JOHN WICK.
Más que
interesante y sugestiva ópera prima en la realización de un largo de los
realizadores Chad
Stahelski y David Leitch, realizadores de segunda unidad en escenas de acción
en films como “Matrix”, “300” o “Sherlock Holmes: Juego de sombras”, además de dobles-especialistas
(Stahelski fue el doble de Brandon Lee cuando este falleció por “accidente”
durante el rodaje de “The Crow”, también lo fue en “Matrix” de Reeves),
demuestran tener grandes dotes para la creación de atmósferas, y para la
composición fresca de escenas de acción que rezuman originalidad. Es una
producción de bajo presupuesto, apenas 20 millones $ que lucen como una
superproducción, ayudando unos actores que cumplen con mérito, sobresaliendo un
protagonista Keanu Reeves al que el rol le sienta magníficamente para lucirse.
Los directores tienen sus referentes en Sergio Leone con su “El bueno, El Feo y
El malo” (1966), supongo por lo de los duelos y los tipos profesionales e
hieráticos, John Boorman con su “A quemarropa” (1967), por los de los
mercenarios, Jean Pierre Melville con “Le samurai” (1970), por lo de la
personalidad solitaria de cuasi-ronin del protagonista, John Woo con “The
killer” (1989), por lo de la acción sangrienta trepidante. No es una historia
original, lo de un asesino retirado que debe volver a matar por venganza, o por
la “torpeza” del hijo idiota de un poderoso-mafioso, resulta bastante manido,
de hace poco recuerdo “Una noche para sobrevivir”, y de hace más “El último
tren a Gun Hill”, pero los realizadores le insuflan chispa novedosa y una vena
de humor negro muy estimulante, asimismo no aspiran a más que a hacer un
producto entretenido, con el que pases un rato ameno, transportándote a un
mundo hiperrealista dominado por una bizarra logia de mercenarios, en lo que es
algo muy cercano por su estética a una novela gráfica. Este es uno de esos
casos en que se agradece estén preparando una secuela sus directores Stahelski
y Leitch.
John Wick (Keanu Reeves), acaba de perder a su esposa Helen (Bridget Moynahan) tras una enfermedad letal, recibe el regalo
póstumo de ella en la forma de un cachorro beagle llamada Daisy, junto con una
carta de ella diciendo que espera el perrito le haga buena compañía. Wick
intenta fogar su rabia por la dura perdida conduciendo su `69 Mustang junto a
Daisy. En una gasolinera, se encuentra con un trío de rusos, el líder Iosef (Alfie Allen) queda
prendado del auto y le pide precio, Wick le dice que no. Por la noche los tres
rusos van a su casa a robarle el coche, antes le dan una paliza a Wick y además
matan cruelmente a Daisy. Tras esto descubrimos el sanguinario pasado de Wick,
que clamará venganza. En la historia tienen importancia personajes como Viggo
Tarasov (Michael Nyqvist), el capo mafioso padre de Iosef, Marcus (Willem
Dafoe), asesino a sueldo amigo de Wick, Winston (Ian McShane), propietario del
santuario de mercenarios, el Hotel Continental,
Aurelio (John Leguizamo), mecánico que desguaza vehículos robados, oel
gerente del Hotel continental (Lance Redick).
El film comenzó en el
guionista Derek Kolstad, con un guión titulado “Scorn”, cimentando sus bases en
el neo-noir, con el tema de la venganza, con protagonismo de un antihéroe asesino
a sueldo retirado que vuelve a su sangriento mundo a buscar vendetta, Kolstad
lo describe así <El peor hombre de la existencia encontró la salvación [...]
Cuando la fuente de su salvación es arrancada de él [...] Las puertas del Hades se abren?>. Para el guionista Alistair MacLean y Stephen King fueron influencias en la creación
de la historia John Wick, en términos de caracterización y construcción de su
mundo, afirmando que MacLean podría haberlo construido, y King podría
sorprendernos con lo que el personaje principal era capaz>. El guión de Kolstad
formó parte de la “Black List” del 2012, lista anual de los mejores guiones de
Hollywood no realizados. La compañía Thunder Road Pictures compró el guión en
diciembre de 2012, Kolstad aceptó con la condición de hacerla de inmediato. El
jefe de la compañía Basil Iwanyk se sintió atraído por el protagonista,
diciendo <El tono del guión era subversiva y muy divertido>, en el guión
original John Wick tenía unos 65 años, esto para dar credibilidad a su
legendaria figura, Iwanyk hizo
cambiar la edad para dar cabida en el proyecto de protagonista a Keanu Reeves,
al que por su tiempo en el cine se puede ver como experimentado. Reeves quedó
encantado con el guión, el actor y Kolstad colaboraron estrechamente en el desarrollo
del guión e historia, el título
cambiado posteriormente a John Wick, según Kolstad <Keanu le gusta el
nombre tanto, que Reeves decía a todos que él estaba haciendo una película
llamada 'John Wick'">, y los
productores estuvieron de acuerdo en cambiar el título. Reeves contactó con
Chad Stahelski y David Leitch, directores de segunda unidad en escenas de
acción, a los que conoció en el rodaje de “Matrix”, por si estaban interesados en coreografiar y dirigir las escenas de acción. Tras leer el guión Stahelski
y Leitch, ambos desearon involucrarse en el proyecto como directores, teniendo de aliado
para realizarla a Reeves, consiguiendo los dos hacer su debut en la dirección,
aunque el Sindicato de Directores de
América sólo dio a Stahelski el crédito de director, Leitch acreditado como
productor.
El guión es de enorme
simpleza, no hay giros sorpresa, no intenta hacer introspección mínima de
personajes, no se entretiene en diálogos rancios, no engaña, va a lo que va, lo
porfía todo, a falta de originalidad, a la creación de un personaje con aura de
leyenda, enmarcado en un universo propio, cercano al espíritu comic, donde no
existen los buenos, todos son malos, solo que unos más que otros, ello poblado
de asesinos con especie de cultura antigua, se mueven con la unidad monetaria
de monedas de oro antiguas (doblones), tienen equipos de limpieza para “sanear”
las escenas de sus negocios, estilo Sr. Lobo (“Pulp fiction”), tienen un Hotel
Santuario, el Continental, lugar de reparaciones y libre de violencia, donde
incluso los policías no se extrañan al ver un pasillo repleto de cadáveres, y
en este microcosmos John Wick nos es erigido como un ser cuasi-sobrenatural,
ello a través de los comentarios de la gente que le conoce que le confiere un
aura cuasi-mística diciendo de él que el que se manda a matar al hombre del
saco. Pero para llegar hay en el inicio del film lo contrastan con lo que nos
espera, vemos a alguien frágil, vulnerable, alicaído, acaba de perder por
enfermedad a su esposa, hasta que un camorrista se mete con la persona
equivocada, y vemos una de los grandes momentos del film, John Wick con un
marro destroza el suelo de su garaje para desenterrar físicamente su pasado,
ante nuestros luce este, sus armas y sus doblones de oro, la Bestia ha
despertado, o como le apodan el "Boogeyman”, las puertas del Infierno se
han abierto.
Es una refrescante propuesta
que desempolva el thriller ochentera para darle brillo, aún con sus lagunas en
el argumento, sabe taparlas a base de una acción imperialmente diseñada y
coreografiada, una acción violenta, desenfrenada, sangrienta, vibrante, adrenalítica,
es como montarse en el Dragon Kan, desde que comienza esta apenas da descanso, sumiéndonos
en una bacanal de disparos, peleas, explosiones, sangre, muertos, huesos rotos,
gimkanas espectaculares, “danzas” de violencia fraguadas de modo enérgico , con
un sentido del ritmo endiablado, donde las escenas de acción se encadenan una a
otra, la invasión del hogar, la de la habitación del hotel, la del Club Círculo
Rojo, la de la Iglesia, la del parking de esta, y más. Las singulares y
espectaculares secuencias de acción se inspiran en el cine anime y el de artes
marciales, con soberbias y extenuantes coreografías con reminiscencias al
manga, donde Wick se convierte en una especie de samurái, en el que cambia la
katana por armas de fuego. Wick se mueve por la pantalla de modo armonioso,
equilibrado, con movimientos enérgicos, siempre rematando a sus enemigos en la cabeza,
sublime, luchas que rezuman innovación, con extraordinarias tomas largas,
sumado a esplendidos travellings.
El film detenta un sentido del
humor retorcido, que gotea por el metraje: como cuando la policía llega a la
casa de John Wick tras una masacre, abre el dueño e el poli ve la entrada
cubierta de tipos sangrando, el poli de modo flemático le pide arregle el
desaguisado; o el modo frío en que el conserje del hotel trata a sus clientes
cuando los malheridos; o cuando en este mismo hotel telefonean a una habitación
por el ruido, en realidad hay una pelea a muerte; o cuando el referido conserje
se disculpa por los huéspedes no invitados, en realidad asesinos; o el lenguaje
a base de eufemismos con que se expresa este submundo.
Por supuesto que el film no es
redondo, ni lo pretende, su guión soportaría escasamente un análisis, toda la
trama está generada por una serie de coincidencias bastante difíciles de
creer, con arco de desarrollo de
personajes nulo, no sabremos nada de Wick en toda la cinta, a excepción de su
sed de venganza, el resto es más superficial que una mesa. Pero quizás lo que
más le achaco es un clímax final a la altura del resto de la película, resulta
ordinario para lo que se espera con respecto a lo visto
Puesta en escena
memorable, solo 20 millones que lucen como una megaproducción, con un fabuloso
diseño de producción de Dan Leigh (“Olvidate de mi”, “The burning plain” o
“Warrior”), creando un microcosmos opresivo, cerrado, turbio, colocándonos
primero en la diáfana y luminosa vivienda apartada de John Wick para después
sumirnos en la semioscuridad de la urbe neoyorkina, el perturbador hotel “Continental” (el edificio Haru Sushi, en la 82
Beaver St. en Nueva York) o los baños del club social, el diseñador dijo sobre su
labor <Me acerqué a la historia como
una fábula, con lazos con la idea de una novela gráfica, con una manifestación
visual que trascendiera la realidad>, y esto atomizado por la fascinante
fotografía de Jonathan Sela (“The Omen”,
“Max Payne” o “Un buen día para morir”), que para potenciar la sensación
cuasi-onírica rueda con cámara digital Arri Alexa XT, en formato 2.39:1, usando lentes anamórficas y
esféricas, con tonalidades grisáceas, marrones y verdosas, provocando en el
espectador sensación vintage, con encuadres sinuosos, dando sensación de estar
pasando viñetas de un comic electrizante, con mágicas tomas aéreas nocturnas de
Nueva York, y esto enaltecido por la fenomenal música de Tyler Bates y Joel J. Richard, sumado al
de Scott Tixier, sumándose temas de Marilyn Manson " Killing Strangers” y
T-Bo y Bengie B "Get Money ", The candy Shop Boys “Evil Man Blues”, y
de Le Castle Vania que añadió música adicional, envolviendo
la acción en un frenesí subyugante.
Keanu Reeves realiza una
actuación notable, un rol que le sienta estupendamente a su porte hierático,
desprende carácter fuerte, carisma, taciturnidad, dota a su John de energía,
vigor, y de una tremebunda fisicidad, muy bueno en su monólogo para sobre lo
que significó para él la muerte de su perro. Michael Nyqvist es
el villano, muy apropiado al tono del film su vis cínica, se nota se lo pasó en
grande. Alfie Allen resulta un tanto pasado en personaje de tonto útil para
hacer explosionar la orgia de muerte. Willem Dafoe demuestra lo gran actor que
es, su sola y escasa presencia da empaque al film. Ian McShane impregna de majestuosidad
y fuerte personalidad a su corto rol. Lance Reddick gerente del hotel exhibe
una flema delirante. Adrianne Palicki se nota que bastante de
su personaje se perdió en la sala de montaje, pues resulta algo confuso su
comportamiento, seguro tenía más peso dramático.
Spoiler:
Momentos
recordables, algunos ya comentados: El tiroteo en la casa de John Wick, donde
la cinta empieza a dejar pistas de su gran trabajo en la acción, peleas,
tiroteos, muertos, cámara, trepidante; La frase de Viggo Tarasov sobre John
Wick <Es el tipo que mandas para matar al hombre del saco>; La mejor
escena de acción del film, una de las mejores que recuerdo en mucho tiempo, es
la que acontece en el Club Círculo rojo, John entra a saco para matar a Iosef,
que está en los baños turcos con unas chicas, unos movimientos perfectamente
medidos, para una orgia de disparos, cuchillazos, puñetazos, sangre y muchos
muertos, todo rodado con luz tenue, sobresaliendo los tonos rojos y azules
estroboscópicas, sensacional;
La pelea con la
asesina con John en la habitación del hotel; El tramo en la Iglesia; El
atronador tiroteo en el parking; El vertiginoso modo en que consigue penetrar
en la guarida de Iosef y cumplir su venganza.
Según los directores, el
primer montaje era de 2 horas 20 minutos de duración, no revelando nada acerca del
tiempo cercenado (39 minutos), ellos mencionan que la lucha final entre John y
Viggo era más extensa, la redujeron, ambos reconocieron que Viggo en realidad
no debería suponer gran amenaza física para Wick.
Recomendable a
los amantes de la acción sobresaliente, rodada de modo original, y sumergiéndote
en un universo singular. Fuerza y honor!!!
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