domingo, 30 de octubre de 2022



MAYOR DUNDEE.

Irregular (quizás por el caos de producción que fue) aunque atractivo western de Sam ‘Bloody’ Peckinpah, en lo que fue su tercer largometraje. Escrita por Harry Julian Fink (“Harry el sucio”), trata sobre un oficial de caballería de la Unión que lidera una conflictiva tropa (con ladrones de caballos, un borrachín experto en mulas, o un predicador vengativo) de regulares del ejército (unos cuantos negros), prisioneros confederados (chocando con los soldados de color) y exploradores (genial James Coburn manco, aunque con una barba que se nota falsa que un euro de madera) en una expedición a México durante la Guerra Civil Estadounidense para vengarse de una banda de apaches que han estado atacando asentamientos de colonos en el territorio de Nuevo México-USA. 


Protagonizada por un gran elenco actoral encabezado por Charlton Heston y Richard Harris, entre los que se establece un duelo interpretativo chispeante, ganando claramente el segundo, amén de varios de intérpretes fetiche ‘peckinpahianos’ como Warren Oates y Ben Johnson, con otros que repitió posteriormente como James Coburn, RG Armstrong, LQ Jones, Senta Berger o Slim Pickens.


Relato con claras influencias a la ‘melvilleana’ novela “Moby Dick”, donde el Mayor que da título al film sería el Capitán Ahab obsesionado por la Ballena Blanca (en realidad un cachalote), aquí es el jefe apache Charriba con sus guerreros, que lleva a su ‘tripulación’ hacia una misión cuasi divina, más otros alter egos Tyreen como Starbuck o Ryan como Ishmael, y el hostil territorio de México sería el océano salvaje. También se puede ver como especie de bosquejo de lo que tres años después sería la gran obra maestra de SP, la Magna “Wild Bunch”, perfeccionando muchos de los elementos, como es el escenario de México, una banda de gente violenta cometiendo tropelías, la amistad-enemistad como motor de evolución con sus dilemas morales, el sentido romántico del deber que nos autoimponemos, el sentido del humor negro fruto de la testosterona (ejemplo el ‘casting’ de reclutamiento con la gentuza que ficha Dundee), o la desaforada violencia en el clímax. Incluso tenemos una fiesta mexicana que recuerda a la del film del 68.


Siendo el motor de la trama la rivalidad entre los dos antiguos amigos, ahora enemigos, reflejando con ello el sentimiento inherente a la Guerra de Secesión USA, el enfrentamiento entre hermanos, que por un objetivo común se alían, en clara alegoría de lo que fue la Restauración tras la guerra, el intento de cicatrizar heridas en pos de levantar a una nación dividida. También sería entendible verla como una apología del derecho ‘divino’ de intervención USA más allá de sus fronteras, pues el ejército USA incursiona por sus ‘santos coj..s’ en México por ellos lo valen, para ajustar cuentas con unos nativos indígenas, por cierto, tratados estos cual ente maligno sin alma, mera representación plana del mal, amén de comportarse en modo tontuno, primero en la forma en que utilizan a los niños reos, y luego en el climático enfrentamiento son auténticos zotes.


La película de Peckinpah iba a ser un ambicioso proyecto de gran presupuesto y con una estrella del calibre de Charlton Heston para protagonizarla. Sin embargo, fue en este film cuando su director se topo con la cruda realidad. El encargado de producción de Columbia, Jerry Besler vio que la empresa se les iba de las manos fruto del perfeccionismo mezclado con el alcoholismo de Peckinpah, el presupuesto se descontrolaba y el montaje inicial daba para una serie televisiva debido a su extensión. De modo que se apartó al director de la sala de edición y la historia se resumió en poco más de dos horas. Gracias al apoyo de Heston, que renunció a su salario y defendió la labor de Peckinpah, el film pudo terminarse. 


La cinta tiene un ritmo sincopado, no fluido, con vaivenes, pero aun así, sus buenos momentos la hacen una obra apreciable, y que sirve para buscar las señas de identidad que harán en la siguiente década a Peck. con obras como “Grupo Salvaje”, “La Huida”, o “Pat Garret & Billy The Kid”. Aquí la chicha está en la tensión permanente entre el Mayor y el oficial confederado Tyreen, teniendo su enfrentamiento el mantra de que la paz será entre ellos "Hasta que el apache sea aniquilado", cual muestra del honor del segundo, que respetará su palabra, hasta ese momento en que quedará liberado. Mientras son aliados en su misión, y por el camino el director salpicará la trama con buena escenas de acción violenta, como el ataque a los franceses en el pueblo mexicano, el primer choque con los apaches en el rio, o el espectacular entente final en el rio, épico en el modo en que los gringos siendo mucho menor en número se organizan para repeler y poder salvar el obstáculo enemigo, como se impregnan de rojo sangre las aguas de forma infernal. Aunque siendo buenos, no llegan ni de lejos a los de la posterior ‘peckinpahiana’ “Wild Bunch”.


Tenemos momentos de tensión crujiente, como cuando uno de los soldados confederados ‘ordena’ a un soldado negro yanqui (Brock Peters) que le quite las botas, hay unos segundos en que el aire se puede rasgar en sus miradas cortantes; Está cuando apresan a un (siempre excelso Warren Oates) soldado (confederado) desertor (aunque él pone excusas vagas de que no lo es), y el Mayor decide ejecutarlo con un pelotón de fusilamiento, la tensión entre Tyreen sus soldados sudistas es latente en como parece explotará de un segundo a otro.


Charlton Heston cumple con su pose de duro héroe recto, inflexible, la brújula moral (si es que la hay en el film), pero adolece de profundidad, queda definido a los poco minutos, y tras ello nunca evoluciona, no tiene dilemas éticos, es plano en este sentido, le faltan matices; Todo lo contrario que Richard Harris (cada vez que lo veo se me transfigura en Marlon Brando), hace una fascinante mezcla entre el soldado sudista caballeroso con dosis de actuación shakesperiana, declama con hondura, con pasión, con intensidad dramática, arrollando a Heston en cada entente, pícaro, racial, carismático, sensacional (da igual cuando diga esto).


Es muy bueno, en esto era un crack SP, en retratar con realismo a este grupo de soldados de fortuna con afán vengadores (con ciertos efluvios a los de la novela “Meridiano de Sangre”), unos arrogantes, desarrapados, sucios, mugrientos, amorales, violentos, mujeriegos, desertores, racistas, un conjunto de seres defectuosos, y por eso muy realistas y humanos. 


Entre las taras está el triángulo amoroso que se estira de forma innecesaria. Me refiero a la aparición de la hermosa Senta Berger en un pueblo mexicano, y como se la disputan los protagonistas, cada uno en su estilo, se le da una relevancia que no tiene dramáticamente, luego estirándola sin sentido hasta que ella pilla a uno de sus pretendientes con una prostituta azteca, esto es un parche que desvía la atención de lo importante, de hecho, ni llega a tener importancia en que se enfrenten los dos antagonistas, simplemente elige a uno de ellos y santas pascuas, puaj! Para a continuación abandonar por completo esta subtrama como si no hubiera existido.  


La puesta en escena destaca por su veracidad en los escenarios, rodándose en México, en sus desiertos, en sus pueblos, sus ríos. Ello filtrado por la maravillosa cinematografía de Sam Leavitt (“Anatomía de un asesinato” o “El Cabo del Miedo”), proyectando en el espectador el feísmo, el calor, el polvo, la suciedad, con sus colores cálidos, con mucha luz que emite ser solar, con algunas tomas generales de gran beldad del western, sabiendo captar y emitir el fragor del salvajismo de las escenas de acción.


El doble rush final me ha resultado tan bien ideado como regularmente desarrollado, con cosas buenas y otras no tanto (spoiler).


Spoiler:


Hay un doble final: Por un lado está cumplir con el objetivo de la misión, acabar con Charriba y sus guerreros, ello en una masacre que convierte en salvajes a los gringos, ello ejecutado en un plan bastante infantil de hacer creer a los apaches que duermen, cuando en realidad les tiene rodeados, pueril como acaban con ellos, sin emoción alguna, la Montaña parió un ratón; Pero hay un estiramiento de final con el desigual (por los efectivos de unos y otros), justo cuando Tyreen, tras dar caza al apache, reclama su duelo con el Mayor ,aparece en la lontananza el ejército francés,  y con ello se dará el enfrentamiento entre los gringos y los gabachos militares, teniendo el choque sobre Rio Grande, un encarnizado entente, dónde las aguas se tiñen de rojo sangre, pero me falta realismo en los enfrentamientos, parecen muy coreografiados. Tyreen recupera la bandera USA de manos de un francés, signo de la reconciliación entre el Sur y Norte USA, y cuando se la da al Mayor es disparado por la espalda, entonces Tyreen sonríe y se lanza fuera del agua contra los franceses con su sable alzado contra ellos, siendo rodeado, pero Tyreen demostrando gran valor, termina matado por los europeos, justo cuando llega los refuerzos del ejército estadounidense que espanta a los enemigos. Tras lo que el Mayor cruza con sus desarrapados el rio, ya en suelo USA, tras lo que pide al corneta que toque un tema, tras lo que vemos a los supervivientes desfilar alegres y orgullosos. FIN. Simbolizando esta unión entre confederados y yankis, aquello de que entre nosotros norteamericanos nos podemos pelear, pero si se meten con nosotros nos uniremos contra el enemigo exterior. 


La producción de la película fue muy problemática. Peckinpah a menudo estaba borracho en el set y supuestamente era tan abusivo con el elenco que Heston tuvo que amenazarlo con un sable de caballería para calmarlo: incluso cargó contra Peckinpah a caballo en un momento, lo que llevó al director a entrar en pánico y ordenar la grúa de la cámara estaba trabajando para ser criado rápido. Peckinpah también despidió a un gran número de miembros del equipo por razones muy triviales durante el rodaje. Los ejecutivos del estudio de Columbia temían que el proyecto estuviera fuera de control y que Peckinpah fuera demasiado inestable para terminar la película, por lo que redujeron el calendario de rodaje de la película varias semanas. Heston renunció a todo su salario por la película para mantener a Peckinpah en el proyecto, un gesto pocas veces igualado en la historia de Hollywood. Sin embargo, mientras que el estudio dijo que obligó a Peckinpah a terminar el rodaje de manera muy abrupta, Heston alegó que hacia el final Peckinpah simplemente se emborrachó y salió del set dejando a Heston para que terminara de dirigir él mismo las escenas finales. 


Se ha cuestionado la longitud del corte original de Peckinpah. Según algunas fuentes, incluido el comentario del DVD de 2005, el corte original tenía una duración de 4 horas y 38 minutos, que inicialmente se redujo a 156 minutos. Incluidos en los cortes más largos invisibles había varias escenas de batalla en cámara lenta inspiradas en Seven Samurai (1954) de Akira Kurosawa. La película también fue bastante sangrienta para los estándares de 1965, y se cortaron escenas más sangrientas y violentas. Se agregó a la película una partitura musical grandilocuente de Daniele Amfitheatrof a pesar de las protestas de Peckinpah, al igual que la canción principal, "The Major Dundee March", cantada por Mitch Miller y su Sing-Along Gang. [N 2]Una de las partes más extrañas de la partitura fue el uso de un sonido alterado electrónicamente: tres yunques de diferentes longitudes reproducidos a la mitad de la velocidad cada vez que se veía o incluso se mencionaba a Charriba o los apaches; "Hasta que el Apache sea tomado o destruido" fue uno de los eslóganes de la película. 

El guión, de Harry Julian Fink, Oscar Saul y Peckinpah, se basó libremente en precedentes históricos. Sin embargo, contrariamente a las afirmaciones del equipo de producción en ese momento, en realidad no se basó en una historia real. La novelización de la película fue escrita por Richard Wormser. Durante la guerra de Minnesota Dakota de 1862, las fuerzas de la Unión en ese estado se vieron obligadas a reclutar prisioneros confederados de Texas para compensar su escaso número en la lucha contra los indios. A diferencia de la película, donde hay mucha animosidad entre la Unión y las tropas confederadas al mando de Dundee, los rebeldes, llamados " Yanquis Galvanizados", peleó bien y sin muchas quejas. Tanto las fuerzas de la Unión como las confederadas también lucharon contra los indios apaches, navajos y comanches durante la guerra a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México, lo que hace que el escenario de la película sea al menos algo plausible.


La escena de apertura en Rostes Ranch y el funeral después de la primera escaramuza con los indios se inspiraron en escenas de The Searchers , mientras que la escena en la que la tropa de Dundee sale de Fort Benlin, cada facción del comando cantando su propia canción distinta, es una escena deliberada. parodia de una escena equivalente en Fort Apache. 


Film que pudo haber sido más, pero lo que queda resulta entretenido, apuntando lo que está por venir de este enfant terrible que era Peckinpah. Gloria Ucrania!!!


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