ALMAS EN PENA DE INISHERIN
Cautivador comedia negra dirigida por uno de esos directores que trabajan poco para cine, este es su
cuarto largometraje en tres lustros, pero lo que hace deja huella por su
calidad, me refiero al dramaturgo londinense Martin McDonagh, que guioniza (ganó
el Golden Osella al Mejor Guión en el festival de Cine de Venecia) y dirige este
singular film que mezcla con punzante equilibrio el humor y el drama, en lo que
es una sensacional alegoría sobre las guerras civiles, para remarcar esto la
historia se desarrolla en 1923 en la isla ficticia de Inisherin, mientras la
Guerra Civil Irlandesa se desarrolla de fondo, escuchan disparos y explosiones
en la isla grande de lejos, como si fuera algo que les afectara. La metáfora queda
remarcada por la violencia que termina emanando del choque, con mediadores que intentan
ser poner paz, exiliados, víctimas inocentes colaterales, y la Muerte siempre
sobrevolando por los caminos, reflejada en una pseudo-Banshee (la Sra.
McCormick encarnando por una sombría Sheila Flitton, comenta aterradoramente: “Vendrá
una muerte, tal vez incluso dos muertes”; Banshhe son espectros malignos en la tradición
irlandesa que , entona con placer malicioso de ahí el título en inglés
Los enfrentamientos que se generan gradualmente entre
antiguos amigos, ello en un relato enriquecido por un desarrollo pétreo en efecto
bola de nieve, con diálogos ingeniosos, cargados de mala leche, rodeado de
secundarios pintorescos que aportan solidez narrativa, y con una puesta en
escena sencillamente epicúrea en el tratamiento del escenario, a partir del
excelente diseño de producción de Mark Tildesley (“En el corazón del mar” o “Sin
tiempo para morir”), con ese modo de imbuirnos de modo sobrio del lugar, con
sus cabañas evocadoras de un tiepo y lugar, sus diáfanos interiores, como también
la taberna local; con una sublime cinematografía de Ben Davis (“Tres anuncios
en las afueras” o “Dumbo”), dotando del sentido del lugar, con luz natural que impregna
de aspecto pictórico muchos de los fotogramas, con interiores filmados con
velas y lámparas de gas, provocando la inmersión del espectador, que enaltece
de forma mística los verdes lares sexteados por acantilados abruptos azotados
por un mar hosco, donde el cielo está siempre forrado de nubes grises (filmado
el film en Inishmore y Achill Island representan a la ficticia Inisherin, isla
frente a la costa de Irlanda), emparentando la sombriedad ambiental al
argumento, y esto adornado por una prodigiosa música creada por el maestro (en
todos los films de los Coen: “Muerte entre las flores” o “Fargo”) Carter
Burwell (que escucho mientras escribo), que baña en melodías melancólicas, intimistas,
cargadas de resonancias ocasísticas, de las que te calan.
La historia reúne a los irlandeses Colin Farrell y Brendan
Gleeson, quienes previamente trabajaron juntos en el debut como director de
McDonagh en “In Bruges” (2008), realizando ambos un trabajo desbordante de
humanidad. Con un punto de partida nimio sobre una enemistad cortada
abruptamente en el escenario de una isla irlandesa, se produce un análisis puntiagudo
de la compleja Condición Humana, auscultando el orgullo, la soberbia, la ira,
el rencor, la venganza, y ello desde el prisma de la tóxica masculinidad,
evolucionando los hechos de modo fluido, sin prisas, en tono seco, adusto,
sardónico, mostrando en los márgenes los efectos del aislamiento que producen
las islas, la endogamia que se retroalimenta, donde la hermana del protagonista
encarna la voz de la cordura que pretende romper la cadena que la ata a la
soledad insular. Hablándonos del tempus fugit, de la importancia del legado, de
la trascendencia, aunque sea en un nivel bajo, y todo ello con un poso de
calado melancólico cuasi-crepuscular.
Al final de la Guerra Civil Irlandesa en 1923, en la
ficticia isla irlandesa de Inisherin, el músico folklórico Colm Doherty (Brendan
Gleeson) comienza abruptamente a ignorar a su viejo amigo y compañero de copas
Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell). Todos los días a las 2 de la tarde,
Pádraic se encuentra con Colm en la casa de este último y se van al pub, pero
Colm ha decidido que ya no está para eso. “Simplemente ya no me gustas”, le
informa a Pádraic, está cansado de ver pasar los días tomando pintas en el bar,
charlar sobre nada (la última conversación que le recuerda fue sobre
excrementos de burro), matar las horas decrecientes que le quedan a Colm. Colm
toca el violín, compone canciones para él y le gustaría dejar algún tipo de
legado que marque su paso por aquí, además de ser una amable caja de resonancia
para un Pádraic cada vez más borracho. Colm sube la apuesta: si Pádraic no deja
a Colm en paz, Colm se llevará las esquilas de las ovejas a sus propios dedos,
una a una. Este, simpático y querido por los isleños, es aburrido para Colm,
que desea pasar el resto de su vida componiendo música y haciendo cosas por las
que será recordado. La vida de Pádraic se ve desestabilizada por la pérdida de
uno de sus pocos amigos; a medida que Pádraic se angustia cada vez más por el
rechazo, Colm se vuelve más resistente a los intentos de su viejo amigo de hablar
con él. Colm finalmente le da un ultimátum a Pádraic: cada vez que Pádraic lo
moleste o intente hablar con él, Colm cortará uno de sus propios dedos
izquierdos con un par de cizallas para ovejas. Aunque la cariñosa hermana de
Pádraic, Siobhán (Kerry Condon), y el problemático chico local Dominic (Barry
Keoghan) intentan calmar la creciente batalla de la pareja, sus esfuerzos
resultan infructuosos. A medida que las tensiones empeoran, la anciana local,
la Sra. McCormick, advierte a Pádraic que la tragedia llegará pronto a la isla.
Se establece en la historia un duelo de voluntades
donde el director no juzga, ni se pone de parte, expone, los dos tiene sus
motivaciones. Podemos sentir la frustración de Colm por sentir que está perdiendo
el tiempo con una vida ordinaria, y decide cortar por lo sano y dedicarse a hacer
algo que le haga tener un legado, ello a través de componer música irlandesa, siente
que su relación con Pádraic son un lastre para su objetivo, incluso le suelta a
este cuando le comenta este que siempre ha sido así y le caía bien, le espeta ‘Tu
crees?’; Pádraic no entiende que su mejor amigo sin mediar discusión alguna le
haya dado la espalda, e intenta buscar las causas, primero que si es una broma,
luego que si es una depresión, pero ello le lleva a una situación extrema en la
reacción de Colm. Sentimos que se sencillez (ejemplo es que no sabe quién es
Mozart) solo le hace sentirse bien en la rutina cotidiana, no aspira a más en
la vida que en hacer su trabajo de lechero, pasear con su burra, y charlar
mientras beben cerveza con su amigo.
Sensacional Colin Farrell como tipo sencillo, tranquilo,
sin aspiraciones en la vida, con esas pobladas y expresivas cejas, con esos
andares sin apenas mover brazos, con esa vestimenta triste negra, emite ser un
ser primario, muy enternecedora su mentalidad simple (la hermana de Padraic
señala que el libro que lee es una historia triste, a lo que él responde con sencillez
cándida: “Quizás un libro triste te entristecerá”), anhela amistad, calor
humano, dejando traslucir sus debilidades, su fragilidad, que lo hacen
entrañable. Una de las mejores actuaciones de su ya dilatada carrera, muy bueno;
Brendan Gleeson, con algo de menos de protagonismo que Farrel, pero dejando improntita
con su prodigioso carisma, con su imán, con su portentosa expresividad, con su
modo cuasi elegiaco de moverse, compone a un hombre con matices, con sueños, cansado,
incluso hastiado hasta tomar la decisión drástica consigo mismo, lo que le hace
ser carne de terapeuta cuando menos, habiendo algo que se deja caer cuando el
sacerdote le pregunta por la ‘desesperación’. Brillante con que poco se hace
empático.
Para dar solidez siempre es bueno tener buenos actuaciones
de apoyo y aquí las hay de las sibaritas. Desde esa sobresaliente Kerry Condon como
la hermana de Pádraic, Siobhán (me encanta no nos hayan metido con calzador una
mujer para un romance). Mujer de fuerte carácter, culta, leída, es la brújula
moral del relato, al que ve la toxicidad del entorno e intenta huir (para ella
los lugareños son amargados[P1]
y locos, y el lugar para ella es: "nada más que desolación y el lento paso
del tiempo") , mantiene duelos fenomenales con Farrel y Gleeson, se hace
notar con su personalidad, ejemplo como ataca a Colm como ‘Un hombre silencioso
más en Inisherin’, abriendo el abanico a los isleños: "Todos ustedes son
jodidamente aburridos con sus insignificantes quejas". Espero este rol le dé
cancha amplia en cine. Ah, le envía una carta a su hermano donde dice que las
gentes de España traían alegría a los irlandeses (¿?); Barry Keoghan da vida a
Dominic, el considerado ‘0tonto del pueblo’, hijo del policía local, en
realidad es un pobre desgraciado que su padre alcohólico veja y da palizas, es
el paño de lágrimas de Pádraic, a través del cual sabemos lo que piensa el protagonista,
es un chico con sueños (está enamorado de Siobhán), ser afable que desborda
dulzura en su candor, trémula la escena que declara su amor; Gary Lydon como el
policía local está formidable en su mezquindad, en como emite ser un tipo despreciable,
para ello esclarecedoramente esplendida la conversación que tiene con Colm
sobre que va a la Gran isla a ser guardia en una ejecución, todo lo que suelta
ahí es tremebundo, hablando de que no sabe quién ejecuta a quien, pero que
siempre ha querido asistir a una pena de muerte. Su imagen desnudo sentado
borracho en una silla en su casa, y su hijo diciendo que acaba de masturbarse
es de las que recuerdas turbadamente; Estupendo David Pearse como el sacerdote
que da confesión a Colm, manteniendo enfrentamientos chispeantes, como ejemplo
está cuando le cuestiona el clérigo a este sobre si ha tenido pensamientos homosexuales
("pensamientos impuros sobre los hombres"); Hay una tendera divertidísima
encarnada por Bríd Ní Neachtain, que exige noticias a sus clientes, ello de modo
hostil, ansiosa de tener matetrial para el chismorreo, buena actuación; Y
tenemos a Sheila Flitton como una mística mujer mayor que parece ir dando
augurios por los caminos, cual Banshee, presencia atemorizante.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): Cuando
Padraic es golpeado por el policía (le ha humillado ante la tendera), tirándolo
al suelo, por allí pasa su antiguo amigo Colm, que cariñosamente lo recoge y
sube enb la carreta, Colm se sube junto a él y sin decir palabra conduce hasta
un cruce, donde se baja y da las riendas a su ex amigo, mientras este solloza
sin decir nada; Cuando Pádraic se emborracha en la taberna y arremete contra
Colm que tocaba música allí con unos estudiantes, Colm le espeta que quiere ser
inmortal como lo fue Mozart que vivió en el SXVII, su ex amigo le responde que
lo importante es ser amable, y que Mozart (no dice bien su nombre) no es
inmortal porque él no lo conoce, la hermana le espeta a Colm que Mozart es de
otro siglo; Cuando Pádraic encuentra a su burra Jenny muerta por ingesta de un
dedo de Colm, estremecedora secuencia; La gélida escena en que Pádraic cumple
su palabra y prende fuego a la cabaña de Colm, primero recoge al perro de Colm
para no hacerle daño, coloca leña por los alrededores del hogar y la enciende, cuando
ya se iba da media vuelta a ver si está dentro o no, mira por la ventana y allí
está tranquilo fumando Colm y se va.
Final: A la mañana siguiente de haber prendido fuego
Pádraic a la cabaña de Colm, vemos a la señora McCormick que encuentra una
silla junto a una de las ventanas de la casa incendiada. Pádraic, con el perro,
encuentra a Colm parado en la playa mirando al horizonte. Colm se disculpa por
la muerte de Jenny y sugiere que destruir la casa puso fin a su enemistad, pero
Pádraic informa a su antiguo amigo que solo habría terminado si se hubiera
quedado dentro de la casa. Cuando Pádraic se da la vuelta para irse, Colm le
agradece por cuidar a su perro. Pádraic responde: "En cualquier
momento".
Por buscarle un defecto, es que me ha resultado
bastante exagerado (ya lo era un dedo, pero tenía un pase), que por ‘molestarle’
tras haberse cortado un dedo Colm, se corte los cuatro restantes de la mano (encima
de los que son para tocar el violín para un músico como él), es rebasar la
línea de la excentricidad para llegar a ser un caso de psiquiátrico claro.
Film rodado en Inishmore, Achill Island, ubicaciones
utilizadas en Achill incluyen Cloughmore (JJ Devine's Pub), Purteen Harbor
(tienda de O'Riordan), Keem Bay (casa de Colm Doherty), Corrymore Lake (casa de
campo de la Sra. McCormick) y St. Thomas's Church en Dugort.
La película ha recibido ocho nominaciones
principales en los Globos de Oro, incluyendo Mejor Película – Musical o Comedia
y Mejor Director.
Colm termina de escribir una melodía, que titula
"The Banshees of Inisherin", título del film; Las Banshees forman parte del folclore
irlandés desde el siglo VIII. Son espíritus femeninos que, según la leyenda, se
aparecen a una persona para anunciar con sus llantos o gritos la muerte de un
pariente cercano. Son consideradas verdes hadas y mensajeras del otro mundo.
Me queda el co-mejor film que he visto de este año,
compitiendo con “Sin novedad en el frente”, de los que te deja huella. Gloria
Ucrania!!!
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