GREMLINS
Entretenido fil de
terror y comedia, un clásico ochentero y por tanto ‘videoclubero’, de los que
me regocijaron en mi ya muy lejana adolescencia, pero que visto hoy día deja
entrever sus muchas costuras, aun así, mantiene parte del encanto que me
entusiasmó, y con él rememorando la nostalgia de un tiempo cuasi olvidado. La he
visto con motivo de la Navidad (transcurre la historia en estas fechas) y de
que ha cumplido este año el 40 aniversario de su estreno (se estrenó en cines
el 8 de junio de 1984), la cinta mantiene el atractivo de esos traviesos murciélagos
sin alas, maravillosamente creados por animatronics por el experto en la materia
Chris Walas, lejos de los ahora pujantes CGI. Dirige Joe Dante, realizado que
en esta década apuntaba alto, pero entró en declive muy pronto, con guion de otro
que tuvo sus años de gloria, con este guion en el año de su debut en la
escritura, con “Los Goonies” y con la segunda aparte de “Gremlins”, luego pasó
a ser director de éxitos como “Solo en casa”, “La señora Doubtfire”, e incluso dirigió
dos secuelas de la saga Harry Potter, pero tampoco terminó de cumplir las
expectativas. Pero sobre todo esta producción lleva el sello de su totémico
productor, Steven Spielberg (hace un cameo llevando una bicicleta en la
convención de inventores), que sabía lo que al público teenager le gustaba, que
eligió a Dante por su trabajo en nel film “Aullidos”. Los Gremlins se basan en
leyendas de criaturas traviesas folclóricas que causan disfunciones en la Real
Fuerza Aérea Británica que se remontan a la WWII, la historia sigue al joven
Billy Peltzer, recibe el regalo navideño de una extraña criatura como mascota, esta
por accidente genera otras criaturas se transforman en monstruos agresivos
parecidos a diablillos que causan estragos en la ciudad natal de Billy durante
la Nochebuena, esto para mezclar de modo juguetón la alegría de estas fiestas
con el horror de estos bichos, pariendo un divertido humor negro. Esto gracias
a las formidables escenas en que se juntan en grupo los juguetones gremlins, maravillosamente
achuchables, tanto es su magnetismo que cuando ellos no están en pantalla la película
cae en picado. Y es que su elenco interpretativo resulta plano, meros clichés
sin alma, si acaso, el único que tiene algo de chispa es Dick Miller con su
chovinista ultra patriota que odia todo lo no estadounidense, resto con fuerza alguna,
ejemplo de esto es que 40 años después ninguno de los principales aquí llegó a
destacar en cine. El éxito de esta película provocó un sinfín de pseudo plagios
que bebían de este formato humor con bichejos, ejemplo son los Critters,
Ghoulies, o Hobgoblins
Los gremlins, tiene un diseño
ya legendario, sobre todo el peludito Gizmo con esos adorables ojitos,
achuchable, adorable, tierno, o su doppelgänger Stripe y sus adláteres, que
resultan menos achuchables al no llevar pelaje y su piel resultar parecida a la
de serpientes. Estos un enjambre de chistosos cafres, groseros, violentos,
pervertidos, borrachines, unos bad-ass: Tiene tras ellos efectos especiales
brillantes, sobre todo teniendo en cuenta los medios disponibles entonces. Los
gremlins son en realidad un ejército de marionetas con piel de látex ideadas
por el experto en efectos especiales Chris Walas (“Piraña” o “En busca del arca
perdida”) y ensamblados por una ganga de 1,3 millones de dólares. Los monstruos
de color marrón verdoso, de 58 cm de alto y orejas de murciélago de 25 cm, se
controlaban con manos, cables, varillas, señales de radio y un método efectivo
que Walas describe como "títeres de lanzarlos por la habitación". El
gremlin más complicado tenía 60 cables operados por una docena de técnicos que
se encontraban a una distancia de entre 2,5 y 3 metros; se diseñaron
"supercaras" para Gizmo y su archirrival gremlin Stripe, con unos 36
cables que controlaban el movimiento de los ojos, la frente, la boca y las
fosas nasales del personaje. “Cada toma requería de diferentes duendes”, dice
Walas. “Creamos doce versiones de Gizmo y 14 Stripes, cada una utilizada en un
primer plano diferente o para un movimiento específico o para expresar una
nueva emoción. Un duende tenía que ser capaz de inhalar y exhalar humo de
cigarrillo. Otro tenía que arrojar platos a la madre de Billy y otro tenía que
andar en patineta por los grandes almacenes. Con toda la reescritura del guion
durante la producción, estuvimos haciendo marionetas hasta los últimos días de
rodaje”.
Aparte de ellos, es ya
parte de la cultura pop todo su imaginario de reglas para cuidarlos (Que no les
de la luz; que no se mojen; y que, sobre todo, que no se alimenten después de
la medianoche). Cinta que tarda en tomar impulso, pero que cuando lo hace,
emergiendo toda la hueste de monstruitos haciendo de las suyas por el nevado idílico
pueblo, la cosa resulta trepidante, donde las situaciones jocosas se encadenan
una tras otra, jugando con la comedia negra, provocando el caos más bizarro en los
vicios y desmadres de estos seres. Es una peli con el único objetivo de sacarte
sonrisas y lo consigue con creces, lástima que la historia en si resulte tan
poco estimulante.
La cinta está repleta de
guiños cinéfilos: Centauros del desierto, Encuentros en la tercera fase, El
mago de Oz, Para complacer a una dama, La invasión de los ladrones de cuerpos,
Orfeo, El guerrero de la carretera, Planeta prohibido, La máquina del tiempo Qué
bello es vivir!, Blancanieves y los Siete Enanitos, Flash Dance y ET, dibujos
animados de los viejos maestros de Warner, Chuck Jones y Bob Clampett, las
obras completas de Roger Corman.
Tiene un cautivador inicio
con es padre buscando en Chinatown un regalo especial para su hijo, y como es guiado
a una misteriosa tienda en un sótano. Y allí encuentra una extraña mascota para
su hijo, para poder llevársela debe sortear las reticencias del anciano chino.
Sorteado por el nieto que entrega la caja con el animal remarcando las normas
para cuidarlo.
Luego entramos en una
fase un tanto renqueante de una trama en que ternemos al dulce e inocente
Gizmo, pero esto tiene poca salsa, como poca tiene toda la sub trama del joven
protagonista en el pueblo, sus problemas en su trabajo con una caricaturesca
villana o su romance con una camarera. Pero todo eso cambia cuando los gremlins
comandados por uno con cresta deciden que es su hora de divertirse,
precisamente en Nochebuena, y sus fechorías serán enfrentadas por los humanos como
puedan, como ese modo sanguinario de reventar a uno de ellos en el microondas.
Tendremos momentos
épicos: Como el coro navideño (ataviado para la ocasión) de gremlins; el tuneo a
la silla ascensora; el tractor excavadora que sacan a pasear; el hackeo a los
cables de los semáforos; disfrutaran de modo bárbaro en su poca disciplina de
una sesión nocturna en el cine de “Blancanieves y los siete enanitos”; pero
sobre todo está la set piece más bizarra en como toman el pub, un festín apoteósico
de viñetas chorreantes, beben cerveza, fuman, hacen de exhibicionista, uno se cuelga
del ventilador en marcha, otros juegan una timba de póker (que acaba con
tramposo tiroteado), otro se traviste, otros juegan al billar, otros juegan a
la diana con Gizmo, otro parodia la mítica escena del baile de “Flashdance”, un
tramo delirante de ingenio, ,muy cartoon, imposible no reírse con estos gamberros.
Además de ser un
homenaje a las películas series b de esas de sesión doble, es una especie de revisión
ácida de la Navidad, la familia, las autoridades policiales, el patriotismo, los
peligros de tener mascotas extrañas, y es que en realidad todo el caos se
desencadena por la negligencia humana.
Siento fuera de lugar la
historia que cuenta la coprotagonista (Phoebe Cates) explica por qué odia la
Navidad, no entiendo que se espera de esta trágica ‘anécdota’, da grima y te
deja el gesto torcido. De hecho los productores de la Warner, con Spielberg
entre ellos, quisieron quitar este tramo, pero Dante se impuso y la dejó, y se
equivocó; Tampoco el climáx me resulto a la altura de lo que esperaba, por lo
visto en el ‘akelarre’ descacharrantre, falto de chispa.
La banda sonora de la
película fue compuesta por Jerry Goldsmith, compuesta con el objetivo de
transmitir "el humor travieso y el suspenso creciente de Gremlins".
Goldsmith también escribió la canción de Gizmo, tarareada por Ilene Keys,
actriz infantil y conocida de Goldsmith, en lugar del propio Mandel. Goldsmith
también aparece en la película, junto a Steven Spielberg, en la escena en la
que Rand llama a casa desde la convención de vendedores.
La película cuenta con
varios cameos de miembros de la tripulación o invitados. Alguno ya mencionado: El
animador Chuck Jones interpreta al Sr. Jones, el mentor de dibujo de Billy.
La noción de gremlins
fue concebida por primera vez durante la década de 1920, cuando se atribuía en
broma a los pequeños monstruos las fallas mecánicas de los aviones de la RAF.
El término "gremlins" también entró en la cultura popular cuando el
autor infantil y piloto de la RAF Roald Dahl publicó un libro llamado The
Gremlins en 1943, basado en las traviesas criaturas. Walt Disney consideró
hacer una película de la película. Una caricatura de Bugs Bunny de la época,
Falling Hare, muestra a Bugs Bunny luchando contra un gremlin en un avión. Joe
Dante había leído The Gremlins y dijo que el libro había influido en cierta
medida en su película. En 1983, Dante se distanció públicamente de sus trabajos
de películas anteriores, explicando: "Nuestros gremlins son algo
diferentes: son como verdes, tienen bocas grandes, sonríen mucho y hacen cosas
increíbles y realmente desagradables a las personas y lo disfrutan todo el
tiempo".
La historia de Gremlins
fue concebida por Chris Columbus. Como explicó Columbus, su inspiración vino de
su loft, cuando por la noche "sonaba como si saliera un pelotón de ratones
y oírlos corretear en la oscuridad era realmente espeluznante". Luego
escribió el guion original como un guion especulativo para mostrar a los
posibles empleadores que tenía habilidades para escribir. La historia en
realidad no estaba destinada a ser filmada hasta que Steven Spielberg se
interesó en convertirla en una película. Como explicó Spielberg, "Es una
de las cosas más originales con las que me he encontrado en muchos años, por
eso la compré". Spielberg consideró a Tim Burton para dirigir la película
después de ver su cortometraje Frankenweenie.
Con sus defectos, pero
aguanta el paso del tiempo. Gloria Ucrania!!!
PD. Película seguida por
una secuela, “Gremlins 2: La nueva generación” (1990).