EL BAILE DE LOS
MALDITOS.
Apreciable
film antibélico de Edward Dmitryk, de los primeros en que se daba personalidad
y alma a los soldados alemanes, no siendo caricaturas, intentando dar un
enfoque equilibrado de estos, queriendo mostrarnos el cómo personas normales se
vieron arrastradas en la vorágine nazi, hay que darle la licencia de su
contexto. Se hizo trece años después de acabada la Segunda Guerra Mundial, y
quizás los vencedores se sentían con la perspectiva del tiempo pasado en la
obligación de humanizar de algún modo al antiguo enemigo, queriendo hacernos
ver que no todos los germanos eran nazis, que no todos los soldados con la
esvástica eran nazis, que había buenos alemanes “engañados”, especie de
rehabilitación de la sociedad alemana en la que se nos quiere hacer ver que
parte de ella era noble y no viles sanguinarios desalmados, también había que resarcir al pueblo alemán
ante tanto film en que se los demonizaba, sobre todo teniendo en cuenta que USA
y la Europa Occidental estaba en plena Guerra Fría, y la RFA era un pilar
básico contra la URSS y sus satélites tras el Telón de Acero. El guión es de
Edward Anhalt (“Becket”), adapta con libertad (relato los cambios más
relevantes en spoiler) la novela “The Young lions” (1949) del dramaturgo
neoyorkino Irwin Shaw (“Deseo bajo los olmos” u “Hombre rico, hombre pobre”),
que se inspiraba en sus propias experiencias como oficial estadounidense
durante la WWII, era judío como uno de los protagonistas de la historia.
Asimismo es de los primeros films que se trata el tremebundo tema de los campos
de Exterminio nazis. Fue un gran éxito comercial, obteniendo tres Oscars,
fotografía, sonido y música.
La historia arranca en los
Alpes bávaros en la Navidad de 1938, poco antes del inicio de la Segunda Guerra
Mundial, allí un instructor germano de
esquí, Christian Diestl (Marlon Brando), da clases a una
americana Margaret Freemantle (Barbara Rush), durante la fiesta de Fin de Año mantienen una conversación
sobre la convulsa situación política, ella cree que Hitler llevará al mundo a
la guerra, él piensa que el Dictador ha llevado la prosperidad y la dignidad a
una nación humillada. Ella vuelve a USA, y estalla la Segunda Guerra Mundial, Christian es idealista teniente en el ejército teutón, ejerciendo de
policía en la París ocupada, tiene como superior al convencido capitán nazi Hardenberg
(Maximilian Schell). Hay otra escenario en paralelo en USA, allí conocemos a
Michael Whiteacre (Dean Martin) y Noah
Ackerman (Montgomery Clift), se hacen amigos
durante su examen médico para alistarse en la US Army). Michael es cantante que
no desea ir a la guerra, tiene de pareja a Margaret, Noah es un apocado que
trabaja en una tienda, es judío, lo que le lleva a problemas de xenofobia en su
periodo de adiestramiento, tiene de pareja a la dulce Hope Plowman (Hope Lange). Tiene también importancia en la historia la esposa del
capitán Hardenberg, Gretchen (May Britt), y el sargento Brandt (Parley Baer)
como compañero de Christian.
Es un film en el que se intenta dar algo de dignidad a
los alemanes, se les muestra en situaciones cotidianas, amables,
confraternizando con mujeres, intentan motivar sus comportamientos (erróneos), visto
hoy día resulta algo irregular, cojea por la parte de la mirada americana,
demasiado blandita, el tema valiente en principio del antisemitismo de los
propios americanos queda un poco naif, y esta subtrama de Noah queda demasiado
similar a la de Prewitt en “De aquí a la eternidad”, además con el mismo actor
interpretándolo, la de Michael resulta regularmente expuesta, no te crees a
Dean Martin en este rol, se demasiado despreocupado para entender su mundo
interior en el que se debería exteriorizar su
lucha entre su cobardía y su sentido del deber. Al ver el film se siente
que este mosaico de situaciones a uno y al otro lado del frente de guerra queda
muy descompensado, uno lo que desea al ver el film es que se detengan más
tiempo en el lado alemán mucho más rico en matices y aristas.
Una historia de marcado carácter pacifista, que nos
habla del honor, de la cobardía, de la xenofobia, sobre todos los males que
acarrea la Guerra, explora a varios personajes micro para dar una visión macro
del conflicto y de la gente de abajo que guerreo en la WWII, se quiere dar una
proyección existencialista de las dudas y resquemores de estos protagonistas,
sus miedos, esperanzas, desilusiones, gente común arrastrada a la batalla por
diferentes motivos, el alemán por idealismo mal entendido, Noah al parecer por
reconocimiento, y Michael peleando contra sus sentimientos, se queda escasa en
este sentido, no logra hondura, se queda cortita, el relato intenta ocupar
demasiado espacio, esto entorpece la fluidez, siendo los personajes construidos
a base de líneas tópicas, escasamente perfiladas, donde las elipsis entorpecen
la comprensión y abundan en cierto modo cliché, entendiéndose medianamente
algunos comportamientos. En una cinta que se supone en contra de la guerra no
se habla de los motivos de esta. Tampoco
ayudan sus exiguas escenas de guerra, excepto el tramo del Norte de áfrica el
resto se sienten como trifulcas sin entidad alguna. Todas estas taras se
podrían haber pulido eliminado todo lo referente a los americanos, y dentro de
esta subtrama de los dos americanos brilla aún más por su nulo peso emocional
sus romances, pesos muertos que rozan la cursilería, incluso como bien he leído
se repiten las mismas situaciones añadiendo la de Christian con la francesa, la mujer se enfada con el hombre (Michael, Noah
y Christian) y termina besándolo, remarco que con únicamente el lado teutón
habría habido más solidez y no la dispersión que reluce el argumento, que
avanza a trompicones, se podría haber ahondado en las contradicciones de los
personajes, en su derrumbe moral, en su agonía interna, en la odisea vital que
se atisba pero no se profundiza de Christian.
El elenco actoral de principio chirría, se nota son
personajes para jóvenes, y estos actores están ya más que tayuditos, resultan
de inicio forzados. Marlon Brando de rubio platino está en su línea de enorme
actor que transmite con solo una mirada, hablando genuinamente con acento
alemán, sabe transmitir el arco de desarrollo que es su rol, del idealismo, la
esperanza, la ilusión, la incomprensión, el hastío, a la rabia, y el colapso emocional,
el ejemplo del hombre de nobles e íntegros pensamientos que se ve arrollado por
un tsunami de patriotismo mal entendido, tan humanizable hizo a su Christian
que fue criticado. Montgomery Clift es el que parece mayor de todos (es el
primer papel tras su famoso accidente de coche que le causo parálisis facial
parcial), a pesar de esto da bien con el tipo retraído, pero con mucho coraje,
obstinado y testarudo, aún así me falta más introspección para saber de dónde
le viene tanta tortura interior, tanto sufrimiento que deja entrever, y lo
dicho, un calco de su Prewitt. Fue la única vez que coincidieron en un film
Brando y Clift, dos símbolos del método del Actor’s Studio, aunque no comparten
escena alguna. Dean Martin (otro muy mayor para el rol) hace de un cantante
frívolo y cobarde que se siente atacado por su sentido del deber, pues todo
esto queda malamente exhibido por un actor fuera de lugar, le queda muy grande
el personaje, un tipo que debería haber sido más rico en matices, queda muy
plano dando bandazos, y siempre con rostro de embaucador, como curiosidad Dean
estuvo en el ejército, peros sin salir de USA, fue dado de alta por una hernia,
fue el regreso al cine de Dean tras la disolución de su pareja artística con
Jerry Lewis, Tony Randall era el actor
elegido en principio para Michael. Maximilian Schell realiza una
muy sentida actuación, vigorosa, carismática y de fuerte carácter. Parley Baer da una muy buena y simpática
encarnación de un alemán despreocupado, alejado de cualquier ideología. Hope
Lange resulta una muy enternecedora presencia, aporta poco. La actriz franco-italiana Liliane Montevecchi dota de tridimensionalidad a
su Francisca. La mejor de las actrices es la bellísima sueca May Britt, que con
apenas dos escenas deja una gran huella de femme fatale, sibilina y
manipuladora.
La puesta en escena es
correcta, con buena dirección de arte Addison Hehr (“La Conquista del Oeste”) y
Lyle R. Wheeler (“Lo que el viento se llevó”) rodándose en multitud de
escenario, el desierto de Mojave (Arizona, USA), haciendo de Norte de África,
Bas-Rhin (Alsacia, Francia) para el campo de concentración Natzweiler, en
Berlín, en París, Estrasburgo (Alsacia)y
los jardines del Castillo de Chantilly (Francia) para el parque parisino, ofreciendo
un gran grado de realismo, potenciado por la notable fotografía de Joseph MacDonald (“Viva Zapata!), rodada en
Cinemascope, en glorioso b/n para relazar
el tono de autenticidad, con una tonalidad grisácea, cercana al documental, y
esto adornado por la buena música de Hugo Friedhofer (“Arsénico por compasión”), sabiendo
jugar con los diferentes ambientes, añadiendo un tema para cada protagonista, acunando
la acción de modo suave, sin abusar.
Hay un elemento que cruje
bastante, y es que los alemanes hablen en inglés.
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EDWARD DMYTRYK |
El director Edward Dmytryk fue un miembro original los Diez de Hollywood, La Lista
Negra, escritores, directores y productores sospechosos de pro-comunistas, que
utilizaban su poder para colocar mensajes izquierdistas en sus films, pasó
varios meses en la cárcel por no delatar a otros miembros del partido ante el
Cómite presidido por el pérfido senador McCarthy, en la nefasta Caza de Brujas,
al final dio varios nombres a los que acusó de de empujarle a dar mensajes
subversivos en sus trabajos. Tras esto se trasladó a Londres a seguir
dirigiendo desde allí.
Spoiler:
Momentos recordables: El
bucólico tramo inicial en el que arranca como una cinta romántica, un profesor
de esquí intimando con su alumna, con esa caliente escena con los dos tirados
en la nieve, y Brando improvisando haciendo de las suyas, comiendo nieve
(recuerda al juego con los guantes en “La ley del silencio”), todo idílico,
hasta que explota la realidad en la fiesta, salen a relucir los nazis; La
premonitoria frase de Michael <He leído todos los libros. En diez años
vamos a ser amigos íntimos de los alemanes y de los japoneses. Entonces
voy a estar bastante molesto de que me mataron>; La pelea de Noah con los
soldados que le han robado, me recuerda a la de “Los tres mosqueteros”, cuando
D’artagnan al principio tiene tres duelos; En el desierto del Norte de África,
el tiroteo del comando nazi a un grupo de ingleses, los acribillan, acabando por ejecutar a los
heridos, sanguinario; La extraña huida en moto por el desierto de Christian y Hardenberg, pidiendo el capitán a Christian que le insulte para
mantenerse despierto; Las dos visitas a Berlín que Christian hace a Gretchen,
la esposa de Hardenberg, en la primera Berlín resplandece, los niños juegan en
las calles, el piso de Gretchen es lujoso, viste glamurosamente, en la segunda
visita la guerra los alemanes la tienen perdida, esto se refleja en los
edificios derruidos, ahora solo se ve a un niño, y le falta una pierna; Cuando
Christian en su vagar perdido llega a lo que él cree un campo de prisioneros,
es recibido por el jefe del recinto, este le cuenta fríamente el ajetreo que
tienen con las órdenes de exterminar a todos los judíos que tienen allí,
entonces Christian abre los ojos realmente y se da cuenta del régimen al que
servía; La impactante visión de los americanos al liberar un campo de
concentración, abren un barracón y ven a un gran grupo de prisioneros con los
“famosos” trajes a rayas, desde entonces se han visto mejores recreaciones,
pero hay que tener en cuenta que esta es probablemente la primera en cine.
Los
cambios más destacados entre el libro de Irving Shaw y el film: En el film, el soldado alemán Christian se retrata con más
simpatía, es un hombre decente engañado, en lugar de ser seducido y corrompido
por los gobernantes nazis, se desilusiona cada vez más y renuncia a la causa nazi
en el tramo final, en la novela Christian es un buen hombre que a medida que
avanza la trama se convierte en un ferviente nazi que se endurece cada vez más
por las experiencias; En la confrontación final de novela, Christian tiende una
emboscada a dos soldados estadounidenses (Michael y Noah), dispara primero y
mata a Noah y luego es asesinado por Michael, en el film, Christian, tras haber
destrozado su arma irritado tras ser testigo de los horrores campo de
concentración, es avistado mientras vaga por el bosque por dos soldados
americanos (Michael y Noah) y es baleado por ellos sin mediar palabra,
dejándolo allí tirado, esto en el enfoque revisionista hacia los alemanes es
como un acto (cristiano) de expiación de sus pecados, incluso Marlon Brando
quiso que al morir su personaje adoptara la pose un crucificado, Montgomery
Clift amenazó que si esto ocurría se iba, tampoco era esto del agrado del
realizador; Shaw dijo no le gustaban los cambios de su novela en la versión
cine, remarcó que se rebajó el antisemitismo que Noah sufre, con respecto a su
libro.
En conjunto, sumado lo bueno y
malo, añadiendo el plus valentía por los temas tocados me da una interesante
propuesta, pero arrugada por el inexorable paso del tiempo que le ha
deshilachado las costuras. Fuerza y honor!!!
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