sábado, 18 de mayo de 2024

 

OPERACIÓN PACÍFICO.


Divertida comedia en el marco bélico de la WWII, una trama ligera cargada de situaciones absurdas que, al parecer la mayoría basadas en hechos reales (la reclamación de papel higiénico, el hundimiento de un submarino en Cavite Navy Yard, el camión torpedeado, la recogida de civiles,...), aunque algo exagerados en la cinta. Dirigida por el experto en el género Blake Edwards, adaptando el guion (nominado al Oscar sin premio) de Stanley Shapiro (“Confidencias De Medianoche” o “Pijama Para Dos”) y Maurice Richlin (“La Pantera Rosa” o “Confidencias De Medianoche”), basado en una historia de los veteranos en series de tv Paul King (“Caravana” o “Bonanza”) y Joseph Stone (“The Rough Riders” o “Stagecoah West”), teniendo su mejor aliciente en la pareja protagonista Cary Grant y Tony Curtis, ambos en el zenit de sus carreras, el primero saliendo de su éxito hitchcockiano “Con la muerte en los talones” y el segundo tras su rol en la maravillosa wilderiana “Con faldas y a lo loco” (donde Curtis imitaba a Grant). Fue Curtis el que impulsó el proyecto al querer trabajar con Grant que era su ídolo desde que lo vio en el film de submarinos “Destino Tokio” (1943), que fue el motivo para que Tony se alistara en la Armada, y quería tener a su lado a Cary mirando otra vez por el periscopio. Aquí la salsa es el choque entre las dos personalidades, Grant como el gerifalte Sherman del submarino estoico y rígido en su sentido del deber, mientras Curtis da vida al oportunista Holden, ladrón, hedonista, mujeriego, y entre ambos la química es fenomenal, traspasándose al espectador.

 

En 1959, el contralmirante de la Marina de los EE. UU. Matt Sherman (Grant), ComSubPac, aborda el obsoleto submarino diésel USS Sea Tiger, antes de su partida hacia el depósito de chatarra. Sherman, su primer oficial al mando, comienza a leer su diario personal de tiempos de guerra y comienza un flashback. El 10 de diciembre de 1941, un ataque aéreo japonés hunde al Sea Tiger mientras estaba atracado en el Cavite Navy Yard en Filipinas. El teniente comandante Sherman y su tripulación comienzan las reparaciones, con la esperanza de navegar hacia Darwin-Australia, antes que los japoneses invadan el puerto. Creyendo no hay posibilidad de reparar el submarino, el comodoro del escuadrón transfiere a la mayor parte de la tripulación de Sherman a otros barcos, pero le promete a Sherman que será el primero en llamar a los reemplazos disponibles. El teniente (grado junior) Nick Holden (Curtis), ayudante de un almirante, es reasignado a Sea Tiger a pesar de una falta total de entrenamiento o experiencia en submarinos.

 

Edwards se toma a risa la guerra, la despoja de cualquier seriedad o intensidad dramática, para zambullirse en situaciones bufas una tras otra, eso sí, muy bien encadenadas, haciendo chanzas del belicismo, de lo establecido. Tenesmo al principio el torbellino que supone la llegada de Holden al submarino, un tipo despierto al que asignan como encargado de suministros, ello en tiempo que escasean no, lo siguiente. Y Holden tiene sus métodos personales para hacerse con lo necesario para poder reflotar y hacer funcionar el submarino, ósea, robar, robar y volver a robar, con la ayuda de un militar ex convicto, tuberías de lavabos, motores, y hasta en un desternillante gag por lo bien filmado que está, vemos al mandamás de la base naval quejarse de que le han quitado la pared del despacho (que ra de metal y le han cortado varios metros cuadrados. En lo que recuerda al sargento Bilko en su picardía y inmoralidad dentro del ejército. Para colmo del humor cuando el submarino debe zarpar de urgencia Holden ha contratado a un Chamán hawaiano, toda ayuda es poca. Para sus propósitos Holden, en otra isla crea un casino para conseguir material para el submarino, dando crédito a cuenta en el local de juego, ello contando con que los ‘crupier’

 

Entonces aparece otro running-gag del film, como son las explosiones y gruñidos del motor que dan la sensación de no mucha seguridad a bordo. Y cual videojuego la situación se vuelve más y más disparatada conforme avanza el metraje, y cual camarote de los hermanos Marx se va llenando de gente. Primero con la recogida de cinco (hermosas y voluptuosas) enfermeras militares de una isla. Entonces las tensiones sexuales se suceden, lo delirante se desarrolla con continuos conflictos que el capitán intenta solventar, desde rifas entre la tripulación para adjudicarse una mujer, los cruces por los angostos pasillos donde la ‘delantera misil’ femenina crea ‘claustrofobia’, la torpeza femenina (muy misógina representación), como quieren secar la ropa interior, o colisiones con el mecánico central, todo ello para ir feminizando poco a poco el submarino desde sus entrañas, el motor termina convulsionando gracias a una faja, hasta por supuesto tener pintado de rosa el exterior.

 

Por supuesto, en una peli sin riesgos, tenemos varios romances en ristre donde brotan la guerra de sexos. Holden y la segunda teniente Barbara Duran (Dina Merrill), entre Sherman y la torpe segunda teniente Dolores Crandall (Joan O'Brien), o el jefe de máquinas Sam (Arthur O'Connell), y la mayor Edna (Virginia Gregg), por supuesto entre ellos de primeras hay batallitas; La primera es la desmaña de ella, desde hacer salir agua en la ducha cuando no debe, hasta presionar un botón crucial cuando no debía; la segunda es que Barbara queda enamorada de Holden y este sincero le dice que está prometido a una rica heredera (ello en medio de una jocosa escena en que ella huye de él nadando mientras él la persigue en un pequeñito bote de aire); y la última, es la misoginia de él la que crea la barrera, no acepta a una mujer entre sus queridas máquinas, no acepta (por su lívido supongo) la faja oscilante, pero al final le confiesa que le gusta porque no es una mujer (¿?), le dice que es algo mejor: "Me gustas porque eres más que una mujer: eres un mecánico".

 

Aquí la guerra es algo accesorio, hay tres escenas bélicas, una al inicio cuando los japos bombardean la base donde está el Sea Tiger, la segunda la del (desternillante) hundimiento del camión, y la tercer, la del fuego amigo que acaba de modo fachoso entre sostenes. Todas estas secuencias tratadas con claro sentido del humor, sin víctimas, no es que no hay muertos, es que ni hay heridos, aquí la asistencia médica para lo más tenso que se utiliza es para dar a una luz a unas mujeres nativas. No hay misión peligrosa, no hay enfrentamientos peligrosos, solo ir de un lugar A al B y luego al C. Solo es lo que pasa por en medio. Tenemos escenas tan chistosas como cuando en una isla Holden, en vísperas de Nochevieja decide buscar algo de comida especial y roba un cerdo a un granjero local nativo, la situación se desmadra en un control de caminos con la policía militar, vistiendo al porcino con un chaquetón, y todo culminando en el submarino, con la denuncia del nativo asaltado, teniendo ese momento Lubistch cuando Sherman abre la puerta con ‘Hastings’ (el cerdo) y solo vemos el rostro de Grant, su reacción es maravillosa, no vemos lo que él ve y ese fotograma oculto es descacharrante, acabando todo con el ladrón ‘robado’ cuando el granjero crea su propio bazar barato con las cosas de Holden en su camarote (hasta su masajeador se lleva), ello auspiciado por un entusiasmado Sherman ante la mirada irritada de Holden. Todo desembocando en un rush final jocoso cuando deben dejar de echar la última capa de pintura gris al submarino, quedando la superficie pintada de rosa, y con ello el chiste homófobo queda servido, y es que puede que este gag visual visto hoy día no sea del todo `políticamente correcto. Como también algunas elementos son algo envejecidos, pero como tampoco busca trascender en el tiempo, son perdonables. También podría haberse acortado algo el minutaje, pues dos horas son excesivas para lo que cuenta, con algunas situaciones que se estiran más de lo que debiera. Aunque para bien tiene un rush final satisfactorio en su humor.

 

Cary Grant está notable en un rol que dominaba sin problemas, el de caballero estoico, sobre todo aquí quedan su faz sorprendida con gesto de contención en cada una delas vicisitudes que sufre, desde como afronta que le regañen el mandamás de la base por la referida pared robada, su mirada cuando encuentra en un cigarrillo en el café, cuando ‘alguien’ presiona un botón que no debía, cuando se sienta sobre un caliente rizador de pelo, o cuando comunica a la tripulación por altavoz que cuando se crucen con las mujeres por el pasillo les dejen pasar sin cruzarse con ellos (por aquello de sus prominentes senos); Tony Curtis hace de sí mismo, de su encasillamiento, y lo borda, con ese encanto de gañán que desborda; del resto de secundarios destaca Arthur O'Connell como el jefe de máquinas, un obseso de su trabajo que encuentra la horma de su zapato en la nueva intrusa, mucha chispa tiene su actuación.

 

Spoiler:

 

Rush final: Desde la radio japonesa se burlan del misterioso submarino rosa, mientras la Marina de los EE. UU. cree se trata de un engaño japonés y ordena lo hundan en cuanto lo vean. Un destructor estadounidense detecta al Sea Tiger y abre fuego, luego lanza cargas de profundidad cuando el submarino se sumerge. Sherman intenta una mancha de petróleo y luego lanza mantas, almohadas y chalecos salvavidas desde su único tubo lanzatorpedos que funciona, pero el engaño falla. Por sugerencia de Holden, Sherman expulsa lencería de las enfermeras. El sostén de Crandall convence al capitán del destructor de que "los japoneses no tienen nada como esto" y cesa el fuego. Sea Tiger, todavía pintada de rosa, llega a Darwin, maltrecho y escorado, pero por sus propios medios, ello en medio de las burlas de los presentes en el puerto, hasta que de modo digno el capitán ordena ondear la Barras y Estrellas y cesan las risas; Los recuerdos de Sherman terminan con la llegada del comandante Nick Holden, su esposa (la ex teniente Duran) y sus dos hijos. Sherman promete a Holden el mando de un nuevo submarino de propulsión nuclear, también llamado Sea Tiger. La esposa de Sherman (la ex teniente Crandall) llega tarde con sus cuatro hijas y choca por detrás el auto del personal de su esposo, lo que hace que se bloquee los parachoques con un autobús de la Marina. Cuando el autobús se aleja, arrastrando consigo su auto, Sherman le asegura a su esposa que lo detendrán en la puerta principal. Luego, el comandante Holden lleva a Sea Tiger a su último viaje, mientras vemos y oímos el estallido de los motores rugiendo de su modo característico.

 

Tony Curtis había adquirido condición de estrella, con producciones como Los vikingos (1958), de Richard Fleischer o Fugitivos (1958). Tras aceptar protagonizar Con faldas y a lo loco (1959), de Billy Wilder, en donde se inspiraba para la creación de su personaje en su admirado Cary Grant, La Universal le preguntó cuál sería siguiente proyecto quisiera protagonizar. Curtis ya había trabajado con Blake Edwards en dos ocasiones, El temible Mr Cory (1956) y Vacaciones sin novia (1957). El director había colaborado también en el guión de una comedia centrada en ambiente militar, Operación Gran Baile (1957), de Richard Quine, en que el soldado que encarnaba Jack Lemmon, en registro interpretativo tan sobrio o severo como en la magnífica Cowboy (1958), de Delmer Daves, compartía algunas características, como el dominio urdidor de la picaresca, con el personaje de de Curtis de Operación Pacífico. La Universal propuso a Jeff Chandler para el papel del comandante del submarino Sea Tiger, pero Curtis sugirió que fuera Cary Grant, cuya interpretación como comandante del submarino en Destino Tokio (1943), de Delmer Daves, había sido determinante para que Curtis se decidiera a alistarse. Grant, en principio, se mostró remiso, porque consideraba que era demasiado mayor para el papel, pero acabó aceptando. Durante el rodaje se apuntalaría una singular sintonía entre ambos actores, derivaría en una duradera amistad. Stanley Shapiro, que había escrito el guion de Vacaciones sin novia, y Maurice Richlin, desarrollaron un argumento de Paul King y Joseph B. Stone. Ese mismo año firmarían ambos otro guion, junto a Russell Rouse y Clarence Greene, para Confidencias a medianoche (1959), de Michael Gordon. Por ambos guiones sería nominados en los Oscar, y lo ganarían por el segundo.

 

La Operation Petticoat se produjo con un amplio apoyo del Departamento de Defensa y la Marina de los EE. UU. La mayor parte del rodaje se realizó en la Estación Naval de Key West y sus alrededores, ahora el Anexo Truman de la Estación Aérea Naval de Key West-Florida, que sustituyó a Filipinas y Australia. El rodaje del período que sugiere la posguerra de 1959 se realizó en la Estación Naval de San Diego, California.

 

El USS Sea Tiger fue retratado por tres submarinos estadounidenses diferentes de clase Balao de la Segunda Guerra Mundial:

USS  Queenfish , en las escenas de apertura y cierre (siendo visible el "393" en la torre de mando)

USS  Archerfish , para todas las escenas en las que el barco estaba pintado del color gris y negro estándar.

USS  Balao , por todas las escenas en las que Sea Tiger estaba pintado de rosa

El destructor atacante y, durante la llegada a Darwin, el destructor visible al fondo es el destructor USS Wren de clase Fletcher.

 

Algunos de los puntos de la trama de Operación Enagua se basaron en incidentes de la vida real, como:

La evacuación de una enfermera de la Armada y varias enfermeras del Ejército de Corregidor a Australia por el submarino USS  Spearfish , comandado por el futuro receptor de la Cruz Naval, James C. Dempsey; La evacuación de civiles filipinos a Australia puede haberse inspirado en la evacuación de 32 civiles de Mindanao por parte del USS Narwhal, incluidos 8 mujeres, 2 niños y un bebé, durante su séptima patrulla de guerra el 15 de noviembre de 1943; El hundimiento del submarino USS  Sealion en el muelle de Cavite Navy Yard en Filipinas; El torpedeo de un autobús por parte del USS  Bowfin; La carta del Capitán Sherman al departamento de suministros de Cavite sobre la inexplicable falta de papel higiénico (basada en una carta real al departamento de suministros del Astillero Naval de Mare Island escrita por el teniente comandante James Wiggins "Red" Coe del submarino USS  Skipjack ); La necesidad de pintar un submarino de rosa debido a la falta de suficiente capa base de plomo rojo o blanco: el calor del USS Sealion en llamas también quemó la pintura negra del cercano USS  Seadragon; Durante un tiempo, el submarino luchó con sólo su capa interna de plomo rojo visible. Esto llevó a Tokyo Rose a menospreciar los "submarinos piratas rojos" estadounidenses. Otra posible fuente del submarino "rosa" es el condecorado USS  Harder , comandado por Samuel David Dealey . Con la creencia de que un tinte rosado ayudaría con el camuflaje, especialmente cerca del amanecer y el anochecer, Dealey añadió rosa al gris claro que era estándar para el esquema de pintura de la Medida 32 de la Marina.

 

Operation Petticoat fue un gran éxito de taquilla, recaudando más de 9,3 millones de dólares en alquileres de salas de cine en los Estados Unidos y Canadá, la convirtió en la tercera película más taquillera de 1959, la comedia con mayor recaudación nacional de todos los tiempos. hasta ese momento, así como la película de mayor éxito financiero de la carrera de Cary Grant. A través de su contrato, los residuos de Grant superaron los 3 millones de dólares, haciendo de Operation Petticoat su película más rentable hasta la fecha.

 

Operation Petticoat se adaptó como serie de ABC-TV se desarrolló del 17 de septiembre de 1977 al 10 de agosto de 1979. Inicialmente protagonizada por John Astin en papel de Grant del teniente comandante Sherman, la serie de tv presentó a la hija de Tony Curtis, Jamie Lee. Curtis, como el teniente Durán. La mayor parte del elenco fue reemplazado para la segunda temporada del programa, una decisión que provocó bajos índices de audiencia y cancelación. Solo se produjeron 32 episodios de la serie (22 en la temporada 1, 10 en la temporada 2) en total.

 

Paul King, Joseph Stone, Stanley Shapiro y Maurice Richlin fueron nominados al Premio de la Academia al mejor guión por su trabajo en Operación Enagua.

 

Los miembros del elenco incluyen varios actores que se convirtieron en estrellas de televisión en las décadas de 1960 y 1970: Gavin MacLeod de The Love Boat y McHale's Navy, Marion Ross de Happy Days y Dick Sargent de Bewitched.

 

Me queda un film muy ameno y divertido, con picos que lo hacen recomendable, sin ser redondo, si es bueno. Gloria Ucrania!!!

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