HORIZONTES DE
GRANDEZA.

Obra Maestra de William Wyler
(producida por él y el protagonista Gregory Peck) en su última incursión en el
género (había
debutado en el cine mudo, rodando westerns de dos bobinas), una extraordinaria desmitificación del salvaje oeste, colocando a un
protagonista externo que llega a este entorno sin ley, donde impera la
darwinista ley del más fuerte, las apariencias, la fanfarronería, y este tipo
le da la vuelta y las deja sin sentido. Un épico relato que trata la sempiterna
lucha de los ganaderos por ocupar el terreno del otro, por tener más agua,
enfrentando a dos clanes violentamente, en una escalda sin fin hacia un clímax
final brutal. El guión de James R. Webb (El cabo del
miedo”), Sy Bartlett (“Almas en la hoguera”), y Robert Wilder (Escrito sobre el
viento”), se basan en el relato breve "Ambush At Blanco Canyon", de
Donald Hamilton (“Hombres violentos”), publicado por entregas en el Saturday
Evening Post (febrero de 1957), adaptado para la pantalla por Jessamyn West
(“La gran prueba”) y Robert Wyler. El género estadounidense por excelencia, el
western, se le da una vuelta de tuerca, como casi todos las del oeste es el
reflejo de la gestación dolorosa de una nación en plena expansión, y para esto
se necesitaban de hombres duros como los antagonistas Henry y Rufus, pero que
los tiempos nuevos, los vientos de progreso (el Este) los representa James McKay,
siendo por esto una historia del ocaso del Oeste, un relato crepuscular donde tocaban
a su fin estos pioneros y llegaba la “civilización”, lo viejo frente a lo
nuevo, la violencia frente a la negociación. La ambientación es propia y
ejemplo de los films producidos para competir con la pujante televisión,
ofreciendo un magno espectáculo visual y auditivo, rodando en technirama
(variante del scope) que en gran pantalla apabulla, con enormes tomas
paisajísticas y con una fascinante música de Jerome Moross, una de las mejores
que se han compuesto para el género, a lo que se suma un impresionante elenco
actoral (Gregory Peck, Charlton Heston , Burl Ives, Jean Simmons, Charles
Bickford o Carroll Baker), y escenas de movimientos de jinetes espléndidas. Fue
nominada a dos Oscar, a la banda sonora y el que ganó, el del actor de reparto
para el inconmensurable Burl Ives. Al presidente Dwight D. Eisenhower le gustó tanto la película que la proyectó cuatro noches sucesivas en la
Casa Blanca durante su segunda administración.
El armador naviero James McKay (Gregory Peck) viaja
al oeste de Estados Unidos para unirse a su novia Patricia (Carroll Baker) en la enorme
hacienda de su padre, Henry Terrill (Charles Bickford), mencionado
por todos como "El Mayor", este mantiene una dura disputa con Rufus
Hannassey (Burl Ives),
patriarca de otro clan ganadero, sobre los derechos de agua en las tierras de
pastoreo. La amiga de Patricia, la maestra Julie Maragon (Jean Simmons), posee tierras
con la mayor fuente de agua en millas, Valverde, vital para los Terrill y los Hannassey. Tendran
importancia en la historia: Steve Leech ( Charlton Heston ),
arrogante capataz de los Terrill; Buck ( Chuck Connors ), rudo
hijo mayor de Rufus; Y Ramón (Alfonso Bedoyal), simpático peón de los Terrill.

Imponente film, obra que da sentido al Cine con
mayúsculas, un espectáculo que lo conjunta todo de modo equilibrado y a la vez
grandioso dando valor a su título, aventuras, romance, peleas, tiroteos,
escenas en masa en movimiento, romance, personajes bien perfilados, con
matices, humanizados, un increscendo dramático homérico, y sobre todo un
western con aroma a algo glorioso. Tratando temas universales con profundidad y
hondura emocional, la codicia, el clasismo, las falsas apariencias, el odio
enconado, las ansias de venganza, la arrogancia, el machismo, la cerrazón, y
todos estos males de nuestra Condición Humana frente a un tipo que encarna la
“civilización”, el Este con su educación frente al Oeste con sus rancios
códigos basados en la ley del más fuerte, del que grite más, del más fanfarrón,
expone en tono crítico los elementos inherentes al género del oeste, las
guerras de granjeros, batallas por el agua, las vendettas, convierte a estos
vaqueros cerriles en caricaturas de sí mismos, y ello gustándose en la estética
propia del género, mostrado desde los créditos iníciales con esa diligencia que
surca el oeste a toda velocidad, con esos vastos e infinitos escenarios como
marco, los tiroteos, doma de caballos, peleas, duelos, desfiladeros con
emboscadas, y más.
Para ello el intenso guión se apoya en un héroe
atípico, Wyler lo retrata con cariño y mimo, lo incrusta en el entorno del wild
west, hombre de ciudad sumergido en la
selva de un territorio sin ley, tipo educado, visto elegante, modesto, humilde,
con aguante ante las provocaciones, moviéndose por la trama con una enorme
dignidad y orgullo, sin tener que restregárselo a nadie, el honor no es algo
que haya que estar escupiéndoselo a la cara al primero que se cruce, uno no
alardea de ello, y McKey lo hace de modo sutil, soportando las inquisidoras
miradas de todos, ante este mundo testarudo el opondrá la razón, la
comprensión, el entendimiento, y mucha inteligencia, ello desafiando las normas
preconcebidas (sobre todo en el far west) de que hombres solo puedan ser los
más fuertes, muestra el sinsentido de de la violencia. Y Gregory Peck lo
encarna con pasión contenida, con vitalidad, con mesura, con flema, seguro de
sí mismo, firme en sus convicciones, con una tremenda empatía, formidable su
lenguaje gestual y de mirada limpia.
Wyler fundamenta su historia en la confrontación de
caracteres para remarcar la idea que quiere transmitir; James McKay frente a Steve Leech, los dos de
la misma generación, chocan la personalidad reflexiva, prudente, reservada y
observadora de James, con la visceral, arrogante, violenta y machista
cuasi-atávica del capataz; Patricia Terrill y Julie Maragón, dos amigas, pero
la primera una caprichosa y cerrada de modos provincianos, la segunda una
maestra inteligente, de mundo, tolerante; El Mayor Henry Terrill frente Rufus
Hannassey, el primero un triunfador, con una gran mansión, de aparentes modales
educados, chocando con un modesto jefe de clan ganadero que vive en una cabaña,
de aspecto tosco y de vestimenta ajada, representando los dos modos de vida
diferentes, pero a la vez similares, con códigos parecidos, aferrados al modo
de vida del pasado que terminará por barrerlos.

La puesta en escena es apabullante, un orgullo para el
Séptimo Arte, con una fenomenal dirección artística de Frank Hotaling (“Río
Grande”, “El hombre tranquilo” o “Centauros del desierto”), rodando en agrestes
desiertos en California y Arizona, Red Rock Canyon State Park , Mojave Desert,
Stockton, Marysville, Farmington, Ione, en
California, Canyon de
Chelly National Monument, Empire Ranch, San Rafael
Ranch State Park, Texas Canyon, Mescal, San Pedro
River, San Raphael
Valley, Kentucky Camp, en Arizona, esto engrandecido por la
arrolladora fotografía en Technirama y Technicolor del checo
Franz Planer (“Vacaciones en roma”, “20.000 leguas de viaje submarino” o
“Desayuno con diamantes”), con impresionantes planos de paisajes que se pierden
en el horizonte, tomas rebosantes de lírica visual, exaltación de una nación
inabarcable, con colosales tomas de grúas, con la cámara en travellings
prodigiosos, proyectando amaneceres y crepúsculos hermosos y poéticos,
encuadres vibrantes, por el día muy lumínica la luz, resaltando la fuerza del
sol sobre un entorno duro y árido, donde el agua es el Edén, componiendo bellos
cuadros. Y esta su icónica música de Jerome Moross (“La mujer del obispo”), de
las mejores que jamás se hayan compuesto, rebosante de energía, de vitalidad,
de sentido épico aventurero, de las que te hacen saltar en tu asiento, evocando
el escenario epopéyico, estimulando, enardeciendo, epicúrea su melodía que ya
te transporta cual máquina del tiempo durante sus impetuosos créditos
iníciales, creados estos por el más grande en la materia, Saul Bass (“Psycho”,
“Vértigo” “Spartacus” o “Goodfellas”), volviendo al score, un crimen a premio
armado que perdiera el Oscar a favor de la de Dimitri Tiomkin por "El
viejo y el mar".

El reparto de secundarios brilla por lo bien formados e
interpretados que están. Destaca un Burl Ives que tarda una hora en entrar en
escena y cuando lo hace apabulla en su eclosión en la fiesta con un monólogo
estremecedor, un carismático actor que desborda la pantalla con su carácter
indómito, duro, pasional, orgulloso, digno, extraordinario. Su némesis es
Charles Bickford como el Mayor, excelente como despliega sutilidad en su
retorcida personalidad, arrogante, altiva, intolerante, excelente cuando acepta
con flema que “su gente” no le acompañe por el desfiladero, luego cabalgando en
solitario y como su rostro va cambiando conforme se le acerca “su gente”.
Charlton Heston estupendo como el despectivo y presuntuoso Steve Leech,
sobresaliente en la Atronadora pelea al amanecer contra McKey. Jean Simmons
dulce y bella como la maestra, de un encanto y ternura que te llega. Carroll Baker está muy bien en su arco de desarrollo de enamorada
cariñosa, a gradualmente engreída, consentida, y sobre todo demostrando que el
salvaje oeste la tiene presa de sus arcaicas convicciones. Chuck Connors
está tremendo como el villano viscoso,
con ese toque perverso del gran bigote, con su lenguaje gestual brusco y
grosero, con la sonrisa perversa cínica, fenomenal su patetismo en el duelo
contra McKey. El mexicano Alfonso Bedoya interpreta a un peón amigo de McKey de
modo muy divertido y con un histrionismo gestual muy acorde a su jocoso rol,
fue su último trabajo, murió el mismo año antes del estreno del film, a los 53
años, debido a problemas derivados de su alcoholismo.
Spoiler:
Momentos recordables: Sus
excelsos títulos de crédito obra del gran Saul Bass, con la vibrante música;
Buck Hannasey dando “la bienvenida” a James McKay, a su humillante modo; La
Colosal entrada en escena de Rufus, invitándose a la fiesta de los Terrill,
imponiendo un soliloquio estremecedor que deja a los presentes sin habla,
rodando Wyler en contrapicado a Burl Ives para darle más imponencia; La doma
del caballo salvaje por parte de James, algo que debe demostrarse a sí mismo, y
sin alardear de ello, fabulosa; La discusión entre Patricia y James por él no
haberse peleado contra Steve, dejando claro que los dos no están hechos para
estar juntos; La Colosal pelea a puños al amanecer de James frente a Steve, da
fatiga verla, sientes los golpes en ti, Wyler tardó dos días en rodarse y dejó
a ambos actores exhaustos. Cuando ambos están totalmente agotados, Steve le
dice:
- He de reconocer que tarda un infierno de tiempo en despedirse, McKay.
- Por mi parte, lo doy por terminado.
Ambos se ponen en pie y se miran, entonces McKay espeta a Steve:
- Y ahora, dígame: Qué hemos demostrado? (silencio como respuesta, aunque el
gesto de Steve parece que algo le ha calado);
El duelo a pistola antigua
entre Buck y McKay, antes un sentido abrazo entre James y Julie, y el posterior
ritual de duelo, demostrando Buck su cobardía, disparando antes de tiempo, y
después intentando este matarlo por la espalda y siendo el padre en un acto
trágico el que mata a su hijo; Como ante el desfiladero blanco la gente del
mayor Terrill deciden no seguirle por ser algo suicida, el Mayor con gran
orgullo decide afrontar el cruzarlo en solitario, cabalgando erguido y muy
digno a una muerte segura, entonces aparece de la nada Steve acercándose a
caballo a su altura, y tras el resto de su gente, y el mayor sin mirar atrás, y
dejando una leve sonrisa de satisfacción, esto con la enervadora música, se
pone el vello de punta; El duelo final entre el Mayor y Rufus en medio del
sinuoso desfiladero blanco, rodado desde las alturas, en plano alejado, dos
titanes que solo pararan cuando estén muertos y lo consiguen, los dos se matan.
Diálogos de calidad:
Pat: Pero si me quería, por
qué iba a dejar que pensara que era un cobarde?
Julie: Si lo amas, por qué
crees que es? Cuantas veces un hombre te tiene que enamorar?
Ganadero: Y qué, Mister
McKay? Ha visto alguna vez algo tan grande como esta tierra?
McKey: Pues... sí.
Ganadero: Sí? El qué?
McKey: Un par de océanos.Ganadero: Hombre... eso...( desconcertado)
Uno de los mejores western
jamás realizados. Fuerza y honor!!!
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