domingo, 11 de septiembre de 2016



MAKING A MURDERER. (SERIE DOC.)

Resultado de imagen de making a murderer fiscalResultado de imagen de making a murderer fiscalMONUMENTAL serie realizada y guionizada por las novatas Laura Ricciardi y Moira Demos para el canal Netflix, 10 apasionantes episodios de alrededor de una hora, una historia en la honda de las Coenianas “Sangre fácil” y “Fargo”, o del libro de Truman Capote “A sangre fría”, el desgarrador relato la infeliz vida (real sí, real, aunque parezca ficción) de Steven Avery , un hombre del condado Manitowoc (Wisconsin), estuvo en prisión 18 años (1985-2003), entró en la cárcel con 23 años, por algo que las pruebas de ADN se demostró no hizo, al salir parecía que renacería, hasta aquí muchas historias de inocentes condenados ha habido, pero es lo que sigue nos hunde en algo aún peor (si! lo hay), el destino (ataque de ironía) le tenía guardado un contratiempo por el que entraría en una espiral ruindades, y... Moira y Laura, recién acabada su carrera de audiovisuales, leyeron un artículo en 2005 en el New York Times sobre el caso de Steven Avery titulado 'Freed by DNA, Now Charged in New Crime' que les fascinó tanto que  alquilaron un coche y con una sola cámara se dirigieron a Manitowoc para empezar a rodar lo que hoy se puede ver en la serie, 10 años de fenomenal montaje de lo grabado sobre este caso con entrevistas, imágenes de archivo, vídeos de interrogatorios, llamadas telefónicas pinchadas, los juicios, etc, para ofrecer al mundo una visión sobre el caso de Steven Avery al que se le unió su sobrino Brendan Dassey. Pariendo un devastador thriller documental que ha removido las conciencias de la sociedad estadounidense hasta niveles extraordinarios (spoiler). Pocas veces recuerdo que la tele me haya atrapado de esa manera, y es que es una serie adictiva, subyugante, fascinante, imprescindible para una total absorción abstenerse de acudir a la wikipedia en busca de información, os puede estropear las sorpresas con la cantidad de giros y contragiros que tiene, entrad vírgenes a esta serie de terror, en el transcurrir de los capítulos te sentirás más y más atrapado, anonadado, soliviantado, cabreado, indignado, te encontraras discutiendo con la televisión, imposible no entrar en modo ira con este relato sombrío sobre lo peor de la Condición Humana, su mezquindad, su poco respeto por la vida de los demás, donde se cumple el axioma de el hombre es un lobo para el hombre.

Resultado de imagen de making a murderer fiscal

Resultado de imagen de making a murderer fiscalSteven Avery era un muchacho de Wisconsin cuya familia tenía un depósito de autos (chatarrería) en el condado de Manitowoc. Una prima suya, casada con un alguacil del sheriff, lo había acusado tiempo atrás de exhibicionismo y amenazas armadas. Sin pruebas sólidas, un tribunal lo condenó a seis años de prisión. Mientras esperaba para cumplir esa condena tuvo lugar el ataque del lago Michigan, tras el cual la víctima describió a su agresor como “un joven rubio de pelo largo”. Avery cumplía con la descripción, tanto como otros miles de jóvenes. Resultado: una condena de 32 años. Una prueba de ADN hecha a los 18 años de prisión (la técnica no existía aún en 1985) demostró finalmente el culpable no había sido Avery, sino otro rubio de pelo largo que penaba en ese momento 60 años de prisión. Corría el año 2003 y un Avery de 41 años salía de la cárcel, con enorme barba. Es a partir de entonces que Ricciardi & Demos, que se habían enterado del caso por un artículo de The New York Times, comienzan a seguirlo en vivo, acompañando el regreso de Avery a Manitowoc, la bienvenida de los suyos, su segunda vida, su nueva pareja y la vuelta a la pesadilla, con el nuevo e imprevisto caso policial que se abrirá un par de años más tarde. Pero volvamos a 2003. En ese momento, la mujer que lo mandó a la cárcel le pide perdón en público y una comisión judicial llamada Comisión Avery se reúne para producir reformas en el sistema judicial, que impidan una injusticia semejante a la vivida por Steven. El resultado es la llamada Ley Avery, de protección a la inocencia. Representado ahora por dos nuevos abogados, Steven decide demandar al estado de Wisconsin, por 36 millones de dólares.

Resultado de imagen de making a murderer fiscalEs una magistral labor mostrada con una tremenda capacidad de sugestión, un thriller de horror donde la realización magnífica hará que empaticemos irremediablemente con el protagonista y nos sintamos tan indefensos como él, nos sintamos una especie de Joseph K en un proceso en el que no sabemos cómo defendernos de la sinrazón, más de diez horas de metraje en la que nos sumergiremos en una América profunda, con gente de bajo estrato social, con escasa cultura. La serie analiza con bisturí ácido el poder devastador que pueden atesorar algunas personas e instituciones  en su despotismo, un sistema corrupto moralmente en su tiranía, en su cerrazón, esto apoyado, se sugiere, en un corporativismo tóxico, en unos medios de comunicación necesitados de sensacionalismo, aunque ello arrastren inocentes, quedando claro que no hay sistema judicial perfecto, siempre habrá grietas por las que se cuelen casos tan sangrantes como este, quedando claro el desamparo de alguien ante una montaña de incomprensión ante lo que todos vemos, ejemplo como se puede dar veracidad al testimonio de un (claramente) chico con problemas mentales. Sostenido el metraje en un ritmo trepidante, formidablemente narrado, con una clarividencia expositiva y orgánica tremebunda, con una estructura propia del mejor de los thrillers, con personajes bien delineados, con polis corruptos (se apunta claramente), un fiscal nauseabundo (no lo digo yo, me remito al final que se expone), con pruebas falsificadas, con testigos que se contradicen, con interrogatorios manipulados, con cliffhangers, todo ello haciendo se te remuevan las tripas ante la frustración vital que impera. Se hace un análisis objetivo pero mordiente del trabajo de la policía, los investigadores, fiscales, abogados defensores, CSI,  jueces, jurados, testigos, y de los medios de comunicación, poniéndolos contra el paredón audiovisual y no quedando muy bien parado el sistema.

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Es el relato de cómo la gente necesita de chivos expiatorios, de cabezas de turco para volcar sus ansias de venganza, para sentirse superiores moralmente, en este caso son los Avery vistos como unos marginados sociales, como los “hillbillys” (paletos en el argot USA) del lugar, alos que se ve como endogámicos y cerriles. Las realizadoras sacan un partido portentoso a los paisajes del Medio Oeste de Manitowoc (Wisconsin), agrestes, gélidas praderas, el cementerio de autos, ello es interrelacionado en la filmación con turbadoras tomas aéreas, sea como muletas entre bloques, o como fondo para conversaciones telefónicas, adornado sugestivamente por melodías folk de guitarra (GustavoSantaolaya), ello para reflejar un mundo frío, distante, cerrado, feista, disperso potenciado por la bella fotografía de Moira Demos, en colores tenues, crudos. Según la escritora Lorrie Moore, esa desolación podría tener que ver con que ese estado (de ánimo?) haya producido, además de varios genios artísticos (Orson Welles, Frank Lloyd Wright, Georgia O’Keefe) a algunos de los más tortuosos criminales de la nación, como Ed Gein (el hombre que inspiró al Norman Bates de Psicosis) y el célebre asesino serial y caníbal Jeffrey Dahmer.

Resultado de imagen de making a murderer fiscalResultado de imagen de making a murderer fiscalLa serie ha sido criticada por estar claramente del lado de Steve Avery, de enfocarlo todo hacia un mismo punto, esgrimen estos que se han omitido pruebas fundamentales en su contra (spoiler). Primero es que la contraparte de familiares, fiscal o policía no han querido hablar para el documental para el que se les dio voz y lo rechazaron, y segundo es que la realidad es tozuda, los datos que se nos dan son reales, todos estaban en contra de él, la policía, el fiscal, los medios de comunicación, la comunidad, pero si hasta un abogado que oficialmente debía creer en la inocencia de su cliente era peor era de sus peores enemigos, si llegamos a escuchar tétricamente que un acusado (el sobrino de Avery) quiere rechazar a su abogado por  creerlo culpable y el juez dice que eso no es motivo, INCREÍBLE, pero cierto. Como estar del lado de alguien que fue machacado 18 años en prisión injustamente, como no estar en contra de una policía que lo tenía enfilado, que se saltó las normas, los protocolos para acabar con él, como estar en contra de unos investigadores que no preguntan al entorno de una víctima por su coartada, regla básica en investigaciones de asesinatos. Por supuesto que no es imparcial, cuando ves que los “Malos” campan a sus anchas, y un chivo expiatorio está en prisión. Asimismo la docu-serie si que muestra el lado oscuro Steven Avery, de cómo se labró mala fama en la región con el vecindario, de cómo ya había estado en prisión dos veces (por robo y por quemar vivo un gato), además se encontraba en espera de juicio por amenazas con arma a una vecina (pariente, casada con un alguacil), por el que fue condenado a seis años de cárcel, cuando entre medias fue acusado del intento de violación en 1985, esto fue el caldo de cultivo para generar un estado de opinión en contra de él.

Resultado de imagen de making a murderer fiscalResultado de imagen de making a murderer fiscalEl protagonista del relato es Steven Avery, pero apenas lo vemos en declaraciones, lo oímos algunas veces en reflexiones telefónicas desde la cárcel, así que el protagonismo visual se lo llevan por una parte los padres de Steven, unos conmovedores ancianos con los que es imposible no empatizar, defensores a ultranza de la inocencia de su hijo, su hastío y sufrimiento se deja entrever como gotas de ácido que nos corroen, ellos sufren junto a su vástago la condena, sus declaraciones y pensamientos nos corroen por dentro de cómo la madre planea recopiló información (la vemos en decenas de cajas) y la mandó a los medios para se hablará del caso y estos pasaron”, de cómo ella nos enseña con candidez la casa que tendrá su Steven cuando “salga”, desolador, un padre grande, fuerte, de aspecto rudo, pero al que la sensación abatimiento se filtra por sus arrugas, los dos manteniendo una batalla infinita, los dos han perdido a los nietos que Steven tuvo, ellos David contra el sistema Goliath. Los otros co-protagonistas son los abogados de Steven, un binomio de carismáticos defensores que cual Atticus Finch pelean contra un muro de cimientos irrompibles, Dean Strang y Jerry Butting, complementarios, diáfanos, irónicos, sobrios, contenidos, brillantes, ello a través de sus declaraciones, y de sus exposiciones e interrogatorios en el juicio, donde destapan un entramado de sospechosos no investigados, falsos testimonios reconocidos, pruebas plantadas e irregularidades de procedimientos policiales y judiciales propios, su labor con el caso los ha hecho famosos. Hay secundarios de gran fuerza, como Jody una ex de Steven, una alcohólica enamorada de él; la madre de Brendan (sobrino de Steven), una racial mujer; Unos retorcidos villanos, los agentes policiales Colborn y Lenk, se deja entrever que fueron los organizadores de esta conspiración criminal; El fiscal Ken Kratz, aute´ntico arma de los referidos agentes, un sibilino pervertido.

Al final te deja un regusto amargo, un aguijón en el alma humana, un canto a la sinrazón kafkiana.

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Spoiler:

Al parecer en el documental se han omitido pruebas presentadas en contra de Steven Avery durante el juicio, como que este estaba obsesionado con Teresa Halbach, que él la había invitado a su casa y ella dijo estar incómoda; También se presentó la prueba de que Steven había comprado grilletes días antes de la desaparición de Teresa; Asimismo no se menciona que en el coche de Teresa había sudor de Steven, algo complicado de transferir; Pero visto el nivel que se deja entrever de manipulación policial pongo en entredicho sean veraces las pruebas.

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Resultado de imagen de making a murderer fiscalLos fiscales utilizaron pruebas forenses solamente cuando convenía. Nunca hubo nada de sangre o ADN de Teresa Halbach encontrado en la habitación de Avery, difícil de creer que fue violada, estrangulada y apuñalada, y no hallaron ni en el dormitorio, ni en el garaje (lugar oficial del asesinato), rastro de sangre de ella, inaudito, pero sí encontraron las llaves del coche de allí con el ADN de Steven Avery, pero ojo, solo de él, es que Teresa cogía las llaves con guantes? Llave entrada al séptimo registro, y que casualidad por un policía que no debía estar allí (era del condado de Manitowac, demandado por Avery), el mismo que 20 años atrás era el encargado de guardar el ADN (entre ellas sangre) de Steven bajo custodia policial, y que casualidad al investigar estas tienen roto el precinto y la cápsula de la sangre está pinchada; Tampoco se explica uno como la mujer que encuentra el coche (la hermana de la víctima) en el cementerio de autos es a la única de toda el grupo de “rastreadores” a la que se da cámara de fotos, o como es capaz de encontrar en 16 hectáreas el coche de Teresa en 15 minutos; o porque Steven, si es que el asesino, fue tan torpe de no destruir el auto con la maquina que tenían; o porque Steven debería haber matado en su casa a teresa y haberla quemado a seis metros de su vivienda y aún así haberla trasladado en el coche; o porque estaban las cenizas dispersas en varios lugares; o el porqué del extraño comportamiento del hermano de Teresa, mensajes del teléfono de teresa fueron destruidos después de su muerte, y él era el único con la clave para hacerlo; o porque la policía no interrogó por la coartada al ex novio de Teresa, algo que es de cajón; en cambio estos, el hermano y el ex, camparon a sus anchas por el cementerio de coches Avery (no hay que ser muy listo para sospechar de que pudieron plantar pruebas), y más y más tropelías al sentido común, un akelarre donde se quemó la libertad de Steven Avewry y su sobrino.

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Resultado de imagen de making a murderer fiscalMomentos recordables: La salida de prisión de un barbudo Steven Avery, sin mostrar ira y sí mucha alegría, ejemplo cuando sostiene en brazos a un bebé y un reportero le pregunta que quien es y él sonriendo responde que no lo sabe; El escandaloso interrogatorio al sobrino de Steven, Brendan Dassey de 16 años (mentalmente menos), sin abogado ni tutor presente, de los momentos más intensos y opresivos que he vivido frente a una pantalla, el rostro compungido y el laconismo monosilábico de Brendan llegan a asfixiar, tremendos agónicos 14 minutos que se hacen interminables, haciéndose patente el retraso mental del chico, ejemplificado cuando después de auto inculparse de asesinato y violación pregunta a los policías si puede volver a clase; Cuando oímos a uno de los comisario investigadores defenderse de que ellos no colocado pruebas falsas, esgrime pasmosamente que ellos si querían acabar con él lo podrían haber matado, les hubiera sido más sencillo (¡!!?); Impactante cuando registran las pruebas de sangre de Steven en la policía y el abogado defensor descubre que han sido manipuladas, Impactante, uno ya piensa que el calvario de Avery ha terminado, que iluso soy; Cuando oímos a Brendan hablar por teléfono con la madre y ella le pregunta que como ha confesado algo que dice no haber hecho y conmovedoramente él responde “... porque soy estúpido”; Cuando Brendan intenta recusar a su propio abogado ante el juez, esgrime que su letrado no cree que es inocente y el juez ante el asombro del que escribe responde que no es motivo suficiente; La declaración en el juicio de una prima de Brendan, llorando cuenta como se inventó una conversación con su primo que lo inculpaba, estremece; La declaración ante el tribunal de la encargada de encontrar ADN en la llave, como cuenta que aún estando contaminadas las mismas con su propio ADN consideró buena la prueba, me daba cabezazos contra la pared; Parte del karma se ve recompensado cuando asistimos a la villanía del fiscal siendo acusado por víctimas de maltrato de género de haber sido acosadas por este, menuda catadura moral haber escuchado durante episodios ponderar sobre la verdad a este tipejo; La sentencia en contra de Brendan y la iracunda reacción de la madre contra la prensa; Hay muchísimos más ...
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Netflix anunció estaba filmando una segunda temporada, para explorar las consecuencias de la condena a Dassey y las numerosas peticiones que se han producido. “Making a murderer” ha generado una importante controversia, tanto en el condado de Manitowoc, como en todo el país. Una petición a la Casa Blanca para perdonar Avery obtuvo más de 500.000 firmas. El presidente Barack Obama ha señalado que él no tenía autoridad para actuar en un caso de estado. El 12 de agosto de 2016, el sobrino de Avery Brendan Dassey (también fue encontrado culpable), tuvo su condena revocada por un juez federal en razón de que fue inconstitucionalmente coaccionado por la policía para que confesara el asesinato, y esta fue la única evidencia sustancial de su caso.


Resultado de imagen de making a murderer fiscalOBRA MAESTRA capital de la televisión, de las historias que se te quedaran por siempre en el subconsciente, de las que te hacen sentir frágil ante un mundo hostil que te puede convertir en su juguete roto. Fuerza y honor!!!

PD: En el peor de los casos que Steven fuera culpable del asesinato de Teresa, no sería por culpa de haber estado 18 años encerrado injustamente, eso no contamina la mente? Eso no la retuerce? Eso no te deshumaniza? Eso no te haría un misántropo?

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