EN EL NOMBRE DEL
PADRE.
Jim Sheridan
en su condición de director y guionista nos regala una de las obras más
impactantes de los 90, un notable film denuncia social, basado libremente en la
verdadera historia de Gerry Conlon, uno de los 4 de Guilford, los cuales fueron
encarcelados en 1974 por error acusados de pertenecer al IRA y de cometer un
atentado en pub inglés con 5 muertos y decenas de heridos. El film en su día me
causo un gran impacto, me dejó en estado de shock su primera visión, me conmocionó
el saber de una historia de injusticia tan escalofriante, contada de un modo
estremecedor, soliviantándote, poniéndote en la piel del protagonista y
sintiéndote un moderno Joseph K. en “El Proceso”. Una ácida crítica a las
grietas de un sistema judicial que se puede manipular para satisfacer a una
masa ansiosa de venganza, de detener un
chivo expiatorio que satisfaga la imperiosa de encontrar a un culpable, esta
ansia puede derivar en la corrupción hipertóxica de los mecanismos que mueven
investigaciones. El guión del propio realizador irlandés junto a Terry George se basa en el libro autobiográfico “Proved
Inocent” escrito por Gerry Conlon, en el que se nos relata una Magna historia
de superación, de evolución personal, de prejuicios, de injusticias, de
frustración, de redención, de dignidad personal, de lo complicado de las
relaciones intergeneracionales paterno-filiales, con un desarrollo muy fluido,
mezclando varios géneros, el thriller, el carcelario, el judicial, el
melodrama, con diálogos de hondura, con situaciones turbadoras, y con unos
protagonistas en estado de gracia, una portentosa fuerza de la naturaleza como
Daniel Day Lewis junto a un majestuoso Pete Postlethwaite,
y entre los dos una química profunda que hace que el film fluya con un enorme
atractivo.
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Giuseppe Conlon - Pete Postlethwaite |
El protagonista es Gerry Conlon
(enorme Daniel Day-Lewis), es un ladronzuelo que malvive en la Belfast e
primeros de los 70, una ciudad convulsa por el conflicto entre pro-ingleses y
el IRA. Tras un altercado que pone en peligro a Gerry su padre Giuseppe (gran
Pete Postlethwaite), un afable hombre que trabaja en una casa de apuestas, lo
envía a Londres a casa de su tía, para se aleje dela deprimente urbe y
encuentre trabajo honrado. Gerry tiene otros planes, por casualidad se une a un
viejo amigo, Paul Hill (buen John Lynch), en la capital inglesa se unen a una
comuna hippy que está de ocupa en un edificio. Londres se encuentra en plena
ola de atentados del IRA, a Las 8 de la tarde del 5 de octubre de 1975, en uno
de ellos mueren cinco persona y resultan heridas sesenta y cinco, en pub en
Guilford, esto sucede el mismo día que Gerry y Paul se han peleado con los de
la comuna y pasan la noche fuera, tras lo que vuelven a Belfast. Pero uno de
los hippys les acusa de pro-Ira y el Ejército Británico los detiene,
produciéndose un terrible y agónico interrogatorio, dirigido por Robert Dixon (CorinRedgrave), Gerry es
encarcelado. El padre intentando ayudarle viaja a Londres y allí es detenido
como cómplice del atentado, reuniéndose en prisión con su hijo, comenzando una
odisea vital de años que sacará lo mejor y lo peor de cada uno. En la historia
tiene gran importancia la abogada Gareth Peirce (Emma Thompson), que defenderá
con ahínco la inocencia de los acusados.
Un drama
intenso y desgarrador, un brutal alegato en favor de la Dignidad Humana y de la
Justicia, narración dura, comprometida, emotiva, emocionante. Te atrapa ya
desde el arranque, mezcla con inteligencia el drama más truculento con sabrosas
dosis de humor que hacen digerible el brutal relato, consiguiendo en sus picos
de estremecimiento que se te pueda escapar alguna lagrima. Asimismo resulta un
formidable estudio de caracteres, un punzante análisis psicológico de una
interrelación padre-hijo, se desarrolla en base sobre todo a recuerdos, a
diálogos excelsos, a situaciones de un
gran simbolismo, una fascinante introspección de personalidades
contrapuestas, con sensibilidad, que no sensiblería, evoluciona su trato con
momentos perturbadores, que te hacen poner el vello de punta, con resquemores
del pasado que salen a flote en los resquemores de Gerry, con un padre
comprensivo que sabe aguantar con orgullo los males que padece, nos muestran
una gradual y creíble evolución del protagonista, del gamberro, pasando por el
nihilista, el iracundo, hasta llegar al concienciado, gracias sobre todo a la
fe de su padre en aguantar, en lo que es una relación de una ternura
enervadora.
Es un film
que en su día se le atacó por defender
al IRA, el independentismo irlandés, cuando Sheridan guarda una gran
equidistancia, muestra lo malo de uno y otro, expone un caso real de
injusticia, que cometieron los británicos, mal que les pese, un claro caso de
manipulación policial, pero por otro lado exhibe las lacras del terrorismo IRA,
como cuando van disparar a la rodilla de Gerry como castigo, vemos como el IRA
de la prisión, McAndrew se comporta como un mafiosillo amenazando cual gangster
a la familia de un recluso, o cuando quema a un guardia, es la sin razón de la
violencia, y sobre todo, lo primero que vemos en el film es el atentado de
Guilford, con inocentes saltando por los aires por la barbarie terrorista.
La puesta en escena es
sobresaliente, con un brillante diseño de producción de Caroline Aimes (“Copyng
Beethoven”) recreando con autenticidad la prisión en la de Kilmainham de
Dublín, rodándose también en la capital irlandesa, en Liverpool, Londres, esto
fotografiado con tremendo vigor por Peter Biziou (“La vida de Brian”, “Arde
Mississippi” o “El Show de Truman”), jugando con variaciones de movimientos,
primeros expresivos planos, picados, contrapicados, sumándose la vibrante música
de Trevor Jones (“Notting Hill”, “Dark City” o “El último mohicano”),
moviéndose con ritmo por los diferentes tonos, melancolía, furia, desazón,
añadiéndose canciones como “You made me
the thief of your heart”, cantado por de Sinéad
O'Connor y escrita por Bono , Gavin Friday y Maurice Seezer, "Voodoo Child (Slight Return)" interpretada
por The Jimi
Hendrix Experience, o la canción
"Like a Rolling Stone" de Bob dylan (no incluida en el álbum debido a
restricciones de licencia), el resultado es una turbadora inmersión en
mimetizarnos con lo que siente Gerry, Grandioso.
Daniel Day-Lewis realiza una
actuación sensacional, un volcán en plena ebullición, un titán de una poderosa
personalidad, desbordando una veraz evolución, de su gamberrismo, con un
pronunciado acento norirlandés, llegando
a sus sufrimiento en los interrogatorio, su impotencia, su rebeldía, sus
miedos, su rabia, y su esperanza, con un lenguaje gestual que refleja el
espíritu de Gerry, el actor para prepararse perdió más de 50 libras de peso,
pasó tres y días y sus noches en una celda de una prisión, contrató a unos
matones para que cada 10 minutos golpearan su puerta con tazas, fue interrogado
por tres equipos de la Brigada Especial durante 9 horas, que le tiraban agua
fría mientras lo insultaban, todo con tal de meterse en el rol. Pete
Postlethwaite está impresionante, el papel de su vida, con contención, sobriedad,
mesura, ternura, con dignidad, sobrelleva con decoro su dolor, sabe trasladarnos
honradez y nobleza en la peor de las situaciones, en los choques con su díscolo
hijo, muy dulce cuando le cuenta a su hijo que todos los días desde que está en
prisión sale a pasear con su mujer por Belfast, trémulo. Y entre Lewis y
Postlethwaite se establece una química que hace saltar chispas por sus disputas
de amor-odio, maravilloso. Emma Thompson interpreta con garra a la abogada que
cree en la inocencia de los acusados, la encarna con pasión, tiene su gran
momento en su discurso final ante el juez, que nos hace remover la conciencia.
La cinta es de las que la
primera vez que la vez te deja exhausto por el impacto que te deja, la segunda
ya le ves algunas grietas, tienen que ver con elementos mal manejados, que la
historia sea en flash-back no tiene mucho sentido orgánico, rompe el ritmo, mete
a un personaje que no sabemos por qué tiene tanta fe en los encarcelados, de la
nada la vemos entusiasmada con defenderlos, otro defectillo es la bajada
también de algo de ritmo a partir de que el padre muere, el film, al igual que
el protagonista nos sentimos huérfanos de la brújula moral que era este gran
personaje, otra tara tienen que ver con que la fuerza central de la historia
viene del enfrentamiento padre-hijo que tiene el mayor tiempo en prisión, te
hacen estremecer su relación, pues bien te da cierto bajón al enterarte que fue
mentira, nunca compartieron celda, hay más alteraciones de la verdad que al
enterarte te hacen bajar la nota, no porque
no acepte estos elementos en historias reales, es que en esta el hecho
de que ocurrió realmente es lo que te hace empatizar con el protagonista, como
si ya de por si no fuera suficientemente duro, añado en spoiler.



Momentos para el recuerdo: El trepidante inicio, contando en off Gerry, bajo
los colosales acordes de Bono (U2) cantando el tema principal de la banda
sonora (“In the name of the father”), vemos primero la escenificación cruda del
atentado al pub de Guilford, tras lo que nos adentramos en la historia de cómo
empezó su odisea Gerry, con una secuencia magistral reflejando el caos con el
que se inicia una tremebunda revuelta en Belfast, la cámara se convierte en un
personaje más, con energía y vigor exuberante., moviéndonos por tejados,
callejuelas estrechas, dentro de casas que parecen laberínticas, acabando en un
cruento enfrentamiento entre el ejército y los civiles, teniendo un formidable
epílogo, el IRA ha detenido a Gerry y se proponen ejercer su propia justicia,
le pegaran un tiro en la rodilla, la hermana pequeña alerta al padre que está
trabajando, corre despavorido entre la muchedumbre, cruzando con un pañuelo blanco el frente ejército-manifestantes, llega exhausto a donde tienen a Gerry,
y suplica por que lo dejen libre, aterrador; La charla que tienen Gerry y su
padre entes de subir al barco que le llevara a Inglaterra, dejando ya entrever
las heridas; El tremebundo tramo de las torturas, toda una macabra lección de
cómo hacer confesar algo sin dar palizas físicas, se atienen a la vejación
psicológica, se hace agónico, eterno, insufrible; Surrealistas tramos de humor
que dan idea de las mentes inocentes de los acusados, cuando un interrogador
enarbola una de las pruebas, los guantes de fregar de la tía Anne Maguire, la tilda como la artificiera que
creaba los explosivos, Gerry cínicamente apostilla <Si hombre, mi tía Anne
Maguire construyó la bomba y la madre Teresa la colocó>; O siguiendo con el
humor retorcido, durante el primer juicio juegan despreocupadamente los acusados, amarran las
pelucas de los abogados, o juegan al ahorcado; Las estremecedoras charlas
carcelarias entre Gerry y su padre, donde Gerry le espeta sus resquemores,
cuando cuenta lo del partido de futbol y como el padre le achacaba algo, Gerry
cabreado escribió el nombre en el suelo y meo sobre él, o cuando le cuenta Gerry
que deseaba fuera verdad lo mataran sus torturadores, o cuando Giusseppe le
hace jurar no volverá a drogarse, Gerry dice mientras viva padre, y Giusseppe
le exige fuera mientras viva él; Tramo de humor sutil, cuando Gerry se junta
con los jamaicanos, están haciendo un puzle del mapamundi, al menos eso parece,
en realidad las piezas están hechas de LSD, y Gerry se une a ellos drogándose
con Irlanda, muy alegórico y divertido, y de fondo se oye Bob Marley; La
escalofriante secuencia del ataque del IRA en la cárcel al guardia jefe, de una
planificación y ejecución sibarita, con el simbólico telón de fondo de la
proyección del film “El Padrino”, donde vemos a al padre, Vito, y al hijo,
Michael conversar, alegoría doble, por un lado la mafia que es el IRA, y por
otro la relación padre-hijo que es el jugo del film, ello coronado por el
perturbador epílogo, Gerry se cruza con el terrorista IRA John McAndrew y
mirándole fijamente le espeta dolorido <Yo también se mirar a los ojos sin
pestañear>; Uno de los grandes picos de emoción del film, de un lirismo
exacerbado, sucede cuando el padre de Gerry, Giusseppe, muere en el hospital,
la noticia corre como la pólvora por la prisión, comenzando una silenciosa
manifestación de homenaje al fallecido, los presos cada uno en sus celdas,
enrollan trozos de papel y les prenden fuego, tras lo que estas candelas las
lanzan por las ventanas, produciéndose en la noche una Hermosísima imagen nocturna
con una especie de lágrimas de fuego inundando el patio de la prisión con el
simbólico dolor de la gente que lo quería; El tramo angustiado en que Gerry
está apañando una cinta de casete y de pronto le viene un ataque de locura, sin
duda debido a la impotencia de lo que le ocurre, destroza la celda y se lía la
cinta al cuerpo; El vibrante tramo
final, comienza con el juicio de revisión y tras 15 años, la abogada de los 4,
Gareth Peirce, tras presentar las nuevas pruebas que se le habían ocultado a la
defensa, pronuncia un rabioso discurso, recordando que el juez que tres
lustrosa atrás los juzgó dijo que no hubiera tenido problemas en condenarlos a
muerte, un muy sentido discurso, el juez tras una deliberación los pone en
libertad uno tras uno, a Gerry le pide la policía que ante el revuelo de gente
afuera salga por la puerta de atrás, entonces él comenta que es Libre y saldrá
por la puerta principal, y lo vemos andar sobre los bancos de la sala y tirando la chaqueta, sale decidido a la
calle donde le espera el gentío para apoyarle y los medios de comunicación
donde realiza un enardecido discurso contra las injusticias sufridas, y
comienza a sonar la preciosa canción de Sinead O´Connor “You made me the thief of your heart”, no te has emocionado en este clímax, háztelo
mirar.
Lo de
alterar los hechos reales y que me hace bajar la percepción del film: En un
tramo vemos que a la prisión de Gerry llega un terrorista IRA, Joe McAndrew, este le cuenta al protagonista que fue el
que hizo el atentado de Guilford, le alecciona sobre lo que significa el IRA, y
por último se venga de un guardia quemándolo, Gerry por esto se enfrenta a él
duramente, pues todo esto es falso, supongo fue una concesión para mostrar el
comportamiento gangsteril del IRA, pues este segmento te impresiona por qué
piensas fue verdad, cuando sabes es ficción tu visión del film varia.
Film
recomendable a todos los que gusten de relatos duros de injusticia, dejando un
halo de esperanza en el ser humano, así como un estremecedor relato sobre las
complicadas relaciones paterno-filiales. Fuerza y honor!!!
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El Gerry Conlon real liberado |
La historia
real: El atentado se produjo el 5 de octubre de 1974 en un Pub de Guilford, los
4 de fueron detenidos por la policía británica solo dos días después de los
fatídicos hechos, se les retuvo bajo la nuevas leyes antiterroristas que permitían
retener a sospechosos de terrorismo hasta siete días sin cargo alguno, durante
este tiempo los acusados han dicho que se les torturaron hasta que se
autoinculparon. Gerry y Gisseppe jamás estuvieron en la misma celda como nos
cuenta el film. Tampoco existió el personaje del Ira al que da vida Don Baker,
el que cuenta ser el verdadero autor del atentado, y or consiguiente tampoco
tuvo lugar el intento de asesinar quemando al guardián de la prisión. El modo
en que fueron excarcelados no es el que se nos relata, el de que fueron unas
notas que la abogada encontró por casualidad en las que residía la coartada
para ser exculpados los condenados y que ponía no enseñar a la defensa, fue un
tecnicismo.
La historia
de Gerry ya liberado merece otra película. En mayo de 2009, Gerry lo contaba en un artículo escrito en primera
persona en ‘TheGuardian’, relataba las penurias tuvo que sufrir. "Todavía
es difícil describir lo que se siente al estar frente a una cadena perpetua por
algo que no hiciste. Durante los dos primeros años, aún tenía algo de
esperanza. Me gustaba oír el tintineo de las llaves y pensar que ese iba a ser
el momento en que los funcionarios de la prisión vendrían, abrirían la puerta y
nos dejarían libres". No sucedió. Así recordaba su "pesadilla".
"Orinaban en nuestra comida, defecaban en ella y metían cristales. Nos
golpeaban con calcetines rellenos con pilas (...). Vi dos personas asesinadas.
Vi suicidios. Vi a alguien prendiéndose fuego a sí mismo". Lo peor sin
duda fue el fallecimiento de su padre. "La primera luz no llegó hasta que
mi padre murió en la cárcel en 1980. Sus últimas palabras fueron: 'Mi muerte
será la clave para tu liberación'. Y resultó ser así, porque fue entonces
cuando varios diputados comenzaron a involucrarse. Fue un terrible precio a
pagar”.
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Los 4 de Guildford |
Tras su apoteósica salida de los juzgados, Gerry se sentía desorientado <Un día
estaba adentro y al siguiente era libre, y no tuve ninguna preparación. Debí
acostumbrarme a cruzar la calle, a elegir qué ropa comprar y qué comida comer.
Cuando me enfrentaba a la carta para elegir el menú, me quedaba en estado de
shock y pedía patatas fritas. Tardé semanas en acostumbrarme a que podía abrir
las puertas cerradas. La primera noche, un canal de televisión organizó una
fiesta en mi honor en un hotel de Londres, estaban mi madre y mis hermanas.
Cuando quedé solo en mi habitación sentí el impulso de acercarme a la ventana
para intentar hablar con la gente del cuarto de al lado. En la cárcel todos se
conocen y ahora estaba rodeado de extraños>.Se veía acosado por la
curiosidad que generaba entre sus paisanos, lo contó en una entrevista
concedida al diario británico 'TheIndependent'<La mitad de la gente que
conozco piensa que soy una especie de héroe, que no lo soy, y la otra mitad
cree que soy un terrorista, que nunca lo he sido. Y es peor aquí, en Belfast.
Voy a pubs y discotecas, y en los baños todo el mundo quiere estrechar mi mano,
y yo no sé dónde acaban de estar sus manos. Fui a Glasgow para ver el partido
Celtic-Rangers y gente que yo no conocía hacía cola para darme sus anillos de
boda. Es difícil vivir aquí ahora". "¿Ha cambiado Gerry?", le
preguntó el periodista a su madre haciendo referencia a que en la película, el
chico se volvía maduro, sensible, responsable... "No, sigo siendo más tonto
que un cepillo", contestó él.
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los 4 de Guildford |
En ‘The Telegraph’, en 2010, a
los pocos meses de salir de la cárcel se acordaba Gerry que regresó a casa de
su madre en Belfast para descansar, entonces sintió de golpe todo lo que había
sufrido <Salí del baño y mi padre, que había muerto años antes, estaba
sentado en el sofá vestido como en la prisión. Desde entonces no he sido capaz
de quitar esa terrible imagen de mi cabeza. Nunca tuve un pensamiento suicida
en la cárcel. Ahora los tengo todo el tiempo. No he sido capaz de tener una
relación, me enganché al alcohol y las drogas, es una pesadilla
constante". En la revista chilena 'Caras', desvelaba cómo fueron aquellos
años en los que se filmó 'En el nombre del padre' y trabó amistad con el actor
Johhny Depp <Hicieron la película y llegué a Hollywood. Tuve acceso a drogas
y me refugié en ellas. Pasé todo el primer tiempo del estreno de la película en
Los Ángeles, en el baño con Johnny Depp, metiéndome crack. No podía volver a
vivir a Belfast, aunque estaban mi madre y mis hermanas, con las cuales después
de todo lo que habíamos pasado no logré nunca más tener una relación normal.
Opté por irme a Estados Unidos, allí viví un tiempo en casa de Johnny (Depp)
con él y su madre. Ellos me ayudaron a restablecer una relación familiar. Aquel
mundo era muy tentador, pero un día me pregunté qué hacía yo allí. Era un
chupasangre de los famosos, mi historia les daba lástima. Muchos de ellos eran
unos hijos de puta con enorme talento. Johnny Depp, en cambio, es la persona
más buena que conocí en ese círculo. Un hombre de gran sensibilidad, humanidad
y coraje que a lo largo de los años nunca ha cambiado. Bono es otro que siempre
se ha preocupado por mí. En cada concierto que los U2 dan en el mundo mi nombre
aparece en la lista de invitados de honor". En general, la familia Conlon
quedó bastante contenta con la película, algunas cosas no se ajustaran a la
realidad, como el que Gerry y su padre compartieran la misma celda y aquel
ataque con fuego a un guardia. El propio Gerry quedó muy satisfecho con la
interpretación de Day-Lewis. Después de la ceremonia de los Oscar del 1994,
Gerry volvió a Londres. <Por aquellos días mi consumo de drogas y alcohol
había llegado a niveles peligrosos. Empecé a sentirme desconectado del mundo
real. No contestaba al teléfono. Viví siete años totalmente incomunicado, como
un monje. Hablaba por teléfono una vez al año con mi madre. Ahora entiendo que
mi situación era la de un hombre clínicamente deprimido y lo único que hacía
era repasar mentalmente mis 15 años en la cárcel>. Conlon vivió enojado
porque, a pesar de que su condena fue anulada, creía que las autoridades habían
hecho lo posible para que la gente pensara que su liberación había sido
cuestión de un tecnicismo, pero que en realidad eran culpables. También le
atormentaba el hecho de que nadie fuese castigado. Y estaba convencido de que
no fue solo la Policía quien mintió para mantenerles presos. En 1997 le dieron
medio millón de libras (625.000 euros) como indemnización. A su juicio, <Dar
dinero a las víctimas de este tipo es como darles una botella de whisky y un
revólver. Es como si me hubieran dicho: “Aquí está el dinero, ahora puedes
matarte”. Me lo dieron por encarcelarme y torturarme, por encarcelar a mi
padre, torturarlo y hacer que muriera en la cárcel. Y luego me dejaron que me
hundiera en las arenas movedizas de mis propias pesadillas. Desde salí de la
cárcel, he sufrido dos depresiones, he intentado suicidarme, he sido adicto a
las drogas y al alcohol. Aquella terrible experiencia nunca me ha abandonado.
El gobierno que me había encerrado no me proporcionó ninguna ayuda
psicológica>.
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Funeral de Gerry Conlon |
En 2005 recibió excusas
oficiales de Tony Blair: <Es una cuestión que hay que lamentar. Hubo un
error judicial en el caso de Gerard Conlon y todos los cuatro de Guilford, como
también Guiseppe Conlon y Anne Maguire y todos los Maguire. Reconozco el trauma
que la condena causó a los Conlon y a las familias Maguire y el estigma
asociado incorrectamente a ellos hasta el día de hoy>, firmó Blair. Gerry
expresó su alegría por este gesto de "gran sinceridad" y agradeció
que hablara con él y su familia: <Ayuda a cicatrizar heridas, pensé nunca
iba a llegar este día>, afirmó. En 2008 murió su madre. En el funeral se
encontró con una antigua novia que tuvo al salir de la cárcel. <Dos días
después me invitó a su casa y allí había una joven de unos 20 años mirándome.
Inmediatamente supe que era mi hija. En todos estos años ella nunca quiso
contactar conmigo porque no sabía cómo reaccionaría. Pero ahora estamos
recuperando el tiempo>, decía el año pasado a la revista 'Caras'. También se
reencontró con Paddy Joe Hill, de los 'Seis de Birmingham', otro irlandés
inocente encarcelado 16 años como responsable de la bomba colocada por el IRA
en otro pub y que le ofreció trabajar en una organización para ayudar a
personas que habían pasado por situaciones similares a las suyas. Paddy también
estaba destrozado; hablaba así en 2010 para ‘The Guardian': <La cárcel me
mató: estoy muerto. He tenido que explicar a mis hijos que no siento nada por
ellos. He tenido que decirles que preferiría pasar mi tiempo con extraños que
con ellos, porque no esperas sentir nada por los extraños. Casi nunca veo a mis
hijos ahora. No puedo manejar las relaciones>. Así
que pese a todos los padecimientos, un Gerry recuperado en sus últimos tiempos
gracias a tratamiento psicológico y psiquiátrico se dedicó a viajar por el
mundo para luchar por otros como él, incluso pidió la liberación de los
ciudadanos británicos presos en Guantánamo, a los que visitó in situ. <Hay
miles de errores judiciales en todo el mundo, buscamos los más graves para
ayudar, para brindar nuestra experiencia e intentar arrojar luz sobre temas de
los que nadie habla>, insistía él. <Tengo 55 años -decía en 2010-, y
tenía 20 años cuando me arrestaron, así que lo que nos pasó me ha arrebatado 35
años de mi vida. Ahora estoy con la chica que conocí cuando salí de la cárcel y
a la que debo una enorme gratitud. Otros no han tenido tanta suerte. Espero que
lo que nos pasó actúe siempre como recordatorio>. Gerry murió en su casa de
Belfast el 21 de junio de 2014, con 60 años, solo tres semanas después de que
le diagnosticaran cáncer de pulmón, su funeral se celebró en la catedral de
Saint Peter in Belfast.
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