OPERACIÓN PACÍFICO.
Divertida comedia en el
marco bélico de la WWII, una trama ligera cargada de situaciones absurdas que,
al parecer la mayoría basadas en hechos reales (la reclamación de papel
higiénico, el hundimiento de un submarino en Cavite Navy Yard, el camión
torpedeado, la recogida de civiles,...), aunque algo exagerados en la cinta. Dirigida
por el experto en el género Blake Edwards, adaptando el guion (nominado al
Oscar sin premio) de Stanley Shapiro (“Confidencias De Medianoche” o “Pijama
Para Dos”) y Maurice Richlin (“La Pantera Rosa” o “Confidencias De Medianoche”),
basado en una historia de los veteranos en series de tv Paul King (“Caravana”
o “Bonanza”) y Joseph Stone (“The Rough Riders” o “Stagecoah West”), teniendo
su mejor aliciente en la pareja protagonista Cary Grant y Tony Curtis, ambos en
el zenit de sus carreras, el primero saliendo de su éxito hitchcockiano “Con la
muerte en los talones” y el segundo tras su rol en la maravillosa wilderiana “Con
faldas y a lo loco” (donde Curtis imitaba a Grant). Fue Curtis el que impulsó
el proyecto al querer trabajar con Grant que era su ídolo desde que lo vio en el
film de submarinos “Destino Tokio” (1943), que fue el motivo para que Tony se
alistara en la Armada, y quería tener a su lado a Cary mirando otra vez por el
periscopio. Aquí la salsa es el choque entre las dos personalidades, Grant como
el gerifalte Sherman del submarino estoico y rígido en su sentido del deber,
mientras Curtis da vida al oportunista Holden, ladrón, hedonista, mujeriego, y entre
ambos la química es fenomenal, traspasándose al espectador.
En 1959, el
contralmirante de la Marina de los EE. UU. Matt Sherman (Grant), ComSubPac,
aborda el obsoleto submarino diésel USS Sea Tiger, antes de su partida hacia el
depósito de chatarra. Sherman, su primer oficial al mando, comienza a leer su
diario personal de tiempos de guerra y comienza un flashback. El 10 de
diciembre de 1941, un ataque aéreo japonés hunde al Sea Tiger mientras estaba
atracado en el Cavite Navy Yard en Filipinas. El teniente comandante Sherman y
su tripulación comienzan las reparaciones, con la esperanza de navegar hacia
Darwin-Australia, antes que los japoneses invadan el puerto. Creyendo no hay
posibilidad de reparar el submarino, el comodoro del escuadrón transfiere a la
mayor parte de la tripulación de Sherman a otros barcos, pero le promete a
Sherman que será el primero en llamar a los reemplazos disponibles. El teniente
(grado junior) Nick Holden (Curtis), ayudante de un almirante, es reasignado a
Sea Tiger a pesar de una falta total de entrenamiento o experiencia en
submarinos.
Edwards se toma a risa
la guerra, la despoja de cualquier seriedad o intensidad dramática, para
zambullirse en situaciones bufas una tras otra, eso sí, muy bien encadenadas,
haciendo chanzas del belicismo, de lo establecido. Tenesmo al principio el
torbellino que supone la llegada de Holden al submarino, un tipo despierto al
que asignan como encargado de suministros, ello en tiempo que escasean no, lo
siguiente. Y Holden tiene sus métodos personales para hacerse con lo necesario
para poder reflotar y hacer funcionar el submarino, ósea, robar, robar y volver
a robar, con la ayuda de un militar ex convicto, tuberías de lavabos, motores,
y hasta en un desternillante gag por lo bien filmado que está, vemos al
mandamás de la base naval quejarse de que le han quitado la pared del despacho
(que ra de metal y le han cortado varios metros cuadrados. En lo que recuerda
al sargento Bilko en su picardía y inmoralidad dentro del ejército. Para colmo
del humor cuando el submarino debe zarpar de urgencia Holden ha contratado a un
Chamán hawaiano, toda ayuda es poca. Para sus propósitos Holden, en otra isla
crea un casino para conseguir material para el submarino, dando crédito a
cuenta en el local de juego, ello contando con que los ‘crupier’
Entonces aparece otro
running-gag del film, como son las explosiones y gruñidos del motor que dan la
sensación de no mucha seguridad a bordo. Y cual videojuego la situación se
vuelve más y más disparatada conforme avanza el metraje, y cual camarote de los
hermanos Marx se va llenando de gente. Primero con la recogida de cinco (hermosas
y voluptuosas) enfermeras militares de una isla. Entonces las tensiones
sexuales se suceden, lo delirante se desarrolla con continuos conflictos que el
capitán intenta solventar, desde rifas entre la tripulación para adjudicarse una
mujer, los cruces por los angostos pasillos donde la ‘delantera misil’ femenina
crea ‘claustrofobia’, la torpeza femenina (muy misógina representación), como
quieren secar la ropa interior, o colisiones con el mecánico central, todo ello
para ir feminizando poco a poco el submarino desde sus entrañas, el motor
termina convulsionando gracias a una faja, hasta por supuesto tener pintado de
rosa el exterior.
Por supuesto, en una
peli sin riesgos, tenemos varios romances en ristre donde brotan la guerra de
sexos. Holden y la segunda teniente Barbara Duran (Dina Merrill), entre Sherman
y la torpe segunda teniente Dolores Crandall (Joan O'Brien), o el jefe de máquinas
Sam (Arthur O'Connell), y la mayor Edna (Virginia Gregg), por supuesto entre
ellos de primeras hay batallitas; La primera es la desmaña de ella, desde hacer
salir agua en la ducha cuando no debe, hasta presionar un botón crucial cuando
no debía; la segunda es que Barbara queda enamorada de Holden y este sincero le
dice que está prometido a una rica heredera (ello en medio de una jocosa escena
en que ella huye de él nadando mientras él la persigue en un pequeñito bote de
aire); y la última, es la misoginia de él la que crea la barrera, no acepta a
una mujer entre sus queridas máquinas, no acepta (por su lívido supongo) la
faja oscilante, pero al final le confiesa que le gusta porque no es una mujer (¿?),
le dice que es algo mejor: "Me gustas porque eres más que una mujer: eres
un mecánico".
Aquí la guerra es algo
accesorio, hay tres escenas bélicas, una al inicio cuando los japos bombardean
la base donde está el Sea Tiger, la segunda la del (desternillante) hundimiento
del camión, y la tercer, la del fuego amigo que acaba de modo fachoso entre
sostenes. Todas estas secuencias tratadas con claro sentido del humor, sin víctimas,
no es que no hay muertos, es que ni hay heridos, aquí la asistencia médica para
lo más tenso que se utiliza es para dar a una luz a unas mujeres nativas. No
hay misión peligrosa, no hay enfrentamientos peligrosos, solo ir de un lugar A
al B y luego al C. Solo es lo que pasa por en medio. Tenemos escenas tan
chistosas como cuando en una isla Holden, en vísperas de Nochevieja decide
buscar algo de comida especial y roba un cerdo a un granjero local nativo, la
situación se desmadra en un control de caminos con la policía militar, vistiendo
al porcino con un chaquetón, y todo culminando en el submarino, con la denuncia
del nativo asaltado, teniendo ese momento Lubistch cuando Sherman abre la
puerta con ‘Hastings’ (el cerdo) y solo vemos el rostro de Grant, su reacción
es maravillosa, no vemos lo que él ve y ese fotograma oculto es descacharrante,
acabando todo con el ladrón ‘robado’ cuando el granjero crea su propio bazar
barato con las cosas de Holden en su camarote (hasta su masajeador se lleva),
ello auspiciado por un entusiasmado Sherman ante la mirada irritada de Holden. Todo
desembocando en un rush final jocoso cuando deben dejar de echar la última capa
de pintura gris al submarino, quedando la superficie pintada de rosa, y con
ello el chiste homófobo queda servido, y es que puede que este gag visual visto
hoy día no sea del todo `políticamente correcto. Como también algunas elementos
son algo envejecidos, pero como tampoco busca trascender en el tiempo, son
perdonables. También podría haberse acortado algo el minutaje, pues dos horas
son excesivas para lo que cuenta, con algunas situaciones que se estiran más de
lo que debiera. Aunque para bien tiene un rush final satisfactorio en su humor.
Cary Grant está notable en
un rol que dominaba sin problemas, el de caballero estoico, sobre todo aquí
quedan su faz sorprendida con gesto de contención en cada una delas vicisitudes
que sufre, desde como afronta que le regañen el mandamás de la base por la
referida pared robada, su mirada cuando encuentra en un cigarrillo en el café,
cuando ‘alguien’ presiona un botón que no debía, cuando se sienta sobre un caliente
rizador de pelo, o cuando comunica a la tripulación por altavoz que cuando se
crucen con las mujeres por el pasillo les dejen pasar sin cruzarse con ellos
(por aquello de sus prominentes senos); Tony Curtis hace de sí mismo, de su
encasillamiento, y lo borda, con ese encanto de gañán que desborda; del resto
de secundarios destaca Arthur O'Connell como el jefe de máquinas, un obseso de
su trabajo que encuentra la horma de su zapato en la nueva intrusa, mucha chispa
tiene su actuación.
Spoiler:
Rush final: Desde la
radio japonesa se burlan del misterioso submarino rosa, mientras la Marina de
los EE. UU. cree se trata de un engaño japonés y ordena lo hundan en cuanto lo
vean. Un destructor estadounidense detecta al Sea Tiger y abre fuego, luego
lanza cargas de profundidad cuando el submarino se sumerge. Sherman intenta una
mancha de petróleo y luego lanza mantas, almohadas y chalecos salvavidas desde
su único tubo lanzatorpedos que funciona, pero el engaño falla. Por sugerencia
de Holden, Sherman expulsa lencería de las enfermeras. El sostén de Crandall
convence al capitán del destructor de que "los japoneses no tienen nada
como esto" y cesa el fuego. Sea Tiger, todavía pintada de rosa, llega a
Darwin, maltrecho y escorado, pero por sus propios medios, ello en medio de las
burlas de los presentes en el puerto, hasta que de modo digno el capitán ordena
ondear la Barras y Estrellas y cesan las risas; Los recuerdos de Sherman
terminan con la llegada del comandante Nick Holden, su esposa (la ex teniente
Duran) y sus dos hijos. Sherman promete a Holden el mando de un nuevo submarino
de propulsión nuclear, también llamado Sea Tiger. La esposa de Sherman (la ex
teniente Crandall) llega tarde con sus cuatro hijas y choca por detrás el auto
del personal de su esposo, lo que hace que se bloquee los parachoques con un
autobús de la Marina. Cuando el autobús se aleja, arrastrando consigo su auto,
Sherman le asegura a su esposa que lo detendrán en la puerta principal. Luego,
el comandante Holden lleva a Sea Tiger a su último viaje, mientras vemos y oímos
el estallido de los motores rugiendo de su modo característico.
Tony Curtis había
adquirido condición de estrella, con producciones como Los vikingos (1958), de
Richard Fleischer o Fugitivos (1958). Tras aceptar protagonizar Con faldas y a
lo loco (1959), de Billy Wilder, en donde se inspiraba para la creación de su
personaje en su admirado Cary Grant, La Universal le preguntó cuál sería siguiente
proyecto quisiera protagonizar. Curtis ya había trabajado con Blake Edwards en
dos ocasiones, El temible Mr Cory (1956) y Vacaciones sin novia (1957). El
director había colaborado también en el guión de una comedia centrada en ambiente
militar, Operación Gran Baile (1957), de Richard Quine, en que el soldado que
encarnaba Jack Lemmon, en registro interpretativo tan sobrio o severo como en
la magnífica Cowboy (1958), de Delmer Daves, compartía algunas características,
como el dominio urdidor de la picaresca, con el personaje de de Curtis de
Operación Pacífico. La Universal propuso a Jeff Chandler para el papel del
comandante del submarino Sea Tiger, pero Curtis sugirió que fuera Cary Grant,
cuya interpretación como comandante del submarino en Destino Tokio (1943), de
Delmer Daves, había sido determinante para que Curtis se decidiera a alistarse.
Grant, en principio, se mostró remiso, porque consideraba que era demasiado
mayor para el papel, pero acabó aceptando. Durante el rodaje se apuntalaría una
singular sintonía entre ambos actores, derivaría en una duradera amistad.
Stanley Shapiro, que había escrito el guion de Vacaciones sin novia, y Maurice
Richlin, desarrollaron un argumento de Paul King y Joseph B. Stone. Ese mismo
año firmarían ambos otro guion, junto a Russell Rouse y Clarence Greene, para
Confidencias a medianoche (1959), de Michael Gordon. Por ambos guiones sería
nominados en los Oscar, y lo ganarían por el segundo.
La Operation Petticoat
se produjo con un amplio apoyo del Departamento de Defensa y la Marina de los
EE. UU. La mayor parte del rodaje se realizó en la Estación Naval de Key West y
sus alrededores, ahora el Anexo Truman de la Estación Aérea Naval de Key West-Florida,
que sustituyó a Filipinas y Australia. El rodaje del período que sugiere la
posguerra de 1959 se realizó en la Estación Naval de San Diego, California.
El USS Sea Tiger fue
retratado por tres submarinos estadounidenses diferentes de clase Balao de la
Segunda Guerra Mundial:
USS Queenfish , en las escenas de apertura y
cierre (siendo visible el "393" en la torre de mando)
USS Archerfish , para todas las escenas en las
que el barco estaba pintado del color gris y negro estándar.
USS Balao , por todas las escenas en las que Sea
Tiger estaba pintado de rosa
El destructor atacante
y, durante la llegada a Darwin, el destructor visible al fondo es el destructor
USS Wren de clase Fletcher.
Algunos de los puntos de
la trama de Operación Enagua se basaron en incidentes de la vida real, como:
La evacuación de una
enfermera de la Armada y varias enfermeras del Ejército de Corregidor a
Australia por el submarino USS Spearfish
, comandado por el futuro receptor de la Cruz Naval, James C. Dempsey; La
evacuación de civiles filipinos a Australia puede haberse inspirado en la
evacuación de 32 civiles de Mindanao por parte del USS Narwhal, incluidos 8
mujeres, 2 niños y un bebé, durante su séptima patrulla de guerra el 15 de
noviembre de 1943; El hundimiento del submarino USS Sealion en el muelle de Cavite Navy Yard en
Filipinas; El torpedeo de un autobús por parte del USS Bowfin; La carta del Capitán Sherman al
departamento de suministros de Cavite sobre la inexplicable falta de papel
higiénico (basada en una carta real al departamento de suministros del
Astillero Naval de Mare Island escrita por el teniente comandante James Wiggins
"Red" Coe del submarino USS
Skipjack ); La necesidad de pintar un submarino de rosa debido a la
falta de suficiente capa base de plomo rojo o blanco: el calor del USS Sealion
en llamas también quemó la pintura negra del cercano USS Seadragon; Durante un tiempo, el submarino
luchó con sólo su capa interna de plomo rojo visible. Esto llevó a Tokyo Rose a
menospreciar los "submarinos piratas rojos" estadounidenses. Otra
posible fuente del submarino "rosa" es el condecorado USS Harder , comandado por Samuel David Dealey .
Con la creencia de que un tinte rosado ayudaría con el camuflaje, especialmente
cerca del amanecer y el anochecer, Dealey añadió rosa al gris claro que era
estándar para el esquema de pintura de la Medida 32 de la Marina.
Operation Petticoat fue
un gran éxito de taquilla, recaudando más de 9,3 millones de dólares en
alquileres de salas de cine en los Estados Unidos y Canadá, la convirtió en la
tercera película más taquillera de 1959, la comedia con mayor recaudación
nacional de todos los tiempos. hasta ese momento, así como la película de mayor
éxito financiero de la carrera de Cary Grant. A través de su contrato, los
residuos de Grant superaron los 3 millones de dólares, haciendo de Operation
Petticoat su película más rentable hasta la fecha.
Operation Petticoat se
adaptó como serie de ABC-TV se desarrolló del 17 de septiembre de 1977 al 10 de
agosto de 1979. Inicialmente protagonizada por John Astin en papel de Grant del
teniente comandante Sherman, la serie de tv presentó a la hija de Tony Curtis,
Jamie Lee. Curtis, como el teniente Durán. La mayor parte del elenco fue
reemplazado para la segunda temporada del programa, una decisión que provocó
bajos índices de audiencia y cancelación. Solo se produjeron 32 episodios de la
serie (22 en la temporada 1, 10 en la temporada 2) en total.
Paul King, Joseph Stone,
Stanley Shapiro y Maurice Richlin fueron nominados al Premio de la Academia al
mejor guión por su trabajo en Operación Enagua.
Los miembros del elenco
incluyen varios actores que se convirtieron en estrellas de televisión en las
décadas de 1960 y 1970: Gavin MacLeod de The Love Boat y McHale's Navy, Marion
Ross de Happy Days y Dick Sargent de Bewitched.
Me queda un film muy
ameno y divertido, con picos que lo hacen recomendable, sin ser redondo, si es
bueno. Gloria Ucrania!!!
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