LA MUJER MARCADA.
Precioso melodrama
silente dirigido por el sueco Victor Sjöström, con guion de Francis Marion, que
adapta la famosa (y polémica) novela de 1850 de Nathaniel Hawthorne, llevada
innumerables veces a la pantalla, cinco versione sen cine había habido ya, la
primera en 1908. En este caso el libreto hace algunas alteraciones sobre el
texto literario, como es su comienzo (aquí se rebela sin misterio quien es el
padre, mientras en la novela esto se mantiene velado) y su final, pero
manteniendo su esencia en la miscelánea entre el romance y la crítica a los
radicalismos. La historia tiene a un reverendo embarazando a una joven, lo que fue
impactante en los días de Hawthorne, también cuando se estrenó esta versión en
1926. La popular y poderosa entonces protagonista Lilian Gish, una de las más
grandes actrices (sino la más) del cine mudo, tras obtener un ventajoso
contrato con la MGM fue la impulsora del proyecto, teniendo que lidiar para
filmar la película con organizaciones religiosas así como con la censura. Gish
eligió de director a Sjostrom porque "sentía que los suecos estaban más
cerca de los sentimientos de los puritanos de Nueva Inglaterra que de los
estadounidenses modernos". También favoreció a Hanson como Dimmesdale de
su actuación de 1924 en "The Saga of Gosta Berling". Hanson, que
sabía muy poco inglés, eligió hablar sus líneas (después de todo, era una
película muda) en sueco, mientras que Gish hablaba inglés en escenas en las que
están juntos.
Un relato que hace una sangrante radiografía del puritanismo religioso,
de su hipocresía, demagogia, culto a las falsas apariencias, un ataque a los
fundamentalismos, a la represión sexual, análisis punzante del sentido de la
culpa reflejado en el protagonista reverendo. Todo ello con un gran sentido
estético, atomizado esto desde su fenomenal inicio estamos en el puritano
Boston del SXVII en el siglo 17 en
Massachusetts. Vemos a la jovial protagonista costurera, estamos en el día de
reposo, Ester destapa un poco un espejo velado (por ser esto acto de vanidad en
Sabbath), esto provoca el reflejo del sol que hace que el pajarito que tiene en
su jaula cante y se altere, consiguiendo escapar fuera de la casa, haciendo que
Ester salga corriendo y trate de recuperarlo entre el bosque, allí se le cae el
sombrero y deja su cabello largo suelto iluminado cuasi místicamente por los
rayos de sol, creando una toma con reminiscencias a un cuadro de Botticelli, esto
es visto por un grupo de lugareños que perciben esto como una ofensa a Dios, lo
toman como un juego de la muchacha, y eso está prohibido en Sabbath. Estos
ejemplos de puritanos corren a (chivárselo) decírselo al reverendo Arthur
Dimmesdale (Lars Hanson. Encima Ester llega a la misa una vez empezada. Lo cual
lleva a un severo castigo a la mujer, la ponen en la picota. El reverendo al
verla sufriendo allí le lleva agua y le levanta el castigo, comenzando el juego
de seducción entre ambos.
La historia está
estructurada en 13 secuencias separadas por fundidos a negro clásico del
director escandinavo. Donde se mezcla el rancio y detestable puritanismo, con
su decadencia moral donde se puede castigar a alguien por disfrutar en Sábado
de jugar, se castigan los chismorreos, los novios no pueden hablarse de cerca
(lo hacen, según vemos en una divertida escena, por un alargado tubo), como
tampoco pueden darse castos besos, las mujeres deben lavar su ropa interior sin
que los hombres las vean, y por supuesto se castiga el adulterio, cual si
fueran judíos en la Alemania nazi, marcándolos con una ‘A’, ello mostrado por
la protagonista en una delicada escena cargada de intensidad, cual si de una
cicatriz ominosa fuera. Ester como una mártir que soporta estoica las humillaciones
y vejaciones, que terminan alargándose a su hija.
Ello entrelazado al
romance furtivo entre el reverendo y la costurera, un desarrollo notable en
escenas de gran intensidad dramática, desde cuando le da agua en el cucharón é
a ella, la cómica secuencia en que Ester esconde a Dimmesdale sus bragas que
acaba de lavar en el río, este quiere ver lo que ella esconde, y al verlo queda
avergonzado. La escena en el campo donde los dos, sin tocarse, transpiran
cariño, amor, y sobre todo pasión, donde los dos miran su reflejo en el río
(esto será circular cuando lo veamos en otra escena) y él confiesa a ella su
amor. Poseyendo un sentido lírico-pictórico por momentos epicúreo, gracias a
unos fenomenales movimientos y encuadres de cámara del DP danés Henrik Sartov
(trabajó en el cine mudo con Griffith o King Vidor), mostrando una dualidad de
escenarios maravilloso, provocando un halo cuasi-místico por los fotogramas,
todo esto entrelazado a los prodigiosos decorados de Cedric Gibbons (“El Mago
de Oz” o “Un americano en parís”, amén de ser el creador de la mítica figura
del premio Oscar) y vestuario de Max Rée (“La reina Kelly” o “Cimarron”), para
proyectar cuaros de una beldad exuberante, donde lo mundano del pueblo y los
vecinos se inspiran en sus planos de obras de Rembrandt van Rijn o Frans Hals,
esto como símbolo de la rigidez impostada del puritanismo, su intolerancia, las
miradas inquisitorias, los cuchicheos, en contraposición de la naturaleza de
los bosques y rio que se inspiran en obras de Jean-Honoré Fragonard, con
efluvios oníricos, esto como reflejo de la libertad, donde los dos amantes se
mueven con soltura, sin ataduras morales farisaicas, también hay referencias
artísticas a la Santísima Virgen en su representación de Ester con su bebé.
Esto fue sugerido por el propio Hawthorne, quien había escrito: "Si
hubiera habido un papista entre la multitud de puritanos, podría haber visto en
esta hermosa mujer (...) con el niño en su seno, un objeto para recordarle la
imagen de la Maternidad Divina que tantos pintores han competido entre sí para
representar". Esta frase en realidad inspiró al pintor Hugues Merle del
siglo 19 para representar a Hester de una manera muy similar a las pinturas de
la Virgen, incluso en su clímax hay una transposición de La Pietà de
Michelangelo. También destaca la adoración que el objetivo tiene con Lillian
Gish (ella había fichado a Sartov tras ver "The Greatest Thing in
Life"), realzando su juventud y belleza con una gasa sobre la lente. Como
alegórico es el manejo de los haces de luz, ejemplo notorio es cuando vemos a Dimmesdale predicar en
la Iglesia, hay una luz de fondo que lo envuelve cuasi de modo deidífico, pero
el reverendo ve en la lejanía a Easter y su sentimiento de culpa le azota y
entonces el haz de luz ha cambiado, ahora es desde arriba, cual si Dios le
estuviera mirando y juzgando.
Hay tomas de seguimiento
tan exquisitas como la que arranca sobre unas flores silvestres y la cámara se
mueve para que veamos un rostro tras una reja de prisión; La toma de la torre
de la Iglesia con las campanas sonando, para pasar a continuación a que veamos
a un hombre dentro de una jaula que lleva un letrero alrededor de su cuello; Hay
un manejo de las sombras cercano al expresionismo alemán, ejemplo es cuando
reverendo le pide a Ester casarse, pero hay un revés inesperado, él se mueve
fuera de marco y lo que vemos es su alargada sombra mientras apoya desconsolado
su cabezas en sus manos; La secuencia en el bosque en que el reverendo con
Ester enrabietado suelta el lujurioso y largo cabello rubio de ella, tras lo
que le arranca la vejatoria A de su pecho, tirándola al suelo, entonces de modo
simbólico la hija de ambos la coge del suelo y la vuelve a colocar en su madre,
expresando que la hija es lo que siempre ha visto; Hay lugar incluso para
toques de humor (negro) con una sub trama creada para el film, cuando un tipo
se hace pasar por la chismosa Sra. Hibbins, y crítica a las autoridades sabiendo
que le oyen. Esto lleva a una singular secuencia de castigo de la Sra. Hibbins
que protesta, pero la atan a un tronco-columpio para en el extremo donde está
ella que sobre un estanque donde los lugareños se divierten hundiéndola y
sacándola del agua: supongo seri para solazar al espectador con el efecto
karma; Lars Hanson como el reverendo
Lilian Gish está
sensacional como la sufridora Ester, desborda vitalidad, entusiasmo, seguridad
en sí misma, amén de inundar la pantalla con núbil sensualidad, que es ya
cuasi-orgásmica cuando se suelta el cabello, cual desaforado striptease. Es un
volcán de expresividad, con esos toques teatrales tan del cine mudo (ejemplo
cuando ve en la puerta a su esposo Roger Prynne), llegando a conmover en su
padecimiento humillante, en su desesperación (cuando intentan llevarse a su
bebe), muy buena, demostrando porque era la actriz más popular del cine mudo; Lars
Hanson como el reverendo Dimmesdale lucha con el rol un tanto difuso, pues por
un lado hay que creerlo como carismático clérigo, la brújula moral de Boston y
esto me es estridente, nunca lo veo como este guía, me resulta melifluo en el
altar, mientras si es loable su química con Gish, entre ellos fluye el calor y
el amor. Aunque me cruje que no tenga la personalidad para asumir su ‘culpa’ en
el embarazo de Ester, es una personalidad demasiado esquizofrénica, débil,
insegura, propia de un folletín telenovelesco. Podrán haber entrado en algún
tipo de reflexión moral teológica, pero esto no aparece; Henry B. Walthall como
Roger Prynne, esposo de Ester que aparece tras 7 años sin noticias de él, había
sido secuestrado por nativos. Un personaje con fuerte personalidad, un rol
complejo por como juega a ser un sibilino grano en el culo de estos amantes,
hombre con sus motivaciones, pero que no cae en la caricatura del vengador de
brocha gorda, ejemplo es cuando aparece en la casa de Ester estando la hijita
enferma y desahuciada por el doctor, es Roger quien hace un brebaje, pero Ester
cree es veneno pero… Muy buena actuación del actor.
Todo para desembocar en
un final para mi gusto demasiado histriónico, además de pasado de *vueltas.
Aunque el mensaje contra la hipocresía general es nítido, con una secuencia
climática muy bien filmada, pero excesivamente melodramática.
Spoiler:
*Que el reverendo
muera (no sin antes mostrar al pueblo
(que al ver el más ‘puro’ de sus ciudadanos no lo es tanto, caen en la cuenta
de su hipocresía) allí congregado su ‘A’ en el pecho marcada a fuego) por una
especie de sentimiento de culpa (por no haber reconocido en su momento es el
pare de la niña) en brazos de Ester (la referida Pietà de Michelangelo) me
resulta muy impostado y artificioso.
Mientras hacía La Bohème , Gish le sugirió al jefe de
estudio de MGM, Louis B. Mayer, que filmaran una adaptación de “La letra escarlata”, novela de 1850 de
Nathaniel Hawthorne. Sin embargo, la iglesia y los grupos de mujeres
consideraron que el libro (sobre una aventura adúltera en la Nueva Inglaterra
puritana) no era adecuado para el cine. Para acomodar sus preocupaciones,
varios escritores se esforzaron por hacer que la historia fuera aceptable,
sugiriendo que se modificara la trama para establecer una relación entre Ester
y el reverendo antes de su llegada al Nuevo Mundo, o que Pearl, su hija amada,
fuera la madre. resultado de un matrimonio secreto, o prescindiendo por
completo de la letra “A”, o incluso creando un final feliz. Mayer finalmente
accedió a dejar que Gish hiciera la película después de que ella le aseguró que
podía convencer a la iglesia ya los grupos de mujeres para que retiraran sus
objeciones. Se reunió con los líderes de muchas de esas organizaciones y los
invitó a leer el guión y recorrer el plató. Para su director, Gish eligió a
Victor Sjöström (el aclamado actor y cineasta sueco cuyo nombre se americanizó
a "Seastrom" para el público estadounidense) después de ver su
película Thy Soul Shall Bear
Witness (1921). Sjöström comenzó a actuar
en películas en 1912, el mismo año que Gish. Pronto se movió detrás de la
cámara para convertirse en el principal director de Suecia. En 1924, vino a
Estados Unidos para dirigir He Who Gets Slapped de MGM, protagonizada por Lon
Chaney. Para interpretar al reverendo Dimmesdale, Mayer sugirió a Lars Hanson,
un actor sueco recién llegado. Gish estuvo de acuerdo después de ver su
película sueca “The Saga of Gösta Berling” (1924), con una entonces desconocida
Greta Garbo. “Siempre he creído que los escandinavos tienen sentimientos más
cercanos a los puritanos de Nueva Inglaterra que los estadounidenses actuales”,
escribió Gish en sus memorias. “La dirección de Victor Sjöström me pareció una
educación en sí misma. La escuela italiana de actuación fue una de elaboración;
el sueco fue uno de represión.” Henry B. Walthall , el protagonista de Gish en El nacimiento de una nación , fue elegido
como el marido de Hester, Roger Prynne, un papel que luego repetiría en la
versión sonora de 1934 con la amiga cercana de Gish, Colleen Moore.
El guión fue escrito por
Frances Marion, una de las guionistas de Hollywood más exitosas y sigue
fielmente el libro con dos notables excepciones al principio y al final. El
libro comienza cuando Ester es condenada a pararse en el andamio durante tres
horas y a usar una 'A' escarlata (para adúltera) en su vestido por el resto de
su vida, y, como se niega a nombrar al padre, el lector solo descubre mucho más
tarde quién es. La película comienza más de un año antes de esa escena, cuando
Ester es puesta en las acciones para correr y jugar en el sábado, y sigue la
naciente historia de amor entre Ester y el reverendo Dimmesdale, hasta su
revelación de que ya está casada y su partida a Inglaterra. Él regresa el día
en que ella es llevada al andamio y descubre al mismo tiempo que su aventura
resultó en un bebé. Esta adaptación elimina el suspenso en el libro sobre quién
es el padre, pero permite al espectador comprender los tormentos experimentados
por el reverendo y el significado oculto de sus sermones. El final del libro
también es significativamente diferente: el esposo de Hester muere poco después
de la confesión y muerte de Dimmesdale el día de las elecciones, dejando a
Pearl una hermosa herencia. Pearl y su madre dejan Boston, pero Ester regresa
varios años después, todavía con la letra escarlata. Cuando finalmente muere,
es enterrada junto a la tumba de Dimmesdale. El final de la película es mucho
más abierto: como en el libro, Dimmesdale muere en los brazos de Ester el día
de las elecciones, pero la película termina con su último gesto que es quitar
la letra escarlata del vestido de Hester que cae en la letra "A"
marcada en su propio pecho; Otra diferencia en la película es la introducción
de varias escenas humorísticas, casi slapstick, por ejemplo, Giles golpeado en
su cabeza por el Beadle mientras hablaba en Church, o el mismo Giles fingiendo
ser Mistress Hibbins y cotilleando sobre el Gobernador y el Beadle con la
consecuencia de que está condenada a ser agachada en el estanque.
La letra escarlata es la quinta película dirigida en Estados Unidos para
MGM por el director sueco Victor Sjöström (que anglicizó su nombre a Seastrom
por su trabajo en América) y la primera basada en una novela estadounidense, la
obra maestra homónima de Nathaniel Hawthorne. Aunque este libro ya había sido
adaptado cinco veces a la pantalla grande, la primera vez en 1908, y era uno de
los clásicos estadounidenses más conocidos, para entonces se consideraba
inmoral y había sido incluido en una lista negra no oficial de libros
inadecuados para la adaptación cinematográfica. Esta fue una decisión de la Oficina
Hays que se había establecido recientemente en Motion Pictures Producers and
Distributors of America (MPPDA) con el fin de responder a la amenaza de
adopción de leyes de censura como reacción después de una serie de escándalos
que involucraban películas o actores y actrices. El anciano presbiteriano Will
H. Hays fue nombrado presidente de la MPPDA y creó un comité que comenzó a
trabajar en recomendaciones que eventualmente se formalizarían como el Código
de Producción Cinematográfica (a menudo llamado Código Hays, que entró en vigor
en 1930). Gish, una de las actrices
estadounidenses más famosas de la época, especialmente después de sus papeles
en The Birth of a Nation, Intolerance, Hearts of the World, Way Down East y
Orphans of the Storm de D.W. Griffith, había obtenido un contrato de MGM que le
permitía elegir el tema y el director de las películas en las que iba a
protagonizar. Estaba muy interesada en una adaptación de The Scarlet Letter y
logró convencer al jefe de producción de MGM, Irving Thalberg. Aceptó, después
de cierta renuencia, con la condición de que la historia se hiciera aceptable
para la audiencia protestante dominante. Lilian Gish era la persona ideal para
prometer esto, ya que se había convertido en una especie de símbolo de la virtud
estadounidense. Ella discutió personalmente con la Oficina Hays y los líderes
de la iglesia para asegurarse de que no se opondrían a la producción de la
película. Además, eligió a Sjöström como directora porque, en sus propias
palabras, "sentía que los suecos estaban más cerca de los sentimientos de
los puritanos de Nueva Inglaterra que de los estadounidenses modernos".
También eligió, para hacerse pasar por el reverendo Dimmesdale, al actor sueco
Lars Hanson, a quien había apreciado en la película de Mauritz Stiller de 1924
Gösta Berlings Saga [La saga de Gösta Berling], donde también interpretó a un
clérigo incapaz de controlar sus pulsaciones. La presencia de estos dos
extranjeros probablemente contribuyó a aliviar las preocupaciones de los
posibles censores, ya que hizo aún más improbable que la película pudiera haber
ocultado una posible disculpa por el adulterio en la América moderna.
Me queda una sugestiva
cinta, con una filmación muy cuidada en su función de emitir sensaciones, y con
una actriz sobresaliente, Lilian Gish. Gloria Ucrania!!!
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