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IN MEMORIAM DE CURTIS HANSON (24/03/45 al 20/09/16). |
L.A. CONFIDENTIAL.
Notable puesta al día de cine
negro con la que la realización de (irregular filmografía) Curtis Hanson tocó
la cima, un éxito comercial y de crítica fue esta electrizante adaptación de la homónima novela de 1990 de James Ellroy (tercer
libro del cuarteto de su serie negra sobre L.A. “LA Quartet”, son parte “La
dalia negra” de 1987, “El gran desierto” de 1988, y “Jazz blanco” de 1992), de
la que el autor consideraba imposible llevar al cine, por lo enrevesada y las
múltiples subhistorias que convergen en su cientos de páginas, y es la
trama del libro sigue hasta ocho tramas entrelazadas a lo largo de una década,
el film lo acorta todo a tres personajes principales. Ellroy es un escritor que sigue la estela de los maestros de la serie
negra Dashiel Hammett y Raymond Chandler, cuyas novelas han sido adaptadas al cine,
con grandes aciertos. El guión es del propio director y por Brian
Helgeland (“El fuego de la venganza” o “Mystic River”), puliendo y anulando
subtramas, añadiendo elementos, para
retratar de modo oscuro la trastienda del idealizado mundo hollywoodiense, centrándose
en un grupo de oficiales del Departamento
de Policía de Los Ángeles (LAPD) en 1953, y su relación
con la corrupción moral de la Meca del cine, Helgeland dijo que tuvieron que
"eliminar todas las escenas del libro que no tiene los tres principales
policías en ella, y luego a trabajar a partir de esas escenas fuera.", y
Ellroy al respecto comentó "Ellos conservan la integridad básica del libro
y su tema principal. Brian y Curtis tomaron una obra de ficción que tenía ocho
tramas, la redujeron a tres, y conservaron la fuerza dramática de tres hombres
que trabajan fuera de su destino". Es una recreación fenomenal de los años
50, con sus escenarios, vehículos, vestuario, y música, se suma un gran elenco
de interpretaciones, siendo para Russell Crowe, su despegue
definitivo en Hollywood, y para Kim Basinger fue el renacer de una carrera en
declive, alcanzando además el Oscar a la actuación secundaria. El título hace referencia a la revista de escándalo 1950 “Confidencial”, vista en la película como Hush-Hush.
En 1953 en la convulsa Los Ángeles. Tras un altercado con unos
detenidos varios agentes son trasladados a otros departamentos por el
testimonio del idealista sargento Edmund "Ed"
Exley (Guy Pearce), el capitán Dudley Smith ( James Cromwell ), lo asciende por esto a teniente.
Tras una masacre en una cafetería, el Nite Owl (el Buho), con un ex agente
muerto, Dick Stensland (Graham Beckel), “Ed” es encargado de la investigación,
que da con trío de negros apresados, pero “Ed” cree hay algo más tras el
múltiple homicidio. Tendrán importancia en la historia: el rudo agente Wendell
"Bud" White (Russell Crowe); el sargento Jack Vincennes
(Kevin Spacey), que gusta de vender información a la revista de cotilleos Hush-Hush,
dirigida por Sid Hudgens (Danny DeVito); el adinerado Pierce Patchet
(David Strathairn), implicado en negocio de prostitución de lujo; la prostituta
de imagen similar a Veronica Lake, Lynn Bracken (Kim Basinger); El fiscal de fiscal de distrito Ellis Loew (Ron Rifkin); y Matt Reynolds (Simon Baker), un cándido prostituto.


Thriller policiaco
incisivo y mordiente que nos muestra un microcosmos que parece el patio trasero
del idealizado Hollywood, nos muestran una ciudad como Los Ángeles desprovista
de glamur, feista, de barrios obreros, de corrupción política, corrupción policía,
corrupción moral, prostitución (tanto femenina como masculina), sumida en el
tráfico de drogas, la prensa amarillista, y con la violenta mafia tejiendo sus
hilos alrededor de la golosa nueva Sodoma y Gomorra que parece la urbe californiana
pasada por el insidioso filtro del realizador, y este decadente lugar poblado
de personajes imperfectos, no hay buenos y malos, predomina lo gris, la
ambigüedad moral, el pragmatismo, el egoísmo, la codicia salvaje. El
inteligente guión propone una especie de puzle donde varias subtramas parece
nada tengan que ver entre ellas, con diferentes personajes con sus propias “batallitas”,
multirelato complejo que nos muestra un mosaico degradante de una sociedad macilenta,
ensimismada por las luces de neón y el boato del escaparate hollywoodiense, entonces
una masacre en una cafetería con la investigación desencadena un torrente de
acontecimientos donde los diferentes protagonistas se verán abocados a cruzarse,
para ir destapando el nido de podredumbre moral que es la ciudad. El sólido
guión va construyendo personajes verosímiles (polis corruptos, polis trepas, polis
violentos, polis con aspiraciones a estrella, polis racistas, putas que se
parecen a celebrities, mafiosos sofisticados,...), matizados, con defectos y
virtudes, tridimensionales, apoyándose en diálogos y situaciones hábilmente edificadas,
donde la trama fluye con naturalidad retroalimentándose de las reacciones y
modo de actuar de los personajes, con buenos y bien dosificados giros sorpresa,
ello entrelazando temas como el sentido del deber, la ambición, la violencia
como modus vivendi, la traición, el amor, la infidelidad, la violencia
machista,...
Film de suspense
noir con sus elementos inherentes, protagonistas imperfectos, personajes
turbios, frases lapidarias, corrupción de todo tipo, investigación donde nada
es lo que parece, por supuesto una femme fatale (Kim Basinger), y donde la
línea entre el bien y el mal, entre lo correcto e incorrecto, entre lo justo y lo pragmático, queda bastante difusa. A pesar
de ser cine negro, no se regodea en ello, pues su ambientación está alejada de
la nostalgia por el tiempo pasado, desmitifica este tiempo, lo pone contra el
paredón, no hay una atmósfera expresionista sombría, desea ser vista como algo
actual, donde la acción violenta se desata de modo brusco y cruento, resultando
esta realista y muy bien ejecutada.
Aún con todo lo
bueno existe en su revisión alguna irregularidad que sobresale cuanto más se
ve, y me refiero a todo lo concerniente con el negocio de prostitutas de lujo
Flor de Lis operadas para asemejarse a estrellas de cine, ello para dejar constancia
del encaprichamiento por estar lo más cerca posible de estas estrellas (aunque
sea con alguien que se parece y no lo es), pero orgánicamente se le otorga más
peso en la trama del que en realidad detenta, algo impostado para incrustar a
la gran Kim Basinger, quedando con ella además un cabo colgando que no se
despeja (spoiler).


La puesta en
escena es uno de sus pilares más sólidos, con un gran diseño de producción de
Jeannine Oppewall (“Pleasantville” o “Atrápame si puedes”), rodando en
escenarios naturales de Los Ángeles, con escenarios alejados del boato y lujo,
aunque si hay algunos, para contrastar con los otros, recreando con mimo la
época de los 50, con sus bares, clubs, calles, viviendas, vehículos, con un
excelente diseño de vestuario de Ruth Myers (“El velo pintado” o “El retrato de
Dorian Grey”), esto enaltecido por la fenomenal fotografía del italiano Dante Spinotti (“El último mohicano” o “Heat”),
rodando con mucha luz natural, filmando mucha a luz del soleado día, con
profusión de colores vivos, jugando con picados y contrapicados, con escenas
nocturnas estupendas, jugando con los reflejos de cristales, adaptándose a la
acción con temple, magnífica la escena del clímax final violento de noche, con
claroscuros, penumbra, esto editado rítmicamente por Peter Honess (“Troya” o “The
fast and the forious”). La deliciosa música nominada al Oscar (perdió ante
James Horner y su “Titanic”) es obra del maestro Jerry
Goldsmith (“Gremlins” o “Desafío total”), amoldándose a los diferentes tonos
del film gloriosamente.

El australiano Guy Pearce
aporta temple, mesura, sutilidad. El neozelandés Russell Crowe dota a su rol de crudeza, brutalidad, instintos primarios, dejando
traslucir un pasado tormentoso, dejando constancia de su enorme carisma. Kevin
Spacey es un elegante agente policial, lo hace dotándolo de cinismo, simpatía,
mordacidad, muy bien encarnado por el actor. James Cromwell ejerce de sibilino
jefe policial, bañando a su rol de majestuosidad y altanería. Kim Basinger deslumbra
con un personaje echo a su medida, sensualidad y fragilidad se mezclan en una
actriz que derrocha gran gama de sentimientos, parece flotar sobre la pantalla,
ganando el Oscar a actriz secundaria. Danny DeVito es un viscoso periodista de
cotilleos, encarnado con su habitual vis cómica. David Strathairn es un
sofisticado millonario con negocios en los bajos fondos, interpretado con
contención. Llama la atención la intervención en un secundario de un actor
entonces desconocido, otro de las antípodas, el australiano Simon Baker, más tarde estrella en la
serie tv “El Mentalista”, encarnando a con candidez
a un prostituto, Matt Reynolds, en los créditos nombrado Simon Baker Denny.
Spoiler:
El cabo suelto con Lyn (Kim
Basinger) al que me refiero es, primero lo poco creíble que queda que “Ed” se
lie con ella conforme llega a su casa, iendo la primera vez que está con ella, chirría,
y segundo, ella le dice a “Bud” que se acostó con Ed” por su bien, no se
explica como ella llega a creer que acostar con un policía le puede venir bien
a su amado, muy retorcido y queda claro cuando ni siquiera se dignan a darle
coherencia, mejor hubiera sido que la respuesta hubiera sido algo propio de Jessica
Rabbit “Es que me hicieron así (puta)”. Esto también repercute en el final de “Bud”
y ella, me queda forzado su “happy end”, “Bud” es un perdedor, y hubiera
quedado mejor que no estuvieran juntos a la conclusión, habría acentuado las
emociones y no caer en lo facilón. Esto lo comparo con el gran final de “Ed” confesando
la verdad a la policía, pero sabiendo adaptarse por su bien a la mentira
impuesta, retorcido, adusto y desesperanzador, como el tono del film.
Se
anula del film varias subtramas del libro, y se añaden elementos inexistentes: una
trama de investigación sobre un asesino en serie de prostitutas que lleva a
cabo el oficial Bud (Russel Crowe); el tema del padre de Ed (Guy Pearce) y el
papel de su hermano en su asesinato; Hay un triángulo
amoroso entre Bud White, Exley, y Lyn, sesgado en el film; Rollo Tomasi fue un
invento de los guionistas para simplificar la trama; Jack Vincennes en el libro
es un personaje oscuro; El capitán en el libro no muere.

Momentos
recordables: La escena del interrogatorio
de Ed a los negros, una planificación y manejo del tempo narrativo, con los
sospechosos en salas diferentes, y con Ed usando sutilmente los intercomunicadores
como juego psicológico, acabado el tramo de modo brusco por Bud; La charla de
Ed con Jack Vincennes en la que el primero le cuenta porque se hizo policía,
con el recurso de “Rollo Tommasi”, Jack ante la pregunta por parte de Ed de
porque se hizo poli, responde que no se acuerda; El turbador primer encuentro
entre Lyn y Bud, con un juego de miradas en la licorería; El segundo encuentro
en casa de ella, donde la temperatura sube en un diálogo mordaz; El tramo de la
carnicería en la cafetería, desgarrador; Cuando Bud encuentra bajo una casa un
cadáver putrefacto; Cuando Jack Vincennes entra en el Formosa Café para
interrogar con Ed Exley al mafioso Johnny
Stompanato, este está con una bella rubia, que interrumpe a Ed, entonces este
le espeta “... un corte de pelo no te hace ser Lana Turner, sigues siendo una
puta”, entonces un sonriente Jack le dice “Ella es Lana Turner”, y es que
Stompanato en la vida real el gangster estuvo viviendo con la estrella de
Hollywood, hasta que la hija de ella de 14 años lo apuñaló letalmente; El
impactante momento en que Bud visita a su jefe Dudley Smith y este
sorpresivamente le espeta un disparo mortal en el corazón, dándole solo tiempo
antes de morir de soltar el cebo “Rollo Tommasi”; Cuando Bud y Ed escenifican el clásico poli
bueno, poli malo con el fiscal, acabando este colgando de la ventana de un alto
edificio; El tiroteo final en el motel abandonado, electrizante muestra de
acción.
Muchos
de los incidentes y personajes están basados en hechos reales que tuvieron
lugar en Los Ángeles durante el mismo período, entre ellos los "escuadrones
de matones" como táctica policial, los prostíbulos que atendían a los
clientes que buscaban fornicar con estrellas de cine, o la connivencia entre policía
y prensa para sacar los trapos sucios de las estrellas de Hollywood.
Recomendable
muestra de cine negro, un entretenimiento de calidad. Fuerza y honor!!!
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