Rengô kantai shirei chôkan: Yamamoto Isoroku
Interesante drama bélico centrado en
la icónica figura de uno de los más populares militares de la WWII, el
Almirante Isoroku Yamamoto. Producción japonesa que da una visión singular
sobre el lado de los perdedores, encumbrando al protagonista hasta
cuasi-santificarlo en su enfoque de hombre con visión de futuro contrario al
enfrentamiento contra USA, pero que su sentido del deber lo hacía ir contra su
propia conciencia, anhelando poder plantearles la Paz estando en ventaja
rápida, pues a la larga sabía perderían, pero no yendo contra el pan-Japón
(expansionismo nipón en Asia), del que nunca se le oye crítica alguna, es anti
guerrear contra USA, no contra países más débiles. Dirige Izuru Narushima, con
guion de Yasuo Hasegawa y Kenzaburō Iida, historia creada en base a los diarios
perdidos del propio Yamamoto, escritos entre 1939 y 1941, narra los últimos
años de la vida del hombre que ascendió para convertirse en Comandante en Jefe
de la Flota Combinada de la Armada Imperial Japonesa durante la Guerra en el Pacífico
y quien planeó el ataque a Pearl Harbor. Mostrando el libreto a Yamamoto como
un tipo reflexivo, de fuerte carácter, noble, mesurado, respetuosos, sin miedo
a decir lo que piensa, aunque sea contra lo que todos esperan. Teniendo como
gran baluarte la carismática actuación de Kōji Yakusho como el Almirante,
mostrándolo en medio de dilemas morales entre sus deseos y lo que le ordenan,
pero me falta ver su maestría táctica, que se da por supuesta, pero no la
sentimos.
No esperes una película con grandes batallas filmadas,
los pocos tramos bélicos se notan muy mucho son CGI, con los portaaviones y
buques generados por computadora, los duelos de batallas aéreas entre Zeros y
Mustangs cantan el granulado falso, las explosiones se notan más falsas que un
euro de madera, llega a parecer un videojuego en el escaso realismo de las
mismas. Es más de conversaciones, croquis de batallas, de posiciones, de
comentar el modo de afrontar la contienda, o de ver en la intimidad a Yamamoto,
sea con su familia (esto muy esquemático, se siente como algo forzado, pues
nunca sabemos que piensa su familia de su patriarca, ni vemos especial cariño
de este por ellos), e incluso con gente con la que se cruza (en especial con
una niñita ¿?).
Tiene más éxito en el apartado cuasi-documental en que
nos cuentan la evolución de Japón, con sus tiras y afloja con adherirse o no al
Tripacto con Alemania e Italia, las dudas de los altos mandos militares,
sabremos de la versión cercenada del Mein Kampf para Japón, de la ‘traición’
que supuso para Japón que Alemania pactará con la URSS su Pacto de No Agresión
en 1938, como al final entra Japón y con ello decidido hacer enemigo a USA, lo
que terminaría, como predice Yamamoto, su fin. Muestra a la sociedad japonesa a
través del los comensales de un restaurante, como estos civiles se dejan
manipular por la propaganda que hacen ver al Imperio como invencible, pues las
guerras contra Rusia y China así los encumbraban, los primeros embates contra
USA (Pearl Harbor y las Filipinas), el Imperio Inglés (Singapur), e incluso
Holanda (con …), parecían convertirlos en Dioses Indestructibles pero la Guerra
contra USA será de desgaste, y en solo seis meses las tornas cambiaron, ello en
la Batalla de Midway, donde la estrategia japonesa fue desastrosa y perdieron,
aunque los periódicos decían lo
contrario, haciendo ver que la lejana guerra seguía viento en popa para los
intereses samuráis. Y es que la prensa también es retratada aquí como parte
necesaria para ‘marionetizar’ con su propaganda patriótica e infundir a la
nación el fervor nacionalista-imperialista, ello a través de un editor de
periódico belicoso (correcto Teruyuki Kagawa), que se molesta cuando Yamamoto
no le responde lo que su marcial mentalidad desea, y tenemos a un joven
reportero, Shindo (cumplidor Hiroshi Tamaki), que resulta ser la especie de
brújula moral del film, especie de visión nuestra en los hechos, tiene un
*final su sub trama ingenioso. Los medios hacen ver la Guerra como algo lejano
que no afectará al ‘inexpugnable’ Japón (hasta que llega el bombardeo de USA
sobre Tokio), llamando la atención en su nexo con el núcleo del Almirante
algunas entrevistas que le hicieron, y como van evolucionado, siendo llamativa
su forma de engañar a la gente cuando decían haber ganado una batalla, y tras
lo cual trasladan las tropas más atrás.
También da un enfoque de los combatientes, aunque muy
esquemático, con tres pilotos aviadores de cazas como Saeki (Masahiro Usui),
Arima (correcto Kenji Kawahara), y Makino (correcto Shunji Igarashi), tres
militares japoneses, que cual reflejo de la sociedad en la que viven comienzan
entusiasmados con los triunfos en e expansionismo que parece no tener fin de su
país, los vemos impregnados luego de la calma de su Almirante, para luego ser
parte de los peones a sacrificar en la caída al vacío que sufre Japón, con el
punto de inflexión que fue Midway, apareciendo los famosos pilotos (simbólicos)
kamikazes.
En realidad, una obra revisionista que intenta hacer
ver que no todos los nipones eran locos expansionistas, que había gente Sabia
que fueron arrastrados por superiores ‘Malos’. Donde el relato se cuenta de
como casi al Japón no le quedó mas remedio que atracar Pearl Harbor (aunque se
nota lo hace por obediencia, pues sabe que esto es el principio del Fin),
obviando que lo hizo para asegurarse el control del Pacífico y así poder
invadir toda Asia sin oposición. Pasando de modo invisible por las tropelías
que el imperio del Sol Naciente cometió por donde iba pasando, miles y miles de
muertos en China de forma sumarísima. Hace un retrato diverso en las opiniones
de los altos mandos, donde el patriotismo es visto de desiguales formas,
intentando humanizarlos (llamativo lo que da más de esto es cuando cantan
juntos), aunque esto de regular éxito, solo los que tienen amistad con Yamamoto
parecen algo tridimensionales, en especial Yamaguchi (notable Hiroshi Abe),
destilando calor humano entre ambos, tenido este un final muy poético (muy de
capitán de barco).
El amo y señor del film es la gran actuación de Koji
Yakusho, infundiendo serenidad, mesura, raciocinio, ganándose nuestro respeto
en su análisis, creando un halo de sabiduría en cada una de sus intervenciones,
con una capacidad expresiva cargada de matices y sutilidad, siendo maravillosa
esa media sonrisa que tiene. Homérico cuando quita hierro al dramatismo de los
acontecimientos, ejemplo cuando discuten oficiales de la marina y él corta para
hablar del sabor del pescado, cuando le tren noticias (malas) sobre la Batalla
de Midway sigue jugando al juego de estrategia de mesa japonés, shogi,
con su teniente como si nada, o cuando el almirante Nagumo (buen Takeo
Nakahara), llega hundido tras haber perdido una batalla decisiva, y Yamamoto no
le reprende, no cuestiona, simplemente le pide que como del cuenco que tiene
enfrente, todo esto para mostrar el temple y disciplina regia que le hacen
venerable. Vemos su congoja y miedo a haberle dado un motivo a USA para la
guerra total contra Japón, ello al haberle enviado la Declaración de Guerra
después del ataque a Pearl Harbor, en contra de sus indicaciones. Y tenemos su
final (no puede ser spoiler), relatado cual autosacrificio, como alguien que
sabía de su fin y se dejó ir, ello mostrado en una lírica secuencia con su
calma incluso cuando la muerte se le acercaba.
Luego nos dicen en off que hubo más muertes en la
guerra de japoneses tras el fallecimiento de Yamamoto, que en vida de este. Me
resulta un apunte a pie de página ventajista, pues cuando murió aun quedaba la
mitad de la Guerra contra USA, y como siempre las partes finales de las
contiendas son las más sangrientas, y más si el fin Total, contra una país que
nunca fue invadido.
*El reportero Shindo es reclutado por el ejército
cuando todo está ya perdido.
He leído que Yamamoto no era la figura deidífica que
vemos aquí, que era un juerguista, que anhelaba la fama y dinero; ‘La película
retrata a Midway a la manera del libro de Fushido, se ha demostrado mentira. El
plan Midway de Yamamato era un mal plan. Dividió sus fuerzas enviando dos
portaaviones clave a las Aleutianas, que era un objetivo sin sentido, y dio
órdenes contradictorias a su almirante al mando Nagumo. No tenían las fuerzas
para apoyar el ataque a Midway. En 1953, Fushido escribió un libro que culpaba
a la mala suerte y a los descifradores de códigos estadounidenses por la
pérdida, pero el plan falló desde el principio.’
Los años anteriores a la guerra vieron mucho interés
en la expansión imperialista en Japón, luego de simples victorias a principios
de ese siglo en Rusia y China. La idea era que, luchando en territorio
extranjero, las fuerzas japonesas eran indomables, y cuando surgió la
oportunidad del Pacto Tripartito, pareció la forma ideal de deshacerse del yugo
de la influencia estadounidense en expansión en la región. El Ejército estaba a
favor, el Gobierno estaba a favor, y hasta el pueblo estaba a favor. Solo la
Marina se opuso al tratado, y el principal punto de conflicto fue el
subsecretario Yamamoto, lo que lo convirtió en una figura impopular. Fue un
intento de asesinato que lo vio 'ascendido' a Comandante en Jefe de la Marina,
y una vez fuera del ministerio, no pasó mucho tiempo antes de que la Marina
también fuera persuadida de estar a favor de aliarse con Alemania e Italia.
Ahora la influencia japonesa en la región podría promoverse adecuadamente y su
dependencia del acero y el petróleo de EE. UU. podría reemplazarse con recursos
locales a través de la expansión. El único problema era la Flota del Pacífico
de Estados Unidos. Le tocó a Yamamoto idear un plan para acabar con ese
problema. Un hombre honorable al que se le ordenó luchar en una guerra
deshonrosa, el plan que se le ocurrió fue Pearl Harbor.
He leído
que el general Nimitz dudó bastante si deberían matar a Yamamoto, porque pensó
que Yamamoto era un Almirante sobrevalorado y con muchas lagunas en la
estrategia, y si acaban con él podrían poner a alguien bueno a los mandos.
Me queda
una película interesante, con una soberana actuación central en Koji Yakusho,
pero me cabe la duda razonable de si han endulzado al protagonista y alisado
sus aristas, pues me ha sido muy hagiografía. Gloria Ucrania!!!
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