ALIEN: ROMULUS
Interesantillo
thriller de ciencia ficción perteneciente a la franquicia Alien iniciada hace
45 por Ridley Scott, que hace aquí de productor. La original tuvo una homérica
agrupación de talentos cinematográficos y artísticos, con los guionistas como Dan O'Bannon y Ron Shusett,
artistas como Ron Cobb, H.R Giger, Chris Foss o Moebius, un director en la cima
como Ridley Scott, actores como Sigourney Weaver, Ian Holm o Yaphett Koto, de compositor
al maestro Jerry Goldsmith, derivando en un icono del Séptimo Arte, provocando una
serie de secuelas, y hasta un crossover (“Alien vs Predator”), con esta nueva
entrega la saga vuelve a jugar con sus orígenes, pues en las dos anteriores,
“Prometheus” y “Alien Covenant” se quería dar trascendencia filosófica a las
raíces de los xenomorfos, aquí mayormente es una aventura de supervivencia en
una nave, como la primera parte.
En 2142, una sonda
Weyland-Yutani recupera un gran capullo de los restos del USCSS Nostromo.
Meses después, en la destartalada colonia Jackson's Star en el perpetuamente
oscuro LV-410, la colona huérfana Rain Carradine (Cailee Spaeny) se entera de
que Weyland-Yutani ha extendido a la fuerza su contrato de trabajo. Decidida a
escapar, se une a un plan con su hermano adoptivo Andy (David Jonsson),
androide defectuoso reprogramado por su padre, su exnovio Tyler (Archie
Renaux), su hermana embarazada Kay (Isabela Merced), su primo Bjorn (Spike
Fearn) y la hermana adoptiva de Bjorn, Navarro (Aileen Wu). El grupo se apodera
del transportador Corbelan IV para llegar a Renaissance,
estación Weyland-Yutani dividida en los módulos Romulus y Remus, con intención
de robar equipo de criostasis para sobrevivir al viaje de varios años a Yvaga
III, planeta aparentemente idílico no afiliado a Weyland-Yutani. El grupo se da
cuenta de que la estación inactiva colisionará con los anillos planetarios de
LV-410 en cuestión de horas.
Dirige el uruguayo Fede
Álvarez, que ya demostró genio al crear una especie de similar historia en “No
respires” (2016), donde unos jóvenes advenedizos ladrones quedaban atrapados en
la casa de experto depredador. Guioniza junto a su inseparable Rodo Sayagues,
ambientando la acción entre los eventos de Alien (1979) y Aliens (1986). Protagonizada
por Cailee Spaeny, David Jonsson, Archie Renaux,
Isabela Merced, Spike Fearn y Aileen Wu como seis jóvenes colonos espaciales
oprimidos que se encuentran con criaturas hostiles mientras hurgan en una
estación espacial abandonada.
El realizador sabe crear
una ambientación sugerente desde el inicio, salpicando la trama de constantes
referencias a sus predecesoras, e incluso en su inicio creando una escena
parecida a la de “2001: Una Odisea del Espacio”, cuando los astronautas descubren
el monolito en la luna, aquí encontrando al Alíen original, con efluvios a
“Blade Runner” (también de Ridley Scott) en la exposición de la ciudad minera
de Weylan. Pero sobre todo sugestivo en la parte central en la nave varada en
el espacio, crean escenas ingeniosas en su desarrollo, atrapándote en la
intriga, misterio y terror, jugando con el clima tenso, volviendo a los mantras
de las últimas secuelas de refilón, como es los experimentos con los Alien, con
lo que se vuelve a explorar la ética de jugar a ser dioses, también se vuelve a
tratar los peligros de la Inteligencia Artificial con el robot (en este caso
llamado sintético) de turno, en todas las entregas hay uno.
Aunque siendo amena,
carece de solidez narrativa, al sentirse un eterno déjà vu, carece de
originalidad, todo se atiene a típicos cánones de un grupo que va cayendo uno
tras otro por el villano de turno, hasta el duelo final, en este caso copiado
de una parte anterior (no quiero spoilear). Lo que en un principio resulta
estimulante, como son los guiños a las diferentes partes, termina por ser
excesiva pleitesía cuando llega a plagiar ideas y escenas, adoleciendo de
escenas que trasciendan. Como tampoco sus personajes poseen fuerza personal
alguna, solo el ‘sintético’ me ha sido una actuación de relieve, el londinense
David Jonsson borda su rol en una actuación dual carismática, de ese ser cuasi
autista del inicio, a cómo cambia a tipo seguro y ágil de mente, dotando de una
expresividad espléndida a su rol, haciéndonoslo cálido y cercano; el resto de
roles son meramente intercambiables, tener que comparar a Cailee Spaeny con
Sigurney Weaver es lapidario, la primera carece del carisma que la segunda
irradia de modo natural.
En el arranque hay la
primera referencia a la primera parte, con el iniciado de 'madre', tenemos a Rook
con el guiño recurrente de Ash (Ian Holm integrante del elenco de la primera
película de la saga, traído a la vida [muerto en 2020] por los efectos CGI),
armas de “Aliens, el regreso”, el tête à tête de “Alien 3”, xenomorfos que
nadan como en “Alien: Resurrección”, el líquido negro de “Prometheus” y muchos
más ‘guiños’.
En el inicio se indaga
de modo aparatoso en el poder de las grandes corporaciones, capaces de
esclavizar a sus obreros, poniéndoles en este caso, los ‘grilletes’ de estar en
un planeta-minero imposible de escapar a otro lugar. Aunque aquí hay una laguna
argumental grimante, pues la protagonista Rain está presa allí sine die, pero
de buenas a primeras nos enteramos que hay un grupo de jóvenes que manejan una
nave espacial que se mueve con libertad afuera del planeta, nadie les
supervisa, nadie vigila una nave que sale al espacio exterior, esto el guion lo
deja muy cojo; También tenemos la gran nave Renaissance,
propiedad de la mega corporación Weyland-Yutani, varada en medio de la nada del
vasto espacio, pero que la compañía sin que se nos diga cómo es posible, no la
buscan (¿?), lo cual es inverosímil, con lo que debe costar y con la
información que posee de sus experimentos, o tampoco es verosímil que no tengan
medios para alertar de donde está, esto me chirría, y es una licencia que hay
que dar para disfrutarla; Luego pasamos al meollo de la aventura, como es
cuando estos jóvenes se encuentran en el interior de la Renaissance, donde se
juega bien con la tensión, con el misterio, con las sugerencias, pero sobre
todo con que el espectador es sabedor de más que los protagonistas, cuando
vemos el rastro de destrucción de la nave sabemos a qué es debido, y más con
ese agujero claramente por acido (aunque queda un poco cutre que tarden en ver
el Alien en el techo muerto ¿?). Tenemos la entrada en acción de Rook, conexión
con la primera entrega, a la par que con el resto, por como se juega con el
poder de las Inteligencias Artificiales, algo presente en esta entrega por mor
de este Rook y de Andy, aunque aquí esto es más un McGuffing que algo
‘complejo’, pues cuando quiere impedir que alguien sea devuelto a la nave en la
que viajan los jóvenes por estar ‘contaminado’ es lo más coherente, no veo
inhumanidad en ello, de hecho es lo mismo que hizo la teniente Ripley en la
primera entrega con otro probable ‘contaminado’, y ella no era ‘sintético’. Se
vuelve a indagar, pero de refilón en los peligros de los experimentos
genéticos, lo que se llama el Humano jugando a ser Dios.
Pero aquí el director
prima en la acción, con escenas vibrantes, jugando con las escotillas a modo de
cerrar es el salvavidas, con la escena en que deben pasar en silencio absoluto
e intentando no variar la temperatura de su cuerpo (aunque muy mal resuelta por
como uno de los humanos se pone a hablar por el interfono sabiendo pone en
peligro su vida y la de sus compañeros, muy idiotesco); Está la escena de
videojuego espectacular en que Rain es sujetada por Andy mientras ella, en
atmósfera zero dispara a las decenas de aliens en un pasadizo, provocando los
bichos suelten su sangre-ácido que deja unas sinuosas nubes, que luego en una
danza agobiante deben intentar sortear Rain y Andy. Aunque volvemos a los
‘goof’, pues como es creíble una Don Nadie minera que se supone nunca ha tenido
contacto con armas se comporta con este fusil como un Terminator infalible, por
mucho que sea un arma inteligente; Está el trepidante rush final, en nel
esperado duelo entre la heroína y el (supuesto) último alíen, en este casi un
mutante (spoiler), ello mientras la Renaissance está apunto de colisionar con
los anillos, te atrapa por la tensión, pero una vez acaba y lo piensas,
teniendo presentes las pretéritas entregas, es un plagio de otras.
Fede Álvarez piensa que
más aliens es más emoción, pero piensa que Ridley Scott lo hizo mejor con solo
uno, cual tiburón en “Jaws”, el que hay un solo malo, cual psycho-killer
exterminado uno por uno a los jóvenes en un slasher. El que haya tsunami de
Aliens resta emoción, pues sabes que con ello son menos peligrosos en manada
que en ´lobos solitarios’, con lo que la única forma de dar un salto es
haciendo que al final hay uno más peligroso que el resto, y aquí se vuelve a
plagiar la cinta.
Spoiler:
En esta entrega se
vuelve a dislocar el ciclo de vida de los aliens, en las diferentes entregas se
estira y comprimen a gusto del guion sin ton ni son, en la primera Alien
tardaba horas y aquí minutos (¿?), no digamos ya el humano/alien que, de modo
incongruente, pues de dónde saca la ‘materia’ para en cuestión de minutos pasar
de bebe a ser de y tres metros de altura; El xenomorfo que es mutante de humano
es directamente un remedo del de “Alien: Resurrección”, con la diferencia de
que en la anterior la cabeza era de Alien y aquí la base es de humano. Por
cierto, muy manido el tête à tête de este con Rain, por que no la mata
directamente?; Y lo de que mate al bicho dejándolo el espacio exterior lo
absorba lo vimos en la primera y cuarta parte, se pediría un poco de
originalidad, una cosa es homenajear y otra carecer de inventiva para el final.
La película presenta
conexiones y referencias a las seis películas anteriores de Alien: Alien,
Aliens, Alien 3 (1992), Alien Resurrection (1997), Prometheus (2012) y Alien:
Covenant (2017), en alguna capacidad. En particular, la película se vincula
directamente con Alien y Prometheus, con Weyland-Yutani recuperando al
xenomorfo que atacó a Ellen Ripley en Alien del USCSS Nostromo, androide
llamado Rook que se parece físicamente a Ash de la primera película, y la
"sustancia negra" de Prometheus que da a luz a un híbrido
humano-xenomorfo que se parece a un Ingeniero de Prometheus y la criatura del
final de Resurrection. Rook aparece a través de un animatrónico con la imagen
del fallecido Ian Holm, anteriormente interpretó a Ash. Álvarez confirmó las
conexiones con Prometeo y afirmó el parecido del híbrido con los Ingenieros era
intencional; esto se hizo para cerrar la brecha entre las precuelas y las
películas originales. La película también se inspira en el videojuego Alien:
Isolation (2014). Esto implicó integrar puntos de registro del teléfono de
emergencia del juego en el diseño del escenario de la película. Estos
teléfonos, que funcionaron como puntos de guardado en el juego, sirven como
huevos de Pascua presagian peligro inminente para la audiencia. El embarazo del
personaje Kay se inspiró en Dina de The Last of Us Part II (2020) debido a que
Álvarez jugó el juego mientras escribía la película.
‘-La escena de la sala
donde parece caer lluvia del techo es la misma que nos planteó Ridley Scott
pero sin gato de por medio.- Los pasillos revestidos de cadáveres colgando de
viscosidad alienígena son los mismos pasillos que nos enseñó "James Cameron"
en su ratonera particular.- La misma cuenta atrás con las mismas pantallas con
una "X" parpadeando.- "No tenéis ninguna posibilidad, pero
contáis con mi simpatía". (Esto lo dijo la Teniente Ripley en “Aliens, el
regreso”) - Cailee se mete en un traje del espacio (pero esta vez ella no va en
bragas como Sigourney), para su enfrentamiento final con tu
"humanalien" particular.- También el monstruo final es tragado por el
espacio. -Rain calza las mismas Reebok que Ripley en Aliens. - Tyler enseñando
a Rain a manejar el rifle, como hacía Hicks con Ripley en Aliens; Diálogos como
el "Aléjate de ella, perra" pronuncia Andy al mientras revienta a
tiros a un xenomorfo, como hacía Ripley en Aliens para proteger a Newt.
Rook, oficial científico
androide a bordo del Romulus, tiene la voz de Daniel Betts, mientras su
apariencia física se basa en la imagen del fallecido Ian Holm, interpretó al
androide Ash en la película original. Después de obtener el permiso de los
herederos de Holm, Rook fue realizado por la compañía de efectos Legacy
Effects, creó una cabeza y torso animatrónicos basados en un escaneo de
cabeza que Holm había hecho durante la producción de la trilogía
cinematográfica de El Señor de los Anillos. Para ciertas tomas, el personaje
práctico también fue mejorado por CGI y tecnología de inteligencia artificial
deepfake de la compañía CGI Metaphysic, como para sincronizar los labios o
mejorar su nariz y ojos. Las grabaciones de diálogo de Betts luego se
modificaron con el software de filtrado Speecher, para basarse en el diálogo de
Ash extraído del Alien original.
Trevor Newlin interpreta
al xenomorfo, mientras el híbrido humano-xenomorfo (acreditado como
"Offspring") interpretado por el ex jugador de baloncesto rumano
Robert Bobroczkyi. Para interpretar a Offspring, Bobroczkyi usó maquillaje
protésico de cuerpo completo creado por Legacy Effects, con la excepción de la
cola de la criatura que fue CGI.
El rodaje se realizó en
Budapest, ciudad elegida por sus "ubicaciones fuera de lo común". El
diseñador de producción Naaman Marshall tuvo como objetivo reinterpretar el
mundo Alien y honrar el legado de la franquicia, particularmente las dos
primeras películas de la serie. Como tal, la sección Romulus de la estación
espacial Renaissance fue diseñada para recordar el diseño del escenario visto
en la película Alien y el videojuego Alien: Isolation , influenciado por el
arte conceptual original de Alien de Ron Cobb , así como maquinaria y vehículos
industriales de carga pesada. Mientras tanto, la sección Remus más avanzada fue
diseñada para recordar el diseño de producción representado en la película
Aliens.
El Xenomorfo fue hecho
para parecerse más al diseño original de Alien de HR Giger de la primera
película, en lugar de los diseños de las secuelas. Filmefex Studios creó el
maquillaje protésico para los actores, así como para los cadáveres de la
película, mientras que una secuencia que muestra imágenes de seguridad en
time-lapse de una rata siendo aplastada y regenerada fue una animación stop
motion creada por Phil Tippett. Un elemento de diseño notable es el rifle de
pulso, fusiona características del lanzallamas original de Alien y el rifle de
pulso de Aliens.
El director de
fotografía Galo Olivares filmó la película usando cámaras digitales Arri Alexa
35 con lentes asféricas Arri Master Prime y Ultra Prime para una relación de
aspecto de 2.39:1. Esto fue elegido para ser un equilibrio visual entre Alien,
filmada usando lentes anamórficas en relación de aspecto de 2.39:1, y Alien ,
filmada usando lentes asféricas para una relación de aspecto de 1.85:1.
Olivares comenzaría a filmar escenas con lentes gran angular y gradualmente
cambiaría a lentes cada vez más largas a medida que las escenas se volvían más
intensas, siendo una lente de 75 mm la lente más larga utilizada. Álvarez
seleccionó tono naranja como color define la película, divergiendo de los tonos
azules de las películas anteriores de "Alien".
El artista de efectos
visuales Ian Hunter creó efectos en miniatura para la película, incluyendo la
nave espacial Corbelan IV y la sonda Weyland-Yutani Echo. Estos efectos se
filmarían directamente o se escanearían en una computadora para modelar CGI.
La banda sonora fue
compuesta por Benjamin Wallfisch. presenta temas y pistas de Alien, compuesta
por Jerry Goldsmith; Aliens, compuesta por James Horner; y las pistas
"Life" y "We Were Right" de Prometheus, compuesta por Harry
Gregson-Williams. También se escucha la composición "Entry of the Gods
into Valhalla" de Das Rheingold de Richard Wagner, apareció en gran medida
en Alien: Covenant.
Con los defectos
mencionados, Fede ha conseguido amenizarme un rato, buen estilo visual, con
espíritu de la aventura, y se nota que no ha pretendido más que ser un buen
pasatiempo y esto, sin trascender, lo alcanza. Gloria Ucrania!!!
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