TODO A LA VEZ EN
TODAS PARTES.
Lo primero a decir es
que el título de la película hace justicia a lo que vemos. Sugerente comedia
alocada, con sus lastres, pero alabable en su valentía de ofrecer algo diferente.
Escrita y dirigida por el binomio Daniel Kwan y Daniel Scheinert (conocidos
colectivamente como "Daniels") que me ganaron para su causa en su
debut en un largometraje con la bizarra a y a la vez enternecedora “Swiss Army Man”
(2016), obra de una inventiva delirante,
esta vez con la producción de los hermanos Russo (“Vengadores: Endgame”), y
esto se nota en la buena puesta en escena, con unos vistosos efectos especiales.
En esta su siguiente película han vuelto a dar una vuelta de tuerca a su
irreverencia y humor singular absurdo, con un film descacharrante, imaginativo,
arriesgado, confuso, trepidante, una de esas cintas que por partes es
sensacional pero en conjunto es desequilibrada en muchos aspectos, con una trama
centrada en una inmigrante chino-estadounidense (una gran Michelle Yeoh, Kwan y
Scheinert comenzaron a escribir el guión de Jackie Chan en 2016, luego
reelaboraron el papel principal y se lo ofrecieron a Yeoh) que, mientras es
auditada por el IRS , descubre que debe conectarse con versiones de universo
paralelo de sí misma para evitar que un ser poderoso destruya el multiverso.
Comienza en modo comedia costumbrista folk asiática. En China, Evelyn Quan Wang (Michelle Yeoh) se enamora de Waymond Wang (Ke Huy Quan) y, en contra de las objeciones de su padre (James Hong), se fuga a los Estados Unidos. La pareja abre una lavandería y tiene una hija, Joy (Stephanie Hsu). Años más tarde, la lavandería está siendo auditada por el IRS. Al mismo tiempo, Waymond está tratando de entregarle los papeles de divorcio a Evelyn, el padre exigente de Evelyn, Gong Gong [a], está de visita para una fiesta de Año Nuevo chino preparada por ella, y Joy quiere que su madre acepte a su novia no china Becky (Tallie Medel), de quien Evelyn habla le miente a Gong Gong. En una reunión conflictiva con la inspectora del IRS Deirdre Beaubeirdre (Jamie Lee Curtis), Alpha-Waymond, una versión de Waymond del "Alfaverso" (y se acaba la comedia costumbrista), se hace cargo brevemente del cuerpo de Waymond. Alpha-Waymond (cuial Morfeo en Matrix)le explica a Evelyn que existen muchos universos paralelos porque cada elección de vida crea un nuevo universo alternativo.
Volvemos, al igual que
en su primera película a mezclar la comedia surrealista-metafísica con temas
más profundos, en este caso sobre el (inabarcable) sentido de la vida, la reconciliación
familiar, la superación personal, sobre el aceptar dejar marchar a quien
quieres, el choque generacional, sobre saber cuáles son las prioridades de la vida,
ello en abracadabrante miscelánea con el humor más disparatado (lo delos
luchadores con tapones anales es épico), con escenas de acción de artes marciales,
con cruce de mundos fantásticos dominados por un Donut (amenaza con tragarse
toda la creación en su vacío infinito cual Ojo de Sauron), nunchakus-riñoneras, gente con dedos enormes sin
huesos, hasta personas manejadas cual hacían el ratón de Ratatouille por los
pelos (supongo el salto a este multiverso tiene que ver con la manipulación
hacia los hombres), pero cambiando al roedor por un mapache (y en el final se
fuerza aún más la situación), en el colmo del humor abstracto con protagonismo
con dos rocas con sentimientos que oímos en medio del desierto (protagonistas
de una escena intertítulos finales). Y ello mayormente en el escenario de un
complejo de oficinas donde todo es posible. Pero donde todo al final se reduce al
poder del amor.
Donde la protagonista
pasa a de ser una empresaria de lavandería a una cantante de ópera china, una
alumna de kung fu, la estrella protagonista de un remedo de Deseando amar
(2001), una piñata antropomórfica y hasta una piedra con sentimientos. Todo
esto para ahondar en el nihilismo existencial, con referentes de cine tan
claros como “Matrix”, “Spider-Man: Un nuevo universo”, “Tigre y Dragón”, “Terminator”,
“Kill Bill”, “2001”, “Ratatouille”, “Deseando amar”, “El señor de los Anillos”,
o “Scott Pilgrim contra el mundo”, un coctel iconoclasta muy al estilo desmadrado
de Charlie Kaufman combinado al mundo de ‘Rick & Morty’.
Los cineastas se notan
en ebullición volcánica con todas las ideas que vuelcan en esta película, un
aluvión con el que otros habrían aprovechado para otros films, ellos las meten
aquí, y eso al final resulta extenuante en su ritmo frenético que no da respiro,
imagínate 2 horas y media montado en una montaña rusa, al principio te sientes imbuido
de adrenalina pero con el paso de los minutos puede llegar a ser cansino. Es una
acumulación que por momentos encandila y en otros tramos abate, con movimientos
de cámara nerviosos, una edición de editor Paul Rogers (“No podréis matar a
David Arquette”) electrizante que no da tregua. A veces menos, es más, y este
puede ser un buen ejemplo, pues el haber metido tijera seguro habría mejorado
la solidez de su apresurado y atiborrado metraje, donde hay mucho michelín a
liposuccionar, quizás se han venido arriba creyéndose todo era buen para el
convento y no es así. Tanto cambio de universo llega a producir confusión, quedando
en algunos tramos farragosa. No ayuda la alta velocidad si freno de la
propuesta, una vez tomamos cuesta abajo ya no hay parón, todo es efecto bola de
nieve donde cuanto más avanzamos más corte y más multiversos se añaden: Propio
del axioma de abarcar demasiado, apretar poco, y es que se podría haber contado
lo mismo, haber dejado el mensaje pro-familia que se quiere poner en mucho
menos de 140 minutos. Y encima de este excesivo metraje los personajes resultan
un tanto clichés poco profundizados. Tampoc ayuda un final demasiado
edulcorado, previsible a la par que almibarado.
La Evelyn que conocemos resulta que está viviendo el peor de sus multiversos, sus otros yo alternativos tienen una mejor y más exitosa existencia, cual si las decisiones de las otras alter egos hubieran tomado mejores decisiones que ella. En uno de los multiversos es una gran estrella de acción de Hong Kong (transfigurándose en metacine al ser claramente un remedo de la Yeoh real), en otro es gran en cantante de ópera, en otra es chef de estilo teppanyaki.
La cinta es un caudal de
elementos chistosos descacharrantes, algunos tan desconvcedrtanytes como ese
final a los 85 minutos, pareciendo los créditos de sopetón y quedándote en
medio-shock, y luego vemos son un trampantoljo de metacine. También es significativa
la forma en que se puede saltar entre multiversos, realizando algo
estadísticamente improbable, como comerse un lápiz labial, ponerse los zapatos
en los pies equivocados, o empalarse por sálvese la parte los Premios al
Empleado del Mes del Servicio de Impuestos Internos con forma sospechosa un juguete
de sex-shop, esto último provocando una de las más desopilantes secuencias
vistas en los últimos y tiempos, con esos guardias peleando seriamente contra
la protagonista con esta cosa colgando (pixelada graciosamente) de sus bajos,
un hito de lo escatológico.
En las interpretaciones
cabe poner en letras mayúsculas a una gran Michelle Yeoh, la actriz malaya de
origen chino es sensacional en la forma que emite emociones, en una poderosa y empática
expresividad, con un arco emocional que nos llega, estremeciendo por momentos
en su relación con su marido e hija, conmoviendo como deja relucir sus grietas, amén de estar
a sus resplandecientes 60 años colosal en las escenas de acción. Interpretación
que ya le ha generado el Globo de Oro y seguramente este en la terna al Oscar; Todo
un soplo de aire fresco es volver a ver en pantalla al niño prodigio vietnamita
Jonathan Ken Quan (Tapón y Data, respectivamente en “Indiana Jones en el templo
maldito” y “Los Goonies”), retirado de la actuación desde hace 20 años (entre
tanto ha sido coreógrafo de escenas de acción para “X-Men” y “El único”), aquí
está notable en su complicado rol con varias facetas; Jamie Lee Curis hace de
una villana donde se nota se ha divertido mucho haciendo de fea y obesa, le
faltan matices, pero deja buena impronta; La joven Stephanie Hsu (vista en la estupenda
serie “El maravilloso mundo de la Sra. Maisel”), da bien con otro rol con varios
roles; Me ha gustado mucho James Hong como un malo malísimo carismático.
La fotografía es de Larkin
Seiple (“Swiss Army Man”), se mueve con enorme vigor por las escenas, con
tonalidades cromáticas alegres; La música es obra de la banda angelina Son Lux,
compusieron ecléctica partitura, no especialmente recordable, lo digo
especialmente por que la de “Swiss Army Man” era parte indisoluble de emocional
de la trama, una banda sonora de las mejores que recuerdo este siglo; Cuenta
con varios músicos destacados, incluidos Mitski, David Byrne, el flautista
André 3000, Randy Newman, Moses Sumney, Hajnal Pivnick y Music. Dos canciones,
"This Is a Life" con Mitski y Byrne y "Fence" con Sumney.
La película presenta varias instancias, tanto en audio como en diálogo, de la
canción de Nine Days de 2000 "Absolutely (Story of a Girl)". Cuando
Daniels contactó al vocalista de Nine Days, John Hampson, sobre el uso de la
canción, Hampson aceptó con entusiasmo grabar tres versiones alternativas de la
canción para usar en la película.
Este concepto de los
Multiversos fue formulado por primera vez en 1895 por William James (psicólogo
y unos de los padres del pragmatismo en la filosofía y el funcionalismo en las
ciencias), y se ha usado en astrofísica con variaciones tales como “universos
paralelos”, “universos cuánticos”, “dimensiones alternas” o “líneas de tiempo
alternativas”.
Los codirectores Dan
Kwan y Daniel Scheinert comenzaron a investigar el concepto de multiverso ya en
2010, después de haber sido expuestos al concepto de realismo modal en el
documental “Sherman's March” (1986). Kwan describió el lanzamiento de la
película animada “Spider-Man: Into the Spider-Verse” (2018), también trata
sobre un concepto multiversal, como "un poco molesto porque pensamos, 'Oh,
mierda, todos van a vencer esto en lo que hemos estado trabajando'".
También afirmó: "Ver la segunda temporada de Rick and Morty fue realmente
doloroso. Yo estaba como, 'Ya han hecho todas las ideas que pensamos que eran
originales!' Fue una experiencia realmente frustrante. Así que dejé de ver Rick
y Morty mientras escribíamos este proyecto".
El universo en el que
Evelyn y Joy son rocas fue influenciado por el libro infantil Sylvester and the
Magic Pebble (1969) y el videojuego Everything (2017).
Ha obtenido 6
nominaciones Globos de Oro, entre ellas Mejor Película - Musical o Comedia y
Mejor Director y gana para Yeoh y Quan.
Al final todo se reduce
a que la protagonista está en crisis con su marido, al que no presta mucho
caso, y la tirantez a su relación con su hija. Y los multiversos se pueden ver
como que su convulsa mente lucha metafísicamente contra estas situaciones creando
buenos y malos, pero todo es demostrar amor por su esposo, y aceptar lo que es
su hija.
Me queda una película
que aun con sus taras me ha resultado estimulante, la rabia es que con recortes
habría mejorado y mucho, ejemplo haber extirpado todo lo referente al futuro
con ese Donut, o el multiverso de las personas con dedos de enormes salchichas.
Pero siempre hay que agradecer obras que quieran salirse de lo normal apostando
fuerte. Gloria Ucrania!!!
PD. Fabulosa la escena
en que la protagonista corre sobre los hombros del chef manejándolo por los
pelos.
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