lunes, 30 de junio de 2025

 


TABOO. (Serie TV 1TC)

 

Notable serie británica (8 episodios) creada para la BBC por Steven Knight (“Peaky Blinders”), el gran actor Tom Hardy y su padre, Edwards ‘Chips’ Hardy, basándose en una historia escrita por Tom y Chips. El danés Kristoffer Nyholm (“Forbrydelsen”) y el finés Anders Engström (“See”) dirigieron cuatro episodios cada uno. Knight y Tom Hardy trabajaron juntos previamente en el estupendo ejercicio de estilo (con el único escenario de un auto conducido en solitario por Hardy en tiempo real) que fue el film “Locke” de 2013 y en la popular serie de televisión Peaky Blinders. En este caso un thriller de época maravillosamente ambientado, rezumando realismo en su suciedad que cala, en sus escenarios pestilentes que traspasan la pantalla, en sus palacios, los puertos, los barrios lumpen, las casas decrépitas, la humedad te cala, su vestuario sensacional, donde el barro mancha los ropajes en estas asquerosas calles, esto atomizado por la formidable cinematografía de Mark Patten (“Marte”) que proyecta tristeza, sordidez, con cielos nublados, interiores lóbregos, cubiertos de oscuridad tenebrosa, ello con reminiscencias e influencias de los pintores  del realismo Gustav Courbet y Samuel Fildes (famoso ilustrador de libros de Dickens). También queda bien la banda sonora de Max Richter con una punzante miscelánea entre violines y música electrónica. Siendo e calado emocional la melodía de la especie de nana con que se abre la serie.

 

 

Sobre todo es una historia de alienante venganza con ínfulas al Conde de Monte Cristo, sobre un misterioso tipo (su imagen es ya para mí un icono catódico, con ese sombrero tipo mini de copa, con ese abrigo desabrochado, con esos tatuajes tribales, y sobre todo con esa mirada amenazante que te atraviesa) que regresa de la ‘muerte’ para llevar a cabo su plan contra el ‘mundo’, donde el tesoro pasa aquí a ser una isla (Nootka Sound, la que ha heredado de su padre fallecido)que nunca veremos más que en mapas, que se disputan USA, el Imperio de Inglaterra (representado por un divertido en su caricaturesco maquillaje por Mark Gatiss dando vida al Rey regente George IV) y en medio la poderosa Compañía de las Indias Orientales que la anhela para su particular monopolio. Tratando la serie las complicadas relaciones paterno-filiales, lo tóxico de las venganzas, los abusos del poder, la corrupción política, y sobre todo como el capitalismo de las grandes corporaciones eran elefantes aplastando a las hormigas de pequeños propietarios. Con la irrupción del protagonista James Delaney en el funeral de su padre se desatarán todo un sinfín de intrigas que irán desmadejando un sinfín de secretos, ello sustentado en jugosos diálogos, personajes complejos, y mucha acción de la que huele a veraz en su modo salvaje y atávico de exponerse. Esto surtido por algunas actuaciones espléndidas.

 

El título puede ser debido al tabú que es el carácter salvaje del protagonista, embebido de la cultura africana-tribal, espíritu indómito al que todos en Londres tildan de ser primario, hasta de caníbal.

 

James Delaney (Tom Hardy), dado por muerto, regresa (tras una década en África) a Londres en 1814 para asistir al funeral de su padre, Horace (Edward Fox, al que solo vemos como cadáver). Aparte de poseer una pequeña parte de la costa oeste de Norteamérica, Horace no deja nada de valor. El terreno, Nootka Sound (cerca de lo que hoy es Vancouver), está en disputa entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que están en guerra. La Compañía de las Indias Orientales comandada por Sir Stuart Strange (Jonathan Pryce), tenía un acuerdo para comprarle el terreno a Zilpha Geary (Oona Chaplin), hermanastra de Delaney, pero Delaney sabe que la guerra está llegando a su fin, lo que aumenta considerablemente el valor del terreno, y rechaza la oferta. Delaney descubre que su padre murió por envenenamiento con arsénico.

 

El primer tramo de la serie ya te engancha en el misterio. Vemos un travelling aéreo, se divisa un bergantín, sobre él un hombre se destaca, rema en un esquife hacia la costa, su silueta se aparenta a la parca, una figura envuelta en la niebla, entre la nebulosa se aprecia estamos en Londres. El tipo está ahora montado a caballo, desmonta junto a un gran roble, junto árbol hace un hoyo para enterrar una bolsa de cuero con brillantes. Esto genera interés en el espectador sobre este hombre críptico y el porqué de esconder el ‘tesoro’. Tras ello pasamos al bullicioso puerto, con gente de un lado a otro, con puestos de pescado, hasta que la cámara se fija en un séquito fúnebre, liderado por una carroza que lleva un féretro tirado por cuatro corceles. Tras lo que el misterioso tipo irrumpe en la morgue, está el cadáver desnudo, tiene dos monedas en los ojos, el protagonista se acerca al muerto, le susurra al oído (le pide perdón ¿?), tras lo que le quita las monedas y se las guarda, y entra la tenebrosa intro con un cuerpo penetrando en el mar hundiéndose.

 

El protagonista parece tener un plan perfectamente milimetrado, pero en realidad va improvisando conforme surgen problemas en como los demás no aceptan de ‘buen grado’ sus objetivos, o como aparecen personajes que le hacen variar y aprovecharse de ellos para su vendetta. Desde el regidor de la Compañía de las Indias Orientales, un sibilino poderoso que se mueve como un poder paralelo a la corona, al que gran Jonathan Pryce da vida con energía y carisma; la casa de prostitutas regida por la esperpéntica Helga, a la que encarna la alemana Franka Potente con un vigor fenomenal; los acreedores del padre;  la joven esposa de su padre, del que nadie tiene noticia, a al que Jessie Buckley le da vida con genuino encanto, a su rol le falta malicia; esos espías estadounidenses dispuestos a sacar tajada, dirigidos por Dumbarton, encarnado por un siempre competente Michael Kelly; alguna traición, a uno James lo castiga cortándole el dedo gordo; la muerte de una joven muchacha; ese George Chichester, investigador negro que busca culpables del hundimiento y muerte de cientos de esclavos en un barco, los varios intentos de asesinato con su persona, rol que es actuado por George Msamati con temple; la pólvora que debe robar, como sabotean su barco; sus tiranteces con el criado Brace de la casa de la familia, al que da vida un espléndido Dsvid Hayman, derrochando personalidad y emociones.

 

Pero este particular antihéroe tiene sus recursos, aliándose con lo peor de cada casa en pos de alcanzar su meta. Aliarse con un violento tipo con una cohorte de sicarios. Sensacional Stephen Graham que se nota disfrutando en el rol de este Atticus con la cabeza rapada y tatuada; chantajea a un secretario (travesti) de la Compañía de Indias para le sople deliberaciones de la organización. A este le da vida un notable Edward Hogg; contrata a un estrafalario químico (cuasi-alquimista), capaz de fabricar pólvora con desechos orgánicos. Encarnado este por un fenomenal Tom Hollander, dueño de una verborrea culta seductora; Todo esto, además de la venganza, tiene como objetivo fletar un barco con una tripulación de desheredados en una especie de éxodo bíblico retorcido.

 

Todo ello desarrollo con pulso firme, con solidez, dejando que se pose sobre la atmósfera un clima malsano constante, donde no hay nadie bueno del todo o malo porque sí, todos tienen sus motivaciones para sus actos. Con escenas de tensión (el transporte de la pólvora en cortejos fúnebres aprovechando la psicosis del cólera) y acción estupendamente llevadas. Desde asaltos, tiroteos, peleas atávicas en su descarnamiento, explosiones, duelos a muerte, e incluso un exorcismo (esto en claro ataque a la Iglesia). Todo en un crescendo dramático que te atrapa.

 

Pero tiene algunos defectos que la impiden elevarse más. No me ha gustado toda la parte sobrenatural con los cansinos montajes de las ensoñaciones de James, rompen la solidez narrativa de forma torpe. No hacían falta estas ediciones para hacer del protagonista un tipo atormentado, la majestuosa actuación de Hardy ya la enfatiza sin necesidad de ayudas visuales. Esto entronca con el romance de James con Zilpha, comienza con efluvios a “Cumbres borrascosas”, pero conforme avanza esta sub trama divaga sin rumbo, y al final parece estorbar al guion, hasta desembocar en algo sin emoción, a lo que no ayuda la ataráxica interpretación de Oona Chaplin. Ah, mención a aprte merece la inclusión del bufonesco esposo, un guiñapo de tipo al que da vida un plano Jefferson Hall, que pide a gritos una paliza (cuando menos). También está muy poco desarrollada la sub trama de James con su ‘hijo’ niño, supongo que se podría haber dado cancha en su segunda temporada, pero al no haberla habido queda metida con calzador, aportando poco, si acaso la frialdad de James con el chico, que transmite su corazón sin alma. Pero su mayor tara es que no hay segunda temporada que pueda dar sentido a los cabos sueltos.

 

La estrella absoluta de la serie es un descomunal Tom Hardy, como se suele decir, ‘yo me lo guiso, yo me lo como’, por lo de que es el creador de la serie, y por tanto de su Bigger Than Life, jamás el magnífico ha estado mejor, un anti-héroe oscuro, sombrío, duro, al que el actor otorga profundidad, aristas, fragilidad, le confiere una sutil expresividad que arrolla, con una mirada que te atraviesa, amenazante, con silencios que acojonan, tipo que se mueve en la fina línea de la genialidad y la locura. Un ser anclado en lo primario de sus instintos a la hora de defenderse y de atacar, cruel, brutal, incluso con un punto de sadismo, magnéticamente perturbador.

 

Uno de los diálogos de la serie que hablan de su calidad. James y Dumbarton hablan sobre el ‘brote de cólera’ como trampantojo para eludir redadas policiales, y Dumberton expone: El cólera parece que no se transmite por el aire o miasmas, solo por falsos rumores’, a lo que James le espeta: ‘Como la religión o el patriotismo.’

 

Steven Knight planeaba dos temporadas más. Taboo fue renovado para una segunda temporada en marzo de 2017. En noviembre de 2021, Knight confirmó que seis de los ocho episodios planificados de la segunda temporada habían sido escritos, y el inicio de la filmación dependía de la agenda de Hardy. En mayo de 2022, Knight fijó el final de 2023 como una posible fecha de inicio de la filmación. En marzo de 2023, el productor Dean Baker declaró que se estaba trabajando en la segunda temporada de Taboo, sin embargo, a partir de 2025 no ha habido más actualizaciones y no se ha anunciado ninguna fecha de lanzamiento.

 

En conjunto es una notable serie que engancha en su crudo realismo, en su calidad de hacerte inmersión en el tiempo y lugar. Con una historia que te atrapa en sus tóxicas redes en un ágil crescendo, aunque con sus defectos mencionados que la impiden ser más. Pero sobresaliendo un Totémico Tom Hardy como el gran protagonista. Gloria Ucrania!!!

 

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