THE GATEKEEPERS. (Doc)
Muy
interesante documental israelí, ofrece un fresco sobre el convulso conflicto
Israel-Palestina, deja tras su estela la libertad que hay en el país de oriente
medio, donde los propios que dirigen la lucha antiterrorista se atreven a cara
descubierta a criticar ciertos medios de combatir a los (valga la redundancia)
terroristas, lo que habla de los niveles de transparencia de la nación hebrea,
cosa que nunca veremos en el otro lado, un nido de fanáticos que solo anhelan,
no su nación, si no la destrucción y aniquilamiento del pueblo judío. Siendo un
trabajo nada partidista, queriendo no ser simplista exaltación patriotera,
provoca preguntas incómodas difíciles de responder, exponiendo muchas veces un
acto violento palestino puede estar generado como reacción a otro israelí. Aunque
no esté de acuerdo con muchos de los argumentos que esta gente esgrime (un
exdirector critica a varios primeros ministros israelíes, desde Golda Meir
hasta Menachem Begin), pues por ejemplo el decir que si se acaba con una célula
terrorista saldrá otra, cual hidra infinita y que por ello es inútil su labor,
me parece un argumento de parvulario. En
un momento, el documental invoca el título del libro de 2007 de Philip C.
Winslow sobre el conflicto, “La victoria para nosotros es verte sufrir”,
escalofriante recordatorio que me hace pensar en lo que decía Golda Meir:
‘Cuando llegue la paz tal vez con el tiempo podamos perdonar a los árabes por
matar a nuestros hijos, pero nos resultará más difícil perdonarlos por habernos
obligado a matar a sus hijos. La paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos
más de lo que nos odien a nosotros’.
Pero oír cómo funciona
desde dentro esta organización, su interdependencia de los políticos de turno,
oír hablar de sus éxitos y fracasos, ello adornado por imágenes impactantes es
cautivador. Dirige Dror Moreh, cuenta la historia del servicio de seguridad
interna israelí, Shin Bet (conocido en hebreo como 'Shabak'), desde la
perspectiva de seis de sus antiguos jefes. La película combina entrevistas en
profundidad, material de archivo y animación por computadora para contar el
papel que desempeñó el grupo en la seguridad de Israel desde la Guerra de los
Seis Días hasta el presente.
Moreh se inspiró para
hacer la película después de ver el documental ganador del premio Oscar de
Errol Morris, The Fog of War. Habiendo terminado recientemente una película
sobre el ex primer ministro Ariel Sharon, se dio cuenta del papel decisivo que
el Shin Bet había desempeñado detrás de escena durante los últimos cuarenta
años. "La idea de hacer esta película me vino mientras estaba trabajando
en mi película anterior, Sharon. De mis conversaciones con el círculo más
íntimo de asesores del primer ministro, aprendí cómo la crítica de algunos de
estos Guardianes de la Puerta influyó en la decisión de Sharon de retirarse de
Gaza". El problema, según Moreh, fue lograr que los "Guardianes de la
Puerta", o antiguos jefes del Shin Bet, aceptaran aparecer en cámara y
discutir su trabajo y opiniones. Dada la naturaleza secreta de la organización,
ninguno de ellos había hecho esto antes, y muchos de los temas que esperaba
discutir con ellos eran clasificados o altamente sensibles.
A pesar de esta
dificultad inicial, Moreh contactó a uno de los "Guardianes de la
Puerta", Ami Ayalon, que desde entonces había sido elegido para el Knesset
por el Partido Laborista y se desempeñaba como Ministro sin Cartera en el
Gabinete de Seguridad. Para su sorpresa, Ayalon aceptó participar, también
ayudó a Moreh a contactar a otros ex jefes supervivientes del Shin Bet: Avraham
Shalom (dirigió el Shin Bet de 1980 a 1986), Yaakov Peri (formó parte del
equipo que llevó a Adolf Eichmann ante la justicia; y se vio obligado a dimitir
tras ordenar la ejecución sumaria de dos terroristas; estaba a cargo del Shin
Bet en la época de la Intifada), Carmi Gillon (jefe del Shin Bet de 1994 a
1996, advirtió de que los extremistas intentarían matar al primer ministro
Rabin, su asesinato provocó su dimisión del cargo), Ami Ayalon (su sucesor,
trató de aumentar la seguridad en torno a los líderes de Israel), Avi Dichter,
jefe del Shin Bet de 2000 a 2005, se enfrentó a la Segunda Intifada. Fue
sucedido por Yuval Diskin, quien sirvió hasta 2011. Todos ellos hablan del
devenir de la lucha con un halo de amargura, unos más que otros, seguramente
tenga que ver que todos los que hablan están fuera, y cercanos al izquierdista
Partido Laborista israelí, y que en el momento de la realización del doc estaba
en el poder Benjamín Netanyahu del partido derechista Likud, a veces las cosas
hay que verlas con el filtro del contexto.
Aunque la película sigue
un orden cronológico flexible, cada uno de estos segmentos también profundiza
en temas como la controversia en torno a los daños colaterales, la eficacia de
la tortura y la moralidad del asesinato selectivo. Ello en un desarrollo en el
que se entra de lleno en las dudas sobre lo ético y moral de esta eterna
guerra, analizando los límites entre lo legal y lo no, hablando a las claras de
torturas, de ejecuciones sumarias, de daños colaterales, como se juega a ser
Dios decidiendo a quien matar y quien no en las operaciones encubiertas (con
drones, con teléfonos bomba, etc…).
Todo esto el director lo
edita con buen ritmo, con agilidad narrativa, dividiendo el metraje en 7
capítulos:
Sin estrategia, solo
tácticas: análisis del papel emergente del Shin Bet a partir de la Guerra de
los Seis Días y la ocupación de los territorios palestinos
Olvídate de la
moralidad: sobre el caso del autobús 300
El terrorista de unos es
el luchador por la libertad de otros : sobre el proceso de paz tras los
Acuerdos de Oslo
Nuestra propia carne y
sangre: sobre el terrorismo judío , incluidos los grupos clandestinos judíos y
el asesinato de Yitzhak Rabin
La victoria es verte
sufrir – sobre las negociaciones con los palestinos durante la Segunda Intifada
Daño colateral: sobre el
asesinato de Yahya Ayyash y otros destacados militantes de Hamás
El anciano al final del
pasillo – compuesto por reflexiones sobre las actividades del Shin Bet y su
impacto ético y estratégico en el Estado de Israel
Comienza de modo
impactante cuando vemos en pantalla en b/n una filmación de dron siguiendo a un
auto por una carretera, se nos dice en el coche van terroristas, en silencio
atronador vemos como el vehículo explota, es cual el Ojo de Dios desde el Cielo
apuntando y designando el fin de vidas, pero en realidad son humanos decidiendo
en segundos, y con ello dejando la pregunta de si es justo o no. Para mi acabar
con un asesino que además pretende serlo aun más ha de ser prioridad, no tengo
dudas. Los daños colaterales es algo que siempre hay que cuidar sean zero, y en
la ejecución que vemos son los que hay en el coche, por tanto, ‘Todo OK!’ Es sobre todo el imperativo de la defensa del
Estado de Israel. Hay algunos tramos más de estos a modo de thriller narrados,
como el meticuloso y exitoso asesinato en 1996 a través de teléfono móvil del
número uno del Shin Bet más buscado en ese momento, el fabricante de bombas
palestino Yahya Ayyash; también otro tramo, este fracasado, se describe cómo en
2003, por precisamente intentar minimizar los daños colaterales (para los que
esputan que a Israel no les importan las víctimas inocentes), se pudo acabar
con toda la cúpula de Hamás, pero los políticos de turno por pudor
ordenaron lanzar una bomba de menor peso
al recomendado por el Shin Bet, con ello no se llegó al objetivo.
‘El panorama histórico
comienza tras la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando millón de palestinos
quedan bajo control israelí en Cisjordania, Gaza y la ciudad vieja de
Jerusalén. Israel realizó rápidamente un censo le permitió determinar quiénes
eran y dónde se encontraba cada uno, sentando las bases para una excelente
lista de informantes potenciales. Se enviaron agentes del Shin Bet a vivir
entre los palestinos, aprendieron árabe tan bien que podían saber cuándo se
utilizaban códigos u otras evasiones y desarrollaron asombrosa red de agentes y
prisioneros con información.’
Cuentan como el Shin Bet
mostró fragilidades en la Primera Intifada a final de los años 80, no la vieron
venir y con ella los atentados, como el del bus de pasajeros. Con ella vinieron
el surgimiento de grupos fundamentalistas musulmanes como Hamás y la Yihad
Islámica, más extremistas y herméticos que Fatah. También esto generó una
respuesta en el otro bando, germinando grupos sionistas radicales de
terroristas, grupo de colonos de Cisjordania Gush Emunim, contando aquí como
fueron detenidos cuando pretendían atentar contra la cúpula de la Gran Mezquita
de la Cúpula de la Roca de Jerusalén, y como fueron indultados posteriormente,
esto nos lleva al magnicidio de Isaac Rabin, por parte de estos extremistas
hebreos. Rabin, alguien que quería pactar con los palestinos para permitirles
un estado, y por ello era tacado por fanáticos sionistas. Con ello se deja la
sensación de que con él se esfumó esta posibilidad.
Varios de los ex
comentan la importancia de colaborar con los servicios de inteligencia
palestinos y cooperar con ellos, pero desde mi punto de vista, esto siempre
debería de ser con cuarentena, amén de que me chirría que en el doc no comenten
las diferencias que hay entre las dos zonas palestinas, Cisjordania y Gaza, en
la primera gobierna Fatah, con los que se puede dialogar, con los que se reunía
el Shin Bet, pero en la segunda es dominada manu militari por Hamas,
estrangulando a la población a su antojo y de este no se dice nada, y da grima
esta crucial omisión. Como lo da que no se hable de que el verdadero enemigo
del estado de Israel se esconde tras estos grupos terroristas y no es otro que
el estado Islámico (chiita) de Irán.
Me resulta vomitivo como
Ami Ayalon, en el rush final, da munición a los anti sionistas haciendo un comentario:
‘Una fuerza de ocupación brutal (los israelís) similar a los alemanes en la
Segunda Guerra Mundial”. Como un judío puede equiparar al ejército hebreo intentando
acabar con terroristas (armados por Irán), con los nazis devastando países en
su pan-germanismo. También comenta este: “La tragedia del debate sobre
seguridad pública en Israel es que no nos damos cuenta de que enfrentamos una
situación frustrante, en la que ganamos cada batalla, pero perdemos la guerra”.
Esto es un insulto a la inteligencia, pues de todos es sabido que Israel el día
que pierda una guerra desaparece.
Rafi Gamzu, del
Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, calificó la película como "una
prueba del más alto nivel de la democracia israelí". El cónsul general
adjunto de Israel en Toronto, Hadas Wittenberg Silberstein, la describió como "una
película poderosa que lleva a los espectadores a confrontar los dilemas
políticos y de seguridad que enfrenta Israel" y que, si bien "no es
completamente inequívoca", es "tendenciosa en su retrato del
sufrimiento palestino".
Shalom, cayó por el
incidente del Autobús 300 de 1984. Dos palestinos secuestraron el autobús que
iba de Tel Aviv a Ashkelon. Fueron capturados, interrogados y luego, en una
acción que causó un gran furor, ejecutados sumariamente. “Los matamos con las
manos atadas”, dice Avalon, todavía furioso. Shalom habla de este incidente con reticencias y se siente
traicionado por el establishment político. Pero en un punto se muestra
inamovible: “Con los terroristas no hay moral”, afirma. “En la guerra contra el
terrorismo, olvídense de la moral”.
Yigal Palmor, portavoz
del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, se quejó de que "la
justificación de la actividad del Shin Bet en los territorios no aparece en la
película". Y con razón, parece en muchos casos las acciones de
contraofensiva vengan de la nada, de caprichos anti palestinos, y vienen de
atentados terroristas cruentos, masacres de las que apenas se hablan. Como no
se habla del modo de vida que quieren instaurar en Palestina, una dictadura
bajo la atávica Ley Sharia, puede parecer al otro lado de Israel hay un estado
homologable en democracia, y esto en la zona solo hay en Israel. En esto peca
el documental, en querer ser demasiado objetivo y que no lo tilden de
pro-sionista, y aun con sus defectos, que se denuncian, en el lado de Israel está
la civilización y en el otro la Barbarie, yo se que lado es el bueno, ser neutral
en algunos casos es una amenaza.
Documental con una línea
que aun no estando de acuerdo con mucho de lo que se dice, me estimula en una
visión poliédrica del conflicto referido. Gloria Ucrania!!!
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