domingo, 5 de mayo de 2024

 


Masters of the Air

 

Atractiva miniserie bélica creada por John Shiban (productor de series tan clamadas como “Expediente X” o “Breaking Bad”) y John Orloff (estuvo como guionista en dos episodios de “Hermanos de sangre”) para Apple TV+, basándose en el libro de 2007 homónimo del autor más vendido del New York Times, Donald L. Miller, "Masters of the Air: America's Bomber Boys Who Fought the Air War Against Nazi Germany", serie limitada de nueve episodios describe la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de los pilotos, navegantes y la tripulación de El Grupo de Bombardeo 100 de la Fuerza Aérea, también conocido como el "Bloody Hundredth", unidad de bombarderos pesados Boeing B-17 Flying Fortress en la Octava Fuerza Aérea en el este de Inglaterra durante la Guerra Mundial II. Tras el éxito tremendo del film de guerra “Salvar al soldado Ryan” (1998), el director y su protagonista, Spielberg y Tom Hanks decidieron incidir en el mayor conflicto del SXX, y produjeron en 2001, acontecimiento homérico para la tv, la irrupción de la miniserie “Band of Brothers” para HBO, una de las mejores películas o programas de la Segunda Guerra Mundial de todos los tiempos. Basada en el libro de Stephen E. Ambrose, contó la historia de “Easy” Company desde el campo de entrenamiento hasta el frente occidental. Le siguió “The Pacific” (2010), narra la Guerra del Pacífico y las dificultades de los soldados después de regresar a casa, siguió la pista de la 1.ª División de Infantería de Marina. Catorce años después, Apple TV+ finalmente lanza el muy esperado “Masters of the Air”, sirviendo para completar la trilogía. Estas dos pretéritas se hicieron bajo el paraguas de HBO, “Masters of the Air” fue originalmente adquirida por HBO, pero se mudó a Apple Studios en 2019 como la primera producción interna del titán tecnológico.

 

Habiendo en la dirección muy reputados directores, marcando el tono de la serie Cary Joji Fukunaga (Tras la primera y triunfal primera temporada de “True Detective”), Anna Boden y Ryan Fleck co-dirigen el quinto y sexto (“Half Nelson” o “Capitana Marvel”), la afroamericana (menciono lo de su raza porque tiene importancia en el tratamiento de un episodio) Dee Rees (“Mudbound” y “Pariah”) es responsable del séptimo y octavo (este último la directora homenajeando a la compañía Tuskegee de afroamericanos que fueron pilotos de combate en la WWII), y el veterano de mil excelentes batallas catódicas, Tim Van Patten (“Los Soprano”, Sexo en Nueva York”, “The Wire”, , “Deadwood”, “Roma”, “The Pacific”, “Juego de Tronos”, “Boardwalk Empire”, o “Black Mirror”) es el encargado de dar sentido broche final en el noveno y último capítulo, con un cierre satisfactorio.

 

Con un impresionante presupuesto de producción de entre 200 y 250 millones de dólares, que se reflejan en unos valores de producción brillantes, una recreación del tiempo y lugar formidable, así como apabullantes las secuencias de enfrentamientos aéreos, un prodigio de inmersión arrollador, fruto de unos efectos especiales fascinantes supervisados por Neil Corbould (“Rogue One” o “Gravity”), haciéndonos sentir uno más dentro de estas ‘fortalezas aéreas’, con su claustrofobia, su sensación de peligro constante, la sensación de velocidad, la fragilidad de esa nave, en muchos casos en subjetivo desde la cabina de piloto, sintiéndonos una moto de polvo en el inmenso cielo, mientras cazas nazis nos sondean y zumban amenazantes a nuestro alrededor, mientras dejan sus estelas inquietantes formando cuadros bélicos aéreos asombrosos como nunca se habían visto, trasladándonos en plena refriega la impresión de caos agobiante, con algunos impactos sobre los aviones acongojantes, con explosiones, sentimos la caída mientras intentamos salir al exterior para saltar al vacío, en este sentido una de los momentos más dramáticos de la serie es cuando uno de los pilotos va a saltar de un avión en llamas y encuentra a un artillero atascado en su cápsula, tremebundo, con escombros impactando con otras naves (incluso vemos a un tripulante expelido de su avión chocar contra un avión, están las estelas de humo de naves ‘heridas’, la artillería anti aérea disparando dejando el surco de sus disparos en el aire, un akelarre sobre las nubes. Ello en una combinación extraordinaria entre los f/x la cinematografía (marca la pauta Adam Arkapaw [“Macbeth” o “Animal Kingdom”], cinematógrafo de los 4 primeros), la labor de edición (trabajo de varios montadores, siendo Mark Czyzewski que ha estado en los 9 episodios [“Inmortals” o “Greyhound]), con cortes de lado a  lado que nos sobrecogen y hacen palpitar, el diseño de producción de Chris Seagers (“Salva al soldado Ryan” o “Alien: Covenant”), como crucial la mezcla de sonido de Michael Minkler (“Star Wars” o “Collateral”) y Jack Whittaker (“Batman begins” o “United 93”), para sentirnos dentro de la tripulación de los B-17, con las explosiones, los disparos, la salida de las bombas cual racimos de uvas del infierno, Kolossal.

 

Todo ello acompañado por relato que realzan el humanismo de los soldados, sus miedos, ilusiones, sus peligros, sus sentimientos de culpa, su dolor por la pérdida, ello desarrollado con gran intensidad dramática, tejiendo buenas interrelaciones de amistad y fraternidad, incidiendo en el estrés psicológico derivado de este peculiar trabajo, donde primaban la supervivencia un día más, sobrevivir a estar enlatados en salchichas de metal con alas tan vulnerables, así como sabiendo exponer la perdida de la inocencia para estos jóvenes. Expone personajes bien delineados, a la par que estupendamente actuados. En sus debe se le puede achacar que va perdiendo fuelle conforme avanza, recurriendo en la última fase a insertos algo manidos, como es la estancia en los campos de prisioneros “La Gran Evasión”, “Stalag 17” o “Evasión o victoria”, o ya en tv “Colditz” o “Los héroes de Hogan”, o el octavo dedicado en gran parte a una compañía de pilotos negros, que aparecen de la nada en la serie, como un signo de corrección política, en homenaje que me es metido con fórceps, pues solo salen en este capítulo, dejándolos in media res, como las marchas de prisioneros, o como resulta algo insertado a empellones que uno de los pilotos caído en combate de con un campo de exterminio, muy sobado, me ha faltado sutileza. Tal vez porque en la última fase de la guerra en el circo de Europa el dominio de los cielos por parte de los aliados fue total y sin oposición. También me ha faltado algo de introspección sobre los daños infringidos a la población civil alemana por parte de bombardeos indiscriminados, ejemplos notorios los de Hamburgo y sobre todo Dresde, aunque hay una espléndida secuencia en que vemos el terror provocado por las bombas, con edificios derrumbados, incontables víctimas inocentes, iba muy bien en este aspecto, me parecía muy autocrítico este tramo exhibiendo que no todo eran bombardeos asépticos, que hubo y muchas víctimas sin culpa alguna. Pero esto se pretende compensar con unos linchamientos, con lo que se pone a estos sufrientes civiles como salvajes ante los `desvalidos’ pilotos.

 

La serie (como en anteriores intros de las dos no oficiosas primeras entregas) te atrapa en sus emocionantes créditos de inicio punteados por la neurálgica música del texano Blake Neely (“You” o “Greyhound), que dota de épica dramática los comienzos de los capítulos de modo entusiasta.

 

Se nos hace un lienzo de la camaradería reinante en estas compañías, los vemos en la cantina, borracheras, en charlas, en peleas, tenido sexo, todo para intentar escapar del pensamiento de su labor al borde de la muerte. Estamos en las reuniones previas en que se hace saber a los pilotos las misiones, y por supuesto estamos en el aire con ellos enlatados: Estamos en el día a día de estas rutinas de salir en aviones de misiones de las que hay muchas probabilidades no vuelvas, mientras el personal en tierra espera en tensión a ver cuantos de los que salieron vuelven, esta intensidad extenuante nos llega.

 

Es curioso el tramo en que discuten los pilotos estadounidenses con aviadores ingleses sobre el tipo de misión que hacen unos y otros en este turbador reparto de papeles en la contienda, donde los yankis acusan a los anglos de cobardes al tener ellos misiones nocturnas para hacer complicado sean detectados, aunque con ello la efectividad sea menor, en contraposición a los de la 100, que hacen sus misiones de día y con ello hacer mucho más riesgoso sus vuelos.

 

Las actuaciones resultan bastante buenas. Empezando por la pareja protagonista (aun siendo bastante coral el desarrollo) Austin Butler y Callum Turner, sus roles son la constante en la serie en la que una y otra vez volvemos para seguir sus peripecias en medio de su fuerte amistad que nos llega. Dos caracteres muy diferentes que se compenetran en su fin último, sobrevivir. Los conocemos en el prólogo de la serie, durante una velada con parejas, y sabremos pro que uno es Buck y el otro John 'Bucky' Egan. Al primero le da vida el actor inglés Turner es el alma de la producción, un clásico Bigger Than Life, irradia un enorme carisma, extrovertido, locuaz, arrogante, dotado de una gran expresividad, especialmente su empática media sonrisa, nos hace llegar su zozobra ante la caída de muchos de sus colegas de otros aviones, creciendo mucho en la segunda mitad de la serie, cuando está sin el ‘socio’, muy bueno; Gale 'Buck' Cleven es encarnado por Butler en una actuación más comedida, más hierático y taciturno, tiene novia (a la que da vida Isabel May en un rol de una sola escena al inicio de la serie, olvidándose esto para el resto de la serie ¿?), tipo observador y atento, interpretación más matizada, buena, pero sin llegar al fulgor de Turner, y entre los dos una estimable química. El problema que veo en ellos es que apenas se rasca su superficie, no se ahonda en ellos, carecen de evolución drmática y se quedan en lo mismo son al principio que en el final de la guerra; Anthony Boyle como el narrador en off, en un recurso bastante anárquico, sirve para dar foco a personajes en la sombra, ejemplo al crucial jefe de mecánicos de solo 19 años, sirve para coser algo forzadamente algunas tramas. Da una estupenda actuación como el Major Harry Crosby, al que vemos desarrollarse desde el aspirante a tripulante aéreo que se marea, a ser un oficial que planea las mejores rutas para las ‘fortalezas aéreas’, que sufre por no poder estar en aire con sus compañeros, padece la culpa de que los demás caigan mientras él está en la retaguardia (el verdadero Crosby voló en 32 misiones de combate y recibió múltiples menciones por su valentía); Nate Mann está notable como Robert "Rosie" Rosenthal, tío con encanto y simpatía natural; También reseñable el papel de Barry Keoghan como el teniente Curtis Biddick, tipo irascible y de mecha corta al que da brío el actor; La  mujeres tienen poco espacio en la serie, solo mencionable Bel Powley, una vigorosa actuación como Sandra Westgate, que tiene una enternecedora relación con Crosby; Entre tanto elenco, es bueno en el colaje, pero con ello la tara de abarcar a demasiados y apretar a ninguno, quedando la mayoría como estereotipos.

 

Como defectos hay que añadir que falta algo de chicha cuando están en tierra tras las misiones, las situaciones caen en cierto modo en la complacencia y el buenismo, falta algo de mala leche. Quedando en algún momento la sensación de iteración, es lo que tiene que la mayor parte del tiempo sean los militares en un punto A (el aeródromo), salen a un punto B (para sus misiones) y vuelven al A, y así sucesivamente. Solo se sale de esta premisa en formidable capítulo en que deben atravesar Europa con depósitos de combustible al límite para aterrizar en el desierto de Argelia. Ah, y los capítulos del final, donde, como ya he mencionado cae en algunos recursos ya muy ajados, sin que se el de un enfoque diferente. Están bien estos episodios finales, pero esperaba más, igual me pillo en mal momento, pero esperaba me pusieran el bello de punta y no.

 

‘Mientras se acerca a su fin, un superviviente del grupo de bombardeo “Bloody Hundredth” de la Fuerza Aérea se encuentra parado junto a una chimenea, bebiendo whisky y citando al filósofo alemán Friedrich Nietzsche. “Quien luche contra monstruos debe tener cuidado de no convertirse él mismo en un monstruo”, parafrasea a su compañero de vuelo, mientras se preparan para dejar atrás la guerra y regresar con sus familias. “Porque si miras al abismo, el abismo te devuelve la mirada”.’

 

Me queda una serie con la losa del referente de las dos mencionadas anteriores, su sombra es muy alargada, pierde claramente en la comparativa, sobre todo con “Band of Brothers”, pero sin los referentes, es una producción muy sugerente, entretenida y didáctica homenajeando a estos combatientes. Gloria Ucrania!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario