miércoles, 18 de diciembre de 2024

 


CONCLAVE

 

Sugestivo thriller dramático eclesiástico, que indaga en los vicios (pecados) de aquellos que son los máximos jueces de estos, la curia cardenalicia. Dirige el alemán Edward Berger (el que ya me sorprendió gratamente en 2022 con su oscarizada “Sin novedad en el frente”), adaptando el inteligente guion de Peter Straughan (“El Topo”), basándose en la novela de 2016 de Robert Harris, versando como un cardenal organiza un cónclave papal para elegir al próximo papa y se encuentra investigando secretos y escándalos sobre cada candidato. Obra de una elegancia que por momentos recuerda al sibarita cine de Paolo Sorrentino (su díptico “El joven papa” y “El nuevo Papa”), con una prodigiosa ambientación que no s sumerge de modo claustrofóbico en la intrigas palaciegas del reino de Dios en la Tierra, abordando temas universales como la ambición, la traición, la hipocresía, las inseguridades, las dudas, las crisis de fe, todo ello en durante las deliberaciones secretas para elegir a un nuevo Papa, con camarillas, lobbies, chantajes, sobornos, enfrentado posiciones contrapuestas en el seno de la  Iglesia Católica como es el conservadurismo frente a las ansias de renovación, tomando claramente parte el guion por lo segundo (en esto falla). Un desarrollo salpicado de misterio, suspense, intriga, y ello exquisitamente manejado por el realizador, con solidez y fluidez narrativa, que atrapa al espectador en estas cloacas del poder, donde se dosifican los giros narrativos, los twist a cada paso, haciendo que algo tan a priori aburrido como unas votaciones resulten apasionantes por como a cada una hay diferentes vericuetos que hacen varíen de una a otra, todo por conseguir los 79 votos mínimos necesarios para alcanzar el anillo papal.

 

Siendo una de las grandes bazas los intérpretes. Empezando sobre todo por su sensacional protagonista por Ralph Fiennes, como el diacono Lawrence (en el libro era italiano, aquí inglés), en una actuación brillante, llevando todo el peso del film sobre sí mismo, prácticamente no hay escena en la que no esté él presente, desprende dudas, se mueve con hidalguía, derrochando carisma, ejerciendo de detective, tipo lacónico, pero que cuando habla sentencia, con ententes estupendos, demostrando toda una gama de emociones a flor de piel en sus silencios, en sus miradas, es nuestra brújula moral en el relato; En espléndidas actuaciones de apoyo está el gran Stanley Tucci, demostrando potencia en un rol sibilino de aparente humilde que se esconde un poderoso ambicioso, como el cardenal estadounidense Bellini; John Lightgow como el cardenal Tremblay, astuto manipulador en la sombra, derrocha carácter; Lucian Msamati como el cardenal africano Adeyemi, en un papel corto pero con fuerte presencia cuando toma protagonismo, representa el peso de como los pecados del pasado nos persiguen; El mexicano Carlos Diehz en su primer papel en cine está sobresaliente impregnado la pantalla de humanidad en sus intervenciones sentenciadoras, lástima que el discurso ¡que debería haber sido neurálgico intentando contrarrestar otro, sea tan superficial y lleno de lugares comunes; El italiano Sergio Castellito está magnífico en su papel de cardenal Tedesco, sobre todo en dos de sus intervenciones, la primera cuando deja constancia ante Lawrence de su visión tradicionalista de la iglesia (anhelando volver a las homilías en latín), y sobre todo en el incendiario discurso que da en el rush final contra la invasión islámica que sufrimos (por cierto, muy de acuerdo con él estoy, mi voto hubiera sido para Tedesco), arrollador; Y en un film de hombres, hay un pequeño personaje para Isabella Rossellini como la hermana Agnes, en una interpretación que destaca por como observa este mundillo de hombres, en sus pocas interv enciones posee gran fuerza dramática.

 

Tras la inesperada muerte del sumo pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia.

 

Tiene un comienzo exquisito visualmente. Vemos al cardenal Lawrence caminar por el arcén de la carretera raudo. Llega al dormitorio del Papa que está muriendo, allí rodeado de cardenales rezando. Asistimos a los rituales tras la muerte, todo filmado con esmero y sofisticación, lo vemos amortajar el cadáver, sacar el cuerpo, y sellar la habitación lacrando un lazo sobre el pomo del aposento del Santo Padre.

 

Tras lo que llega, con la elipsis correspondiente el conclave para la elección papal. Con ello una batalla de ideas y de personalidades, imperando el maquiavelismo. Confeccionando Berger una atmósfera cerrada, angustiosa, cargada de incertidumbre, con complots, investigaciones dosificadas, donde a cada información nueva se genera tensión y giran las tornas, ello jugando el director con los elementos que sabemos y lo que nos oculta para provocar al espectador. Con choques entre los candidatos, siempre sin caricaturizarlos, humanizando sus razones, y con ello haciéndolos débiles. Haciendo la realización que el aislamiento de los cardenales sirva para aumentar la tensión emocional, ello mientras se intentan de desentrañar preguntas candentes, como por qué el Papa, en el día de su muerte despidió al cardenal Tremblay? Quien es esa monja que se ha estremecido cuando servía la comida? Porque el cardenal Benítez desistió de ir a una clínica a Suiza? A medida que avanza el metraje, cardenales, cual, si fuera la bolsa, suben y bajan en sus aspiraciones. Las dos vertientes contrapuestas que se enfrenta, conservadores y progresistas, es solo una excusa para que veamos como los que deberían ser los más pulcros y puros, no son más un trozo de carne con los mismos instintos primarios de codicia que el común de los mortales.

 

La puesta en escena es prodigiosa en su función primordial de proyectar un estado de ánimo y sumergirnos en la trama. Desde el formidable diseño de producción de Suzie Davies (“El espía inglés”), los diseñadores de escenografía con prodigioso mimo transmutaron la Capilla Sixtina en los Cinecittà en Roma, aunque con licencias artísticas con la Domus Sanctae Marthae. Emitieron sensación de presidio sobre la famosa sala. Los diseñadores de vestuario visitaron Gammarelli, Tirelli Costumi y varios museos en Roma como parte de su investigación. Para el atuendo rojo de los cardenales, la diseñadora de vestuario Lisy Christl (“Anonymous”) optó por un tono utilizado en vestimentas cardenalicias del siglo XVII, en lugar de uno de los actuales, creyendo sería "mucho más hermoso y mucho más agradable para nuestros ojos", acentuando el rojo pasión el contraste cromático con las paredes blancas de las estancias yen simbiosis estética con la Capilla Sixtina. Esto potenciado por la notable cinematografía de Stéphane Fontaine, que se mueve con tremenda fluidez por el sinuoso escenario, con tomas generales maravillosas, así como punzantes primeros planos, con movimientos suaves, con tomas de detalles fenomenales; Y puntualmente maximizando la tensión está la incisiva música de Volker Bertelmann, colabora de nuevo  con Berger tras ganar el Óscar, otra vez desconcertando con sus melodías ominosas, con profusión de música de cuerdas que azuzan, remueven e inquietan. Volker Bertelmann en su quinta colaboración con Berger, habló sobre el desarrollo de un sonido que no fuera "demasiado eclesiástico [ni] clásico", experimentando con instrumentos menos conocidos, gran parte de la partitura hace uso del Cristal Baschet, un cristalófono que se toca con las manos mojadas (¿?).

 

Entre los defectos está que siendo el personaje sobre el que pivota todo el film, el cardenal Lawrence, lo vemos dudando de su fe, pero nunca se sabe  a causa de que, simplemente es así y punto, quería dejar de ser decano con el Papa, pero no se hace mención al motivo, esto es una laguna; Hay un cambio brusco en como Bellini pasa de humilde a ambicioso aspirante a Papa, soltando bilis por su boca en sus ansias de poder; Tremblay es uno de los grandes aspirantes al báculo papal, sabemos de como se mueve en el patio trasero, pero no sabemos de su ideas si llega al papado, como si sabemos parte del ideario de los otros; Y sobre todo está su final, primero el ya mencionado discurso de Benites, me ha faltado jugo y me ha sobrado brocha gorda, no me creo esto pueda cambiar votos, máxime cuando los que votan a Tedesco saben de sus ideas conservadoras, y por tanto no deberían cambiar sus votos, me resulta esto chirriante; Tampoco su giro final (*spoiler)me ha sido satisfactorio, supongo que es el del libro, pero me ha sido rocambolesco y resta.

 

Spoiler:

 

Spoiler: Finalmente, el ansiado humo blanco de la fumata dará por terminado el encierro y la difícil decisión de los cardenales. El más inesperado de ellos, será el elegido. Pero hay un último giro de acontecimientos, el cardenal Thomas Lawrence se entera de una información crucial. La visita médica cancelada de Benítez era para una histerectomía laparoscópica. Inocencio (el nombre que Benítez se ha dado como papa) explica que es intersexual y que se le asignó un sexo masculino al nacer, pero no sabía que también tenía útero y ovarios hasta una apendicectomía reciente. El difunto Papa ocultó el secreto, lo que implica que facilitó el ascenso de Inocencio al poder. Inocencio explica que eligió conservar sus órganos femeninos, afirmando: "Soy como Dios me hizo". Aceptando mantener el secreto de Inocencia y confiarle a Dios los resultados divinamente inspirados, Lawrence escucha a la multitud vitorear la elección del nuevo Papa; *Esto me resulta una falta de respeto a los católicos, pues es empezamos mal si el Papa miente, pues una mujer no puede ser Papa. La Iglesia Católica es un club al que se apunta y desapunta el que quiere, no estamos en la Edad Media que era obligatorio, por tanto, si no cumples los requisitos no puedes estar en él, si para llegar a Papa debes ser hombre y no lo eres por completo, o se cambian las reglas o lo siento, pero eres un impostor.

 

Film atractivo, cautivador, pero que en su parte final resta puntos queriendo dar varios tirabuzones. Gloria Ucrania!!!

 

‘Un cónclave es una reunión secreta del Colegio Cardenalicio, es decir, todos los cardenales católicos romanos del mundo. Con sus tradicionales gorros rojos y sus vestimentas ceremoniales, se reúnen en la Capilla Sixtina con el único propósito de elegir un nuevo papa. Votan en secreto en papeletas de votación. Nadie puede marcharse hasta que se elija a un sucesor. Se instala una chimenea provisional en la Capilla Sixtina. Si sale humo negro, la votación no ha tenido éxito y el mundo sigue esperando; si sale humo blanco, tenemos un nuevo Papa.’

 

Film que ha recibido seis nominaciones a los Globos de Oro, incluida Mejor Película - Drama, y ​​empató con Wicked con once nominaciones líderes en los Critics' Choice Awards, incluida Mejor Película.

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