El color púrpura
Dios se cabrea cuando pasas junto al color púrpura en un campo y no te das cuenta.
78/22(23/03/23) Punzante melodrama, con sus defectillos, el octavo largometraje de Steven Spielberg fue una obra parteaguas en su carrera, fue su primera incursión en una obra digamos seria, lejos de películas de índole de entretenimiento familiar, pues no hay ni acción, ni aventuras, ni fantasía, un dramón en toda regla. El guión es del neerlandés Menno Meyjes (“La última cruzada”) adaptando la novela homónima de Alice Walker, ganadora del premio Pulitzer en 1982. Cuenta la historia de una joven afroamericana, Celie Harris y muestra los problemas que experimentaron las mujeres afroamericanas a principios del siglo XX, incluida la violencia doméstica, pedofilia, incesto, pobreza, racismo y sexismo. Un relato de sufrimiento continuo, un canto a la resiliencia, al espíritu de supervivencia, a la rebelión ante las injusticias, a la dignidad, al orgullo, e incluso a la redención, todo narrado con hondo humanismo, visualmente atractivo gracias a la luminosa cinematografía de Allen Daviau (“ET, el Extraterrestre”) con planos de una exacerbada beldad, siendo oasis en medio de un dramón agrio, un descenso oscuro en medio de humillaciones, y vejaciones todo un recetario de maldades, que Spoielberg tiene el ‘error’ de acumularlos todos en el tramo inicial, con lo que el extensísimo metraje (demasiado) puede ya impactarnos poco, la capacidad de sorprendernos escasea. Aun así, Spielberg sabe proporcionar momentos emocionalmente punzantes, ello con la alegoría constante del dickensiano “Oliver Twist”, seguramente como mensaje nada subliminal que del pozo de la vida se puede salir. Me llama la atención como siendo una historia de afroamericanos de primera mitad de SXX, apenas se toca el tema del racismo, solo atañe a la sub trama de Sofia, de hecho, apenas aparecen personas blancas.
Utilizó el icónico
realizador de Cincinnati a intérpretes poco conocidos, protagonizado por la
debutante Whoopi Goldberg, con Danny Glover, Oprah Winfrey en su también inicio
cinematográfico, Margaret Avery, Rae Dawn Chong, Willard Pugh y Adolph Caesar. Tuvo
la película once nominaciones a los Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor
Actriz para Goldberg, Mejor Actriz de Reparto para Avery y Winfrey y Mejor
Guión Adaptado, pero no logró una sola victoria, y Spielberg no recibió
nominación a Mejor Director; mantuvo el récord de la película que recibió la
mayor cantidad de nominaciones sin ganar en los Premios de la Academia desde
The Turning Point (1977) en esta etapa. También recibió cuatro nominaciones al
Globo de Oro, con Goldberg ganando como Mejor Actriz en un Drama. Spielberg
recibió un premio del Sindicato de Directores de América por Logro Destacado
como Director y una nominación al Globo de Oro.
La película está basada
en la novela de Alice Walker, quien contó la historia de Celie a través de una
serie de cartas, algunas nunca enviadas, muchas nunca recibidas, la mayoría
dirigidas a Dios. Las cartas son su forma de mantener la cordura en un mundo
donde pocos se preocupan por escucharla.
Celie (Desreta Jackson de
niña Celie) es una chica negra que crece en el sur rural de las primeras
décadas de este siglo, en un mundo que la rodea de crueldad. Cuando la vemos
por primera vez, es una niña que corre por campos de flores moradas con su
hermana. Luego aparece claramente, y vemos está embarazada, nos enteramos que
su padre la ha dejado embarazada y que entregará al niño como lo había hecho
con un bebé anterior. Para cuando Celie se case, con un cruel granjero al que
solo llama "Señor", habrá perdido a sus hijos y la capacidad de tener
más, se habrá separado de la hermana, que es la única persona en la Tierra que
ama. Vivirá en la servidumbre de un hombre que hace alarde de su amor por otra mujer,
Shug Avery. Y, sin embargo, esta mujer resistirá. Ayuda a criar a unos hijos
que la maltratan (lo primero que hace el hijastro al verla es apedrearla, dejándole
una herida en la frente y la sangre goteara la virginal nieve, en una formidable
alegoría). Allí se convertirá en una esclava de su esposa, que la poseerá
sexualmente como un objeto, donde ella parecerá durante el acto fuera de sí,
dejando su cuerpo vacío de contenido, deberá limpiar la pocilga de casa,
preparar la comida, lavar la ropa, y hasta afeitar a Albert en escenas
turbadoras por lo que es ver a alguien con una navaja en el cuello de la
persona que odia.
La joven Celie vuelve a
tener vida cuando tiene la visita de su hermana Nettie (excelente Akosua Busia),
mantiene momentos de alegría con sus juegos y confidencias, también como la
menor Nettie la enseña a leer y escribir. Pero la felicidad dura poco, provocado
por el rechazo de Nettie a los requerimientos sexuales de Albert, este la echa
de la casa. Esto derivando en la escena más desgarradora del film, insoportablemente
dolorosa como son separadas a la fuerza en ese camino, como ambas lloran en
medio de hacerse juegos de manos, declarándose cariño eterno, y en medio el
ogro que las separa. Hay una elipsis de varios años y vemos la entrada en
escena de otra mujer, una de las que hará despertar a Celie, es Sofia (Oprah Winfrey),
mujer oronda, de fuerte carácter volcánico, decidida, segura de sí misma, se casa
con el hijo de Albert, Harpo (Willard E. Pugh), a pesar de las reticencias del padre.
Llegamos a otro momento turbadoramente agrio, y es que Harpo se queja de que su
esposa no le hace caso, y buscando consejo Celie le espeta que la pegue,
dejando claro que es lo único que ha conocido. Y entonces hay un tratamiento donde
Spielberg me resulta defectuoso, primero vemos una espléndida reacción de una
magullada en un ojo Sofia con Celie, echando en cara con furia que ha tenido
que luchar toda su vida contra los hombres, su padre, hermanos, marido. Pero
luego esta dramática sub trama pasa a ser comedia cuando vemos a Harpo también
con un ojo morado justificándose diciendo que fue un accidente, y luego como
esto acaba con que Sofia lo abandona, tratado en un montaje de humor que no me
encaja con el tono del film.
El punto de inflexión
del relato es la entrada en escena de Shug (Margaret Avery), sensual mujer de
mundo, cantante descocada de blues, alcohólica, de la que está perdidamente enamorado
Albert, y la lleva a su casa, a pesar de tener allí a su esposa Celie. Ella la
cuida, y esta la ‘paga’ diciéndole la primera vez que la ve, "Eres tan fea
como el pecado". Pero su relación irá creciendo en los contrastes, se
hacen amigas, confidentes, hasta desembocar que en medio del éxtasis de una de
sus actuaciones en la taberna de Harpo que le dedica una canción, ‘Sister, ante
ello Celie se emociona. Ello dará pie a la escena más tierna del film, en el
dormitorio Shug le dice a Celie que tiene una hermosa sonrisa y no debería
esconderla, hace que Celie se vea con otros ojos, alienta su estima, y la cosa acaba
con Shug besando en los labios a Celie, que se siente desorientada, y acaban besándose
ambas, tienen sexo (fuera de cámara), y Celie descubre que puede disfrutar del
sexo. Esta relación lésbica es en el film atenuada por Spielberg con respecto a
lo que era en el libro, que se explaya mucho más en detalles sexuales,
seguramente por autocensura. En la novela esta relación amorosa dura 20 años,
pero solo vemos el inicio, y un tanto de soslayo, falta valentía por parte del
director para afrontar esta vertiente reveladora. Como me queda coja la
situación de que Shug está en casa de Albert, acostándose con él, pero nunca
vemos siquiera un beso de este con ella, solo se apunta, pero seguramente para
ser menos compleja nunca vemos que en realidad Shug se acuesta con el
matrimonio por separado (¿?), nunca vemos haya tensión alguna por esto, nunca
hay dilema moral en celie por ello, esto me ha resultado muy condescendiente,
no queriendo dar ambigüedad se queda coja en este aspecto que no se toca.
Whoopi Goldberg está
sensacional como la desgraciada Celie, se ve a sí misma como una Oliver Twist, en
su primer papel en cine demuestra contención prodigiosa, callada, temerosa, tímida,
sumisa, , soportando palizas y violaciones de su marido, pero que a través de
la relación con dos mujeres, Sofia y Shag, encontrará fuerzas para rebelarse
contra su situación miserable y vejatoria, durante la mayor parte del tiempo
está en silencio y debe expresarse por medio de sus gestos y mirada, y con ello
nos gana en una evolución gradual, para emocionarnos con ella cuando decide
tomar la palabra durante la catárquica comida, lástima que luego la actriz fuera
por derroteros de comedia; Oprah Winfrey como la dura Sofia, es otra que tiene
su primer rol en cine y con él desborda la pantalla, todo lo contrario de Celie,
con pasión, carácter, un volcán imparable, definitorio de su personalidad es
cuando la vemos por vez primera, anda deprisa por la calle con los de su
familia intentando seguirle el paso sin éxito, es alguien que sabe lo que quiere.
Pero tendrá su horma del zapato en el racismo imperante en el sur, lo que la
hace entrar en una espiral del Averno que la hace amansar de forma dolorosa.
Maravillosa Winfrey; Margaret Avery como la díscola Shug Avery es arrolladora
en su alegría de vivir, radiante cuando canta, aun dejando entrever las grietas
emocionales, sobre todo en la tensa relación que tiene con su padre reverendo que
la desprecia. Mujer de vuelta de todo que en su nihilismo encuentra el modo de
redimirse de sus ‘pecados’ haciendo Celie tenga auto estima. Aunque, como ya he
dicho su relación con Albert me resulta tramposa en como se muestra. Tampoco la
resolución de su conflicto con su progenitor me ha resultado satisfactoria, muy
forzada y metida a empellones para emocionar; Danny Glover encarna a Albert, la
personificación del mal banal, el poder absolutista del heteropatriarcado, alguien
que cree que todos están por debajo de él por el simple hecho de ser el patriarca,
su violencia para él es algo normalizado, tanto que termina por hacérselo algo
necesario a Celie (esto expresado cuando le dice a Harpo: ‘Pégale!’). Es un
tipo que con los demás parece agradable, simpático, sonriente, bromista, pero
en su casa es un reyezuelo tiránico. Muy buena su actuación, muy lejana a los
papeles que estamos acostumbrados a ver de él de buenazo, lástima que su final
sea tan difuso; A destacar entre los secundarios la fulgurante aparición de Adolph
Caesar como padre de Albert, en una sola escena vemos de donde viene el
carácter avasallador del hijo, fenomenal su vigor; Ah, también estupenda Dana
Ivey como la mujer blanca paternalista con los negros, cree estar haciéndoles
un favor, cuando lo que hace es querer perpetuar su rol inferior de sirvientes
de la ‘raza superior’ (a recordar su neurosis con el coche ante un grupo de
negros que intentan ayudarla).
Entre los defectos no mencionados
tocare algunos más: Suponemos que Albert lleva una granja, pero nunca lo vemos
trabajar en ella, no sabemos de qué viven realmente, nunca lo vemos plantar, cuidar
el campo, o recolectar, no sabem0os si tiene una dura vida en la granja, es
algo misterioso esto; Spielberg aun mostrando los horrores que sufre Celie, se
nota cohibido de ir más allá, dejando un tanto en humor negro lo que debería
ser crudeza; La sub trama de Nettie tras tener que dejar a la hermana es de un
estereotipo sonrojante, propia de una visión de turista en el segmento que
vemos la acción en África, grimante en lo cliché que resulta. Por no hablar de
la casualidad de que acabara de niñera de su sobrina (hija de Celie), no me lo
creo. Esto entronca con el impostado final en que Spielberg me empuja a
emocionarme (spoiler), y me deja frío por lo disneyano para lo malo que me es,
no pega tanto azúcar.
La puesta en escena es de
una gran belleza. Excelente el diseño de producción J. Michael Riva (“Django
desencadenado”), inmersivo en las viviendas miseras, los campos, el pueblo sureño,
o la taberna. Esto enaltecido por la exuberante labor del DP Allen Daviau, creando
un contraste edénico entre los hiper luminosos exteriores donde el sol hace
relucir los infinitos campos de maíz, idílicas puestas de sol, en contraste con
los interiores opresivos de la vivienda, siendo todo un alarde poético algunas
tomas, ejemplo las que hay en que desde el interior de la vivienda limpian la ventana para dejar a la vista algo importante
del exterior, creando un marco lírico evocador de grandes cuadros; Fu el primer
largometraje dirigido por Spielberg para el cual John Williams no compuso la
música, presentó una partitura de Quincy Jones, también produjo. No me ha sido
una banda sonora especialmente a recordar.
Spoiler:
Rush final: Me ha sido
muy acomodaticio, a la par que acartonado. Albert abandonado por Celie decide
ayudar a Nettie para regresar de África (que más da el país, para los
estadounidenses el continente negro es un país en sí), lo hace por la carta que
le ha llegado., lo hace sin decir nada a nadie, viéndose al espectador como que
quiere redención, y esto me resulta impropio del tipo que hemos visto, un giro
metido con fórceps; Vemos en la escena final que un coche llega al hogar de Celie
(la casa paterna heredada tras la muerte del padrastro), de él bajan ataviadas
de modo carnavalesco en colores propios de una fiesta caricaturesca africana
Nettie y la hija de Celie y se abrazan entre lágrimas, mientras de fondo
vemos Albert con su caballo observar y
dar media vuelta en solitario. Esta escena busca emocionarme y por el contrario
me resulta artificiosa y facilona.
Nettie: -Creo que Dios se enfada si pasas ante el color
púrpura en el campo sin fijarte en él.
Celie: -Quieres decir
cai que amar a todo como dice la Biblia?
Nettie: -Sí Celie, todo
quiere ser amado.
Sofia: -Toa mi vida he
tenido que luchar. Luché con mi padre, luche con mis tios, luche con mis
hermanos... Una chica no está segura en una familia dhombres; pero nunca creí
que tendría que luchar en mi propia casa!"
Albert: -Las mujeres son como los críos. Tienen que
saber quién manda en la casa, y pa eso no hay na mejor cuna paliza.
Película denunciada
como, entre otras cosas, una carta de odio a los hombres negros. La
representación de la película de los hombres negros, así como su superficie
brillante, llevó a muchos a compararla con El nacimiento de una nación, aunque
el esfuerzo de Spielberg no es técnicamente innovador ni ideológicamente
primitivo. En consecuencia, había un aspecto de farsa por segunda vez en la
noticia de que El color púrpurafue objeto de piquetes en su estreno, al igual
que la película de Griffith cuando se estrenó en 1915.
Spielberg renunció a su
salario habitual de $ 15 millones en lugar del mínimo de $ 40,000 del Directors
Guild of America. Eligió restar importancia al subtexto lésbico entre Celie y
Shug, una decisión de la que más tarde se arrepintió.
Si bien la novela se
basó en la casa de la infancia de Walker en Eatonton (Georgia), la película se
filmó principalmente en la casa de James C. Bennett, ubicada en Lilesville
(condado de Anson) y el condado de Union en Carolina del Norte durante los
meses de verano. Los decorados se construyeron en una plantación de la época
anterior a la guerra en las afueras de Wadesboro, mientras que la ciudad de
Marshville tenía sus calles pavimentadas cubiertas de barro y arcilla para que
coincidieran con el escenario de principios del siglo XX. La iglesia era una capilla bautista de 60 años que fue
trasladada pieza a pieza de su ubicación original. Debido al calor del verano,
las secuencias de invierno se rodaron con nieve fabricada. Se filmaron escenas
adicionales en el backlot de Universal Studios Hollywood, y una segunda unidad
dirigida por Frank Marshall viajó a Kenia para filmar escenas en Nairobi y en
las regiones de Maasai.
La hija de Goldberg en
la vida real, Alex Martin, tiene un papel menor como uno de los niños en la
secuencia de Pascua.
La película fue un éxito
de taquilla, recaudando $ 142 millones contra un presupuesto de $ 15 millones.
Me queda un drama con
muchos picos espléndidos, pero con las tres que la impiden elevarse. Gloria Ucrania!!!
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