la original), meros apoyos del prota. Es un film sin dilemas morales, sin dudas, todo se ve venir de lejos, todos sabemos cómo acabaran Maverick y Rooster tras verlos por vez primera chocando, esto es uno de sus hándicaps, su previsibilidad. También se la puede ver, como en la primera, como un anuncio de reclutamiento militar, reflejando la vida militar con miticismo y glamur, con idealismo, sin fisuras, con compañerismo. La película fue apoyada e influenciada activamente por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y la Armada de los Estados Unidos para presentar al ejército de los Estados Unidos de manera positiva.

‘Treinta y seis años después de “Top Gun”, Tom Cruise regresa como Pete “Maverick” Mitchell. Entavía (sé que es un palabro) está en la Marina, después de haber rechazado ambas promociones (aún es Capitán) e intenta que se retire. En la secuencia de apertura de la película (lo vemos entrar en un hangar a contraluz, con el desierto Mojave tras él, quizás en homenaje a la mítica secuencia final de “The Searchers” de Ford, tal vez como alegoría de un héroe que se resiste a rendirse), muestra sus habilidades como piloto (prueba un prototipo de caza ultrasónico) y su inclinación por romper las reglas y desafiar la autoridad. (Tanto Ed Harris como Jon Hamm están cargados con los papeles de oficiales superiores que agitan metafóricamente sus puños en el aire sobre las formas rebeldes de Maverick)’.

 

Tras lo que entramos en el grueso del film que es el entrenamiento por parte de Maverick a unos Top Gun para la Misión Imposible. Donde sentimos un espíritu vitalista, la alegría de disfrutar de lo que la vida te da, ello mientras el héroe recuerda nostálgicamente su pasado, ello sobre todo se da cuando observa desde el exterior de un bar al hijo de su amigo fallecido Goose cantar al piano ‘Great Balls of Fire’ de Jerry Lee Lewis (vigorosa escena con todo el local cantando a coro), y rememora una secuencia similar décadas atrás. Muestra el ambiente castrense desde un óptica optimista y saludable, sin conflictos de hondura, más bien de índole de testosterona, los roces con los altos mandos. Las escenas de entrenamiento de pilotos en juegos de gato y el ratón vibrantes. Con el metido con calzador romance maduro entre el prota y la bella partenaire.

 

Para en la parte final meternos en la Misión Imposible, donde todo lo visto anteriormente de prodigio en la filmación de vuelos de cazas se atomiza hasta hacernos inmersiva la experiencia de estar en el interior de la cabina, donde los efectos visuales se minimizan al máximo, se respira autenticidad, con esa cámara colocada en el interior de la berlina que nos hace partícipes de la mimetización con el piloto, con esa forma de colocar la mano en el cristal del mismo para no desorientarse, con vuelos reales rodados (esto gracias a la colaboración de la Armada USA), con coreografías espléndidas, proyectando vértigo, con una labor de edición de sonido buenísima, ello apoyado en un fenomenal trabajo de cinematografía del chileno Claudio Miranda (ganador de un Oscar por “La vida de Pi”, y con otra nominación por “El curioso caso de Benjamin Button”), en miscelánea brillante con la edición de Eddie Hamilton (“Kingsman: Servicio secreto” o “Misión imposible: Nación secreta”), que apabullan con la energía que desprenden, siendo nada caóticas para su visión, sino, diáfanas y claras, añádanse los fondos de los coloridos cielos, las montañas, los bosques nevados, creando preciosas estampas. Y todo ello discurriendo en modo creciente de dramatismo bien llevado, cargado de intensidad, sobre todo porque sentimos que puede ser el final de Maverick en su última misión, y porque tenemos el ante cedente de la primera donde muere Goose, con lo que tenemos ese elemento sobrevolando. Lástima que mi sensación final sea de que no han querido arriesgar y han tirado por el camino fácil de agradar a todo el mundo, pero al espectador exigente (así me considero) le falta conexión con una conclusión tan ‘agradaora’. Súmese un epílogo muy estirado a la par que pasteloso. 

 

El compositor de Top Gun, Harold Faltermeyer, repitió su papel y se le unieron Lady Gaga, One Republic y Hans Zimmer. La banda sonora fue producida por Lorne Balfe con dos sencillos, "Hold My Hand" de Lady Gaga y "I Ain't Worried" de OneRepublic. De la primera película, la partitura también incorpora elementos del "Top Gun Anthem" original, y la canción "Danger Zone", compuesta por Giorgio Moroder y cantada por Kenny Loggins.

 

La película se filmó en formato IMAX con cámaras Sony Venice 6K Full Frame con certificación IMAX.  Kosinski explicó que el equipo pasó más de un año con las fuerzas de la Marina para usar las cámaras IMAX dentro de la cabina, con cuatro cámaras orientadas hacia los actores y dos orientadas hacia adelante, además de las cámaras montadas en todo el exterior de la aeronave. Explicó que "el público debe sentir la autenticidad, la tensión, la velocidad y las fuerzas gravitatorias, algo que no se puede lograr a través de un escenario sonoro o efectos visuales, lo que requirió una enorme cantidad de esfuerzo y trabajo". Se filmaron más de 800 horas de imágenes aéreas para la película, superando el metraje combinado filmado para las películas de la trilogía de El Señor de los Anillos.

 

El antiguo bar militar fue construido en el lado de la playa en Los Ángeles. La estructura de acero se ensambló fuera del sitio para una inspección visual, luego se desmanteló y se reconstruyó en el set; Para la mayoría de los aviones, incluido el F/A-18E/F, el equipo de producción adquirió 20 aviones en funcionamiento de todo el país.


Uno de los artistas de VFX en el equipo de efectos especiales, Fred Lyn, afirmó que el uso de CGI fue extenso en la película con el F-14 y el Su-57 visualizados completamente por computadora. Lyn afirmó que las escenas del F/A-18 involucraban predominantemente un solo jet, que luego se sometió a CGI para crear las escenas de entrenamiento de combate aéreo que mostraban múltiples jets. La fuerza de ataque de cuatro jets al final de la película también se creó a través de CGI a partir de un solo F/A-18.

 

El supervisor de efectos visuales de producción, Ryan Tudhope (“Blade Runner” o “Deadpool”), coordinó la integración de varios componentes de efectos visuales utilizados en la película. Skywalker Sound trabajó en el diseño de sonido y la mezcla temporal de la película. Se les asignó la tarea de crear efectos de sonido de aviación, trabajando en estrecha colaboración con GE Aviation, un fabricante de motores a reacción de Cincinnati.

 Después de su tratamiento y operación por cáncer de garganta, Val Kilmer perdió la capacidad de hablar con eficacia. En 2021, trabajó con Sonantic, una empresa de software con sede en el Reino Unido que se especializa en síntesis de voz, para recrear digitalmente su voz utilizando tecnología de IA y grabaciones de audio archivadas de su voz. La ​​colaboración con Sonantic condujo a un exitoso programa de modelos vocales que Kilmer podría aplicar en proyectos futuros. Para Top Gun: Maverick, sin embargo, esta tecnología no se usó. El director Joseph Kosinski aclaró en una entrevista que usaron la voz real de Kilmer, alterándola digitalmente para mejorar la claridad.

 

Se utilizaron imágenes de la película original en una escena en la que Maverick observa a Rooster tocando "Great Balls of Fire" en el piano, invocando recuerdos de la familia y la muerte de Goose. El metraje se usó como un flashback, que no estaba planeado en el guión original; Kosinski introdujo la idea durante la fase de montaje de la película para ayudar a explicar la relación de los personajes y profundizar en los conflictos emocionales involucrados.

 

Film nominado para el Premio Globo de Oro a la Mejor Película - Drama y Premio de la Película Critics' Choice a la Mejor Película. Recaudó $ 1,488 mil millones en todo el mundo, convirtiéndose en la película más taquillera de 2022, la segunda película estrenada desde la pandemia de COVID-19 en recaudar $ 1 mil millones y la película más taquillera de la carrera de Cruise.

 

Un pasatiempo eficaz, muy superior a la primera, pero no la veo como la gran peli que muchos comentan. Gloria Ucrania!!!

 

PD. A Kelly McGillis, Meg Ryan y Aaron y Adam Weis, que aparecieron en la película original, no se les pidió que aparecieran en la secuela.

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