BARTON FINK.
Inclasificable y notable film de los Coen, un extraño y sugestivo film,
perturbadora obra que explora los complejos procesos de creación artística, un
juguetón film que se adentra en la convulsa mente de un dramaturgo-guionista,
lo hace con un estilo punzante, rebosante de simbolismos visuales, un relato
enfermizo, retorcido, con sugerentes dosis de surrealismo, cine que bebe
claramente de David Lynch, juega con la realidad y la fantasía en una perversa
miscelánea. Todo con un marcado sentido ambiental, siendo uno de los
protagonistas el Hotel Earle y la patética habitación, que sumergen al relato
en un clima de inquietud latente. Nominado a 3
Oscar, ganó en Cannes 3 premios (Palma de oro, director y actor).
Arranca en Nueva York en
1941, el protagonista Barton Fink (John Turturro) es un idealista dramaturgo
que tiene gran éxito de crítica y público en Broadway con su obra “Bared Ruined
Choirs”. Ante esto le llega una oferta de Hollywood, de la Capitol Pictures,
mil $ por semana por escribir guiones para ellos, acepta no sin dudas, no le
apetece trasladarse a Los Ángeles, teme perder su autonomía creativa. Una vez
en ciudad californiana se instala en el Hotel Earle, un enorme lugar, con
pasillos infinitos, donde no se ve circular a huéspedes, el único rostro de que
hay gente es el calzado en las puertas. Cuando se reúne el extrovertido jefe de
Capitol Pictures, Jack Lipnick (Michael Lerner) este lo loa con reverencia, y
le encarga escriba un film sobre la lucha libre que protagonizará Wallace Berry.
Una vez Barton se encuentra en su frugal habitación es incapaz de iniciar el
guión, se encuentra en crisis, cualquier elemento de su habitación le distrae,
el papel decorativo, un cuadro con una chica tomando el sol en bikini o un
mosquito. Tienen importancia en la historia, Charlie Meadows (John Goodman),
vecino de habitación de Barton, un dicharachero vendedor de seguros, William
Preston"Bill" Mayhew (John Mahoney), un gran novelista venido a menos
por el alcohol en el que busca consejo Barton, Audrey Taylor (Judy davis), es
la secretaria del novelista, Ben Geisler (Tony Shalhoub), productor consultor
de Capitol Pictures, y Lou Breeze (Jon Polito), secretario de Jack Lipnick.
La génesis del film surgió en
1989 cuando los hermanos Joel y Ethan Coen estaban escribiendo el guión de cine
negro “Miller´s Crossing”, tras cuatro
meses de escritura se encontraban bloqueados en el alambique era la historia,
lo que se puede llamar bloqueo del escritor, aunque ellono lo veían así, Joel
dijo en una entrevista en 1991 <En realidad no
es el caso que estábamos sufriendo el bloqueo del escrito, pero nuestra
velocidad de trabajo se había reducido, y estábamos ansiosos por obtener cierta
distancia de “Miller´s Crossing”>. Así que decidieron dormir el
proyecto y se pusieron a trabajar en un guión que en tres semanas terminaron,
el protagonista pensado era John Turturro, el escenario principal es el Htel
Earle, inspirado en un Motel que vieron los hermanos en Texas cuando trabajaban
en su primer film, “Sangre fácil”, un lugar que pensaron sería un infierno
vivir en él. Uno de los problemas vino de que su amigo y camarógrafo de
siempre, Barry Sonnenfeld, se encontraba inmerso en su debut como director, “La
familia Addams”, así que tras ver “Stormy Monday”, “Sid y Nancy” y “Pascali’s
island” decidieron conmtratar al inglés
Roger Deakins.
El protagonista Barton Fink se basa libremente en el
dramaturgo Clifford Odets (“Chantaje en Broadway”), sus trabajos remarcaban
cuestiones de índole social, en parte tratando la gran Depresión, en los años 30 tuvo varios éxitos en los
teatros de Broadway, y en 1936 se trasladó a Hollywood a escribir guiones,
siendo el primero “El General murió al amanecer” (1936) de Lewis Milestone para
la Paramount, con Gary Cooper de protagonista. Los Coen con Odetts en mente
imaginaron a Barton Fink <Un dramaturgo serio, honesto, comprometido
políticamente, y más bien ingenuo>, aunque los Coen señalan algunas
diferencias entre los dos, como que al contrario que Fink, Odetts era un tipo
extrovertido y alegre, uno de los guiones de Odetts llevados al cine, “Deadline at
Dawn” (1946), cuenta que un tipo se despierta acostado con el
cadáver de una mujer sin que el hombre sepa que ocurrió, y en otro libreto de
Odetts, “Big knife” (1955), cuenta como un actor es acosado por un estudio
hasta que se suicida, sondos temáticas que este film de los Coen recoge. El
personaje de WP Mayhew al parecer se inspira en el Premio Nobel William
Faulkner (“...”),los dos eran escritores del Sur USA, los dos son alcohólicos o
los dos despotricaban de Hollywood. Faulkner escribió un guión sobre lucha
libre protagonizado por Wallace Berry, “Flesh” (1932), al igual que Barton Fink,
los Coen no reconocen la conexión Mayhew-Faulkner, pues dicen que Faulkner
trabajó muchos años en Hollywood con bastante éxito. Lo de la lucha libre
también es un guiño de los Coen, era un deporte que ellos practicaban en la
escuela secundaria. El jefe de los Estudios
Capitol, Jack lipnick, es un compendio de varios, Harry Cohn (Columbia), Louis B. Mayer (MGM) y Jack Warner (Warner), los
hombres más poderosos de Hollywood, con Mayer la similitud es que los dos son
de originarios de Minsk en Bielorusia, de Warner está el hecho de que este
mandó a su departamento de vestuario un traje militar para él cuando USA entró
en la WWII, este también dijo una vez que los escritores eran <Unos idiotas
con Underwoods (marca de máquina de escribir)>, por lo que Barton utiliza
esta máquina.

Los Coen han reconocido estar influenciados por varios
cineastas y films para su obra, como Roman Polanski, “Repulsión” (1965), “Cul-de-Sac” (1966), y “El quimérico inquilino” (1976), extrayendo de ellas la inquietante
atmósfera enrarecida, que marcan psicológicamente a los personajes, de “El quimérico inquilino” extrae lo del aislamiento del protagonista en un gran edificio. También
beben de “El
resplandor” (1980), de Stanley Kubrick, por lo del escritor en crisis y
aislado en un hotel, asimismo hay parte de “La Dolce Vita” (1960), por lo del
final críptico en la playa. También en el guión hay referencias a Shakespeare,
como en el título de la obra de teatro “Bared Ruined
Choirs” que pertenece una línea del “Soneto 73” del bardo, que versa sobre la
vejez y su cercanía con la muerte, crisis existencial que entronca con Barton
Fink.
En el críptico guión de los
Coen se tocan temas como la crisis del artista en el complejo camino de la
creación, la integridad personal, la soledad existencial, la amistad, el
fascismo, el miedo al fracaso, el antisemitismo, el sometimiento,
contraponiendo para ello como integridad artística el teatro de Broadway, el
supuesto Edén idealista, y en el otro lado del ring Hollywood, el Infierno
donde se vende el alma al diablo por dinero, teniendo que doblar tus ideales.
En parte una parodia bufa del mundo de Hollywood de la época dorada de los 30 y
40, con jefes de estudio tiránicos, con poder cuasi-omnímodo, poblado de
personajes pintorescos, un contenedor inmenso de creadores mal-aprovechados,
donde el alcoholismo parece ser la única respuesta a las frustraciones creativas,
donde te vendes para alcanzar la quimera del éxito, aunque para ello deberás
alejarte de tus principios y rebozarte en los lugares comunes y manidos que les
gustan a la masa de gente. Se hace con una hábil delineación de personajes, que
se desenvuelven con diálogos ágiles, rápidos, con dobles sentidos, con toques
de humor negro bizarro, es una historia
donde lo que prima a medida que su desarrollo avanza es el sentido
alegórico de lo que vemos y escuchamos, no es un film de fácil degustación, de
los que te puede provocar devoción o repulsión, con un claro substrato de
lecturas paralelas, que pueden crear una barrera con el espectador común. A mí
me queda una obra fascinante, con momentos cuasi-hipnóticos de las que te hace
pensar mucho después de finalizar. Yo la entiendo como que estamos viviendo en
el interior de la atormentada mente de este creador de ideas, y a medida que
discurre el metraje Barton se desmorona interiormente más y más, no aguanta la
presión y su mente colapsa, está claro cuál es ese momento, pero anteriormente
nos han dado pistas ingeniosas, geniales, esos pasillos e interminables, esos
inquietantes sonidos que oye por las tuberías, o la habitación en la que vive
Fink se convierte en su propio cerebro, con ese papel que se despega de modo
viscoso dejando emerger la cola cual bilis, la foto playera que cuelga
intrigantemente en la habitación, esa impactante alegoría de la fornicación con
el desagüe, los mosquitos como presagio de muerte, o esa misteriosa caja, todo
en pos de una deliciosa sensación onírica que nos provoca zozobra.
John Turturro crea de modo maravilloso a este dramaturgo inseguro, atormentado, angustiado, apocado, pusilánime, introspectivo, bloqueado, ofrece un lenguaje físico apocado, taciturno, introspectivo, triste, magnífico para este complejo rol. John Goodman resulta arrollador, carismático, apabullante, un portento de empatía y saber emitir emociones, con una radiante vis cómica, fabuloso. John Mahoney da un gran rendimiento como el escritor alcohólico, muy bueno. Judy Davis resulta una enternecedora presencia, transmitiendo una gran dulzura y comprensión. Michael Lerner es un huracán en su rol de histriónico jefe productor, desborda la pantalla con su feroz labia llena de arrogancia y falsa reverencia, jamás ha estado mejor, tanto que fue nominado a Oscar secundario. Jon Polito esta impresionante en sus poca presencia, un actor muy poco aprovechado en el cine.

La puesta en escena es
apabullante, entendida como un medio para transmitir emociones, con un
magnético diseño de producción de Dennis Gassner (“Big Fish”, “El Show de
Truman”o “Skyfall”), imbuyéndonos con brillantez en la época, con creación de
escenarios que provocan, siendo la estrella el Hotel Earle, esa deconstrucción
subliminal de la mente de Fink, un lugar enorme con un gran lobby y largos
pasillos sin gente, una habitación frugal, con poca luz, símil del cerebro de
Barton, gran ausencia de ideas, un lugar en decadencia que parece haber vivido
momentos mejores, los Coen querían transmitir con el lugar dijeron <Un barco fantasma a la deriva, en que percibes signos de presencia de otros
pasajeros, sin verse ninguno, puedes imaginarlo poblado de comerciales errantes
fallidos, con vida sexual patética, llorando solos en sus habitaciones>,
Joel dijo <Nuestra intención, era la función de hotel como exteriorización
del personaje interpretado por John Goodman El sudor gotea de su frente como
las el papel de las paredes. Al final, cuando Goodman dice que él es prisionero
de su propio estado mental, es como una especie de infierno, era necesario para
que el hotel sugiriera algo infernal>, espectacular el clímax final con el
fuego por el pasillo del hotel siguiendo en un tiroteo, usaron llamas reales,
construyeron el escenario en un hangar abandonado de Long Beach, instalando una
serie de chorros de gas en el pasillo, para dar luego la sensación avernal del
fuego, la escena de la playa pertenece a la de Zuma en malibú (California), así
como la alegórica de la ola rompiendo contra una roca (metáfora del guionista llegando
a Hollywood, rompiéndose), todo esto potenciado por la fascinante fotografía de
Roger Deakins (“Fargo”, “Cadena perpetua” o “Skyfall”), jugando con imágenes
simbólicas constantemente, tomas opresivas, zooms inquietantes, movimientos de
cámara siniestros, con picados y travellings expresivos, tomas cenitales
zozobrantes, oblicuas, contraluces, todo en un patinado apagado de marrones,
amarillos ajados, grises y blancos mortecinos, emitiendo calor, sudor, humedad,
todo en pos de que nos llegue un lugar en descomposición (como la mente de
Barton), donde además tiene mucha importancia los sonidos, el sonido de los
aplausos, la campanilla del hotel, la ola rompiendo contra las rocas, los
lúgubres de las habitaciones vecinas a Barton en el hotel, el zumbido del
mosquito. La música es de Carter Burwell (el de toda su filmografía), menos
participativa de lo que estaba habituado, predominan canciones populares
alegóricas simbólicamente a la historia.
Spoiler:



La cinta discurre dentro de
los cauces de lo entendible, pero todo esto implosiona a partir de que Barton
se acuesta con Audrey, cuando se despierta ella está asesinada junto a él,
Barton no recuerda que ha sucedido, pide ayuda a su vecino Charlie este le
ayuda desinteresadamente a deshacerse del cuerpo, entonces unos polis aparecen
y le preguntan por Charlie, le cuentan es un asesino en serie, poco después
Charlie va a visitar a su habitación a Barton para decirle se va de viaje, y le
deja una caja empaquetada enigmática para la cuide en su ausencia, Barton tras
esto, como si la caja para la clave de todo Barton parece liberarse de un peso
y consigue acabar el guión, aparece en una fiesta bailando entre militares,
discute con uno de ellos gritando que él es un creador y que su mente es su
uniforme, le pegan un puñetazo, al
volver a su habitación están los polis que le vuelven a interrogar
inquisitorialmente, cuando de pronto
Barton dice, hace calor, Charlie ha vuelto, se escucha el sonido del ascensor,
un poli sale al pasillo, vemos que del ascensor sale fuego, sale al pasillo el
otro poli, vemos sus rostros sudorosos, llaman a Charlie para que salga, y sale
del ascensor Charlie portando un maletín, le piden ponga el maletín en el suelo
y levante los brazos, tras unos intensos segundos baja el maletín y de ipso
facto saca del maletín una escopeta con que pega un rápido disparo a uno de los
polis, tras Charlie las llamas se avivan cual infierno, Charlie grita (<Yo
te enseñaré lo que es vida interior!>) y corre hacia ellos, el poli que
queda huye despavorido ante la avernal imagen de cómo tras Charlie van saliendo
enormes brotes de llamaradas, Charlie le
dispara a los pies, cayendo al suelo, el poli lo mira horrorizado, Charlie
cambia los cartuchos frente a la habitación de Barton que lo mira espantado, Charlie se acerca al poli y le apunta entre los ojos, pronuncia <Heil
Hitler!>, el poli gruita y Charlie dispara, se produce un zoom hacia Barton,
Charlie entra en la habitación de Barton diciendo que menudo calor, se produce
una turbadora charla críptica, y Charlie se va a su habitación, Barton sale de
allí por el ardiente pasillo con el guión y la caja, le lleva el guión a
Lipnick y este le humilla diciéndole que el libreto le ha decepcionado, que su
castigo será no el despido, si no que su mente le pertenecerá, tras esto Barton
aparece en una playa desierta con la cajita, se sienta en la arena cuando
aparece una chica que se sienta junto a él, mira el mar, y es la imagen del
cuadro de su habitación de hotel.
Cuando llegamos al tramo
surrealista yo lo entiendo como el colapso de la mente de Barton, la presión le
ha podido, ha caído en la demencia, pierde el sentido de la realidad, sucumbe a
su Infierno interior, muertes, asesinatos, tiroteos, racismo, fracaso del
escritor, el bloqueo del escritor le ha reventado, su mente cual papel de su
habitación se despega lentamente, y explota en el fuego del Averno del clímax,
con la aparición satánica de su único amigo, su vida se le ha ido de las manos,
y su cordura parece estar en una cajita a la que no le interesa acceder ya a
Barton. Esta podría ser una explicación como cualquier otra, pero es que estos
Coen son unos traviesos incorregibles, como demuestran en “Miller’s Crossing”,
cuando el protagonista cuenta su sueño a Berna sobre como el viento se le llevó
por un bosque su sombrero, y Berna le dice que seguro fue corriendo tras él y
se convirtió en otra cosa, Tom le responde que no, que no hay nada más ridículo
que un hombre corriendo tras el sombrero, o en el mismo film cuando un matón
aparece muerto en un callejón, lo ve un niño y le quita el peluquín que
llevaba, luego la poli le busca significados ocultos a que le falte el bisoñé,
solo era un chaval jugando, y es que eso son los Coen un gamberros que quizás
solo quieran hacernos reflexionar, pero sin destino alguno.
Momentos recordables: El
comienzo, cuando vemos la obra de Fink a través de él que la observa entre
bastidores, se le nota tenso, oímos el diálogo de la obra de fondo, Barton
entre dientes pronuncia las frases, buena forma de comenzar; La alegórica
llegada a Hollywood, primero entra el sonido de las olas y luego la imagen
rompiendo el agua contra una roca, tras esto Barton aparece en un gran lobby en
penumbra del hotel; Los espléndidos encuentros entre Lipnick y Barton, con Lou
Breeze de fondo, como van evolucionando, imprevisibles, atronadoramente
divertidos; Los turbadores encuentros entre Barton y Charlie en su habitación; La
charla entre Audrey y Barton en que este se da cuenta de la gran mentira que es
el arte, unos ponen la cara y otros las ideas; El momento sumidero; El momento
mosquito; La siniestra presencia de la cajita; El infernal clímax; El último
encuentro de Barton con Lipnick, definitorio de la tiranía de Hollywood; O su
críptico epílogo en la playa.
Por ponerle una tara y no
decir es redondo, es que se siente un algo deslavazado por momentos, lanza
ideas algo ajadas sobre la crisis del artista y como este puede llegar a prostituirse
en pos de tener éxito, retorciendo demasiado en su tramo final las señales
crípticas, quizás es que mi cerebro no da para más.
Como curiosidad, como es
costumbre en los hermanos ellos mismos editan el film, pero obligados por las
normas del sindicato de cine se ven obligados a utilizar en los créditos un
pseudónimo, es el de Roderick Jaynes. Pocas escenas son eliminadas de la versión
final. Los dos agentes detectives se llaman Mastrionotti y
Deutsch, un giño perverso de los Coen hacia las dos potencias europeas del Eje
fascista, como queriendo tildar a el brazo ejecutor de las autoridades de
villano, esto se acentúa con el <Heil Hitler!> que suelta Charlie antes
de matar a uno de ellos.
Recomendable a los que gusten
de obras de las que no te dejan indiferente, de las que te hacen pensar,
removerte llegando a ser un cuadro abstracto al que tienes encontrarle las
forma y el mensaje. , Fuerza y honor!!!
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