EL GRAN CARNAVAL.
(ACE IN HOLE 1951)
Obra Maestra del genial Billy
Wilder, film incomprendido en su tiempo, quizás por poner contra el espejo a
una sociedad a la que no le gustó ver su alma en su verdadera forma
distorsionada, morbosa, voyeurista, amarillista, retorcida, hipócrita, y esto
(quizás) provoco su fracaso comercial y de crítica, para una cinta además en la
que se había invertido mucho dinero, no en vano se creó en Gallup el set de
rodaje más grande para un film no bélico hasta entonces. Fue el primer proyecto
tras su ruptura con el co-guionista de
sus anteriores películas Charles
Brackett (“Días sin huella” o “Sunset Boulevard”). La trama de la película se
inspiró en dos eventos de la vida real, el primero hace referencia a W. Floyd
Collins, que en 1925 quedó atrapado
en el interior de una Cueva derrumbada en Kentucky, tras un deslizamiento de tierra, un periódico de Louisville , el Courier-Journal , saltó sobre la historia
mediante el envío del reportero William Burke Miller a la escena, la cobertura de
Miller volvió el episodio trágico en un evento nacional y ganó el premio
Pulitzer, el nombre de Collins se cita en la película como ejemplo de una víctima
de derrumbe que se convierte en sensación en los medios; El segundo evento tuvo
lugar en abril de 1949, la niña de tres años de edad, Kathy Fiscus de San Marino, California , cayó en un pozo abandonado
y, durante una operación de rescate que duró varios días, miles de personas
llegaron a ver se desarrollaba la acción; En ambos casos, las víctimas murieron
antes de ser rescatados. Esta historia es una mordaz radiografía sobre los medios de
comunicación, sobre el poder de manipulación de la prensa, y sobre los depredadores que ávidos consumen
las tragedias como un espectáculo, protagonizada por un actor en estado de
gracia un volcán en perpetua erupción, un Kirk Douglas apoteósico. El guión
original del propio Wilder, junto a Lesser Samuels (“El cáliz de plata”) y
Walter Newman (“El hombre del brazo de oro”) fue nominado sin éxito al Oscar.
El protagonista es Chuck Tatum (Kirk Douglas), un amoral periodista que llega rebotado, tras ser despedido de varios
medios por diversos motivos llega a Albuquerque
en Nuevo México donde encuentra trabajo en un modesto periódico local, el
Sun-Bulletin, el editor del mismo es Jacob Q. Boot (Porter Hall)tras un año
sumido en la ordinaria rutina de no pasar nada, de camino a un festival de caza
de serpientes de cascabel, encuentra otra noticia, Leo Minosa (Richard Benedict),
ha quedado atrapado en una cueva mientras recolectaba antigüedades indias.
Tatum ve en el accidente la oportunidad de extraer un scoop “... de interés
humano...”, para ello no dudará en manipular los hechos en su beneficio. Tendrán
importancia en la historia Lorena (Jan Sterling), esposa del accidentado, Herbie Cook (Robert Arthur), joven fotógrafo del periódico al servicio de Tatum, el sheriff Gus Kretzer (Ray Teal), el ambicioso
comisario local, Sam Smollett (Frank Jaquet), empleado de protección civil del
ayuntamiento, o Al Federber (Frank Cady), primer turista con su familia que
llega al sitio del accidente.
Billy Wilder
imprime un ritmo en increscendo dramático portentoso, una descripción de
personajes brillantísima, una edificación de protagonista memorable, unos
diálogos y frases afiladísimas, rebosantes de ironía, de agudeza, una
deconstrucción grandiosa de la Condición Humana, dejándola en muy mal lugar, y
lo peor es que es un certero dardo envenenado
a la mezquina naturaleza autodevoradora de todos. El director utiliza una
antológica artillería para arremeter contra nuestra patética sociedad,
convirtiendo el relato en atemporal, siendo trasladable la situación central a
cualquier tiempo. Un frontal ataque a los medios de comunicación, a su
insaciable sed de protagonismo, a su artera manipulación, al modo en que hacen
circos de las penurias humanas, en como distorsionan la verdad, e incluso la
empujan, de cómo las ambiciones, la codicia, el deseo del protagonismo, sacan
lo peor de nosotros mismos. Una ácida reflexión moral sobre si son peores estos
medios de prensa que hacen un carnaval de la desgracia o los ávidos
degustadores que se alimentan de la desdicha, que hipócritamente se convierten
en voyeurista que parecen ser felices sabiendo que hay alguien pasándolo mal,
gente que tras una falsa fachada de empatía con el sufriente esconden un
insensible espíritu que disfruta contemplando la desventura desde la barrera,
en lo que resulta un fresco decadente de nuestro mundo, muestra una sociedad
degrada, reflejada en un periodismo que la alimenta de carnaza alterada para
ser del gusto del populacho.

Es un
retrato desgarrador de nuestra sociedad, la exhibe en toda su crudeza,
desprovista de sentimientos puros, egoísta, demagógica, por un lado dicen
sufrir por la víctima, pero por otro disfrutan del momento, casi nadie queda en
buen lugar, solo los padres del accidentado, y el propio Leo, el resto son
coparticipes de una situación mostrada con fluidez, con naturalidad, creíble, un
entramado podrido de corrupción moral, de complicidades por acción o por
omisión, por afán de fama, de éxito, de protagonismo, de egocentrismo, todo
conformado con unos sólidos engranajes de elementos que se mueven con frescura.
Una corrosiva estampa que pone a la sociedad contra el paredón nuestra doble
moral, narrada con cinismo, con incisivo tono, con ironía, con retorcida mordacidad. Muy bueno el
recurso cuasi-running-gag de la familia primera que llega al lugar de la tragedia,
una familia modelo de la clase media USA, una familia ordinaria, el padre
(Frank Cady) un vendedor de seguros (Pacific All-Risk
la misma compañía ficticia protagonista en el film de Wilder de 1944 “Perdición”),
ella ama de casa con sus bulliciosos hijos, viajan por el país con su caravana,
siendo esta prole ejemplo de cómo la clase media norteamericana en la
post-guerra tuvo gran pujanza. Al parecer su final podría haber sido otro si no
hubiera sido por el puñetero Código Hays, me es excelente el final del film,
pero me habría gustado aún más que el maestro Wilder hubiese tenido libertad
completa para concluir a su antojo la historia, me extiendo más en zona
spoiler.
La puesta en escena es
sobresaliente, propia de la superproducción que es (1.821.052 $ costó), con una
formidable dirección artística de A. Earl Hedrick (“Los viajes de Sullivan”), y
Hal Pereira(“La ventana indiscreta”), rodándose en Gallup el set de rodaje más grande para un film no bélico hasta
entonces. Filmándose en exteriores de Nueva México, Albuquerque, sede del
periódico, y sobre todo es reseñable el que fue el más grande escenario de
rodaje hasta la fecha (no bélico) para un film, fue en Gallup, medía 235
pies (72 m) de altura, 1.200 pies (370 m) de ancho y 1.600 pies (490 m) de
profundidad e incluyó una antigua vivienda india en una gran cavidad, el
derrumbe de la cueva, puestos de venta, estacionamientos, y un carnaval,
asimismo se utilizaron más de 1.000 extras y 400
coches en escenas de masas, las escenas del interior de la cueva colapsada se
rodó en los Estudios Paramount en Melrose Avenue en Hollywood, CA., todo esto
magnificado por la fenomenal fotografía en glorioso b/n de de Charles Lang
("Los 7 magníficos"), en tonos de gamas grisáceas que acentúan lo descolorido
de los humanos, con un soberbio manejo de los planos panorámicos para refleja cómo
se mueve la turba de gentío, con muy expresivos primeros planos, con gran uso
de grúas, con impresionantes travellings, con turbadores picados y
contrapicados, con espléndido uso de imágenes simbólicas, todo un alarde de la imagen
puesta al servicio de la historia. Se suma la vibrante música de Hugo
Friedhofer ("Tú y yo"), con enérgicas y neurálgicas melodías que
enardecen y soliviantan en el momento adecuado, se suman dos canciones,
"The Hut-Sut Song", que cantan los actores Benedict y Douglas, y la
irónica "We're Coming, Leo", cantada presencialmente por un cantante
y su banda en el carnaval, escrita por Jay
Livingston y Ray Evans escribió canción "Ya vamos, Leo", interpretada por cantante y
banda en carnaval.
Kirk Douglas es el amo y señor
del film, el lo avasalla todo, lo cubre con su Carisma, un Titán, un Coloso, un
Tornado, Apoteósico, racial, visceral, cínico, incisivo, lenguaraz, una
serpiente de cascabel, arrogante, narcisista, y sobre todo con todos estas cualidades,
empático, simpático, un depredador en constante búsqueda de su frágil presa, un
manipulador ingenioso, que sabe ver los defectos de las personas, un amoral
encantador, lenguaraz, inteligente, divertido, un derroche de vitalidad
memorable, un cruento periodista de instintos básicos, un provocador y lo peor,
muy cerca de la realidad, su reflejo del periodismo amarillista que se
retroalimenta con su público de las desgracias ajenas, interpretado por el
pelirrojo del hoyuelo de modo majestuoso, con un lenguaje gestual impetuoso, de
mirada que te atraviesa, Imperial. A su lado los demás son simples satélites
alrededor de Júpiter, aunque queda espacio para una Jan Sterling maravillosa, una femme fatale
tóxica, actuada de modo0 perverso por la actriz. Ray Teal como el sheriff
despliega un rol extraordinario con su falta de ética, dejando traslucir toda
la corrupción que el poder conlleva, excelso el actor. Porter Hall como el
idealista editor del periódico local deja destellos de rectitud, la brújula
moral del relato. Bob Arthur como el ayudante de
Tatum está correcto en su arco de desarrollo en que vemos que cada vez se
siente más engullido por la amoralidad de su mentor. Richard Benedict como la víctima
lo hace muy bien, haciendo implicar al espectador en su sufrimiento, estremece oír
el amor que siente por su “díscola” esposa, notable.
Spoiler:
El final que
al parecer podría haber tenido previsto Wilder dista del que vimos, el
arrepentimiento que sufre Tatum tras darse cuenta de que Leo Minosa morirá en
la cueva por sus ansias de alargar su sufrimiento y de este modo tener éxito,
muriendo al final por apuñalamiento, siendo al final víctima Tatum de los
remordimientos de su conciencia redimida. Pues al parecer este tramo final, que
dicho sea de paso encaja de modo natural en el relato, no era lo previsto
originalmente, era Tatum haciendo una crónica de la muerte de Minosa y
mandándosela al editor del periódico en New York. Me habría agradado ver la
idea primigenia del gran Billy.
Momentos
recordables: La presentación genial del protagonista en un descapotable leyendo
un periódico, mientras el auto es llevado por una grúa; El modo en que hace su “entrevista”
de trabajo en el Sun-Bulletin “Puedo tratar una gran noticia
y una pequeña. Y si no hay noticias, salgo a la calle y muerdo un perro”, "Miento, miento mucho; he mentido a tipos que usan cinturón; he
mentido a tipos que usan tirantes; pero no soy tan estúpido como para mentir a
un hombre que usa cinturón y tirantes al mismo tiempo, eso es ser precavido;
seguro que lo comprueba todo. Exacto! Por dos veces!"; Lo que le cuenta Tatum a su ayudante en el
viaje al festival de caza de serpientes " Te imaginas?
Cien serpientes invaden la ciudad; matan a cuarenta un día; a los dos días,
matan a treinta; ya sólo quedan treinta más, y no paramos de vender periódicos;
a los dos días, han matado a quince; la gente no sale de sus casas por temor;
todos leen frenéticamente, los periódicos, para saber si el problema está
solucionado; luego matan a catorce, y la gente respira, pero falta una, falta
una; todos están buscándola, y vendemos más periódicos; se organizan
grupos para buscar a la que falta; nosotros seguimos vendiendo periódicos,
explicando lo peligrosa que es la serpiente que queda. Y, sabes dónde está la
serpiente que falta? qué le ha pasado? La tengo yo en el cajón de mi escritorio
y va a estar ahí, bien alimentada, hasta que interese”, el ayudante “Pero eso
es ocultarla al público!”, Tatum contrapone “Tonterías: cuando se agote el
filón, la matamos y la presentamos a la gente, con la gran noticia: los
periodistas han conseguido lo que nadie: han acabado con la serpiente"; El
modo extraordinario en que Tatum convence al sheriff de alargar la operación de
rescate en beneficio de ambos, un maestro de marionetas sublime, donde
alegóricamente el sheriff lleva en una caja una serpiente de cascabel, en
entiendo yo un reflejo de la personalidad reptil de Tatum; El terremoto que
supone tatum entrando en la carpa de los periodistas, tatum expone toda su
arrogancia y felicidad por haber vuelto a la vanguardia de su “profesión”; La
entrada en loor de multitudes de Tatum a la cueva, hablando a la radio antes,
se nota que el periodista no coge en sí de gozo con la que ha organizado, y de
pronto un tipo entre el público salta y dice que el modo de rescatar a Leo no
es la correcta y los rostros del sheriff, el encargado de excavación y el
propio Tatum se descomponen; La espectacular toma desde la cima de la montaña
cuando el padre de Leo sube a darles avituallamientos a los excavadores, abajo
se ve la que hay montada, cientos de personas, de autos, y hasta un circo
montado a la vera del sufrimiento humano; Cuando vemos como cantan la canción
dedicada a Leo Minosa y del tren salen decenas de personas corriendo
desesperadas hacia la explanada para ir a la fiesta allí montada; Cuando Tatum
obliga a la esposa de Leo a ponerse el regalo de su marido, ella se resiste
burlándose de él, terminando con el intento de estrangulamiento de Tatum a
ella; El triste ploano del populacho saliendo del lugar del accidente en masa,
quedando solo en medio de la nada el aletargado padre de Leo; El sentido discurso
de Tatum desde la cima de la montaña tras la muerte de leo, escalofriante; El
final, Tatum en el Sun-Bulletin moribundo haciendo su última crónica, un titular autodestructivo, cayendo al final al suelo en un contrapicado conmovedor.
Después del lanzamiento de la
película, Wilder fue demandado por plagio por el guionista Víctor Desny, afirmaba había contactado con la
secretaria de Wilder, Rosella Stewart para proponer un film basado en la
historia de Floyd Collins
acaecida en noviembre de 1949. Los abogados
de Wilder respondieron que un resumen de la trama verbal no constituye una
presentación formal historia, y que el caso Collins era de carácter histórico y
como tal no estaba protegido por las leyes de copyright. En diciembre de 1953, el juez Stanley Mosk falló a favor de Wilder y Paramount. Desny apeló, y en agosto de 1956, el Tribunal Supremo de California dictaminó que su exposición oral había sido legítima. Los abogados de Wilder
llegaron a un acuerdo para pagarle a Desny $ 14.350.
Una
ultrarecomendable película, de las que dejan calado eterno, de las que te hacen
pensar, y protagonizada por una fuerza de la naturaleza en forma de un tremendo
Kirk Douglas. Una de las más sangrantes críticas a los medios de comunicación
que se hayan hecho, en tono de comedia décadas después hizo referencia a esta
profesión en la genial comedia “Primera
plana”, asimismo en el 2014 se estrenó una cinta que guarda bastantes
paralelismos con esta, me refiera a la caustica “Nightcrawler”, de Dan Gilroy. Fuerza
y honor!!!
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