sábado, 21 de diciembre de 2024

 


ROCKY III.


Solaz entretenimiento esta tercera entrega de las aventuras del púgil de Filadelfia, Rocky Balboa, empezó en sus primeras partes como un retrato del mítico Sueño Americano, aquí esa meta conseguida deberá luchar por mantenerla, ahora lidiando con lo acomodado de ser un millonario con la barriga llena. Vira de modo chirriante para el que tenga presente la anterior Rocky, habíamos visto que el boxeador de rostro picassiano era alérgico a hacer publicidad, ahora sin saberse como se comporta con ella como si fuera David Beckham, aparece en programas de tv, es portada de revistas de prestigio, está instalado en la fama, ahora ha tornado de tímido a extrovertido, da discursos. Ha tenido 10 peleas por mantener su cinturón de campeón mundial (no se nos dice porque Apollo Creed no es contendiente, o si se ha retirado). Vive una existencia feliz hasta que parece en acción el villano de la partida, un fanfarrón que toma el relevo de Apollo como lenguaraz arribista, que como si fuera un pistolero en el salvaje oeste anhela derrotar al más rápido para tomar su puesto. Nada nuevo bajo el sol en el argumento, el cuasi axioma del príncipe de Lampedusa ‘’…que algo cambie para que todo sea igual’. Misma estructura narrativa, con dosis de dramatismo, aquí con una catárquica muerte, elemento este que se calcaría para la cuarta, habrá un vigoroso adversario (ahora cercano a la caricatura por su maldad porque sí), como en la pretérita Rocky tendrá dudas e inseguridades, como en la pretérita será su esposa Adrian (ahora más segura de sí misma y menos retraída, en una actuación buena, sobre todo en el inspirador monólogo de la playa) la que le impulsará para el duelo final, como en las pretéritas tendremos un musicalizado (el mítico “Eye of the tiger”) montaje (en realidad dos) sobre el entrenamiento de Rocky (ahora sin la carrera por Filadelfia), y como colofón el entente final climático bien rodado, con buen pulso inmersivo, sin sorpresas, la originalidad es algo ausente aquí, pero tampoco lo pretende Sly, es puro blockbuster ochentero.

 

Escrita, dirigida y protagonizada por Sylvester Stallone, secuela de Rocky II (1979), con los secundarios los recurrentes

Talia Shire, Burt Young (parece tendrá peso drama ´tico por su inicio, pero luego se diluye, en este primer tramo demuestra ser un buen actor desaprovechado en un alivio cómico), Carl Weathers (demuestra es un buen actor) y Burgess Meredith, con el añadido de Mr. T como el malo malísimo. Destaca en esta Rocky III la asociación entre Apollo y Rocky, el primero como entrenador del segundo, y derivando en una buena química de amistad, con un entrenamiento enfocado al ‘baile’ sobre el ring para flotar ante el rival. Aquí Stallone decide colocar más combates que en las dos anteriores, enfocando más hacia la acción, pues al comienzo tendremos una edición fragmentada de varios exitosos combates de Rocky, habrá un divertido duelo de exhibición de Rocky contra el luchador de WWF Hulk Hogan, y tendremos dos combates contra el ‘mohicano’ Clubber Lang. Este último encarnado por Mr. T (nombre de nacimiento Laurence Tureaud, aunque se lo cambió legalmente a T en 1970), el papel que le impulsó a su rol legendario de "BA" Baracus del Equipo A. Film este también famoso por el arrollador tema musical "Eye of the tiger" de los Survivors, el título es uno de los mantras inspiradores de la cinta como sinónimo de persona que se fija un objetivo sin desviarse de él.

 

Comienza con una edición estupenda en que vemos como Rocky, tras ganar a Apollo se aposenta en la popularidad, engalana portadas de Newsweek y Sports Illustrated, sirve de maestro de ceremonias en telemaratones, hace spots televisivos para la cerveza Budweiser y hace aparición con los socios de Miss Piggy, los Muppets. Lo vemos viviendo en una mansión de la Main Line de Filadelfia, hay un montaje donde Rocky se enfrenta a púgiles que derrota fácilmente una y otra vez, sin sufrir dolor alguno. En paralelo vemos a un púgil negro con pelado mohicano de rostro adusto observar entre el público los combates, para luego ser él protagonista en el ring derrotando con una violencia inusitada a sus oponentes. Esto será durante los créditos iniciales, tras ellos nos cuelan una sub trama con un Paulie (Burt Young), cuñado de Rocky, que no se sabe porque (quizás demandó alguna escena dramática el actor), siente celos de la fama de Rocky, se siente vejado y con un acto de rabia acaba en el calabozo policial del que le saca Rocky, y tienen una charla bastante grimante por las tonterías que dice Paulie, incluso llega a decirle que ante él estaba más unido a su hermana (¿?). Esto podría llevar a pensar que Paulie tendrá más cancha en esta entrega, pero esto no es así, de hecho, esta rabia del cuñado desaparece para el resto del metraje, como si esto no hubiese ocurrido (¿?).

 

Veremos un jocoso combate contra natura entre un boxeador y un luchador de pressing catch, nada suma a la trama esto, pero resulta muy humorística, y sobre todo se haría también para aprovechar la fama de Hulk Hogan, toda una estrella en aquel momento en USA. Asentado en la cima Rocky decide dejarlo, pero el ‘mohicano’ llamado Clubber Lang asiste a la inauguración de una estatua en honor a Rocky en la cima de las escaleras del museo de Arte de Filadelfia, allí Clubber lo provoca para que se enfrente a él. Entonces Rocky decide que tiene que hacer una última pelea para salvar su honor y no lo tilden de cobarde, tras salir a relucir que su entrenador Mickey le ha cuidado demasiado, ello expuesto en una emotiva escena donde Burgess Meredith demuestra lo gran actor que es, y regalándonos una buena como penetración con Sly. Rocky vuelve a entrenar, pero lejos de lo primario de las anteriores, ahora es un circo mediático y comercial, en contraposición a como vemos entrenar a Clubber en solitario de forma arcaica, ejemplificando como Rocky ha dejado de ser quien fue, se ha aburguesado.

 

Tras la catarsis emocional entra en escena Apollo Creed, lo hace de modo visualmente elegante, emergiendo de entre las sombras de un gimnasio. Originando una amistad extraña entre dos antiguos contendientes, dos veteranos del ring, de vuelta de todo, con buenos diálogos, de la que hay compenetración. Con el cambio radical de marco, cuando se trasladan a Los Ángeles para el entrenamiento, la ciudad de Apollo (por cierto, la saga Rocky ha cogido un singular vericueto al coger en el SXXI el afluente de un hijo de precisamente Apollo Creed para continuar con pelis de boxeo épico), cambiar para volver a los orígenes humildes. 

 

Para todo culminar en el esperado enfrentamiento clímax entre Clubber Lang y Rocky, donde emergerá el fetiche de los icónicos pantalones de Apollo con la bandera de las Barras y estrellas. Para haber un estupendamente coreografiado, aunque sintiéndose los golpes secos, gracias aun gran trabajo de edición, pero restando que parece menos inspirado por como los dos combatientes van a tumba abierto, ninguno, poco verosímilmente, apenas se cubren, sino que esperan los golpes del otro a modo de desafío, cual Power Slap (duelo de bofetadas), los dos se lanzan mandobles alternándose en salvajes ataques, hasta que uno de los dos cae (no quiero spoilear). Aunque la miscelánea entre el montaje del binomio Mark Warner (“Límite 48 horas” o “Golpe en la Pequeña China”) & Don Zimmerman (“El Regreso” o “Men In Black 3”), el trabajo de cinematografía de Bill Butler (“Alguien voló sobre el nido del cuco” o “Deliverance”), más la épica música de Bill Conti “Elegidos para la gloria” o “Karate Kid”), elevan la intensidad de modo epidérmico, generando emociones, un tanto superficiales, pero mientras sucede te engancha.

 

 Spoiler:

 

En la segunda parte la catarsis dramática es el problema de salud de Adrian mientras está embarazada, aquí esto se redobla con la muerte del entrenador Mickey. Emocionante charla final entre Mickey y Rocky tras este perder el combate, engaña a su mentor par hacerle feliz sus últimos segundos con los vivos.

 

Rush final: Después de meses de entrenamiento, la revancha se lleva a cabo en el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York. Apollo le presta a Rocky los calzoncillos con la bandera estadounidense que usó durante su primer combate. Al comienzo del combate, Rocky sale corriendo de su esquina, golpeando a Lang con un nivel de habilidad y espíritu que nadie esperaba. Rocky domina por completo la primera ronda, dejando a Lang enfurecido y desconcertado después de la campana. Lang gana la ventaja en la segunda ronda, y Rocky adopta una estrategia completamente diferente que enoja y confunde a Apollo al recibir una paliza intencional de Lang, incluso siendo derribado dos veces, todo el tiempo burlándose de Lang de que no puede noquearlo. En la tercera ronda, Lang, que está acostumbrado a ganar combates rápidamente con nocauts en las primeras rondas, pierde los estribos y comienza a lanzar golpes salvajemente mientras Rocky se burla de él, quedándose gradualmente sin resistencia. Con Lang desconcertado y vulnerable, Rocky contraataca con una ráfaga de golpes, que culmina en un brutal nocaut para recuperar el campeonato de peso pesado; Tras ello hay un genial epílogo, que da lustre, pues Rocky debe en el ‘quid pro quo’ devolver el favor que Apollo le pidió, una tercera revancha privada con él en el gimnasio Mighty Mick's Gym. La película concluye sin mostrar el resultado, pero se congela en una pintura al óleo de dos boxeadores lanzando simultáneamente el primer puñetazo, mostrando a dos atletas igualmente habilidosos enfrentándose no como rivales, sino como amigos.

 

Y una pregunta sin respuesta: Clubber Lang, no podría haber pedido otra revancha, le ha ganada Rocky pero no dejado inútil o matado. Rocky, bajo su código de honor, hubiera estrado obligado a concedérselo.


Para el papel de Clubber Lang, se consideraron en primer lugar dos boxeadores de peso pesado de talla mundial: Joe Frazier y Earnie Shavers. Ambos tenían aproximadamente la misma altura que Sylvester Stallone y tenían el físico poderoso que buscaba, pero, según la directora de casting Rhonda Young, Frazier tenía un problema de tartamudez, mientras que Shavers tenía una voz aguda que habría socavado la presencia amenazante del personaje. Después de buscar por todas partes (incluso yendo a prisiones con la esperanza de encontrar un antagonista adecuado), Rhonda Young se topó con un programa de televisión de la NBC, America's Toughest Bouncer, mostraba una competencia deportiva, y quedó hipnotizada por la destreza física del ganador, así como por su carisma. Luego llamó al productor, Don Ohlmeyer, para preguntarle sobre "el hombre con el mohawk". Resultó el Sr. T no sólo era perfecto para el papel, además demostró estar tremendamente decidido a dar la mejor interpretación posible desde la primera prueba de pantalla para lo que sería su papel revelación.

 

En preparación para la película, Stallone afirma haber logrado reducir su porcentaje de grasa corporal a su mínimo histórico de 2,6% y pesar 155 libras (70 kg). Afirmó que comía solo diez claras de huevo y una tostada al día, y que comía una fruta cada tres días. Su entrenamiento consistía en trotar dos millas por la mañana seguido de dos horas de entrenamiento con pesas, una siesta durante la tarde seguida de 18 rondas de sparring, otra sesión de entrenamiento con pesas y terminar el día nadando.

 

Una estatua de bronce de Rocky, llamada "ROCKY", fue encargada por Sylvester Stallone y creada por A. Thomas Schomberg en 1981. Se crearon tres estatuas, y una fue colocada en la parte superior de las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia para el rodaje de Rocky III. Después de que se completó el rodaje, estalló un furioso debate en Filadelfia entre el Museo de Arte y la Comisión de Arte de la Ciudad sobre el significado de "arte". Afirmando que la estatua no era "arte" sino más bien un "atrezo de película ", la ciudad consideró varias ubicaciones alternativas y se decidió por el frente del Spectrum en el sur de Filadelfia. Más tarde fue devuelta al Museo de Arte, donde se utilizó en el rodaje de Rocky V, así como Mannequin y Philadelphia. Después, fue nuevamente trasladada al frente del Spectrum. La estatua fue devuelta a la parte inferior de las escaleras del museo el 8 de septiembre de 2006. Los escalones que conducen a la entrada este del Museo de Arte de Filadelfia también se conocen como "Los escalones rocosos". Una estatua similar se encuentra en Žitište, Serbia.

 

Amena secuela, que sin ofrecer nada nuevo, lo que se espera lo da con brío. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Rocky III recaudó $270 millones en todo el mundo, superando a sus predecesoras para convertirse en la película más taquillera de la franquicia en ese momento, y la cuarta película más taquillera en la taquilla nacional y la segunda película más taquillera de 1982 en todo el mundo. Con lo que la secuela era inevitable, Rocky IV, se estrenó en 1985, pero esa es otra historia.

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