sábado, 12 de octubre de 2024

 


THE GATEKEEPERS. (Doc)

 

Muy interesante documental israelí, ofrece un fresco sobre el convulso conflicto Israel-Palestina, deja tras su estela la libertad que hay en el país de oriente medio, donde los propios que dirigen la lucha antiterrorista se atreven a cara descubierta a criticar ciertos medios de combatir a los (valga la redundancia) terroristas, lo que habla de los niveles de transparencia de la nación hebrea, cosa que nunca veremos en el otro lado, un nido de fanáticos que solo anhelan, no su nación, si no la destrucción y aniquilamiento del pueblo judío. Siendo un trabajo nada partidista, queriendo no ser simplista exaltación patriotera, provoca preguntas incómodas difíciles de responder, exponiendo muchas veces un acto violento palestino puede estar generado como reacción a otro israelí. Aunque no esté de acuerdo con muchos de los argumentos que esta gente esgrime (un exdirector critica a varios primeros ministros israelíes, desde Golda Meir hasta Menachem Begin), pues por ejemplo el decir que si se acaba con una célula terrorista saldrá otra, cual hidra infinita y que por ello es inútil su labor, me parece un argumento de parvulario. En un momento, el documental invoca el título del libro de 2007 de Philip C. Winslow sobre el conflicto, “La victoria para nosotros es verte sufrir”, escalofriante recordatorio que me hace pensar en lo que decía Golda Meir: ‘Cuando llegue la paz tal vez con el tiempo podamos perdonar a los árabes por matar a nuestros hijos, pero nos resultará más difícil perdonarlos por habernos obligado a matar a sus hijos. La paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odien a nosotros’.

 

Pero oír cómo funciona desde dentro esta organización, su interdependencia de los políticos de turno, oír hablar de sus éxitos y fracasos, ello adornado por imágenes impactantes es cautivador. Dirige Dror Moreh, cuenta la historia del servicio de seguridad interna israelí, Shin Bet (conocido en hebreo como 'Shabak'), desde la perspectiva de seis de sus antiguos jefes. La película combina entrevistas en profundidad, material de archivo y animación por computadora para contar el papel que desempeñó el grupo en la seguridad de Israel desde la Guerra de los Seis Días hasta el presente.

 

Moreh se inspiró para hacer la película después de ver el documental ganador del premio Oscar de Errol Morris, The Fog of War. Habiendo terminado recientemente una película sobre el ex primer ministro Ariel Sharon, se dio cuenta del papel decisivo que el Shin Bet había desempeñado detrás de escena durante los últimos cuarenta años. "La idea de hacer esta película me vino mientras estaba trabajando en mi película anterior, Sharon. De mis conversaciones con el círculo más íntimo de asesores del primer ministro, aprendí cómo la crítica de algunos de estos Guardianes de la Puerta influyó en la decisión de Sharon de retirarse de Gaza". El problema, según Moreh, fue lograr que los "Guardianes de la Puerta", o antiguos jefes del Shin Bet, aceptaran aparecer en cámara y discutir su trabajo y opiniones. Dada la naturaleza secreta de la organización, ninguno de ellos había hecho esto antes, y muchos de los temas que esperaba discutir con ellos eran clasificados o altamente sensibles.

 

A pesar de esta dificultad inicial, Moreh contactó a uno de los "Guardianes de la Puerta", Ami Ayalon, que desde entonces había sido elegido para el Knesset por el Partido Laborista y se desempeñaba como Ministro sin Cartera en el Gabinete de Seguridad. Para su sorpresa, Ayalon aceptó participar, también ayudó a Moreh a contactar a otros ex jefes supervivientes del Shin Bet: Avraham Shalom (dirigió el Shin Bet de 1980 a 1986), Yaakov Peri (formó parte del equipo que llevó a Adolf Eichmann ante la justicia; y se vio obligado a dimitir tras ordenar la ejecución sumaria de dos terroristas; estaba a cargo del Shin Bet en la época de la Intifada), Carmi Gillon (jefe del Shin Bet de 1994 a 1996, advirtió de que los extremistas intentarían matar al primer ministro Rabin, su asesinato provocó su dimisión del cargo), Ami Ayalon (su sucesor, trató de aumentar la seguridad en torno a los líderes de Israel), Avi Dichter, jefe del Shin Bet de 2000 a 2005, se enfrentó a la Segunda Intifada. Fue sucedido por Yuval Diskin, quien sirvió hasta 2011. Todos ellos hablan del devenir de la lucha con un halo de amargura, unos más que otros, seguramente tenga que ver que todos los que hablan están fuera, y cercanos al izquierdista Partido Laborista israelí, y que en el momento de la realización del doc estaba en el poder Benjamín Netanyahu del partido derechista Likud, a veces las cosas hay que verlas con el filtro del contexto.

 

Aunque la película sigue un orden cronológico flexible, cada uno de estos segmentos también profundiza en temas como la controversia en torno a los daños colaterales, la eficacia de la tortura y la moralidad del asesinato selectivo. Ello en un desarrollo en el que se entra de lleno en las dudas sobre lo ético y moral de esta eterna guerra, analizando los límites entre lo legal y lo no, hablando a las claras de torturas, de ejecuciones sumarias, de daños colaterales, como se juega a ser Dios decidiendo a quien matar y quien no en las operaciones encubiertas (con drones, con teléfonos bomba, etc…).

 

Todo esto el director lo edita con buen ritmo, con agilidad narrativa, dividiendo el metraje en 7 capítulos:

Sin estrategia, solo tácticas: análisis del papel emergente del Shin Bet a partir de la Guerra de los Seis Días y la ocupación de los territorios palestinos

Olvídate de la moralidad: sobre el caso del autobús 300

El terrorista de unos es el luchador por la libertad de otros : sobre el proceso de paz tras los Acuerdos de Oslo

Nuestra propia carne y sangre: sobre el terrorismo judío , incluidos los grupos clandestinos judíos y el asesinato de Yitzhak Rabin

La victoria es verte sufrir – sobre las negociaciones con los palestinos durante la Segunda Intifada

Daño colateral: sobre el asesinato de Yahya Ayyash y otros destacados militantes de Hamás

El anciano al final del pasillo – compuesto por reflexiones sobre las actividades del Shin Bet y su impacto ético y estratégico en el Estado de Israel

 

Comienza de modo impactante cuando vemos en pantalla en b/n una filmación de dron siguiendo a un auto por una carretera, se nos dice en el coche van terroristas, en silencio atronador vemos como el vehículo explota, es cual el Ojo de Dios desde el Cielo apuntando y designando el fin de vidas, pero en realidad son humanos decidiendo en segundos, y con ello dejando la pregunta de si es justo o no. Para mi acabar con un asesino que además pretende serlo aun más ha de ser prioridad, no tengo dudas. Los daños colaterales es algo que siempre hay que cuidar sean zero, y en la ejecución que vemos son los que hay en el coche, por tanto, ‘Todo OK!’ Es sobre todo el imperativo de la defensa del Estado de Israel. Hay algunos tramos más de estos a modo de thriller narrados, como el meticuloso y exitoso asesinato en 1996 a través de teléfono móvil del número uno del Shin Bet más buscado en ese momento, el fabricante de bombas palestino Yahya Ayyash; también otro tramo, este fracasado, se describe cómo en 2003, por precisamente intentar minimizar los daños colaterales (para los que esputan que a Israel no les importan las víctimas inocentes), se pudo acabar con toda la cúpula de Hamás, pero los políticos de turno por pudor ordenaron  lanzar una bomba de menor peso al recomendado por el Shin Bet, con ello no se llegó al objetivo.

 

‘El panorama histórico comienza tras la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando millón de palestinos quedan bajo control israelí en Cisjordania, Gaza y la ciudad vieja de Jerusalén. Israel realizó rápidamente un censo le permitió determinar quiénes eran y dónde se encontraba cada uno, sentando las bases para una excelente lista de informantes potenciales. Se enviaron agentes del Shin Bet a vivir entre los palestinos, aprendieron árabe tan bien que podían saber cuándo se utilizaban códigos u otras evasiones y desarrollaron asombrosa red de agentes y prisioneros con información.’

 

Cuentan como el Shin Bet mostró fragilidades en la Primera Intifada a final de los años 80, no la vieron venir y con ella los atentados, como el del bus de pasajeros. Con ella vinieron el surgimiento de grupos fundamentalistas musulmanes como Hamás y la Yihad Islámica, más extremistas y herméticos que Fatah. También esto generó una respuesta en el otro bando, germinando grupos sionistas radicales de terroristas, grupo de colonos de Cisjordania Gush Emunim, contando aquí como fueron detenidos cuando pretendían atentar contra la cúpula de la Gran Mezquita de la Cúpula de la Roca de Jerusalén, y como fueron indultados posteriormente, esto nos lleva al magnicidio de Isaac Rabin, por parte de estos extremistas hebreos. Rabin, alguien que quería pactar con los palestinos para permitirles un estado, y por ello era tacado por fanáticos sionistas. Con ello se deja la sensación de que con él se esfumó esta posibilidad.

 

Varios de los ex comentan la importancia de colaborar con los servicios de inteligencia palestinos y cooperar con ellos, pero desde mi punto de vista, esto siempre debería de ser con cuarentena, amén de que me chirría que en el doc no comenten las diferencias que hay entre las dos zonas palestinas, Cisjordania y Gaza, en la primera gobierna Fatah, con los que se puede dialogar, con los que se reunía el Shin Bet, pero en la segunda es dominada manu militari por Hamas, estrangulando a la población a su antojo y de este no se dice nada, y da grima esta crucial omisión. Como lo da que no se hable de que el verdadero enemigo del estado de Israel se esconde tras estos grupos terroristas y no es otro que el estado Islámico (chiita) de Irán.

 

Me resulta vomitivo como Ami Ayalon, en el rush final, da munición a los anti sionistas haciendo un comentario: ‘Una fuerza de ocupación brutal (los israelís) similar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial”. Como un judío puede equiparar al ejército hebreo intentando acabar con terroristas (armados por Irán), con los nazis devastando países en su pan-germanismo. También comenta este: “La tragedia del debate sobre seguridad pública en Israel es que no nos damos cuenta de que enfrentamos una situación frustrante, en la que ganamos cada batalla, pero perdemos la guerra”. Esto es un insulto a la inteligencia, pues de todos es sabido que Israel el día que pierda una guerra desaparece.

 

Rafi Gamzu, del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, calificó la película como "una prueba del más alto nivel de la democracia israelí". El cónsul general adjunto de Israel en Toronto, Hadas Wittenberg Silberstein, la describió como "una película poderosa que lleva a los espectadores a confrontar los dilemas políticos y de seguridad que enfrenta Israel" y que, si bien "no es completamente inequívoca", es "tendenciosa en su retrato del sufrimiento palestino".

 

Shalom, cayó por el incidente del Autobús 300 de 1984. Dos palestinos secuestraron el autobús que iba de Tel Aviv a Ashkelon. Fueron capturados, interrogados y luego, en una acción que causó un gran furor, ejecutados sumariamente. “Los matamos con las manos atadas”, dice Avalon, todavía furioso. Shalom habla de este incidente con reticencias y se siente traicionado por el establishment político. Pero en un punto se muestra inamovible: “Con los terroristas no hay moral”, afirma. “En la guerra contra el terrorismo, olvídense de la moral”.

 

Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, se quejó de que "la justificación de la actividad del Shin Bet en los territorios no aparece en la película". Y con razón, parece en muchos casos las acciones de contraofensiva vengan de la nada, de caprichos anti palestinos, y vienen de atentados terroristas cruentos, masacres de las que apenas se hablan. Como no se habla del modo de vida que quieren instaurar en Palestina, una dictadura bajo la atávica Ley Sharia, puede parecer al otro lado de Israel hay un estado homologable en democracia, y esto en la zona solo hay en Israel. En esto peca el documental, en querer ser demasiado objetivo y que no lo tilden de pro-sionista, y aun con sus defectos, que se denuncian, en el lado de Israel está la civilización y en el otro la Barbarie, yo se que lado es el bueno, ser neutral en algunos casos es una amenaza.

 

Documental con una línea que aun no estando de acuerdo con mucho de lo que se dice, me estimula en una visión poliédrica del conflicto referido. Gloria Ucrania!!!

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