LA FUGA DE COLDITZ.
Entretenida
serie británica que he visto con motivo de que este año hacía medio siglo que
ese estrenó , y era una de esas que recordaba con nostalgia de mi adolescencia
viendo creo que era los sábados por la tarde siguiendo las andanzas de este
campo de prisioneros en la Alemania nazi de la WWII, y como los confinados
buscaban formas de escapar a su cautiverio. Es una producción de la BBC y
Universal Studios, con dos temporadas (15+13), versando sobre reos de guerra
aliados encarcelados en el castillo de Colditz en la Sajonia germana, es un Sonderlager
(campo especial), diseñado por los nazis para albergar a prisioneros de alto
riesgo y más tarde Prominente (políticamente importantes). Fortaleza supuestamente
a prueba de fugas cuando fueron designados Oflag IV-C durante la Segunda Guerra
Mundial, y sus muchos intentos de escapar del cautiverio, así como las
relaciones formadas entre las diversas nacionalidades y sus captores alemanes. Desde la llegada de primeros prisioneros británicos
después de Dunkerque para unirse a prisioneros polacos, franceses y holandeses
existentes, hasta la liberación del castillo por los estadounidenses en 1945. Colditz
fue creado por Brian Degas en colaboración con el productor Gerard Glaister,
siendo el consultor técnico de la serie fue Major Pat Reid, el verdadero
oficial de escape británico en Colditz. Teniendo gran parte de su atractivo en
las relaciones que se establecen entre los allí presos en las diferentes
jerarquías, entre las diferentes nacionalidades, y entre los cautivos y los
guardianes alemanes. En esto es muy bueno como no hacen lo facilón de
caricaturizar a la parte teutona como malos malísimos sin sentimientos, les
confieren alma y complejidades, en lo que es un rasgo humanista, cada uno con
su personalidad, donde vemos a varios guardias relacionándose amistosamente con
los reos, tenido los germanos sus debilidades que salen a flote en alguna
ocasión. Siendo el comandante nazi del cuartel un caballero respetuoso con los
presos, habiendo niveles para la maldad siendo aquí el ogro las SS que se
mencionan como el ente que si aparece en el campo de prisioneros será un
Infierno.
Serie que vista hoy día
me ha despertado mucha simpatía por la ingenuidad que desprende, pues más que
un presidio parece un internado escolar. Donde los intentos de fuga parecen
algo así como travesuras. Esto lo digo porque cuando llegan al castillo los
protagonistas escuchamos que nadie ha escapado de allí y que si alguien lo
intenta será ejecutado, y luego el mayor castigo es una celda de aislamiento
alguna semana, parece un tirón de orejas más que un castigo brutal que se
podría esperar. Tenemos a los presos que allí viven con todo tipo de
comodidades, siempre van bien vestido con sus ropas de militares, no sufren
estas desgaste con el paso de los años, se mueven con libertad por el castillo,
hacen juicios militares, ejecutan sentencias de ahorcamientos, tiene radio,
todo tipo de juegos, pueden hacerse pasaportes falsos con cámaras de fotos,
tienen bastante dinero alemán, hacen teatro, les llega correspondencia de sus
países, paquetes de la cruz roja, chulean a los guardianes, si te haces el
loco te mandan de vuelta a tu casa (el
actor británico Michael Bryant es protagonista de esto en un torre de forcé en
el episodio "Tweedledum"), pero si hasta en el tramo final de la
serie construyen un aeroplano en la azotea del castillo sin que los alemanes se
den cuenta. Nunca tienes sensación de peligro letal, siempre protegiéndose los
presos tras la Convención de Ginebra que protege a los presos de guerra, cuando
los nazis no firmaron este tratado. Nunca hay sensación de que lo estén pasando
mal allí dentro, nadie muere allí dentro, no hay ejecuciones, es un campo de
prisioneros VIP.
Sin embargo, es una
buena experiencia la serie, cuando sabes de que va cada personaje, entras en
sus dilemas morales, eres parte de sus choques, sus traspiés, sus ilusiones,
sus frustraciones, pero siempre desde un prisma de baja intensidad por lo ya
referido de que nunca siente están al borde del precipicio. Unos capítulos que
entran juegos de poder y manipulación de claro sino psicológico.
Es una serie con un
carácter claustrofóbico, donde la mayor parte de lo que vemos ocurre en
interiores del castillo, se nota mucho son estudios, con algunas salidas al
patio, y unas pocas a los exteriores. Tiene mucho de thriller en cómo preparan
y ejecutan los planes de fuga, que unos tiene éxito y la mayoría no.
Tiene un arranque
dubitativo, con unos tres primeros capítulos que nos presentan a varios de los
protagonistas en la previa de entrar en Colditz, exponiendo su pasado, sus
circunstancias, como por sus intentas de fuga de otros campos de prisioneros
son enviados al supuestamente inexpugnable titular. Hasta que en el cuarto nos
situamos en el interior de la fortaleza sajona y allí conocemos al recién
llegado Teniente Coronel John Preston, un rígido oficial que se convierte en el
más alto superior entre los británicos, tipo reflexivo, inteligente,
carismático, se preocupa por el bienestar de sus subalternos. Mantiene una gran
relación con el kommandant del presidio, cada uno en su lugar, pero
respetándose uno a otro. Tipo que no parece tener grietas emocionales, aunque
las deja aflorar en uno de los episodios en el que sucumbe a sus sentimientos y
se une a una fuga. Jack Hedley da vida a Preston con gran carácter y flema
británica; Conoceremos al rebelde Teniente de vuelo Simon Carter (beun David
McCallum), que no se sabe como lleva su traje oficial de gala en muchas
ocasiones (se tiró en paracaídas con él puesto, puaj!). Desea escapar para
volver a ver a su joven esposa. El Carter ficticio se parece al verdadero preso
de Colditz, el teniente de vuelo Dominic Bruce. legendario 'Hombre de tamaño
mediano' del IX Escuadrón, fue enviado a Colditz después de escapar del
Castillo Spangenberg. Bruce fue el autor de uno de los escapes más célebres de
Colditz, el llamado escape 'Tea Chest', réplica del cual se presentó en la
exposición 'Great Escapes' del Imperial War Museum;Teniente de vuelo Phil
Carrington (buen Robert Wagner), oficial estadounidense que se ofreció como
voluntario para servir con los británicos a principios de la guerra. Según la
vida real, Micky Burn, se desempeñó como periodista en Berlín antes de la guerra
y tiene un conocimiento íntimo de Alemania y la política alemana, admite haber
tenido cierta admiración por el nacionalsocialismo. Wagner le da vida con
fuerte personalidad. Personaje basado en el fugitivo de la vida real Pat Reid.
En realidad, el oficial que escapó con Reid a través de La ruta Singen de Hans
Larive era el canadiense Howard Wardle; Conoceremos al Kommandant (Bernard
Hepton), conocido solo por su nombre de pila "Karl", tipo noble y
orgulloso, un militar de la vieja escuela, se nota no comulga con la cultura
nazi, pero sobre todo es un soldado que se debe a las órdenes. Es el ejemplo
máximo del ‘Buen Alemán’, tiene una gran química con Preston; el Mayor Mohn encarna
al villano viscoso, al que se acerca más a la visión del siniestro sádico nazi,
muy inteligente (gusta de jugar al ajedrez), observador, desearía mayor
libertad en la represión a los reos, aunque realmente su apariencia y sus modos
nunca son crueles, ni mucho menos, su gesto torcido no se corresponde con sus
modos, más allá de que en un capítulo mande disparar por encima de las cabezas
de los presos que intentan rebelarse contra las órdenes. El actor que lo
encarna, Anthony Valentine, le dota de personalidad, de sensación atemorizadora
en su gesto y mirada gélida, muy bueno. Aunque le agregan el protagonismo en
uno de los episodios finales como para querer caricaturizar a los nazis en su
persona y flaco favor hace el guion aquí al carácter del personaje,
guiñolizándolo; estos, a mi entender, son los personajes más importantes.
La serie tiene tiempo en
sus 28 capítulos para ofrecer diferentes vertientes, como es el muy de índole
psicológica con ese oficial haciéndose pasar por demente para lo deporten a su
país, y que termina como termina; Hay uno bastante inverosímil, donde los presos
ejercen de espías para (valga la redundancia) espiar una reunión de mandos
militares en el castillo, esto no me resulta creíble, pues con la cantidad de
lugares que tiene los nazis para esto, se congregan junto a prisioneros (¿?); El
‘whodunit’ con un asesinato de un alemán por resolver; la búsqueda de un
traidor que lleva consigo un rush final de capítulo trepidante en su
dramatismo; el intento de soborno-chantaje a asoldados alemanes y lo que
conlleva; un extraño capítulo donde se expone el problema de la ludopatía,
donde un tipo uno de los protagonistas (el Capitán George Brent al que da vida
un buen Paul Chapman), se lo juega todo al póker (en diferentes juegos) contra
un recién llegado ‘tahúr’, sufriendo una depresión por ello. Esto me resulta,
raro pues su primera preocupación sería salir vivo de allí; el capítulo donde
hay un coro que va al pueblo con un gabacho que seduce a una alemana; está como
encumbran a un oficial recién llegado, y este pasa olímpicamente de querer ser
un símbolo; están los planes rocambolescos para huir, como el que se esconden
en un zulo balo el altar de la capilla y allí quedan atrapados unos británicos;
hay otro en el que seguimos la odisea (le ayudará una prostituta germana) en
que un preso se escapa y no consigue refugio en la embajada USA (aun no había
enterado en guerra); Hasta llegar al clímax del final de la primera temporada
con un episodio doble con el más famoso plan de fuga de la prisión Colditz, por
si solo un buen telefilm, cargado de intensidad, de emoción, donde se gastaron
más medios para pasar a unos buenos exteriores, siendo tenso su rush final en
las montañas nevadas junto a la frontera suiza.
La segunda temporada
baja el nivel un poco, al ser el declive del Reich la sensación es algo
plúmbea, donde ya las fugas pasan a ser algo marginal, aunque hay una subtrama
sobre una avioneta que construyen los británicos y que me es un insulto a la
inteligencia. Ello hasta llegar al momento final de la liberación, en un
episodio desprovisto de sentimentalismos baratos.
De la puesta en escena
destaco los créditos iniciales con el muy pegadizo tema musical creado por Robert
Farnon, de los que perdura en el subconsciente por su épica melodía; Una de las
localizaciones utilizadas en el rodaje fue el Castillo de Stirling.
Serie que ha envejecido
bastante, pero que mantiene niveles de atractivo, sobre todos en lo inherente a
la nostalgia de la tv de antes. Gloria Ucrania!!!
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