jueves, 22 de diciembre de 2022

 


ALMAS EN PENA DE INISHERIN

 

Cautivador comedia negra dirigida por uno de esos directores  que trabajan poco para cine, este es su cuarto largometraje en tres lustros, pero lo que hace deja huella por su calidad, me refiero al dramaturgo londinense Martin McDonagh, que guioniza (ganó el Golden Osella al Mejor Guión en el festival de Cine de Venecia) y dirige este singular film que mezcla con punzante equilibrio el humor y el drama, en lo que es una sensacional alegoría sobre las guerras civiles, para remarcar esto la historia se desarrolla en 1923 en la isla ficticia de Inisherin, mientras la Guerra Civil Irlandesa se desarrolla de fondo, escuchan disparos y explosiones en la isla grande de lejos, como si fuera algo que les afectara. La metáfora queda remarcada por la violencia que termina emanando del choque, con mediadores que intentan ser poner paz, exiliados, víctimas inocentes colaterales, y la Muerte siempre sobrevolando por los caminos, reflejada en una pseudo-Banshee (la Sra. McCormick encarnando por una sombría Sheila Flitton, comenta aterradoramente: “Vendrá una muerte, tal vez incluso dos muertes”; Banshhe son espectros malignos en la tradición irlandesa que , entona con placer malicioso de ahí el título en inglés

 

Los enfrentamientos que se generan gradualmente entre antiguos amigos, ello en un relato enriquecido por un desarrollo pétreo en efecto bola de nieve, con diálogos ingeniosos, cargados de mala leche, rodeado de secundarios pintorescos que aportan solidez narrativa, y con una puesta en escena sencillamente epicúrea en el tratamiento del escenario, a partir del excelente diseño de producción de Mark Tildesley (“En el corazón del mar” o “Sin tiempo para morir”), con ese modo de imbuirnos de modo sobrio del lugar, con sus cabañas evocadoras de un tiepo y lugar, sus diáfanos interiores, como también la taberna local; con una sublime cinematografía de Ben Davis (“Tres anuncios en las afueras” o “Dumbo”), dotando del sentido del lugar, con luz natural que impregna de aspecto pictórico muchos de los fotogramas, con interiores filmados con velas y lámparas de gas, provocando la inmersión del espectador, que enaltece de forma mística los verdes lares sexteados por acantilados abruptos azotados por un mar hosco, donde el cielo está siempre forrado de nubes grises (filmado el film en Inishmore y Achill Island representan a la ficticia Inisherin, isla frente a la costa de Irlanda), emparentando la sombriedad ambiental al argumento, y esto adornado por una prodigiosa música creada por el maestro (en todos los films de los Coen: “Muerte entre las flores” o “Fargo”) Carter Burwell (que escucho mientras escribo), que baña en melodías melancólicas, intimistas, cargadas de resonancias ocasísticas, de las que te calan.

 

La historia reúne a los irlandeses Colin Farrell y Brendan Gleeson, quienes previamente trabajaron juntos en el debut como director de McDonagh en “In Bruges” (2008), realizando ambos un trabajo desbordante de humanidad. Con un punto de partida nimio sobre una enemistad cortada abruptamente en el escenario de una isla irlandesa, se produce un análisis puntiagudo de la compleja Condición Humana, auscultando el orgullo, la soberbia, la ira, el rencor, la venganza, y ello desde el prisma de la tóxica masculinidad, evolucionando los hechos de modo fluido, sin prisas, en tono seco, adusto, sardónico, mostrando en los márgenes los efectos del aislamiento que producen las islas, la endogamia que se retroalimenta, donde la hermana del protagonista encarna la voz de la cordura que pretende romper la cadena que la ata a la soledad insular. Hablándonos del tempus fugit, de la importancia del legado, de la trascendencia, aunque sea en un nivel bajo, y todo ello con un poso de calado melancólico cuasi-crepuscular.

 

Al final de la Guerra Civil Irlandesa en 1923, en la ficticia isla irlandesa de Inisherin, el músico folklórico Colm Doherty (Brendan Gleeson) comienza abruptamente a ignorar a su viejo amigo y compañero de copas Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell). Todos los días a las 2 de la tarde, Pádraic se encuentra con Colm en la casa de este último y se van al pub, pero Colm ha decidido que ya no está para eso. “Simplemente ya no me gustas”, le informa a Pádraic, está cansado de ver pasar los días tomando pintas en el bar, charlar sobre nada (la última conversación que le recuerda fue sobre excrementos de burro), matar las horas decrecientes que le quedan a Colm. Colm toca el violín, compone canciones para él y le gustaría dejar algún tipo de legado que marque su paso por aquí, además de ser una amable caja de resonancia para un Pádraic cada vez más borracho. Colm sube la apuesta: si Pádraic no deja a Colm en paz, Colm se llevará las esquilas de las ovejas a sus propios dedos, una a una. Este, simpático y querido por los isleños, es aburrido para Colm, que desea pasar el resto de su vida componiendo música y haciendo cosas por las que será recordado. La vida de Pádraic se ve desestabilizada por la pérdida de uno de sus pocos amigos; a medida que Pádraic se angustia cada vez más por el rechazo, Colm se vuelve más resistente a los intentos de su viejo amigo de hablar con él. Colm finalmente le da un ultimátum a Pádraic: cada vez que Pádraic lo moleste o intente hablar con él, Colm cortará uno de sus propios dedos izquierdos con un par de cizallas para ovejas. Aunque la cariñosa hermana de Pádraic, Siobhán (Kerry Condon), y el problemático chico local Dominic (Barry Keoghan) intentan calmar la creciente batalla de la pareja, sus esfuerzos resultan infructuosos. A medida que las tensiones empeoran, la anciana local, la Sra. McCormick, advierte a Pádraic que la tragedia llegará pronto a la isla.

 

Se establece en la historia un duelo de voluntades donde el director no juzga, ni se pone de parte, expone, los dos tiene sus motivaciones. Podemos sentir la frustración de Colm por sentir que está perdiendo el tiempo con una vida ordinaria, y decide cortar por lo sano y dedicarse a hacer algo que le haga tener un legado, ello a través de componer música irlandesa, siente que su relación con Pádraic son un lastre para su objetivo, incluso le suelta a este cuando le comenta este que siempre ha sido así y le caía bien, le espeta ‘Tu crees?’; Pádraic no entiende que su mejor amigo sin mediar discusión alguna le haya dado la espalda, e intenta buscar las causas, primero que si es una broma, luego que si es una depresión, pero ello le lleva a una situación extrema en la reacción de Colm. Sentimos que se sencillez (ejemplo es que no sabe quién es Mozart) solo le hace sentirse bien en la rutina cotidiana, no aspira a más en la vida que en hacer su trabajo de lechero, pasear con su burra, y charlar mientras beben cerveza con su amigo.

 

Sensacional Colin Farrell como tipo sencillo, tranquilo, sin aspiraciones en la vida, con esas pobladas y expresivas cejas, con esos andares sin apenas mover brazos, con esa vestimenta triste negra, emite ser un ser primario, muy enternecedora su mentalidad simple (la hermana de Padraic señala que el libro que lee es una historia triste, a lo que él responde con sencillez cándida: “Quizás un libro triste te entristecerá”), anhela amistad, calor humano, dejando traslucir sus debilidades, su fragilidad, que lo hacen entrañable. Una de las mejores actuaciones de su ya dilatada carrera, muy bueno; Brendan Gleeson, con algo de menos de protagonismo que Farrel, pero dejando improntita con su prodigioso carisma, con su imán, con su portentosa expresividad, con su modo cuasi elegiaco de moverse, compone a un hombre con matices, con sueños, cansado, incluso hastiado hasta tomar la decisión drástica consigo mismo, lo que le hace ser carne de terapeuta cuando menos, habiendo algo que se deja caer cuando el sacerdote le pregunta por la ‘desesperación’. Brillante con que poco se hace empático.

 

Para dar solidez siempre es bueno tener buenos actuaciones de apoyo y aquí las hay de las sibaritas. Desde esa sobresaliente Kerry Condon como la hermana de Pádraic, Siobhán (me encanta no nos hayan metido con calzador una mujer para un romance). Mujer de fuerte carácter, culta, leída, es la brújula moral del relato, al que ve la toxicidad del entorno e intenta huir (para ella los lugareños son amargados[P1]  y locos, y el lugar para ella es: "nada más que desolación y el lento paso del tiempo") , mantiene duelos fenomenales con Farrel y Gleeson, se hace notar con su personalidad, ejemplo como ataca a Colm como ‘Un hombre silencioso más en Inisherin’, abriendo el abanico a los isleños: "Todos ustedes son jodidamente aburridos con sus insignificantes quejas". Espero este rol le dé cancha amplia en cine. Ah, le envía una carta a su hermano donde dice que las gentes de España traían alegría a los irlandeses (¿?); Barry Keoghan da vida a Dominic, el considerado ‘0tonto del pueblo’, hijo del policía local, en realidad es un pobre desgraciado que su padre alcohólico veja y da palizas, es el paño de lágrimas de Pádraic, a través del cual sabemos lo que piensa el protagonista, es un chico con sueños (está enamorado de Siobhán), ser afable que desborda dulzura en su candor, trémula la escena que declara su amor; Gary Lydon como el policía local está formidable en su mezquindad, en como emite ser un tipo despreciable, para ello esclarecedoramente esplendida la conversación que tiene con Colm sobre que va a la Gran isla a ser guardia en una ejecución, todo lo que suelta ahí es tremebundo, hablando de que no sabe quién ejecuta a quien, pero que siempre ha querido asistir a una pena de muerte. Su imagen desnudo sentado borracho en una silla en su casa, y su hijo diciendo que acaba de masturbarse es de las que recuerdas turbadamente; Estupendo David Pearse como el sacerdote que da confesión a Colm, manteniendo enfrentamientos chispeantes, como ejemplo está cuando le cuestiona el clérigo a este sobre si ha tenido pensamientos homosexuales ("pensamientos impuros sobre los hombres"); Hay una tendera divertidísima encarnada por Bríd Ní Neachtain, que exige noticias a sus clientes, ello de modo hostil, ansiosa de tener matetrial para el chismorreo, buena actuación; Y tenemos a Sheila Flitton como una mística mujer mayor que parece ir dando augurios por los caminos, cual Banshee, presencia atemorizante.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): Cuando Padraic es golpeado por el policía (le ha humillado ante la tendera), tirándolo al suelo, por allí pasa su antiguo amigo Colm, que cariñosamente lo recoge y sube enb la carreta, Colm se sube junto a él y sin decir palabra conduce hasta un cruce, donde se baja y da las riendas a su ex amigo, mientras este solloza sin decir nada; Cuando Pádraic se emborracha en la taberna y arremete contra Colm que tocaba música allí con unos estudiantes, Colm le espeta que quiere ser inmortal como lo fue Mozart que vivió en el SXVII, su ex amigo le responde que lo importante es ser amable, y que Mozart (no dice bien su nombre) no es inmortal porque él no lo conoce, la hermana le espeta a Colm que Mozart es de otro siglo; Cuando Pádraic encuentra a su burra Jenny muerta por ingesta de un dedo de Colm, estremecedora secuencia; La gélida escena en que Pádraic cumple su palabra y prende fuego a la cabaña de Colm, primero recoge al perro de Colm para no hacerle daño, coloca leña por los alrededores del hogar y la enciende, cuando ya se iba da media vuelta a ver si está dentro o no, mira por la ventana y allí está tranquilo fumando Colm y se va.

 

Final: A la mañana siguiente de haber prendido fuego Pádraic a la cabaña de Colm, vemos a la señora McCormick que encuentra una silla junto a una de las ventanas de la casa incendiada. Pádraic, con el perro, encuentra a Colm parado en la playa mirando al horizonte. Colm se disculpa por la muerte de Jenny y sugiere que destruir la casa puso fin a su enemistad, pero Pádraic informa a su antiguo amigo que solo habría terminado si se hubiera quedado dentro de la casa. Cuando Pádraic se da la vuelta para irse, Colm le agradece por cuidar a su perro. Pádraic responde: "En cualquier momento".

 

Por buscarle un defecto, es que me ha resultado bastante exagerado (ya lo era un dedo, pero tenía un pase), que por ‘molestarle’ tras haberse cortado un dedo Colm, se corte los cuatro restantes de la mano (encima de los que son para tocar el violín para un músico como él), es rebasar la línea de la excentricidad para llegar a ser un caso de psiquiátrico claro.

 

Film rodado en Inishmore, Achill Island, ubicaciones utilizadas en Achill incluyen Cloughmore (JJ Devine's Pub), Purteen Harbor (tienda de O'Riordan), Keem Bay (casa de Colm Doherty), Corrymore Lake (casa de campo de la Sra. McCormick) y St. Thomas's Church en Dugort.

 

La ​​película ha recibido ocho nominaciones principales en los Globos de Oro, incluyendo Mejor Película – Musical o Comedia y Mejor Director.

 

Colm termina de escribir una melodía, que titula "The Banshees of Inisherin", título del film; Las Banshees forman parte del folclore irlandés desde el siglo VIII. Son espíritus femeninos que, según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus llantos o gritos la muerte de un pariente cercano. Son consideradas verdes hadas y mensajeras del otro mundo.

 

Me queda el co-mejor film que he visto de este año, compitiendo con “Sin novedad en el frente”, de los que te deja huella. Gloria Ucrania!!!


 [P1]

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