MADRE
Obra Maestra del cine silente, cual “El Nacimiento de
una Nación”, es cine de propaganda que esconde una nociva ideología, pero es la
forma de narrarlo lo que hace este film soviético un hito del Séptimo Arte, su
brillante manejo de la edición, mediante rápidos fundidos, imágenes de la
naturaleza (hielo, ríos, campos, nubes, …) a modo de que esta es reflejo de la
sociedad, yuxtaposiciones, sobreimpresiones, tomas subjetivas, singulares angulaciones,
picados-contrapicados, todo en pos de crear una inundación de emociones. Solo
rivaliza el cine soviético con el "Acorazado Potemkin" de Eisenstein por
ser el Everest. Dirigida hace 98 años por Vsevolod Pudovkin, en su debut en un
largometraje dramático, con guion de Nathan Zarkhi (“El fin de San Petersburgo”)
adaptando la novela de 1906 “La madre” de Maxim Gorky, rescindiendo de algunos
personajes y haciendo algunos sensibles cambios para interesar a quienes ya
habían leído la obra de Gorki, convertir a la familia en metáfora micro de la
sociedad que se padecía durante la monarquía. La primera entrega de la
"trilogía revolucionaria" de Pudovkin, junto con “El fin de San
Petersburgo” (1927) y “Tormenta sobre Asia” (también conocida como El heredero
de Gengis Kan) (1928). En 1906, el escritor ruso Maxim Gorky viajó a
Estados Unidos y logró algo notable en el camino: comenzó a escribir lo que
debe considerarse una de sus mejores novelas, "La Madre".
Después de la revolución de 1905, aplastada por las
fuerzas del zar pero que aun así provocó cambios profundos en la forma en que
se gobernaba Rusia, Gorky quería crear algo que inspirara a los revolucionarios
a seguir luchando. Basó su novela en hechos reales que tuvieron lugar en 1902 durante
una manifestación en Sormovo; Gorki era pariente de la “madre” del título del
libro. Después de servir junto a sus compatriotas rusos en la Gran Guerra
Mundial, Vsevolod Pudovkin cambió radicalmente su vida al ver la película
Intolerancia de DW Griffith, inspiró al joven a dejar sus estudios de química
para dedicarse a las artes cinematográficas. Pudovkin tras dirigir su ópera
prima en un documental, “Mecánica del cerebro” en 1926, ese mismo año se
embarcó en su debut en el largometraje narrativo con “Madre”, considerada por
muchos como una obra maestra de la era del cine mudo ruso y una muestra del
emotivo enfoque de Pudovkin hacia la edición. Pudovkin siguió la historia de
Madre sobre el levantamiento del proletariado con “El fin de San Petersburgo”,
de temática bolchevique, y “Tormenta sobre Asia”, ambientada en Mongolia, en
1927 y 1928 respectivamente, deslumbrando al mundo con un trío de películas
centradas en este período tumultuoso y revolucionario de la historia rusa.
Una obra de ficción, y Pudovkin como buen discípulo de
Sergei Eisenstein (el año anterior creó la Homérica “El Acorazado Potemkin”,
que también tuvo lugar durante la revolución de 1905), crea sensaciones a
través de un electrizante montaje, cargando de cortes punzante el desarrollo,
con un maremágnum de simbolismo, donde se ahonda en la lucha de clases, y en
los abusos arbitrarios del poder, donde los empresarios están en connivencia
con el poder para seguir aumentando sus dividendos pecuarios. Esta el juego de alter
egos, empieza en la titular la Madre es el pueblo soviético, pobre, protectora,
sufrida, sacrificada, y su toma de conciencia es la de la sociedad que
despierta; El Padre es el pasado opresor zarista, vicioso, abusador, sádico, no
le importa su familia; mientras el hijo es el Futuro comunista, la esperanza en
un mañana con Justicia Social; De Madre, Pudovkin dijo una vez: "traté de
afectar a los espectadores, no por las actuaciones psicológicas de un actor,
sino por síntesis plástica a través del montaje".
Pudovkin, junto con Eisenstein, Kuleshov o Vertov, es
uno de los principales representantes de la escuela cinematográfica soviética
caracterizada en particular por el montaje soviético, una forma de crear un
nuevo significado mediante la yuxtaposición de planos independientes. Al igual
que Eisenstein, Pudovkin contrasta planos generales de grandes multitudes con
primeros planos de rostros o detalles, pero mientras que para Eisenstein el
verdadero héroe es la multitud, o el pueblo en su conjunto, Pudovkin centra su
película en algunos individuos, con las multitudes proporcionando un fondo a
sus aventuras. Esta diferencia es muy clara en la escena inicial, donde
Pudovkin esboza los personajes de los tres miembros de la familia Vlasov en
torno a los cuales se construye la película: el padre borracho que apoya el
antiguo orden, el hijo revolucionario y, en medio, la madre golpeada que pasará
de conservadora a revolucionaria durante la película.
Comienza con una serie de instantáneas de la Revolución rusa de 1905. Tras lo que pasamos a una vista nocturna de la ciudad con un hombre borracho, Vlasov (gran Aleksandr Chistyakov), expulsado de un bar y caminando tambaleándose hacia su casa. Vlasov le quita la plancha de ropa que sirve de peso para el reloj que cuelga de la pared. Su esposa (maravillosa Vera Baranovskaya) intenta impedírselo y lo hace caer, rompiendo el reloj en el proceso. El hombre quiere golpear a su mujer, pero el ruido despierta a su hijo Pavel (muy bueno Nikolai Batalov), un joven trabajador de la misma fábrica que su padre, y él la protege. De vuelta en el bar, el hombre quiere cambiar el hierro por más alcohol, el dueño al principio se niega, pero algunos de los capataces de la fábrica presentes lo apoyan porque creen que puede serles útil. Temprano en la mañana, Anna (Anna Zemtsova), una chica activa en el movimiento obrero, le pide a Pavel que esconda algunas armas en su casa, ya que se planea una huelga para la mañana siguiente.
Pudovkin en miscelánea con la cinematografía de Anatoli
Golovnya, utiliza primeros planos de objetos o partes del cuerpo para expresar
sentimientos de los roles, ejemplos hay muchos, uno sucede cuando arrestan a Pavel,
hay primer plano de sus puños cerrados tras la espalda, en señal de ira latente,
hay un corte a un primer plano de las manos enguantadas del oficial, el
contraste de manos desnudas con otras ocultas; Hay un uso expresionista del
capitalismo reflejado en los patronos de la fábrica, los vemos como
displicentes fumadores de puros con trajes impolutos, más interesados en la
nueva adquisición de un equino, también se ve durante el tramo del juicio. La
connivencia entre empresarios y estado se expone con cinismo en el juicio con los
primeros planos de los tres jueces, y estos caracterizados por intertítulos, la
Rectitud, la Justicia y la Misericordia. Donde el abogado defensor es vejado en
su alegato por un juez, dejando patente que la sentencia está adjudicada antes
de empezar, esto potenciado por como vemos un juez mira aburrido su reloj.
Tramo es editado en cortes rápidos pasando de jueces a acusados.
El director azuza la intensidad en momentos que te socavan
como cuando interrogan ala Madre en su casa, todos sabemos que ella sabe la
respuesta a la pregunta de la policía zarista, la vemos mirar al escondite,
ello en ágiles cortes que crean potente intensidad dramática, ello en un
segmento que recuerda indefectiblemente a la obra de Edgar Allan Poe “El
corazón del delator”.
También es de destacar la gran simbología del agua
como emulo de vida, sobre todo en el tramo de la huida de Pavel, donde se van
insertando cortes del río helado que empieza a resquebrajarse para dar paso al
agua que fluye, es claramente los oprimidos que despiertan para hacer imposible
que los detengan en su cauce hacia la Libertad. Aunque formidable la escena en
que Pavel salta por los bloques de hielo del rio, es un plagio de una escena
similar del film de D.W. Griffith “Las dos tormentas” (1920). También cortes de
contrastes con tomas del bucólico campo enfrentándolo con la fría ciudad y las
fábricas.
Secuencias de una potencia enervadora tan
impresionantes el choque de ‘trenes’ en la fábrica entre lo viejo y lo nuevo
que está llegando (ello en una suerte de radicalismo nos viene a decir que para
que algo rompedor irrumpa ha de acabarse con lo viejo por completo, el hijo
matando al padre), que culmina en el bar, con el joven acorralado. También
gloriosa la marcha hacia la prisión de estos desheredados, esto punteado, por los
ya mencionados cortes al hielo partiéndose por la llegada de la primavera (símbolo
de todo lo bueno), el agua emerge incontrolable cual la gente buscando la verdadera
justicia.
Todo transcurrido con un marcado crescendo. Desde la
huelga, la represión, la rebelión violenta, la muerte, la búsqueda de responsables,
el amañado juicio, la huida de prisión, y la manifestación. Llegando al épico
clímax (spoiler).
Spoiler:
Rush final: Pavel recibe una sentencia de trabajos
forzados de por vida. Pelageya ahora hace causa común con los revolucionarios
que planean fomentar una fuga de la prisión durante una protesta del Primero de
Mayo. En el patio de la prisión, los reclusos abruman a los guardias y escapan.
Pavel escapa por separado y realiza una audaz huida a través del río sobre
témpanos de hielo bajo el fuego enemigo. Al volver a tierra la multitud lo aclama,
Pavel y su madre se reencuentran brevemente, pero las tropas zaristas lo matan
de un disparo en el mismo acto de abrazarla. Ahora, completamente radicalizada,
Pelageya se convierte en desafiante abanderada que sostiene en alto la bandera roja
(imagen Homérica de ella desafiando a las tropas a acaballo con solo ondeando la bandera) y es pisoteada hasta la
muerte bajo los cascos de una carga de caballería. Un montaje final presenta
imágenes de fortalezas, iglesias, fábricas y, por último, las almenas y torres
del Kremlin con la misma bandera ondeando triunfante en lo alto. En señal que
el agua del rio al final llego a su meta.
Los rusos adoraban el montaje. Esto se debía en parte
a que, en los años posteriores a 1917, cuando la Unión Soviética estaba
fomentando una industria cinematográfica naciente, los futuros cineastas no
tenían suficientes cámaras o material cinematográfico para filmar nada. En
lugar de eso, experimentaban en la sala de montaje con material encontrado,
desde melodramas rusos prerrevolucionarios hasta raras importaciones de
Hollywood. Un momento crucial fue el contrabando a Rusia de una copia de
Intolerancia (1916) de D. W. Griffiths, la película de Hollywood más
brillantemente montada de los primeros tiempos. Bajo la dirección del
influyente profesor Lev Kuleshov, un grupo de estudiantes de cine en Moscú
reproducía la película constantemente y luego la reeditaban ellos mismos,
descubriendo los efectos radicales que se producían cuando cambiaban una
secuencia. El taller de Kuleshov llevó esta investigación más allá. Utilizaron
un fragmento de metraje de Ivan Mozzhukhin, un famoso actor ruso que había
huido del país en 1917, y cortaron la misma toma en tres secuencias. En una,
yuxtapusieron su rostro con un plato de sopa; en otra, con una niña jugando; en
otra, con una mujer muerta. El público elogió la variedad de Mozzhukhin: mostró
hambre cuando vio la sopa, alegría al ver a su hija jugar y dolor por su madre.
Los soviéticos llamaron a su técnica de montaje "montaje", y desde
entonces la "teoría del montaje" se ha convertido en uno de los temas
más analizados en el cine. En realidad, es un punto simple y esencial para
nuestro placer por el cine. El alumno más destacado de Kuleshov fue Vsevolod
Pudovkin, que más tarde promovió las técnicas del taller en escritos influyentes.
"La base del arte cinematográfico es el montaje", escribió Pudovkin.
Sin embargo, no era un simple teórico y su contribución al cine es todo menos
académica. En la segunda mitad de la década de 1920, cuando los soviéticos
finalmente consiguieron películas y equipos y establecieron estudios
subvencionados, Pudovkin hizo algunas de las películas más animadas y
perversamente conmovedoras de todos los tiempos. Perversamente, porque ya no
podemos engañarnos pensando que la revolución rusa fue otra cosa que un trágico
callejón sin salida.
Vsevolod Pudovkin: “En mi película anterior, ‘Madre’,
traté de impactar a los espectadores, no con las interpretaciones psicológicas
de un actor, sino con una síntesis plástica a través del montaje. El hijo está
en prisión. De repente, le llega una nota que le dice que al día siguiente será
liberado. El problema era la expresión, cinematográficamente, de su alegría. La
fotografía de un rostro iluminado por la alegría habría sido plana y carente de
efecto. Por eso muestro el juego nervioso de sus manos y un gran primer plano
de la mitad inferior de su rostro, las comisuras de su sonrisa. Intercalaré
estas tomas con otros materiales variados: tomas de un arroyo, crecido por el
rápido fluir de la primavera, del juego de la luz del sol sobre el agua, de
pájaros chapoteando en el estanque del pueblo y, finalmente, de un niño riendo.
Mediante la unión de estos componentes, nuestra expresión de la ‘alegría del
prisionero’ toma forma.” (Pudovkin, “Sobre la técnica cinematográfica”).
El poder de la agitprop fascinan te de esta película
hace que yo, siendo un ferviente anti-comunista (es la negación del ser humano),
me dan ganas de coger la bandera Roja. Y es que se distinguir entre genio y ‘panfleto’,
ejemplo es que también “El nacimiento de una Nación” me resulta hipnotizante,
pero se que sui ideología es ponzoñosa. Gloria Ucrania!!!
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