lunes, 27 de enero de 2025

 


LAS VIRGENES SUICIDAS.

 

Sugestivo drama, que desgraciadamente pierde cuando piensas en él, pues te das cuenta que quizás te ha seducido su febril ambientación, pero por dentro son demasiadas preguntas sin respuesta las que deja, faltando tal vez arrojo para haber profundizado en el tema central del hastío y angustia vital juvenil femenina ante una educación opresiva. Fue el debut en la dirección y guion de Sofia Coppola de un largo, adaptando la primera novela de Jeffrey Eugenides de 1993. Sofia nació, se crió y creció en el cine como testigo de lujo de la carrera de su padre Francis (produce aquí). Luego, despegó su carrera con actuaciones en películas de su progenitor, a continuación, participó en el guion de "New York Stories" compartiendo el libreto con nada menos que Scorcese y Allen. Por último, dio su gran salto al dirigir un corto de 14 minutos con temática adolescente, el cual le dio pie suficiente para dirigir este su primer filme. La película sigue la vida de cinco hermanas adolescentes en un suburbio de clase media alta de Detroit durante 1975 (en realidad filmada en Toronto), protagonizada por James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst, AJ Cook y Josh Hartnett, con Scott Glenn, Michael Paré, Jonathan Tucker y Danny DeVito en papeles secundarios. La película marcó la primera colaboración entre Sofia Coppola y Kirsten Dunst, a quien Coppola luego eligió para el papel protagonista en varias de sus películas posteriores. En una visión exógena de una familia suburbana, compuesta por un estricto matrimonio y sus cinco adolescentes núbiles rubias hijas [hermanas adolescentes Lisbon: Cecilia (Hanna Hall), Lux (Kirsten Dunst), Mary (AJ Cook), Bonnie (Chelse Swain) y Therese (Leslie Hayman)], a través de varios jóvenes (Tim, Noah, Robert)  25 años después de los trágicos hechos que describen el título-spoiler y que también abre el film (el alumno Richard, la periodista, los taladores, Trip, el grupo de adolescentes espías, etc).

 

Se nos cuenta la vida de estas chicas a partir de cuándo una de ellas intentó suicidarse cortándose las venas, y como eso insufló un halo melancólico etéreo que desprenden las hermanas. Esta visión de adolescentes tiende a idealizarlas cual sueño húmedo inalcanzable, fantasean con ellas, las espían, incluso leen el diario de una de ellas, evocando a unos seres elevados a un pedestal sublimado: "Supimos lo que era ser una chica y como el serlo te hacía soñar y saber qué colores combinaban bien… Nosotros no sabíamos nada sobre ellas, sin embargo, ellas parecían saberlo todo de nosotros”, comentan bajo la voz original de Givanni Ribisi (en “Lost in Traslation” de Sofia, interpreta al marido de Scarlett Johansson).

 

En el tranquilo suburbio de Grosse Pointe, Michigan, un grupo de chicos del vecindario, ahora hombres adultos, reflexionan sobre sus recuerdos de las cinco hermanas Lisbon, de entre 13 y 17 años, en 1975. Inalcanzables debido a sus padres católicos sobreprotectores, el profesor de matemáticas Ronald Lisbon (Woods) y su esposa ama de casa Sara (Turner), las chicas (Therese, Mary, Bonnie, Lux y Cecilia) son enigmas que llenan las conversaciones y los sueños de los chicos. Durante el verano, la hermana menor, Cecilia, se corta la muñeca en una bañera, pero sobrevive. Su terapeuta, el Dr. Horniker (DeVito), sugiere a sus padres que el intento de suicidio de Cecilia fue un grito de ayuda y que se beneficiaría de una interacción más amplia con sus compañeros, especialmente los chicos. A pesar de esto, la Sra. Lisbon no está dispuesta a permitir que sus hijas tengan una vida social normal. El Sr. Lisbon la convence de que permita una fiesta supervisada para que Cecilia se sienta mejor.

 

Es una especie de rompecabezas donde piezas van desfilando en los testimonios, pero al final faltan piezas, el puzle queda incompleto, bonito, delicioso, pero inacabado. Es una dirección que inteligentemente no juzga, no ensalza el suicidio, no caricaturiza a los represivos progenitores, sabe insertar dosis de humor, pero a la vez sabe describir ese mundillo adolescente tan de que todo lo atomiza como si no hubiera mañana. Sofia maneja la estructura narrativa para crear un halo mitológico en estas ‘sirenas’, al ser exterior el enfoque nunca sabemos realmente que piensan, que anhelan, que sueñan, y por supuesto, que les llevó a la decisión irreversible, por lo que la directora se queda en un hermoso esbozo de estas 5 Venus, faltando por ello introspección y con ello capacidad para empatizar con ellas. Esto es a la par un buen elemento el idealizarlas de modo lisérgico, pero también resta simpatía por ellas, pudiendo a llegar a verse como unas caprichosas. Tampoco ayuda que solo se le de un poco de carácter a una de ellas (Lux), resto son totalmente intercambiables, nada sabremos de ellas, meros bellos posters, en esto falla, pues no hay personalidades, solo la de Lux y su rebeldía ante la rigidez de la educación puritana.

 

Acaba siendo un lindo enigma, envuelto en una puesta en escena esplendida en su principal función de trnasmitir un estado de ánimo pesaroso, que nos retrotrae al tiempo y lugar. Con una cinematografía de Edward Lanchman (“Erin Brockovich”), granulada en tonos pastel que evocan, componiendo tomas de niveles cuasi hipnóticos en su lirismo visual, esos cuadros de las hermanas tiradas por el dormitorio, o esa forma de filmar la fiesta en la escuela, o esa desgarradora toma panorámica en alto de Trip abandonando a Lux en medio del campo de rugby; La película también se inspiró visualmente en la película de Peter Weir de 1975, Picnic at Hanging Rock; Todo esto adornado por la música original del grupo techno francés Air, que infunde un velo de sublimación a la historia, destacando la neurálgica canción “Playground love”, leitmotiv suena en varios momentos del film. Además hay un repertorio de temas pop que potencian las sensaciones, como cuando durante el baile de instituto se escucha “I’m not in love” de 10 cc; la presentación de Trip se hace al son del alusivo “Magic man” de Heart; o el vigoroso "The air that I breathe" de los Hollies.

 

Tiene un inicio que mueve a una turbadora intriga auscultando a estas virginales jóvenes. Ante el intento de suicidio de Cecilia, el Dr. Hornicker le espeta que no tiene edad suficiente para saber lo mala que es la vida, ella le dice con naturalidad cortante: “Obviamente, nunca has sido una niña de 13 años”. Tras lo que vendrá el éxito en darse muerta, esta vez de un modo truculento (recuerda a una de “La Profecía”). Ello tras un espacio esparcimiento y libertad, y es que la historia a cada destello de libertad que los padres dan a las jóvenes, hay un ‘catacrack’

 

He mencionado que la única de las hermanas un poco desarrollada (tampoco demasiado) es Lux, pero es que tampoco entre el grupo de chicos que llevan la voz cantante en la historia hay individualidad alguna son un ente monocorde sin personalidad. Solo tiene alma uno de los pretendientes de Lux (que no es uno del grupito), el arrogante y guaperas Trip, al que da vida un notable Josh Harnett, derrochando simpatía, muy buena la química que tiene con la Dunst. Él la ansía como a la Luna, y traza su plan, camelándose a los padres, teniendo que buscar Hasta desembocar en el manido baile escolar, allí por fin tendrá Trip la Luna, y como la máxima de que cuando tienes lo que quieres ya no lo quieres. Esto expresado en un devastador plano de Lux despertando sola en medio de un infinito campo de futbol, abandonada, y teniendo que volver sola a casa en taxi. Allí la reacción d ellos padres convertirá el hogar Lisbon en lorquiana ‘La Casa de Bernarda Alba’. Pagando justas por pecadora, pues esto me queda chirriante, que el castigo de lo `malo’ hecho por una lo pagan las otras tres, esto haría que le guardaran rencor a ella, amén de querer hacérselo ver a los padres, esta parte me resulta farragosa. Entonces los jovencitos vecinos entran en otra fase, pues ahora solo las entreven, las medio observan con telescopio por ventanas. Aunque inexplicablemente se nos cuenta que Lux se acuesta con todo el que pasa por la casa en el tejado, esto no me resulta verosímil, primero con el castigo de aislamiento, y luego que cualquiera pude verla ‘retozar’ y acabarían sabiéndolo los padres. Esta reacción de ella es para que sintamos como su autoestima ha colapsado después de su frustrada relación con Trip que la ‘abandonó’ despreciablemente. Trip lo explica a cámara (ahora encarnado por Michael Pare), que no sabe porque hizo esto.

 

Hay una divertida fase en que los chicos intentaran comunicarse con ellas de cualquier modo posible, acaban haciéndolo ‘originalmente’ por teléfono, cuando contestan les ponen música pop, pero ellos no les hablan. Esto queda muy poético. Pero vuelvo a que la represión de los padres no sería para tanto cuando pueden disponer ellas del teléfono como quieran, como no entiendo porque los chicos no las hablan.

 

Hasta que una noche deciden dar los chicos el gran salto, y cual príncipes de un cuento van a rescatarlas d ela Torre donde están ‘raptadas’. Pero lo que encuentran les deja aterrados. Tras el título del film (por lo que no puede ser spoiler). Hay un acto final formidable en como refleja la decadencia del barrio suburbano, como describe con punzón tóxico a este vecindario, con esa fascinante metáfora del aire viciado, con la consecuente fiesta con máscaras antigas en una casa con piscina. Por en medio la reacción de la Sra. Lisbon ante la múltiple tragedia: “Siempre hubo mucho amor en nuestra casa (Boom)”.

 

En el papel del señor y la señora Lisbon, James Woods y Kathleen Turner, espléndidos en el retrato sutil de unos padres ultra protectores puritanos, notándose en pequeños detalles que es ella la que lleva la voz imperante. El rol de la Turner con ese colgante de crucifijo que marca su carácter católico que luego vemos es bastante cerril. La actriz le da vida con naturalidad, sin histrionismos caricaturescos, sin hacerse ver como una villana ‘dickensiana’, madre con cinco hijas que vela por la moral de ellas; Woods da vida al patriarca que se nota llevado por ella, marcado por sus silencios, su mansedumbre, su mirada a veces perdida. El veterano actor impregna de humanidad al trágico progenitor; Kirsten Dunst en el de su hija Lux, la única con algo de personalidad, maravillosamente atractiva, sexy, el pecado echa mujer, pero dejando un halo de melancolía en su mirada, estupenda.

 

Además de los defectos mencionados que hacen impidan pueda elevarse más el film. Hay alguno más, como la entrada en acción del sacerdote encarnado por Scott Glen, que parece dará juego, pero se olvidan de él, seguro que en la edición se perdió más de su actuación; Falta introspección de las chicas correlacionándose entre ellas, nunca las vemos comentar nada entre ellas sobre que quieren o que temen, y esto resta, pues sin estos cimientos, la ‘Bomba’ titular cae de modo aparatoso. Pues además, son cuatro chicas que se tiene par apoyarse entre ellas, por lo que  es complicado tomen la drástica  decisión.  

 

Spoiler:

 

Rush final: Cuando los chicos finalmente llegan esa noche, encuentran a Lux sola en la sala de estar, fumando un cigarrillo. Pensando que van a ayudar a las chicas a escapar, los chicos son invitados por Lux para esperar a sus hermanas, mientras ella va a encender el auto. Curiosos, los chicos deambulan por el sótano después de escuchar un ruido y descubren el cuerpo de Bonnie colgando de las vigas del techo. Horrorizados, los chicos se apresuran a subir las escaleras, solo para tropezar con el cuerpo de Mary en la cocina, quien metió la cabeza en el horno de gas. Los chicos se dan cuenta de que las chicas se suicidaron en un aparente pacto suicida: Therese tomó una sobredosis de pastillas para dormir en el piso de arriba y Lux murió de intoxicación por monóxido de carbono al dejar el motor del auto encendido en el garaje cerrado. Devastados por el suicidio de todos sus hijos, el señor y la señora Lisbon huyen silenciosamente del barrio y nunca más se los vuelve a ver. El señor Lisbon hace que un amigo limpie la casa y venda las pertenencias de la familia en una venta de garaje; las fotos familiares y otros recuerdos se tiran a la basura y los chicos los recogen. Finalmente, la casa se vende a una pareja joven de la zona de Boston. Sin saber cómo reaccionar ante los acontecimientos, los adultos de la comunidad siguen con sus vidas como si nada hubiera pasado, o incluso se burlan de los suicidios, pero los chicos no pueden dejar de pensar en las hermanas Lisbon y en por qué hicieron lo que hicieron. Ahora, ya adultos, reconocen que habían amado a las chicas y que el misterio que rodea sus muertes los atormentará por el resto de sus vidas.

 

Me queda una película que tiene éxito en crear atmósfera, opero falla en dar profundidad, y en esta historia dramática debería ser fundamental. Gloria Ucrania!!!

 

El narrador cierra de modo lírico: "Lo que quedó después de ellos no fue la vida, sino la lista más trivial de hechos mundanos".

 

PD. El hermano de Coppola, Roman Coppola, fue el director de la segunda unidad de la película.

No hay comentarios:

Publicar un comentario