HOLOCAUSTO CANIBAL.
Con motivo de la reciente noche de Halloween me decidí
a ver este supuesto film de terror, un film (sex)plotation de culto con una
fama que supera en mucho (es decir poco) su nula calidad. No lo había visto
hasta ahora, y me he encontrado con un producto asquerosamente desagradable,
donde no hay tensión dramática alguna, no hay intensidad, no hay personajes con
los que empatizar, no hay actuaciones mínimamente correctas, todo es una
sucesión de secuencias espantosas, hechas para revolver las tripas a cualquier
persona con escrúpulos, solo se busca el impacto visual sensacionalista,
simplemente por el hecho de la violencia gratuita contra los animales (varios
de ellos se los mata explícitamente en plano sostenido) debería haberse prohibido,
y eso que yo soy anti censura, pero esta bazofia es lo más cercano que he visto
a una snuff movie, y nadie (con alma) podría tolerar se permitieran estas
aberraciones. Además, de violencia gráfica sin sentido, desde amputaciones en
primer plano (con su posterior cauterización cavernaria), asesinatos,
violaciones, decapitaciones, descuartizamientos, linchamientos, empalamientos,
evisceraciones, abortos salvajes, bebicidios, etc. Amén de la representación
nauseabunda e hipócrita de una idea hedionda sobre como el espectador es un
voyeur morboso que demanda amarillismo, pero debe haber límites, esto parece
ser el núcleo de esta cinta, y para ello el director rebasa estos límites.
Se pretende hacer un lienzo sobre la ética del periodismo, se pretende hablar sobre la explotación de occidente (el primer mundo como símbolo Imperialista) hacia culturas primitivas como si fueran parques temáticos que ultrajar, y con ello el comentario de quienes son verdaderamente los caníbales, pero esto es realmente una excusa barata para dar un poso que las imágenes dinamitan, con su oda a la barbarie más fétida, apoyándose de forma demagógica en entre otros elementos en secuencias reales de atrocidades en África. Incluso se permiten una especie de recreación suigéneris de la Matanza de My Lai, crimen de guerra cometido por personal del Ejército de Estados Unidos el 16 de marzo de 1968 durante la Guerra de Vietnam, ello durante un desconcertante tramo en que los documentalistas sin sentido de la cordura alguna se transforman en sádicos asesinos. Pero qué clase de sádico es el creador de esta monstruosidad?
Es una película italiana dirigida por Ruggero Deodato (trabajó
como asistente de dirección de Roberto Rossellini, parece que poco se le pegó) y
escrita por Gianfranco Clerici (Había colaborado con Deodato en sus películas
anteriores “Ultimo mondo cannibale” y “The House on the Edge of the Park”, la
última de las cuales se filmó antes de Holocausto caníbal pero se estrenó
después), protagoniza Robert Kerman (más conocido en esta época por su nombre
pornográfico de "R. Bolla", bajo el cual hizo más de 100 películas
para adultos) como Harold Monroe, antropólogo que lidera un equipo de rescate
en la selva amazónica para localizar a un equipo de cineastas que desapareció
mientras filmaban un documental sobre tribus caníbales locales. Producida como
parte de la tendencia caníbal contemporánea del cine de explotación italiano,
se inspiró en la cobertura mediática italiana del terrorismo de las Brigadas
Rojas. Deodato creía las noticias eran una puesta en escena, una idea que se
convirtió en un aspecto integral de la historia de la película. Los elementos
adicionales de la historia también fueron influenciados por los documentales ‘Mondo’
de Gualtiero Jacopetti, particularmente la presentación del metraje perdido del
equipo del documental, constituye aproximadamente la mitad de la película. Este
recurso fue innovador, creando a partir de esto el sub género ‘found footage’,
con film como “El proyecto de la bruja de Blair”, “Paranormal Activity” o
“Murder Death Koreatown”.
Es una película repugnante, donde la gente
‘civilizada’ se comporta de forma ridícula, parecen escapados de un
psiquiátrico, no se entiende que el grupo de documentalistas ‘perdidos’ se
comporten de un modo tan demencial, y esto haciéndonos ver al inicio que eran
gente respetada por sus trabajos, cuando los vemos en acción son auténticos
trogloditas desalmados. Todo esto y más, deriva en un film repugnante, que te
hace sentir por haberlo visto.
Es el epítome del film que intenta atraer desde la
polémica, aderezando su tontuno relato con lo escabroso, violencia grotesca y
exagerada; sangre y vísceras abundantes; desnudez gratuita (tanto masculina,
como femenina); y sexo rayando en lo pornográfico. Incluye una violación ritual
con pene de piedra, animales reales sacrificados (una tortuga gigante, una
serpiente, una rata almizclera, un mono y un cerdo), el empalamiento en picas,
feto arrancado del cuerpo de una mujer, tortura humana y muchos otros incidentes
grotescos y gráficos. El cineasta empuja los límites del gusto, ya sea por el
arte o por el comercio.
Después de su estreno en Italia, un magistrado local
ordenó su incautación. Deodato, el guionista Gianfanco Clerici y los
productores Francesco Palaggi, Alda Pia y Franco Di Nunzio fueron condenados
por obscenidad. La película fue liberada de la incautación en 1982. Fue
prohibida en el Reino Unido, Australia, Sudáfrica y varios otros países debido
a su contenido gráfico, que incluía agresión sexual y violencia genuina hacia
los animales. Aunque algunas naciones han revocado desde entonces la
prohibición, todavía se mantiene en varios países.
Un equipo de cuatro cineastas documentales estadounidenses -el director Alan Yates (Gabriel Yorke); su novia y guionista, Faye Daniels (Francesca Ciardi); y dos operadores de cámara, Jack Anders (Perry Pirkanen) y Mark Tomaso (Luca Giorgio Barbareschi)- se adentran en el Amazonas para hacer una película sobre las supuestas tribus caníbales que viven en el "Infierno Verde". Mientras están allí, fuera de contacto con el mundo civilizado, desaparecen. Meses después, el conocido antropólogo de la Universidad de Nueva York Harold Monroe (Robert Kerman) acepta encabezar una expedición de rescate. Siguiendo los pasos del equipo anterior, Monroe se encuentra con la tribu Yacumo, cuyos miembros admiten haberse topado con Yates y sus compañeros. El rastro se adentra más en la jungla, donde Monroe se encuentra con la tribu Yamamomo, grupo aislado de personas cuya cultura y tecnología están congeladas en la edad de piedra.
Francesca Ciardi tiene escenas grimantes en la
violencia sexual, aunque esto del sexo gratuito queda patente ya desde su
presentación desnuda entre los reporteros en la habitación de hotel, paseándose
entre ellos como si nada.
Hay dos violentas violaciones en grupo, una termina
con decapitación. En otra escena, una (supuesta) adúltera es penetrada
violentamente con un gran instrumento de piedra antes de ser golpeada hasta la
muerte con él. Hay una violación grupal de los reporteros a una indígena cual,
si fueran perros en celo, y parecen tan entusiasmados por que gritan que es
virgen, que no les importa les filmen mientras cometen el atroz crimen.
Crueldad hacia los animales: Muchos de los problemas de censura de Holocausto caníbal se refieren a los asesinatos de animales en pantalla. El propio Deodato ha condenado sus acciones pasadas, diciendo: "Fui estúpido al introducir animales". Aunque aparecen seis muertes de animales en pantalla, siete animales fueron asesinados para la producción, ya que la escena que representa la muerte del mono se filmó dos veces, resultó en la muerte de dos monos. Ambos animales fueron comidos por miembros del elenco indígena, consideran los cerebros de los monos son un manjar. Los animales que fueron asesinados en pantalla fueron:
Un coatí sudamericano (confundido con una rata
almizclera en la película), asesinado con un cuchillo.
Una tortuga Arrau, decapitada y con sus extremidades,
caparazón y entrañas removidas.
Una tarántula, asesinada a machete.
Una boa constrictor, también asesinada a machete.
Un mono ardilla, decapitado con un machete.
Un cerdo, al que le dispararon en la cabeza con una
escopeta a quemarropa.
El contenido sexual de la película también resultó ser
un punto de discordia entre los miembros del reparto. Ciardi no quería desnudar
sus pechos durante la escena de sexo entre ella y Yorke (escena gratuita no, lo
muy siguiente), y se puso nerviosa con él durante el rodaje de la escena.
Cuando se negó a cumplir con la orden, Deodato la sacó del set y le gritó en
italiano hasta que aceptó realizar la escena como se le había indicado. Yorke se
molestó mucho mientras filmaba una escena en la que su personaje participa en
la violación de una niña nativa. El contenido de la película le había provocado
ansiedad a Yorke durante su estancia en Colombia, y esta tensión alcanzó su
punto máximo durante la escena de la violación.
Spoiler:
Con dificultad, Monroe se gana la confianza de estos
"hombres-árbol" caníbales y consigue ver los restos de los cuatro
estadounidenses y recuperar las imágenes perdidas. Lleva los botes a Nueva York
y, tras examinarlos y descubrir la verdad sobre lo que le ocurrió a Yates en el
Infierno Verde, quiere desentenderse de todo el asunto.
Hay algunas situaciones que de idiotescas resultan
bochornosas, sin entrar en lo escabroso: Como que, para ganarse el respeto de
una tribu, uno de los expedicionarios deba quedarse desnudo esperando le lancen
dardos envenenados que le rocen; Si uno de los expedicionarios se queda desnudo
dentro del rio, se le acercan varias nativas hambrientas de sexo, esto adornado
por derrumbada música romántica; A uno de los expedicionarios le ofrecen carne
humana y este no duda un segundo en morder y comerla; La forma ridícula en que
filman las descuartizaciones los documentalistas conforme van cayendo se
esconden de modo chusco cerca de estos nativos, mientras solo saben decir: ‘Graba,
graba’. Demostrando ser unos zoquetes
que entre todos no suman medio cerebro.
Después de terminar de ver el metraje restante, Monroe
expresa su disgusto por la decisión de la estación de emitir el documental.
Muestra a los ejecutivos el metraje restante sin editar que solo él ha visto
para convencerlos de lo contrario. Los dos últimos carretes comienzan con los
cineastas localizando a una niña Ya̧nomamö, a quien los hombres se turnan para
violar contra las protestas de Faye, afirmando que están desperdiciando metraje
de la película. Un hombre Ya̧nomamö los acecha mientras ocurre el incidente.
Más tarde se encuentran con la misma niña empalada en un poste de madera junto
a la orilla de un río, afirman que los nativos la mataron por pérdida de la
virginidad, aunque se da a entender que el propio grupo la mató y lo escenificó
como un asesinato por parte de los nativos para lograr un efecto dramático. Poco
después, son atacados por la tribu Ya̧nomamö como venganza por la violación y
muerte de la niña. Jack es golpeado por una lanza y Alan le dispara para evitar
que escape. La escena luego pasa al equipo filmando a los nativos desnudando a
Jack en su cautiverio y castrándolo con un gran machete antes de mutilar por
completo el cuerpo sin vida de Jack. Después, un exhausto Alan dice que se han
perdido por completo tratando de escapar y ahora están rodeados por los nativos
que los persiguieron. Alan intenta asustarlos con una pistola de bengalas como
último recurso. Durante la conmoción, Faye es capturada por los Ya̧nomamö. Alan
insiste en que intenten rescatarla, pero Mark continúa filmando mientras ella
es desnudada, violada en grupo, golpeada hasta la muerte y decapitada. Los
Ya̧nomamö luego localizan y matan a los dos últimos miembros del equipo
mientras la cámara cae al suelo. Perturbados por lo que han visto, los
ejecutivos ordenan que se quemen todas las imágenes. Monroe sale de la
estación, preguntándose "quiénes son los verdaderos caníbales".
Deodato concibió la premisa de la película mientras
hablaba con su hijo sobre la cobertura periodística del terrorismo de las
Brigadas Rojas. Deodato pensaba que los medios se centraban en retratar la
violencia con poco respeto por la integridad periodística y creía que los
periodistas preparaban ciertos ángulos de las noticias para obtener imágenes
más sensacionalistas. Los medios italianos estaban simbolizados por el
comportamiento del equipo de filmación en Holocausto caníbal, cuya
representación también estuvo influenciada por las obras de Gualtiero
Jacopetti, un documentalista del que Deodato era fan. A Jacopetti y su socio,
Franco Prosperi, se les atribuye la popularización de las películas Mondo,
género de documental, con su primer lanzamiento, Mondo cane. Las películas
Mondo se centraban en contenido sensacionalista y gráfico de todo el mundo,
incluidas las costumbres locales, la violencia, la sexualidad y la muerte.
Deodato incluyó contenido similar en Holocausto caníbal, como violencia gráfica
y muerte de animales, y el documental que se produce en Holocausto caníbal se
asemeja a una película de Mondo. La escena de Monroe bañándose desnudo en un
río y la escena de un rito de aborto forzado también se han señalado como
similares a escenas de la película de Mondo de Antonio Climati, Savana
violenta.
El guion incluía múltiples escenas que no llegaron al
corte final de la película, incluida una escena en la que un grupo de Ya̧nomamö
le corta la pierna a un guerrero Shamatari y se lo da de comer a las pirañas en
un río. Esta escena debía tener lugar directamente después de que el equipo de
Monroe rescatara a un grupo más pequeño de Ya̧nomamö de los Shamatari. Se
intentó filmar esta escena, pero la cámara submarina no funcionó correctamente
y las pirañas eran difíciles de controlar. Como resultado, Deodato abandonó sus
esfuerzos.
Varios miembros del elenco y del equipo se sintieron
incómodos con el contenido gráfico de la película, en particular la matanza
genuina de animales. Yorke describió el rodaje como de "un nivel de
crueldad desconocido para mí" e inicialmente no estaba seguro de si estaba
participando en una película snuff. Cuando se le pidió a su personaje que
matara a un cerdo frente a la cámara, Yorke se negó, dejando la tarea a Luca
Barbareschi. Yorke había viajado con el cerdo al set y sintió que había formado
una relación con el animal. Cuando se filmó, el impacto emocional de escuchar
el chillido del cerdo hizo que Yorke arruinara un largo monólogo, y las
repeticiones no fueron una opción porque la producción no tenía acceso a cerdos
adicionales. Kerman se opuso de manera similar a la matanza del coatí y salió
furioso del set mientras se filmaba su escena de muerte; había presionado
repetidamente a Deodato para que dejara ir al animal en los minutos previos a
la filmación. Pirkkanen lloró después de filmar el asesinato de una tortuga, y
los miembros del equipo vomitaron fuera de cámara cuando un mono ardilla fue
asesinado para la película.
Los yanomami llamaron la atención mundial gracias al
antropólogo Napoleon Chagnon, cuyo trabajo describía a los yanomami como
"el pueblo feroz" que vivía en un constante estado de guerra. Según
Chagnon, la violación y la violencia doméstica eran comunes en la cultura
yanomami cuando realizó una investigación de campo. Estos hallazgos fueron
cuestionados por otros antropólogos y la reputación de Chagnon fue devastada
por el libro Darkness in El Dorado: How Scientists and Journalists Devastated the
Amazon de Patrick Tierney, aunque se cuestionó la precisión de Darkness in El
Dorado. El libro sirvió de base para el documental Secretos de la tribu. Hay
pruebas de que Clerici utilizó la obra de Chagnon como base para el guion de
Holocausto caníbal. Los verdaderos pueblos indígenas de Brasil cuyos nombres se
usaron en la película, los Ya̧nomamö y los Shamatari, no son enemigos feroces
como se retrata en la película, ni ninguna de las tribus es verdaderamente
caníbal, aunque los Ya̧nomamö sí participan en una forma de canibalismo ritual
post mortem].
La escena del empalamiento de la película fue una de
varias escenas examinadas por los tribunales para determinar si la violencia
representada fue simulada o genuina. Diez días después de su estreno en Milán, “Holocausto
caníbal” fue confiscada por orden de un magistrado local, y Ruggero Deodato fue
acusado de obscenidad. Como todas las copias debían ser entregadas a las
autoridades, la película se estrenó en otros países como el Reino Unido
mediante subterfugios. En enero de 1981, durante la presentación de la película
en cines en Francia, la revista Photo sugirió que ciertas muertes representadas
en la película eran reales, lo que habría convertido a “Holocausto caníbal” en
una película snuff. Aunque se ha rumoreado que Deodato fue acusado de
asesinato, no hay evidencia de que las autoridades italianas creyeran que este
fuera el caso. Ni Deodato ni los productores de la película fueron acusados
de asesinato.
Banda sonora compuesta íntegramente por el compositor
italiano Riz Ortolani, a quien Deodato solicitó debido al trabajo de Ortolani
en “Mondo Cane”. A Deodato le gustaba particularmente el tema principal de la
película, "Ti guarderò nel cuore", se le dio letra y se convirtió en
un éxito pop mundial bajo el título "More". La música de tiene una
variedad de estilos, desde una melodía suave en el "tema principal",
hasta una partitura triste y fluida en "Mujer crucificada", y pistas
más rápidas y animadas en "Cameraman's Recreation", "Relaxing in
the Savannah" y "Drinking Coco", hasta la siniestra
"Massacre of the Troupe". La instrumentación es igualmente mixta, y
va desde orquestas completas hasta electrónica y sintetizadores.
Si eres un director acaba de terminar de filmar la
película de explotación más sensacionalista de la historia, trata de salvar la cara
incluyendo al final un intento de presentarla como crítica social, haciendo el protagonista
diga en voz alta: "Me pregunto quiénes serán los verdaderos
caníbales", para luego enfocar los edificios de oficinas. Pues en realidad
lo es Deodato, y todos los que han hecho posible este despropósito.
Se filmó principalmente en localizaciones en la selva
amazónica de Colombia con un elenco de tribus indígenas que interactuaban con
actores estadounidenses e italianos en su mayoría inexpertos reclutados en la
ciudad de Nueva York.
Bazofia grotesca. Gloria Ucrania!!!
En 2006, la revista Entertainment Weekly nombró a
Holocausto caníbal como la vigésima película más controvertida de todos los
tiempos.
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