ALIEN: RESURRECCIÓN.
Ripley 8
Fallida secuela de la famosa franquicia iniciada en 1979, comentaré la versión extendida de 7 minutos más larga . Embarcado en un ciclo particular por ver todos los films del director galo Jean-Pierre Jeunet, responsable de obras tan cautivadoras como “Delicatessen”, “Amelie” o “Largo domingo de noviazgo”, pero que aquí se encuentra, a mi parecer, como pez fuera del agua, su lirismo barroco se la pega con todo el equipo con esta suigéneris continuación de la saga. Demostrando que la misma se ha quedado desfondada, sin ideas atractivas, sin chispa, y por tanto lo único que hace es dar vueltas sobre si misma en pequeñas variaciones sobre la original, y por tanto a peor. La primigenia historia de Ridley Scott nos llevó al vasto espacio exterior, donde una criatura de una furia inimaginable y mortal vagaba por los oscuros pasillos de una nave espacial, eliminando a los miembros de la tripulación uno por uno, siendo todo una maravilla en como creaba claustrofobia, tensión, delineaba a los personajes de modo fantástico, jugaba con las sugerencias, con los velado para esconder al Alíen, por como componía escenas ya míticas, por como nos llevaba a su potente clímax, y por el camino creando a una heroína entonces desconocida en la que la interpretaba, por lo que la hacía potencialmente objetivo para ser asesinada, con lo que fuera ella la única superviviente en el duelo con la Bestia era impactante para el espectador de entonces. La segunda de James Cameron ya no podía jugar la baza de la sorpresa de los alienes o de que la Tte. era una heroína, pero sabía dar un enfoque tenso a la acción, sabiendo que no había presentación nos introducía con virulencia en esta aventura. La tercera de David Fincher fuie ya una errada entrada, del que el propio director de “Seven” reniega, pues eso lo dice todo, era una vuelta a los orígenes, pero en plan cansado y perezoso.
Ambientada 200 años después de la entrega anterior,
Alien 3 (1992), Ellen Ripley es clonada y una reina alienígena es extraída
quirúrgicamente de su cuerpo. United Systems Military (USM) espera criar
alienígenas para estudiar e investigar en la nave espacial USM Auriga,
utilizando huéspedes humanos secuestrados y entregados a ellos por un grupo de
mercenarios. Los alienígenas escapan de sus recintos, y Ripley y los
mercenarios intentan escapar y destruir el Auriga antes de que llegue a la
Tierra. Otros papeles son interpretados por Ron Perlman, Dan Hedaya, JE Freeman,
Brad Dourif y Michael Wincott.
Esta es algo mejor que la tercera, lo cual no era
complicado, pues al menos tiene alguna escena a recordar, cosa que carece la
anterior, me refiero al tramo acuático, pero el resto es olvidable. El guion es
de un entonces en alza Joss Whedon (responsable de series tan populares como “Buffy,
cazavampiros” o “Firefly”), para un argumento que no es valiente en afrontar territorios
distintos y se queda en repetir fórmula, con el aliciente de provocar el
interés de como volverá a la historia la Tte. Ripley, y esto es de la forma más
simplista posible, ‘que está muerta la protagonista hay que traerla a la vida,
pues la clonamos (con dos c…s!)’, esto le sirve para criticar esto mediante una
escena gore cuando vemos el resultado fallido de estos clones desfigurados y
adefesios sufrientes. Pero es que este juego de fotocopiar a la Ripley se socava
su personalidad de modo chusco.
El desarrollo es atropellado, hundiéndose en situaciones
ya manidas de experimentos Mad Doctor de clones atrofiados. Con un núcleo
central ‘clásico’ del juego del gato y el ratón, de los alíen intentando dar
caza a los humanos, estos un grupo heterogéneo de seres sin carácter, intercambiables,
y eso que entre los secudnarios hay intérpretes importantes como Dominique
Pinon, Dan Hedeya, J.E. Freeman o Brad Dourif, que te da igual si los matan o
les toca el gordo de navidad, solo Ron Pearlman es capaz de sobresalir un poco con su inherente carisma, el resto insulsos
personajes, mención aparte para una desnortada Wynona Ryder en un papel que
pretende emular al robot de turno y se queda en una modosita interpretación,
parece un mimosín en un barril de pirañas, lo mejor que se puede decir de ella
es que su elección fue muy equivocada. Los Alien ya son monstruos sin la capacidad
de asustar, con lo que la dirección lo porfía todo en este apartado a la
casquería (los cruentos nacimientos de alien, tripas, bocados a cabezas, alumbramientos
de aliens sobre dos cuerpos humanos, etc). Todo resulta bastante lineal, tras
la alargada introducción, con un grupo de aliens encerrados en compartimentos
para ser estudiados que oh, sorpresa! Escaparan! Llevan estudiándolos tiempo y
no saben que su sangre es ácido que derrite el metal, debiendo haber recubierto
el habitáculo con cerámica, y donde queda la pregunta que con que alimentan a
los bichos. Llega el nudo central que es la huida de los supervivientes a la
nave para escapar, por el camino pequeños piques entre el grupo, alguna
traición, algún sacrificio que produce entre la nada y el zero.
Jeunet introduce su visión mordaz del mundo, ya desde
el inicio con un plano de lo que parecen mandíbulas del alien, la cámara se aleja y vemos es una pulga (claro
guiño a su anterior film “La ciudad de los niños perdidos”), el piloto la ve y aplasta,
mete los restos en una pajita y a modo de cerbatana, escupe las tripas del
bicho, estampándolas contra la ventana, hacia nosotros. Desde ahí el plano se
aleja más, mostrando las inmensas instalaciones espaciales. Ello en un plano
secuencia que da la talla del fenomenal cineasta que es Jeunet, pero esta no es
su historia, si quizás hubiera arriesgado y hubiera seguido con el cinismo e ironía
de la que sabemos es capaz, podría haber dado algo mucho mejor (como ese ‘pistolero’
que juega a los rebotes o esa divertida [pero innecesaria] escena [son sentido]
de Ripley riéndose de los ‘piratas’ con
el balón de basket den la pista), pero lo que ofrece aquí es una cinta
arrítmica, con diálogos pobres.
Lo de la sub trama de empatía de Ripley con los Alien,
de reminiscencias materno-filiales-sexuales me ha suido muy retorcido y cogido
con pinzas. En realidad, esto es para entroncar con su embarullado rush final y
ofrecernos un tramo donde se navega por la vergüenza ajena y al final se
emponzoña en ella con la aparición de ese alíen pálido (y no digo más para no
spoilear), surgido de esa matriz inverosímil grandiosa que me aleja de
cualquier asidero orgánico.
Por supuesto que siendo una superproducción tiene a
tal efecto una puesta en escena estupenda, con unos f/x formidables de Pitof (“La
ciudad de los niños perdidos”), jugando con las miniaturas en exterior, con escenarios
realista del interior de la gran nave, y por supuesto con la creación de los alíen
(aunque sabiendo por las anteriores que estos corren y saltan de modo supersónico,
el que no acaben con los humanos en un plis plas es tramposo), con una
excelente fotografía de Darius Khondji(“La ciudad de los niños perdidos”), con
luminiscencia granulada, en marcados macilentos amarillentos, emitiendo un
lugar al borde de la descomposición (me extiendo en mi blog).
A Ripley en esta labor de recuperar del mundo de los
muertos, se la ha reinventado, pasando de la heroína muy humana en sus defectos,
a un ser mutante ambiguo, de enorme fuerza, sangre ácida, filmada en
contrapicados para hacerla de más altura, más fuerte, más segura de sí misma, más
sombría, más cínica, un cuasi robot (por ello lo de empatizar con el robot
Call), con ese ‘gen’ (rebuscado) de estar conectada con los alíen. Con ello su
cansado rol queda estropeado con esta hibridación mal expuesta.
Spoiler:
Lo del rush final está más sobado que las tetas de Julieta
en su casa en Verona. A que mente lumbrera se le ha ocurrido que el alíen se
introduzca en la nave en la que van a escapar los supervivientes en el último
momento? Esto ya pasaba en la primera y segunda parte! Que halla un problema en
una escotilla y vaya sola Call y tarde en volver y nadie pueda pensar que igual
hay algún polizón alíen a bordo es de traca. Lo de que un agujerito succione al
alíen poquito a poco es aparatoso y poco ingenioso, ello mientras además
pretenden nos empaticemos con el alien al poner ojitos de niño que no ha roto
un palto (puaj!!!). Por no hablar de que la nave pueda entrar en la tierra atravesando
la atmóisfera sin desintegrarse por el
agujero del cristal, pero de que van? Vemos al final a Rupley y Call, ahora
convertido en Balde Runner que quiere huir de los humanos, charlan mientras observan
las ruinas de Paris 8con al Toerre Eiffewl derrumbada), pero y el resto de la
tripulación?
Tenemos un tramo para mi chirriante con Ripley siendo
succionada por el vientre pantagruélico del Alíen Madre que se ha expandido de
forma grotesco por la nave. En su vientre Ripley ve da a luz a dos alíen, uno
con la clásica forma y a otro con rasgos de humano en que tiene ojos y nariz,
así como que es blanco, ambos recién nacidos se miran y el blanco termina por
dar un golpe letal al hermano. El blanco se acerca a Ripley y le da un lametón
sensual (nos enteramos tiene lengua y no una cabecita telescópica en su
garganta), lo cual es una mala copia de la tercera parte donde el alíen hace
algo similar acercando su rostro al de Ripley hasta casi rozarlo. Nos viene a
decir que el alíen nuevo se vincula mejor con su madre humana, por qué? Pues
por imperativo del guion!
No es que sea un mal film, es que resulta poco
estimulante, y con los implicados en él se esperaba mucho más. Gloria
Ucrania!!!
Jeunet contrató al supervisor de efectos especiales
francés Pitof y al director de fotografía Darius
Khondji , con quienes había trabajado en La ciudad de los niños perdidos.
Nigel Phelps fue elegido como diseñador de producción, habiéndose hecho un
nombre por sí mismo diseñando Ciudad Gótica en Batman y Mega-City One en Judge
Dredd.
La compañía de efectos especiales Amalgamated Dynamics
Incorporated (ADI) fue contratada para la película, habiendo trabajado
previamente en Alien 3. Los fundadores de ADI, Tom Woodruff Jr. y Alec Gillis,
también tenían experiencia trabajando con Stan Winston en Aliens . ADI basó sus
diseños y modificaciones de las criaturas Alien en el guion de la película, que
incluía que las criaturas tuvieran colas puntiagudas para nadar, hacer que sus
cabezas y barbillas fueran más puntiagudas y establecer que parecieran más
feroces utilizando técnicas de ángulos de cámara y duración de toma. Después de
recibir la aprobación del director, ADI comenzó a crear pequeñas esculturas,
bocetos, pinturas y modelos de tamaño natural. Refiriéndose al uso de
animatrónica en la película, el ejecutivo de Twentieth Century Fox, Tom Rothman
, afirmó: "La mayoría de las películas se verían tentadas a hacer al
Newborn digitalmente... [pero] parece mucho más real cuando [usas]
animatrónica".
Jeunet le pidió a ADI se inclinara por hacer la
criatura híbrida humano/alienígena fuera más humana que Alien. Concepto inicial
replicar características de Sigourney Weaver, aunque el equipo sintió este
diseño sería demasiado similar al diseño de la criatura Sil de la película
Species de 1995. Se agregaron ojos y nariz al híbrido para permitirle tener más
expresiones y comunicar más emociones que los xenomorfos, de modo tuviera
profundidad como personaje en lugar de ser "solo una máquina de
matar". Jeunet se mantuvo firme que el híbrido tenía genitales que se
asemejaban a mezcla de sexos masculino y femenino. Sin embargo, 20th Century
Fox no se sintió cómoda con esto y Jeunet finalmente cambió de opinión,
sintiendo que "incluso para un francés, es demasiado". Los genitales
se eliminaron durante la posproducción utilizando técnicas de efectos
digitales. El híbrido animatrónico requirió 9 titiriteros y fue el animatrónico
más complejo de la película.
Weaver tuvo la idea de que, como ejemplo de los nuevos
poderes de Ripley, podría haber una escena en la que lanzara una pelota de
baloncesto a través de un aro hacia atrás. Jeunet estaba preocupado de que la
toma requiriera cientos de tomas y quería usar una máquina para lanzar la
pelota o insertarla más tarde utilizando imágenes generadas por computadora
(CGI), pero Weaver estaba decidida a hacer la toma auténtica e insistió en
hacerlo ella misma. Después de entrenar durante un mes, durante el cual promedió
una de cada seis canastas, llegó al set el día de la filmación y descubrió que
el set estaba construido para requerir una toma mucho más larga de lo que había
practicado. A pesar de esto, en la primera toma hizo el lanzamiento a la
perfección. Sorprendió al elenco y al equipo, e hizo que Ron Perlman saliera
del personaje y se volviera hacia la cámara para decir "Oh, Dios
mío!", lo que provocó temores que hubiera arruinado la toma única en la
vida. Sin embargo, hubo una pausa suficiente entre la canasta de Weaver y la
declaración de Perlman para los editores cortaran la escena en consecuencia
durante la posproducción. La pelota quedó fuera de cuadro por un momento
durante la toma, y Pitof se ofreció a editarla para que la pelota estuviera
en pantalla durante toda la escena, pero Weaver se negó.
En 2003, Jeunet incluyó una versión alternativa de la
película en la caja del DVD Alien Quadrilogy con diferentes escenas de apertura
y cierre, que originalmente se cortaron debido a restricciones presupuestarias.
Las escenas eliminadas incluían referencias al personaje Newt de Aliens ,
Vriess haciéndole una broma a Call, el clon de Ripley despertándose en medio de
su operación, una conversación extendida entre el general Pérez y Elgyn, una
conversación extendida en el comedor que revela el destino final de los
antiguos empleadores de Ripley, Weyland-Yutani, un diálogo extendido entre Call
y el clon de Ripley en la capilla y escenas del aterrizaje de Betty en la
Tierra y el paisaje del planeta durante el diálogo final entre Ripley y Call,
mientras ven las ruinas de París . La edición especial restaura 13 minutos y 5
segundos de metraje (incluyendo la nueva apertura y final), y es 7 minutos más
larga que la versión cinematográfica. Jeunet ha declarado que la edición
especial no es un corte del director ya que su versión preferida es el corte
teatral.
PD. Weaver recibió un crédito de coproductor y, según
se informa, recibió 11 millones de dólares; El film recaudó US$47,8 millones en
Estados Unidos y Canadá, convirtiéndose en la menos exitosa de la serie Alien
en ese mercado. Recaudó US$161 millones en todo el mundo.
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