LOS FABELMAN.
Spielberg: 'Esta fue mi forma de traer de vuelta a mi mamá y a mi papá'
Bonita película, con sus
altibajos, pero dejando un reguero de momentos especiales de los que se
recuerdan. Spielberg (en su 34 largometraje en la dirección) con 75 años se
encuentra en el apogeo creativo-prolífico estrenando prácticamente un film por
año (el año pasado fue el remake de “West Side Story”), ha realizado su obra
más personal e íntima, ha entrado en la moda de los cineastas que se miran el
ombligo de sus vidas e intentan utilizar los rodajes como terapia de aceptación
y homenaje a su pasado, exorcizando fantasmas y loando las virtudes de su niñez
y adolescencia. Algo que ya hicieron directores como Ingmar Bergman en “Fanny y
Alexander”, Truffaut en “400 golpes”, Fellini en “Amarcord”, Woody Allen en
“Dias de Radio”, o más recientemente Cuaron en “Roma”, Brannagh en “Belfast” o
la que para mí más entronca con esta que comento, la de Sorrentino “La mano de
Dios”, también está la coetánea (aun no la he visto) de Iñárritu “Bardo”. Film semiautobiográfico
(semi por darse la libertad de cambiar aspectos a su antojo dramático, para
ello lo de no ponerse el mismo nombre y apellido al protagonista) de los que
indagan en el despertar a la madurez donde se pueden elementos de su
filmografía a lo largo de las décadas (en varias de sus obras explora a familias
desestructuradas, con relaciones paterno-filiales complicadas), y como ha
evolucionado su punto de vista ‘spielbergiano’ con respecto a sus padres con
películas. Película que Spielberg coescribió (marcó su primera aventura como
escritor en una película desde “AI Artificial Intelligence” de 2001); y
coprodujo con Tony Kushner (“Múnich” o “Lincoln”), adentrándonos en la historia
de Sammy Fabelman, joven que en la primera escena conoce el cine a través de
sus padres y con ello despierta su pasión de cineasta que explora cómo el poder
de las películas puede ayudarlo a ver la verdad sobre su familia, y con ello va
madurando su carácter. Explorando la fascinación del futuro Rey Midas del Cine por
el poder de las imágenes, exponiendo como fue creciendo el ingenio visual del
protagonista con sus films amateurs (en los que se homenajea a varios géneros
de acción desde el de catástrofes, terror [el divertido tramo envolviendo a sus
hermanas en papel higiénico cual momias], westerns [por que no ha hecho aún un
western Spielberg si su director más admirado es John Ford?], guerra [imposible
no ver la conexión en “Escape to Nowhere” con “Salvar al soldado Ryan”), e
incluso montajes festivos-domésticos. Pero donde priman los problemas familiares
por los roces afectivos entre la muy sentimental madre y su más pragmático
padre, también hay lugar para el antisemitismo, el bulyng, y para el despertar
sexual.
Comienza en la noche del
10 de enero de 1952, en Haddon Township (Nueva Jersey), la pareja judía Mitzi (Michelle
Williams) y Burt Fabelman (Paul Dano) llevan a su pequeño hijo Sammy (en esta
primera fase Mateo Zoryan Francis-DeFord) a ver su primera película, el niño
tiene miedo de entrar, y sus padres le convencen con unos argumentos que son una
carta de amor al cine que va dirigida sobre todo al espectador. La película es
“The Greatest Show on Earth” (recordada como una de las peores películas en
ganar el Oscar a la mejor película, siendo una herejía que no se lo llevara la
fordiana “El Hombre Tranquilo”) de Cecile B. DeMile. Deslumbrado por una escena
que involucra un choque de trenes, Sammy pide un juego de maquetas para
Hanukkah, que choca tarde una noche. Mitzi tiene una conexión especial con su
hijo, ella es una bailarina frustrada, una aficionada a tocar el piano, y cree
ver en su retoño inquietudes artísticas y le permite filmar otra escena del accidente
con la cámara de 8 mm de Burt (puede sonar ‘sacrílego’, pero puede Spielberg
conecte los orígenes del cine del clip “Llegada de un tren en la estación de La
Ciotat” de los hermanos Lumière de 1896 con la vuelta de tuerca en modo
thriller del tren colisionando de modo aparatoso, Spielberg mirándose en el
espejo de las raíces del cine). Sammy pronto comienza a filmar regularmente, a
veces involucrando a sus hermanas menores Reggie, Natalie y Lisa en sus tomas.
La película también
puede servir para ese pasatiempo cinéfilo de encontrar referencias al cine de
Spielberg, que estaba por llegar, desde cine bélico que nos retrotrae a “Salvar
el soldado Ryan”, secuencias de boy scouts en el desierto con efluvios al
grandioso prólogo de “Indiana Jones: La última cruzada”, el antisemitismo en el
colegio nos recuerda esta lacra que Spielberg proyectó en la magna “La lista de
Schindler”,a visita a la playa puede anteceder las visitas al mar de “Jaws”.
Pero también se pueden ver la génesis de técnicas mantra del cineasta de
Cincinnati como por ejemplo mostrar en zoom la reacción en primer plano de un
rostro ante algo extraordinario. Se puede ver cómo era un hombre orquesta de
niño editando sus propios films de forma perfeccionista, como inventando
técnicas de efectos visuales (bien sean artesanales, como más técnicas como son
los destellos de disparos realizados en postproducción pinchando con un alfiler
los fotogramas), aprende como puede manipular la realidad con recursos
estilísticos y el montaje (ejemplo claro es la edición que hace del día en la
playa escolar, Ditch Day, y que con los ángulos de cámara y manejo del tempo
provoca emociones en su proyección durante el baile).
Asimismo es inevitable ver referencias a otros films famosos, sobre todo en la mejor escena del film cuando Sam hace una edición de una película doméstica y descubre en los márgenes una dura verdad, algo similar ocurre en la aclamada cinta de Michelangelo Antonioni “Blow Up”. Queda también el homenaje que Spielberg hace a dos tipos de cámara pioneras en las filmaciones domésticas, como la Super 8 mm y la Arriflex de 16 mm.
Spielberg crea un halo
de comprensión en todos los personajes, los hace humanos, en sus defectos y
virtudes, aquí no hay buenos o malos, solo seres con sus luces y sus sombras,
no carga las tintas sobre el adulterio de la madre, la hace una mujer con sus
motivaciones emocionales, manteniendo una cercanía enternecedora con Sammy
(preciosas las escenas en que se meten ambos en el armario a ver películas a
oscuras. También el padre, que ve el gusto de Sammy por el cine como un
pasatiempo pasajero, prefiere se dedique a otra cosa profesionalmente, discute
con él por que prefiere su film de aficionado a montar una película familiar,
pero aun con esto es un padre cariñoso y atento, preocupado por los problemas
familiares.
Spielberg demuestra la
maestría de los años de cine en muchas fases. Tenemos el hermoso tramo de
campamento en el desierto de Arizona, todo con un aire muy bucólico, teniendo
su zenit en la hermosa e hipnótica danza nocturna de Mitzi, con camisón y
alumbrado lírica y sensualmente por los focos del auto que transparentan su
figura, ello filmado por el ‘voyeur’ Sammy con su cámara (mm; Este tramo tiene
su trémula contraparte cuando, tras la insistencia de su padre, Sammy edita lo
filmado en el campamento. Un estremecedor tramo donde se alternan con vigor dramático
dos escenarios en la casa, por un lado está Sammy observando las imágenes,
vemos también sus muy expresivas reacciones, y es que tras las rutinarias
imágenes descubre algo que lo impacta en varios momentos, y es que su madre y
el ‘tío’ Benny (no era familiar suyo, pero por la amistad así lo llamaban)
mantiene algo que amistad según lo que escudriña por los bordes de los
fotogramas en segundo plano, nota intimidades que sobrepasan la línea sin
retorno, los roces, miradas, sonrisas, y hasta abrazos rebelan una dura verdad,
Benny es amante de Mitzi, y esto lo vemos in crescendo en varios cortes, hasta
que Sammy queda shockeado y cae contra la pared. Todo esto sin palabras solo
con el poder de la imagen, y de la música, pues se alterna este infausto descubrimiento
del secreto, con que en la sala de la casa la madre toca al piano un
melancólico trema clásico, adornando de fondo la secuencia, ello mientras la
escucha Burt con pasión, emociónate el que sepamos que este es víctima de la
infidelidad de su amada. Hermoso y neurálgico tramo que marca todo el devenir
del resto del metraje, donde la familia irá saltando de un hogar a otro,
intentando dejar atrás los problemas, fruto principalmente de una madre voluble
sentimentalmente, que lucha por equilibrar sus sentimientos entre el amor a su
familia o su amor furtivo.
En el tramo último
saltaremos a una película ochentera para quinceañeros típica de John Hughes,
donde el protagonista llega a una escuela secundaria en California y allí es
objetivo del bullying por parte de dos cafres típicos con sus chaquetas
deportivas de instituto, Logan (buen Sam Rechner, sobre todo en la escena donde
echa en cara a Sammy como lo ha reflejado en una grabación; Divertido cuando
este le dice a Sammy que no cuenta que ha llorado, Sammy le dice que solo lo
hará si hace una película, pero que esto no ocurrirá, con lo que podemos ver
tras la cámara la sonrisita pícara de Spielberg precisamente contándolo) y
vilipendiar a Chad (inane Oakes Fegley), utilizando como arma para humillar el
antisemitismo (aunque tratado esto de forma muy superficial, sin ahondar en
ello). También tiene la que puede ser su primera experiencia amorosa (no nos
han mostrado otra anterior), en este caso cosa con una ‘gruppi’ cristiana, Monica
(correcta Chloe East), donde lo más destacable es como ella lo besa en la cama
mientras Sammy, un judío, observa sobre él en la pared un crucifico que parece
mirarlos; Esta parte me resulta manida y muy facilona, poco estimulante, solo
por el final que se le da con la película que Sammy filma, edita y proyecta en
la fiesta escolar. Y que nos hace ver el poder de manipular a las masas del
cine.
Para todo desembocar en
un muy buen rush final, primero con la conmovedora charla de Sammy con su padre
Burt, con unas fotos de por medio. Y como colofón ese encuentro entre mitos, el
veterano y el que está por llegar, los dos con el ‘horizonte’ como meta. Y
coronado con ese grácil epílogo de metacine*.
Hay una entrada
fulgurante en la cinta, apenas unos minutos antes de la mitad del minutaje. La
del tío Boris que viene de visita a los Fabelman. Un tipo mayor que ha
trabajado en el cine mudo y en el circo, es una especie de Oráculo griego que
viene terminar de abrir los ojos en su vocación a Sammy, lo hace antes de irse
a dormir (al suelo, no sin antes romperse la camiseta en señal de luto), lo
hace con un apasionado monólogo sobre el poder del arte, ‘Somos adictos!... El arte es nuestra droga… (y también le advierte)
El arte te dejará solo’, El arte no es un juego. El arte es como poner la mano
en la boca del león’, y le pregunta Sammy si esto es arte, y Boris le responde,
‘No! El arte es que no te muerda’. Todo este volcán que irrumpe en la trama es
embestido por un sensacional Judd Hirsch con 87 años demuestra una vitalidad y
electricidad envidiables, mientras está en pantalla se roba la película, ello
en una escena arrolladora. Esto inspirado en el verdadero tío abuelo del mismo
nombre de Spielberg, que al parecer inspiró a este en sus sueños de celuloide.
Y hablando de las
actuaciones, son de alto nivel en conjunto. Empezaré por una gran Michelle
Williams como Mitzi, encarnada con muchos matices, con una gran sensibilidad,
con una gran química con el actor que hace de su hijo en la adolescencia, con
dilemas morales, débil mentalmente entre seguir a su corazón como mujer o a su
sentido de madre, tiene momentos desgarradores, a pesar de ser una mujer
adúltera consigue empaticemos con su convulso mundo interior, con escenas tan
fulgentes como el baile nocturno, o como la enternecedora de la reconciliación
con el hijo tras ver lo rodado por su hijo. Su gran interpretación viene a
paliar (en parte) la acusación a Spielberg de que su filmografía es pobre en
personajes femeninos (aunque, a bote pronto recuerdo los de “El color púrpura”
y “Always”), cosa de la que se ríe en el film, cuando comentan gente que ha
visto el film bélico que no hay personaje mujeres. Gran frase la que le dice a
su hijo en el rush final: “Haces lo que tu corazón dice que tienes que hacer
para no deberle la vida a nadie”; Paul Dano es muy bueno como el cariñoso
padre, emite calor humano, generosidad, comprensión, y destila un gran amor por
su esposa, hombre que vemos abocado a un callejón si salida con su mujer, lo
vemos roto por la incomprensión de lo que le sucede, empatizamos con su
sufrimiento, aun no simpatizando con el ‘hobby’ de Sammy, si es capaz de
entender. El actor tiene una capacidad expresiva impresionante; Seth Rogen en
un papel secundario complicado de cuasi-villano al ser el elemento de discordia
paternal, dota de alma a su rol, tenido su grane escena con Sammy cuando le compra
una cámara, derrocha humanidad en un regalo que en realidad tiene que ver con
su madre; A Sammy le dan vida dos actores, de niño un estupendo Mateo Zoryan
Francis-DeFord, derrochando inquietudes que las emiten con su maravillosa luz
en los expectantes ojos. De adolescente y con más tiempo en pantalla es Gabriel
LaBelle (con un gran parecido físico con su alter ego Spielberg), notable en su
actuación, proyectando los cambios en esa etapa tan crucial del crecimiento personal, donde lida con los
problemas familiares, con su afición de dirigir cine, con los roces en el
instituto, o su primer amor, todo ello emitiendo emociones, ejemplo la escena
solo expresiva de cuando encuentra la infidelidad en lo grabado en la acampada;
Hay otra centelleante aparición encarnada por David Lynch, de las que dejan
huella con solo apenas un par de minutos
en pantalla (no quiero spoilear con su rol), magnífico.
La puesta en escena por
supuesto es propia del veterano maestro, destacando el gran trabajo del DP polaco
Janusz Kaminski (el cinematógrafo de siempre de Spielberg desde “La lista de Schindler”),
crea un halo de estar en ese tiempo y lugar con los tonos pastel con preciosos
primeros planos, con detallismo, creando tomas tan lindas como el baile nocturno
de Mitzi; La banda sonora es obra de John Williams (el de 29 pelis de Spielberg,
cuasi-inseparables en el 50 Aniversario del comienzo de sus colaboraciones ), junto
con su estilo orquestal habitual, Williams optó por una partitura basada
principalmente en el piano, con Joanne Pearce Martin, pianista principal de la
Filarmónica de Los Ángeles, proporcionando los solos de piano, me resulta algo
intrusiva, y no es de las mejores del músico neoyorkino, no trasciende. La película
también presenta música clásica de origen seleccionada por el propio Spielberg,
algunas de las cuales son interpretadas al piano en la película por el
personaje de Mitzi Fabelman, de compositores como Friedrich Kuhlau, Muzio
Clementi, Johann Sebastian Bach y Joseph Haydn.
Asimismo presenta canciones pop del período de tiempo de la película como
"Walk On By" de Dionne Warwick y "Goodbye Cruel World" de
James Darren, la última de las cuales se utiliza para acompañar el montaje secuencia de Sammy Fabelman documentando en
una película el Ditch Day de su escuela secundaria.
Encuentro que en realidad
la historia es algo muy visto, pues si la analizas es la de un joven familiar que
se encuentra en medio de un matrimonio de sus padres que se resquebraja hasta
separarse, nada nuevo bajo el sol, no hay nada especial u original en el
argumento. Solo que Spielberg es este Sammy, pero su vida es la de miles de jóvenes;
También hecho en falta que nos hable Spielberg de sus influencias, me falta de dónde
le viene la inspiración para su modo de hacer cine, parece venir por combustión
espontánea, pues en el cine solo lo vemos al inicio con la mencionada película,
y luego con la fordiana “Quien mató a Liberty Balance”, pero no le vemos con
dudas con si hacer de un modo u otro una toma, como tampoco lo vemos siquiera
viendo tv, me faltan sus influencias; Lo del ‘tío Benny’ me ha resultado metido
con calzador, me resulta complicado de creer el padre no viera lo que se intuye,
o que era un ‘cornudo’ consentido y no se explica; También le encuentro una
duración excesiva para lo que cuenta, lo que cuenta no es capaz de mantener un
ritmo equilibrado durante dos horas y media, provocando arritmias en el
metraje, y es que Spielberg se nota en este aspecto pretencioso al colocarnos
un metraje épico, cuando su vida no es precisamente una Epopeya, más bien, por
mucho que él crea otra cosa, normalita. Lo que es extraordinaria es mucha de su
filmografía.
Spoiler:
Rush Final: A la mañana
siguiente del baile en el instituto, Sammy y su madre mantienen una enternecedora
charla. Ella le anima a no dejar sus sueños (de cine) al igual que ella no
puede renunciar Bennie; Al año siguiente, Sammy vive con Burt en Hollywood. Sammy
considera abandonar la universidad, pero Burt, aceptando a regañadientes la
pasión de su hijo después de ver una fotografía de Mitzi y Bennie juntos, le
dice que siga su camino si lo hace feliz. Sammy finalmente recibe una carta de
CBS, quienes le ofrecen trabajo en la comedia “Hogan's Heroes”. Sabiendo que
Sammy está más interesado en el cine, un ejecutivo de invita a Sammy a conocer
al director de cine John Ford, le ofrece a Sammy consejos breves sobre el
encuadre del horizonte. Recién fortalecido, Sammy camina por el backlot del
estudio mientras la cámara encuadra el horizonte hacia el centro,
contrariamente al consejo de Ford, antes de terminar persiguiendo el consejo y
volviendo a enmarcar el horizonte en el fondo.
Sobre el significado
detrás del apellido "Fabelman", Kushner (a quien se le ocurrió ese
nombre) dijo: "Spielberg significa montaña de juegos; 'spieler' es un
actor en yiddish, y 'spiel' puede ser un discurso o puede ser un jugar ...
Quería tener algo de ese significado, y siempre me ha gustado la palabra
alemana 'fabel', que significa fábula. Y porque la película es autobiográfica
para Steven, pero no es una autobiografía, no es un documental, así que también
hay un elemento ficticio. Así que pensé que 'Fabelman' era un guiño a
eso".
Las joyas que Michelle
Williams usó como parte del vestuario de Mitzi Fabelman eran de hecho algunas
de Leah Adler, incluido un brazalete con dijes que tenía fotografías de sus
cuatro hijos. Según una entrevista que le hizo a la Hollywood Insider en el
estreno de TIFF, Julia Butters recibió el anillo de la escuela secundaria de
Anne Spielberg para usar mientras interpretaba a Reggie Fabelman.
LaBelle no estaba al
tanto del casting de David Lynch como John Ford hasta el día en que se filmó la
escena que tenía que ver con él. Recordó que una vez que Lynch llegó al plató,
le permitió encarnar a Sammy y cómo se sentía, y recordó que "[Lynch es]
un gran tipo. Pero antes, Sammy está nervioso, así que me estoy poniendo
nervioso". La escena en sí fue escrita para que coincidiera históricamente
con la forma en que se desarrolló el encuentro real entre Spielberg y Ford, con
el diálogo de este último escrito exactamente palabra por palabra, sobre todo
el consejo de Ford a Sammy sobre el encuadre: "Cuando el horizonte en la
parte inferior, es interesante. Cuando el horizonte está en la parte superior,
es interesante. Cuando el horizonte está en el medio, ¡es aburrido como la
mierda! La escena en sí fue recibida positivamente por la crítica y el público
y ganó el premio a la Mejor Escena en los Premios de la Asociación de Críticos
de Cine St. Louis Gateway de 2022. La última toma de la película, donde la
cámara rompe la cuarta pared y vuelve a encuadrar el horizonte en la imagen de
Sammy caminando en el estudio, ya estaba en el guión antes de la filmación.
Drew Taylor de The Wrapla nombró la mejor toma final del año, diciendo que deja
la película con "una nota tan feliz y esperanzadora" y representa
metafóricamente la "admisión" de Spielberg de que podría ser el
cineasta más venerado en la historia del medio, pero aun así mete la pata y
todavía tiene mucho que aprender. El maestro todavía es un estudiante. Es fácil
olvidar lo que John Ford te gritó hace tantos años". Matthew Jacobs de The
Hollywood Reporter también calificó el momento como uno de los mejores planos
finales de la carrera de Spielberg.
Spielberg había
concebido el proyecto ya en 1999, con su hermana Anne escribiendo un guión
titulado I'll Be Home. Tenía reservas sobre explorar la historia de su familia
debido a la preocupación de que sus padres resultaran heridos y el proyecto se
retrasó durante 20 años. Spielberg revisó el proyecto con el guionista y
colaborador frecuente Kushner en 2019 mientras hacían West Side Story, y
completó el guión a fines de 2020.
Película nombrada una de
las diez mejores películas de 2022 por el National Board of Review y el
American Film Institute. Sin embargo, la película fue un fracaso de taquilla,
recaudando $ 17,3 millones en un presupuesto de $ 40 millones. Recibió 5
nominaciones en los Globos de Oro, ganando Mejor Película - Drama y Mejor
Director para Spielberg.
Buena película, pero con
altibajos, y donde realmente quedan buenas escenas, pero no una historia trascendental.
Gloria Ucrania!!!
PD. El 23 de junio de
2022, Williams reveló que esta e Indiana Jones and the Dial of Destiny pueden
ser las dos últimas películas que compondrá antes de retirarse.
PD2. La película está
dedicada a los recuerdos de los padres de la vida real de Spielberg, Leah Adler
y Arnold Spielberg, murieron en 2017 y 2020, respectivamente.
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