miércoles, 30 de noviembre de 2022

 


DIEZ NEGRITOS. (2015)


Muy entretenida esta miniserie británica de tres episodios de una hora de la BBC One basada en el clásico literario de misterio homónimo de Agatha Christie, probablemente su obra más famosa. Producida con motivo del 125 aniversario del nacimiento de la escritora de Torquay, dirigiendo el especialista en series TV Craig Viveiros, adaptando la versión que del libro de suspense hace Sarah Phelps (especialista en adaptar libros de clásicos a la TV), teniendo un elenco coral estupendo en sus diferentes roles, con Douglas Booth, Charles Dance, Maeve Dermody, Burn Gorman, Anna Maxwell Martin, Sam Neill, Miranda Richardson, Toby Stephens, Noah Taylor y Aidan Turner, siendo fiel el libreto al material de origen (aun con algunas libertades), siguiendo el argumento a un grupo de extraños que son invitados a una isla aislada de Devon (en realidad filmada en Cornualles) donde son asesinados uno por uno por sus crímenes pasados. Una historia cruda y disfuncional con respecto a la bibliografía de Agatha, pues aquí no hay brújula moral d ellos crímenes, no hay detective, no hay investigador imparcial, todos los personajes son en mayor o menor medida culpables, y todo sobre una atmósfera paranoica donde todos son objetivos y sospechosos a la vez, y este clima lo consigue trasladar al espectador el director con un desarrollo tenso y claustrofóbico, aun con algunas taras. Relato revestido de aura de adustez y aspereza nos cala, oscuridad en la que se hace  radiografía hosca sobre la maldad, el egoísmo, la avaricia, el abuso del poder, el darwinismo, el que se toma la justica por su mano, quizás refleja el aire fétido-desesperanzado que se cernía sobre Europa en 1939, año del comienzo de la WWII. Todo ello en un crescendo dramático sofocante, hasta desembocar en un final que sin ser exacto al del libro de Christie, si mantiene el espíritu del mismo.

 

El título proviene de la última línea de una canción de cuna presente en cada dormitorio de la mansión aislada en Soldier Island, en la costa de Devon. Diez extraños han sido atraídos a este lugar remoto con varios pretextos, ya sea invitaciones sociales u ofertas de empleo por parte de una pareja misteriosa, el Sr. y la Sra. Ulrich Norman Owen. La rima comienza: "Diez soldaditos salieron a cenar; uno se atragantó y luego fueron nueve". Con cada verso sucesivo, se elimina otro soldadito, hasta que no quede ninguno. Y tras sonar por los altavoces de la mansión un disco donde cual juez oímos que cada uno de los ahora residentes de la mansión son culpables de crímenes y por ello son sentenciados a muerte, tras lo que comienzan a caer muertos (asesinados) de diferentes formas los diez ocupantes de la casa, uno por uno. Con cada muerte, desaparece una de las diez figuritas de jade que inicialmente saludaron a los invitados sobre la mesa del comedor. Mientras van cayendo los que quedan son presos de la esquizofrenia de no saber si hay alguien más en la isla o es uno de ellos el culpable de las muertes.

 

Para la evolución de la historia y como método de hacernos partícipes de la zozobra ambiental, hace que los protagonistas vayan sufriendo todo tipo de alucinaciones que hacen que no sepamos bien si es la percepción onírica de ellos o es algo sobre natural, ello sumando tensión e inquietud. Con mucha toma exterior de una isla árida, hostil seca, estéril, un páramo sin vida cercado por la nada del mar, creándonos sensación de estar solos en el mundo los personajes. Ello mientras vamos viendo a los allí presentes con sus propios fantasmas, como les van acuciando. Aunque esto se hace mayormente con el método de los flash back, y esto hace que el tono claustrofóbico se agriete al de vez en cuando salir de allí en estos recursos estilísticos que solo suman metraje, pero poco aportan dramáticamente, pues todos sabemos que todos son culpables, no hace falta que estos flashes al pasado lo certifiquen, la serie hubiera ganado sin estos insertos.

 

El foco el director lo pone sobre todo en este reparto extenso en la joven Vera Claythorne (Maeve Dermody, deslumbra por su belleza, por sus ojos seductores, por su sensualidad natural, y en cuanto a su actuación cumple con creces con un arco bueno), con lo que ya sabemos que ella va a durar más que los demás, una institutriz de un niño, Cyril (Harley Gallacher), y cortejada por su apuesto y joven tío, Hugo (Rob Heaps), pero que una tragedia la amarga desde tiempo atrás; Tenemos a Anthony Marston (cumplidor Douglas Booth), un joven malcriado aficionado a la gran velocidad en su auto, tiempo atrás tuvo un accidente; El general John MacArthur (desaprovechado Sam Neill) es un veterano condecorado de la Gran Guerra Mundial, al que le pesa una despótica actuación; Miss Emily Brent (buena Miranda Richardson) escribe libros instruyendo a las jóvenes sobre la modestia, lo que la hace superior moralmente en su creencia puritana, tiene algún fantasma en el armario; El Det. sargento William Blore (notable Burn Gorman) es un policía que mira a todos con escepticismo incluso antes de que caiga el primer cuerpo. Fue presa de una acto de abuso del poder por su intolerancia; El Dr. Edward Armstrong (algo pasado Toby Stephens) es un cirujano londinense con un pasado en una operación que lo atormenta; Está el matrimonio a cargo del servicio, Thomas y Ethel Rogers (buen Noah Taylor y una inquietante en su modo de comportarse Anna Maxwell Martin), son el cocinero y mayordomo que creen que los Owen los contrataron para llevar la casa. Pero la grabación reproducida después de la cena de la primera noche deja en claro que ellos también están acusados de delitos graves; Philip Lombard (excelente y su sensualidad animal Aidan Turner, el eterno Ross Poldark de la serie homónima del apellido), es un mercenario irlandés que dejó un rastro sangriento por las tierras salvajes de África; y el juez Lawrence Wargrave (el Tótem de la serie, su carisma opaca a todos los que se le arriman, un sensacional Charles Dance), un juez de la corte penal retirado que envió a muchos acusados a la horca.

 

Posee la serie una puesta en escena estupenda ya desde el escenario de la mansión en medio de una hostil isla desierta sin ni vegetación, con una gran traslación de la decadencia de la mansión en sus interiores y diáfana decoración, gracias todo esto al notable diseño de producción de Sophie Beecher (“Mars” o “Halo”), decoró la casa al estilo de los diseñadores de la década de 1930 como Syrie Maugham y Elsie de Wolfe. Las escenas de la cocina y las escaleras de abajo se rodaron en Wrotham Park en Hertfordshire. Las escenas ferroviarias se filmaron en elFerrocarril del sur de Devon entre Totnes y Buckfastleigh. Cornualles se utilizó para muchas escenas del puerto y playa, incluidas Holywell Bay, Kynance Cove y Mullion Cove. Harefield House en Hillingdon, en afueras de Londres, sirvió ubicación para la mansión de la isla; todo esto filtrado por la cinematografía de John Pardue (“Luther” o “Lucky Man”), en un patinado arenoso, de cromatismos entre grisáceos y blanquecinos, trasladando tristeza ambiental.

 

Entre lo negativo (aparte de los mencionados flash-backs), están algunas gratuitas modificaciones sobre la novela, como es la relación sexual que tienen Vera y Philip, una concesión que parece algo comercial, y que resulta hasta chirriante por lo metido con calzador, que en medio de esta orgia de asesinatos estos se dediquen a fornicar me es grimante; Como desconcertante resulta que a la puritana Emily Brent, le inserten un carácter lésbico (vemos en un flash-back chuparle el dedo con sangre a su criada); Y es que en esta versión parecen ocupados en dar mucho de componente sexual a los comportamientos, como es que el Sgto. Blore fuera su crimen apalear a un preso por ser homosexual, cuando su crimen en el libro es que por perjurio un inocente fue a prisión, donde murió.

 

Spoiler:

 

Vera tras creer quedar sola con Philip en la isla, deduce que él es el asesino, lo que provoca que le dispare y mate. Desolada ante lo hecho, y con el fantasma del niño al que dejó morir entra en su dormitorio, donde hay una soga colgada de un gancho del techo con el nudo de la horca esperándole, en trance se sube a una silla y se anuda la cuerda, y justo cuando ella empuja la silla ve como por la puerta entra el juez, que creía ya muero por un disparo. La mujer se queda con la punta d ellos pies sobre la silla caída. El juez se sienta y le cuenta como los engañó a todos, y como piensa acabar el último crimen, su suicidio. La mujer intenta hacer un trato con el juez, arrepentida de suicidarse, pero el juez le retira la silla y Vera queda ahorcada. Tras lo que el juez planifica pegarse un tiro y que parezca que le han disparado. Para crear en los que encuentran los cuerpos el misterio de quien ha podido acabar con todos si todos están asesinados. Así lo concibió Agatha Christie. Aunque la escritora da una coda más allá que da otros matices.

 

La gran pregunta para mí, es como supo el juez de todos los crímenes de los otros 9, pues la mayoría son indicios o rumores, pero sin certezas, solo las de Lombard, que acepta sus ‘cargos’ de forma flemática, el resto niega.

 

“And Then There Were None” se publicó originalmente con el título “Ten Little Niggers” (1939), un título tomado de una rima infantil. Esto se cambió rápidamente por las resonancias racistas a “And Then There Were None” en la impresión de los USA. Mientras que las reimpresiones posteriores han sustituido a los “Ten Little Indians”, más aceptables (aunque incluso eso ha caído en desgracia hoy en día por también implicaciones racistas). Este fue supuestamente el más vendido de todos los libros de Christie. Christie también escribió una adaptación teatral “Ten Little Niggers” (1943). La historia se ha adaptado a la pantalla varias veces antes con “And Then There Were None” (1945), “Ten Little Indians” (1965), “And Then There Were None” (1974), una versión rusa “Ten Little Indians” (1987) y “Ten Little Indians” (1989) y posteriormente la miniserie francesa “They Were Ten” (2020). Incluso hubo una versión de Bollywood “Gumnaam” (1965). “Incite Mill” (2010) de Hideo Nakata también se hizo como un homenaje, mientras Mario Bava se basó en la trama básica de su película giallo “Twitch of the Death Nerve” (1971), que fue influencia prototípica en la película slasher.

 

Diferencias con la novela original: En la novela, todos los invitados llegan juntos a la isla en barca, excepto el Dr. Armstrong, que llega más tarde y por separado. En la serie, Emily Brent y Anthony Marston llegan antes que los demás. Además, Marston no es adicto a la cocaína en la novela; Edward Seton, el hombre al que el juez Wargrave condena a la horca por crímenes que supuestamente no cometió (pero que resulta ser realmente culpable), en el libro es ejecutado por asesinar a su casera para quedarse con su dinero. En la serie, Wargrave menciona que Seton asesinó a una serie de personas creyendo que hacía un favor al mundo al deshacerse de ellas; En el libro, Blore es acusado de haber cometido perjurio, haciendo que enviaran a un hombre inocente a prisión, donde murió. En la serie es acusado de haber golpeado a un homosexual hasta matarlo. En el libro, Blore es asesinado de un golpe en la cabeza con un reloj de mármol en forma de oso arrojado desde una ventana. En la serie es apuñalado y envuelto en una piel de oso; En el libro, Emily Brent es asesinada con una inyección de cianuro, y el asesino suelta una abeja en la habitación para completar la rima del poema. En la serie, tras ser sedada con un somnífero que el asesino pone en su café, como en la novela, es apuñalada con una de sus agujas de punto, que lleva sus iniciales, "EB", lo que suena fonéticamente como a bee ("una abeja" en inglés); En la novela, la doncella de Emily Brent se suicida arrojándose a un río, mientras que en la serie se lanza delante de un tren en marcha. También, en la serie se sugiere una posible atracción de Emily Brent hacia su doncella, algo que no ocurre en la novela; En la novela, el matrimonio Rogers es acusado de haber dejado morir a la mujer anciana para la que trabajaban no administrándole las medicinas que necesitaba, para acceder a su herencia. En la serie, la asesinan asfixiándola con una almohada. En la novela, la señora Rogers muere por una sobredosis de hidrato de cloral que el asesino echa en su vaso de brandy aprovechando la confusión generada por la grabación acusadora, mientras que en la serie se sugiere que esta sobredosis se le administra en su habitación. En el libro, el señor Rogers es asesinado de un hachazo en la cabeza, mientras que en la serie muere destripado de un hachazo en el vientre; En el libro, tras descubrir el cadáver del mayordomo Rogers, Vera cae en un estado de histeria mientras se pregunta cómo hará el asesino para escenificar el siguiente verso del poema, que habla de una colmena, cuando no hay ninguna colmena ni abejas en la isla, y el Dr. Armstrong le da un cachete en la cara para calmarla. En la serie ocurre, al contrario; En el libro, el general MacArthur envía a su subordinado y amante de su esposa Arthur Richmond a una misión suicida en la que su muerte era casi segura. En la serie lo mata él mismo de un disparo por la espalda. En la serie, MacArthur es asesinado de un golpe en la cabeza con un telescopio, mientras que en la novela es golpeado con un objeto no mencionado; En el libro, Philip Lombard es responsable de la muerte de 21 hombres en África Oriental al abandonarlos en el desierto y robarles las provisiones y suministros, algo que Lombard no niega tras ser acusado de ello en la grabación. En la serie, es acusado de haber matado a esos hombres para conseguir diamantes; La bacanal que tiene lugar en el tercer episodio no ocurre en el libro; En el libro no hay ningún romance entre Vera y Lombard ni mantienen relaciones íntimas; En el libro, Vera se ahorca en un estado de trance tras matar a Lombard de un disparo, y nunca descubre la identidad de "U. N. Owen", y el lector descubre solo en el epílogo que Owen era Wargrave. En la serie, Wargrave entra en la habitación cuando Vera se dispone a ahorcarse, explica sus acciones y motivaciones y anuncia que piensa suicidarse y crear un misterio irresoluble. Vera intenta negociar con él para salvar su vida, pero Wargrave retira la silla sobre la que ella está apoyada, haciendo que muera ahorcada; La muerte de Wargrave es muy diferente en la novela y en la serie. En la novela, Wargrave se suicida en su habitación de manera que parezca que ha sido asesinado, disparándose en la frente con el revólver atado a un cordel, haciendo que salga despedido hacia atrás tras ser disparado. En la serie, tras matar a Vera, Wargrave va al salón, donde dispone dos lugares en la mesa, uno para él y otro para "U. N. Owen". A continuación, se dispara bajo la barbilla, y el retroceso del revólver hace que salga despedido hacia atrás y caiga en el otro lugar dispuesto en la mesa; En la novela, tras las muertes y el descubrimiento de los cadáveres, dos policías discuten el caso y se ven incapaces de resolverlo. Posteriormente, se encuentra la confesión escrita del asesino en una botella que es recogida por las redes de un barco pesquero, resolviéndose así el misterio. Nada de esto ocurre en la serie.

 

Me queda una muy amena serie, un buen acercamiento a un clásico ‘christieno’. Gloria Ucrania!!!

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