RETORNO AL PASADO.
(1948)
Clásico imperecedero del cine
negro, un Jacques Torneaur en su cumbre nos regala una obra con un tremendo
halo fatalista, un icono del género, donde no faltan todos los elementos
inherentes al noir, protagonista de apariencia de duro que una femme fatale
encuentra sus grietas, mafiosos sofisticados, asesinos sin escrúpulos, red
mentiras, traiciones, y sobre todo sueños rotos. Basada en la novela de Daniel
Mainwaring "Build My Gallows High" (1946), que el propio novelista adaptó
al cine (bajo el seudónimo de Geoffrey
Homes), con ayuda de los no
acreditados Frank Fenton (“Rio sin retorno”) y James M. Cain (“Perdición”),
componiendo un entramado sórdido de relaciones que se van enmarañando en una
telaraña opresiva de la que los personajes parecen no poder escapar a su
destino. Apoyándose la narración en un estilo visual fascinante gracias a la
fenomenal fotografía en glorioso b/n de
Nicholas Musuraca (“La mujer pantera”) y con una excelente banda sonora a cargo
de Roy Webb (“Encadenados”) creando una atmósfera obsesiva, regida por unos
actores en estado de gracia, un Robert Mitchum pletórico, pocos en cien han
llevado una gabardina con más estilo que él (salvando a Bogart), y fumado con
más naturalidad (quizás Bogart), se suma una de las mujeres
fatales más fabulosas, una sensual y hermosa Jane Greer, y un villano sutil y
de sonrisa cínica como es un Kirk Douglas estupendo, a su lado secundarios muy
bien trazados en pocas pinceladas.
La cinta te atrapa desde su
inicio, este con muchas similitudes con “Forajidos” (1946) de Robert Siodmak,
del año anterior, tipo escondido del “mundo criminal” en un pueblucho de la
América profunda, donde ha llevado una nueva y tranquila vida, descubierto por alguien de su pasado por casualidad, pero
a partir de aquí la trama es bastante diferente, aunque si camina por el mismo
género del cine negro más insidioso. Ello con un ritmo trepidante, donde apenas
hay remansos, con la inclusión de un flash-back prodigioso en la síntesis
narrativa y en descolocarte, para volver al presente con esa metáfora colosal
del protagonista cerrando una reja, símil de que ya probablemente no podrá
escapar, y el coche con su felicidad alejándose en el horizonte. Entonces se
conforma una ambientación impresionante cerrando más y más el aire alrededor de
su protagonista, donde engaños, medias verdades, chantajes, venganzas, y sobre
todo la ambigüedad moral se campana a sus anchas en la historia. Ello con
diálogos deliciosos, de dobles sentidos, punzantes, mordaces, cínicos, con un
desarrollo intenso, con situaciones de enorme tensión tanto dramática como romántica,
envolviendo a los complejos y retorcidos personajes en lo sombrío, seres
dominados por sus bajos instintos, la codicia, la pasión amorosa, la sed de
poder, y acuciados por los fantasmas del pasado.
El realizador desborda en el
metraje su lirismo visual inquietante, revistiendo de romanticismo triste cada
fotograma, es como si viéramos una caída (inevitable) al abismo, todo
evolucionado con sensibilidad amarga, una visión lúgubre y pesimista de un
microcosmos de personajes autodestructivos, individualistas, egoístas,
ambivalentes en su comportamiento, nunca sabremos lo que va a ocurrir, el
realizador nos va sorprendiendo a cada movimiento, ello con mucho fuera de
campo y elegantes elipsis.
Sobresale la edificación de la
mujer fatal, Kathie Moffett, compleja e individualista hasta la médula, puede
ser enfocado su carácter desde diferentes lados, por lado puede ser el reflejo
del poder manipulador femenino, una adalid de la mujer, una heroína que en un
mundo de hombres utiliza sus perversas armas para destruir a hombres de
apariencia poderosa, aquí ella es la fuerte, más que los machos, ella sabe lo
que quiere y como lo quiere y no dudad en hacer lo necesario para alcanzarlo,
una voluntad de hierro que contrasta con el modo en que maneja a los hombres
cual marionetas, una mujer adelantada a su tiempo, emancipada e independiente.
Pero esto positivo es visionado mediante una misoginia un tanto agria, y es que
la mujer individualista solo puede ser mala, perversa, avariciosa, infiel,
amoral, su lugar en el mundo es ser sumisa y amorosa como Ann (su novia
actual), abnegada y sin maldad alguna, pero al menos deja una personalidad
carismática y de un influjo poderoso en cada fotograma, incluso cuando no está
presente.

La puesta en escena se
convierte en un lienzo con que el parisino Torneaur traza incisivos contrastes
de fuerte carga alegórica. Por un lado está el pueblo rural escondite del
protagonista, amplios paisajes naturales, representa la luz, la esperanza, el
sol, la ilusión, la bondad, la inocencia, y nobleza de las gentes de campo,
allí encuentra el amor sumiso e integro, desinteresado, esto en contraposición
al otro mundo, el urbano, el de la ciudad, mucha oscuridad, noche, sombras,
claroscuros, tenue luz, aire asfixiante, habitaciones mostradas en
contrapicados para oprimirnos más, aquí se hayan las mezquindades de nuestro
submundo, la corrupción y podredumbre moral, la decadencia, el deseo insano, esto también pueden ser visto en el
cabello de las mujeres las morenas (pelo negro) son las malvadas, y la rubia
(soleado) la ternura pura. Hace también el director uso de recursos visuales
figurativos, como las redes de pescador que vemos mientras la pareja Kathie-Jeff
se besa en la playa de Acapulco, símbolo de cómo los dos están ya enredados sin
poder escapar a su destino, o cuando Kathie-Jeff llegan lloviendo y empapados a
la casa d eella, él le seca sensualmente el cabello, la besa en el cuello y
tira la toalla contra una lámpara, entonces la cámara hace un fuera d ecampo y
sale por la puerta que port la tormenta cimbrea, fuera la lluvia es copiosa
(símbolo diáfano de relación sexual), o el ya mencionado de la reja que Jeff
cierra para entrar en casa del mafioso Whit, quedando preso de su futuro.
La cinta se rueda en exteriores
de California (Lago Tahoe, Lower Twin lake, La ke Sherwood, Sierra Nevada, Bridgeport,
East Side de Sonora Park, Los Ángeles, San Francisco...), Nevada (Alta Sierra,
Reno...), Méjico (Acapulco) y RKO Encino Ranch (CA) y en platós de RKO Studios
(L.A.), estos lares enaltecidos por la primorosa fotografía de Nicholas
Murasaca, aportando los mencionados contrastes en la dualidad de escenarios,
jugando con los picados y contrapicados, con las sombras, claroscuros,
penumbras, con una radiante “noche americana” dotando otros tramos de poesía
cuasi-onírica (el tramo en México), con bellas tomas generales, implosivos
primeros planos que extraen lo mejor de las brillantes interpretaciones,
creando un clima brumoso gracias entre otros elementos al constante fumar,
sobresaliente trabajo que se convierte en co-protagonista de la película. Se añade la música de Roy Webb dota de un
aire genuinamente negro con toques jazzísticos, moviéndose con soltura entre lo
dramático y lo romántico, añadiéndose un
fragmento de la versión instrumental del sensual tema "The First Time I
Saw You".
Jane Greer como Kathie Moffett es la mantis que se cierne sobre
cada fotograma, su halito pernicioso es el aire enfermizo que provoca con s cu
comportamiento artero y arbitrario, aportando externamente dulzura,
sensualidad, belleza, seducción natural, fascinación, pero sobre todo conjugándolo
con intriga, misterio, inteligencia, obsesión, una de las grandes mujeres
fatales creadas para el cine, extraordinaria. Robert Mitchum con
solo 28 años impregna a su rol de una compleja gama de emociones como dureza, hastío,
existencialismo, cinismo, frustración, resignación (ante el destino) cansancio
vital, lo interpreta de modo carismático, con mirada ajada, lacónico, adusto,
de presencia rocosa, y aún así dejando entrever grietas de fragilidad y
amargura, soberbio en un papel icono del antihéroe del noir. Kirk Douglas en uno de sus primero papeles en cine
demuestra que tenía madera de grande, dota a su mafioso de elegancia, modales
refinados, comportamiento sibilino que asusta en slo que no dice y en su
pérfida simpatía, muy bueno. Virginia Huston como Ann, representa el sueño de salir de la espiral perniciosa en la que está
el protagonista, muy guapa, pero le faltan matices para trascender, aunque muy buena
en su última pregunta al chico sordomudo. Dickie Moore está
fenomenal en su complicado rol de chico sordomudo, amigo fiel a Jeff, inquietante
sus apariciones, y memorable su última expresión que da un sentido memorable al
final del film.
Spoiler:
Le encuentro la tara de que el
modo en que se supone que tienen cogido por los mismos a Jeff el mafioso me
parece muy débil. Que Kathie haya hecho una declaración de que Jeff mató a su
socio (lo mató ella), no sostiene el menor análisis, primero que ella huyó tras
dispararle y fue Jeff el que se encargó de enterrarlo, con lo que ella no sabe dónde
está el cuerpo, y después, por mucho que ella haga una declaración siempre será
la palabra de ella contra la de él, un gota de agua en el mar de calidad del
film.
Momentos recordables: Magno el
flash-back en que Jeff relata a Ann su tormentoso pasado con Kathie, con esos
bucólicos tramos en México, de un sentido romántico epicúreo, con el monólogo
de Jeff sobre el hipnotismo que sobre él causó la femme fatale “Yo nunca la vi en el día. Parecíamos
vivir de noche. Lo que quedaba del día se iba como un paquete de cigarrillo que
fumas. No sabía dónde vivía. Nunca la seguí. Solo tenía que ir a un lugar a la
hora para volverla a ver. No sabía qué estábamos esperando. Tal vez pensábamos
que el mundo se acabaría”; Cuando Whit le invita a desayunar en su casa del
Lago Tahoe y de pronto aparece Kathie, el impacto sobre Jeff es desgarrador; El
diálogo seco de Jeff con el contable diciéndole que huele a muerto, lo deja petrificado;
Caundo un sicario se dispone a disparar a Jeff desde un tajo, el sordomudo que
está cerca pescando lo ve y decide cambiar de presa con su anzuelo, lo lanza
certeramente sobre el asesino y lo tira al vacío letalmente; El clímax, cuando
Jeff cree que todo por fin va a terminar bien, pero su destino es aciago, Whit
ha sido matado por Kathie, esta dispone que la única salida de Jeff y ella es
huir con dinero del mafioso, pero Jeff planea otro destino para los dos,
demoledor inmolación; El glorioso epílogo, Ann le pregunta al chico sordomudo
si cree que Jeff iba a huir con Kathie y este tras pensarlo responde afirmativamente,
miente porque sabe que su compañero Jeff así lo hubiera querido para que Ann se
sintiera libre de ataduras morales para empezar una nueva vida, ella se aleja
mientras el sordomudo se levanta y hace un gesto de complicidad con el cartel
(de la gasolinera) donde está el nombre de su socio.
Frases y diálogos
resplandecientes:
“Solo nos merecemos a
nosotros. Estamos hechos el uno para el otro”.
“Oh Jeff, no quiero morir”
“Yo tampoco nena, pero si lo
tengo que hacer, seré el último en morir”.
"Eres como una hoja que
el viento sopla de una alcantarilla a otra"
"Nada vale la pena si no
se comparte con alguien".
"Quizás yo estaba equivocado y la suerte es como el amor, hay que salir a
su encuentro y luego conservarlo".
"No eres bueno y yo tampoco, somos tal para cual".
"Ojalá
me alegrara de verte."
“Guarde
usted esa pistola.”
“ Si la guardo, no me sirve para nada.”
“No sabía que eras tan
pequeña”
“Soy más alta que Napoleón”.
"No me ofendo desde hace
diez años".
"Y cómo lo has logrado?""Tengo dinero".
"Para ser un hombre que pasa por listo, es usted un idiota".
"Quizás así sea listo, siendo idiota".
"No pregunta usted de dónde vengo".
"Me interesa adónde irá".
"Nunca averigüé nada oyéndome a mí mismo".
"Lo odio, lamento que no muriera".
"Ya moriré. No hay
prisa".
"Si deja de conversar, tal vez vayamos al grano".
"-Sabes,
tal vez estuve en un error. Puede que la suerte sea como el amor: Has de llegar
hasta el final para encontrarlo."
"Empezaremos de nuevo. Quiero volver a México. Pasear de nuevo bajo el
sol y encontrarte esperando. Quiero sentarme bajo la luz de la luna...
y decirte lo que nunca te dije... hasta el día que ya no me odies y me vuelvas
a amar."
"Tú lo sabías mejor que yo. Se iba con ella? Tengo que saberlo. Se iba con
ella?"
Una de las cimas del cine negro. Fuerza y honor!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario