TODOS DICEN I LOVE YOU.
Interesante comedia musical de Woody
Allende esas Cintas que gustan más la primera vez que su revisión, y es que
cuando la he vuelto a ver tras años la he notado demasiado naif, demasiado
plúmbea, demasiado superficial, todo contado con un aire lineal despreocupado,
con chistes demasiado facilones, todo encauzado a transmitir alegría, pero
pecando de demasiada idealización, resulta complicado verse en esta familia que
vive en un lujoso piso de Park Avenue y pasa las navidades en París, todo muy
humilde. En su vertiente musical Allen demuestra su melomanía realizando un homenaje
a los alegres musicales de la época
dorada de Hollywood, a sus míticas parejas de baile formadas por Ginger Rogers con Fred Astaire, Fred Astaire con Cyd
Charisse, Fred Astaire con Rita Hayworth o Gene Kelly con Leslie Caron (“Un
americano en París”, 1951), con el tramo de baile junto al Sena, incluso a los
hermanos Marx y sus jocosos escenas musicales, personificada en el tributo a
Groucho en un fiesta. Los números musicales producen sensación de jolgorio, sobre
todo en su irreverencia, pues hay en un hospital y hasta en un velatorio, pero
excepto el último a orillas del Sena, el resto no dejan poso alguno, ni por la
letra, ni por las coreografías. Drew Barrymore convenció a
Allen de lo inconveniente (por penosa) resultaría su voz para la representación
de sus partes musicales (la doblaría Olivia Hayman), asimismo Goldie Hawn fue excluida
por lo contrario, por lo extraordinariamente bien que cantaba al natural y lo
poco creíble que resultaría en medio de un ambiente realista, el resto actores
interpretan con sus voces naturales el repertorio de textos musicales que van
desde el iniciático “Just You, just me” de Norton, pasando por el “My Baby Just
Cares For Me” de Norton y Latasha Lyonne o el “Chiquita Banana” de los niños en
Halloween. El título del film proviene de una canción contenida en la película de los hermanos
Marx “Plumas de caballo”.
Relato coral contado desde el
punto de vista de DJ (Natasha Lyonne), hija de Joe Berlin (Allen), un escritor
que vive en París, y Steffi (Goldie Hawn). Los
padres se divorciaron hace década y media, pero se llevan bien, Steffi está
casada con el abogado Bob Dandridge (Alan Alda), tipo liberal y del partido demócrata. DJ vive con su madre y padrastro en
Manhattan (Nueva York),tiene cuatro hermanastros, Skylar (Barrymore), joven e inmadura, apunto de comprometerse con el
anodino Holden
Spence (Edward Norton); Scout (Lukas Haas),
adolescente de acentuado carácter republicano; Lane (Gabby Hoffmann) y Laura (Natalie Portman),
que aspiran a conquistar a un guapo chico. También tendrán importancia en la
historia los personajes de Von (Julia Roberts), objeto del deseo de Joe, y
Charles Ferry (Tim Roth), ex presidiario atraído por Skylar.
Aún en su aire de banalidad
el cineasta neoyorkino despliega una bonita de ver comedia musical romántica,
entretenimiento agradable, vitalista, alegre, moviéndose por un micromundo que
conoce, del que él precisamente es partícipe, como es la clase alta de Manhattan,
personajes que en su pujanza económica, rebosan insatisfacción en su eterna
búsqueda del amor, seres contradictorios, neuróticos, idealistas, enamoradizos,
cínicos, perfilando un mordaz fresco de la alta burguesía acomodada, con su frivolidad,
sus paradojas políticas, su hipocresía, su demagogia, que por un lado predica
liberalismo, tolerancia, reinserción social, y por otro en sus casas no lo
permiten, también píldoras turbadoras contra los conservadores republicanos a
los que con sutilidad (o no) lanza un dardo envenenado bastante insidioso, como
es que solo teniendo un problema mental se pueden tener estas ideas. Se
entrelazan varias historias de amoríos en diferentes etapas de edad, el adolescente
de las volubles hermanastras, el de la joven desorientada, y el del tipo maduro
con varios fracasos de pareja a sus espaldas, esto le sirve a Allen para hacer
chanzas de los noviazgos, de los matrimonios, de la familia y hasta de la
política.
En su tono de comedia
romántica deja destellos de aciertos en chispeantes en algunos duelos actorales
donde varios personajes participan rebosando tremenda naturalidad y fluidez, en
lo referente al romanticismo la nota predominante es la sempiterna deseo del
amor perfecto, el idealizado, sobre si lo que anhelamos es en realidad lo que
nos satisface, sobre si el estado natural del ser humano es el desamor, sobre
si los sueños de amor cuando se hacen certeros se rompe la magia.
Es un film eminentemente que
derrocha optimismo cuasi-patológico, reflejado sobremanera en sus momentos
musicales, una loa nostálgica a los tiempos de los musicales provenientes de
Broadway, desbordando energía, júbilo, gozo, con canciones y coreografías divertidas,
números musicales que se enlazan con naturalidad con la acción para remarcar
los sentimientos y emociones de los cantantes, emanado de estas secuencias
naturalidad al estar enmarcadas en muchos casos en exteriores, como el Central Park
de New York, La Quinta Avda. neoyorkina, Venecia o la orilla del Sena parisino.
Pero como he dicho arriba sus números musicales solo llegan a entretenidos con
caducidad en el subconsciente rápida, exceptuando el remarcado acaecido en el
Sena. Es de agradecer el estímulo de poder oír cantar a gente como al propio Woody Allen, Julia Roberts, Edward Norton, Alan
Alda o Tim Roth.

La cinta teniendo sus buenos
momentos adolece de liviandad, muchas subhistorias en las que nada se trata con
mínima fuerza dramática, nada se desarrolla, se llegan a sentir sketches de
usar y tirar; la idea de la subtrama de Allen con Julia Roberts nace de un
autoplagio (“Otra mujer”, también Allen hace personaje similar al de “Hannah ...”,
un inseguro divorciado amigo de su ex que tiene una familia ya formada), y
luego se desarrolla envuelta en escenarios de tremebunda belleza (las
callejuelas y canales venecianos, museos de Tintoretto, o un bucólico
apartamento parisino con vista al Sacre Cour), pero todo huele a impostado a
artificioso, a metido con calzador, no te crees que ese “pibón” de mujer se
pueda sentir atraído por un tipo pequeño, esmirriado, con gafotas y que le
dobla la edad (ella 29 años y el 61), esto es algo que a Allen no le ha
importado en su carrera, ir juntándose a mujeres en pantalla que podrían ser su
nieta (igual es inspirándose en sí mismo ¿!!?) no hay química entre ellos; La
subtrama de Skylar, insegura si prefiere la comodidad de un chico “bien” o la “aventura”
de un chico “malo”, es trivial, sin hondura alguna; La de las adolescentes
amigas “enchochadas” del guapo del barrio es más simple que el mecanismo de un
martillo; La del hijo republicano es un pellizco de ursulina que no pasa de gag
del montón de abajo en la gloriosa montaña de grandes momentos allenianos;
Todos sumados dan un batiburrillo de algunas situaciones ingeniosas, ejemplo el
padre pidiendo el testamento y goma de borrar, pero en conjunto todo es en un
tono plano, te mantiene atento a la pantalla, pero te atrapa y mucho menos está
entre lo mejor del polifacético realizador.


La puesta en escena resulta
de gran brillantez, con un estupendo diseño de producción de Santo Loquasto (habitual
de Allen: “Días de radio”, “Balas sobre Broadway” o “Café Society”), escogiendo
escenarios de una belleza sibarita en Nueva York (Central Park; Madison Avenue;
la mítica Quinta Avenida...), París (Rue Cortot; Montmartre; Port de la
Tournelle; Ritz Hotel; o a orillas del río sena) y Venecia (La Plaza San
Marcos; Scuola Grande di san Rocco; Gritti Palace Hotel; o el Gran Canal), todos
estos lares realzados bellamente por la fotografía en color panavisión de otro
habitual de Allen, el romano Carlo di Palma (“Hannah y sus hermanas”, “Sombras
y niebla” o “Balas sobre Broadway”), creando hermosas postales de las ciudades favoritas
de WA, maravillosos cuadros que reflejan con mimo los colores idealizados de
estas icónicas urbes, ejemplo los cuadros otoñales e invernales neoyorkinos, lo
excelso de los bucólicos viajes en góndola venecianos, o lo cuasi-etéreo del
baile a orillas del Sena, se suma lo bien que capta los bailes en tomas
abiertas, ello acentuando colores vivos radiantes inherentes al aire de
comedia. Pero lo más importante en un musical, es la música y las coreografías,
los arreglos musicales y
orquestación son de otro colaborador habitual de WA, de Dick Hyman (“Zelig”, “Días
de radio” o “Acordes y desacuerdos”), reuniendo temas románticos ya escritos
para hilar el relato, siendo tema principal la canción “Everyone Says I Love
You”, de Bert Kalmar y Harry Ruby, de la que el film toma el título. Añade “All
My Life” (que canta Julia Roberts), “Looking At You”, de Cole Porter, y otras
que conforman una excelente selección de temas americanos de los años 30 y 40. Originales
Hyman son dos temas: “Recurrencia” y “Escenas venecianas”, que interpreta al
piano el mismo Hyman. El título del film proviene de
la canción escrita por Bert Kalmar y Harry Ruby, utilizada como tema recurrente
en “Plumas de
caballo”
(1932), de los hermanos Marx, hay otro guiño a estos aclamados cómicos
con el número musical "Hooray para el
capitán Spaulding", cantado en francés por un coro galo de
disfrazados Grouchos, tema original de otro film del trío de hermanos, “Animal
crackers” (1932), homenaje que Allen ya hizo a los Marx en “Hannah y sus
hermanas”. Los dos momentos musicales (en mi modesta opinión) más destacados
son el fantasioso del velatorio en que el espíritu del muerto del abuelo (Patrick Cranshaw) junto a otros espectros se ponen a bailar bajo el tema “Enjoy Yourself (It's Later Than You Think)”,
el otro es el exuberante orquestal del final con Hawn y Allen danzando
idealizadamente a la vera del Sena, ella flotando en movimientos dulces,
flotando en gráciles figuras.

De las actuaciones no hay
mucho que destacar, si acaso un muy bueno Alan Alda, un muy divertido Tim Roth,
y una muy fresca Natasha Lyonne, el resto quedan difusos y
desaprovechados, algo inhabitual en Woody Allen.
Me queda una agradable
comedia, pero falta de fuerza para trascender. Aunque (casi) siempre se pueden
extraer píldoras geniales de los films allenianos que hacen recomendable la
visión de sus películas. Fuerza y honor!!!
Spoiler:


La ex de Woody, interpretada por Goldie Hawn, le dice que siempre ha
elegido mal a sus novias. Woody lo niega.
Steffi: Qué me dices de Madeleine,
la que fue después de mí?Joe: Era maravillosa. Era arqueóloga. Era fabulosa.
Steffi: ¡Era ninfómana...!
Joe: Sí, de acuerdo. Tenía un pequeño problema con la fidelidad y resulta que
yo no lo vi venir.
Steffi: Y de Carol?
Joe: Carol era poetisa, y doctora honoris causa por la...
Steffi: Era heroinómana.
Joe: Sí, también se dedicaba a eso, pero yo pensaba que era insulina.
Joe está
desorientado después de perderse por Venecia haciendo footing. Julia Roberts lo
encuentra asfixiado.
Joe: Estoy bien. No es nada, sólo un dolor en el
pecho que me baja por el brazo.
Bob: No te puedes casar con ese presidiario evadido!
Skylar: Ex presidiario. Tiene un título universitario. Mami, seguro que tú lo
comprendes: hay algo increíblemente animal en su interior.
Bob: Bien, pues nada, lo devolvemos al parque zoológico!
Steffi: Es un delincuente!
Bob: ¡¿Pero cómo puedes querer salir con ese hombre?! ¡No podrás ponerte detrás
de él, no te dejará! ¡Si intentas rascarle la espalda, te apuñalará!
Skylar: Bajo su tosca apariencia hay un joven letrado muy sentimental. En
realidad esperaba que pudieras encontrarle un puesto en tu empresa.
Bob: Sí, le haré... tesorero, no te digo. Steffi, bájame una copia de mi
testamento y una goma de borrar!
Y odo esto con dos hijos y la chacha alemana jugando al hockey en el vestíbulo!
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