CARMEN (1918)
Sugestiva
versión de la mítica novela de Prosper Mérimée de 1845. Primera gran producción
del legendario director berlinés Ernst Lubitsch, protagonizada pro su actriz
fetiche, la polaca Pola Negri como la icónica femme fatale titular, en rol de
Don José Navarro está Harry Liedtke y Leopold von
Ledebur como García. Al igual que la ópera Carmen de Bizet de 1875, esta
película solo adapta la tercera parte de la novela corta de Mérimée y
transforma al personaje de Don José al comienzo de la historia de bandido en
fuga a hombre honesto enamorado de su novia de la infancia. En 1918, ya había sido llevada a la pantalla por
Cecil B. DeMille, Raoul Walsh y Charlie Chaplin (todas en 1915; la de Chaplin,
en realidad, es una parodia de la de DeMille).
Carmen vista hoy día,
más de un siglo después de su estreno luce como un símbolo adelantado a su
tiempo de mujer empoderada, segura de sí m isma, autosuficiente, que ama a
quien quiere y como quiere. Lubitsch aprovecha el gran presupuesto de la UFA
para exponer con potencia dramática el ambiente de una barriada andaluza, ello
gracias a la fenomenal miscelánea entre la cinematografía de Alfred Hansen y la
dirección artística del tándem Karl Machus (“Madame Dubarry”) & Kurt
Richter, con sus bulliciosas calles empinadas, laberínticas, casas, haciendas,
plazas de toros y tiendas con sus rótulos en español castizo, basándose en las
ilustraciones y pinturas que Gustav Doré realizó durante su viaje por la
península en 1862 y a las que Lubitsch devuelve el movimiento de masas, gente
vestida con los coloristas ropas campesinas españolas, incluso hay una escena
de acción con un ataque de militares a unos bandoleros en la sierra, muy bien
filmado para su tiempo, con una vibrante edición, probablemente influenciada por
el estilo que marcó el film parteaguas “El Nacimiento de una Nación” de Griffith.
Recreándose con esmero en varias secuencias con cientos de extras. Incluso
Lubitsch se permite una bien manejada escena de onirismo como reflejo punzante
de sentimiento de culpa alguien que va a hacer algo malo siente la presencia del
símbolo de la pureza y la bondad que le observa, su novia en un efecto de doble
exposición fantasmal.
Pola Negri (nombre
verdadero Barbara Apolonia Chalupiec), llegó a Alemania en 1917 y esta es la
segunda de las 6 películas que hizo en Alemania con Ernst Lubitsch, dejó
Alemania en 1923 para Hollywood, donde continuaría una carrera exitosa,
incluida una más con Lubitsch. Aquí demuestra su energía y sensualidad para dar
vigor a una mujer fatal que lleva a los hombres a la perdición con esa fiogosa
vitalidad y esos enormes ojazos, siendo claramente su rol un remedo de la
bíblica Eva del Paraíso tentando a Adán.
‘La película muestra que
Lubitsch (tenía 26 años en ese momento), tenía un estilo de filmación muy
moderno y apasionante. Los fotogramas están cuidadosamente compuestos con una
iluminación hábil y el punto de vista cambia constantemente de planos
generales, a veces muy generales, a planos medios, a primeros planos, con una
cámara muy móvil siguiendo con naturalidad a los actores mientras se mueven. La
duración de los planos es a veces muy limitada, un segundo o menos, sobre todo
cuando la tensión dramática está en su punto más alto hacia el final de la
película. La película alterna escenas íntimas con decorados bien diseñados,
escenas de grandes multitudes en la ciudad y escenas de batalla en las
montañas. La escena de la batalla alterna planos muy generales con primeros
planos de los toreros. La corrida de toros incluye tomas reales de un toro en
una plaza de toros, aunque es obvio el actor interpreta a Escamillo y el toro
no estaban allí al mismo tiempo.’
Tiene un comienzo extraño,
pues en la copia que he visto se ve a Ernst Lubitsch en su despacho sentado
fumando un cigarro (cunado todo buen cinéfilo sabe que lo que al cineasta gusta
eran los puros). Tras la introducción de José en su pueblo con su abnegada madre
y su cariñosa novia, este es un soldado que es enviado a Sevilla. Hay una gratuita
escena de la entrada a Sevilla del ejército vitoreado por el populacho en las
calles, en una recreación estupenda de la capital de Andalucia. Y entonces conocemos
a la verdadera protagonista, el huracán Carmen, la vemos por primera vez
coqueteando con José, mientras este lee una carta de su novia, Carmen juega con
él con una rosa, el se resiste y ella le deja caer una rosa y se marcha a
trabajar, entonces vemos a José que ha cogido la rosa del suelo y la huele, y
ya sabemos que ha caída en sus redes y no podrá escapar, el descaro de ella lo
ha atrapado. Luego está el tramo famoso en la fábrica de tabaco, ella es una
mujer de armas tomar que termina peleándose con otra obrera a la que pincha con
una navaja. Acaba arrestada, pero José acaba dejándola libre, ello mientras
vemos como ella sigue jugando con él, mientras José le amarra las manos a la
espalda le arranca de la solapa con su boca la rosa que ella le había tirado
previamente y con ello él arrestado. Entonces hay una escena descacharrante de
como Carmen manipula a su antojo al viscoso carcelero. Hay una escena de un
sarao andaluz brillante en la festividad que transmiten los decenas y decenas
de extras en el patio andaluz, y en el centro Carmen bailando sobre una mesa ante
el embelesamiento de todos los hombres allí presentes. Esto hará que José tenga
un fatal enfrentamiento con su superior que acaba con José unido a una banda de
bandoleros de la sierra, ya en el lado oscuro, ha pasado de digno y orgulloso
militar a un miserable bandolero, ello por el amor de una mujer. Aquí Lubitsch
nos cuela escenas un tanto de cara a la galería, pues por ejemplo la secuencia en
la playa descargando paquetes de contrabando entre el oloeaje aporta entre cero
y nada. Tampoco es verisímil la forma tan rápida en que el ejército da con los
bandoleros en la montaña. Aunque para lo bueno está el bélico enfrentamiento en
la ladera rocosa, muy bien rodada, con docenas de jinetes por una llanura, con
un batallón subiendo una ladera para enfrentarse am los bandidos. Como también
son bellas las escenas de Carmen a contraluz en las cuevas; Para en el rush
final llegar al clímax con la corrida de toros, en una fastuosa recreación del
ambiente taurino, con mujeres con su toquilla (Carmen entre ellas), con el
típico traslado del matador en calesa a la plaza ante un numeroso público que ensalza
al torero. Están los peinados femeninos con caracolillos (Carmen entre ellas), con
el rezo en la capilla previa al toreo, con numeroso gentío entrando a la
abarrotada plaza de toros, aunque la escena del toreo en sí resulte muy torpe, pues
vemos al torero Escamillo (Magnus Stifter) en una toma alejada que aparece de imagen
de archivo, y cuando hay un primer plano con su capote (cogido de modo
ridículo) no se ve el astado). Tras ello el desenlace esperado, sin sorpresas
(*spoiler).
Pola Negri como Carmen
es un torbellino pasional y de lujuria, sabedora de su atractivo sexual y de su
desparpajo, utiliza esto como su arma de mujer para vivir la vida a su modo,
actuación seductora y con magnetismo animal; Harry Liedtke hace un José que
destila se run pusilánime, beuno en su faceta de pelele en manos de una mujer
tsunami, aunque el actor incluso para los establecido en cine silente, se pasa
de histrionismo sobreactuado; Se hecha en falta más presencia de Grete Diercks
como Dolores, la némesis de Carmen, de hecho llega a desparecer de la historia
de modo extraño.
Spoiler:
Rush final: Con José
como bandolero junto a Carmen. El amoor de Carmen parece solo era al uniforme y
termina dejando a José. Ella se enamora del famoso torero Escamillo, Carmen a va
en el carruaje de Escamillo camino de una corrida de toros. Al final de la
corrida, José ido de sí, se enfrenta a Carmen y cuando ella le dijo que ya no
lo amaba, la apuñala hasta matarla, mientras Lubitsch corta al triunfo en la
plaza de toros de Escamillo, José termina abrazado a Carmen muerta en el suelo,
Apareció en Arte una nueva versión restaurada y más larga. Los títulos iniciales nos dicen: " Carmen de Ernt Lubitsch se proyectó por primera vez en 1918". En 1921, el negativo original fue alterado en gran medida para la versión estadounidense de la película, Gypsy Blood. Todos los elementos supervivientes provienen del mismo negativo de cámara, que ahora se ha perdido. Solo se conservan fragmentos de la versión de distribución alemana en película de nitrato en la Deutsche Kinemathek. No hay disponible una tarjeta de censura. La base para la restauración original de la Fundación Friedrich Wilhelm Murnau en 2018 fue un duplicado de archivo incompleto en blanco y negro de los antiguos fondos del Archivo Estatal de Cine de la RDA. Otro duplicado abreviado en blanco y negro de la producción occidental de la década de 1970 con intertítulos en alemán sirve como complemento para las tomas modificadas o faltantes. Ambos materiales se almacenan ahora en el Bundesarchiv-Filmarchiv. Para la digitalización en 4k de L'immagine Ritrovata se utilizaron los materiales de los fondos de la Deutsche Kinemathek y del Bundesarchiv-Filmarchiv y se combinaron para crear una versión prácticamente completa. Los 45 títulos que faltaban se reconstruyeron a partir de los títulos Flash contenidos en el duplicado del archivo o, en caso de no existir una plantilla gráfica, se reprodujeron digitalmente a partir de notas manuscritas con una fuente similar y marcadas con FWMS. Los fragmentos de película de nitrato sirvieron como base para los materiales en blanco y negro. Estos también sirven como base para el plan de color, que, sin embargo, sigue siendo en gran parte especulativo.
Negri y Lubitsch hicieron un total de ocho películas juntos. Además de Los ojos de la momia y Carmen, hicieron Madame DuBarry (también conocida como La pasión) y Rausch (ambas de 1919), Sumurun (también conocida como Una noche árabe) (1920), Die Bergkatze ("El gato montés") (1921), Die Flamme (1923) y El paraíso prohibido (filmada en Hollywood en 1924 para la Paramount). La colaboración de Negri con Lubitsch la convirtió en una estrella internacional, y su reputación fue tan grande que Estados Unidos finalmente levantó su embargo de películas alemanas (instituido durante la guerra) solo para satisfacer la curiosidad popular. Después del éxito de Carmen (estrenada en Estados Unidos en 1921 como Sangre gitana), Negri firmó con Paramount y llegó a Nueva York en septiembre de 1922. Rápidamente suplantó a Theda Bara como el principal símbolo sexual del cine mudo y, aunque (gracias a los caprichos de la conservación de las películas) no puedo comparar a Negri con el papel más famoso de Bara, Cleopatra, si la película sobreviviente de Bara, A Fool There Was, es un indicador, Negri estaba a años luz por encima de ella en términos de proyección de sexualidad en la pantalla.
Me queda un atractivo
film, donde no hay aun ese genial ‘Toque Lubitsch’, pero si hay elementos del
gran manejo emocional del director alemán, con dosis de la épica de las masas. Gloria
Ucrania!!!
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